Download En el siglo a partir del siglo XIII empiesa la epoca de las grandes

Salustio
Guerra de Jugurta
Salustio empieza por hablar de aquellos hombres se quejan de que la vida depende
más de la suerte que de su virtud propia… a esto se opone él, argumentando que
estos no son más que hombres que prefieren disfrutar de los placeres del cuerpo,
el que sólo dura un poco de tiempo, mientras que las irtudes del alma, la obras del
ingenio son eternas.
El hombre tiene que cultivar su espiritu para producir obras de ingenio, las que
quedan por la eternidad. Esta es la fama a la que tiene que aspirar un hombre.
Luego Salustio habla de que si bien hay muchas actividades que permiten cultivar
el esíritu la política parece ser una area poco propicia, pues se queja que las
personas llegan a sus puestos no por su virtud, pero por medios oscuros y
corrupción.
Por esto el se dedica a una actividad que encuentra mucho más útil, a pesar de lo
que digan aquellos otros hobres poco virtuosos, esta es traer a la memoria el
pasado del que algunos de los “hombres más esclarecidos” como fue Publio
Esipión de roma retiran un ánimo nuevo y fuerte hacia la virtud.
Luego procede a contar la historia de Jugurta.
Este, después de la muerte de su padre Manastabal, fué criado en la casa des su tío
Micipsa rey de los Númidas, aliados de roma durante la segunda guerra púnica.
Relata que el joven se destacaba por su gran virtud, y que por miedo de que
ocupara el trono de sus hijos, Micispa lo envió combatir junto con los romanos de
Escipión para que se perdiera. Sin embargo su fama llegó a ser mucho más grande
aún, reconociéndo sus méritos su padre adoptivo.
Poco antes de su muerte este entregó su reino a Jugurta en detrimento de sus dos
hijos legítimos. Luego estos tratarán de recuperar su trono por la intriga.
Sin embargo Jugurta es más rápido. Dijo pensar que el favor que le tenía Micispa
antes de su muerte era sólo causa de su senilidad, por lo que les devolvía lo que
les pertenecía legitimamente. Luego cuando menos se lo esperaban, asesinó al
nuevo rey.
Los antiguos vasayos de Micispa se asustaron de esto, y en torno a uno de ellos
Aderbal se formó un bando que se propuso resistir a Jugurta. Este último tenía de
su lado a los más guerros del imperio, se le unieron unas cuantas ciudades, anexó
unas otras, y hechó a Aderbal quien se refugió donde los romanos.
Jugurta que no sentía muy seguro mandó reestablecer contactos con sus antiguos
amigos (era apreciado incluso por Escipión quien le había advertido expresamente
de no tratar de comprar favores personales con romanos) y anudar relacioner a
punta de regalos.
Aderbal argumenta largamente delante del senado romano que su familia siempre
ha sido fiel a roma, y que Jugurta por medio de su pefidia le había usurpado el
trono a su familia.
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Guerra de Jugurta
El autor describe luego la tensión dentro del senado de los que son partidarios por
la justicia y los otros motivados por el interés y los regalos de Jugurta.
Sin embargo la justicia prevalece de alguna forma y el senado envía dies
diputados para proceder a la repartición del reino de Numídia entre los dos rivales.
Cuando llegan los diputados, Jugurta se asegura el favor de la mayor parte de ellos
con sus dones, por lo que en el reparto sale favoresido.
Luego como quiere apropiarse del resto del reino, incursiona repetidas veces en el
territorio de Aderbal, obligandolo a tomar las armas.
Mientras las tropas de Aderbal resisten con muchas dificultades a los asaltos de
Jugurta, enviados del rey legítimo hacen venir una comisión romana, que es
engañada por Jugurta quien les cuenta que peleaba solo para defender su vida de
las maquinasiones de Aderbal.
Cuando se van los delegados, yugurta sitia Cirta la ciudad donde se refugia
Aderbal. Este logra manadar nuevamente mensajeros a Roma, presentando sus
desgracias, y la actitud de Yugurta.
El senado volvió a enviar una comisión que amenazó a Yugurta. Los Italianos de
Cirta pensando que finalmente Yugurta estaba bajo el control de Roma, pidieron
al rey Numidio que se entregara, pués Yugurta sin duda respetaría su vida y el
Senado sanjaría el litígio.
