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El miedo: reacción normal frente a peligros o amenazas que vienen del exterior y son claramente reconocidos
por el individuo. Existe un objeto concreto al que se le teme.
La angustia: aparece como un sentimiento aparentemente inmotivado, independiente de las circunstancias
objetivas externas. Es un miedo indefinido; el individuo admite que está respondiendo desproporcionadamente.
La ansiedad es difícil diferenciarla conceptualmente de la angustia. Comparten una misma raíz etimológica
(ANKH) . La palabra originaria quería decir angosto, estrecho o constreñido. En egipcio antiguo, para hacer
alusión al miedo intenso, se utilizaban dos símbolos: uno indicativo de estrechez y otro representando a un
hombre tumbado como si estuviera muriéndose.
La angustia hace referencia a una sensación más corporal, opresiva, sobrecogedora, que llega a "encoger" el
pecho o el estómago; el temor a morir o enloquecer. Lentifica el paso del tiempo, así como inhibe a la persona.
La ansiedad sería una sensación más mental de sobresalto y desasosiego mantenido, el tiempo aparece como
acelerado, mientras se teme que cualquier cosa negativa puede ocurrir y la persona se siente continuamente en
tensión y con "necesidad de aire". Se asocia al trastorno por angustia // similitudes con la ansiedad anticipatoria,
por lo que en ocasiones se llega a confundir con ella.
¿Qué es la ansiedad generalizada?
La ansiedad generalizada se presenta de forma continua. Un mantenido estado de tensión con preocupaciones en
torno a situaciones o acontecimientos pronosticados como desfavorables. Temores típicos: relativos a accidentes,
enfermedades, dificultades económicas, laborales o familiares, sin guardar una relación directa con la realidad
exterior objetiva, ni ser reflejo del miedo a la aparición de una eventual crisis de angustia.
Se trata de ansiedad persistente, con un cuadro de por lo menos seis meses y “generalizado”, no restringido a
una situación como en las fobias. Se asocia a preocupaciones excesivas “expectación aprensiva”
Sintomas: nerviosismo, inquietud, impaciencia, fatiga, dificultad para concentrarse, irritabilidad, tensión
muscular, alteraciones del sueño, sudoración, taquicardia, trastornes digestivos.
Son muy efectivas las técnicas de relajación ya que HAY UNA RELACIÓN DIRECTA ENTRE LA TENSIÓN
MUSCULAR Y LA TENSIÓN PSÍQUICA.
La ansiedad es un mecanismo adaptativo y universal que, en condiciones normales, mejora el rendimiento y la
adaptación al medio social, laboral o académico. La función sería movilizar, activar al individuo frente a
situaciones amenazantes para neutralizarlas, abordarlas o asumirlas.
Manifestaciones de la ansiedad
Físicos: Taquicardia, palpitaciones, sudoración, falta de aire, vómitos, alteraciones en la alimentación, tensión
muscular, cansancio, problemas sexuales.
Psicológicos: Inquietud, agobio, sensación o amenaza de peligro, inseguridad, sensación de vacío, no poder
tomar decisiones.
De conducta: Estado de alerta, hipervigilancia, impulsividad, inquietud motora, posturas cerradas
Intelectuales: Dificultad de atención, concentración, memoria, expectativas negativas, rumiación, confusión,
abuso de prevención.
Sociales: Irritabilidad, ensimismamiento. Temor excesivo a posibles conflictos.
“El ser humano quiere lo que no tiene y lo que tiene teme perderlo”. Carlos Castilla
La ansiedad es científicamente conocida como la respuesta de lucha-huida, ya que su propósito principal es
activar el organismo y protegerlo del daño. Asociados con esta respuesta, hay un número de cambios físicos,
comportamentales y mentales.
La ansiedad siempre está vinculada al concepto de amenaza. Sin anticipación, no hay ansiedad, por eso está
íntimamente ligada a mecanismos de alerta, prevención y previsión.
La ansiedad pues, como mecanismo adaptativo, es buena, funcional, normal, y no representa ningún problema de
salud. Sin embargo, en algunos casos, este mecanismo funciona de forma alterada, es decir, produce problemas
de salud y, en lugar de ayudarnos, nos incapacita.
