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Borrador Ensayo. 1ra versión. Resumen de aportaciones dadas hasta antes de 13:00 hrs y aportes JMM Borrador 2 Capital Social y ARS Introducción Diversas instituciones internacionales desde hace años han comenzado a trabajar y promover políticas públicas en base al concepto de capital social. Se trata en realidad de “paradigma emergente”, y aún hay un amplio debate sobre algunas de sus definiciones. De todas maneras, hay coincidencia sobre la necesidad de entender que el desarrollo económico de un país se da sobre un tejido social y cultural complejo, y que la interacción en redes hace que el capital humano se convierta en capital social. Esto se produce a partir de interacciones que implican confianza, previsibilidad y reciprocidad, y que aportan ventajas competitivas a un individuo, familia o grupo humano, lo que puede ser aprovechado para lograr objetivos y mejorar su situación de vida. El análisis de redes nos permite conocer y comprender como estos mecanismos funcionan, y tener acceso a patrones de vinculación que permitan deducir conclusiones aplicables en programas de mejoras sociales. Redes e intercambio Existe cierto acuerdo entre los antropólogos que indica que el intercambio ha estado en la base del desarrollo de la cultura humana. El análisis de redes, con su vocación interdisciplinaria, resalta la importancia de este intercambio, y afirma que la clave para entender la organización y el funcionamiento social está en las relaciones entre personas, y no en los atributos personales. Sin embargo, se señala el peligro de "abstraer" esas relaciones, como si se tratara de reglas para el aprovechamiento de los recursos sociales, lo que conduciría a perder de vista que en el ámbito de la cultura ningún cálculo puede ser exacto, y que las comunidades humanas son realidades mucho más complejas que los modelos matemáticos. Con todo, esta perspectiva ubica a las redes y estructuras como la base de intercambio social sobre la que se desarrolla toda la economía. Esta revalorización de lo social frente al paradigma individualista tradicional abre nuevas posibilidades para la aplicación de políticas de desarrollo en países pobres que deben mejorar la gestión de sus recursos naturales. Por otra parte, el análisis de redes es un campo muy prometedor sobre todo para las políticas de promoción territorial1 aplicadas en pequeñas comunidades, que pueden aprovechar mejor sus contactos y abrir nuevas relaciones con otras comunidades, con mercados y con otros sectores del mundo social. Promoción del capital social: lazos fuertes y lazos débiles Una de las presuposiciones de Wellman indica que hay “límites finitos” al número e intensidad de los lazos de un individuo en una red. Además, el autor supone que los individuos se encuentran siempre cerca de esos límites. Es por eso que la creación de nuevos lazos puede romper otros. Estas modificaciones Entendemos aquí el término “territorial” en el sentido que en los últimos años le han dado el Banco Mundial y otras instituciones: como una aproximación integral (cultural, social, económica, geográfica) que implique mejorar los niveles de participación ciudadana y aplicar estrategias de “empoderamiento”. 1 1 Borrador Ensayo. 1ra versión. Resumen de aportaciones dadas hasta antes de 13:00 hrs y aportes JMM pueden tener fuerte impacto en la comunidad y esto es algo que debe ser tenido en cuenta en las políticas y proyectos destinados al desarrollo del Capital Social, que deben partir de un análisis estructural, un mapa de actores y relaciones que les permita dirigir su acción hacia el sector más indicado. El problema de estas políticas de desarrollo es que muchas veces se han dirigido a crear “lazos fuertes” (en términos de Granovetter), implantando instituciones, asociaciones y formando grupos que debían emprender acciones en común, pero que no contaban con otros contactos laterales entre sí que ayudaran a su cohesión. Estas políticas, que podrían caracterizarse por su “compulsión asociativista”, suponen que toda reunión de personas implica la existencia de una base suficiente de capital social. En los últimos años muchos gobiernos y ONGs han ejecutado proyectos de este tipo, y aún es difícil realizar una evaluación de su resultado, pero muchos señalan que se han creado “muchas redes y pocos tejidos”, vínculos