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Arq. Gustavo Redondo Restauración y Puesta en valor del Flamingo Plaza Bar Buenas tardes a todos. En principio quiero agradecer la invitación y la posibilidad de conversar un poco respecto de, en principio, una obra que para nosotros fue un desafío muy grande y que de alguna manera nos enorgullece poder compartirla en un evento como este. De todas maneras, y en primer lugar, me siento hoy en la obligación de hacer algunos comentarios que tienen que ver con las exposiciones que previamente hemos escuchado. Nosotros no somos, yo no soy un experto en el tema preservación, soy arquitecto, a lo largo de mi carrera, digo “mi” porque en el caso de Facundo Lluch, que es mi socio y que está conmigo, esta es su primer experiencia en una obra de este tipo, yo he tenido una cantidad de intervenciones, no muchas, en la ciudad de Rosario, algunas para la Municipalidad de la ciudad de Rosario, que de alguna manera me han llevado a asumir actitudes diferentes de acuerdo a las obras respecto de las cuales tuvimos que intervenir; cito, por ejemplo, la casa familiar del arquitecto Ermete de Lorenzi que recuperamos para la Municipalidad de Rosario, donde se va a instalar en poco tiempo el Museo de la Memoria, en ese caso lo que hicimos fue recuperar íntegramente la casa; cito una obra semejante y en un tema semejante al del hotel Plaza Flamingo o Flamingo Plaza, que es la que vamos a contar ahora, que es una esquina de la ciudad de Rosario en Corrientes esquina Santa Fe; cito el Patio de la Madera en donde construimos un Centro de Convenciones y Exposiciones, aprovechando y recuperando lo que pudimos de una serie de instalaciones ferroviarias; cito la recuperación de la Estación Mariano Moreno, hoy de ómnibus, ex estación de ferrocarril francés de la ciudad de Rosario, de pasajeros; y una última que me acorde hace un rato que fue la reconstrucción del pórtico de ingreso del ex edificio del Banco Nación, en la esquina de Corrientes y San Martín de la ciudad de Rosario, criticada por alguna gente, elogiada por otra, pero que de alguna manera pretendió poner en memoria lo único que quedó de un edificio que no debería haberse ido como se fue. En principio lo que debo decir es lo siguiente, como arquitecto veo y accedo a esta temática desde el punto de vista de la arquitectura, entendiéndola como una situación dinámica en la que las ciudades se transforman permanentemente, la cultura no es un documento cerrado, no es un libro cerrado, no tiene una última página y al final no dice “fin”. Y digamos que en el transcurso del tiempo hay una cantidad de factores que generan la necesidad de modificaciones al efecto de adecuar a las nuevas pautas y nuevos requerimientos, una cantidad de cuestiones, con lo que por ahí se relativiza la capacidad respecto de decidir la absoluta preservación. Como arquitecto no podría no considerar el hoy, mi contemporaneidad, porque la arquitectura es una actitud contemporánea. Cuando decidí reconstruir el pórtico del Banco Nación fue una decisión que tomé en el momento que la tomé, no antes; 1 quiero decir con esto, si bien uno toma como objetos para la intervención edificios que pueden tener más o menos valor, más o menos deteriorados, la intervención de la arquitectura es siempre contemporánea, de no serlo no sería una intervención desde la arquitectura, sino desde la artesanía de la restauración; sería la aplicación de conocimientos científicos a través de la destreza y habilidad para conseguir recuperar un producto, pero de alguna manera adecuar o rever desde el punto de vista del hoy ese producto lleva a que ese tipo de intervenciones no sea una intervención arquitectónica, lo que no significa que de esta manera no la valoro, creo que es muy valiosa y lamentablemente hay muy poca gente en condiciones de trabajar en el mantenimiento y preservación de una cantidad muy grande de monumentos de edificios de valor arquitectónico y además, de alguna manera entiendo el reclamo que hacían recién, el Estado que dice privilegiar esa actitud no la reconoce de la única manera que sería posible, con dinero, con fondos. Bueno, hecha esta aclaración, este comentario, vamos a pasar a comentarles un poco qué fue lo que encontramos y qué fue lo que pudimos hacer en esta intervención en particular. Yo les pediría, en la medida en que no soy orador, en la medida en que no soy docente de facultad ni tengo experiencia en dirigirme a un público, que