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La sociología: La ciencia que molesta
Juan Carlos Barajas Martínez
Durante muchos años, durante muchos siglos, desde que se inventó la agricultura y el ser humano se
hizo sedentario hasta que el mundo se industrializó, la forma de vivir de las personas era más bien sencilla, lo
que no quiere decir que fuera fácil.
“La sociología es como un deporte de combate:
Se utiliza para defenderse, no para dar golpes bajos”
Pierre Bourdieu1
“Para la sociología ha llegado el momento de renunciar
a los éxitos mundanos, por decirlo de alguna manera, y
de adquirir el carácter esotérico que conviene a toda ciencia”
Émile Durkheim2 (2)
Las reglas del método sociológico. Conclusión
Se vivía en comunidades estables. La gente nacía, crecía, trabajaba, se casaba y moría como había hecho
la generación anterior, como sus abuelos y bisabuelos. No había grandes cambios, se obedecían a los mismos
poderes, el señor era el señor, al señor lo sucedía su hijo y a éste el nieto. Las ideas que gobernaban el mundo
eran prácticamente las mismas, Dios te había puesto en tu lugar y Él sabía por qué, y a ver quién era el guapo
que discutía ese orden divino. Y en las creencias lo mismo, no diré que al cura le sucedía el hijo del cura por
motivos obvios, pero al cura le sucedía otro cura semejante que amenazaba con los mismos castigos ante los
mismos pecados y ofrecía el mismo consuelo ante los mismos sufrimientos, consuelo y resignación, una buena
receta para mantener el status quo. El parroquiano de aquellos entonces no viajaba, raramente salía de su
comarca, conocía su aldea, las aldeas vecinas y el pueblo importante más próximo, en donde se celebraban, los
días de mercado, las ferias donde colocar los productos que obtenía de la cosecha o del ganado.
¿Para qué se necesitaba entonces una ciencia como la sociología?, pues francamente para nada. Bastaba
con los escritos sociales de unos cuantos filósofos griegos actualizados con la visión cristiana de la vida.
A finales de siglo XVIII concurren dos hechos que cambiaron el mundo, estos acontecimientos no fueron
espontáneos sino que venían gestándose desde el renacimiento e incluso desde finales del medievo.
Desde el punto de vista político se produjeron las revoluciones liberales, la americana y la francesa, que
supusieron el derrumbe del Antiguo Régimen y advenimiento de la burguesía como clase social dirigente. Y desde
el punto de vista económico y social se produjo la revolución industrial que cambió para siempre el modo de
producir.
En pocos años, las personas se vieron afectadas por estos cambios, se mudaron de lugar de residencia,
el campo se empezó a vaciar y las ciudades a llenar, las gentes cambiaron su forma de trabajar, sus estilos de
vida, sus costumbres y sus ideas. No estoy seguro de que las nuevas formas de vivir fueran más fáciles que las de
antaño pero estoy seguro de que la sencillez de la sociedad preindustrial se fue perdiendo. La sociedad se hizo
mucho más compleja.
Tal complejidad, la cuestión social decían, hizo que entre los pensadores se fuera difundiendo un
sentimiento de “sociedad en crisis”. La reflexión sobre la sociedad se convirtió en foco de atención del
pensamiento en un momento en que la ciencia estaba alcanzando un enorme prestigio como explicación del
mundo, e incluso, como solución a los problemas prácticos. La ecuación estaba planteada y la solución era
inmediata, la aplicación del método científico al estudio de la sociedad: la sociología.
Y desde entonces, desde mediados del siglo XIX, la sociología ha ido estudiando los problemas sociales,
elaborando teorías – y alguna certeza – que explicaban comportamientos y estrategias de los grupos sociales, de
las clases sociales, de instituciones, de las religiones, de la ciencia y el conocimiento, en definitiva de cualquier
1
) Pierre Bourdieu fue uno de los más destacados representantes de la sociología de nuestro tiempo. Si deseas
ampliar información sobre su vida y obras pulsa aquí (http://es.wikipedia.org/wiki/Pierre_Bourdieu)
2 Emile Durkheim, sociólogo francés, uno de los padres de la sociología, el primer catedrático de sociología. Para
consultar más pulsa aquí. (http://es.wikipedia.org/wiki/Durkheim)
1
actividad humana de carácter social. Y en eso seguimos cuando nos acercamos a los dos siglos desde que el
bueno de Augusto Comte3 inventara el término “sociología”.
