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Los judíos en el naciente mundo cristiano Desde la destrucción del Segundo Templo de Jerusalem (70 e.c.) hasta la revuelta de Bar Kojba1 (132 e.c.), el Imperio Romano se encontraba en su máximo poderío. El mar Mediterráneo se denominaba "Mar Romano" y todas sus costas se encontraban bajo el dominio del Emperador (el César). A lo largo y ancho del Imperio Romano existía la "pax romana". La Paz Romana llamada también Pax Augusta, constituyó un largo período de paz impuesto por el Imperio Romano a los pueblos sometidos a sus órdenes. Fue instaurada por Augusto, en el año 29 a.e.c. cuando Augusto, siendo emperador, declaró el fin de las guerras civiles. Esta paz duró hasta el siglo III. Como consecuencia los pueblos sometidos dentro de las fronteras del Imperio tuvieron que acatar las nuevas órdenes del poder central. ¿Cuál era la situación política y social de la región de Iehudá en la época en que nació y vivió Jesús? (50 años antes de la destrucción del Segundo Templo) En el año 63 a.e.c. el general Cneo Pompeyo Magno después de derrotar al rey Mitridates VI convirtió a Siria en una provincia romana. A continuación, se dirigió a Judea, para asegurar el área. Una vez allí, encontró a los hermanos Hircano y Aristóbulo y, éste último, que estaba sitiado por su hermano en Jerusalem solicitó la intervención romana, ofreciéndole una recompensa a Pompeyo, la cual aceptó. Luego Aristóbulo acusó a los romanos de extorsión, lo que originó que Pompeyo instalara en el trono a Hircano y desde entonces Judea y Galilea se volvió un reino clientelar de Roma. Gozó de un cierto nivel de autogobierno, especialmente la ciudad de Jerusalem gobernada por la autoridad del Cohen Gadol, y el Sanhedrín. Fue administrada directamente por un funcionario romano, que llevó primero el título de prefecto, hasta el año 41, y luego desde el 44 el de procurador2. En el período de la actividad de Jesús (27-28 e.c.- 30 e.c.), el prefecto romano fue Poncio Pilato. Su administración estuvo señalada por actos de crueldad y de absoluto desdén por lo judío. Según este autor, el pueblo judío estaba dividido en tres “sectas filosóficas”. Estas sectas fueron, en realidad, agrupaciones religiosas en las que se entrelazaban distintas interpretaciones del judaísmo y actividades políticas diversas. 1 Bar Kojba: Fue el líder de la gran rebelión de los judíos contra el Imperio Romano en el año 132 e.c. episodio conocido como Rebelión de Bar Kojba. Estableció un estado judío independiente que dirigió durante tres años como Nasi (Príncipe), hasta ser derrotado por los romanos en 135 e.c. La rebelión fue reprimida y como consecuencia de ello, Bar Kojba resultó muerto en el asalto final a la fortaleza de Betar. 2 Procurador: Fueron funcionarios romanos enviados a las provincias imperiales por el emperador para gobernarlas. Jesús y el Cristianismo Durante esta época, el primer siglo de la era común, surgió en la Tierra de Israel una nueva religión: el Cristianismo. Los orígenes de la fe cristiana están íntimamente relacionados con la figura de Jesús, quien nació, de acuerdo a los evangelios de Mateo y Lucas en Belén de Judea en los tiempos del emperador romano Octavio Augusto (29 a.e.c-14 e.c.) y de Herodes, rey de los judíos3 (37-4 a.e.c.) Este credo surgió como una rama del judaísmo pero se desarrolló más adelante, como una religión separada tanto en sus creencias esenciales como en su culto. La fuente principal para conocer los orígenes de esta nueva religión la constituye el Nuevo Testamento4, considerado el libro sagrado del Cristianismo hasta nuestros días. El nombre Jesús deriva del latín que a su vez deriva de la forma griega Iesous. En idioma hebreo o arameo es Yeshua y en el dialecto galileo del arameo, que fue la lengua materna de Jesús, el nombre se pronunciaba Yeshu. En el Talmud se lo llama Hanotzri (el nazareno) del mismo modo como hoy en día se los llama en hebreo a los cristianos, notzrim. El Dr. Joseph Klausner escribió el primer ensayo importante escrito por un erudito judío sobre Jesús, una obra monumental llamada Jesús de Nazaret.5 Allí escribió lo siguiente: “Jesús nació, vivió y murió en la Tierra de