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Transcript
Prosperando en la Era del Colapso Parte I
Dmitry Orlov
Prosperando en la Era del Colapso1
Parte I
por Dmitry Orlov
Original en inglés aquí.
Traducción de Patricio Chacón Moscatelli,
[email protected] , Agosto de 2008
Matt Savinar me propuso, hace ya un tiempo, que escribiera un artículo que considerara
específicamente las situaciones que preocupan a algunos de los visitantes de su sitio Web
[http://www.lifeaftertheoilcrash.net/ , “www.la-vida-después-de-la-crisis-del-petróleo.net”]. Me propuso
considerar tres perfiles, cada uno de los cuales es un compuesto de muchas personas. Uno de los perfiles
es el de un profesional joven, otro es el de una pareja de mediana edad, y el tercero es el de un estudiante
de la escuela secundaria. Mi tarea fue adaptar mi conocimiento de las circunstancias en que se encontró
la gente en Rusia después de que la economía soviética colapsó, a las necesidades de diversas personas
en los Estados Unidos. Es lo que he intentado hacer. Tenga presente que éstas no son personas reales, y
que aunque a veces les ofrezco consejos detallados en asuntos tales como educación, asuntos legales,
finanzas y medicina, yo no trabajo en ninguna de estas profesiones, y lo que digo aquí es sólo mi
opinión.
Mi premisa es que la economía americana va a colapsar, que este proceso ya ha empezado, que seguirá
su curso durante una década o más, con altos y bajos aquí y allá, pero con una consistente dirección
global descendente. Ni pronostico ni deseo un resultado así, pero no puedo evitar verlo como muy
probable. Mas aun, tampoco lo veo como si fuera totalmente malo. Hay algunos aspectos terribles en el
estado actual de las cosas, y algunos aspectos maravillosos del ambiente del post-colapso. Por ejemplo,
el aire será mucho más limpio, no habrá ningún taco, y la gente tendrá mucho más tiempo para dedicar a
sus niños y a las personas de su propia comunidad. La vida silvestre florecerá. Habrá un renacimiento de
la cultura local. La gente hará mucho ejercicio caminando, llevando cosas y realizando labores
manuales. Se alimentarán mejor, con dietas más frugales y más saludables. Podría continuar
indefinidamente, pero éste no es el punto.
Dado que este escenario puede parecer extraño a algunas personas, me gustaría esbozar las razones por
las que lo encuentro totalmente plausible. En los grandes medios de comunicación hay una atención
cada día mayor, siempre creciente, sobre la amenazante crisis de la energía. A estas alturas, muy pocas
personas todavía niegan que hay problemas con el suministro de energía, de inmediato para el gas
natural, y eventualmente para el petróleo. Hay también un punto de vista, cada vez mejor y más
persuasivamente argumentado, que a lo que tenemos que prestar más atención es a un futuro déficit de
energía, permanente, que causará dislocaciones económicas y sociales monumentales en su alcance, y
que transformará los modos de vida cotidianos. La economía corriente, amistosa con el consumidor,
dejará de existir, y será reemplazada por una economía de subsistencia, caracterizada por una buena
dosis de privaciones y de austeridad.
N. del T.: Aunque la traducción correcta del título es “Prosperando en la Era del Colapso”, me habría gustado más “Como
sobrevivir en ...” , ya que, aunque se pierda la negra ironía de Orlov, habría correspondido mucho mejor a lo que se dice en
este artículo y a lo que nos espera.
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Prosperando en la Era del Colapso Parte I
Dmitry Orlov
Este punto de vista se conoce normalmente como el Cénit del Petróleo, o peak-oil, en inglés, -un
máximo global sin precedentes en la tasa de extracción del petróleo crudo convencional. La conexión
entre la incapacidad de aumentar la producción de petróleo más allá de un cierto límite, y el inmediato
comienzo del galope de los cuatro jinetes del apocalipsis, no es directamente obvia. Pero al parecer la
economía americana es como un esquema piramidal, basado sólo en la fe en su potencial de crecimiento,
y que sólo puede seguir existiendo mientras continúe expandiéndose, absorviendo ávidamente cada vez
más recursos, particularmente energía. Incluso una leve escasez de energía es suficiente para socavarlo.
Así que el Cénit del Petróleo casi no es el problema, y si lo es la tonta idea de que el crecimiento
económico infinito es posible en un planeta finito. El colapso puede activarse cuando se exceda
cualquiera de muchos otros límites físicos -el agua potable, la tierra cultivable, el aire respirable, y
muchos otros más- por lo que una limitación sostenida en la producción de petróleo es sólo uno de los
muchos límites físicos al crecimiento2.