La ciencia, en general, representa la búsqueda de la verdad admitiendo que la verdad absoluta es una
quimera. Se trata de aproximarse lo máximo a la verdad, según el conocimiento de que se disponga en cada
momento, reconociendo que se puede estar equivocado y dejando una puerta abierta para corregir las ideas que
se tenían sobre algún fenómeno por otras que se aproximen más a la verdad buscada. Es un proceso continuo
de perfeccionamiento del conocimiento que tenemos de la naturaleza a sabiendas de que la perfección no es de
este mundo. Y esto es así, al menos en teoría, en la práctica habría que decir que hay más resistencia al cambio
de lo que queremos reconocer. Hay que pensar que incluso en el mundo de la ciencia, más predispuesto por
idiosincrasia al cambio de opinión, hay mucha resistencia dicho cambio.
Y es que la verdad, aparte del asuntillo de que a mí me da que en términos absolutos es inalcanzable,
tiene otro problema. La verdad tiene sus propietarios, los dueños de la verdad. Para mí que ser dueño de la
verdad es como ser dueño de los océanos o amos del espacio interestelar, pero ellos se lo toman muy en serio,
una propiedad al fin al cabo es una propiedad. Los dueños de la verdad, en cualquier ámbito de la actividad
humana, reaccionan mal ante la crítica inteligente, ante la disensión fundamentada.
En los casos en que la ciencia ha dinamitado viejas verdades el abanico de reacciones ante la crítica ha
sido de lo más variopinto, respuestas que van desde la mera agresividad hasta la violencia. La historia está llena
de ejemplos, recordemos al pobre Galileo 4 desdiciéndose ante la perspectiva de la hoguera o a Miguel
Servet5 cuyo libro Restitución del Cristianismo le llevó tanto a la hoguera católica como a la calvinista, sólo que
fueron estos últimos los que le pillaron. Ahora no te llevan a la hoguera gracias a Dios – que hemos progresado
un poquito – pero todavía hay opiniones que no sientan muy bien. No hace mucho Stephen Hawking 6 vino a decir
que había otras explicaciones más sencillas a la creación que el dedo creador de Dios y el Vaticano no reaccionó
con alegría a la ocurrencia.
Si las declaraciones de astrónomos, físicos, médicos, e incluso, matemáticos no han sentado bien en
algún momento a ciertos sectores, con los sociólogos es el pan nuestro de cada día. El sociólogo siempre fastidia
a alguien, menos mal que – como hemos visto – la sociología se inventó cuando ya se habían desmontado las
hogueras, en caso contrario hubiéramos tenido algún mártir en nuestra profesión al que dedicar el patronazgo
de los colegios profesionales.
¿Y por qué el sociólogo y su ciencia provocan ese efecto? En primer lugar por el objeto de la sociología:
el estudio científico del funcionamiento de las sociedades humanas. Tengamos en cuenta que cualquier poder
está montado sobre una especie de mitología, sobre una ideología justificativa. Puede ser por ejemplo que la
democracia representa a todas las personas, que la justicia es ecuánime, que los puestos se reparten según reglas
meritocráticas o que los líderes son infalibles. Y hay mucha gente cómoda con estos mitos, para empezar los
propios interesados en que el status quo se mantenga pero no solo ellos.
Esto hace que ya de partida cuando se ponen en cuestión esas “verdades”, la sociología moleste porque
nos enseña lo que una gran parte de la gente prefiere no ver, al menos en los tiempos de bonanza económica,
porque ahora mismo existe un fuerte sentimiento de indignación, en parte porque las élites exhiben sus miserias
sin ningún pudor. Pero hasta no hace mucho los barómetros sociales indicaban que la gente tenía en muy buen
concepto a las principales instituciones del país, se encontraban razones incontrovertibles sobre lo buenas que
eran las mayorías absolutas y de los beneficios que aportaba un sistema bipartidista. Sin embargo, cuando
estudias esas mismas instituciones con la mirada del sociólogo, analizas su funcionamiento real no el
funcionamiento pretendido, profundizas en las estrategias que siguen para el mantenimiento de privilegios y
desigualdades y no te crees la ideología que desarrollan para su legitimación. Y esto, haya o no haya crisis.
En segundo lugar, ese mismo estudio del funcionamiento de la sociedad entra de lleno en el terreno de
la ideología de las personas. La mirada sociológica cuando analiza cómo funciona toda actividad social realmente
y no como desearíamos que funcionara, lo quiera o no, interviene en las luchas por las distintas concepciones
del mundo. Cuando se analiza a una religión – o a la propia ciencia para que no se diga que sólo me meto con la
3
Augusto Comte, filósofo positivista y para algunos el primer sociólogo, lo que sí está confirmado es que inventó el
nombre de sociología. Si quieres saber más pulsa aquí. (http://es.wikipedia.org/wiki/Auguste_Comte)
4 Galileo Galilei fue un astrónomo, filósofo, matemático y físico italiano que estuvo relacionado estrechamente con
la revolución científica. Para ampliar información sobre Galileo pulsa aquí. (http://es.wikipedia.org/wiki/Galileo)
5 Miguel Servet fue un astrónomo, metereólogo, geógrafo, jurista, teólogo matemático y médico español del siglo
XVI que descubrió la circulación pulmonar. Para ampliar información pulsa aquí. (http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Servet)
6 Stephen Hawking, físico teórico y cosmólogo británico famoso por sus trabajos en el campo de las singularidades
espaciotemporales en la relatividad general y en el estudio de los agujeros negros. Para más información pulse aquí.