Israel y fue un judío en todos sus aspectos”6 Jesús se crió en Nazaret, una pequeña población rural de la baja Galilea, y allí vivió hasta cerca de los treinta años. La gente que rodeaba a Jesús lo identificaba como un rabino. Lo llamaban rabino, señor y maestro y Jesús nunca rehuyó dichas denominaciones. La palabra Rabino no tenía el significado que adquirió después del año 70 e.c. Lo llamaban así porque conocía suficientemente las sagradas escrituras y esto le permitía dialogar o discutir interpretaciones de la Torá con otros rabinos. Jesús no fue miembro de ninguna escuela rabínica particular, ni se consideraba discípulo de los sabios Hillel o Shamai. El único rabino a quien Jesús citó y elogió fue a Juan el Bautista, al que consideró como el más grande los profetas.7 A principios del año 28 e.c., Jesús llegó a la región donde Juan bautizaba y ya era considerado un hombre que atraía multitudes por su vida santa y la fuerza de su mensaje. 3 Armand Puig, Jesús, Una biografía. Edhasa, Buenos Aires, 2007, p.153 4 Nuevo Testamento: es la parte de la Biblia cristiana compuesta por un conjunto canónico de libros y cartas escritas después del nacimiento de Jesús de Nazaret, que la tradición apostólica hizo discernir a la Iglesia, apartando otros textos considerados apócrifos (griego: από 'lejos', κρυφος 'oculto'; latín: apócryphus). Se le designa como Nuevo Testamento desde Tertuliano en la Iglesia cristiana. 5 Joseph Klausner, Jesús de Nazaret, Editorial Paidós, Buenos Aires, 1971 6 Klausner Joseph, Jesús de Nazaret, op.cit., p. 9 7 Armand Puig, op.cit., p. 191 Juan bautizaba a toda la gente que se acercaba a él: ricos, pobres, gente de Judea, de Jerusalén y Galilea. Para él todos eran “hijos de Abraham”. Juan se consideraba un enviado de D´s para predicar la renovación de Israel. Jesús fue bautizado por Juan sin que éste lo conociera. Jesús lo eligió libremente. El interés que movió a Jesús para llevar a cabo su bautismo fue dar un ejemplo de humildad y solidaridad aceptando ser un pecador más del pueblo de Israel, aunque de hecho no lo fuera ni lo sintiera como tal.8 Después de este encuentro, Jesús decidió no regresar a su casa, sino que se quedó un tiempo con Juan el Bautista en Betania. Para Pesaj del año 28 e.c., se dirigió con esos pocos seguidores a Jerusalem para celebrar la fiesta. Después de Pesaj regresó hacia donde estaba Juan y comenzó también él una actividad bautista hasta que Juan fue detenido y luego ejecutado por orden del rey Herodes (Antipas). Mientras tanto, Jesús regresó a Galilea donde permaneció por un lapso de dos o tres años. Jesús predica en Galilea Jesús predicó en lugares públicos, sinagogas, mercados y a orillas del lago Kineret (Tiberíades). Algunas personas muy influenciadas por su prédica abandonaron sus casas para seguirlo. A continuación presentaremos algunas enseñanzas de Jesús de acuerdo a las citas que nos presentan los evangelios Jesús y la ley judía “No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una “i” o una tilde de la Ley sin que todo suceda” (Mateo 5,17-18) Jesús buscaba el sentido profundo y esencial de la Ley no para derogarla, sino para cumplirla en profundidad. Por lo tanto, a partir de estos textos se muestra la figura de un judío piadoso, de un ser humano que como criatura aceptó el yugo de la ley divina –transmitida a través de Moisés- y que buscó cumplirla a toda costa. Jesús y la crítica social “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas que purifican por fueran la copa y el plato, mientras adentro rebosan el robo y el desenfreno! ¡Fariseo ciego, limpia primero la copa por dentro para que también por fuera la puedas limpiar!” (Mateo, cap. XXIII, 25-26) Jesús denunció a los fariseos que vivían con una actitud religiosa excluyente. Para su concepción, los fariseos despreciaban a las personas marginales, aquellas que se mostraban incapaces de cumplir la ley. 8 Armand Puig, op.cit., p. 212 Jesús se negó a segregar a nadie y reprochaba a los fariseos que no reconocían su pecado, que dejaban que su corazón siguiera lleno de rapiña e intemperancia.9 La relación de Jesús con los preceptos judíos Jesús era un judío fariseo. Cumplió cuidadosamente las leyes