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HERA-HESTIA-DEMÉTER Hera es la más grande y poderosa de todas las diosas olímpicas. Fue criada en los confines del mundo por Océano y Tetis, aunque otras tradiciones atribuían la educación de Hera a las Horas, al héroe Ténemo o a las hijas de Asterión. Fue la última y legítima esposa de Zeus. Sus bodas se desarrollaron en dos lugares según las distintas versiones. Según Homero, Zeus y Hera se unieron en la cumbre del Monte Ida de Frigia. Según otros relatos, la unión se produjo en el Jardín de las Hespérides, lugar simbólico de la fecundidad que se encontraba en los confines del mundo. El árbol con las manzanas de oro fue el regalo de boda de Gea a la novia, que quedó plantado en dicho lugar. Hera es la protectora de las mujeres casadas en su calidad de esposa del más poderoso de todos los dioses. Su imagen en la mitología es la de una diosa celosa, violenta y vengativa, irritada a menudo contra su marido por sus infidelidades amorosas y más a menudo contra las amantes y contra los hijos ilegítimos de Zeus. De éstos, Heracles fue al que con mayor odio persiguió la diosa durante toda su vida hasta su muerte. En una ocasión fue castigada por Zeus, que la suspendió del Olimpo atándole un yunque a cada pie. Hera interviene en gran número de leyendas, como el juicio en el que París, príncipe troyano que hubo de decidir cuál de las tres diosas, Hera, Atenea o Afrodita, merecían una manzana por su belleza. Al recibir el premio Afrodita, Hera se alineó en contra de los troyanos en la guerra de éstos con los griegos. Persiguió a algunas amantes de Zeus, como a Ío, aconseja mal a Sémele para que muriera, seduce a Ártemis para que dé muerte a Calisto e intenta evitar el parto de Leto. En casi todos los lugares de Grecia se celebraban fiestas conmemorativas de la boda de Zeus y Hera: la imagen de la diosa se adornaba como una joven desposada, y era llevada en procesión por la ciudad hasta un santuario donde se hallaba preparado un lecho nupcial. Hestia es la diosa que personifica el hogar doméstico. Hestia, como diosa protectora de la casa, permanece inamovible del Olimpo, por eso está ausente de leyendas mitológicas importantes. No obstante como hermana de Zeus, recibió el honor del dios supremo de guardar eternamente su virginidad y de ser objeto de culto en todos los templos al margen de que estuviesen dedicados a otras divinidades y en todas las casas. Consagradas al culto a la diosa en Roma, las Vestales debían cumplir una serie de requisitos: no poseer defectos físicos, ser de condición libre, ser vírgenes y mantenerse en esta condición de por vida, y bajo ningún concepto dejar que el fuego del templo circular se extinguiera. Si el fuego se apagaba se creía que sobrevendría para la ciudad alguna desgracia, y si alguna sacerdotisa violaba el precepto de guardar su virginidad era condenada a morir siendo enterrada viva. Sin embargo, en su papel de sacerdotisas de Vesta gozaban en Roma de gran consideración y respeto. Al cumplir los treinta años podían abandonar sus votos y reintegrarse al mundo civil, pero la mayoría prefería mantenerse en los templos sirviendo como maestras y protectoras de las jóvenes sacerdotisas. Deméter es la diosa de la tierra fecunda y cultivada, y más concretamente del cereal, palabra que deriva del nombre romano de la diosa: Ceres. Se halla estrechamente ligada en la leyenda a su hija Core, Perséfone o Proserpina, de modo que ambas diosas constituyen una especie de unidad en las leyendas. Los atributos de esta diosas son las espigas, el narciso, la adormidera y como animal la grulla. El rapto de Perséfone Perséfone es hija de Zeus y de Deméter. Un día Hades, su tío carnal, la vio, se enamoró de ella y la raptó. El dios hizo brotar del suelo una flor hermosísima que atrajo la atención de la joven. Cuando se acercó a la flor, se abrió una gran grieta en el suelo y Hades cogió a la muchacha y se la llevó a sus dominios. Las Vestales, sacerdotisas romanas de Vesta 1 HERA-HESTIA-DEMÉTER Deméter escuchó los gritos de su hija pero no la pudo encontrar. La diosa vagó errante por el mundo durante nueve días y nueve noches completas sin encontrar a su hija. Helios, el Sol que todo lo ve, le advirtió del lugar donde estaba su hija. Entonces, decidió no volver al Olimpo y recorrer como desterrada la Tierra en forma de anciana. Al llegar a Eleusis, entró al servicio de la reina del lugar como protectora del joven príncipe Triptolemo. La diosa reveló al príncipe el secreto del cultivo del trigo. Pero el destierro voluntario de Deméter del Monte Olimpo trastocaba el orden del mundo y echaba a perder los cultivos. Por eso, Zeus ordenó a Hades que devolviese a Perséfone a su madre. Pero esto ya no era posible, pues Hades había dado a Perséfone una granada, y según la ley, todo el que probara alimento en el mundo subterráneo no podría volver al mundo de la luz. Al final, se decidió que Perséfone pasara seis meses con su madre y seis con su marido. Cada primavera, Perséfone vuelve junto a su madre y la vida de las plantas y cultivos renace, hasta el otoño, en el que vuelve al mundo de ultratumba. Los Misterios de Eleusis Las fiestas religiosas dedicadas a las dos diosas eran las Tesmoforias, en Atenas, las pequeñas Eleusinas, en febrero, con motivo de la llegada de la primavera, y las grandes Eleusinas, cada cinco años, consagradas solamente a Deméter. Estas últimas se desarrollaban en Atenas y Eleusis. El secreto que los iniciados tenían que guardar sobre los ritos hace que sepamos poco de cómo eran estas fiestas. La celebración consistía en que un grupo de jóvenes de Atenas, marchaban a Eleusis, y recogían una serie de objetos secretos del templo de la diosa. Volvían a Atenas, se purificaban, realizaban un sacrificio y volvían en procesión a Eleusis, donde se iniciaban los misterios propiamente dichos. Parece ser que tras una serie de ritos y oraciones comunes entre los fieles en la más completa oscuridad, se llevaba a cabo una representación del rapto de Perséfone. Entonces, la diosas Deméter se aparecía a los fieles revelándoles (autopsia) sus secretos divinos. La participación en estos ritos respondía a una creencia de los iniciados en una resurrección después de la muerte para iniciar una vida en el Más Allá. 2