(http://es.wikipedia.org/wiki/Stephen_Hawking)
2
religión – como una construcción social con una historia concreta y no como algo de origen divino o cuasi divino
se levantan ampollas, sobre todo en las instituciones religiosas o en las instituciones científicas.
En tercer término se me ocurre que a los que detentan el poder no les gusta la sociología, la quieren en
los departamentos de las universidades, en los círculos académicos, de manera que puedan aprovechar sus
aportaciones teóricas y prácticas que puedan serles útiles, pero lejos de divulgarlas con carácter general pues
contienen ideas que de extenderse pueden resultar peligrosas.
Por último, la sociología parece que hace a veces de una especie de Pepito Grillo, de una suerte de
conciencia social que no sienta muy bien a los que se sienten aludidos. Esto se ve favorecido por las constantes
preguntas que reciben los sociólogos con predicamento a golpe de micrófono, preguntas a las que se ven
obligados a dar una respuesta sin darles tiempo a reflexionar, hay incluso sociólogos de cabecera listos siempre
para dar una opinión de urgencia y, por supuesto, hay sociólogos comprometidos con multitud de causas
diferentes. Y todo esto hace que sea fácil argumentar que qué clase de ciencia es esa que permite en su seno
tanta variedad de opiniones y tantos juicios de valor diferentes sobre un mismo hecho. Pero la razón última
vuelve a ser el objeto de la sociología. El sociólogo observa los fenómenos sociales perteneciendo o formando
parte de la sociedad, es como si el físico estudiara el choque de móviles montado dentro de uno de ellos en vez
de observar desde el exterior mediante instrumentos de medida. ¿Hasta qué punto el sociólogo es independiente
de los problemas que estudia?
El gran sociólogo Max Weber7, era partidario de una sociología libre de valores. El sociólogo debía
apartarse de los valores de su sociedad, debía hacer un esfuerzo por observar los fenómenos sociales desde la
distancia, como el físico y los móviles. Muchos piensan que por mucho esfuerzo que se realice esto no es posible
del todo. En el otro extremo se colocan los sociólogos de la Escuela de Frankfurt8 que opinan que el sociólogo ha
de inmiscuirse en los problemas, proponen una sociología militante. Este es un debate inagotable y el mejor
argumento de los que opinan que la sociología no es una ciencia.
¿Y que pasa cuando la sociología incomoda con sus explicaciones?. ¿Cómo se comportan las
instituciones cuando su verdad se ve amenazada?. ¿Cómo reaccionan los particulares cuando una teoría o un
concepto desmitifica una creencia muy firme?.
Pues ocurre con demasiada frecuencia que no atacan a la teoría o al concepto con contraargumentos
que sería lo aceptable. Es un mecanismo muy común la descalificación. ¿La sociología es acaso una ciencia?,
¿este o aquel autor tienen suficiente rigor?, ¿dónde están las ecuaciones que describen ese comportamiento?,
¿para qué sirve la sociología?, ¿es útil?, ¿acaso cumple una función?, ¿es que cura a la gente o sirve para construir
casas?.
Yo mismo que soy sociólogo a tiempo parcial, un pobre escribidor que pretende divulgar conceptos
sociológicos, he recibido este tipo de críticas, que no entran en las razones y argumentos que expongo sino en
mi propia identidad, se me suele calificar de autor poco riguroso. Lo cual además, al menos cuando me dedico a
divulgar, es totalmente falso, primero porque cuando divulgo un concepto no soy un autor en sentido estricto y,
segundo, porque el rigor que empleo es el rigor y la autoridad del científico social cuya teoría o concepto estoy
explicando no del mío propio. ¡Oiga usted métase con Weber si se atreve y no conmigo!.
Pero hay que reconocer que estas críticas no caen en saco roto. Existe una clara obsesión por dejar claro
que la sociología es una ciencia. José Félix Tezanos9 en su libro Introducción a la Sociología dedica casi 30 páginas
a demostrar que la sociología es una ciencia, pero no es una excepción, se publican con frecuencia artículos y
libros que explican la naturaleza científica de la sociología. Que Émile Durkheim dedicara su libro Las reglas del
método sociológico a hacerlo es lógico pues se trataba de poner en el mundo académico a una disciplina nueva,
pero que sigamos a estas alturas con lo mismo sólo está justificado como respuesta a este tipo de ataques.
