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Mapa curricular, evaluación y alternativas Presenta: M.A. Ana Laura Franco Manzano M.C. Sergio Carrasco Romo Dr. Darío Morales Aguayo Profesores–investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla REFLEXIONES ACERCA DEL DISEÑO CURRICULAR Introducción La presente propuesta se ubica dentro de las actividades que desarrolla la Comisión Gran Visión. Plan 2020 del H. Consejo Universitario. Pretende sensibilizar a los actores involucrados dentro del nivel medio superior así como a todos aquellos que llevan voz y voto en la toma de decisiones, acerca de la pertinencia del mismo. Igualmente busca establecer los lineamientos metodológicos necesarios con un mínimo de rigor para construir una alternativa viable de nuestro bachillerato universitario, con el objetivo de convertirlo a mediano plazo en la primera opción que un estudiante egresado de la escuela Secundaria considere para cursar el nivel medio superior, y una vez concluidos sus estudios pudiera insertarse en el aparato productivo, o bien, ingresar al nivel de licenciatura en ésta, nuestra Universidad o en la de su preferencia y desempeñarse de forma exitosa. Metodología del Diseño Curricular El diseño curricular debe entenderse como una actividad comprometida con el futuro. Compromiso de futuro en tres dimensiones: social, institucional e individual. Como lo señala Guillén (2002), si bien la actividad de diseño curricular se enmarca dentro de una institución, el compromiso verdadero y trascendente es con los educandos, con aquellos que van a confiar en que una vez cubierto el plan de estudios sus vidas se modificarán positivamente, que se responderá a sus expectativas, que lograrán la plena realización y que por medio de ello alcanzarán la plenitud humana y contribuirán a elevar los niveles de bienestar y justicia de su entorno personal y social. El modelo que se presenta toma su base en las técnicas de planeación estratégica y planeación prospectiva, amén de las que la literatura especializada dicta. No se presentan las discusiones ideológico–políticas, económico–sociales y filosóficas que implica el quehacer del diseño curricular. Los aspectos mencionados serán abordados en diversos momentos del evento que hoy nos ocupa. La discusión por razones de tiempo desarrollará los principales aspectos del diseño curricular y la propuesta de estrategias de evaluación; los fundamentos del diseño se derivan de cuatro ejes principales: el diagnóstico, la definición disciplinaria, el entorno institucional y las características de los usuarios del servicio educativo. Es pertinente mencionar que dichos ejes no necesariamente se presentan en un orden jerárquico. Ejes principales Un diagnóstico de las condiciones del entorno institucional y social en que se ubica la propuesta de plan de estudios. La definición del Nivel Medio Superior para la institución, permite caracterizar las características de los egresados. La ubicación de la Misión y Filosofía Educativa, así como la visión de mediano y largo plazo que sustenta la institución. Con lo cual la propuesta curricular adopta la personalidad de la institución y asume los compromisos sociales, éticos y educativos que propone su modelo educativo. La atención significativa de la naturaleza, necesidades y expectativas de los sujetos que se definen como potencialmente usuarios del plan de estudios. Sin duda, un elemento importante y con frecuencia descuidado, son las peculiaridades de los sujetos que serán impactados por la propuesta curricular, el programa educativo sólo tiene sentido en la medida que responde a sus usuarios; de otra manera se deshumaniza y adquiere un significado de cuidado de los aspectos estructurales y de eficiencia. Elementos mínimos en una propuesta de diseño curricular 1. Fundamentos o justificación. 1.1. Contexto histórico social. 1.2. Contexto económico. 1.3. Conceptualización del nivel educativo. 1.4. Caracterización de usuarios. 2. Bases pedagógicas. 2.1. Modelo educativo. 2.2. Estrategias didácticas. 2.3. Recursos e infraestructura académica. 3. Perfil de ingreso. 3.1. Conocimientos y aptitudes requeridas. 3.2. Antecedentes académicos. 3.3. Requerimientos académico administrativos. 4. Perfil de egreso. 4.1. Conocimientos. 4.2. Habilidades. 4.3. Actitudes. 4.4. Condiciones para la obtención del certificado. 5. Objetivos o propósitos. 5.1. Generales. 5.2. Áreas curriculares. 6. Estructura curricular. 6.1. Unidades educativas. 6.2. Organización académica. 6.3. Mapas curriculares. 6.4. Integración vertical y horizontal. 6.5. Coherencia lógica y pedagógica. 