No siento la necesidad de defender la inevitabilidad de una crisis de energía permanente, no sólo porque
otros ya lo han hecho, y bastante persuasivamente, sino también porque significa tener que discutir con
personas que hacen muy poco más que vociferar eslóganes. Los eslóganes que se escuchan más a
menudo van desde el simplista "¡Hay petróleo más que suficiente!" al cerradamente ideológico "¡El
mercado libre proveerá!", pasando por aquel algo más matizado pero tecnológicamente inverosímil "¡La
Tecnología proveerá!", para terminar con el siempre optimista pero muy poco realista "¡Se encontrarán
otras fuentes de energía!". Incluso está el refrescante e irracional "¡Hace harto tiempo que dijeron que el
petróleo se iba a acabar, pero se equivocaron!" repetido eternamente por Daniel Yergin, un historiador
del petróleo que cree que la historia se repite eternamente, incluso la historia de la extracción de los
recursos no renovables. Las nociones fáciles de este tipo seguirán siendo populares todavía, por algún
tiempo, pero yo siento que ya es bastante más seguro empezar a ignorarlas.
Cabe destacar que la mayoría de nosotros preferiríamos permanecer felizmente ignorantes de todos y
cada uno de estos argumentos y nociones, y que talvez escogeríamos preocuparnos de temas menos
propensos a deprimir nuestra líbido. Estar conscientes de temas de importación global ciertamente no es
obligatorio, y puede que ni siquiera sea beneficioso. ¿Por qué preocuparse por desastres frente a los
2
N. del T.: Cuando Orlov escribió este artículo todavía no había hecho su aparición a la escena mundial la crisis alimentaria,
casi un efecto colateral de la carestía de los combustibles fósiles. Ante las alzas repentinas y a niveles de precios exorbitantes
de los fósiles, los bío-combustibles han comenzado ya a ser muy competitivos. Y además, disminuyen la emisión de CO2 y
aseguran independencia de los productores de fósiles, según sus promotores. Los gobiernos progresistas rápidamente fijaron
metas de reemplazo de fósiles por bío-combustibles, para el corto plazo. El que los bío-combustibles requieran consumir
gigantescas cantidades de productos que antes se usaban como alimentos sólo se hizo patente ahora, cuando los precios del
maíz y otros alimentos-materias-primas se han disparado a niveles que presagian hambrunas en vastos territorios. Tanto que
hasta el Banco Mundial está muy preocupado del asunto.
Y en lo que se refiere a las emisiones de CO2, hay estudios que afirman que se usa tal cantidad de fósiles para producir las
materias primas que la emisión de CO2 es casi la misma que si se usaran los fósiles directamente, sino mayor. En todo caso,
se emitiría lo mismo, pero con menos trabajo.
Y ahora último, ha surgido otra situación paradojal: los movimientos ecologistas han logrado concientizar a la población
sobre los riesgos de seguir aumentando la polución debida a la inmensa cantidad de envases plásticos, hermosos y
relucientes, que acompañan al consumo de todo tipo de productos. Todo un éxito: no a la contaminación por envases
plásticos. Y las grandes transnacionales fabricantes de plásticos han venido a solucionar este grave problema: han
desarrollado los bío-plásticos, que tienen dos grandes gracias. Se degradan en muy corto tiempo, integrándose al medio
ambiente sin contaminar, y además son más baratos (y mejor negocio para sus fabricantes). Más baratos porque se fabrican a
partir de alimentos-materias-primas, muy competitivos dados los altos precios de los fósiles que usaban los antiguos y
contaminantes plásticos corrientes. Ahora sólo falta decidir si preferimos los ecológicos bío-plásticos para envasar los
alimentos bastante más caros o los alimentos bastante más baratos, envueltos en papel encerado y transportados en las
antiguas y antiestéticas bolsas de género, que usábamos hasta los años 70, y que duraban muchos años.
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cuales no podemos hacer nada para evitarlos?. ¿Por qué no sólo disfrutar nuestros días al sol, suceda lo
que suceda? También, las muchedumbres pueden ser peligrosas cuando caen en pánico, y por eso, no
deseo aterrarlas.
Para los pocos de nosotros que estamos interesados, mi mensaje es alegre, porque yo creo que ustedes
todavía pueden, en alguna medida, tener algún control sobre su destino. Así, si usted quiere un poco de
ayuda para pensar las cosas con una actitud positiva, siga leyendo. Si no es así, no se preocupe de más.
