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EL TEXTO
1. DEFINICIÓN.
El texto (o discurso) es la unidad máxima de comunicación que
consiste en la emisión intencionada de enunciados de forma oral o
escrita, en una situación comunicativa concreta para cumplir un
determinado propósito.
Un texto está formado por un conjunto estructurado de enunciados y
tiene una extensión variable: puede consistir en un solo y breve
enunciado o llegar a conformar, por ejemplo, una novela. Sin embargo,
un texto es algo más que una mera cadena de enunciados.
2. PROPIEDADES: ADECUACIÓN, COHERENCIA Y COHESIÓN
Para ser considerado como tal debe cumplir tres condiciones: ser
adecuado a la intención comunicativa y a la situación, ser coherente en
su mensaje y estar cohesionado, es decir, presentar conexión entre sus
partes.
En los textos literarios el autor puede permitirse incumplir alguno de
estos requisitos a fin de lograr un efecto estético. Este recurso de la
escritura literaria es conocido como licencia poética.
2.1.
2.2.
ADECUACIÓN. Es una propiedad textual por la que el mensaje
se ajusta a la situación en la que el texto es emitido y al propósito
del emisor.
COHERENCIA. Es la propiedad que garantiza la unidad de
sentido de un texto. Consiste en presentar ideas en torno a una
misma temática y estructuradas de forma lógica.
Se entiende por coherencia la propiedad fundamental inherente
al texto que hace que pueda ser percibido como una unidad
comunicativa y no como una sucesión de enunciados inconexos.
Gracias a la coherencia, las partes del texto aparecen
relacionadas entre sí en función de la totalidad, y el conjunto se
percibe como adecuado al contexto en el que se produce la
comunicación.
Ejemplo de texto coherente: Un niño llamado Pepito estaba
jugando en el patio de su casa. Su madre le mandó entrar y le dijo
que se pusiera a hacer los deberes, pero a él no le dio la gana.
Entonces le castigó sin ver la televisión.
Ejemplo de texto incoherente: Un niño llamado Pepito estaba
jugando en el patio de su casa. Su hija le mandó entrar. El portero
dijo que las apagara pero él tenía hambre. Entonces se examinó
de latín.
1
La incoherencia de un texto puede estar provocada por diversos
motivos:
a) Por el significado de las palabras. Observa los siguientes
ejemplos:
-*La lucha fue sanguinaria pero no hubo heridos.
-*Han pasado veinte minutos de juego y el marcador sigue
inalterable.
-*El presidente del Gobierno ha sido elegido democráticamente y
detenta el poder desde hace cuatro años.
-*En el vestuario de ese equipo hay un malestar latente porque todos
los jugadores se están insultando.
-*La victoria del equipo español sobre el italiano fue pírrica (ganó por
5-0) pero con ella se proclamó campeón de Europa.
b) Por el mal uso de los conectores. En ocasiones la incoherencia
se debe al mal uso de algún conector, es decir, esos elementos
cuya función en el texto es la de unir o relacionar enunciados o
párrafos:
-*Juan es un chico alegre; no obstante, a veces es muy simpático.
-*Juan no estudia nada. Además, sabe informática.
c) Por falta de unidad temática. Otras veces la falta de coherencia se
refleja en la unión de enunciados sin relación temática, por lo que la
suma de estos difícilmente constituye un texto (ver ej. apartado
coherencia)
d) Por la aparición de anacolutos. Un anacoluto es la falta de
coherencia en la construcción sintáctica de los elementos.
Dejar una cláusula incompleta para empezar otra, rompiéndose
así el hilo lógico del pensamiento, constituye uno de los anacolutos
más frecuentes. Ej.: El alcalde insistió en que deberíamos ¡es un
impresentable!
2.3.
COHESIÓN. Se denomina cohesión textual a la red de
relaciones entre los distintos elementos de un texto que
manifiestan lingüísticamente su coherencia. Por tanto, los
mecanismos de cohesión son los procedimientos lingüísticos
que aseguran o refuerzan la coherencia textual. Dichos
procedimientos son múltiples y muy variados, tanto que es
bastante complejo intentar siquiera un análisis completo de todos
ellos. Para sistematizar, los clasificaremos en función del plano de
la lengua al que afectan, y así distinguiremos los mecanismos
gramaticales, los léxico-semánticos y los textuales. También
existen procedimientos de cohesión en el nivel fonológico de la
2
lengua (rima, ritmo, aliteración, paranomasia…),
generalmente solo se dan en los textos líricos.
pero
3. MECANISMOS DE COHESIÓN TEXTUAL.
3.1.
NIVEL GRAMATICAL: La deixis, la elipsis y el paralelismo
sintáctico.
3.1.1. LA DEIXIS.
La “deixis” (término procedente del griego que significa “mostrar”, “señalar”) es la
función representada por ciertos elementos lingüísticos, que consiste precisamente en señalar
o designar algo presente entre los hablantes (deixis extratextual) o en el propio enunciado
(deixis textual).
Hablamos de deixis extratextual cuando un elemento de la lengua hace referencia
directa a algún elemento de la situación comunicativa: a los participantes del acto
comunicativo, o a las circunstancias espacio-temporales en que se produce. Los pronombres
personales, los demostrativos, los posesivos y algunos adverbios designan los objetos
señalándolos y situándolos en relación a las personas que intervienen en el discurso. Por
ejemplo, para entender adecuadamente la cláusula “Tú, dame eso inmediatamente y ven aquí
ahora mismo”, debemos conocer la situación en que se ha emitido, pues “tú” señala al
receptor, “eso” sitúa un determinado objeto a una determinada distancia del emisor (ni muy
cerca ni muy lejos), “aquí” señala el espacio que corresponde a quien habla, mientras que
“ahora” indica el momento de la comunicación entre los interlocutores, etc.
