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TEMA: ARTE GRIEGO
LA ARQUITECTURA GRIEGA, con especial atención a los siguientes epígrafes:
a) Panorama histórico-cultural.
b) Características generales.
c) Etapas y evolución.
d) Obras más representativas.
a) CONTEXTO o PANORAMA HISTÓRICO-CULTURAL.
ETAPA MINOICA O CRETENSE.
Hacia el 3000 a. C. comenzó a desarrollarse en la isla de Creta una cultura pacífica, comerciante y refinada, denominada
minoica por la legendaria historia de su rey Minos. Su escritura, denominada silabario lineal A aún no ha sido descifrada por
completa y al parecer hacia 1450 a.C. desapareció para siempre por una serie de terremotos y maremotos, destruyendo todos los
centros palaciales cretenses. A partir de ahí se funde la cultura Minoica con la Micénica. Su organización política se basó en una
Talasocracia o “gobierno de las naves”, con un carácter comercial marítimo hacia Chipre, Asia Menor y el Mediterráneo y abierto.
Sus palacios no tenían murallas y no necesitaban especialmente estar en lugares elevados o fortificados. La economía se basaba
en un sistema económico redistributivo a través del palacio (allí se llevaban los productos obtenidos y desde allí se distribuían).
Además, era centro religioso y de culto con rey-sacerdote, como enorme edificio del tipo de templo donde residía también la
divinidad, por lo que desde allí el rey-sacerdote distribuía riqueza y favores a su pueblo.
Desde 1450 a.C. los micénicos o aqueos ocuparon el territorio y absorbieron a la población y cultura minoica.
Los edificios y palacios no están rodeados de murallas ni se sitúan en lugares elevados. Destacaron ciudades como Knosos,
Hagia Triada y Faistos. El mayor ejemplo es el Palacio de Knosos, residencia del rey Minos, con una planta muy complicada, en
torno a la cual se recreó la famosa leyenda del laberinto de Creta, con el Minotauro. No sigue un orden preestablecido, con
predominio de líneas recta, arquitrabada y columnas protodóricas con el fuste con forma troncónica invertida.
La leyenda dice que el Minotauro nació de los amores de la reina Pasifae con un toro y Teseo, rey de Atenas, lo mató gracias al
hilo que le proporcionó Ariadna, hija de Minos.
Las paredes de los edificios suelen mostrar pintura al fresco con figuras humanas realizando piruetas y saltos sobre toros u otros
animales, con un carácter amable y pacífico. También aparecen especies marinas como delfines. También se cultiva una rica y fina
cerámica con escenas animalísticas marinas y de flora acuática, destacando los pulpos, algas, etc.
ETAPA MICÉNICA.
Los micénicos eran pueblos muy diferentes a los minoicos, con una lengua que se ha registrado como silabario lineal B, que
derivaría del lineal A de los minoicos. También llamados Aqueos eran pueblos indoeuropeos que procedían seguramente del Mar
Negro y eran nómadas y belicosos, al contrario que los minoicos. Se instalaron en el Peloponeso, con ciudades amuralladas y en
lugares elevados. Su organización política se basó en la monarquía, con un rey que controlaba perfectamente el poder militar y
tenía a su alrededor una jerarquía de funcionarios, generales y servidores a los que pagaba con terrenos o témenos. El lugar
donde estaba el palacio era el témenos real y sagrado y se organizó en torno al llamado megarón, un esquema que se
convertiría a la postre en el templo griego de épocas posteriores como la clásica griega, con un pórtico con columnas (in antis) y un
espacio interior cuadrado con el hogar en el centro, para finalizar en un espacio posterior cerrado o sala del tesoro.
Sus fortalezas, al contrario que las cretenses, se situaban en lugares elevados, de fácil defensa y difícil acceso y fuertemente
amuralladas con sillares ciclópeos y falsos arcos en entradas, por aproximación de piedras e hiladas. Destacan las fortalezas de
Argos, Pilos, Micenas y Tirinto.
MUNDO GRIEGO INSULAR Y PENINSULAR.
Hacia 1.200 a.C. se produce la entrada en Grecia, sucesivamente, de los dorios, jonios y eolios, pueblos indoeuropeos. Los
dorios, gentes del hierro y con carros de guerra, irrumpieron violentamente más que los micénicos e hicieron desaparecer la cultura
y la escritura, produciéndose la llamada Época oscura de Grecia, desarrollando, sin embargo, otros valores, como la libertad y lo
humano como sentido esencial de la vida. Desde el siglo XI al IX a.C. se van a situar los poemas homéricos como la Ilíada y la
Odisea que dan noticias del desarrollo de estas culturas. Los Jonios y Eolios se van a situar en Asia Menor y las islas del Egeo.
Durante quinientos años no se constatan más que restos de cerámica.
1
El nacimiento de las polis va a ser fundamental para la creación y reestructuración de los edificios.
En el mundo cretense y micénico el palacio era el edificio principal. Cuando la ciudad se gesta, sobre mediados del siglo VIII a.C,
no existen ya grandes edificaciones ni palacios y las construcciones eran de madera.
En los primeros momentos la arquitectura griega va a ser fundamentalmente religiosa, aunque también habrá elementos cívicos
que se están desarrollando (ágoras -plazas públicas-, stoas -mercados-). La arquitectura funeraria, a diferencia de la egipcia o
micénica, no va a tener importancia. A los griegos les interesa representar lo positivo de la vida, aunque aparezca la fragilidad. No
hay, por lo tanto, edificios funerarios en estos momentos. El templo es el elemento fundamental en el que se van a definir los
órdenes.
b) CARACTERÍSTICAS GENERALES (LA ARQUITECTURA GRIEGA EN GENERAL).
Las características generales de la arquitectura griega son:
a. Deriva del megarón prehelénico micénico. El Megarón era el palacio del rey, con tres estancias: pórtico in antis (dos
columnas), cella, u hogar donde se celebraban asambleas, estaba el hogar y la estatua del dios o diosa y la cámara del
tesoro.
b. es una arquitectura arquitrabada, con predominio de la línea recta, aunque los griegos llegaron a conocer la línea curva.
c. En un primer momento, los cimientos son de piedra y las cubiertas, estructuras y soportes de madera. Posteriormente se
hará todo de piedra caliza y de mármol.
d. El templo es la casa del dios, donde se sitúa su imagen. El fiel no tiene acceso a él sino sólo los sacerdotes.
e. El Témenos o recinto sagrado es el lugar donde se realizan todas las ceremonias y cultos (altares para libaciones, avenidas
para procesiones, propileos o lugares de entrada, etc.
f. El Témenos suele colocarse en un lugar elevado de la ciudad, fortificado y amurallado que se denomina Acrópolis. Todas
las ciudades o polis tenían su acrópolis.