si es posible establezcamos un dialogo y en la medida en que vayamos avanzando no tengan problema en interrumpir, preguntar, volver hacia atrás, etcétera. Como se trata en definitiva de un ejemplo concreto, creo que podemos manejarnos con más libertad que con los casos anteriores, que como se tratan de un desarrollo teórico el orden es fundamental para comprender la idea. Hace casi dos años fuimos requeridos con el efecto de visitar una construcción en la ciudad de Paraná. El primer comentario que puedo hacer es el siguiente: el tiempo, las inclemencias del clima, el abandono, causan, sin lugar a dudas, daños y deterioros en las obras de arquitectura; ahora, en muchos casos es mucho mayor el daño que causan las propias personas que todo el resto. Nos encontramos con un edificio destruido, pero básicamente destruido por la cantidad de intervenciones que fueron ocurriendo sobre él, casi ininterrumpidamente, desde su construcción, construcción que fue en realidad en 1900 una reconstrucción. Investigando un poco nos encontramos con que la obra original data de más o menos 1840. Fue, por llamarlo de alguna manera, una casa colonial con patio central, allí funcionaron una cantidad de usos, fue vivienda, hubo allí un hotel que se llamaba “Café Americano”, que a fines del siglo XIX se incendió. Después de estar cinco o seis años sin ningún tipo de intervención, esta propiedad fue reconstruida y se habilitó en este lugar lo que fue en principio el Hotel Gran Sack, después Hotel Plaza, esto por ahí es interesante comentarlo porque de alguna manera puede llegar a explicar una cantidad de cuestiones o de hechos que 2 encontramos al empezar a investigar el edificio o el existente. A todo esto, también quiero decir lo siguiente, esta intervención es a partir de la compra de la propiedad por una empresa, que, como se señaló aquí, realizó una cantidad de inversiones con fines especulativos, con lo que fueron, por decirlo de alguna manera, medio mecenas, pero inclusive los tiempos disponibles fueron bastantes breves, por suerte conseguimos muchísima colaboración por parte de una cantidad de instituciones, Municipalidad de Paraná, Museo de Arqueología Urbana, periódicos que colaboraron en arrimarnos información, eso nos sirvió muchísimo. Decidimos, en orden a experiencias anteriores, a no dar nada por supuesto, un supuesto es el que antes se construía muy bien, en nuestra experiencia en general no. La primera cuestión que nos sorprendió fue la siguiente, la ampliación que se hizo en el 1900 significó la ampliación de la superficie cubierta, ocupando el patio central de la casa, ese patio central estaba rodeado por una U, compuesta por subsuelo, planta baja y primer piso, solamente antes de la reconstrucción quedó el subsuelo. A la izquierda de ustedes, ese es de alguna manera el esquema de la planta que encontramos, lo que esta grisado era tierra o basura; de hecho, toda la pata de la U hacia la derecha estaba cerrada, inaccesible y llena de tierra y basura, a pesar de ser una construcción de 1840 aproximadamente. En lo que es el cuadrado central se construyeron cuatro columnas a los efectos de ejecutar la ampliación de la obra y de construir el nuevo hotel, resulta que además de no construir tan bien, los ingenieros, arquitectos o constructores mentían bastante, de acuerdo a los planos que conseguimos, esas cuatro columnas debían estar fundadas a 2,50 metros de profundidad, las encontramos a 2,20 metros y para nuestra sorpresa, excavamos al efecto de llegar al nivel de fundaciones, podíamos introducir con las manos un fi de 25 debajo de las bases, o sea que ninguna de esas columnas estaba trabajando, esto nos llevó a desarrollar toda una obra de ingeniería al efecto de refundar el centro de la construcción, ponerlo en tensión, porque en realidad lo que parecía que recibía las tensiones de arriba eran flecos colgando de vigas de gran altura de mampostería. Eso nos llevó tiempo y la verdad nos significó asumir algunos riesgos importantes, porque estábamos actuando sobre una estructura de muy baja confiabilidad. De alguna manera, también, el tener que ejecutar esta obra generó algunas decisiones en el sentido de llevarnos a decidir que nuestra intervención tomara como principal interés la recuperación o la puesta en exhibición de los subsuelos del edificio, inclusive la parte del subsuelo a la derecha, o sea hacia el oeste, que estuvo durante años oculta, después van a ver ustedes algunas fotos