Sin embargo, también hay elementos lingüísticos que no se refieren directamente a los
objetos de la realidad, sino a otros elementos o fragmentos de discurso que están dentro del
propio texto. En este caso, hablamos de deixis textual. En el mensaje “Juan tiró un papel al
suelo. La profesora le dijo que fuera a su despacho inmediatamente. Él la siguió y al rato salió
muy cabizbajo de allí”, conocemos la referencia del pronombre “le” (a Juan), del determinante
“su” (el de la profesora), del adverbio “allí” (el despacho)… porque todas ellas están dentro del
propio discurso.
En todas las lenguas existen determinadas formas que sirven para hacer referencia a
los diferentes elementos que aparecen en una situación. En español, por ejemplo, esto se
realiza a través de unos elementos denominados deícticos, que pueden ser pronombres
personales, demostrativos o posesivos, e incluso adverbios de lugar y de tiempo. Los deícticos
se usan con mucha frecuencia, tanto en el discurso oral como en el escrito, de manera que
aparecen en más del 90% de las cláusulas de cualquier lengua. La deixis textual funciona a
través de dos mecanismos distintos: LA ANÁFORA Y LA CATÁFORA. Ambos se utilizan en
el discurso para hacer referencia a algún elemento presente en el mismo.
Denominamos anáfora al fenómeno por el que una palabra remite a un elemento
anterior del discurso, al cual representa. Ejemplo: Tenemos un nuevo compañero. Es una
alegría para todos y vamos a recibirlo con un aplauso. Este es el aula de segundo y aquí
recibirás casi todas tus clases. Puedes preguntarme todas las dudas que tengas. Las palabras
anafóricas son unidades gramaticales sin significado propio. Su significado viene dado,
precisamente, por el elemento léxico al que hacen referencia. Así, en el ejemplo anterior, lo
remite a un nuevo compañero, aquí al aula de segundo y el relativo que al sustantivo dudas.
Las palabras que con mayor frecuencia funcionan como términos anafóricos son los
pronombres personales, algunos demostrativos y posesivos, los relativos y los adverbios que
tienen un valor referencial (aquí, allí, entonces...).
La catáfora es el fenómeno que consiste en anticipar alguna palabra o parte del
discurso que aparecerá en el contexto posterior. Ejemplo: Me dijo lo siguiente: que
renunciaba. A la inauguración acudieron todos: los alcaldes de la zona, la consejera, la
ministra… Aunque se lo repetí, María no me hizo caso. En este ejemplo, lo siguiente adelanta
al receptor información que aparece después, y lo mismo sucede con el pronombre indefinido
todos, y con el personal se, que se refiere a María.
Además de los pronombres y de algunos adverbios, hay también ciertas palabras de
significado muy amplio que se usan como “comodines”, es decir, como sustitutos de términos
de significado preciso. Así, los verbos hacer, pasar, suceder… o los sustantivos cosa, persona,
3
hecho… Yo estudié durante toda la tarde, pero él no lo hizo. María se parece a su padre, y a
Ana le sucede lo mismo. Tiene un dolor de muelas. Es una cosa muy desagradable. En los
tres casos, podríamos hablar de anáfora, pues esas proformas remiten a elementos que han
aparecido antes en el discurso.
3.1.2. LA ELIPSIS
Llamamos elipsis a la supresión de algún elemento léxico del enunciado sin que se
altere su sentido. Los elementos léxicos omitidos pueden ser palabras, frases, cláusulas u
oraciones. Por lo general, la elipsis se deduce lógicamente de la información precedente que
indica que se ha omitido algo. Al tener que recurrir al contexto próximo, la elisión es también un
mecanismo lingüístico que permite relacionar unos enunciados con otros. Esta supresión se
realiza frecuentemente en dos circunstancias:
Cuando un elemento léxico ha aparecido antes en el texto y es fácilmente identificable.
Este es el caso, por ejemplo, de la omisión del sujeto en una oración cuando en ella se sigue
hablando del mismo sujeto de las oraciones anteriores. Ejemplo: La profesora llega al instituto.
Deja el bolso en la sala y entra al aula.
Cuando un elemento léxico se deduce fácilmente por el contexto verbal. Ejemplo: Ya
sabes, despacito y en voz bien alta. En este ejemplo, extraído de un texto que refleja el ámbito
escolar, se ha omitido la forma verbal lee, deducible por el contexto (antes el maestro había
dicho: Bien, y ahora vamos a empezar un poema).
Desde el punto de vista de la cohesión textual, la elipsis que más nos interesa es la
primera. Podemos distinguir distintos tipos de elipsis en función del elemento que se omita:
 Elipsis nominal: Te fumaste veinte cigarrillos rubios. -Me fumé diez.
 Elipsis verbal (de formas personales o no personales): ¿Vas a pasear? No, a estudiar. / ¿Quieres tomar otro café? -No, no quiero.
 Elipsis comparativa: Tu casa tiene el mismo estilo que la mía.
3.1.2. EL PARALELISMO SINTÁCTICO
La repetición de la misma construcción sintáctica en partes distintas del texto permite
también establecer conexiones de significado entre dichas partes. En ocasiones, el paralelismo
revela la estructura del contenido.
3.2.
NIVEL LÉXICO-SEMÁNTICO
3.2.1. Recurrencia léxica.
La recurrencia léxica consiste en la repetición de una misma palabra en diferentes
enunciados de un texto. Constituye uno de los elementos fundamentales para que se cumpla el
requisito de la cohesión textual. Ejemplo: Inés se había comprado un vestido para la fiesta.
Estaba convencida de que sería el vestido más bonito de todos. La recurrencia léxica se
puede entender también como figura retórica si tiene una finalidad claramente expresiva o
poética.
Del mismo modo, es muy probable que en el texto aparezcan palabras de la misma
familia léxica (es decir, que compartan el mismo lexema, ya sean derivadas o compuestas): No
seas nunca violento. La violencia no lleva a ninguna parte. De la cantera, los bloques de
piedra salen sin debastar. Son los picapedreros quienes los labran.
3.2.2. Recurrencia semántica (reiteración del mismo significado)
En cualquier texto aparecen reiteradamente elementos de cohesión semántica
relacionados con el significado de las palabras que aparecen en el mismo. Las relaciones de
significado entre términos pueden ser de cuatro clases: sinonimia, antonimia, hiperonimia o
hiponimia.