g. El templo griego tiene una estructura rectangular y presenta las siguientes partes: a. La Naos o “Cella”, núcleo originario y
esencial del templo griego. A ella sólo se puede acceder por un lado y tiene la estatua del dios. Con el tiempo se añadirán
nuevas dependencias: columnas, vestíbulo, etc. b. Pronaos, pórtico delantero con columnas. c. Opistodomos, detrás de
la cella y simétrico al pronaos, al que se accede sólo desde el exterior. d. Suele rodearse el templo de columnas o Peristilo.
c) ETAPAS Y EVOLUCIÓN.
Se pueden diferenciar 3 etapas esenciales: Arcaica (s. VIII-VI a.C.), Clásica (siglos V y IV a.C.) y Helénica (S. III y II a.C.).
ARQUITECTURA GRIEGA ARCAICA.
Los primeros templos griegos eran de madera como el Templo de Apolo en Thermon (s. VII a.C.) y el Templo de Hera en
Olimpia, éste último ya con columnas de piedra toba en vez de leño. Poco a poco se irían construyendo de piedra, sustituyendo las
vigas por elementos pétreos, algunos recordando su anterior estructura como los triglifos (cabezas de viga) y las metopas (huecos
entre vigas). Así, se fueron conformando los denominados órdenes arquitectónicos: dórico, jónico y corintio. El dórico provenía del
Peloponeso y era austero en su capitel y el jónico provenía de Asia Menor, con influencias orientales como las volutas en su
capitel. El corintio nació siglos más tarde, en el s. V a.C., siendo una variante del jónico, más rica en decoración y profusión de
elementos vegetales: pencas, acantos, espino, en su capitel. En todos ellos predominó siempre la línea recta, por lo que se
denominó a su arquitectura arquitrabada. Los primeros templos eran muy alargados y su forma parece deriva del megarón
micénico y muestran orden dórico en sus columnas estriadas sin basa de piedra. Así se constata en los templos de Hera en
Olimpia del siglo VI a.C., templo de Hera en Poestum (Magna Grecia) de la mitad del s. VI a.C. y Atenea y Afaia en Egina, de
principios del siglo V a.C. Sus estructuras presentan tres partes: Pronaos in antis (dos columnas) o no, Cella o Naos y
Opistodomos, cerrado al interior y abierto por la parte posterior, aunque cerradas todas las entradas con puertas de madera con
relieves, hoy perdidas por el paso del tiempo. Todo muy simétrico y rodeado de columnas en sus cuatro fachadas, sobre
escalinatas de piedra, para facilitar el asentamiento. Los templos griegos no eran demasiado grandes para que entrara toda la
población, sino que el culto se desarrollaba en el exterior y la gente quedaba fuera del templo, con lo que solo accedían a él los
sacerdotes o sacerdotisas, según a quien se dedicase el templo y los personajes reales y aristocráticos. En el interior se guardaría
la estatua del dios o diosa correspondiente a quien se le había levantado y los tesoros se guardarían en el opistodomos.
ARQUITECTURA GRIEGA CLÁSICA.
La época clásica se consagró a raíz del triunfo en las guerras médicas sobre los persas. Atenas había liderado las diferentes
guerras y liberó a las ciudades jonias, organizando la Liga de Delos para prevenir cualquier incursión en el futuro y ejercer su
hegemonía sobre las demás polis. Es el momento de Pericles y el máximo esplendor de la Democracia, con el gobierno del pueblo
a través de la Ekklesía (Asamblea). El siglo V a.C. también fue el escenario de las nuevas guerras del Peloponeso entre Esparta
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y Atenas por el liderazgo (430 a.C.), finalizando con el predominio de Esparta, finalizando la preponderancia de Atenas. Para
entonces, el arte ya había culminado una época dorada para Grecia.
La arquitectura privada no tuvo apenas importancia. Los griegos dorios eran austeros y sus edificios eran modestos. El buen
clima reinante contribuía además a las reuniones al aire libre, especialmente en la plaza pública o ágora, sin una forma definida.
Se rodeaba de stoas o mercados bajo pórticos de columnas para protegerse del sol y la lluvia. También el Bouleterion fue un
edificio de gran importancia, donde se reunía la Boulé o Consejo de la ciudad, asamblea deliberativa con forma de hemiciclo. Esta
arquitectura era cívica más que palacial y los edificios para juegos, obras teatrales o actos conmemorativos, predominan en esa
arquitectura cívica: teatros sobre laderas de montañas, palestras (gimnasio con salas de masajes y ejercicios), estadios
(espacios alargados para carreras de atletas) e hipódromos (espacios alargados para carreras de caballos). En el ágora de
Atenas había stoas con las pinturas sobre tabla de los grandes artistas del siglo V, hoy perdidas. A la derecha se situaba el
Bouleterion y el Tholos, edificio circular donde los miembros de la Boulé se reunían para comer en común. La Vía Panatenaica
llevaba a la Acrópolis y atravesaba todo el ágora, lugar de solemnes procesiones con altares al aire libre y templos. A ambos lados
se situaba el odeón o edificio para audiciones musicales y la stoa de Átalo.
En cuanto a urbanismo, hay que destacar la ciudad de Mileto, destruida en 490 a.C. por los persas y reconstruida en 479 a.C..
Esa nueva organización respondió a un plano ortogonal debido a Hippodamos de Mileto (s. V. a.C.) con un plano regular de
calles rectas y perpendiculares y una nueva muralla.
La arquitectura religiosa se organizaba en torno a los templos, los cuales se agrupaban en el Témenos o “recinto sagrado”.
Cada ciudad tenía el suyo y solía ubicarse en la zona más alta de la ciudad: la “acrópolis”, zona natural defensiva y fortificada que
toda polis tenía. También había otros recintos sagrados en montes como el Olimpo de Olimpia, consagrado a Zeus, dios de
dioses o el de Delfos, consagrado a Apolo, que se manifestaba a través del oráculo por medio de sacerdotisas.
ARQUITECTURA GRIEGA HELENÍSTICA.
Corresponde al periodo del gran Alejandro Magno, hijo de Filipo de Macedonia y de sus seguidores tras la temprana muerte del
joven conquistador macedonio. En poco tiempo y a sus veinte años se puso al frente de un ejército, tras el asesinato de su padre,
conquistando con gran rapidez Atenas, Tebas y otras ciudades griegas. Después se dirigió contra Darío III, rey de los persas,
conquistando Babilonia, Susa y Persépolis, para pasar, una vez vencidos para siempre, a Egipto y luego a la India. Alejandro era
reconocido como gran faraón, fundando la famosa ciudad de Alejandría con su famosa biblioteca, hoy desaparecida y rey de otros
lugares, a la vez que desplegaba una gran influencia cultural en todas las zonas por donde pasaba, ya que se hacía acompañar en
sus campañas por sabios, científicos, intelectuales y filósofos para estudiar otras culturas. Todo ello se plasmó en el campo del arte