En vez de seguir leyendo, puede elevar su espíritu yendo a dar una vuelta en auto, o yendo de compras, o
durmiendo una siesta. Puede estar seguro de que éstas son cosas buenas de hacer, sobre todo la siesta.
Mientras se siente amenazado por algunos problemas de importancia global, cualquier cantidad de otras
eventualidades desagradables podrían provocar su fallecimiento prematuro, por lo que le recomiendo
que se abstenga de pensar morbosamente en ellas. Su participación en este programa es optativa.
El primer paso en este programa es admitir que lo que se está tramando en su horizonte es el colapso
económico -que la economía, tal como usted la entiende, dejará de llenar sus necesidades. No va a
escuchar de esto en las noticias de la noche, y no va a haber ningún letrero en las vitrinas de las tiendas
que digan "Cerrado por colapso económico" . El tradicional grupo de expertos estará siempre disponible
para asegurarle que la prosperidad está justo a la vuelta de la esquina, y ofreciendo tal o cual remedio de
corto plazo, que, como todos sabemos, hasta podría funcionar por un tiempito.
Una economía colapsa por una persona, una familia, y una comunidad a la vez. Primero, los sueños se
evaporan: el futuro empieza a parecer peor que el presente, y es cada vez más incierto. Entonces la gente
se ve obligada a soportar cada vez mayores indignidades y privaciones, las que tienden a aceptarse como
si fueran fracasos personales. La tensión resultante les lleva a experimentar una variedad de síntomas
físicos y psicológicos. Nuestro orgullo, nuestros hábitos y expectativas, y nuestra renuencia a
adaptarnos, puede matarnos más rápido que cualquier penuria física. Pero eventualmente algo tiene que
ceder, y aun cuando la vida no se haga más fácil, nos despertamos una mañana, y no sólo la vida
alrededor nuestro se ha transformado más allá de todo reconocimiento, sino que todos aquellos con
quienes nos encontramos reconocen que los tiempos han cambiado. Y comprendemos que nada de esto
es algo personal contra nosotros, y nos sentimos mejor.
Me siento calificado para escribir sobre este asunto porque yo tuve la oportunidad de observar un
colapso económico de primera mano. Viví parte de mi crianza en la Unión Soviética, y el resto en los
Estados Unidos. He visitado Rusia repetidas veces, en viajes personales y por negocios, durante los años
de la Perestroika, los del colapso resultante, y en los difíciles años noventa. Me siento igualmente en
casa, o, en ocasiones, perdido, en ambos lugares. Al contrario que la mayoría de los emigrados rusos que
fueron testigos del colapso, quedé más fascinado que traumatizado por mis experiencias, y no he
intentado borrarlos de mi memoria, como muchos de ellos han hecho. También a diferencia de la
mayoría de los emigrados, sé mucho sobre los Estados Unidos, su sociedad y su economía, veo sus
fatales debilidades, y me preocupo de lo que pasa allí. Al asomarse aprehensivamente a lo desconocido,
es útil tener de guía a alguien que ya haya estado allí. Dado que no hay guías así disponibles, usted
tendrá que arreglárselas para sobrevivir con alguien que haya estado en alguna parte aunque sea
vagamente similar.
Transporte
El uso principal del petróleo en los Estados Unidos es para el transporte. Una vez que la crisis se
desarrolle, habrá mucho menos transporte disponible, tanto de bienes como de personas, a cualquier
precio, y además, exacerbado por la falta de infraestructura de transporte público. El Producto Interno
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Total norteamericano resulta ser casi estrictamente proporcional al número de millas recorridas por los
vehículos del país, y esto implica que grandes reducciones en la disponibilidad de transporte se traducirá
en reducciones de similar cuantía en el tamaño de la economía total. En unos cuantos años, los caminos
y los puentes empezarán a fallar por falta de mantención, haciendo que los viajes sean lentos y difíciles,
incluso cuando haya combustible suficiente. La gente se verá obligada a quedarse donde está la mayor
parte del tiempo -talvez con la posibilidad de hacer algunos viajes estacionales-, y a usar lo que esté
disponible en la vecindad inmediata.
