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CLASE Nº 04.14
Nehemías Nª 12: FORTALECIDOS EN EL GOZO DEL SEÑOR
Nehemías 8:10; 12:44-47
Del 27.01.14 al 02.02.14
Seguir con lectura de Nehemías 13
INTRODUCCION:
La gente pareciera disfrutar más de la vida hoy que hace 50 años (porque pasean más, salen a comer, de vacaciones
y tienen un montón de objetos de lujo como parte de la vida) sin embargo, nunca más que ahora hay depresión,
ansiedad, ataques de pánico, adicciones y otro tipo de enfermedades relacionadas con la tensión nerviosa.
¿Por qué pasa esto? Porque nos hemos alejado del Plan de Dios para el mundo: fortalecernos en Dios y vivir en Su
gozo. No es alegría momentánea ni placeres, es otra cosa más profunda. Esto es lo que entendió el pueblo de Dios:
1. DEFINAMOS QUÉ ES EL GOZO:
Es distinto que lo que llamamos “felicidad”. La felicidad depende de los acontecimientos (lo que nos pasa), por esto
si tenemos un problema serio, no podemos estar felices, en cambio, el gozo del Señor es un estado interno que es el
resultado de la obra del Espíritu Santo en nosotros (parte del fruto del E.S., Ga. 5:22) y es obviamente superior a la
felicidad, ya que no depende de lo que pase (podemos estar en problemas y tener gozo, como dice en Santiago 1:2),
sin embargo, también podemos perder este gozo y vivir dependiendo de los momentos de felicidad (cortos, volátiles,
emocionales)
2. LOS LADRONES DEL GOZO:
El Pueblo de Dios estaba pasando por un tiempo difícil, había sido atacado por “los ladrones del gozo” y tenían que
recuperarlo para disfrutar de su relación con Dios. ¿Cuáles son las cosas que nos roban el gozo?
a. Las circunstancias: La vida siempre va a tener situaciones buenas o malas, sin embargo, la influencia que estas
tengan en nuestra vida interna (nuestro espíritu y en nuestro gozo) depende de nosotros y de nuestras elecciones.
No podemos vivir “manejados” por lo que sucede, sino que tenemos la autoridad de controlar cómo nos afecta cada
vivencia.
b. Algunas personas: Hay gente que es especialista en pinchar el globo de los demás y quitarles el gozo, ya sea por
lo que hacen, por lo que dicen o por lo que son. Seguramente nosotros también le hemos quitado el gozo a otros
(muchas veces sin darnos cuenta), por esto tenemos que estar atentos a toda la influencia que permitimos en
nuestra vida y a la influencia que ejercemos sobre otros (que también los afecta para bien o para mal).
c. El amor a las cosas: Mateo 16:19-21. Jesús dijo que donde esté nuestro tesoro va a estar nuestro interés
(corazón) por esto, si amamos tener y poseer cosas, vamos a depender de ellas para mantener el gozo y vamos a
vivir tristes si no podemos comprar lo que queremos, o si perdemos algo, o si nos roban. etc.
d. La preocupación y el temor: Filipenses 4:6 La preocupación, la angustia y el temor son los principales asesinos
del gozo. Primero nos quitan la paz, después se llevan todo gozo. Nos convertimos en víctimas de aquello que nos
preocupa y le dedicamos todo nuestro esfuerzo. ¿Esto tiene solución? Si. No le demos lugar en nuestra mente a los
pensamientos que nos llevan a esto. Decidamos encauzar nuestra mente a pensamientos buenos y agradables y
llevar nuestra mente hacia Dios (Filipenses 4:8).
e. El pecado: Cuando sabemos que estamos en pecado, nos vamos secando por dentro, nos consume la culpa. Aquí
sólo hay una salida: pedir perdón, arrepentirnos, cambiar de actitud. El gozo va a ser una de las consecuencias más
notables de nuestra vuelta a Dios y de nuestro abandono del pecado.
3. ALIMENTO PARA EL GOZO: Neh.8:10
Tenemos que entender algo: en nuestra vida sólo crece lo que uno alimenta. Cuando un pie deja de tener sangre que
lo alimente, comienza a morir (cangrena), y cuando la circulación se recupera, el pie se salva y vive.
Lo mismo nos pasa con el gozo. El pueblo de Jerusalén no había alimentado el gozo por mucho tiempo (por el
pecado, temor, las cosas que vivieron, etc.), por esto estaban debilitados y necesitados de un cambio estructural.
a. Guardemos nuestro corazón: Lo que escuche, vea o piense va a influir en el estado de mi corazón. Mis
decisiones van a afectarlo también. Guardemos a nuestro corazón de la queja (cuidémonos de la queja como forma
de vida).
b. Recuperemos el lugar que le pertenece a Dios: Como vimos la semana pasada, Dios quiere el primer lugar y no
lo negocia por nada. Si El no tiene un lugar de privilegio en nuestra vida, probablemente vivamos sin gozo la mayoría
del tiempo.
c. Miremos la vida con una sonrisa: Prov. 17:22. Para enojarnos necesitamos mover 34 músculos, en cambio, para
sonreír necesitamos sólo 7. ¡Ahorrémonos energía!!! Miremos la vida con fe, con ánimo positivo, con planes y
expectativa, con esperanza en ver los cambios de Dios en lo que no está andando bien. Nuestra actitud mental tiene
que ser positiva (mirando el lado bueno de las cosas) para permitir que el fruto del Espíritu fluya a través nuestro.
CONCLUSION: ¿Empezamos el año un poco cansados y debilitados? El gozo del Señor es nuestra fortaleza.
Permitámosle el control de nuestra vida para que El influya en nosotros y cambie nuestra realidad diaria.