formales que finalmente no benefician al individuo, ni a la institución ni a la red. De todas maneras, el análisis de redes puede aportar herramientas para un acercamiento más adecuado a la hora del diseño de políticas públicas, políticas en las que se tenga más en cuenta la red existente y sus potencialidades, quizá menos ambiciosas, pero con un enfoque territorial que logre resultados duraderos. Sin esta perspectiva de largo plazo, muchos proyectos quedan condenados al fracaso cuando el financiamiento se acaba, e incluso pueden arrojar resultados adversos sobre la red social de la comunidad en la que se aplicó, con el consiguiente deterioro del capital social existente. Apoyo mutuo y confianza Varios estudios afirman que en los grupos, países y redes donde se da mayor confianza y cooperación, existe un mayor desarrollo. Para explicarlo se puede decir que si no hay un beneficio mutuo a partir de un intercambio activo de información para los miembros de una red basando en la confianza, se puede decir que los vínculos fueron débiles y que la realización del espacio fue por requisito o coyuntural. Por el contrario, cuando los lazos se han tejido fuertemente, el intercambio puede continuar con nuevos miembros con los que los antiguos integrantes comparten un interés común y hacen que las relaciones tengan valor. El apoyo mutuo y la confianza son los grandes componentes del capital social, así como también la solidaridad. Es interesante ver cómo estos valores que en algún momento fueron dejados de lado en la concepción del individuo exitoso –la visión de la economía clásica liberal– indican hoy que han sido y siguen siendo decisivos para el progreso tecnológico, la competitividad, el crecimiento sostenido el buen gobierno y la estabilidad democrática. La organización en cualquiera de sus formas (política, empresarial, social) nace con el capital social de sus miembros para luego crear a partir de su funcionamiento sus propias relaciones. La cuestión está en que las organizaciones en ocasiones contienen islas de conocimiento en donde probablemente exista capital humano, pero al no comunicarse entre áreas o dentro de los equipos, el conocimiento se aísla y no se aprovecha como capital social que es lo que le da valor agregado a cualquier tipo de organización. Al socializarse el conocimiento se queda en la institución, y no se va con el capital humano que en diversas ocasiones es rotativo. 2 Borrador Ensayo. 1ra versión. Resumen de aportaciones dadas hasta antes de 13:00 hrs y aportes JMM Redes y alianzas para un enfoque integral Un problema al que también se enfrentan diversas instituciones es el de la heterogeneidad y multicausalidad de las problemáticas la articulación de disciplinas, profesiones, instituciones y sectores (públicos y privados) en la construcción de tejidos sociales que trabajan en torno al mejoramiento de las condiciones de vida de los grupos más vulnerables. De esta manera se intenta ampliar las ofertas institucionales de servicios, ofrecer intervenciones integrales e integradoras, y subsanar las falencias y limitaciones individuales a partir de la conjunción de esfuerzos, recursos, experiencias, intervenciones, investigaciones, etc. Asimismo las instituciones pueden atacar la duplicidad de los análisis y las intervenciones con un proceso de aprendizaje intra e Inter. Organizacional. En este sentido, todas las instituciones internacionales han visto la importancia de generar alianzas público-privadas para mejorar la efectividad del gasto social. El poder acceder a conocer y comprender cómo se articulan y funcionan estas redes tanto en lo micro como en lo macro podría ayudar en la construcción del capital social que a su vez podría ayudar a mejorar la situación y calidad de vida de individuos y grupos humanos. Las redes interpersonales simples son las formas más importantes del capital social individual. Considerando el nivel territorial, se pueden identificar redes de capital social, ya sea individual o comunitario, que suponen distintas formas de funcionamiento particular de las relaciones sociales: (a) individual: redes egocentradas; (b) grupal: es una extensión de estas redes donde se cruzan vínculos en un grupo cara a cara. Este tipo de capital parece campo fértil para emprendimientos asociativos; (c) sistemas institucionales; (d)conexiones distantes horizontales y verticales” 3