Para ver cómo será eso, todo lo que usted tiene que hacer es dejar de manejar; no manejar un poco
menos, sino vendiendo su automóvil, y negándose a subir a un auto de manera regular. Si esto lo fuerza
a cambiarse de casa, o a cambiar de trabajo o de carrera, usted probablemente debería hacerlo ahora. Se
verá obligado a hacerlo, cuando todos los demás intenten hacerlo al mismo tiempo. Yo vendí mi auto
hace unos años, y mi vida mejoró, no empeoró. Ahora trabajo a una distancia de mi casa que puedo
recorrer en bicicleta . Me mantengo bien físicamente porque ando en bicicleta por lo menos una hora al
día, y estoy ahorrando mucho más dinero que antes porque no tengo el gasto de mantener el auto. Si
usted tiene niños que usan el autobús escolar para ir a la escuela, asuma que ese autobús no volverá a
pasar. Puede organizar un sistema de enseñanza en su casa, o encontrar otra escuela cercana, de modo
que los niños puedan irse caminando o en bicicleta.
Comida y Vestimenta
La sociedad de consumidores, tal como la que actualmente existe en los Estados Unidos, se sostiene por
una energía que todavía es relativamente barata y accesible, y por el hecho de que China, y otras
naciones, todavía tienen la gentileza de seguir vendiéndonos a crédito. Este crédito es respaldado por la
promesa del futuro crecimiento económico de los Estados Unidos, que ya está viniéndose abajo por los
altos precios de la energía. Por lo tanto, la crisis de energía en curso se traducirá en una crisis del
consumo de bienes.
Por consiguiente, como parte de su tarea, asuma que cada supermercado y tienda mayorista está fuera de
servicio, llevadas a la quiebra por el alto costo (y la baja disponibilidad) de diesel, electricidad y gas
natural. Sólo vaya a comprar a los mercados libres de los granjeros locales, pequeños negocios de
comestibles del barrio, y tiendas económicas. Compre tan pocas cosas nuevas como le sea posible:
escoja y retire de la basura todo lo que pueda, y repare las cosas en lugar de reemplazarlas. Aprenda a
cultivar o recolectar parte de sus alimentos, por lo menos. Si no desea convertirse en un vegetariano
estricto, criar pollos y conejos no es tan difícil. Para comprar abarrotes, como arroz, vaya al pueblo y
cómprelos a granel en la pequeñas tiendas de los inmigrantes, ya que puede estar seguro que estarán ahí
incluso después que los supermercados se hayan ido.
Resguardo
Si su arriendo o hipoteca le exige que tenga un trabajo de jornada completa para permitirse ese lujo,
encuentre una manera de cambiar su situación actual por una que pueda mantener incluso cuando no
haya trabajo. Si puede cobrar la parte ya pagada de su hipoteca, y con eso puede comprar un lugar más
pequeño, pero que sea suyo sin deudas, entonces hágalo ya.
Preste particular atención a las posibles dificultades para calefaccionar el lugar; no asuma que el petróleo
para la calefacción, o el gas natural, o grandes cantidades de leña van a estar disponibles o que serán
económicas. También preste muchísima atención a los vecinos. ¿Son personas a las que conoce y en las
que confía? ¿Lo ayudarían? No asuma que habrá protección policíaca o servicios de la emergencia. Si
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usted vive en un área con historia de disputas étnicas, ¿está seguro de que podrá encontrar un lenguaje
común y vivir en paz con todos, incluso con personas cuyas cultura y costumbres sean inmensamente
diferentes a las suyas?
Sepa para donde escapar en el caso de que su residencia primaria se vuelva invivible, ya sea
permanentemente o durante un tiempo. Sus soluciones podrían ser tan simples como la cama de un
amigo, o un lugar de camping como el que alquiló el verano pasado, o algún terreno donde usted sabe
que se puede acampar, o una granja abandonada, abarcando toda la gama hasta llegar a una residencia
alternativa en otro lugar del mundo al que usted se pueda trasladar.
Medicina
Si usted tiene o es probable que tenga necesidades médicas continuadas y significativas, quedarse en los
Estados Unidos va ser un grave conjunto de problemas; hasta podría considerar buscar refugio en alguno
de los muchos países que proporcionan atención de salud básica y de emergencia gratuita para toda su
población. Los Estados Unidos son un caso muy especial al haber transformado la medicina básica en
una industria para ganar dinero en lugar de prestar un servicio social. El sistema médico aquí ha llegado
a ser un parásito, hinchado e ineficaz. Los doctores están agobiados por regulaciones irrazonables y
responsabilidades financieras.