4
3.2.2.1. Sinonimia conceptual y contextual.
Decimos que dos términos son sinónimos cuando en un determinado contexto son
intercambiables sin que varíe el significado del enunciado. Ejemplo: Agustín empezó /
comenzó la lectura del poema. Algunos sinónimos son intercambiables en todos los contextos
y, por tanto, son términos que tienen exactamente el mismo significado (sinonimia conceptual).
Pero en el léxico común los sinónimos estrictos o conceptuales son extremadamente raros: lo
normal es que dos términos sinónimos tengan algunas acepciones comunes y otras diferentes
y, por eso, no se puedan intercambiar en todos los contextos. La palabra maestro, por ejemplo,
se puede sustituir por profesor en El maestro me sacó a la pizarra (El profesor me sacó a la
pizarra), pero no en Velázquez fue un maestro en el uso del color (*Velázquez fue un profesor
en el uso del color). En ese caso decimos que “maestro” y “profesor” son sinónimos
contextuales (porque no son intercambiables en todos los casos).
En los textos es muy frecuente sustituir una palabra que ya ha aparecido antes por un
sinónimo o por una expresión sinónima para evitar su repetición. Ejemplo: Oí las risotadas de
los otros chavales. Sus carcajadas sonaban en mis oídos como latigazos. Había algunas
estatuas en el jardín. Eran esculturas modernas.
3.2.2.2.
Sinonimia referencial.
A veces un término se sustituye por otro vocablo o expresión (puede ser un nombre propio,
una frase, etc.) que, aunque no sea un sinónimo suyo, dentro de ese determinado contexto
tiene el mismo referente (es decir, alude o se refiere a la misma realidad). En esos casos
hablamos de sinonimia referencial. En el siguiente ejemplo, todas las expresiones en negrita
tiene el mismo referente (Juan): Juan entró en el despacho de su jefe. El señor López alzó la
vista y miró a su subordinado con desprecio: aquel joven le resultaba profundamente
antipático.
Los procedimientos en este sentido pueden ser variados: se sustituye un nombre común
por uno propio (o viceversa) o se utilizan diferentes recursos, como la metáfora, la metonimia o
la perífrasis. A través de todos estos procedimientos sinonímicos se logra la variatio retórica (es
decir, se evita repetir constantemente las mismas palabras). Por ejemplo: Rafa Nadal consiguió
ayer su tercer Grand Slam. El tenista mallorquín patrocinado por Nike [perífrasis] recibió el
premio con emoción. Parece que nada se le resiste esta temporada a la raqueta nacional
[metonimia]. Cuando llegó al aeropuerto su afición llevaba esperándole horas. Ninguno quería
perderse la oportunidad de darle la enhorabuena en persona al cañón de las pistas de tenis
[metáfora].
3.2.2.3.
Sustitución por “palabras comodín o palabras
cliché”
Son palabras con un significado muy general especializadas en la sustitución de otras
unidades léxicas. Algunas de estas palabras “comodín” se utilizan siempre para sustituir a
sustantivos (como “persona”, para sustantivos con el rasgo semántico ‘humano’ o “cosa”,
“cuestión”, “asunto”, “hecho”, etc. para los que no tienen ese rasgo), mientras que otras se
utilizan para sustituir a verbos: aquellos verbos con el rasgo semántico ‘acción’ se suelen
sustituir por “hacer”, mientras que los que presentan el rasgo ‘estado’ o ‘proceso’ se suelen
sustituir por “pasar”, “suceder” u “ocurrir”, etc. Ejemplos: Ayer colisionaron dos vehículos en la
carretera nacional. El hecho se produjo… Pedro trabaja. Juan hace lo mismo.
3.2.2.4.
Antonimia.
La antonimia es la relación que se establece entre aquellas palabras del texto que tienen
significados opuestos. Sirve para dar cohesión al texto porque normalmente contrapone un
término con otro que ha aparecido antes, estableciendo entre ellos una relación de contraste.
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Ejemplos: Pedro guardaba un recuerdo bueno del viaje de fin de curso. Marta tenía uno malo.
Los listos se las arreglan y los tontos sucumben. Los niños salieron; los mayores se
quedaron.
3.2.2.5.
Hiperonimia e hiponimia.
Se dice que un término A es hiperónimo de otro término B cuando A nombra el género o la
clase a la que pertenece lo nombrado por B. Por ejemplo, flor es hiperónimo de rosa, y mueble
es hiperónimo de mesa. Y, a la inversa, decimos que un término A es hipónimo de otro término
B cuando A nombra un tipo de B. Así, rosa, margarita, tulipán... (cohipónimos entre sí) son
hipónimos de flor, igual que mesa, armario, librería... son hipónimos de mueble. La sustitución
de una palabra por su hiperónimo o por su hipónimo es un mecanismo frecuente para evitar
repeticiones en el texto y contribuye a la coherencia y cohesión que debe existir entre los
elementos del mismo. El león se escapó de la jaula. La fiera estaba hambrienta. Llevaba unas
rosas en la mano. Dejó las flores en un jarrón y se acercó. Han traído los muebles, pero ni la
cama ni el armario caben en el cuarto. Este calzado me aprieta. Voy a tener que cambiar de
zapatos.
3.2.3. Campos semánticos/asociativos
Es evidente que en el texto encontraremos palabras pertenecientes a distintos campos
semánticos, que se relacionarán de un modo directo o indirecto con el tema del mismo. Así, la
aparición de una serie de palabras como la siguiente, contribuirá a darle mayor cohesión al
texto y nos permitirá percibir cuál es el asunto del que trata: un coche… su conductor…
aparcamiento… tráfico intenso…
3.3.
NIVEL TEXTUAL
3.3.1. Los marcadores del discurso.
Por último, son fundamentales para la cohesión los llamados marcadores discursivos:
elementos lingüísticos que permiten establecer relaciones de las ideas con el contexto y con la
situación comunicativa. El significado que expresan esos elementos (de adición, de
contraposición, de sucesión temporal, de consecuencia…) establece relaciones diversas con
otros enunciados, y contribuye, por tanto, a la cohesión textual.