Se entregó pues Aderbal, que fue torturado y hecho muerto, el con todos los
Numidios que lo habían acompañado.
Cuando se supo esto en Roma, faltó poco para que las largas deliberaciones del
senado hisieran que se pasara por alto la rebelión de Yugurta.
Se enviaron tropas al mando de Scauro. Al llegar a Numidia, Yugrta no tiene
dificultades en comprarlo. Al volver a Roma sin haber ejecutado las amenazas el
senado no supo bien que decisión tomar, si hacerse los locos para no enfrentarse a
Scauro o mostrarse intrasigentes.
La plebe por otra parte estaba muy irritada por el hecho de que la república se
haya vendido de tal forma. Cayo Memio, orador poco consernido con los intereses
del senado se encargó de inflamar aún más el pueblo.
Mandaron a buscar a Yugurta para que testificara en Roma. Este se salío de este
mal paso con la aayuda de un tribuno corrupto, y volvió a Numidia.
Mandaron tropas nuevamente al mando de Aulo, que fueron divididas y
derrotadas por los dones de Yugurta que obtuvo la paz. Se salvaron solo al precio
de pasar bajo el yugo.
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Guerra de Jugurta
Cuando Aulo volvió a Roma, se armó el escándalo y enviaron al consul Albino
(hermano de Aulo) a poner orden en la situación.
Al llegar a áfrica encontró las tropas romanas en un estado de desastrosa
indiciplina y corrupción.
En roma el tribuno Cayo Memio logró que se aprobara una ley que condenara a
todos aquellos que hubieran acceptado dinero del enemigo.
Salustio hace aquí el comentario de que mientras Roma tenía a los cartagineses
como amenaza, ninguno de los partidos (aristocracia o demócratas) tomaba
decisiones sin moderación. En cambio con la paz y la prosperidad viene la
soberbia y la lascivia y las represalias violentas.
Tambien relata la situación de una república despedasada entre los demócratas
desunidos contra una artistocracia codiciosa, las familias de los soldados
empujados en la pobresa por los grandes propietarios, etc etc.
El cónsul que tuvo que ocuparse del problema de Numidia el año siguiente,
Metelo, tenía una reputación de integridad, y el pueblo romano puso sus
esperansas en él. Este tuvo que arreglarselas con un ejercito disoluto que Albino
no había cambiado en nada. Metelo en cambio diligentemente llegó a reestablecer
la diciplina.
Yugurta envió mensajeros para decir que se entregaba, pero esto no era novedad y
Metelo se puso en marcha con sus tropas bien ordenadas y con mucha cautela
pues sabía que el enemigo era astuto y capaz.
Yugurta frente a la determinación del Romano se decide a juntar un ejercito para
enfrentarlo. Se producen un par de bataillas, no demasiado desisivas.
Metelo opta por una táctica de asolar campos y ciudades en vez de tratar de
enfrentar a Yugurta que peleaba y se escabullía.
Más tarde una parte del ejercito romano al mando de Metelo asedió la ciudad
Numidia de Zama, mientras que otra al mando de Mario se enfrentaba a Yugurta y
su caballería.
Como Metelo no parece lograr nada por la fuerza trata de usar un poco mas de
astucia y poniendose en contacto con un romano que se había pasado a la causa de
Yugurta para que se le entregara (ofrenciendoles perdonarle o castigarlo
duramente si se rehusaba)
Este presiona a Yugurta, quien frente a lo desesperado de la guerra parece desistir
de su empresa, entregando a los romanos los traidores (que se habían pasado de su
lado), elefantes etc. pero cuando le piden a el de venir, teme perder la libertad y
continua la guerra.
Por otro lado Mario (mano derecha de Metelo) que es de familia humilde pretende
volver a Roma para postular al consulado, y si bien su fama de guerrero era
grande, lo más probable es que el cargo le sería rehusado. Se enojó con Metelo
que le aconsejaba no hir, empezó a hablar contra el y a cuidar menos de la
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diciplina de sus tropas. Se asoció con algunos otros y decidió enviar un mensage a
Roma para que se suspendiera a Metelo y lo pusieran en su lugar. En esa época el
pueblo hacía todo lo que podía por poner los suyos al poder por lo que podía
esperar un buen resultado.