En lo que a medicina se refiere, casi cualquier país en el mundo será mejor que uno que está repleto de
médicos especialistas desempleados, consultores de seguros, y expertos en facturación médica. En
Bélice, que es un país muy pobre, recibí excelente y oportuna atención médica de urgencia de un médico
cubano. En los EE.UU., en circunstancias similares, habría tenido que esperar 8 horas en una sala de
espera del servicio de urgencias, entonces habría sido visto en cinco minutos por un interno somnoliento
por falta de sueño, que habría garrapateado una receta prescribiendo algunos remedios que están
disponibles casi en cualquier parte del mundo, sin necesidad de receta médica. Luego se habría
entablado una batalla de papeleos entre el hospital y la compañía de seguros, durante muchos meses,
para determinar si el hospital tiene derecho a cobrar por la consulta médica realizada por el doctor en el
servicio de urgencias. Aparentemente, en las consultas de urgencias americanos, los doctores son
optativos.
Hay pasos específicos que usted puede dar para evitar tener que depender del sistema médico. Haga lo
que más pueda para conservar una buena salud, durmiendo lo suficiente, haciendo bastante ejercicio, y
evitando estresarse innecesariamente. Evite la comida procesada y la comida basura. Si usted no se
siente bien, descanse mucho, en lugar de automedicarse e intentar cumplir un pesado programa. A
menos que su vida esté en peligro, trate de arreglárselas sin tratamientos con medicamentos, teniendo en
mente lo que podría pasar cuando no los tenga. Esté seguro de tener un testamento en vida que le
permita a su familia tener el control de su cuidado médico. Recurra a la medicina alternativa para el
alivio de síntomas o de dolencias menores.
Dinero
Durante varias décadas el Dólar americano ha podido conservar su valor a pesar de los déficits de
comercio y fiscales cada vez más grandes, porque es la moneda que usa la mayor parte del mundo para
comprar petróleo. Otras naciones están obligadas a exportar sus productos a los Estados Unidos porque
ésta es la única manera que tienen para obtener los dólares que necesitan para comprar petróleo. Esto ha
producido una corriente continua de dinero no merecido para la Tesorería norteamericana. Este estado
de cosas está llegando a su fin: a medida que más y más naciones productoras de petróleo encuentran
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modos alternativos de hacer negocios con sus clientes, negociándolo en euros, o en alimentos, el valor
del Dólar americano se erosiona. A medida que el valor del Dólar desciende, el precio de una larga y
creciente lista de importaciones esenciales sube, alimentando la inflación. En algún momento, la
inflación empezará a autoalimentarse, dando lugar a la hiperinflación.
Si su primer pensamiento es: "¿Hiperinflación en los EE.UU.? ¡Imposible!" entonces no está solo. Un
montón de gente tiene problemas para pensar siquiera en la posibilidad de la hiperinflación, los
economistas entre ellos. Para que haya hiperinflación, dicen, se requiere que el gobierno emita inmensas
cantidades de dinero, y como este es un gobierno bueno y prudente, simplemente no lo hará. Pero este
gobierno está ahogándose en tinta roja, y hará lo que los gobiernos desesperados siempre han hecho:
optan por reducir su deuda vía inflación antes que declararse en cesación de pagos, para mantener al
menos alguna capacidad de pago, frente a una base de impuestos que está colapsando y un crédito
externo que se está secando. La gente de la Fed si necesita mantenerse alimentada, después de todo.3
Alan Greenspan, Presidente de la FED, ha dado a conocer su punto de vista, según el cual, como el gasto
en petróleo es sólo un pequeño porcentaje del gasto del total de la economía, los elevados precios del
petróleo sólo tendrán un efecto pequeño en ella, y, por supuesto, él tiene razón. Sin embargo, todavía
estoy un poquito preocupado por pequeñas disminuciones de la cantidad total de petróleo disponible,
sin tomar en cuenta el precio, porque éstas producirían menor actividad económica. Lo que me gustaría
es que el Sr. Greenspan me tranquilizara con respecto a la duda de cómo una economía nacional
pequeña va a poder soportar una deuda nacional grande. A propósito, tengo una idea: impriman algo de
dinero.
Otros que creen que la hiperinflación es evitable apuntan a la debilidad de los sindicatos, y dicen que los
obreros en los EE.UU. están demasiado mal organizados como para negociar colectivamente y asegurar
reajustes acordes al alza del costo de la vida, lo que podría generar una espiral inflacionaria en la
economía. Estas personas parecen creer que los obreros van a seguir siendo capaces de trabajar, de algún
modo, cuando todo su sueldo se gaste en comprar gasolina para su transporte diario. Me recuerdan al
granjero proverbial que entrenó a su caballo para dejar de comer, y que casi tuvo éxito, ya que,
desgraciadamente, el caballo se murió primero. Quienes requieren que un determinado trabajo sea
realizado, deberán proveer los medios físicos para que alguien lo haga.