7. Plan de estudios. 7.1. Identificación. 7.2. Ciclos escolares. 7.3. Créditos. 8. Programas de las unidades educativas. 8.1. Identificación. Es común que en un programa del nivel superior las asignatura se midan en créditos. 8.2. Objetivos y propósitos. 8.3. Contenidos. 8.4. Experiencias de aprendizaje. 8.5. Recursos didácticos. 8.6. Evaluación. 9. Evaluación curricular. 9.1. Evaluación formal. 9.2. Evaluación de procesos. 9.3. Evaluación de resultados. 9.4. Seguimiento de egresados. Es conveniente señalar que de ninguna manera el esquema anterior pretende mostrar que el diseño curricular es lineal, por el contrario, las distintas etapas se van afinando conforme se va avanzando en el diseño. El proceso más bien es dinámico, cuestiona permanentemente lo realizado retroalimentándose continuamente de la participación de quienes en él intervienen. La planeación puede ser desde dos planos; el directivo, o el participativo. Para diseños completamente nuevos el primero es el recomendado. En innovaciones de planes ya existentes el segundo es conveniente; entre más incluyente sea el proceso, más probabilidades de éxito tendrá, por lo que funcionarios, alumnos, trabajadores y demás quienes hacen escuchar su voz para la toma de decisiones deberán estar presentes. Tanto en el primero como en el segundo el grupo de expertos en diseño curricular deben de encontrarse con las estructuras que se encargarán finalmente del diseño. A continuación y de forma sintáctica se describirán las etapas señaladas en los Elementos mínimos de diseño curricular. La fase de fundamentación o justificación dará sustento a la propuesta. Dicha fase suele ser compleja y costosa, por la inversión de tiempo y de recursos para la realización de diagnósticos de necesidades. Además de que al invertir un exceso de tiempo, la realidad diagnosticada inicialmente ya ha cambiado. Sin embargo, el diagnóstico sirve para reconocer las debilidades y fortalezas con las que se cuentan y cuáles de éstas deberán de promoverse o bien de atenderse para arribar al escenario que se pretende. Cualquier propuesta se enmarca en un espacio y tiempo determinado, es producto del grupo social que le dio origen; deberá atender a las necesidades presentes y procurar la atención de las necesidades futuras, aquellas que tendrá la sociedad a mediano y largo plazo. Por lo que la reflexión prospectiva para el diseño de los posibles escenarios permitirá conformar una propuesta más idónea en la construcción de las aspiraciones sociales. Asimismo, en la medida de lo posible el diseño curricular debe atender los aspectos macrosociales y económicos, así como los elementos regionales y locales, también a los de grupos y a los individuales, los niveles de desarrollo deben buscar la armonía que permita atender las distintas necesidades de los distintos niveles o actores sociales, siempre con la visión prospectiva. La conceptualización del nivel educativo aclara cómo se entiende conceptual y académicamente el nivel. Desde luego debe basarse en el ideario de la institución que sustenta el programa educativo en cuestión. Es decir, para un egresado de la institución del nivel medio superior, cuáles serán las características o cualidades que obtendrá de tal manera que lo distinguirán del resto de egresados del mismo nivel de otras instituciones educativas. Las respuestas a preguntas como, ¿qué cualidades tiene un egresado? ¿Qué se espera de un estudiante que egrese del nivel medio superior? ¿Qué respuesta se pretende dar con el plan de estudios? ¿A quiénes responde el plan?, contribuirán a la conceptualización del mismo. Es menester señalar que el plan estudios debe estar al nivel de las características, necesidades e intereses de los posibles usuarios del plan. Un error frecuente en la planeación curricular es una excesiva atención a los factores externos, economía, desarrollo, aparato productivo y demás, y una escasa o nula atención a las condiciones y necesidades de los alumnos que serán sometidos a esa propuesta. La educación se ha entendido siempre como factor fundamental de promoción social, sin embargo, como lo señala Rossana Rosanda “bajo el disfraz de una educación igual que, siendo aplicada de la misma manera a los desiguales, lleva evidentemente a un resultado desigual”. Lo anterior provoca altas tasas de deserción escolar y bajas tasas de eficiencia terminal del sistema. Aún así, a la educación se le reconoce su importante papel para el desarrollo del país y para el desarrollo del individuo. Toda propuesta educativa debe considerar que sus usuarios son sujetos concretos con expectativas