judías, hizo las peregrinaciones a Jerusalem para Pesaj, comía Matza (pan ázimo) y pronunciaba la bendición antes de tomar vino. Era judío de palabra y de hecho.10 La última cena y la crucifixión Cerca de la festividad de Pesaj, Jesús se dirigió en peregrinación hacia el Templo de Jerusalén. Allí predijo la destrucción del Templo y la caída de la jerarquía sacerdotal del templo. Trato de expulsar a los comerciantes de la zona del Templo y estas acciones presagiaron los acontecimientos que vendrían después. Jesús cenó con sus discípulos y luego se dirigió a Monte de los Olivos, al jardín de Getsemaní. Él sabía que después de lo sucedido su vida estaba en peligro. Allí, uno de los doce apóstoles, Judas Iscariote, lo delató y la guardia del Templo arrestó a Jesús llevándolo ante la presencia del Cohen Gadol, para ser interrogado ante el Sanedrín. Fueron dos los cargos que el Sanedrín hizo a Jesús: blasfemia y pretensiones mesiánicas. Fue condenado como falso profeta y entregado al procurador Poncio Pilato. Pilato sólo tomó en cuenta el segundo cargo. Jesús era el Mesías Rey y, desde el punto de vista de Pilatos, tenía frente a sí al "rey de los judíos". Según relata la tradición del Evangelio, le preguntó a Jesús: "¿Eres tú el rey de los judíos?". Jesús respondió: "Tú lo has dicho." Ello constituía una traición contra el emperador, para la cual la ley romana, el castigo era la muerte por crucifixión que era una forma de castigo habitual en todo el Imperio Romano. Murió en la víspera de Pesaj del año 30 e.c.11 La inscripción clavada en la cruz decía "El Rey de los judíos" en arameo, griego y latín. Después de su muerte, los discípulos de Jesús contaron que tres días después de la crucifixión, se levantó Jesús de la tumba, apareció entre ellos y les dijo que volvería muy pronto y que entonces establecería el reino de los cielos. 9 Puig Arturo, op.cit., p. 285 10 Eban Abba, Mi Pueblo, Historia de los Judíos. Editorial Losada, Buenos Aires, 1973, p.96 11 Klausner Josef, op.cit., p.354 El Cristianismo después de la muerte de Jesús Los seguidores de Jesús se reunieron en Ierushalaim esperando su regreso. Mientras que otras sectas mesiánicas desaparecieron con la muerte de Jesús, el movimiento de los seguidores de Jesús incrementó su fuerza después de la crucifixión. Se organizaron como una congregación que vivía de manera comunitaria. En sus costumbres religiosas no se diferenciaban en gran manera del resto de los judíos. Cumplían los mandatos de la ley judía, iban a orar al Beit Hamikdash y se consideraban parte del pueblo judío. A pesar de todo esto, no eran como el resto de los judíos. Ellos creían que Jesús era el Mesías (en griego: "el Cristo") que traería al mundo el reino de los cielos. También adoptaron dos costumbres nuevas: el bautismo de purificación y la comida comunitaria en recuerdo a la última cena de Jesús. El cristianismo se afianzaría como religión separada del judaísmo años más tarde con la tarea llevada a cabo por Pablo de Tarso. La actividad de Pablo de Tarso Pablo (5 o10 e.c.- 62 o 64 e.c.) era un judío proveniente de la ciudad de Tarso, Cilicia, en el Asia Menor. Su padre fue ciudadano romano y Pablo, cuyo nombre hebreo era Saúl, recibió educación griega y judía. Fue enviado a Jerusalén para estudiar la Ley y es probable que haya sido discípulo de Raban Gamaliel, uno de los jefes espirituales de los prushim. Pablo fue también un fariseo que persiguió a los adeptos del cristianismo primitivo. Hizo un viaje a Damasco para iniciar una acción contra los discípulos de Jesús y allí tuvo una visión que provocó su conversión y a partir de ese momento se dedicó a ser misionero del cristianismo entre judíos y gentiles. Estuvo en contacto con los discípulos de Jesús y empezó a predicar en las sinagogas de Damasco y de Arabia. Regresó tres años después a Jerusalén, logrando la confianza de Pedro (Simón Caifás). Ya se había alejado de la Halaja como para rechazar la circuncisión, el cumplimiento del kashrut y del shabat. Pablo comprendió la imposibilidad de atraer a adeptos paganos sin el abandono total de las exigencias legalistas y rituales de los judíos y hasta de los nazarenos. Pablo tuvo en Tarso mucho más éxito