Hay también muchísima gente en este país -los que están en la cima de la cadena alimentaria económica,
o que sólo sienten que están allí- que se autopagarían todo lo que necesiten, otorgándose a sí mismos -y
a aquéllos de cuya lealtad dependen-, cualquier reajuste del costo de la vida que juzguen necesario. Y lo
continuarán haciendo hasta que vayan a la quiebra. Como la riqueza está tan desigualmente distribuída,
estas personas hacen una diferencia desproporcionadamente grande.
Por último, hay un gran grupo de gente que sienten que estas materias deben ser decididas por los
economistas. Pero decida usted: en marzo de 1999, la revista The Economist publicó un artículo titulado
"Ahogándonos en Petróleo." En diciembre del mismo año, fue compelida a publicar una retractación.
Los economistas están empezando a verse un poquito ridículos, a medida que sus habilidades predictivas
demuestran ser, repetidamente, bastante débiles. Es más, la economía, como disciplina misma, está
empezando a ser irrelevante, porque su preocupación principal es caracterizar un sistema -la economía
del crecimiento basado en los combustibles fósiles-, la que está empezando a colapsar.
3
N. del T.: Juego de palabras intraducible. La Fed es el apócope de Federal Reserve, el Banco Central de los EE.UU., y se
escribe igual que "fed", que significa "alimentados". De allí, "people at the Fed do have to be kept fed, after all".
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Quizás la dificultad de reconciliarse a sí mismo con una posibilidad como esta proviene de la historia y
la cultura, no de la economía. Al diferencia de los rusos o los alemanes, cuya memoria histórica incluye
uno o más episodios de hiperinflación, es difícil que los norteamericanos se imaginen vivir en un tiempo
en que su papel-moneda no valga ni su peso en papel higiénico. Pero se sabe que estas condiciones ya
han ocurrido. Los ahorros se evaporan en la atmósfera. La gente que todavía recibe cheques de sueldos o
de jubilación los cobran inmediatamente, y hacen los mayores esfuerzos para comprar las cosas que
necesitan para sobrevivir lo más rápidamente que pueden, antes de que los precios suban de nuevo. 4
Hay algunos pasos que usted puede dar para prepararse para la vida sin dinero. Durante un tiempo,
puede que usted no tenga ningún ingreso en absoluto, o un ingreso tan magro que ni siquiera alcance
para una comida al día, así que averigüe cual es el mínimo de dinero que usted necesita para continuar
activo y saludable. Aprenda a confiar en la familia, en los amigos y en los conocidos. Averigüe qué es lo
que puede obtener de ellos, y qué es lo que usted puede ofrecer a cambio.
Quizás lo más importante, asuma que sus ingresos por jubilación, del gobierno o de privados, seguirán
su destino normal en un colapso, es decir, serán muy pronto casi cero, y en consecuencia debe buscar
otras alternativas para su vejez. Si tiene niños, comience a regalonearlos desde ya -va a necesitar su
ayuda para sobrevivir cuando usted esté chocho. Si no tiene niños, entonces piense en tener algunos, o
adopte uno o dos. Si no tiene ni quiere tener niños, entonces asegúrese de tener algunos buenos amigos
que sean más jóvenes que usted.
Para cada asunto económico que involucre dinero, intente organizar una alternativa que no involucre al
dinero. Por ejemplo, si usted le paga a una niñera, busque una niñera que esté dispuesta a trabajar a
cambio de lecciones. Si paga un arriendo, propóngale un trueque al conserje en que usted pague con
trabajo. Si usted compra sus alimentos, comience a cultivarlos por si mismo.
A medida que usted aprenda a vivir con cada vez menos dinero, descubrirá inevitablemente que el
sistema monetario le perjudica. Si tiene deudas, cada vez se hace más y más difícil pagarla. Si tiene una
propiedad, cada vez se hace más y más difícil permitirse el lujo de pagar los impuestos. El sistema
monetario siempre le saca un mordisco a todo lo que usted hace. Pero esto es verdad sólo si sus
relaciones económicas se monetizan -si estas relaciones tienen valor monetario e involucran el
intercambio de dinero. A medida que usted trata de reducir su dependencia de la economía del dinero,
necesitará inventar maneras de desmonetizar su vida, y la de las personas a su alrededor.