e ilusiones y que el sistema tiene la obligación de conocer y atender esas esperanzas, para poder contribuir en la creación del conjunto de habilidades intelectuales y repertorios conceptuales que les permita el logro de metas particulares y la plena realización individual y social. Las bases pedagógicas se relacionan con la concepción y operación del plan de estudios, así como la puesta en escena del programa académico. El modelo educativo expresa la idea que se tiene sobre la educación, sus implicaciones filosóficas y sociales. El concepto de aprendizaje, enseñanza y la estrategia metodológica que los une. Explicita el ideario, la misión y propósitos, así como la visión de mediano y largo plazo que sustenta la institución. Rosanda, Rossana. El manifiesto. México, Era, 1973, p. 128 El modelo incorpora la filosofía institucional y los principios teóricos que se han asumido respecto a los actores del proceso de la acción educativa. Igualmente han de incluirse los compromisos sociales y éticos que se asumen con el currículum, la vinculación con los distintos sectores sociales y con el proceso económico, así como el proceso de desarrollo personal de los destinatarios y diversos actores involucrados en el plan de estudios. Las estrategias didácticas a seguir deben reflejar la organización del plan, si este es llevado de manera anual, semestral, cuatrimestral; si las unidades de aprendizaje se organizan en asignaturas, módulos o cualquier otra forma; las cargas horarias, la duración de las unidades de aprendizaje. La congruencia entre el modelo y las estrategias además de consistencia le brinda a la propuesta posibilidades de logro. Igualmente se explicitan las estrategias de enseñanza aprendizaje. Para una buena operación del plan, deben señalarse los recursos deseables, los imprescindibles y el momento de su requerimiento. Recursos humanos, materiales e infraestructura en talleres y laboratorios y cómo se integran en las estrategias didácticas pueden determinar el éxito del programa académico. En cuanto al perfil de ingreso se reconoce a partir de los posibles usuarios del plan académico, la necesidad de contar con procesos de selección de aquellos aspirantes que reúnan los conocimientos y actitudes que el plan exige. El proceso de selección debe reunir confiabilidad y equidad. Sin embargo, debe atender a las características que un aspirante al plan debe reunir para tener éxito en el mismo. Es decir, deben ser explícitos los conocimientos básicos que el usuario del plan debe contar para desempeñarse adecuadamente en el mismo; dichos conocimientos deben ser acordes a los exigidos por el plan y al modelo pedagógico y a las estrategias didácticas en la operación del plan. Igualmente debe considerarse en la selección, las aptitudes del aspirante, entendidas éstas como las habilidades básicas que le permitirán a un estudiante del plan, aprender y aprehender la propuesta del programa académico. La literatura especializada reporta que un factor fundamental de predicción de éxito en los estudios, son los antecedentes académicos que un estudiante tiene, regularmente reflejado como el promedio ciclo inmediato anterior. De ahí que debe ser considerado dentro del perfil de ingreso. Igualmente se debe considerar aquellos requerimientos académico administrativos que la institución considere convenientes. Procurando sobre todo aquella información que en su oportunidad, permita realizar un seguimiento de los egresados y al mismo tiempo investigación educativa para determinar los factores de éxito de un estudiante. En relación con el perfil de egreso, éste debe señalar con precisión que se espera de un estudiante al término del programa. A partir de la conceptualización del nivel y de la caracterización de los usuarios, y en congruencia con la propuesta pedagógica, deberá mencionarse cuáles son los conocimientos que le permitirán al término de la instrucción desarrollarse ya sea, en el aparato productivo y/o bien continuar preparándose en nivel siguiente. Sin embargo, es generalmente aceptado por los especialistas en educación que no son sólo los conocimientos adquiridos los que permiten a una persona desarrollarse plenamente y por lo tanto sentirse realizado y feliz. Las habilidades que se adquieren y desarrollan durante las distintas etapas de formación son responsables en gran medida del éxito pleno. De ahí que la puesta en marcha del plan y de las estrategias didácticas incluyen componentes relacionados con las habilidades intelectuales marcadas dentro del propio plan. También es reconocido que la actitud que el usuario