¿Qué factores hacen que deje de ser adaptativa?
Factores biológicos (reacción física desproporcionada ante el estrés), genéticos, de personalidad, factores
ambientales.
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Factores desencadenantes: situaciones vividas como peligrosas o un obstáculo para conseguir logros. Consumo
de estimulantes.
Factores de mantenimiento: “el miedo al miedo” Los trastornos de ansiedad pueden ser vistos como la
interacción entre factores de riesgo que predisponen al sujeto a padecer un trastorno de ansiedad (por ej.
genéticos) ligada a la presencia de un estresor (enfermedad, acontecimientos vitales, etc.)
SE HEREDA LA ANSIEDAD?
Los TA muestran agregación familiar; individuos de la misma familia pueden estar compartiendo cierta
predisposición heredada. Se estima que la aportación genética en la ocurrencia del TAG es del 38%, y del 44%
en el Trastorno de Pánico. Sin embargo, no se puede decir que exista un único gen que ‘cause’ ansiedad. De
hecho, los trastornos de ansiedad aparecen como resultado de la combinación de diferentes factores, tales como
rasgos heredados, estresores externos, experiencias vitales, etc. Tener un familiar que padezca un trastorno de
ansiedad puede ser un factor de riesgo, sin embargo, no implica que la persona siempre y en cualquier caso lo
acabe padeciendo.
Juega un papel muy importante la historia de aprendizaje del sujeto. Convivir con alguien que padece un
trastorno de ansiedad puede influir en el niño no sólo a nivel biológico o genético. Estos familiares pueden servir
de modelo de conducta a seguir e influir en él a través de lo que observe y aprenda en casa. Es un estado
secundario tras la presentación de un ataque de pánico y por el que la persona, a pesar de no sufrir un nuevo
ataque, vive atemorizada por la posibilidad de que la crisis se repita.
¿QUÉ ES ANSIEDAD ANTICIPATORIA?
“Miedo al miedo", que puede ser muy incapacitante y confundirse con un estado de ansiedad generalizada.
Pendiente de sensaciones corporales, alerta ante posibles señales de aviso que anuncien la inminencia del ataque
de pánico. Genera una importante tensión en las actividades diarias, sometidas a una hipervigilancia continua
para evitar verse sorprendido por la crisis.
¿QUÉ ES UNA CRISIS DE ANGUSTIA?
También llamada crisis de ansiedad o ataque de pánico. La aparición más o menos repentina, muchas veces, sin
motivo aparente, de una sensación de miedo intenso acompañado de un importante malestar corporal y una serie
de síntomas que pueden variar entre diferentes personas. Para su diagnóstico deben recogerse cuatro o más de
entre un listado de síntomas (si se presentan menos de cuatro síntomas se denominan "crisis sintomáticas
limitadas").
1. Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardiaca.
2. Sudoración.
3. Temblores o sacudidas.
4. Sensación de ahogo o falta de aliento.
5. Sensación de atragantarse.
6. Opresión o malestar torácico.
7. Nauseas o molestias abdominales.
8. Inestabilidad, mareo o desmayo.
9. Sensación de que el mundo de alrededor ha cambiado o es irreal en algún sentido, o de que la persona se
encuentra como separada de sí misma.
10. Miedo a perder el control o volverse loco.
11. Miedo a morir.
12. Sensación de entumecimiento u hormigueo en diversas partes del cuerpo.
13. Escalofríos o sofocos – Manual Diagnóstico y Estadístico – DSM-IV
¿Qué es el trastorno de angustia?
También denominado trastorno de pánico o ansiedad paroxística episódica en la clasificación de la OMS. Este
trastorno hace referencia a la sucesión de un cierto número de crisis de angustia inesperadas. Además y durante
un período de tiempo (por ejemplo, 1 mes), la persona vive atemorizada por la posibilidad de padecer una nueva
crisis y sus posibles consecuencias. Todo ello le puede llevar a modificar sus comportamientos habituales,
buscando que las crisis no se repitan.
¿Qué son las fobias?
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Temores excesivos e irracionales ante situaciones a las que la mayoría de las personas no le temen, o generan
una mínima incomodidad.
