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“Nelson Mandela DD. HH.”
Centro de Estudios e Investigación Social
Avenida Alberdi N° 338 - Resistencia - Chaco - C.P. 3500
Página web: www.centromandela.com.ar
Tel/fax: (54 - 03722) 428475
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COMO EXPRESION DE LOS VALORES DE ASCENDENCIA FILOSOFICA, ETICA, MORAL Y JURIDICA, LA VIGENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS ES UNA EXIGENCIA IDEAL, ETERNA, UNIVERSAL E IRRENUNCIABLE.
J. J. CASTELLI
HOSPITAL GÜEMES
UN ESTABLECIMIENTO EN TERAPIA INTENSIVA
El hospital Güemes fue inaugurado hace 34 años. A largo de los años siguientes se le efectuaron algunas reparaciones y mantenimientos que apenas significaron parches ante problemas graves y estructurales que nunca fueron solucionados.
Es un hospital de referencia regional, nivel IV; es cabecera sanitaria del departamento
Güemes. La población que concurre a este establecimiento forma parte del núcleo más
pobre y excluido de la provincia del Chaco. Los pacientes son mayoritariamente integrantes de las comunidades indígenas que habitan el amplio territorio de la región conocida
como El Impenetrable; son los pobres más extremos.
A partir de ser un hospital de referencia, debemos suponer que tiene la complejidad suficiente como para brindar asistencia sanitaria múltiple y compleja; sin embargo, su funcionamiento es totalmente deficitario. Es que ha llegado al actual estado de descomposición
como consecuencia de un largo proceso de malos manejos de parte de los sucesivos directores, del deterioro estructural de la edificación, de las instalaciones, del amoblamiento (hotelería) y del equipamiento en general. Todo esto se produjo ante la ausencia de
políticas públicas adecuadas y de suficientes planes de inversión.
El cuadro actual es francamente desolador. Tomándose en
cuenta la demanda real, el sistema de prestaciones no solamente es parcial y marcadamente insuficiente, sino que
es de escasa calidad. Lo poco que diariamente se logra nace del esfuerzo de los trabajadores, que con algunas excepciones muy puntuales, llevan adelante el desafió de atender a los
enfermos. Es que los profundos déficits son salvados hasta ahora por los empleados, sin
distinción de funciones, jerarquías o títulos.
El director del hospital es el Dr. Walter Fernández. Con el co-director cubren muchas
guardias rentadas en el servicio de emergencias, a tal punto que distrae mucho de su valioso tiempo en esta actividad remunerada. Mientras tanto, desde la jefatura de la Zona VI se
mantiene una visión totalmente politizada del funcionamiento del Güemes, acorde con la
estrategia que baja verticalmente desde el ministerio de salud. En estos niveles se plantea
que el hospital Güemes funciona muy bien y que los reclamos son producto de una campaña que no tiene nada que ver con la salud pública. En esta dirección, el ministro es el más
optimista. El doctor Borelli, como jefe de la Zona VI, rutinariamente informa que todo
funciona muy bien. Asi las cosas en la provincia del Chaco.
¿Servicio de emergencia?
Conforme las pautas normatizadas, en realidad el Güemes no
cuenta con un servicio de emergencia. La prestación que se brinda es apenas un servicio de urgencias, de regular calidad, que
cuenta con ambulancias no muy bien conservadas y una guardia
con numerosos puntos críticos. El funcionamiento de este servicio es muy precario.
La sala no tiene agua caliente ni baños. En muchas oportunidades carecen totalmente de sanitarios porque se clausura el ingreso a los baños instalados en otros servicios o áreas del hospital.
Los baños públicos se habilitan de lunes a viernes.
Las ambulancias ingresan por el frente del hospital, no haciéndolo por el lugar específicamente destinado para ello. Cuando ingresa un paciente, muchas veces el médico de guardia esta a setenta metros del lugar, por lo que el chofer debe iniciar la búsqueda del profesional; esto supone una pérdida de tiempo vital,
que casi siempre perjudica al paciente y potencia los riesgos.