Los ahorros y las propiedades personales pueden transformarse en los valores de intercambio en las
relaciones humanas, lo que entonces da lugar a flujos recíprocos de regalos y favores -eficaces, privados,
y ajustados a las necesidades personales. Esto requiere un conjunto de ideas completamente diferente del
que es cultivado por la sociedad de consumo, el que se esfuerza por estandarizar y reducir todo, incluso
las relaciones humanas, a un paradigma de cliente-proveedor, en que el dinero fluye en una dirección,
mientras los productos y servicios fluyen en la dirección opuesta. El cliente A obtiene la misma cosa que
el cliente B, por el mismo precio.
4
N. del T.: Las modernas tecnologías pueden jugar en contra nuestra. Antes de la masificación de los computadores, subir los
precios era una ardua tarea manual, que podía tardar días y hasta semanas, en larguísimas listas escritas y calculadas a mano,
precio a precio. Hoy en día, basta con dar una instrucción general al programa que administra la base de datos para que los
precios suban el porcentaje que uno desee, en minutos. Las máquinas registradoras obedecerán de inmediato. Si se desea, se
puede hacer muchas veces por día. Siempre que no falle la energía, claro.
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Esto es muy ineficiente, desde una perspectiva personal. Se malgastan recursos en productos nuevos aun
cuando los usados pueden funcionar igual de bien. Todo el mundo se ve obligado a arreglárselas con
productos estándard mediocres, que están diseñados para una obsolescencia planificada y que no dan la
satisfacción que se puede obtener de productos fabricados artesanalmente para satisfacer mejor sus
necesidades específicas. Un producto prefabricado puede elaborarse en el lado opuesto del planeta,
mientras que uno personalizado probablemente será fabricado localmente, proporcionando trabajo para
usted y para la gente de su comunidad. Pero esto también es muy eficiente, desde el punto de vista de
obtener ganancias y aumentar la concentración de la riqueza, mediante el agotamiento de los recursos
naturales y la destrucción del medio ambiente. Sin embargo, ésta no es la clase de eficacia con la que
usted debería estar comprometido: no es lo que le conviene.
Aquí va, entonces, la actitud correcta con respecto a la economía del dinero. Debe parecer que usted no
tiene nada de dinero ni riquezas significativas. Pero usted debe tener acceso a recursos, como comida,
ropa, medicinas, lugares para vivir y trabajar, e incluso dinero. Puede hacer con su dinero lo que quiera.
Por ejemplo, puede simplemente extraviarlo, igual que las ardillas con las nueces y las bellotas. O puede
convertirlo en propiedad comunal de cualquier tipo. Debe evitar que le paguen, pero debe aceptar
regalos, y, claro, dar regalos a cambio. Nunca debe trabajar por dinero, sino que siempre debe regalar su
tiempo y sus caritativos esfuerzos. Debe tener un mínimo de posesiones personales, pero muchas cosas
para compartir con otros. Desarrollar tales actitudes es difícil, pero, una vez que lo hace, la vida
realmente mejora. Es más, adoptando actitudes como estas, usted se transforma en una persona a prueba
de colapsos.
Leyes
El sistema de justicia americano favorece al educado, a las corporaciones, y a los ricos, y toma injusta
ventaja del inculto, del ciudadano privado y de los pobres. Parecería que casi cualquier enredo legal
puede resolverse a través de la aplicación juiciosa de dinero, mientras que, para aquellos que se ven
obligados a confiar en los defensores públicos, casi cualquier pelea con la ley puede producir multas en
dinero e incluso penas de cárcel.
Mucha gente ingenua cree que delincuente es alguien que comete un acto delictivo. Esto no es verdad,
por lo menos no en el sistema norteamericano de justicia. Aquí, un delincuente es alguien que ha sido
acusado de cometer un acto delictivo, enjuiciado por eso, y encontrado culpable. Si esa persona ha
cometido de verdad dicho acto es inmaterial: los testigos pueden mentir, la evidencia puede fabricarse,
los jurados pueden manipularse. Una persona que ha cometido un acto delictivo pero que no ha sido
juzgado por eso, o ha sido juzgado y exonerado, no es un delincuente, y cualquiera que lo califique
como delincuente lo está difamando.
