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LOS TRABAJADORES DE LA
VIÑA o EL AMOR
GRATUITO DE DIOS
Mateo 19,30 – 20,16
Si quieres entrar en la lógica de Dios, si
deseas entender como verdadera Buena
Noticia el Evangelio, te invito a profundizar
hoy en esta parábola/alegoría sobre el amor de Dios.
Preparación
Antes de empezar, trae ante el Señor lo que te ronda en el corazón, tus preocupaciones y
angustias, tus expectativas y esperanzas, las de la vida cotidiana, y las del momento histórico que
vivimos. Ponlas ante El, pero no dejes que ellas te distraigan de este encuentro con su amor. Si te
vienen una y otra vez, apártalas con cariño, tú ahora quieres dejarte tocar por El.
Espíritu Santo, abre mi corazón a la alegría de la Buena Noticia..
Espíritu Santo, abre mi mente a lo impresivible del amor de Dios.
Lectura
Después de leer atentamente el texto, déjalo resonar en ti; después de un tiempo, busca responder a
estas preguntas, te ayudarán a profundizar:
 ¿Cómo ha sorprendido Jesús a sus oyentes en los textos anteriores: Jesús bendice a los niños
(Mt 19,13-15) y el joven rico (Mt 19,16-30)?
 Ahora nos centramos en nuestra parábola. Busca los versículos 19,30 y 20,16: ¿qué dicen?
¿Cómo nos está preparando Jesús a este encuentro?
 Te invito a fijarte en los detalles de esta parábola, ¿En qué términos realiza el dueño de la
viña cada uno de los contratos? ¿Qué dice a los que llegan “muy de mañana”, los de “media
mañana” y “la primera hora de la tarde”, y finalmente, los de “media tarde”?
 La palabra “justo” o “justicia” aparece dos veces en boca del dueño de la viña (v. 4 y 13).
¿Qué significa para él la justicia? ¿Y para los trabajadores de la primera hora?
 v. 15: Jesús habla abiertamente de la verdad que hay en el corazón humano ¿cuál es esta
verdad?
 El dueño de la viña se autodenomina “bueno”. ¿Cómo relacionas esta bondad con la justicia
en la parábola?
El contexto (tomado de Fray Marcos, en la página feadulta.com)
También hoy el evangelio va dirigido a la comunidad. Los primeros cristianos eran judíos,
aunque poco a poco se fueron agregando paganos y de otras religiones. Cuando se escribió este
evangelio, las comunidades llevaban ya muchos años de rodaje pero seguían incorporándose nuevos
miembros. Los más veteranos, seguramente reclamaban privilegios, porque naturalmente habían
conseguido una perfección que los neófitos no podían tener.
Esta parábola intenta advertir a los cristianos de su comunidad que no es ningún privilegio haber
accedido a la fe antes que los demás. Este sentimiento de superioridad estaba muy arraigado en el
pensamiento judío. Ellos eran los elegidos y los privilegiados. Dios no podía tratar a los demás como
tenía obligación de tratarlos a ellos.
Meditación
En este momento, se trata de bajar de la cabeza al corazón, o mejor dicho, a nuestro centro,
el único lugar desde podemos entender el escandaloso mensaje de Jesús, que no cabe en nuestra
lógica estrecha y contable, en nuestra justicia deformada por nuestros sistemas económicos y
mercantilistas.


¿Cómo reacciono yo a esta parábola? ¿Qué razones tengo para ello?
En la parábola solo se nos relata la reacción de los que se quejan contra el dueño de la viña.
¿cuál sientes que sería la reacción de los contratados en la tarde al recibir su denario?
 ¿Tienes experiencia de que alguien te haya tratado así? ¿Qué despertó en ti la gratuidad de la
otra persona?
 ¿Te has sentido tratado/a así por Dios? ¿Cómo?
Otros textos que te pueden ayudar: Lucas 7,36ss; Lucas 15,30; Lucas 5,30
Oración
Después de este tiempo de meditación, quizás hayas logrado entrar en la lógica “ilógica” de
Dios. O quizás no, el Señor nos conoce y nos acompaña en el punto del camino en el que estamos.
Por eso, puedes formular ante El tu oración: de perplejidad ante esta parábola, de rebeldía ante lo
que sigo viendo injusto, de petición, de asombro y agradecimiento por mi experiencia de gratuidad,
etc.
Contemplación
La vida cotidiana nos reclama después de un tiempo de oración, y tenemos que dar respuesta
a los numerosos desafíos que nos presenta. Sin embargo, quizás este espacio de lectura orante de la
Palabra te ha ayudado a tener una mirada nueva ante todo aquello que “traías” al comenzar esta
lectura, incluida esta fiesta nacional que hoy celebramos. Si es así, intenta precisar:
 ¿Cómo es mi estado de ánimo en este momento?
 ¿Se me han iluminado algunos problemas o inquietudes que traía cuando comencé la lectura
de este texto? Si es así ¿en qué se han iluminado?
 ¿Siento que ha cambiado algo en mí? En caso afirmativo ¿en qué aspecto?
 ¿Siento alguna invitación? Algún gesto a hacer, alguna actitud a cultivar, etc.
San Efrén, diácono en el siglo IV, nos ayuda a agradecer aquello que hoy hemos descubierto en la
Palabra de Dios, invitándonos a continuar en esta búsqueda de su Palabra para nosotros hoy:
“Aquel, pues, que llegue a alcanzar alguna parte del tesoro de esta palabra no crea
que en ella se halla solamente lo que él ha hallado, sino que ha de pensar que, de las
muchas cosas que hay en ella, esto es lo único que ha podido alcanzar. Ni por el
hecho de que esta sola parte ha podido llegar a ser entendida por él, tenga esta
palabra por pobre y estéril y la desprecie, sino que, considerando que no puede
abarcarla toda, dé gracias por la riqueza que encierra. Alégrate por lo que has
alcanzado, sin entristecerte por lo que te queda por alcanzar. El sediento se alegra
cuando bebe y no se entristece porque no puede agotar la fuente. La fuente ha de
vencer tu sed, pero tu sed no ha de vencer la fuente, porque, si tu sed queda saciada
sin que se agote la fuente, cuando vuelvas a tener sed podrás de nuevo beber de ella;
en cambio, si al saciarse tu sed se secara también la fuente, tu victoria sería en
perjuicio tuyo”
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