Tisiología
El servicio de tisiología no funciona porque no existen
condiciones de bioseguridad. Este dato es el ejemplo más
acabado de que este hospital tiene un pésimo funcionamiento y atraviesa una situación de
verdadera emergencia sanitaria, aún cuando el ministerio evita declararla. No colapsa totalmente en virtud de la notable pasividad de la inmensa mayoría de pacientes que concurren a
este establecimiento, quiénes
muestran una tolerancia sorprendente ante los déficits extremos
que presenta este hospital.
Supuestamente cuenta con dos
salas de internaciones; en realidad,
solamente funciona la sala 5, con 8
camas, que es la única que se destina a la internación de enfermos
de tuberculosis. La sala 4, que era
de tisiología, fue destinada a internación general de hombres.
Repetidamente falta oxígeno porque no llega el camión que
suministra este producto desde Resistencia. Tampoco existen
carritos para transportar los tubos. La sala se encuentra en pésimas condiciones de uso y
mantenimiento. Las camas son antiguas, con elásticos vencidos; algunas están rotas. Las
ropas de cama son viejas y están muy gastadas. Los colchones ya no son tales y las almohadas no existen. No hay ningún tipo de amoblamiento para guardar las ropas de los
pacientes y de los familiares. No hay sillas. No funciona el baño, que mantiene los líquidos
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y productos cloacales a nivel de superficie. Al igual que toda la estructura de edificio hospitalario, las instalaciones eléctricas están totalmente deterioradas y los techos tienen filtraciones y goteras. Recordemos que en el departamento Güemes habita la mayor cantidad de
enfermos de tuberculosis de la provincia del Chaco, a propósito de que la población predominante es aborigen. En ese territorio, llamado El Impenetrable, no funciona el servicio
de tisiología del hospital de cabecera, con lo que todo queda al descubierto.
El escenario general de la sala es totalmente deplorable. En este lugar terminan los tuberculosos, a su vez desnutridos, con familiares parecidos, con las pequeñas pertenencias y
ropas depositadas en el piso, donde se sientan y hasta duermen.
Neonatología
Este servicio tampoco funciona. No tiene un espacio físico asignado, sino para guardar el
equipamiento médico. Tampoco tiene personal especializado. Este servicio no funciona por decisión del
ministerio de salud, a pesar de que el departamento
Güemes presenta una de las mayores tasas de nacimientos de prematuros, a propósito de la desnutrición generalizada que predomina en la población que
habita dicho territorio, con su lógica consecuencia de
madres con vientres
desnutridos, algunas
de segunda y otras de
tercera generación.
Contradictoriamente, el hospital cuenta con un buen equipamiento para la especialidad, aunque parcial e insuficiente.
Guardados y sin uso, se encuentran dos modernas incubadoras, una incubadora de transporte, una servo cuna, un respirador y otros equipos complementarios.
Cirugía y parto.
Las salas de cirugía y parto han perdido modernidad; presentan un marcado
atraso tecnológico. Algunas prácticas
y manipulaciones son inapropiadas, lo
que potencia la producción de infecciones intrahospitalarias. No tiene
vestuario médico, con toda la implicancia que esto trae aparejado.
Sala de cirugía
Sala
de parto
Solamente se efectúan cirugías programadas, con algunas excepciones por urgencias extremas. Ambas
salas adolecen de muchas limitaciones, a pesar de la
creciente demanda. El establecimiento no tiene unidad
de terapia intensiva ni unidad coronaria, de manera
que los enfermos agudos o crónicos de ciertas patologías no tienen chances de ser atendidos en el Güemes, con todos los riesgos y consecuencias que significan las derivaciones y
los traslados.
.
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Odontología, laboratorio, traumatología y farmacia.