y de la escultura a través diferentes escuelas con diversidad de influencias.
d) OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS.
ARQUITECTURA GRIEGA ARCAICA.
En el templo de Afaia en Egina, de principios del siglo V a.C., los frontones recogen en altorrelieve temas relacionados con la
guerra de Troya. El frontón occidental representa al hijo de Telamón -un héroe griego procedente de la isla de Égina-, Áyax, quien
junto a Aquiles y otros héroes participa en la guerra de Troya donde reinaba Príamo. Se puede apreciar una composición rígida,
con la diosa Atenea, que observa el combate, en el eje central y 3 grupos de figuras a cada lado, adaptándose al marco del frontón:
primero aparecen parejas de guerreros combatiendo de pie, después arqueros y lanceros y por último soldados heridos, totalmente
tumbados. Cabe destacar el combate entre Héctor y Áyax. El frontón oriental, confeccionado unos veinte años después, muestra
una composición más libre, con la simetría presidiendo igualmente el conjunto. Relata el momento en que Telamón participa junto a
Herakles en la conquista de Troya. Muestra la misma disposición en 3 grupos al lado de una figura central.
ARQUITECTURA GRIEGA CLÁSICA.
Acrópolis de Atenas. S. V. a.C.
Es la más famosa del arte griego y se edificó en una colina donde antes hubo un palacio micénico. Allí se levanto un arcaico y
primitivo templo dedicado a Atenea y más tarde reconvertido en el Erecteion. Igualmente se levanto un primitivo Partenón por
Cimón y destruido por los persas. Pericles levantaría los Propíleos, entrada monumental a modo de pórtico con estilo dórico y un
pasillo de seis columnas jónicas. Desde allí se accedía a la Pinacoteca y el Templo de Atenea Niké (sin alas: se pretendía que allí
se quedara por siempre la Victoria). En esta acrópolis se celebraban cada 4 años las Panatenaicas, fiestas con competiciones
atléticas, musicales y teatrales. De la misma manera se celebraban procesiones como la de las Arréforas (mujeres jóvenes
pertenecientes a las mejores familias), junto a la sacerdotisa y una comitiva de oficiantes, músicos y guerreros que entregaban un
peplo nuevo (vestido típico griego) a la imagen antigua de Atenea que residía en el Erecteion. También eran famosas las
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procesiones de las Panateneas, o jóvenes doncellas dedicadas al culto del Partenón y que allí vivían. Además de los templos
había altares al aire libre, un manantial sagrado e imágenes de divinidades y korais.
Templo de Delfos. S. V. a.C.
Es denominado también tesoro por guardar contribuciones de los ciudadanos, botines y regalos para el oráculo. Es, pues, un
templo votivo, donado como agradecimiento. Es un templo in antis, con una naos o cella, sin opistódomos y de estilo dórico.
Partenón. 450-430 a.C.
Vino a sustituir un antiguo partenón destruido por los persas. Este nuevo Partenón albergaba la estatua crisolefantina de Atenea
Partenos (significa en griego “Virgen”) en oro y marfil, del escultor Fidias, de una altura de 12´8 m. No era un templo de culto sino
una ofrenda monumental a Atenea en agradecimiento a sus favores y una muestra de la grandeza de Atenas. El edificio de
mármol del Pentélico fue levantado por los arquitectos Ictinos y Calícrates, con una planta rectangular rodeada de columnas por
todos los lados. Es octástilo y de estilo dórico, con tres partes bien definidas: Pronaos, Naos o Cella y Opistódomos (éste solo
accesible desde otro pórtico en la parte posterior). En su interior una doble columnata superpuesta rodeaba la gigantesca estatua
de Atenea. El exterior muestra una arquitectura arquitrabada, con estilóbato o plataforma sobre la que se levantaban las columnas
dóricas sin basa y estriadas, en su estilo más puro. El entablamento muestra arquitrabe, friso con trigilifos y metopas sin decorar y
cornisa sobre la que se levanta el frontón triangular y tejado a dos vertientes. La fachada muestra correcciones ópticas con el
éntasis o ensanchamiento en las partes centrales de las columnas, ligero inclinamiento de las columnas extremas hacia el interior y
menor distanciamiento entre las columnas de los ángulos que entre las centrales.
Respecto a los relieves que conforman y rodean el Partenón, para proclamar la gloria de Atenea y la propia polis de Atenas. En
los frontones se representaba a los dioses. En las metopas se representan los héroes, la gigantomaquia (lucha de los dioses y
gigantes), la amazonomaquia (lucha entre los hombres y las amazonas) y la lucha entre lapitas y centauros (alude a la victoria
de los griegos sobre los persas en las guerras médicas). El escultor Fidias, autor de los relieves supo representar muy bien el
triunfo de la razón sobre la barbarie, debido a que los propios ciudadanos atenienses han reconocido su integración en la propia
polis y su poder, así como el de los dioses, a quienes deben respeto y con quien se reconcilian y entienden perfectamente en su
defensa ante amenazas exteriores. En el friso se reunían los dioses con los humanos.
El friso de Fidias, que rodeaba la parte exterior de la cella del Partenón, tenía accesorios de metal, hoy perdidos. Las dos alas de
la procesión de las Panateneas, que se celebraba cada cuatro años, escena que aquí se representa, desembocan en el lado
oriental, en la fachada del templo. Se representaban a las Panateneas, jóvenes doncellas atenienses ataviadas con bellos y
finísimos peplos junto a héroes de las diez tribus de Atenas, en una procesión en la que los atenienses entregaban como ofrenda
en agradecimiento un nuevo peplo a la diosa Atenea. Las divinidades olímpicas observaban sentadas la escena, destacando
Apolo, Artemisa y Poseidón, junto a Zeus, a una escala superior del resto de figuras. Se observan también varios jinetes
avanzando hacia la diosa, con dinamismo en el movimiento pero armoniosidad y sin caer en el desorden y a un joven atándose las
sandalias, como elemento anecdótico. Precediendo a la procesión, tanto en el flanco norte como en el sur, se inicia el cortejo a pie,
con los ancianos portadores de ramas, músicos -citaristas y flautistas-, portadores de hidrias -vasijas de agua-, conductores de
ganado y animales para ser sacrificados -ovejas, carneros-. Hay desnudez anatómica y proporciones clásicas, idealizando a los
personajes. Los frontones se relacionan con el origen de Atenas: el nacimiento de la protectora de la ciudad, Atenea, en el frontón
oriental, donde adecuándose al marco también aparecen las diosas Leto, Artemisa y Afrodita, con técnicas de paños mojados y en
el frontón occidental el desafío de Atenea y Poseidón.
