Download Seminario - Blog Grado Ciencias del Mar

Biología I
Grado de Ciencias del Mar (1º)
Seminario 2-3: Genética de la conducta y la sexualidad en la sociedad actual.
En nuestro siguiente seminario, se abordarán los siguientes temas: herencia del fenotipo y genotipo,
herencia de los gemelos, conducta del alcoholismo, la orientación sexual y la homosexualidad.
La genética es una rama de la biología que ha tenido un gran desarrollo reciente hasta alcanzar
extremos donde se asemeja a la ciencia ficción (clonación de seres vivos, bebes a la carta…).
Descifrando así, las claves de nuestro comportamiento fisiológico y psicológico, desvelando las
razones de ser propensos a enfermedades, encontrando las fuentes de mutaciones…
Mendel, ya había abierto parte del camino en el siglo XIX con sus “leyes hereditarias” desarrolladas
a través de sus estudios con guisantes y, las polémicas reflexiones de Darwin sobre la evolución.
Albert von Kolliker y Karl Ernst von Baer, se acercaron más sobre la reproducción humana con sus
diseños del óvulo y espermatozoide, explicando así, el período embrionario. Posterior a ellos,
aparecieron más descubrimientos sobre la célula; el núcleo, el ADN, los cromosomas, las
mutaciones… En 1902, surgió el nombre “Genes” por Wilhelm Johansen, dando lugar a una cadena
apresurada de estudios y descubrimientos sobre genética y herencia por parte de científicos como
Walter Sutton o Thomas Hunt Morgan.
Pudiendo ser una deducción errónea, los genes favorecen ciertos aspectos de nosotros mismos, nos
hacen propensos a ser de una manera o tener unas ciertas características. Lo que heredamos son
tendencias y, por ello, no tienen porqué manifestarse. Un ejemplo de ello, son los famosos bebes
rubios o con ojos claros que, con el paso del tiempo se les oscurecen. De manera que, tener un gen
determinado, no asegura una condición del individuo. También afecta el entorno que nos rodea,
manifestándose así, con el tiempo. Los genes no son fijos, sino que, se pueden ver afectados por los
elementos con los que convive el individuo aunque tenga un determinado gen, sin asegurar que sea
todo debido al entorno. Esto nos lleva a diferenciar dos aspectos de los genes; el genotipo, que se
trata del gen en sí, y el fenotipo, que se refiere más a su manifestación. Los gemelos separados a
familias distintas, tienen el mismo genotipo de las cuerdas vocales, por ejemplo, pero desarrollan
fenotipos distintos.
Se asocia en numerosas ocasiones, unos padres alcohólicos con hijos que lo son, pero hay que tener
en cuenta muchas opciones, es decir, puede existir un padre alcohólico cuyo hijo vea normal en el
beber y, por ello, termina volviéndose alcohólico, o un padre alcohólico, debido a un entorno que le
lleva al alcohol y el hijo que vive en situación parecida, o un padre que, debido a sus conductas bajo
efectos del alcohol, traumatiza al hijo y, éste, rechaza la bebida eternamente. De estas situaciones es
difícil sacar conclusiones. ¿Fueron los genes o la influencia del entorno lo que llevaron a beber a
ese descendiente y, si fueron los genes, no tuvieron suficiente fuerza sobre el trauma provocado por
el padre? Los expertos responden que se trata de una combinación de ambos. Los genes provocan
que el individuo sea propenso a terminar como el padre pero el entorno será clave en explotar esa
condición retenida en los genes como tendencias.
El siguiente aspecto del seminario es el revuelo de hoy en día con la relación de la genética con la
homosexualidad.
Desde mucho antes, la atracción por el mismo sexo ha sido algo que ha tenido lugar a lo largo de la
historia. Llegando después la opinión de las religiones que lo empezaron a señalar como pecado,
siendo así, una infamia en la sociedad, ocultando a muchos hombres y mujeres posteriores. Algunos
lo consideran como algo pasajero, una promiscuidad ocurrida por la edad o una enfermedad. Para
otros, una anormalidad por no parecer tener mucho sentido con la reproducción o la supervivencia
de la especie. Pero no debemos olvidar que este comportamiento se da incluso entre otros animales.
Cuando somos muy pequeños de edad, no notamos ningún tipo de atracción por algún sexo,
pudiendo ser así bisexuales como asexuados. En los inicios de la pubertad, experimentamos
curiosidades por otro sexo y por nosotros mismos. A esta edad, se busca experimentar y las barreras
de la sociedad se van soltando, procurando no atravesar la de las modas o lo que los demás
consideran bien, reprimiendo en ocasiones, otros impulsos sexuales. Siendo ya maduros, se nos
considera formados y satisfechos con la sexualidad elegida, aunque, no obstante, somos excitables.
Entonces ¿por qué existe esas distinciones que hacemos frente al mismo sexo e, incluso, con el
opuesto? ya que, aunque uno sea heterosexual, no se siente atraído por todas las mujeres, sino que
prefiere unas, y eso no le convierte en menos heterosexual.
Hay otros aspectos sobre este tema que se dan en ocasiones, aunque también tienen lugar entre
heterosexuales. Estamos hablando de la “feminización” y “masculinización” en hombres y mujeres.
Actualmente, se pueden ver a hombres con una mentalidad más femenina. Se dice que estos
hombres tienen el hipotálamo parecido al de la mujer, lo cual nos lleva a pensar, que hay algo que
proviene desde nacimiento y, por tanto, esté relacionado con los genes.
El ser humano tiende a todo lo distinto al camino de la especie y, la educación, lo encarrila de
nuevo. Por ello, tanta represión contra la homosexualidad y la delincuencia, con la diferencia de que
esta primera no perjudica directamente a nadie, debería ser aceptada.
Seguramente, el mayor problema que puedan traer estos estudios genéticos, sea que la gente quede
marcada por sus genes, en el sentido de que señalen diciendo, que éste es propenso a ser un
delincuente, o un buen deportista, u homosexual… Eso privaría de cierta libertad y libre albedrío
que, aunque sea cierto o no saberlo, solo servirá para alterarlo.
En cualquier caso, la genética puede ayudarnos a predecir enfermedades y posibles conductas, lo
cual puede ser ventajoso o nocivo, pero nos podría costar admitir una realidad tan cruda como que
“no somos tan libres como creemos”.