A pesar de los esfuerzos y la motivación del personal que trabaja en odontología, el déficit
de atención es importante. Se alcanza a asistir diariamente a un promedio de 40/50 pacientes, lo cual genera un fuerte déficit de atención. El servicio cuenta con dos sillones odontológicos, con tres odontólogos full time y uno par time, predominante abocado a la extracción de piezas dentales. Es claro que se necesitan más consultorios porque los que funcionan no dan abasto, lo que ha generado que se entreguen pocos turnos por día.
Al igual que en odontología, en el laboratorio no hay espacios para brindar las prestaciones
a la cantidad de pacientes que concurren al servicio; faltan boxes. Los turnos que se entregan son largos. Aquí se materializa el problema de los manejos y de la apropiación de los
sachets de sangres en oportunidad en que mensualmente reciben a la delegación de Resistencia, que últimamente deja un solo sachet para todos los servicios, poniendo el funcionamiento del hospital al borde del colapso y sin
respuestas ante situaciones de emergencias o de
catástrofes.
El servicio de traumatología se brinda en espacios
muy reducidos; cuenta con una antigua camilla, ya
obsoleta y muy oxidada . El ambiente está muy
deteriorado por la humedad, que ha terminado por
afectar la mampostería. La prestación tampoco es
la óptima.
La farmacia hospitalaria «tiene algo». Sin embargo, el manejo de las recetas parece poco claro, por lo cual la entrega de medicamentos genera dudas por el sistema que se utiliza. Desde hace algunos días faltan vacunas para la
hepatitis A y B, jeringas y otros productos. Lo mas grave es que no se vacuna, según refirieron en la asamblea efectuada en el hospital el pasado sábado.
Estadística
El servicio de estadística ha colapsado. No hay espacio físico para efectuar un trabajo serio. Faltan los elementos más básicos. De hecho, no se archiva. En el mejor de los casos,
las historias clínicas terminan mal archivadas. No se llevan estadísticas de internación. Los
datos obtenidos desde este servicio no son confiables, con lo cual el funcionamiento del
establecimiento es un verdadero tembladeral.
El mal funcionamiento del servicio de estadística refleja el cuadro de pésimo funcionamiento del hospital, poniendo en duda la información brindada para la confección de los
anuarios de salud llevados por la provincia del Chaco, que luego son enviados a la nación.
Esto es muy grave e impide la planificación y la ejecución de la atención primaria en salud,
por lo que seguirán ganando las enfermedades y las muertes evitables.
Derivaciones
Los referentes hospitalarios hicieron hincapié en la asamblea
que se ha burocratizado el sistema de derivación de pacientes a
centros hospitalarios de mayor complejidad. Consideran que el
funcionamiento de la red creada repercutió negativamente en la
dinámica del anterior sistema de derivaciones. Quedó en evidencia que no prevalece el acto médico; la opinión del médico
interviniente, que debería ser soberana, perdió predicamento y
se somete a las disponibilidades de la red. Parecería que todo
apunta a mantener al paciente en el centro hospitalario donde
ingresó, evitándose los gastos de traslados por ambulancias, viáticos para chofer y enfermeros y otros rubros, perdiéndose de vista o sacrificándose el factor más importante que es
la salud del paciente. De ser esto así, estaríamos en presencia de una política sanitaria signada por los recursos económicos (política de caja).
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Residuos Patológicos
El horno, que no es piroliptico, no funciona. Como consecuencia
del desperfecto del horno o de la falta de combustible para ponerlo
en funcionamiento, la totalidad de los residuos patológicos son
quemados a cielo abierto en el basural de J.J. Castelli, sin ningún
tipo de control ni fiscalización técnica. Esto agrava notablemente
las consecuencias del mal manejo de los residuos en dicha ciudad,
potenciando los riesgos contra la salud publica. Mientras tanto, se entregan computadoras
que nadie usa porque no se tiene personal para ponerlas en operaciones. Una de ellas está
en el office de enfermería de adultos; fue tapada con lo que quedó de una manta. Todo esto
expresa la sinrazón de las compras y de las no compras, bajo la lógica actual de los negocios encarados por algunos sectores selectos que se relacionan con los altos niveles del
gobierno actual.