Templo de Atenea Niké (Niké Aptera). Hacia 420 a.C.
También llamado de Atenea victoriosa o Victoria sin alas, se levantó para conmemorar la victoria de los atenienses sobre los
persas en la isla de Salamina. Se sitúa a la entrada de la Acrópolis de Atenas y mira hacia Oriente. Es un edificio pequeño tetrástilo
de estilo jónico de una sola nave y anfipróstilo (columnas en las dos fachadas), con entablamento de arquitrabe con platabandas,
friso corrido y continuo, en el que se narran acciones de la diosa Victoria llevando un toro al sacrificio o colocándose las sandalias y
cornisa con frontón triangular con cubierta a dos aguas y acróteras. Solo consta de Cella o Naos y el culto a la diosa se realizaría al
aire libre. La Victoria sin alas significa que la Victoria ya no volaría más y se quedaría para siempre en Atenas. Su arquitecto fue
Calícrates.
El Erecteion. S. V a.C. hacia 421 a.C.
Está realizado en mármol de Pentélico. Como consecuencia de una accidentada topografía del terreno muestra dos pórticos de
estilo jónico, a diferente nivel del suelo, como entradas a diversas zonas del templo. En el eje de una de ellas está el pórtico de las
Cariátides, estatuas de muchachas, a modo de korai, que hacen la función de columnas. Su arquitecto fue Mnesicles.
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El edificio está rodeado de un entablamento con arquitrabe con platabandas y friso continuo. Se considera como la unión de dos
templos: el santuario de Atenea, estancia orientada a levante, precedida por un primer pórtico hexástilo y con cella y opistódomos.
Este templo no se comunica con el otro, que disponía de espacios dedicados a Poseidón, Erecteo y Cécrope (estos dos últimos
los míticos reyes que fundaron Atenas enterrados aquí), con una cella y pórtico hacia el norte, de cubierta casetonada y seis
columnas de estilo jónico (4 de frente y dos a cada lado) y al lado el olivo de Atenea que donó a la ciudad cuando se convirtió en su
diosa protectora. En el lado sur aparece el tercer pórtico, con las famosa tribuna de Cariátides, sin salida al exterior, donde habría
en su interior una escalera que conducía a la tumba del héroe Cécrope. Las Cariátides provienen de las mujeres de Caria (ciudad
aliada de los persas contra los griegos en las guerras médicas, cuya esclavización se rememoraba al representarlas como soportes
de los edificios públicos). Estas cariátides lucían pulseras y joyas en sus manos, que sostenían sus vestidos. Hay un gran
naturalismo en los pliegues de sus peplos.
Según parece, el templo fue dedicado a Atenea y Poseidón y a los héroes griegos Erecteo, sexto rey de Atenas, que da
nombre al edificio, y a Cécrope, primer rey legendario del Ática. Según la leyenda, Zeus había prometido el Ática a aquel dios que
le consiguiera un bien mayor y por ello la polis adoptó su nombre. La disputa se encendió entre Poseidón, dios del mar y de las
aguas, y Atenea. En la lucha que fue encarnizada, Poseidón clavó su tridente sobre una roca de la que manó agua salada y Atenea
plantó un olivo a su lado. El tribunal de dioses declaró a Atenea vencedora. Hoy el olivo se mantiene al lado del Erecteion entre el
pórtico de cariátides y el pórtico jónico.
Templo de Zeus en Olimpia. s. V a.C. (hacia 460 a.C.)
En la parte conservada del frontón occidental del templo, en la que se describe la lucha entre centauros y lapitas en las bodas de
Pirítoo (centauromaquia), aparece Apolo en el eje del frontón. Es mayor que las otras figuras del conjunto y levanta un brazo en la
misma dirección hacia donde gira la cabeza para imponer el orden. Hay aún arcaísmo en el tratamiento del cabello, ensortijado
hacia delante. Sin embargo hay gesto imponente en su semblante y su figura es de gran serenidad, mostrando imperturbabilidad
ante las disputas de los hombres.
ARQUITECTURA GRIEGA HELENÍSTICA.
Altar de Pérgamo. s. II a.C.
Esta obra formaba parte de un conjunto monumental en Pérgamo, en Asia Menor. Se trata de un altar con forma de U, al aire
libre para hacer sacrificios a los dioses, ordenado levantar por el rey Eumeo II entre 190 y 180 a.C. El conjunto, que hoy se
conserva en parte en el Museo de Berlín, quedaba completado con el templo de Atenea victorioso al fondo. Muestra grandes
relieves sobre la gigantomaquia (lucha entre dioses y los gigantes que habían devorado al niño Dioniso). En el centro del altar
estaba el altar de Zeus y Atenea. El zócalo continuo muestra los altorrelieves mencionados.
Eumeo II tenía como protectora a Atenea y como modelo a Zeus y para él la lucha entre dioses y gigantes quería simbolizar la
victoria de su propia dinastía sobre los gálatas y la idea de que su reino helenístico simbolizaba los propios ideales clásicos
griegos.
Uno de los más importantes corresponde a la diosa Atenea con su escudo y a Victoria que acude a coronarla en un especie de
diagonal contrapuesta. Hay técnica de paños mojados en sus cuerpos, por influencia del clasicismo. Hay gran agitación y
movimiento en todo el conjunto. Hay gesticulación y una gran expresividad, especialmente en el dramatismo de las caras del
gigante y de su madre Gea, que acude desde el suelo en su ayuda.
Templo de Zeus Olímpico. s. II a.C.
Hoy ya casi desaparecido muestra, con doble peristilo, el nuevo orden corintio de hojas de acanto, respondiendo a la nueva
sensibilidad religiosa, ya que el acanto se asociaba al mundo de los muertos y de las fuerzas subterráneas que devuelven la vida,
mostrando un deseo religioso griego por la resurrección.
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LA ESCULTURA GRIEGA, con especial atención a los siguientes epígrafes:
a) Panorama histórico-cultural.
b) Características generales.
c) Etapas y evolución.
d) Obras más representativas.
a) CONTEXTO o PANORAMA HISTÓRICO-CULTURAL.
ETAPA MINOICA O CRETENSE.
Hacia el 3000 a. C. comenzó a desarrollarse en la isla de Creta una cultura pacífica, comerciante y refinada, denominada
minoica por la legendaria historia de su rey Minos. Su escritura, denominada silabario lineal A aún no ha sido descifrada por
completa y al parecer hacia 1450 a.C. desapareció para siempre por una serie de terremotos y maremotos, destruyendo todos los
centros palaciales cretenses. A partir de ahí se funde la cultura Minoica con la Micénica. Su organización política se basó en una
Talasocracia o “gobierno de las naves”, con un carácter comercial marítimo hacia Chipre, Asia Menor y el Mediterráneo y abierto.
Sus palacios no tenían murallas y no necesitaban especialmente estar en lugares elevados o fortificados. La economía se basaba