Según su función dentro del texto, se pueden distinguir dos tipos:
3.3.1.1. MARCADORES DE FUNCIÓN PRAGMÁTICA. Hacen referencia a los
elementos de la comunicación que están implicados en el texto. Por ejemplo,
los vocativos y las apelaciones se refieren al destinatario (Juan, venga, no te
quedes ahí), ciertos elementos con función fática remiten al canal (Bueno, a mí
me gustaría un helado, ¿no?) y numerosos adverbios y frases preposicionales
informan sobre la actitud del hablante ante la idea enunciada (Por fortuna, no
pasó nada grave) o ante la enunciación misma (Sinceramente, no sé lo que
pretendes).
3.3.1.2. MARCADORES DE FUNCIÓN TEXTUAL. Establecen conexiones entre los
distintos enunciados o párrafos de un texto. Forman un grupo muy
heterogéneo, tanto por la categoría a la que pertenecen (adverbios,
conjunciones, locuciones, etc.), como por la variedad de significados que
pueden aportar en el discurso. Los que aparecen con mayor frecuencia son los
siguientes:
ADICIÓN (suma de ideas a otras anteriores)
 Suma de ideas: y, además, también…
 Intensificación: es más, más aún…
 Culminación: incluso, para colmo, hasta, encima…
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
Comparación: igualmente, análogamente, del mismo modo…
OPOSICIÓN (introduce relaciones de contraste o contradicción entre los
enunciados)
 Adversación: sin embargo, ahora bien, en cambio, no obstante…
 Concesión: con todo, aun así, de todas formas…
 Restricción: si acaso, salvo que, al menos, en todo caso, excepto…
 Exclusión: al contrario, antes bien, más bien, muy al contrario, antes al
contrario…
CAUSALIDAD (conecta los enunciados estableciendo relaciones de causa-efecto)
 Causa: pues, porque, dado que, y es que…
 Consecuencia: por tanto/consiguiente, en consecuencia, entonces, así pues,
de ahí…
 Condición: en tal/este caso, siendo así, puestas así las cosas…
REFORMULACIÓN (se enuncia nuevamente el contenido de uno o varios
enunciados anteriores)
 Explicación: es decir, o sea, en otras palabras…
 Corrección: mejor dicho, quiero decir, mejor aún, o sea…
 Resumen: en suma / resumen, en conclusión, resumiendo…
 Ejemplificación: por ejemplo, así, a saber, pongamos por caso, tal como,
verbigracia, concretamente…
ORDEN DEL DISCURSO (marcan partes distintas en las que se ordena la
información del texto)
 Presentación: para empezar, ante todo, bueno, bien…
 Continuación: luego, después, pues bien, así que, en cuanto a…
 Transición: en otro orden de cosas, por otra parte…
 Digresión: por cierto, a propósito, dicho sea de paso…
 Enumeración: en primer lugar, en segundo lugar, por último, por un lado, por
el otro… Cierre: en fin, para finalizar, para acabar…
4.
DESVIACIONES DE LA NORMA
Las desviaciones de la norma son incorrecciones que se deben a
distintas causas y pueden agruparse en distintos tipos. Uno de los
mejores definidos son las faltas de ortografía de la lengua escrita
(NORMATIVA DE 2010), pero otras afectan de igual modo a la lengua
escrita y a la lengua oral. Se dividen en dos tipos:
● Las que no impiden la comunicación, como el empleo de formas
verbales incorrectas o la falta de concordancia por el
desconocimiento del género de una palabra.
● Las que impiden la comunicación, bien porque hacen el mensaje
ininteligible o porque obligan al interlocutor (lector u oyente) a un
sobreesfuerzo al tener que rehacer el texto. Entre estas
incorrecciones las más frecuentes son los anacolutos.
Otras incorrecciones gramaticales son:
4.1. Las discordancias y las concordancias falsas. Las
discordancias se producen cuando dos o más elementos que deberían
establecer entre sí una correspondencia sintáctica en lo que al género,
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al número, a la persona, al tiempo o al modo se refiere, no respetan
esa correlación. Paralelamente, las concordancias falsas son aquellas
que no admiten las reglas gramaticales. Algunas de las más frecuentes
son:
a) Falsa concordancia con “se” en las cláusulas / oraciones
impersonales o pasivas reflejas:
*Se detuvieron a tres delincuentes.
*Aquí se enseña varios idiomas.
*Se busca dos nuevos ayudantes.
*Se vende a precio muy bajo estas dos casas.
a) Falsa concordancia con el verbo “haber”: el verbo “haber” en
español lleva complemento directo pero no sujeto, de modo que sus
construcciones constituyen una clase de las impersonales. Es
incorrecta, por tanto, la siguiente secuencia:
*Habían muchas personas en la plaza.
El mismo error se da en las perífrasis verbales en las que el verbo
haber es el verbo principal:
*Han tenido que haber mejores ocasiones.
*Están habiendo últimamente demasiadas protestas.
*Han podido haber algunos enigmas en ese caso.
b) Falsa concordancia con el verbo “hacer”: el verbo “hacer” con
complementos directos de “carácter temporal” o “meteorológico” da
lugar a cláusulas / oraciones impersonales, por tanto, no puede
haber concordancia con el CD:
*Hacen tres años que me dieron el premio.
*Ayer hicieron cuarenta grados de temperatura.
c) Discordancias genéricas: afectan al género se sustantivos y
adjetivos:
-Cuando un adjetivo se aplica a dos o más sustantivos
coordinados y de distinto género, la concordancia con ellos se
establece en masculino y en plural: Tengo una chaqueta y un
pantalón negros. No obstante, cuando el adjetivo aparece
antepuesto puede concordar solo con el primer sustantivo de la
coordinación: Mostró una asombrosa inteligencia e ingenio.