Es muy común estudiar en los primeros cursos de las facultades de sociología – lo que por cierto no me
parece mal – filosofía de la ciencia, que yo sepa esto no se estudia en la Facultad de Ciencias Físicas – lo que me
parece mal -, claro que también es cierto que nadie duda de la física como ciencia al primer revés que se sufre.
7
Max Weber, sociólogo alemán considerado otro de los padres de la sociología. Para más información pulsa aquí.
(http://es.wikipedia.org/wiki/Max_Weber)
8 La Escuela de Frankfurt, grupo de investigadores que formaron parte del Instituto de Investigación Social de
Frankfurt que desarrollaron la teoría crítica en sociología. Formaron parte de este grupo Adorno, Habermas y Horkheimer
entre otros. Para obtener más información pulsa aquí. (http://es.wikipedia.org/wiki/Escuela_de_Fr%C3%A1ncfort)
9 José Félix Tezanos, sociólogo español, catedrático de sociología de la UNED. Dirige la Fundación Sistema y es
miembro de la Academia Europea de Ciencias, Artes y Letras de Paris, así como de los Consejos de Redacción de las revistas
REIS (Revista Española de Investigaciones Sociológicas), RIS (Revista Internacional de Sociología) y EMPIRIA (Revista de
Metodología de Ciencias Sociales), es autor de más de una treintena de libros y de cientos de monografías científicas sobre
temas de estructura social, sociología política, tendencias sociales y ciencia, tecnología y sociedad.
3
No se suele oír: “Oiga usted que la fuerza es la masa por la aceleración”, “¡no estoy de acuerdo!, ¿Es acaso la
física una ciencia?”
También está detrás de esa permanente puesta en cuestión de la misma esencia de la sociología,
nuestro amor por las encuestas y por la estadística como ciencia en general. A veces da la sensación que más
que como método de análisis de la realidad como justificante de que lo que hacemos es ciencia de verdad.
Durante la carrera, la estadística es la asignatura más temida, más que nada por la falta de base matemática de
los estudiantes de sociología, pero cuando ya eres sociólogo es la herramienta fundamental. Como dice la
socióloga Rosana Claver10, la estadística se ha convertido en un método efectivo para describir con exactitud los
valores de datos económicos, políticos, sociales, psicológicos, biológicos o físicos, y son la herramienta
fundamental para relacionar y analizar dichos datos. Hasta tal punto ocurre esto que pareciera que sin
investigación cuantitativa no hay sociología que valga sino en todo caso filosofía social.
Al final vamos a tener que dar las gracias a nuestros descalificadores pues nos hacen andar con pies de
plomo, nos hacen ser más formales en nuestros métodos y a estar armados contra la crítica fácil, ahora bien,
seguimos y seguiremos molestando.
La sociología es molesta, ¡qué le vamos a hacer!, pero muy necesaria. Alguna herramienta tiene que
haber para describir los procesos sociales en unos momentos en que tenemos disciplinas científicas para todo.
Si la sociología se hizo necesaria después de unas décadas convulsas de revoluciones políticas y socioeconómicas,
hoy es más necesaria que nunca en un mundo que vive de nuevo revoluciones políticas y socioeconómicas. En
una sociedad que es preindustrial, industrial y postindustrial, global y local, moderna y postmoderna, de la
información y del conocimiento, adhocrática, burocrática, postburocrática y mcdonaldizada, del pensamiento
único y multipolar, y, ¡todo al mismo tiempo!. Evidentemente, si no la tuviéramos ya, deberíamos inventarla.
Artículo de Juan Carlos Barajas Martínez (Sociólogo), visto en su
blog: http://sociologiadivertida.blogspot.com.es/.
Bibliografía
Tezanos, José Félix; La explicación Sociológica: una introducción a la Sociología; 2ª Edición; UNED;
Madrid; 1998.
Ritzer, George; Teoría Sociológica Clásica; 3ª Edición; McGraw-Hill; Madrid; 2001.
Iglesias, María C.; Aramberri, Julio R.; y Zúñiga, Luis R.; Los orígenes de la Teoría Sociológica; 2º
Edición; Akal; Madrid; 1989.
Oybin, Marina; “¿Para qué sirve la sociología?”; Revista Ñ (periódico Clarín de Buenos Aires);
http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/politica-economia/Marx-Durkhiem-Weber_0_921507854.html
Barajas Martínez, Juan Carlos; ¿Qué es la sociología?;
http://sociologiadivertida.blogspot.com.es/p/articulos.html
10 Rosana Claver Fraile, socióloga española, investigadora de la Fundación IS+D para la Investigación Social Avanzada
y autora del blog “Mi profe de estadística”
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