en un sistema económico redistributivo a través del palacio (allí se llevaban los productos obtenidos y desde allí se distribuían).
Además, era centro religioso y de culto con rey-sacerdote, como enorme edificio del tipo de templo donde residía también la
divinidad, por lo que desde allí el rey-sacerdote distribuía riqueza y favores a su pueblo.
Desde 1450 a.C. los micénicos o aqueos ocuparon el territorio y absorbieron a la población y cultura minoica.
Los edificios y palacios no están rodeados de murallas ni se sitúan en lugares elevados. Destacaron ciudades como Knosos,
Hagia Triada y Faistos. El mayor ejemplo es el Palacio de Knosos, residencia del rey Minos, con una planta muy complicada, en
torno a la cual se recreó la famosa leyenda del laberinto de Creta, con el Minotauro. No sigue un orden preestablecido, con
predominio de líneas recta, arquitrabada y columnas protodóricas con el fuste con forma troncónica invertida.
La leyenda dice que el Minotauro nació de los amores de la reina Pasifae con un toro y Teseo, rey de Atenas, lo mató gracias al
hilo que le proporcionó Ariadna, hija de Minos.
Las paredes de los edificios suelen mostrar pintura al fresco con figuras humanas realizando piruetas y saltos sobre toros u otros
animales, con un carácter amable y pacífico. También aparecen especies marinas como delfines. También se cultiva una rica y fina
cerámica con escenas animalísticas marinas y de flora acuática, destacando los pulpos, algas, etc.
ETAPA MICÉNICA.
Los micénicos eran pueblos muy diferentes a los minoicos, con una lengua que se ha registrado como silabario lineal B, que
derivaría del lineal A de los minoicos. También llamados Aqueos eran pueblos indoeuropeos que procedían seguramente del Mar
Negro y eran nómadas y belicosos, al contrario que los minoicos. Se instalaron en el Peloponeso, con ciudades amuralladas y en
lugares elevados. Su organización política se basó en la monarquía, con un rey que controlaba perfectamente el poder militar y
tenía a su alrededor una jerarquía de funcionarios, generales y servidores a los que pagaba con terrenos o témenos. El lugar
donde estaba el palacio era el témenos real y sagrado y se organizó en torno al llamado megarón, un esquema que se
convertiría a la postre en el templo griego de épocas posteriores como la clásica griega, con un pórtico con columnas (in antis) y un
espacio interior cuadrado con el hogar en el centro, para finalizar en un espacio posterior cerrado o sala del tesoro.
Sus fortalezas, al contrario que las cretenses, se situaban en lugares elevados, de fácil defensa y difícil acceso y fuertemente
amuralladas con sillares ciclópeos y falsos arcos en entradas, por aproximación de piedras e hiladas. Destacan las fortalezas de
Argos, Pilos, Micenas y Tirinto.
MUNDO GRIEGO INSULAR Y PENINSULAR.
Hacia 1.200 a.C. se produce la entrada en Grecia, sucesivamente, de los dorios, jonios y eolios, pueblos indoeuropeos. Los
dorios, gentes del hierro y con carros de guerra, irrumpieron violentamente más que los micénicos e hicieron desaparecer la cultura
y la escritura, produciéndose la llamada Época oscura de Grecia, desarrollando, sin embargo, otros valores, como la libertad y lo
humano como sentido esencial de la vida. Desde el siglo XI al IX a.C. se van a situar los poemas homéricos como la Ilíada y la
Odisea que dan noticias del desarrollo de estas culturas. Los Jonios y Eolios se van a situar en Asia Menor y las islas del Egeo.
Durante quinientos años no se constatan más que restos de cerámica.
El nacimiento de las polis va a ser fundamental para la creación y reestructuración de los edificios.
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En el mundo cretense y micénico el palacio era el edificio principal. Cuando la ciudad se gesta, sobre mediados del siglo VIII a.C,
no existen ya grandes edificaciones ni palacios y las construcciones eran de madera.
En los primeros momentos la arquitectura griega va a ser fundamentalmente religiosa, aunque también habrá elementos cívicos
que se están desarrollando (ágoras -plazas públicas-, stoas -mercados-). La arquitectura funeraria, a diferencia de la egipcia o
micénica, no va a tener importancia. A los griegos les interesa representar lo positivo de la vida, aunque aparezca la fragilidad. No
hay, por lo tanto, edificios funerarios en estos momentos. El templo es el elemento fundamental en el que se van a definir los
órdenes.
b) CARACTERÍSTICAS GENERALES (LA ARQUITECTURA GRIEGA EN GENERAL).
 Gusto por la figura humana, desnuda y atglética, como figura intermediaria entre los dioses y la humanidad,
emu,lando a los héroes como Herakles o Hércules. La mujer aparece vestida ya con el peplo, vestido de numerosos
pliegues y carácter sagrado.
 Jóvenes imberbes de belleza idealizada, aunque falta la expresividad.
 Ley de la Frontalidad, que recuerda al mundo egipcio: manos pegadas al cuerpo y un pie se adelanta con las dos plantas
apoyadas en el suelo.
 Hieratismo, rigidez e inexpresividad, mostrando la intemporalidad.
 Cabellera larga hacia delante, en un primer momento, y hacia atrás, por detrás de las orejas, en un segundo momento. El
cabello se distribuye en rizos y tirabuzones.
 Sonrisa eginética, enigmática y sin llegar a ser risa auténtica.
 Kuros o Kuroi, son atletas masculinos desnudos y Korais o Koré, mujeres vestidas con ropaje enfundado a modo de tabla
y con geometrización.
 Rasgos orientalizantes en los ojos, que son almendrados o inclinados y rasgados.
 Aparece el canon, basado en la cabeza, que suele ser una circunferencia, como figura geométrica perfecta. Las medias
perfectas son el canon de 7 cabezas y el de 8 cabezas.
 Belleza ideal y perfeccionismo (no se descuida ningún detalle).
 La mujer aparece vestida ya con el peplo, vestido de numerosos pliegues y carácter sagrado.
 temáticas de atletas, temáticas infantiles; temáticas de guerra y temáticas mitológicas.
 Aparece el movimiento violento y la expresividad, así como los sentimientos como el dolor o la angustia.
 Técnica de los paños mojados en los vestidos femeninos como en la Victoria de Samotracia.
c) ETAPAS Y EVOLUCIÓN.
FASES.
Se pueden diferenciar los siguientes periodos: a. estilo arcaico; b. estilo severo. c. estilo clásico (s. V y IV a.C.); y d. estilo
helenizante.
En el estilo arcaico la escultura se centra en el hombre, que va a ser el punto de unión con los dioses, a través, principalmente,
de los juegos olímpicos o píticos, en los que los triunfadores o atletas famosos llegan a ser divinizados y por ello mantienen las
características de la inmanencia, inmortalidad y perduración en el tiempo. Sus características son:

Ley de la Frontalidad, que recuerda al mundo egipcio: manos pegadas al cuerpo y un pie se adelanta con las dos

Hieratismo, rigidez e inexpresividad, mostrando la intemporalidad.

Cabellera larga hacia delante, en un primer momento, y hacia atrás, por detrás de las orejas, en un segundo momento.

Sonrisa eginética, enigmática y sin llegar a ser risa auténtica.

Kuros o Kuroi, son atletas masculinos desnudos y Korais o Koré, mujeres vestidas con ropaje enfundado a modo de

Rasgos orientalizantes en los ojos, que son almendrados o inclinados y rasgados.
plantas apoyadas en el suelo.
El cabello se distribuye en rizos y tirabuzones.
tabla y con geometrización.
En el estilo severo desaparece ya la sonrisa eginética, se mantiene la inexpresividad y el cabello se acorta a modo de gorro, de
forma artificiosa. Se observa un ligero movimiento, levantando alguna mano o las dos.
En el estilo clásico se busca ya la perfección y las proporciones. Se hacen cuidadosos estudios de la anatomía y se
representan los ejercicios atléticos en plena acción. Sus características son:

Se rompe con la ley de la frontalidad, buscando múltiples puntos de vista, cruzando los brazos por delante, mostrando
distorsiones en el cuerpo o movimientos forzados.
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
Se acorta el pelo, con rizos naturales y volumen. Son jóvenes imberbes de belleza idealizada, aunque falta la

Aparece el canon, basado en la cabeza, que suele ser una circunferencia, como figura geométrica perfecta. Las medias

Son esenciales las proporciones y el cuidado de la anatomía.

Es el momento de mayor belleza ideal y perfeccionismo (no se descuida ningún detalle).

El hombre sigue siendo atleta, con la cinta de la victoria, la corona de olivo o de roble. La mujer aparece vestida ya con el
expresividad.
perfectas son el canon de 7 cabezas y el de 8 cabezas.
peplo, vestido de numerosos pliegues y carácter sagrado.
En el estilo helenizante, la temática va ser distinta y muy variada. Sus características son:

Aparecen temáticas infantiles: el Espinario, niño quitándose una espina del pie; el Niño con oca, un niño jugando con
una oca; temáticas de guerra, como el Galo moribundo, etc.

Aparece el movimiento violento y la expresividad, así como los sentimientos como el dolor o la angustia. Se puede

Aparece la técnica de los paños mojados en los vestidos femeninos como en la Victoria de Samotracia.

Se abandonan en parte las proporciones.