Zona VI y Chagas
La conducción de la Zona VI se maneja con una visión políticamente ortodoxa. Se ocultan
los problemas. Se inventan éxitos en la gestión, fundamentalmente en todo lo que tiene que
ver con el funcionamiento del hospital Guemes, a pesar de que dicho establecimiento tiene
un pésimo funcionamiento, un notable déficit asistencial, un
fuerte deterioro en su edificación e instalaciones, en donde
falta absolutamente de todo. Desde la comida, pasando por
los medicamentos, faltan camas, sobran las camas rotas; los
colchones, las mantas y las frazadas están muy deteriorados. Las almohadas no existen. Tampoco los muebles, que
brillan por su ausencia.
Ante ese escenario del Guemes, la Zona VI nada dice, como
tampoco sobre el flagelo del chagas y de otras enfermedades endémicas de El Impenetrable. Para la lucha contra el chagas, localmente cuenta con una persona que está pronto a
jubilarse. Si bien el servicio no funciona en la práctica, conjuntamente con el programa de
lucha contra el chagas repiten que todo está bien. Sin embargo, suman de a miles los infestados y enfermos del mal de chagas, aunque el Estado se incline por evitar los diagnósticos.
Los docentes de los establecimientos educativos de la zona reclaman constantemente capacitación y fumigación. Desde los escritorios argumentan que se confunden vinchucas con
cucarachas. A si las cosas en la Zona VI.
Dora Orqueda, el Dr. Bergema y el nuevo hospital
Dora Orqueda es una trabajadora a la que le rescindieron el contrato el 15 de julio de este
año. Antes trabajaba en la Zona VI, de manera que conoce perfectamente los entretelones
del manejo de la política partidaria en materia de salud. Durante los últimos meses, en
forma conjunta con otros trabajadores, profundizó su reclamo para que se mejore el servicio de salud; la respuesta oficial consistió en rescindirle el contrato.
El viernes pasado el Dr. Bergema visitó el hospital en su calidad de jefe de zonas sanitarias. Tuvo la oportunidad de escuchar a los trabajadores, que en asamblea espontánea se
concentraron para transmitirle el real estado de situación y de funcionamiento del Güemes.
La charla pasó por momentos de cierta tensión, producto de la posición obsecada de Bergema. Se le planteó la realidad tal cual es, de verdadera emergencia hospitalaria. Se le se5
ñaló los déficit del sistema de prestaciones, las graves fallas de funcionamiento del hospital, el profundo desfinanciamiento operativo que presenta y las lamentables consecuencias
que todo ello produce en los enfermos.
La respuesta de Bergema fue desopilante. Públicamente reconoció que en materia de salud
se ciñe y aplica una política partidaria definida, que produjo –según su punto de vista- mejoras en el sistema, fundamentalmente como consecuencia de que cuentan con directores
comprometidos. Ante los reclamos concretos del personal, también reconoció que el hospital Güemes no es igual que el hospital Perrando-Castelán; lo admitió en oportunidad en que
los trabajadores señalaban que el proveedor había interrumpido la entrega de carnes porque
no se le pagaba la cuenta. Desaprensivamente dijo que se puede cocinar sin carne y que en
vez de antibióticos se le puede hacer baño de vapor a los que necesitan. Mientras tanto, los
pacientes internados son mayoritariamente indígenas desnutridos, que desde el punto de
vista médico y humano más elemental deben alimentarse con una dieta totalmente balanceada, con nutrientes.
Quedó al descubierto que el desfinanciamiento es total, como también quedó en evidencia
la falta de políticas de promoción y preservación de la salud, de prevención de la enfermedad y de asistencia plena al enfermo. El viejo hospital Güemes está en terapia intensiva.
Debemos pensar en un nuevo hospital. Es una gran deuda del gobierno provincial frente a
las comunidades más pobres del Chaco.
RESISTENCIA, 11 DE JULIO DE 2007.-
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