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AMIGOS Y SERVIDORES DE LA PALABRA
15 mayo 2010, sábado. VI semana de Pascua
DE LA PALABRA DEL DIA
“Llegó a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, hombre elocuente y
muy versado en la Escritura. Lo habían instruido en el camino del Señor, y era
muy entusiasta; aunque no conocía más que el bautismo de Juan, exponía la vida
de Jesús con mucha exactitud”. Hch 18, 24-25
¿Cómo vivir esta Palabra?
De Apolo, natural de Alejandría, el texto sagrado dice que era judío, hombre
culto, que conocía bien la Sagrada Escritura, esto es, el Antiguo Testamento. No se sabe
quien había instruido a este hombre de alto nivel acerca del Señor Jesús. Existe, no
obstante, un dato: Apolo entraba hasta en la sinagoga para hablar de Jesús, pero no
había recibido el bautismo cristiano, sino sólo el de Juan Bautista.
Sin duda es una figura extraña la de Apolo, aunque lo que a nosotros nos
interesa es el hecho que Priscila y Aquila, dos fervientes cristianos de la primera hora,
no se dejaron intimidar por sospechas, no se opusieron al celo de este cristiano sui
generis, no estuvieron – en suma- a la defensiva. Por otra parte, no pecaron ni siquiera
de hacer las cosas de prisa ni de ingenuidad. El texto sagrado dice que escucharon a
Apolo, se lo llevaron consigo y con el tacto y la franqueza que caracteriza a las
personas que practican de corazón el Evangelio, lo ayudaron a llenar los vacíos de su
parcial exposición cristiana. Después lo animaron a conseguir su deseo de llegar a
Gracia con un objetivo apostólico. Y cuando lo consiguió fue evidente que el sincero
ímpetu de Apolo, corroborado por la ayuda fraterna y generosa de Priscila y Aquila,
tuvo como espléndido resultado tanto la acogida fraternal de los judíos que ya conocían
a Jesús, como la eficacia en su predicación, pues ya muy bien preparado, refutaba los
errores y completaba en las mentes el conocimiento de Cristo salvador, siempre con
necesidad de ser profundizado y de una perseverante apertura del corazón a la luz.
Hoy, en mi pausa contemplativa, me abriré interiormente a la admiración del
comportamiento de estas personas: el valor y el empuje de Apolo, y la fe que llega a
ser acogida y ayuda totalmente gratuita de Priscila y Aquila
Señor, dame un corazón grande y valor para profundizar cada vez más el
conocimiento de Jesús y de sus misterios
La voz de un médico santo
He pensado que fuese deber de conciencia instruir a los jóvenes, huyendo de la moda
de guardar misteriosa y celosamente el fruto de la propia experiencia, sino revelarlo a
ellos
S. Giuseppe Moscati