-El adjetivo que funciona como predicativo o atributo debe
concordar en género y número con el sustantivo al que
complementa:
*Considero necesario una mejora de las relaciones.
d) Discordancia con los pronombres “le” de CI:
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*Me gustaría decirle a Damián y a su hermano que han cantado muy
bien.
4.2.
Algunas formas verbales incorrectas:
a) Son vulgares las formas *andé, *andaste, *andó, *andamos,
*andasteis y *andaron. Las formas correctas son: anduve,
anduviste, anduvo, anduvimos, anduvisteis y anduvieron.
También son incorrectas las formas del mismo verbo: *andara o
*andase y las restantes del pretérito imperfecto de subjuntivo. Las
formas correctas son: anduviera o anduviese… y así
sucesivamente.
b) El verbo “satisfacer” se conjuga igual que “hacer”, por tanto lo
correcto es: satisfice, satisficiste, satisfizo, satisficimos,
satisficisteis y satisficieron, así como satisficiera o satisficiese
para las formas del pretérito imperfecto de subjuntivo.
c) No existe un verbo *preveer. Debe escribirse y pronunciarse
prever, y se conjuga como ver.
d) Incorrecciones con los verbos pronominales:
-En ocasiones se suprime el pronombre indebidamente:
*El jugador recupera bien de sus lesiones.
*Nuestra tenista clasifica bien para la final.
-Otras veces se usa como pronominal un verbo que no lo es:
*Ya me supongo que no te apetece venir.
4.3.
Queísmo y dequeísmo:
-Son incorrectas las oraciones / cláusulas de sujeto y CD que van
precedidas de la preposición “de”:
*Me consta de que había alguien en tu casa.
*Me dijo de que quedáramos hoy.
-También es incorrecta la supresión de la preposición “de” antes
de la conjunción “que” cuando la subordinada sustantiva actúa
como modificador del sustantivo o del adjetivo:
*Estoy segura que me van a dar este trabajo.
4.4.
Errores en el uso de adverbios:
-Cuando dos o más adverbios terminados en –mente están
coordinados por las conjunciones “y” o “pero”, es aconsejable que
solo aparezca la terminación –mente en el segundo.
-El adverbio “como” es innecesario cuando pierde su valor
aproximativo:
*Me ha parecido que era un chico como muy trabajador.
-Los adverbios “arriba” y “abajo” nunca deben ir precedidos de la
preposición “a”.
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4.5.
Los vulgarismos. Constituyen un caso propio dentro de las
desviaciones de la norma. Pueden ser de diversos tipos:
Síncopa: La síncopa es la supresión de fonemas o sílabas dentro
de una palabra. Se pueden clasificar en los siguientes apartados:
a) Algunos casos frecuentes: *alante por adelante; *aonde, *ande por
adonde; *alredor por alrededor; *conciente por consciente; *doldrá por
dolerá (síncopa de e y epéntesis de d); *exprimentar por experimentar;
*fosforecer por fosforescer; *fraticida por fratricida; *mia por mira;
*muchismo, *tantismo por muchísimo, tantísimo; *noreste por nordeste
(esta forma es admisible por analogía con sureste); *paece o paíce por
parece; *peazo o *piazo por pedazo; *perpicacia por perspicacia;
*probalidad por probabilidad; *pues por puedes; *quies por quieres; *ties
por tienes; *reaños por redaños; *señá por señora; *supertición por
superstición; *toavía por todavía; *transitor por transistor.
b) Relajación y posterior supresión de la –d- intervocálica: *soldao por
soldado; *abogao por abogado… Esta supresión es muy frecuente en
los participios: *terminao por terminado, por ejemplo. La supresión a
veces conlleva la pérdida de la sílaba completa: *aviás por aviadas;
*burrá por burrada; *ensalá por ensalada; *na por nada; *palmá por
palmada; *puñalá por puñalada; *tajá por tajada. Asimismo, deben
rechazarse pronunciaciones como *administraor o *cobraor aunque
existan las de bailaor (de flamenco) o cantaor (de coplas populares en
Andalucía). También es rechazable la síncopa de –d- en los diminutivos
de los participios, adjetivos o sustantivos en –ador: *clavaíto (por
clavadito), *coloraíto (por coloradito), *soldaíto (por soldadito).
Apócope: La apócope es la supresión de fonemas o sílabas en
posición final de palabra. Tenemos formas apocopadas normales en
nuestra lengua como primer(o), san(to), gran(de), mí(o), tu(yo), su(yo),
algún(o), ningún(o), pero otras son muy vulgares en palabras como:
*carie por caries; *mu por muy; *na por nada; *pa por para; *pa na por
para nada; *paralis por parálisis; *to por todo. En palabras compuestas
como guardabarros, guardagujas, lanzacoches, lanzallamas o tiralíneas
es frecuente pero incorrecto la supresión de la –s: *guardabarro,
*guardaguja, *lanzacohete, *lanzallama, *tiralínea.
Aféresis: La aféresis es la supresión de fonemas o sílabas en el
principio de una palabra. Así, son vulgares formas como *amos por
vamos; *cera por acera; *ceomo por ecce homo; *eslomar por deslomar;
*esparramar por desparramar; *maca por hamaca; *mocido por
enmohecido; *orgullecerse por enorgullecerse; *píraro por opíparo;
*risión por irrisión. A veces en lenguajes castizos, jergales o coloquiales
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se suprimen sílabas o palabras enteras: *tate quieto, por estate quieto;
*¿pasa contigo? por ¿qué pasa contigo?; *chacho por muchacho; *¡dita
sea! por ¡maldita sea!
Prótesis: Se llama prótesis a la adición de algún fonema o
sílaba en el principio de una palabra. Son muy vulgares formas como
*amoto por moto; *arradio por la radio. A veces aparecen falsos
prefijos: *afusilar por fusilar; *apertrechar por pertrechar; *arrascar por
rascar; *arremilgarse por remilgarse; *arrejuntarse por juntarse;
*arrempujar por empujar; *despulgar por espulgar; *empalidecer por
palidecer; *endrenaje por drenaje; *engangrenarse por gangrenarse;
*entodavía por todavía. A veces la semiconsonante [w] en principio
de palabra genera un sonido consonántico nuevo, pero son formas
vulgares *güevo y *buevo por huevo o *güerto por huerto.