que en Palestina .Predicaba en las sinagogas con poco éxito entre los judíos pero sí entre los paganos temerosos de D´s, debido a la propaganda religiosa de los judíos helenistas. La secta creció mucho, pero los judíos eruditos no aceptaron sus argumentos y fue condenado por tribunales judíos y también por lictores romanos por causar disturbios públicos. No imponía a los gentiles la circuncisión ni ceremonia que pudiera dificultar su adhesión a lo que él consideraba que era la fe verdadera. El observó los preceptos judíos y trataba de regresar a Jerusalén para las fiestas cuando le era posible. Pese a sus esfuerzos, Pablo no logró popularizar sus ideas en Palestina y en su último viaje fue acusado de herejía por el Sanhedrin. El procurador Félix y Porfirio Festo lo tuvieron en prisión preventiva en Cesárea por dos años. Después de ello Pablo exigió que lo juzgaran en Roma donde murió probablemente debido a las persecuciones anticristianas que se llevaron a cabo como consecuencia del incendio en Roma (64 e.c.) Desde el punto de vista teológico, Pablo dio el paso decisivo de adoptar como dogma principal de su ideología la creencia en Jesús y la expiación de los pecados de la humanidad por medio del sacrificio de su crucifixión. El escritor Salo W. Barón consideró que la Iglesia Cristiana comenzó con Pablo. Con él se separó definitivamente el cristianismo del judaísmo.12 Los judíos en un mundo cristiano El desarrollo del Cristianismo tuvo lugar dentro del marco cultural y político del Imperio romano. Durante tres siglos el Imperio Romano persiguió en primer lugar a los cristianos. La trascendencia del reinado de Constantino para la historia occidental fue su conversión al cristianismo. Esta conversión se debió al fracaso de las persecuciones de los reinados anteriores, así como a la búsqueda de elementos de unidad que contrarrestaran las tendencias disgregadoras del Imperio. El Edicto de Milán (313) decretó el fin de las persecuciones contra los cristianos y la devolución a éstos de los bienes expropiados. A través de este edicto acabó con el culto estatal pagano en Roma, concedió importantes privilegios y donaciones a la Iglesia, apoyó la construcción de grandes templos y dio preferencia a los cristianos a la hora de seleccionar a sus colaboradores. A cambio, otras comunidades religiosas comenzaron a ser perseguidas dentro del Imperio, como sería el caso de los judíos. El siguiente documento muestra la actitud de Constantino hacia los judíos: "El emperador Constantino Augusto a Exagrio: Nuestro deseo es que los judíos, sus ancianos y etnarcas tengan conocimiento, que si alguno de ellos, se atreviera después de promulgada esta ley, a apedrear o emplear cualquier otra forma de locura -cosa que de acuerdo a nuestro conocimiento sucede actualmente- contra una persona que escapa de su secta satánica y se dirige a servir a D´s, tal atacante de inmediato será entregado a las llamas y será quemado junto con sus ayudantes. Más aún, si un hombre del pueblo se dirigiese a su secta corrompida y se sumara a sus comunidades, sufrirá junto con ellos el castigo correspondiente." Dictado el 18 de octubre del año 315, reeditado el 13 de agosto del año 339 Constantino convocó el primer concilio ecuménico en la ciudad asiática de Nicea (Bitinia, hoy en Turquía) en el año 325, a través del cual fue legalizada la práctica del cristianismo en el Imperio Romano y puso fin a las persecuciones. Refundó el cristianismo como una religión de Estado adaptada a las 12 Salo W. Barón, Historia Social y Religiosa del Pueblo Judío. Editorial Paidós, Buenos Aires, 1968, Vol. II, La Época Antigua, p. 95 necesidades del Imperio. Los cristianos, en adelante, no sólo debían cumplir obediencia a Dios, sino también al emperador. Constantino fue considerado el primer emperador cristiano. Con él, el cristianismo se expandió por toda la cuenca mediterránea. Constancio, hijo y sucesor de Constantino (337-361) fue un emperador más débil que su padre y su preocupación era impedir la influencia judía sobre los cristianos. La política de Constancio fue más antijudía. Sus decretos ampliaron a las mujeres la prohibición del proselitismo judío, vedaron los matrimonios entre