comparando cuáles son los cambios que se hicieron en los espacios físicos, en realidad en lo que se refiere a esos espacios recuperados del subsuelo prácticamente ninguno, salvo pintura. Yo creo que este edificio tiene para mucha gente en la ciudad de Paraná un sitio importante en la 3 memoria, por una cantidad de hechos que fueron ocurriendo a lo largo del tiempo, más que por el valor arquitectónico del edificio. Por ejemplo, la L del subsuelo fue durante años una confitería bailable que se llamaba La Belle Epoque, nos pareció importante recuperar ese espacio y ponerlo a disposición, por eso es que decidimos desde el centro recuperar la posibilidad de acceder directamente a los subsuelos. Querría de alguna manera ir mostrando qué es lo que nos fuimos encontrando en la medida que tratábamos de avanzar. En esta fotografía pueden ver ustedes una columna existente, la blanca hacia arriba y hacia abajo en hormigón armado está siendo recibida por esa especie de cono truncado, invertido, es el nuevo fuste construido al efecto de sostener la estructura superior. Básicamente nos encontramos con lo siguiente, una fachada en bastante buen estado, una cantidad de microfisuras que requerían reparación, pero perfectamente factible, un espacio que es el central, absolutamente deteriorado por la actuación, las intervenciones anteriores, todo esto estaba cerrado en durlock, habían sido demolidas íntegramente columnas, faltaban capiteles, etcétera, o sea todo este lugar que fue originariamente el comedor del hotel, había sido subdividido en varios locales comerciales, pero de todas maneras, por suerte, este lugar preservó alguna calidad, porque en lugar de demoler taparon con durlock, lo que de alguna manera nos permitió acceder a las molduras y ornamentaciones originales simplemente desarmándolo, pero no encontramos mucho más que esto. Y en los pisos superiores encontramos un esquema de circulación en U o en O con una cantidad de locales a lo largo que, como esquema, como tal, conservamos, simplemente cambiándole de destino, lo que fueron habitaciones del hotel original se transformaron en oficinas, de hecho sería impensable en este momento la posibilidad de ofrecer servicio de hotelería en este edificio por carecer completamente de condiciones mínimas imprescindibles. Esto es el subsuelo que nosotros encontramos, a la izquierda, y la recuperación del espacio que hicimos con más uso que actualmente tiene, que es en definitiva una librería. En la parte de ese subsuelo se conservó un área en las condiciones en que la encontramos y allí se armó, se dio ese espacio al Museo de Arqueología Urbana para mostrarlo y de alguna manera permitir por parte del público general, del paranaense, de cuáles eran las condiciones, inclusive condiciones constructivas, en las que se encontraban estas áreas del edificio. Hubo inclusive una cantidad de versiones que de alguna manera indicaban o señalaban la posibilidad de que encontráramos túneles que en teoría habrían vinculado una cantidad de propiedades a lo largo del siglo XIX, no encontramos nada de eso. Desde el punto de vista del criterio principal, la idea principal fue de nuevo la de preservar, la de conservar y eventualmente restaurar aquellas obras que efectivamente encontramos y que valieran la pena, no inventamos ni sustituimos nada, todas aquellas obras que fueron 4 demolidas y destruidas, desaparecidas a lo largo del tiempo, no fueron reconstruidas a excepción de algunas molduras, etcétera, de fachada, que en definitiva significaron un completamiento. Ahora, en contrapunto con esa actitud de preservar aquellos espacios que entendimos valían la pena y podían preservarse tratamos de asumir una intervención contemporánea, con materiales, elementos y de alguna manera con una estética de hoy. Yo creo que hay dos posibilidades al efecto de revalorizar, uno es repetir o reinventar el objeto tal cual fue o tal cual uno imagina ha sido y la otra que por lo menos desde mi punto de vista es más interesante, sobre todo cuando no se trata de obras de evidente valor arquitectónico, es la de establecer un contrapunto con aquellos objetos que de alguna manera vienen de la mano del tiempo con una actitud actual. No se si hay mucho más para mostrar o para contar, yo les diría o me serviría al menos a mi, si les parece o les interesa, que tengan algún tipo de intervención o de pregunta. Opinen, critiquen o lo que quieran. 5
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