Epéntesis: La epéntesis consiste en una adición de fonemas o
sílabas en el interior de una palabra. Se oyen y se ven escritas formas
como *aereonáutica por aeronáutica; *aereopuerto por aeropuerto;
*aereostático por aerostático; *alcordarse por acordarse; *ansí por así;
*balandronada por baladronada; *compraisteis por comprasteis;
*convalescencia por convalecencia; *denonadado por denodado;
*démosselo por démoselo; *fascineroso por facineroso; *florense por
forense; *gotero por goteo; *gorgojeo por gorjeo; *heliopuerto por
helipuerto; *indiosincrasia por idiosincrasia; *Ingalaterra por Inglaterra;
*jeringonza por jerigonza; *rampla por rampa; *repantingarse por
repantigarse; *rescinsión por rescisión; *tecleteo, *tecletear por tecleo,
teclear; *toballa por toalla; *tragicocómico por tragicómico; *transladar
por trasladar; *transplante por trasplante; *transtorno por trastorno;
*trompezón por tropezón; *vámosnos por vámonos; *vayámosnos por
vayámonos. Con frecuencia la incorrección aparece en el mal uso de
un prefijo: *adversión por aversión; *conlindante por colindante;
*desfenestrar por defenestrar; *desvastar por devastar; *disminutivo por
diminutivo; *disgresión por digresión; *disglosia por diglosia;
*inremediable por irremediable; *inreparable por irreparable; *inlegible
por ilegible; *inreducible por irreducible; *inregular por irregular;
*inreversible por irreversible; *inritable por irritable; *inrompible por
irrompible.
Parágoge: Una paragoge es la adición de algún fonema o sílaba
en el final de una palabra. Algunas incorrecciones frecuentes son:
*alzacuellos por alzacuello; *asín por así; *céspede por césped; *taxis
(un) por taxi. Es vulgarismo grave la adición de la –s en las 2ª
personas de los pretéritos perfectos simples: *dijistes por dijiste;
*vinistes por viniste.
11
Metátesis: La metátesis consiste en el cambio de lugar de algún
fonema o sílaba en una palabra. Algunos de los vulgarismos más
extendidos a partir de este fenómeno son: *amedentrar por amedrentar;
*auptosia por autopsia; *axfixia por asfixia; *cocreta por croqueta; *delen,
*demen, *desen, *estesen por denle, denme, dense, estense; *dentrífico
por dentífrico; *enquencle por enclenque; *Grabiel por Gabriel;
*impremeable por impermeable; *metereólogo por meteorólogo; *naide
por nadie; *nesecidad por necesidad; *ojebto por objeto; *pedreste por
pedestre; *perpretar por perpetrar; *prefecto por perfecto; *presignarse
por persignarse; *prespectiva por perspectiva; *probe por pobre;
*pusilámine por pusilánime; *sastifacción por satisfacción; *siéntesen por
siéntese; *suprestición por superstición; *visicitudes por vicisitudes.
Disimilaciones: Hablamos de disimilación cuando se produce una
sustitución de un fonema por otro o por cero, por encontrarse en la
misma palabra otro fonema igual o parecido: *teléfano por
teléfono*almario por armario; *cangrena por gangrena; *cevil por civil;
*cevilización por civilización; *endeviduo por individuo; *folcrore por
folclore; *frustar por frustrar; *ginasia por gimnasia; *madastra o
*madrasta por madrasta; *medecina por medicina; *padastro o *padrasto
por padrastro; *pantomima por pantomima; *peremne por perenne; *picia
por pifia; poblema por problema; *pograma por programa; *pórroga por
prórroga; *porrumpir por prorrumpir; *pogreso por progreso; *proviniente
por proveniente; *redículo por ridículo; *viciversa por viceversa.
Asimilaciones: La asimilación es la atracción de un fonema por otro
dentro de la misma palabra. En el caso de las vocales, la que ejerce
la atracción es la misma vocal tónica: *bembrillo por membrillo;
*constriñir por constreñir; *convinción por convicción; *difinitiva por
definitiva; *espaviento por aspaviento; *estriñir por estreñir; *fenefa por
cenefa; *hestérico por histérico; *insaluble por insalubre; *miñique por
meñique; *moñiga por boñiga; *muñuelo por buñuelo; *pinicilina por
penicilina; *visícula por vesícula.
Etimologías populares: La etimología popular consiste en el contagio
de una palabra por otra de gran parecido fonético y entre las cuales
el hablante cree ver una asociación o relación semántica, que no es
tal en la realidad. Aunque a veces se emplean con fines irónicos, son
claros vulgarismos palabras como *antidetodo por antídoto; *arcopuntura
por acupuntura; *atiforrarse por atiborrarse; *barahúnta por barahúnda;
*cadavera por calavera; *castrofobia por claustrofobia; *cenahoria por
zanahoria; *cortacircuito por cortocircuito; *guarnecerse por guarecerse;
*gulimia por bulimia; *ideosincrasia por idiosincrasia; *menopausa por
menopausia; *misógeno, *misogenia por misógino, misoginia;
*mondarina por mandarina; *rebundancia por redundancia; *reinoceronte
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por rinoceronte;
vagabundo.
*tarambaina
por
tarambana;
*vagamundo
por
Otros cambios consonánticos incorrectos: Con frecuencia se cometen
incorrecciones por cambios entre consonantes debidos a causas
diversas. Algunos casos son: *abuja por aguja; *abujero por agujero;
*agüelo por abuelo; *güeno por bueno; güeso por hueso; güero por
huero (en estos casos, los rasgos fónicos de labialidad y velaridad de /u/
explican los cambios consonánticos); *almóndiga por albóndiga;
*anticualla por antigualla; *bofio por bocio; *concadenación por
concatenación; *columbio, *columbiar por columpio, columpiar;
*cónyugue por cónyuge; *chimbambas por quimbambas; *ecléptico por
ecléctico; *idiosincracia por idiosincrasia; *pergueñar por pergeñar;
*restrinción por restricción; *surafricano por sudafricano; *zarpullido por
sarpullido.