Se deduce por lo tanto que, dentro del sistema de justicia norteamericano, cometer un crimen y que no lo
pillen es substancialmente idéntico a no cometer ningún crimen en lo absoluto. Los clientes adinerados
tienen abogados que constantemente están probando -y siempre que sea posible, también expandiendolos límites de la legalidad. Las corporaciones tienen ejércitos enteros de abogados, y casi siempre
pueden ganar contra personas individuales. Además, las corporaciones usan su influencia política para
promover el uso del arbitraje vinculante, que los favorece, como la manera de resolver las disputas.
Este estado de cosas hace que sea desesperanzadoramente ingenuo que alguien confunda la legalidad
con la moralidad, la ética, o la justicia. Usted siempre debe comportarse de una manera legal, pero esto
no necesariamente lo salvará de ir a prisión. De qué manera decida usted comportarse legalmente es algo
que queda entre usted y su conciencia, Dios, o abogado, si es que tiene uno, y puede o no puede tener
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nada que ver con obedecer las leyes. La legalidad es una propiedad del sistema de justicia, mientras que
la justicia es una antigua virtud. Esta distinción se ha perdido en muy pocas personas: la mayoría de la
gente posee un claro sentido de la justicia, y, separado de él, una comprensión de lo que es legal, y de
cómo pueden arreglárselas en este aspecto.
El sistema legal norteamericano, tal como está, es un lujo, no una necesidad. Es bueno para quienes
pueden permitirse el lujo, y malo para aquellos que no pueden. A medida que vaya aumentando el
número de personas que se den cuenta que no pueden pagar lo que se requiere para lograr buenos
resultados, empezarán a verlo no como un sistema de justicia, sino como una herramienta de opresión, y
aprenderán a evitarlo en lugar de recurrir a él para que los ayude. Cuando la opresión se vuelve la
norma, en algún punto la pretensión de impartir justicia será reemplazada por un sistema mucho más
simple, eficaz y racional de control social, quizás uno basado en la ley marcial.
Es conocido que la gente ha sabido llevarse bien, muy alegremente, sin leyes escritas, abogados, cortes,
o cárceles. Las sociedades siempre desarrollan una idea de lo que está prohibido, y siempre encuentran
maneras de castigar a los transgresores. En la ausencia de un sistema oficial de justicia, la gente
generalmente se pone mucho más cuidadosa entre ella, porque andar haciendo lesos a los demás puede
llevar a un duelo, o puede dar lugar a una vendetta, y porque, en la ausencia de cárceles, los castigos
tienden a volverse draconianos, llegando a incluir las desposesiones, el destierro, e incluso la muerte,
todo pensado más para detener y neutralizar que para castigar. Cuando surgen disputas, se puede apelar
a ciudadanos mediadores o a consejos informales para que ayuden a resolverlas.
La transición a un sistema de jurisprudencia de baja energía será indudablemente bastante tumultuosa,
pero hay algo de lo que podemos estar seguros: muchas leyes se volverán inaplicables casi desde el
comienzo. Este desarrollo, dada nuestra definición de lo que es delictivo, va a descriminalizar de facto
muchos tipos de conducta, abriendo nuevas y relativamente seguras avenidas de conducta legal para
multitudes de personas, creando nuevas oportunidades para los sabios y prudentes, y tentando a los
malos y a los tontos.
Como precaución de seguridad, puede que usted quisiera distanciarse del sistema legal, y, en la medida
de lo posible, buscar su propia justicia. Como ejercicio, examine cada una de sus relaciones que estén
basadas en un contrato, en un arriendo, en una escritura, en una licencia, en un pagaré, o en otro
instrumento legal, y busque maneras de reemplazarlo por relaciones que se basen en la confianza, en el
respeto mutuo y en el interés común. Piense en maneras de hacer que estas relaciones funcionen dentro
de contextos de amistades y de lazos familiares.
Para protegerse de ser atacado salvajemente por el sistema de justicia a medida que degenera en
opresión, intente tejer una espesa trama de interdependencia informal alrededor de usted, donde
cualquier conflicto o desacuerdo pueda extinguirse atrayendo más y más partes interesadas, todas ellas
ansiosas de resolverlos pacíficamente, y ninguna que quiera permitir una escalada que lleve el asunto
fuera de su círculo. Esfuércese en ser imparcial al intentar mediar en una disputa, y guíese por su
sabiduría y su sentido de justicia en lugar de hacerlo por leyes, reglas o precedentes, que ofrecen una
muy pobre guía en tiempos cambiantes.
Continúa en la Parte II, Los consejos de Dmitry a los profesionales jóvenes y los padres maduros.
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