Se produce una insurrección en Vaca donde los Romanos tenían una guarnición.
Toda la ciudad se rebeló un día de fiesta, y los romanos descuidados perecieron
todos. Metelo logra entrar en la ciudad por un ardid, pasa toda la población a
cuchillo y saquean toda la ciudad.
Entretanto Bomíclar que había organisado toda una conspiración para acabar con
Yugurta fue descubierto. El y todo sus asociados fueron matados, pero Yugurta no
se sintió nunca mas seguro ni entre los suyos (esto lo traia como loco).
Entre tanto Mario a favor de las condiciones políticas fué elegido cónsul y
encargado de Numidia en lugar de Metelo.
Entre tanto este persigue a Yugurta que no haya donde dirigirse para estar seguro.
Huye de la ciudad de Tala (que es luego tomada por Metelo).
En ese tiempo recibieron mensajeros de la ciudad de Leptis (que siempre habían
sido fieles) que relataron que cierto Amíclar esta causando desórdenes. Metelo
envió un par de cohortes y un gobernador.
Describe Leptis como una ciudad sidonia. Los púnicos que aquí vinieron a vivir,
si bien guardaron sus leyes y costubres cambiaron considerablemente su lengua.
Yugurta puso de su parte a Boco rey de los gétulos cuyas gentes (muy primitivas)
entrenó para servirle de ejército.
Mientras tanto Metelo supo la asignación de Numidia a Mario, y esto lo llenó de
tristesa (mas de lo necesario, dice Salustio).
Metelo que sabía de la aliansa con Boco empezó a negociar con este último (que
se había compadecido de Yugurta)
Mario formó en Itália un ejercito con todo tipo de gentes, jubilados y proletarios
(que no pagaban tributos) que al no tener nada, tenían todo por obtener (botín).
Derrotó las tropas de Yugurta un par de veces.
Tomo la ciudad de Capsa (empresa complicada pero que logró)
Y todo lo que hacía parecía funcionar.
Tomaron otra plasa fuerte sobre un monte, hazaña que aumentó aún más la fama
de Mario.
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Entre tanto llegó de Roma con refuersos Lucio Sila, jóven de familia noble y
osiosa que si bien era muy acoomodado, era prudente y humilde. Tanto así que
llego rapidamente a ganarse la benevolencia de Mario y sus soldados.
Un día Yugurta organisó un ataque sorpresivo junto con tropas del rey Gétulo.
Los romanos desprevenidos lograron atrincherarse en unos collados antes de caer
la nocho. Mientras los africanos lo pasaban bomba los romanos esperaban
tranquilamente. Y cuando todos los alegres fiesteros se durmieron los atacaron
con grandes trompetazos que los paralisaron del susto.
Mario se lucía como un general diligente y trabajoso que parecía estar en todas
partes con sus soldados. Esta actitud le valío más respeto que lo haría severidad.
No lejos de Cirta a donde se dirigían los romanos, las tropas de Yugurta atacaron
por cuatro costados. Fueron sin embargo derrotados, y el rey Boco manifestó el
dese de negociar.
Mandaron los romanos a Lucio Sila y a Aulo Manlio para hablar con él.
Negocian, el rey Boco lo piensa, y termina por enviar hombres de su confiansa
pasar que acuerden con Mario y el senado la paz de una u otra forma.
En camino los mensajeros son salteados por unos bandidos gétulos, y Sila (que
estaba a cargo del cuartel en ausencia del general) los recibió muy cortesmente.
Salustio menciona que en este tiempo se ignoraba por lo general el dar interesado
y el que lo hacía se le atribuían buenas intensiones.
Boco al saber que los mensajeros habían pasado a Roma pide que envien Sila
nuevamnente para negociar. Despues de un viage en el que tuvieron que temer la
amenaza de Yugurta y la traición de Volux (hijo de Boco) Sila llegó a destinación.
Negoció con Boco la entrega de Yugurta, de noche y sin ningun testigo. Luego
fingieron haber tratado la paz (lo que más quería Yugurta por lo demás).
Boco tambien negoció con Yugurta la entrega de Sila, pero finalmente eligió
ponerse del lado de los romanos a los que entregó Yugurta.
Mario volvió a Roma en triunfo, y lo asignaron a las Galias prestamente pues
estaban teniendo serios problemas en esos lados.
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