desarrolle durante el plan le permitirá en su caso, encontrar el éxito personal e insertarse adecuadamente en las estructuras sociales de su entorno y promoverlas para alcanzar niveles superiores. En otras palabras, los conocimientos, las habilidades y las actitudes que un estudiante adquiera y desarrolle durante el programa académico, en gran medida determinarán su desarrollo personal, de su familia, de su entorno tanto local como regional; contribuyendo en la construcción de una sociedad más justa y equilibrada. La institución, obedeciendo a la conceptualización del nivel medio superior y los que en el diseño curricular se encuentran involucrados determinará los requisitos académicos administrativos pertinentes que aseguren que un estudiante egresado obtenga el certificado correspondiente del nivel. Los objetivos o propósitos del programa académico deben responder a dos elementos esenciales: ¿Cuáles son los objetivos generales? Y para la consecución de esos objetivos, ¿cuáles son las áreas curriculares qué deben incluirse en el programa? Evidentemente, la respuesta al primer elemento deberá estar enmarcada por la conceptualización del programa académico, es decir, qué es lo que se pretende conseguir con el plan curricular, cuáles son las características que el programa otorgará al usuario que lo curse, de tal manera que lo distinga de otros programas académicos similares. En pocas palabras, porqué debe un egresado de la escuela secundaria considerar al nivel medio superior de la institución como su primera opción para cursar el nivel medio superior. Por las mismas razones, las áreas curriculares se conformarán adecuadamente para conseguir ese sello característico que un estudiante del programa académico debe mostrar. Dichas áreas deberán conformar los conocimientos, habilidades y actitudes que le permitirán a un egresado insertarse de manera conveniente en el nivel siguiente o bien, en el aparato productivo. La estructura curricular dará el soporte desde el cual el programa académico se desarrollará. A partir de los objetivos del plan, el mismo será impartido en unidades educativas, las cuales darán cuerpo a la organización académica de la estructura con la que se cuenta o bien de la que debe crearse o en su defecto modificarse. Tanto los miembros que participan en las unidades educativas, así como en la organización académica deben mantener una permanente comunicación durante el desarrollo del programa. Lo anterior permitirá a los responsables de la conducción del plan una correcta implementación del mismo y en su caso reorientar las acciones para no desvirtuar los objetivos del programa. Es conveniente la construcción del mapa o mapas curriculares que muestren todas las relaciones entre las unidades educativas de tal manera que presenten una correcta integración vertical y horizontal. En una condición necesaria jerarquizar las unidades del programa académico para que las relaciones descritas tengan una coherencia lógica y pedagógica. Uno de los errores frecuentes que se cometen por los diseñadores curriculares y más que éstos, por las actores involucrados en el diseño, es que en lugar de buscar la coherencia lógica y pedagógica entre el modelo educativo elegido y de las estrategias didácticas que conduzcan un desarrollo armónico del programa, se privilegia los nichos existentes. Como se ha mencionado, el proceso de diseño curricular es dinámico; la estructura curricular debe ser evaluada periódicamente para asegurar que los propósitos del programa y el modelo así como las estrategias didácticas se encuentran fielmente implementadas. La revisión del programa de una unidad educativa se facilita si la estructura curricular es sólida, ya que al contener la estructura, todas las directrices generales así como los modelos convenientes para la consecución del perfil de egreso propuesto, la adecuación del programa en cuestión se facilita y no se requiere de una cirugía mayor. Sólo en el supuesto que las condiciones contextuales cambiarán dramáticamente, debiera entonces revisarse nuevamente el diseño adoptado. Una vez que se ha conceptualizado el nivel, definido el modelo educativo y las bases pedagógicas de su implementación, así como los usuarios del plan académico y delineado sus características de ingreso y egreso, además de las estructuras que soportarán el mismo, se está en condiciones de conformar el plan de estudios. El plan de estudios refleja la filosofía educativa de la institución, de ahí que es necesario incluir toda aquella información que proporcione la identidad del programa con la institución así como su