Otros cambios vocálicos incorrectos: Entre los más frecuentes
figuran: *antidiluviano por antediluviano; *arangután por orangután;
*carnecería por carnicería; *cimenterio por cementerio; *descuajeringar
por descuajaringar; *diabetis por diabetes; *dibilidad por debilidad;
*encorporar por incorporar; *esparcer por esparcir; *espaviento por
aspaviento; *estinto por instinto; *estituto por instituto; *feligrana por
filigrana; *herver por hervir; *impelir por impeler; *inaptitud por ineptitud;
*inapto por inepto; *manofacturar por manufacturar; *mesmo por mismo;
*metad por mitad; *nengún por ningún; *pirinaico por pirenaico; *quisqui
por quisque; *semos por somos; *tortículis por tortícolis; *viguroso por
vigoroso.
Expresiones latinas mal pronunciadas. Es frecuente escuchar
expresiones latinas mal pronunciadas: *A grosso modo por grosso modo;
*De corpore insepulto por corpore insepulto; *En albis por in albis; *Ex
proceso por ex profeso; *In fragante por in fraganti; *Iso facto por ipso
facto; *Motu propio por motu proprio; *Status quo por statu quo; *Stricto
senso por stricto sensu; *Suis generis por sui generis; *Totum revoluto
por totum revolutum; *Urbi et orbe por urbi et orbi.
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EL TEXTO ARGUMENTATIVO
1. LA ARGUMENTACIÓN
La argumentación es una modalidad textual en la que se ofrece la visión subjetiva de
un emisor sobre un tema. Su propósito es influir en el receptor y convencerlo de la
validez de su razonamiento, por lo que en ella predomina la función apelativa. Trata
de convencerlo para que haga algo (comprar un producto, votar a un partido,
comportarse de una determinada manera, etc.) o para que crea algo (por ejemplo, que
acepte una idea determinada, que la integración social evita la delincuencia). Para
persuadir al receptor, el emisor selecciona argumentos, razones y pruebas que avalan
su opinión. A diferencia de la demostración científica, que presenta datos y hechos
objetivos y verdaderos para probar la validez de una tesis, la argumentación se plantea
respecto de opiniones, de creencias, de valoraciones de carácter polémico, discutible,
ante las que puedan existir posiciones enfrentadas.
2. ELEMENTOS Y ESTRUCTURA DEL TEXTO ARGUMENTATIVO
Los textos argumentativos presentan una estructura lógica y ordenada. Se organizan
en torna a una idea principal que se desarrolla en el cuerpo argumentativo y finalizan
con una conclusión.
2.1. TESIS. Es la idea principal en torno a la cual se organiza el texto. La localización
de la tesis condiciona la estructura del texto argumentativo. Esta puede ser:

INDUCTIVA. El autor desarrolla su argumentación para llegar a la tesis.
Esta presentación de la información da lugar a una estructura de síntesis.
 DEDUCTIVA. Es la más frecuente. El autor parte de la tesis o la idea
general que defiende con argumentos. Este tipo de organización da lugar a
una estructura de análisis.
2.2. CUERPO ARGUMENTATIVO. Está constituido por los argumentos o razones que
aporta el emisor para defender su tesis.
2.3. CONCLUSIÓN. Recoge las ideas que derivan de la exposición de los argumentos
planteados. Si la estructura del texto es inductiva, la conclusión coincide con la
tesis.
EJEMPLO:
Respetamos y honramos a los que son de buena familia; no respetamos ni honramos a
los que provienen de una buena casa, y en esto nos comportamos como bárbaros
entre nosotros mismos. La realidad es que, por naturaleza, todos somos en cualquier
aspecto iguales por nacimiento, tanto griegos como bárbaros; está comprobado que las
cosas que por naturaleza necesitamos existen para todos los hombres… Ninguno de
nosotros presenta una diferencia que lo defina como bárbaro o como griego en el
nacimiento: todos respiramos por la boca y por la nariz.
ESTRUCTURA: DEDUCTIVA
PARTES: TESIS- CUERPO ARGUMENTATIVO- CONCLUSIÓN
OBSERVACIÓN. Tanto la tesis como los argumentos pueden no estar explícitos.
Ejemplo: Un cartel en una campaña electoral
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PARTIDO X: UN PASO ADELANTE (tesis: vota al partido X; argumento: si quieres
progresar).
3. ÁMBITOS DE LA ARGUMENTACIÓN
Los textos argumentativos se presentan tanto como modalidad única como formando
parte de otras modalidades en otros ámbitos:



ÁMBITO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. Textos en prensa y
publicidad.
ÁMBITO ACADÉMICO. Memorias, monografías, algunas enciclopedias, textos
de divulgación, científicos y humanísticos.
ÁMBITO SOCIAL. Algunos textos jurídicos como las sentencias y
determinados trabajos, como los comerciales.
4. LOS ARGUMENTOS
Los argumentos son las razones, citas, datos o pruebas utilizadas por el emisor para
defender su tesis. Entre los más frecuentes se encuentran:







ARGUMENTOS DE EJEMPLIFICACIÓN. Se basan en hechos reales
concretos que apoyan o refutan la tesis. Son casos concretos a los que se le
reconoce un valor general. Ejs.: No se ocupa de sus hermanos; por ejemplo,
nunca los ha llevado al cine. Ciertos apólogos o fábulas presentan una historia
que funciona como un ejemplo (argumento) que justifica la moraleja (tesis).
ARGUMENTOS CAUSALES (basados en causas y consecuencias). Ejs.: A
pesar de lo que dicen, es un jugador noble: la prueba está en que solo le han
mostrado una tarjeta esta temporada. El cambio climático se está produciendo
por culpa de los efectos contaminantes del desarrollo humano.