judíos y cristianos, dieron mayor protección a los conversos al cristianismo y prohibieron a los judíos tener esclavos gentiles, fueran o no cristianos. El breve reinado de Juliano (360-363) fue un período de grandes esperanzas para los judíos de Palestina y de la diáspora. Juliano era partidario de la religión griega y trató de restaurarla recordando la influencia del cristianismo en el imperio. Intentó restablecer el culto judío de los sacrificios. Sus epístolas reflejaban simpatía personal y compasión por el pueblo judío. En el verano de 362 anunció su deseo de construir el Templo de D´s y prometió reedificar la ciudad de Jerusalén. Pero el emperador fue asesinado en el 363 y sus proyectos en favor de los judíos quedaron en la nada. Debido a la influencia de eclesiásticos fanáticos, los judíos fueron reducidos a reglamentaciones cada vez más graves, con miras a reducir sus números mediante las conversiones. Los mercaderes y comerciantes cristianos deseaban librarse de la competencia judía. Se hizo ilegal circuncidar a los esclavos o poseer esclavos cristianos. Se les vedaron los cargos públicos. Se estableció como delito el casamiento entre cristianos y judíos. Sin embargo, el principio de tolerancia de la religión judía fue mantenido por los emperadores cristianos subsiguientes, especialmente Teodosio I el Grande (379-395) y Teodosio II (408-450). Arcadio (395-408) y su hermano Honorio Augusto (393-423) fueron los emperadores (augusto) del Imperio Romano de Oriente y Occidente respectivamente. Se dirigieron a los judíos en diversos documentos de la siguiente manera: "Ninguna persona, que no sea de religión judía, fijará los precios a los judíos, cuando ellos ofrecen sus mercancías para la venta. Pues es justo otorgar a manos de cada persona lo suyo. Por lo tanto los gobernantes no permitirán a ninguna persona ser investigador y ordenador [de precios y mercancías] para vosotros. Y si osara [...] alguna persona fuera de ellos o de sus dirigentes, asumir las responsabilidades anteriormente enumeradas, los gobernadores se apresurarán a impedirlo mediante penalidades, como contra una persona que asume derechos que no le corresponden." 28 de febrero del año 396 Justiniano El ascenso al poder del emperador Justiniano en el año 527 señaló el fin de una época relativamente tranquila en las relaciones entre judíos y cristianos, y el triunfo de la corriente ortodoxa en el cristianismo. Una consecuencia inmediata de ello fue la intolerancia a las minorías, entre ellos los judíos. Justiniano renovó la legislación antijudía. Presentamos aquí un resumen de sus principales decretos: 1. Definición de los judíos como herejes, a quienes se les retira la protección del gobierno cristiano, quedando expuestos a los ataques y a la violencia. 2. Prohibición de ocupar cargos oficiales civiles o militares. 3. Prohibición de ser nombrados para puestos municipales, aún en Tveria (Tiberíades), principal centro judío. 4. Prohibición de poseer siervos cristianos. 5. Obligación de liberar a aquellos siervos que expresen su intención de convertirse al cristianismo. 6. Descalificación de los judíos como testigos contra acusados cristianos, (aunque eran aceptados para testificar a su favor). 7. Reconocimiento de los derechos a la herencia de hijos conversos. 8. Prohibición de comprar tierras sobre las que se construyeron iglesias. Actitud de la Iglesia temprana hacia los judíos Los Padres de la Iglesia13 fueron los autores de los primeros escritos cristianos y los pastores de la Iglesia de los primeros siglos, cuyas enseñanzas, en sentido colectivo, son consideradas por la Iglesia como el fundamento de la doctrina ortodoxa cristiana. Este nombre fue dado en el siglo V en general sólo a los obispos, pero San Agustín (354-430) rompió esta barrera al citar un escritor eclesiástico que no fue obispo, San Jerónimo, teniendo en cuenta su doctrina y santidad de vida. Jerónimo escribió lo siguiente con respecto a los judíos: "Está prohibido a los traidores habitantes judíos de la ciudad, asesinos de los siervos del Señor y en especial del hijo de Dios, entrar a Ierushalaim. Sólo se les permitirá entrar para llorar y lamentarse. Y deben comprar por dinero