visión y misión del nivel. Igualmente contiene la duración del programa académico, la cantidad de ciclos escolares en que un usuario del programa cursará el plan de estudios; asimismo el tiempo mínimo y máximo en el que puede ser cursado, amén de toda aquella información que permita su identificación; sobre todo, si no es el único programa académico que la institución brinda. En cuanto a los programas de las unidades educativas es conveniente que los mismos reúnan los datos que los identifiquen, estos datos se refieren a la estructura curricular formal y deberán incluir al menos: el programa académico en el cual están insertados, el nombre de la asignatura, el modulo o la modalidad que se haya seleccionado, el código o clave de registro, las horas destinadas a la teoría y en su caso, las horas destinadas a la práctica y cuáles son los requisitos de la estructura curricular que deben cubrirse para poder aspirar a cursar el programa en cuestión. También, los objetivos que la unidad persigue, sin olvidar que los mismos deberán estar incluidos en el propósito del programa, así como los contenidos temáticos. Mención especial es sobre las experiencias de aprendizaje Dependiendo de la modalidad educativa seleccionada del programa, puede conformarse en ciclos: básicos, formativos, de especialización, etcétera; igualmente, en pertinente señalar de manera explícita los requisitos académicos –conocimientos, habilidades y actitudes– requeridos para el adecuado desempeño en la unidad educativa y los elementos académicos que se adquirirán para cursos posteriores. Asimismo, puede señalarse a partir del ciclo escolar al que pertenece la unidad educativa, la conveniencia de tomar la misma en determinado momento. La importancia de la unidad educativa es redactada por los expertos de la misma, que si bien ellos son los que conocen en detalle el contenidos específicos es muy común que pierda de vista el todo, por una de sus partes. Por lo que la importancia del curso en cuestión tiene que estar en función directa de la Visión y de la Misión que como nivel educativo se tiene, no hay que perder de vista la formación de seres humanos. La redacción de objetivos debe obedecer igualmente a la Visión y a la Misión que en la conceptualización del nivel se construyó. Los objetivos deben plasmar con sumo cuidado que se busca de un estudiante al terminar una unidad en particular. Los mismos deben de responder tanto a las exigencias que el aparato productivo exige a los egresados como a la formación de los mismos que el nivel señala, y en consecuencia con lo establecido por la institución. Los contenidos de las unidades deben de ser coherentes con los objetivos buscados; nuevamente no debe perderse la visión del todo por una de sus partes. Los contenidos deberán desarrollar las destrezas, habilidades y/o actitudes manifestados en los objetivos. En el marco de la legislación institucional, existen lineamientos para que un usuario de un programa académico tenga derecho a obtener una nota de la unidad educativa que esté cursando, por lo que la acreditación se debe entender como el cumplimiento de los criterios establecidos para la obtención de la nota respectiva. Regularmente esta basada en criterios y normatividades institucionales, fijados por entidades académicas y/o colegiadas; los mismos pueden basarse en el cumplimiento de: la asistencia, las tareas del curso, los trabajos de investigación, el número de parciales aprobados, etcétera. Cualquier institución educativa que se precie de serlo, debe promover entre sus estudiantes la lectura de las fuentes primarias o secundarias de contenidos científicos – amén de aquellas que formen integralmente a sus egresados– por lo que una cultura de adquisición de textos para una formación de calidad debe promoverse. Qué mejor manera que el estudiante cuente con –al menos– un texto para profundizar y consolidar su aprendizaje, que le permita esa adquisición de destrezas y habilidades y al mismo tiempo fomente las actitudes que el propósito del programa persigue. La elección del mismo, también deberá observar la calidad académica del libro y su consistencia con los objetivos, los contenidos y las actividades de aprendizaje. Tanto la bibliografía básica como de consulta debe ser asequible para el estudiante del plan. Para comenzar una discusión entre los docentes que imparten una unidad educativa y consecuentemente la elaboración de las experiencias de aprendizaje es recomendable responder a preguntas como ¿Qué aprender? ¿Cómo aprender? ¿Cuándo aprender? . Acorde con los objetivos que se persiguen; qué contenidos