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Las armas nucleares son usadas para exhibir el poder de los países frente al mundo
Para los reconocidos científicos Osiris de León y Eduardo Sagredo, el interés de las
naciones del planeta de contar con una bomba atómica, sólo se limita a hacer alarde y
demostrar que son capaces de desarrollar una poderosa carrera armamentista o
tecnológica y no necesariamente que la van a estallar para destruir a otro país.
Coincidieron en señalar que es muy probable que a cualquier país le guste contar con
los recursos necesarios para producir energía nuclear, que de por sí es costosísima, sin
embargo creen que nadie quisiera usarla, por las peligrosas y catastróficas
consecuencias de su uso de interponerse un fin bélico.
Recordaron que luego de los accidentes de Fukushima, Chernobyl y el estallido en las
ciudades japonesas Hiroshima y Nagasaki, las sociedades en el mundo aún recuerdan
que la energía nuclear puede exponer mortalmente a la humanidad, ya que en el caso
de las bombas atómicas, su alcance no distingue entre objetivos militares y la
población civil que además tanto cuida de su patrimonio histórico, religioso y cultural.
Según afirmó el ingeniero Sagredo, Corea del Norte, país que recientemente advirtió
de su poder con el lanzamiento de una bomba de hidrógeno, es un Estado donde
existe una guerra declarada entre una facciones apoyadas por los Estados Unidos y
China Continental, de manera que se siente en la necesidad de advertir a sus enemigos
que tiene con que defenderse.
En el caso de la República Dominicana, Osiris de León secundó el planteamiento de
Sagredo, en el sentido de que en el país sería impensable crear una Planta de Energía
Nuclear por la inexistencia de condiciones territoriales, administrativas y políticas para
lograrlo, más no descartaron la posibilidad de potenciar el conocimiento científico en
el área.
“Definitivamente nuestra sociedad no está preparada para la construcción de una
planta nuclear, debido a que los procedimientos organizacionales son sumamente
estrictos y podríamos estar expuestos a un accidente. Ahora bien, los dominicanos si
estamos familiarizados pero con otras aplicaciones pacíficas y medicinales de la
energía nuclear, como es el caso de las radioterapias para combatir el cáncer.
Las radiaciones son parte de nuestras vidas cotidianas. A diario quienes vivimos en
este planeta, recibimos constantes bombardeos de rayos Gamma por los estallidos
solares, pero tenemos un campo magnético que nos protege de esas radiaciones, de
no ser así, estas ya habrían acabado con nuestra existencia, enfatizó De León.
Al final de cuentas lo que importa es el propósito con el que utilices la ciencia, así
como existe la luz, existe la sombra, y como se hace el bien, también el ser humano es
capaz de hacer el mal, todo depende de la abundancia que exista en su corazón.
Relaciones Públicas EGAEE
14-01-2016