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De zapatero remendón a rutilante empresario A. F. PEKÍN "Hace 30 años aspiraba a un cuenco de arroz. Hace 15, a ganar dinero. Ahora, a que prosperen mis empresas, pasear China por el mundo y agradecerle así todo lo que me ha dado". El enriquecimiento de Qui Jibao corre parejo al de China. Se ha hecho a sí mismo. Las reformas económicas de Deng Xiaoping facilitaron algo similar al sueño americano. Qui, 46 años, preside Feiyue, empresa líder en máquinas de coser industriales. El 2005 facturó 490 millones de euros. Vendió cinco millones de máquinas en 127 países. Emplea a 5.000 trabajadores en ocho fábricas. Pero su historia empieza mucho antes. El nacimiento del socialismo con características chinas, feliz eufemismo, le pilló remendando zapatos en el norte, donde había emigrado dejando atrás a la familia. Un préstamo de 30 euros, junto a sus ahorros, le permitió abrir lo que sería el embrión de Feiyue. Con más ahorros, voló a la Feria de Cantón, donde le impidieron entrar. Cerrado el mercado chino, buscó apoyo para exportar a Latinoamérica, donde alcanzó en los 90 un éxito inmediato. "Hace 20 años no había nadie competente en China; ahora lo somos todos. Fue mi mayor esfuerzo", dice. Revela que el éxito descansa en su inversión en investigación y desarrollo, a la que destina el 4% de los ingresos. "Vemos máquinas igual a las nuestras en el mercado tres meses después de patentarlas. El Gobierno debería arreglar este problema". Es el signo del éxito económico chino: la piratería les toca de lleno. Noticia publicada en la página 24 de la edición de 19/7/2006 de El Periódico - edición impresa. Para ver la página completa, descargue el archivo en formato PDF