Animales. Generalmente con inicio en la infancia.
Ambiente. En relación a la naturaleza y fenómenos atmosféricos (tormentas, vientos, etc.)
Sangre, inyecciones, daño corporal. Suele darse con mayor frecuencia en algunas familias. Con cierta facilidad
se desencadenan reacciones vegetativas que pueden llegar al mareo o desvanecimiento.
Situaciones. Como transporte, túneles, puentes, aviones, ascensores, coches, espacios cerrados.
¿Qué es la fobia social?
El temor a aquellas situaciones de tipo social o público donde la persona puede sentirse observada. La fobia
social se caracteriza por el miedo a ser censurado y el consiguiente bochorno y humillación pública. Son
frecuentes la aparición de enrojecimientos de cara, sudor, temblor y bloqueos del habla. Comer en público puede
ser una acción insoportable, tendiendo a buscar mesas o lugares apartados. A diferencia de la agorafobia, se
evitan las tiendas pequeñas, mientras que los grandes supermercados no generan dificultades hasta que llega la
hora de pagar !!. No hay que confundir con timidez. La fobia social trastorna la vida normal, interfiriendo con
una carrera o con una relación social.
¿Qué es la depresión?
Básicamente podemos decir que es un estado anímico de tristeza mantenida que se acompaña además de otros
síntomas corporales variados. La persona deprimida refiere sentimientos de tristeza, pérdida de la capacidad para
interesarse o disfrutar de las cosas, disminución de la atención y concentración, pérdida de confianza en si
mismo, autorreproches infundados, desesperanza hacia el futuro, pesimismo y visión negativa de la propia vida,
además de disminución de su vitalidad y cansancio exagerado, trastornos del sueño, apetito, sexualidad u otras
funciones corporales.
Es muy importante precisar que un trastorno por angustia NO es una depresión, a pesar que tras la aparición de
una crisis la persona pueda sentirse triste o miserable durante unas horas o días. Sin embargo, no es infrecuente
que tanto las crisis de ansiedad como la depresión puedan coexistir en la misma persona.
Un 70% de los trastornos depresivos refieren ansiedad de diferentes grados y tipos. Un porcentaje todavía mayor
de personas que sufren trastornos de ansiedad, terminan por presentar también sintomatología depresiva de
diversa consideración.
En ocasiones, las situaciones implican amenaza y pérdida a la vez, por lo que llevan a la activación de los dos
sistemas con diferentes posibilidades de combinación.
=Algunos síntomas aparecen por igual en la ansiedad y en la depresión, por ej. el autocentrarse, dificultades de
concentración, insomnio, vértigo, y naúseas.
-- Pueden llevar a conductas y pensamientos muy similares, aunque con causas y contenidos diferentes. Por ej.
La reclusión en casa se dan en la agorafobia y en la depresión.
- En niños es difícil separar ansiedad y depresión, posiblemente porque la depresión, requiere más elaboración
cognitiva.
- Lo mismo ocurre en la vejez.
- En muchos casos, funcionan los mismos psicofármacos para ambos trastornos, por lo que es de suponer que
participan los mismos sistemas de neurotransmisión.
- Suelen haber precursores comunes. En ambos trastornos, es corriente encontrar, dificultad para la resolución de
problemas, de habilidades sociales, situaciones estresantes o estrés continuado, pensamiento desadaptativo y
rígido. No obstante, aunque en forma sean iguales, su contenido (amenaza o pérdida) permite, normalmente, su
distinción.
La relación que se pueda dar entre ansiedad y depresión no es fija ni inamovible. Al contrario, presenta
oscilaciones a lo largo de su curso. De manera que, en un cierto momento, es posible que predomine una u otra
sintomatología. Si se presentan ambos en un mismo paciente es importante intentar esclarecer cuál fue
secundario y cuál primario. Sin embargo el criterio que determinará cuál va a ser tratado primero será el malestar
que cause al paciente y el grado de incapacitación. En caso de que esto no quede claro, lo más aconsejable es
atender primero a la depresión porque ésta
afecta directamente a la motivación, y por tanto, al seguimiento del tratamiento.
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