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Ricardo Búlmez EL PIANO INOLVIDABLE La vida está entretejida con pérdidas y ganancias. Una de las pérdidas que más nos afecta es la de los seres queridos. Sí, la muerte se lleva a esas personas que tanto significan para nosotros y cuando eso sucede pareciera que todo se derrumbara. Nuestros seres queridos fallecidos son como un piano, unas veces tocamos en él melodías bellas, otras veces interpretamos canciones de rabia, de amor, de odio con mezcla de descuido. Los seres queridos nos arrancan un “te quiero”, pero también indiferencias y resentimientos, algunas veces el olvido pasea sus notas por el teclado y la impronta del perdón alegra el preludio en un encuentro amoroso, así es la vida. Un día la fuga de la muerte rompe el piano y lo acaba para siempre. Se nos fue ese ser querido, intento desesperadamente tocarlo de nuevo pero ya no suena, está roto. Cuando tu piano querido ya no suene más porque está roto e inservible, no lo dejes allí en el sitio donde estuvo siempre. ¡Quítalo de allí, que no siga en el centro de la sala porque si no, cada vez que pases por su lado te vas a hacer daño y se lo harás a él también. Así son los seres que amamos. Cuando alguien cercano muere, no lo dejes ahí donde estuvo siempre. ¡Sácalo del centro de tu corazón! Porque si no lo haces, sufrirás. Mientras no saques de tu corazón a ese ser querido muerto no vivirás a plenitud y él tampoco morirá completamente, permanecerá en ti y tú te acabarás con él. ¡Quítalo de allí.... porque su vivo recuerdo te hará mucho daño y con tu sufrimiento no permitirás que se marche tranquilamente. Apártalo de tu vida porque ellos ya no pertenecen a este mundo, déjalos que se rompan en paz. Coloca ese piano en un rincón de la sala, ponlo en algún lugar muy cercano a tu corazón, no por donde caminan los vivos ni en el centro, hazlo a un lado.... porque el centro de tu corazón es para un piano nuevo y para los seres queridos que te quedan vivos. Sí, acepta que ese ser querido muera, ese piano ya está roto.... acepta la realidad, no, no lo botes porque ese piano significó mucho para ti, es tu piano querido, es tu piano inolvidable. Sólo así podrás seguir viviendo en paz y esa persona amada por fin emprenderá otros caminos hechos de luz, de esta forma él morirá también y tú vivirás hasta que te rompas y no habrá ningún daño. Porque la vida está compuesta de días y de noches, de llantos y risas, de seres que han muerto y de otros que quedan. Así es, así debe ser y así será. Y algún día, en el caminar de tu melodía recordarás con alegría sus bellas armonías; Y sentirás en tu corazón que no has perdido un piano, es Dios que necesitaba uno para su orfeón. Y tú, mientras tanto, interpretarás otras canciones para otros oyentes, con otra gente. Aunque la partitura se rompa nos queda su melodía. Los difuntos no se aman, El amor es para los vivos. Los muertos se recuerdan con cariño y se reza por ellos con un dulce sentimiento en un piano inolvidable por siempre. ¡Seres queridos, descansen en paz!