Aparecen ya los desnudos femeninos como en la Venus de Milo (Melos).
reseñar el Laocoonte y sus hijos.
La mayoría de las esculturas griegas que hoy se pueden admirar son copias romanas en bronce o mármol, ya que las
numerosas guerras, volcanes y terremotos sufridos a lo largo de los siglos han impedido que podamos admirar las bellezas griegas
en todo su esplendor.
d) OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS.
ESCULTURA ARCAICA. siglos VII a VI a. C.
Dama de Auxerre. 620 a.C. original.
Su aspecto es de rigidez, tipo “tabla”. Predomina la ley de la frontalidad, recordando modelos egipcios. El rostro, muy arcaico,
presenta rasgos orientalizantes en los ojos y un cabello muy trabajado con tirabuzones que caen hacia delante. Un brazo se pega
al cuerpo y el otro va hacia delante con la mano sobre el pecho. El largo vestido hasta los pies, unidos frontalmente, se ciñe al
cuerpo, decorado con motivos lineales geométricos.
Cleobis y Bitón. entre 600 y 580 a.C. original.
Son las esculturas de los legendarios hermanos Cleobis y Bitón, cuya historia fue narrada por Heródoto, narrando la proeza de
estos jóvenes que, a falta de bueyes, arrastraron el carro de su madre para asistir a los ritos en honor a Hera, la cual les premió
con la inmortalidad y sus estatuas fueron halladas en el santuarios de Delfos. Se ajustan perfectamente a la ley de la frontalidad,
con los brazos pegados al cuerpo y rasgos orientalizantes en un rostro inexpresivo, con el cabello cayendo hacia a tras en
tirabuzones. Hay geometrismo anatómico y desnudez fría y algo proporcionada.
Caballero Rampín. 560 a.C. original.
Representa a un jinete a caballo, con rigidez pero con apreciación ya de un ligero movimiento. El caballero gira levemente la
cabeza hacia abajo, con el cabello muy trabajado, corto hacia delante y trenzado hacia atrás, sonrisa eginética y ojos almendrados
de rasgos orientalizantes. Hay intención de remarcar la anatomía y buenas proporciones en las hechuras.
El Moscóforo. 560 a.C. original.
Se conserva en el Museo de la Acrópolis de Atenas y representa a un donante en actitud de ofrecer un ternero a una divinidad.
Muestra sonrisa eginética, rasgos orientalizantes y pelo trabajado por delante y trenzado hacia atrás. Predomina la ley de la
frontalidad, recordando al arte egipcio, pero ya se aprecia geometrismo en el aspa formado por los brazos y las patas del ternero y
va vestido dejando entrever la anatomía. Sigue habiendo, sin embargo, inexpresividad y falta de movimiento. Este moscóforo bien
pudiera ser una prefiguración de la figura cristiana del Buen Pastor.
Kouros de Melos. 540 a.C. original.
Fue hallado en la isla de Melos y se conserva en el Museo Nacional de Atenas. Mantiene la ley de frontalidad como en Egipto:
brazos pegados al cuerpo y un pie que se adelanta, con las plantas pegadas al suelo. Hay geometrismo y rasgos orientlizantes:
sonrisa eginética, ojos almendradospelo rizado y coto hacia delante y trenzado y largo hacia atrás. Muestra ya algo más de
elegancia y estilizamiento en la anatomía, pero aún mantiene el hieratismo.
Koré del Peplo. 540-530 a.C. original.
Es una koré, con rigidez de tabla, largo vestido y un brazo pegado al cuerpo y los pies juntos de acuerdo a la ley de la
frontalidad. En su rostro muestra la sonrisa eginética, aunque algo contenida y larga cabellera en trenzas. El vestido ceñido deja
entrever las formas anatómicas del cuerpo.
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ESCULTURA DE ESTILO SEVERO. siglo VI a. C.
Apolo de Piombino. 500 a.C. original.
Se trata de un Apolo que se conserva en el Museo del Louvre. Es una figura en bronce que representa a un joven imberbe y
sereno. Se sigue apreciando el arcaísmo, en el hieratismo, la ley de la frontalidad, que recuerda al arte egipcio, en la rigidez
anatómica, pierna que se adelanta y plantas de los pies pegadas al cuerpo. También hay orientalismo en el rostro: ojos
almendrados y sonrisa eginética. El cabello ya es más corto pero sigue trabajándose en forma de casco y rizos hacia delante. Sin
embargo, ya se aprecian novedades importantes: desaparece la sonrisa eginética y levanta las manos creando volumen y
profundidad en la figura. Su expresión severa le hace más humano sin dejar de ser distante.
Auriga de Delfos. 470 a.C. original (bronce).
Se trata de un original, cuyo autor se desconoce, hallado en Delfos, que dedicó Polizalos, tirano de Gela, al santuario como
agradecimiento por haber ganado una carrera. Le falta el carro y los caballos, por lo que parece demasiado alargado, debido a que
estaría detrás de dicho carro. Es de bronce y va vestido con ropa plegada completamente, con predominio de los pliegues
verticales y la ropa recogida debajo del pecho para que no estorbe en la carrera. Hay una ligera torsión en el cuerpo, aunque
predomina la rigidez. Hay rigidez, serenidad y expresión contenida, coincidiendo con el periodo severo.
ESCULTURA CLÁSICA. siglos V-IV a. C.
FIDIAS.
Realizó la Atenea Parthenos para el Partenón de la Acrópolis de Atenas. Se trata de una escultura crisoelefantina en oro y
marfil copia del original que mediría más de 12 metros. Se presenta de pie con peplo, una lanza en la mano, el escudo y una
serpiente. Lleva casco con dos pegasos a los lados.
Respecto a los relieves que conforman y rodean el Partenón, para proclamar la gloria de Atenea y la propia polis de Atenas. En
los frontones se representaba a los dioses. En las metopas se representan los héroes, la gigantomaquia (lucha de los dioses y
gigantes), la amazonomaquia (lucha entre los hombres y las amazonas) y la lucha entre lapitas y centauros (alude a la victoria
de los griegos sobre los persas en las guerras médicas). El escultor Fidias, autor de los relieves supo representar muy bien el
triunfo de la razón sobre la barbarie, debido a que los propios ciudadanos atenienses han reconocido su integración en la propia
polis y su poder, así como el de los dioses, a quienes deben respeto y con quien se reconcilian y entienden perfectamente en su
defensa ante amenazas exteriores. En el friso se reunían los dioses con los humanos.
El friso de Fidias, que rodeaba la parte exterior de la cella del Partenón, tenía accesorios de metal, hoy perdidos. Las dos alas de
la procesión de las Panateneas, que se celebraba cada cuatro años, escena que aquí se representa, desembocan en el lado
oriental, en la fachada del templo. Se representaban a las Panateneas, jóvenes doncellas atenienses ataviadas con bellos y
finísimos peplos junto a héroes de las diez tribus de Atenas, en una procesión en la que los atenienses entregaban como ofrenda
en agradecimiento un nuevo peplo a la diosa Atenea. Las divinidades olímpicas observaban sentadas la escena, destacando
Apolo, Artemisa y Poseidón, junto a Zeus, a una escala superior del resto de figuras. Se observan también varios jinetes
avanzando hacia la diosa, con dinamismo en el movimiento pero armoniosidad y sin caer en el desorden y a un joven atándose las
sandalias, como elemento anecdótico. Precediendo a la procesión, tanto en el flanco norte como en el sur, se inicia el cortejo a pie,
con los ancianos portadores de ramas, músicos -citaristas y flautistas-, portadores de hidrias -vasijas de agua-, conductores de
ganado y animales para ser sacrificados -ovejas, carneros-. Hay desnudez anatómica y proporciones clásicas, idealizando a los
personajes. Los frontones se relacionan con el origen de Atenas: el nacimiento de la protectora de la ciudad, Atenea, en el frontón
oriental, donde adecuándose al marco también aparecen las diosas Leto, Artemisa y Afrodita, con técnicas de paños mojados y en
el frontón occidental el desafío de Atenea y Poseidón.
MIRÓN.
Discóbolo. 460 a.C. copia romana.
Se conserva en el Museo de las Termas de Roma y es una copia romana en mármol, como casi todas las esculturas que hoy se
pueden ver. Representa a un atleta justo en el momento de lanzar el disco al que, según la tradición, debió de haberle sucedido
algo imprevisto pues falleció en el acto. Hay una postura que aunque así no parezca es armoniosa y equilibrada, mediante dos
curvas contrapuestas. La anatomía se representa en tensión y está muy bien estudiada y conseguida. La cabeza, sin embargo,
muestra serenidad en el rostro y el pelo corto pegado a ella. Las facciones no muestran tensión sino que están idealizadas, sin
gesticular. Las manos, no obstante, son fuertes y muestran cierto realismo
POLICLETO.
Doríforo. 450 a.C. copia romana.
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Es el portador de la lanza. Es la plasmación perfecta del canon y de las proporciones (altura total son 7 cabezas). El peso cae en
una sola pierna y aparece un ligero sentido contrapuesto en la marcha respecto al gesto y mirada del atleta desnudo, rompiendo la
frontalidad y manteniendo el equilibrio mediante un elegante contraposto. Hay serenidad y sobriedad en la lenta marcha del
personaje. La anatomía está bien representada aunque el rostro muestra aún inexpresividad y el pelo ya corto se adapta a la
cabeza. Policleto, originario de Argos, polis del Peloponeso, en la que se mantenían los valores morales de austeridad, representa
muy bien esta tendencia.
Diadumenos. 440 a.C. copia romana.
Se trata de un atleta desnudo que se está atando la cinta en la cabeza. El sentido de la proporción es extraordinario, con una