el permiso para llorar la destrucción de su tierra. En la fecha en que la ciudad fue capturada y destruida por los romanos puede verse la reunión de este pueblo desgraciado, ancianos y ancianas desfallecientes vestidos de harapos, al punto que por su aspecto exterior se reconoce la ira que Dios vuelca sobre ellos. Multitudes se reúnen. Y en el lugar donde la cruz resplandece desde la cima del Monte de los Olivos (Har Hazeitim) llora la destrucción de su sagrado Templo este pueblo desgraciado que no merece compasión. Sus ojos aún vierten lágrimas; sus manos aún tiemblan, sus cabellos desgreñados... y ya los guardias exigen su pago a cambio del permiso para poder llorar..." Jerónimo - Padre de la Iglesia (331-420) 13 Padres de la Iglesia: Fueron un grupo de pastores y escritores eclesiásticos, obispos en su mayoría, de los primeros siglos del cristianismo, cuyo conjunto doctrinal es considerado testimonio de la fe y de la ortodoxia en la Iglesia católica. Los cuatro padres de la Iglesia más conocidos fueron: San Clemente de Roma, San Ignacio de Antioquía, San Papías de Hierápolis y San Policarpo de Esmirna. La Iglesia puso especial interés en atraer a los judíos a su seno pero el judaísmo no fue proscripto en el Imperio Romano Cristiano. La explicación que prevaleció entre los Padres de la Iglesia y particularmente en la doctrina de Agustín (354-430) fue que el judaísmo debía sobrevivir para ser "testigo público” de la verdad del cristianismo. El cristianismo entendió que su misión era la de eliminar el paganismo pero reconoció el derecho a la existencia del judaísmo en el mundo, en la certeza de que la conversión general de los judíos era cosa del final de los días venideros. Fin de la autonomía En el año 429, Teodosio II mandó ejecutar a Gamaliel VI, el Nasi14, por autorizar la construcción de nuevas sinagogas en contra de las leyes dictadas por Honorio en occidente y por él mismo en oriente, y a continuación suprimió el cargo. Sin embargo, el impuesto siguió cobrándose y se ingresaba en el tesoro imperial. En vez de un patriarcado judío se estableció un patriarcado cristiano. El centro autónomo de Israel perdió su hegemonía, que pasó más tarde a Babilonia como veremos en la unidad. Con la eliminación del cargo de Nasi, dejó de existir la persona que tenía el derecho oficial a representar la autonomía del judaísmo. Sin embargo, en Tiberíades subsistió el Sanhedrín y las academias legislativas. El jefe de la academia reemplazó al Nasí. La Mishná, como vimos en la unidad 11, es el comentario a la Torá, la recopilación de las normas halájicas de la tradición oral que fue la obra de los tanaím de Eretz Israel, escrita en hebreo y concluida por Rabí Iehudá Hanasí hacia el año 220. Los Amoraim fueron los sabios que reemplazaron a los tanaim. Desempeñaron funciones laicas y religiosas y siguieron interpretando la Mishná ya que al ser muy concisa, abundaban los artículos oscuros, y por ello fue necesario dedicarle comentarios especiales más amplios. Así surgió la guemará en la cual alternan continuamente la Halajá (regla jurídica) y la Agadá (narraciones de la tradición oral). ¿Quién realizó el trabajo de sistematización de todo el material de la ley oral posterior a la Mishná, producto de doscientos años de obra creadora? Se ha de aceptar que se trata de un trabajo colectivo de las últimas generaciones de Amoraím del Galil que vivieron entre los años 350 y 400. Todo el conjunto de comentarios y explicaciones forma la Guemará, que significa suplementos científicos. Los recopiladores escribieron la Guemará, siguiendo el orden de los sedarím de la Mishná, es decir: después de cada artículo de la Mishná colocaron todos los comentarios o las controversias entre distintos eruditos relacionados con el artículo dado. Esta unión de la Mishná y la Guemará, del texto con sus comentarios, forma el Talmud de Ierushalaim. Con la eliminación del cargo de nasi en el año 429 e.c., el centro religioso judío se trasladó a Babilonia y allí se desarrollaron las academias de estudio que dieron lugar a la redacción de otra guemará que junto a la Mishná es conocida como el Talmud de Babilonia. 14 Nasi: Con respecto a este cargo, ver unidad 11, p.92-94