ARGUMENTOS DE AUTORIDAD. Se basan en el prestigio o en la legitimidad
de otro (la autoridad) que sustenta también la tesis propia. Ej.: La noticia de la
detención ha sido confirmada por el ministro de Interior.
ANALOGÍAS O COMPARACIONES. La relación de semejanza se emplea
para apoyar una conclusión. Ejs.: Los que defienden que la expansión del
español puede desembocar en una fragmentación del idioma se suelen apoyar
en lo que sucedió con la expansión del latín. Las empresas y procesos
industriales más contaminantes tienen responsabilidad en el cambio climático,
al igual que los ciudadanos con sus hábitos domésticos o de consumo.
ARGUMENTOS BASADOS EN DATOS OBJETIVOS. Se fundan en citas,
fechas o hechos probados que no dependen de la persona que argumenta. Ej.:
El x% de los casos de cáncer de pulmón se producen en personas que fuman.
ARGUMENTOS BASADOS EN EXPERIENCIAS PERSONALES. Se recurre a
lo que le ha sucedido a uno personalmente para dar veracidad a una idea
ARGUMENTOS BASADOS EN OPINIONES GENERALIZADAS (TÓPICOS).
Se justifica una idea por estar aceptada por la mayoría de la gente.
Argumento de la mayoría: lo mayor es preferible a lo menor: La
película ha tenido más de dos millones de espectadores, así que debe ser
muy buena.
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Argumento de utilidad: se basa en el tópico de que lo útil es
preferible a lo que no lo es: Preocuparse por el calentamiento de la Tierra, nos
ayudará a todos.
Argumento ético: Se basa en el tópico de lo que se considera moral:
Señores ministros y responsables de Europa, es a su solidaridad y a su
bondad a las que gritamos por el socorro de África.

FALACIAS. Algunos argumentos son considerados ilegítimos o falacias
porque sus razonamientos no son válidos, son manipulaciones del emisor.
Falsa generalización: se generaliza algo que es válido en algún caso pero no
siempre: Todos los políticos buscan únicamente su provecho (opinión personal del
emisor no válida).
Selección deliberada de datos: el emisor intenta presentar una selección de
datos donde oculta lo que no le interesa (Publicidad engañosa).
Falsa analogía: La base de la comparación no es validad: El coche Z es un signo
de categoría social, si lo compro conseguiré el estatus.
Argumento de la falsa causa: Tiene insomnio porque cena demasiado. (Pueden
existir otras causas)
Ataque a la persona o a instituciones Le sugiero que lo resuelva.
Apelación a la piedad del destinatario: Déme una ayuda, por favor.
Se refiere a la ignorancia de la mayoría: Nadie lo ha podido demostrar.
Autoridad no válida: Según dice mi tía...No es alguien con prestigio.
5. RASGOS LINGÜÍSTICOS DE LOS TEXTOS ARGUMENTATIVOS
El párrafo es el cauce que sirve para distribuir los diferentes pasos
(planteamiento, análisis o argumentos y conclusión) contenidos en la
argumentación escrita.
De entre los elementos de cohesión textual que relacionan los contenidos
repartidos en los diferentes párrafos destacan tres: la repetición léxica o
conceptual en torno al tema y los marcadores discursivos que permiten seguir el
proceso de análisis o argumentación y avisan del momento de la conclusión.
Si el texto pertenece al ámbito científico (jurídico, humanidades…) abundan en el
léxico los tecnicismos. Si es de tema más general o de enfoque más subjetivo,
suele utilizarse un léxico de registro predominantemente estándar.
5.1. RASGOS LÉXICOS


Uso de un léxico abstracto y connotativo. El valor connotativo del lenguaje
responde a la subjetividad del texto. Ej.: Saltan a la palestra de la disputa, la
irrisión, el escepticismo y la controversia.
Empleo de máximas, refranes y datos concretos. Ej.: Eso es lo que dicen las
encuestas realizadas entre veinticuatro mil españoles por la SGAE.
16


Predominio de verbos de voluntad. A través de los cuales se expresa la opinión
del emisor. También se emplean verbos de pensamiento y de lengua. Ej.: No
tenía más remedio que ponerme de su lado.
Uso frecuente de expresiones valorativas. Abundan los adverbios y los
adjetivos de evidencia y reafirmación. Ej.: La situación se hizo insostenible
5.2. RASGOS SINTÁCTICOS





Predominio de cláusulas y oraciones extensas. En la argumentación se tiende
al empleo de cláusulas enunciativas, aunque también son frecuentes las
cláusulas interrogativas, exclamativas y dubitativas que expresan la actitud del
emisor.
Uso frecuente de cláusulas complejas. Predominan las cláusulas subordinadas
adjetivas.
Uso frecuente de oraciones, sobre todo las causales, consecutivas,
condicionales y concesivas.
Empleo de cláusulas impersonales y pasivas reflejas.
Empleo de la primera y la tercera persona debido al carácter subjetivo de la
argumentación; también es habitual el uso del plural de modestia (¿Es acaso
cierto que obligamos a los niños a estudiar por su bien?).
5.3. RASGOS TEXTUALES

Se emplean marcadores discursivos o conectores para organizar las ideas
de manera subjetiva. Estos pueden ser ordenadores (por una parte, por
otra; en primer lugar, en segundo lugar…), opositivos (pero, aunque, no
obstante…), causativos (porque), consecutivos (pues, por consiguiente), de
refuerzo (evidentemente, creo yo, como todos sabemos…).
EJEMPLO DE ALGUNOS RASGOS EN UN FRAGMENTO.
Pienso que para superar los obstáculos espinosos que constantemente se cruzan en
nuestro camino, nos ayuda el conocimiento, el talante flexible, el candor, la
imparcialidad y, sobre todo, la empatía: la capacidad de ponernos en el lugar de otra
persona, de vivenciar genuinamente la realidad ajena. Como señala Erich Fromm en El
arte de amar, “la capacidad de pensar objetivamente es la razón, la emoción detrás de
la razón es la humildad”.
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