longitud total de 7 cabezas. Rompe la rigidez de postura típica del arcaísmo, doblando suavemente la pierna izquierda inclinándose
ligeramente hacia la derecha. No hay geometrización en el modelado de la anatomía. Abajo aparece el soporte donde cuelga la
vestidura del atleta. Hay equilibrio y serenidad con un elegante contraposto.
LISIPO.
Apoxiomeno. 330 a.C. copia romana.
Es el atleta desnudo que se retira la grasa del cuerpo con un strígile después de un ejercicio. Esta copia se conserva en el
Museo Vaticano (Roma). La escultura está de pie pero muestra una ligera inclinación, con un pie despegado del suelo. Su canon
es alargado con solo media cabeza más en la longitud total del cuerpo para que desde abajo (posiblemente se habría colocado en
un lugar alto o encima de un pedestal) pareciera mayor. La impresión es de ligereza y movimiento. El atleta avanza los brazos
hacia el espectador para crear volumen y profundidad espacial. Su rostro llama la atención del espectador, ya que parece mirarle
mientras se limpia la grasa corporal. Hay equilibrio, armonía, idealización y proporcionalidad, las típicas notas del clasicismo.
PRAXÍTELES.
Trabajó el mármol como en carne viva, por su verismo y belleza al mismo tiempo y humanizando a los dioses.
Apolo Sauróctonos. s. IV a. C. copia romana.
Se trata de Apolo, dios de la luz matando a un saurio o lagarto, dios de la oscuridad, al que se le solía representar como un
reptil. Apolo se muestra sin gran solemnidad, con serenidad y reposo a punto de lanzar el dardo sobre el lagarto. Se observa un
buen tratamiento de la anatomía, sin exagerar y con la famosa curva praxiteliana (curva y contracurva). El tronco de árbol sirve de
punto de apoyo.
Hermes y Dionisos. s. IV a.C. copia romana.
No se sabe si exactamente es una copia o no, ya que se encontró en el templo de Hera en Olimpia. Se recoge el momento en el
que los dos dioses descansan en su viaje a Niza. Su pose es equilibrada y remarca la típica curva praxiteliana (curva y
contracurva) que proporciona equilibrio y proporcionalidad se inclina hacia Dionisos niño sostenido en su brazo apoyado en un
árbol sobre el que hay un manto para ofrecerle unas uvas al dios del vino, que reacciona entusiasmado. El dios mayor mira al
menor con tristeza y melancolía, como presagiando el fin del niño, que será descuartizado por los gigantes para después resucitar,
símbolo de la resurrección después de la muerte.
Venus de Cnido. s. IV a.C. copia romana.
Es una Afrodita púdica, es decir, trata de taparse con la mano al salir del agua del mar, de cuya espuma nació según la
mitología, mientras sujeta el vestido con la mano izquierda que reposa sobre un poyo. Estuvo dentro de una especie de templo o
patio circular al aire libre para que pudiera ser contemplada desde todos los puntos de vista. Existe sensualidad sugerente y
refinamiento elegante en su pose, remarcada por la suave curva praxiteliana (curva y contracurva).
LEÓCARES.
Apolo de Belvedere. 330-300 a.C. s. IV a.C. copia romana.
Muestra al dios Apolo en pose bella y elegante con un leve giro hacia la izquierda con una mirada enérgica y altiva en su rostro,
junto con la mano izquierda alzada que sujetaba un arco con el manto que cuelga de él desplazando la vista hacia ese lado. El
peso descansa sobre su pierna derecha ya que el pie izquierdo se levanta ligeramente posándose suavemente sobre el dedo. Hay
perfección y belleza en su anatomía con un perfecto modelo de belleza clásica.
ESCULTURA HELENÍSTICA. siglos III-I a. C.
Corresponde con el periodo alejandrino y presenta notables variantes. Se pueden diferenciar varias escuelas: la de Alejandría, la
de Pérgamo y la de Rodas.
Victoria de Samotracia. s. III a.C. (200 a.C.). Museo del Louvre. autor desconocido.
Formaba parte de un conjunto espectacular, al aire libre sobre un pedestal que tenía la forma de la proa de un barco, un
santuario con la proa de un barco ante la cual la figura alada de una Victoria evoca una victoria naval. Está realizada en mármol. Le
faltan la cabeza y los brazos y presenta un gran movimiento, en actitud de caminar con las alas desplegadas, y una gran
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sensualidad remarcada en su anatomía a través de su vestido (se trata de un chitón), siguiendo la técnica de los paños mojados,
que cae suavemente con una gran finura en sus telas
Venus de Milo. s. III a.C. Museo del Louvre (París). original. autor desconocido.
Es una obra de extraordinaria belleza. No tiene brazos, lo que contribuye a remarcar su carácter enigmático. Presenta un
remarcado y elegantísimo contraposto y es una venus púdica ya que un grueso manto cubre sus partes más intimas. Es uno de los
modelos más bellos y perfectos de la escultura griega. Es una representación de la diosa Afrodita y en una de sus manos sostenía
una manzana, símbolo de la isla de Milo (Melos). Hay recuerdo de modelos praxitélicos en la melancolía del rostro y la forma del
cabello.
El Gálata moribundo. fines s. III a.C. copia romana.
Formaba parte de un monumento del mausoleo del rey Atalo I de Pérgamo para conmemorar su victoria contra los gálatas
(Galacia era una región de Asia Menor), vencidos como bárbaros y en lenta agonía, ante el intento frustrado de los gálatas de
invadir Pérgamo (una de las ciudades más prósperas del mundo helenístico de la actual Turquía). Este aparece semirrecostado
sobre el suelo, herido y agonizando, con el brazo derecho sosteniendo aún el cuerpo, con un buen estudio anatómico, movimiento
y sentimientos patentes al espectador, con las armas sobre el suelo y una trompeta larga y curva con la que hubiera pedido
posiblemente ayuda antes de darse por vencido. Hay una composición piramidal y los rasgos son propios de otros pueblos como
en el caso de estos pueblos de origen celta, dato que realza el collar distintivo de los guerreros celtas que el personaje exhibe en el
cuello.
El Gálata suicidándose. fines s. III a.C. copia romana.
Representa a un gálata que, tras matar a su mujer para impedir que cayese en manos enemigas, se suicida clavándose la
espada en el cuello.
El Espinario. s. III a.C. autor desconocido. copia romana.
Está realizado en bronce y representa a un niño en el acto de sacarse una espina del pie. Hay movimiento y dinamismo, con un
carácter anecdótico en la temática. Hay gran realismio en la escena.
El Niño de la oca. s. II a.C. copia romana.
Es una temática infantil, de un niño atrapando a una oca, donde el movimiento es en espiral, rápido pero equilibrado. Hay
blandura en las carnes del niño y carácter anecdótico en la temática.
Lacoonte y sus hijos. s. II. a.C.
Es un grupo escultórico en mármol labrado por Agesandro, Polidoro y Atenodoro, que apareció en las excavaciones de las
termas de Tito en el siglo XVI, un momento muy especial en el que el propio escultor Miguel Ángel estuvo presente, quedando
impresionado por el dramatismo de la obra, que representa un episodio de la guerra de Troya. Laooconte, un sacerdote de Apolo,
es condenado a morir, junto a sus propios hijos, estrangulado por serpientes marinas enviadas por Poseidón para que no revelase
el secreto del caballo de Troya (los griegos se habían escondido en su interior de madera para engañar al enemigo y entrar en la
ciudad asediada).
Hay anatomía hercúlea en el sacerdote, con una composición en diagonal e inclinación en la cabeza, de rizos ensortijados y
voluminosos, con rasgos profundamente remarcados y dramáticos en el gesto, que muestra el dolor y el sufrimiento. Hay
perspectiva jerarquizada con las serpientes enlazadas como punto de unión entre las figuras, cuyas miradas convergen en el
padre. Hay idealismo y realismo contrapuestos en el propio Laocoonte: un hombre mayor con un cuerpo fuerte y atlético. Hay
escenografía y teatralidad al mismo tiempo, como parte, posiblemente, de un gran conjunto escenográfico.
En cuanto a relieves, en el Altar de Pérgamo. s. II a.C. se pueden destacar los relieves exteriores del altar.
Esta obra formaba parte de un conjunto monumental en Pérgamo, en Asia Menor. Se trata de un altar con forma de U, al aire
libre para hacer sacrificios a los dioses, ordenado levantar por el rey Eumeo II entre 190 y 180 a.C. El conjunto, que hoy se
conserva en parte en el Museo de Berlín, quedaba completado con el templo de Atenea victorioso al fondo. Muestra grandes
relieves sobre la gigantomaquia (lucha entre dioses y los gigantes que habían devorado al niño Dioniso). En el centro del altar
estaba el altar de Zeus y Atenea. El zócalo continuo muestra los altorrelieves mencionados. Eumeo II tenía como protectora a
Atenea y como modelo a Zeus y para él la lucha entre dioses y gigantes quería simbolizar la victoria de su propia dinastía sobre los
gálatas y la idea de que su reino helenístico simbolizaba los propios ideales clásicos griegos. Uno de los más importantes
corresponde a la diosa Atenea con su escudo y a Victoria que acude a coronarla en un especie de diagonal contrapuesta. Hay
técnica de paños mojados en sus cuerpos, por influencia del clasicismo. Hay gran agitación y movimiento en todo el conjunto. Hay
gesticulación y una gran expresividad, especialmente en el dramatismo de las caras del gigante y de su madre Gea, que acude
desde el suelo en su ayuda.
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