se deben contemplar en el curso; qué actividades deben diseñarse para el logro de los objetivos marcados, etcétera. Igualmente puede contribuir al desarrollo de las experiencias de aprendizaje el identificar cuestiones como: en los contenidos de una unidad educativa en particular, en cuáles contenidos se divide naturalmente y cuál es su secuencia ideal, cuántas sesiones se deben dedicar al contenido en particular, cuál o cuáles recursos didácticos son convenientes, en cuáles momentos deben realizarse exámenes parciales, así como el peso específico de cada uno de ellos en la nota final y en la evaluación, ésta última debe responder a preguntas como ¿Para qué evaluar? ¿Qué evaluar? ¿Cómo evaluar? ¿Cuándo evaluar? entre otras. Finalmente la evaluación curricular permitirá avanzar en su constante perfeccionamiento, siempre será conveniente que la evaluación pueda ser comparada con parámetros internacionales. Afrontar con decisión y objetividad todas las cuestiones que se pudieran derivar de una evaluación sistemática y sistémica y asumir una actitud proactiva ante los problemas que se manifiesten de estos procesos, sin duda redundará en un beneficio a los usuarios del programa académico. Uno de los elementos torales de toda experiencia educativa es la evaluación de los aprendizajes. La propuesta es entender la evaluación como un proceso de búsqueda permanente de logros y la oportunidad de corregir los caminos para alcanzar éstos. Instalar a la evaluación como un mecanismo para establecer control sobre los actores del programa académico en poco o nada contribuirá al logro del propósito general del nivel. Es posible afirmar que cualquier evaluación de los sistemas educativos debería contemplar el empleo de, por lo menos, seis tipos distintos de enfoques o líneas. Los estudios estadísticos que recojan todos los datos e informaciones relacionadas con el sistema educativo, incluyendo su tratamiento y puestos al alcance de todos los posibles usuarios tanto internos como externos. La evaluación de los alumnos con parámetros nacionales permitirán contrastar los alcances del programa a nivel local, regional y/o nacional de tal manera que permita a los posibles usuarios decidirse a tomar el programa académico por las bondades que ofrece. La evaluación del personal para conocer los efectos resultantes sobre la calidad de la enseñanza, en especial de su formación continua. La evaluación de las innovaciones para conocer los efectos sobre el programa, manteniendo el carácter científico. La evaluación de los centros de enseñanza con el objetivo de determinar cuáles son los factores de eficiencia por medio del estudio y análisis pormenorizados de cómo funcionan los unidades académicas donde los alumnos obtienen mayores rendimientos. La evaluación del sistema, persigue el objetivo de informar, con indicadores pertinentes cuidadosamente escogidos, acerca de los gastos, funcionamiento y resultados del sistema. Para terminar con la evaluación curricular, es menester mencionar que la literatura reporta cuatro tipos de funciones de la evaluación, aplicables tanto al nivel micro –referido al aula– como al nivel macro –de todo el sistema del nivel– o bien a las modalidades curriculares adoptadas para el nivel a saber: descriptiva, analítica, normativa, y experimental. A manera de conclusión cabe mencionar la importancia de construir un círculo virtuoso de mejora continua; dicha construcción debe ser realizado por todos los actores que intervienen en el nivel. La pertinencia y viabilidad del nivel no podrá ser puesta en duda si se construye un círculo virtuoso en donde como eje fundamental sea la mejora del servicio que la institución ofrece; es pocas palabras, tener un programa académico del nivel medio superior de calidad educativa y de calidad de los servicios que se ofrecen en él. Referencias Durán Ramos, Teresita “La evaluación como diálogo” En Revista Paedagogium Año2, No. 8 Noviembre–Diciembre, 2001. p. 5 Guillén Niemeyer, Benito “Evaluación de la calidad de educativa” En Revista Paedagogium Año2, No. 8 Noviembre–Diciembre, 2001. p. 18 Guillén Niemeyer, Benito “Notas sobre metodología del diseño curricular 1ª de tres partes”. En Revista Paedagogium Año2, No. 11 Mayo–Junio, 2002. p. 16 Guillén Niemeyer, Benito “Notas sobre metodología del diseño curricular 2ª de tres partes”. En Revista Paedagogium Año3, No. 13 Septiembre–Octubre, 2002. p. 4 Gento Palacios, Samuel (1996) Instituciones Educativas para la Calidad Total, Madrid, España, Editorial La Muralla, S.A. Colección Aula Abierta.
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