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EL DIA
DEL SEÑOR
Número 76 – Domingo 17 de enero 2016
2º Domingo del tiempo ordinario – Ciclo C
MISION CATOLICA DE LENGUA ESPAÑOLA EN EL CANTON DE VAUD
Chemin de Mouettes 4; 1007 Lausanne, Teléfono: 021 / 613 23 73 ; Ma.-Vi. 10:00-12:00; 15:00-18:00;
E-mail : [email protected]. Las personas que deseen recibir por e-mail esta hojita de la
comunidad católica de lengua española pueden anunciarse a esta dirección de correo electrónico.
En
este
número :
Página 1 :
“Las bodas de
Cana…”.
Página 2 :
Lecturas del
Domingo 17 de
enero 2016 – 2º
Domingo del
tiempo ordinario
– Ciclo C.
Página 3 :
Actividades
en nuestras
comunidades:
Lausana,
Renens,
Morges, Nyon,
Vevey e
Yverdon.
Página 4 :
Formación para
los laicos en
2016.
Información
para los
voluntarios que
bajan los
enfermos a la
misa en el
CHUV.
Asamblea
pastoral de la
Misión católica
de lengua
española en el
Cantón de Vaud
con el Vicario
Episcopal
Christophe
Godel.
Las bodas de Cana… descubrir la novedad del Reino
Después de haber celebrado y vivido intensamente el tiempo de la Navidad, iniciamos el
tiempo litúrgico ordinario o tiempo de la Iglesia con el evangelio de las bodas de Cana. Como
sabemos el Evangelio según San Juan es bien distinto de los otros tres evangelios llamados
sinópticos. San Juan no solo quiere contarnos lo que hizo Jesús sino hacernos descubrir el
sentido espiritual de sus palabras y de sus acciones; hacernos comprender el significado de los
signos que Cristo realizo. Por utilizar una imagen San Juan no solo nos quiere mostrar una
imagen, una fotografía de Jesucristo, él quiere mostrarnos también una radiografía; es decir, una
visión interior de los acontecimientos y de la persona de Cristo. San Juan nos quiere introducir
en el sentido espiritual y divino de los acontecimientos. La transformación del agua en vino es
así no solo signo de la transformación de lo cuotidiano de la vida (el agua) en la alegría del
Reino (el vino); pero también signo del paso de la antigua alianza a una nueva en la que Cristo
es el verdadero esposo. El vino nuevo y abundante son signo de la abundancia de alegría y del
gozo que nos trae Cristo con su Reino. Que podamos descubrir y acoger la novedad del Reino
que está presente en medio de nosotros.
¡Buen domingo!
Paulino González
perdido
Que cargue las tinajas de los corazones de las
personas
con tu Palabra que todo lo colma y satisface
Que convierta el vinagre de muchas historias
en el dulce vino de tu fraternidad y de tu Evangelio
QUE SEA YO BUEN VINO, SEÑOR
Que, con María, también abra los ojos y descubra los
sufrimientos y la escasez el fracaso y tanto
aguafiestas que abortan el espíritu festivo de la
humanidad el anhelo de fraternidad de este mundo.
QUE SEA YO BUEN VINO, SEÑOR
Y sepa darte gloria, por mis obras
Y sepa bendecirte, por tanto signo que realizas
Y sepa agradecerte, por tantos dones que regalas
Y sepa alabarte, por salir al encuentro del hombre
Gracias, Señor, tu vino (el único, el mejor y el más
auténtico)
alegra la mesa de toda nuestra vida.
Que en este Año de la Fe, como buen vino,
sea capaz de ofrecer tu Palabra con mi voz
tu presencia, en mi entrega,
tu fortaleza, con mi testimonio,
tu amor, a través de mi caridad,
tu corazón, por mi comprensión,
tu reino, en mi forma de entender y de
vivir la vida.
QUE SEA YO BUEN VINO,
SEÑOR
Que ponga palabra oportuna allá
donde se desarrolle el
desconcierto
Que irradie música y alegría
cuando brote el escenario de la
tristeza y la angustia
QUE SEA YO BUEN VINO,
SEÑOR
Que hable de Ti y de tus hazañas
aún en medio de
incomprensiones y vacíos
Que lleve la esperanza y el
optimismo a un mundo que llora
1
Amén.
LECTURAS DEL 17 DE ENERO 2016
2º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C
Primera Lectura (Is 62,1-5): Dios, “Casado” con su Pueblo. A pesar de que su pueblo le había sido infiel,
Dios le perdona su infidelidad. Porque él está “casado” con él para siempre.
Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra
«Devastada»; a ti te llamarán «Mi favorita», y a tu
tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a
ti, y tu tierra tendrá́ marido. Como un joven se
casa con su novia, así́ te desposa el que te
construyó; la alegría que encuentra el marido con
su esposa, la encontrará tu Dios contigo. Palabra
de Dios.
Lectura del libro de Isaías (62,1-5): Por amor de
Sión no callaré, por amor de Jerusalén no
descansaré, hasta que rompa la aurora de su
justicia, y su salvación llamee como antorcha. Los
pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te
pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la
boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano
del Señor y diadema real en la palma de tu Dios.
Sal 95,1-2a.2b-3.7-8a.9-10a.c R/. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones
Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al
Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su
nombre. R/. Proclamad día tras día su victoria,
contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a
todas las naciones. R/. Familias de los pueblos,
aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del
Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor. R/.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble
en su presencia la tierra toda. Decid a los pueblos:
«El Señor es rey, él gobierna a los pueblos
rectamente.»R/.
Segunda Lectura (1 Cor 12,4-11): Un solo Espíritu, muchos Dones. Uno y el mismo Espíritu ofrece una
diversidad infinita de dones a su Iglesia, para hacerla una en su rica variedad.
inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien,
por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y
otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le
han concedido hacer milagros; a aquél, profetizar.
A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A
uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de
interpretarlas. El mismo y único Espíritu obra todo
esto, repartiendo a cada uno en particular como a
él le parece. Palabra de Dios.
Lectura de la primera carta del apóstol san
Pablo a los Corintios (12,4-11): Hay diversidad
de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad
de ministerios, pero un mismo Señor; y hay
diversidad de funciones, pero un mismo Dios que
obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el
Espíritu para el bien común. Y así́ uno recibe del
Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con
Evangelio (Jn 2,1-11): Jesús el Novio. Jesús “ofrece su primer signo” (milagro) de que él es el novio, que
se ha unido al pueblo en un vínculo de amor. Él les dará el vino abundante que trae vida y felicidad.
probó el agua convertida
en vino sin saber de
dónde
venía
(los
sirvientes sí lo sabían,
pues habían sacado el
agua), y entonces llamó
al novio y le dijo: «Todo
el mundo pone primero el
vino bueno y cuando ya
están bebidos, el peor; tú,
en cambio, has guardado
el vino bueno hasta
ahora.» Así́, en Caná de
Lectura del santo evangelio según san Juan
(2,1-11): En aquel tiempo, había una boda en
Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí́.
Jesús y sus discípulos estaban también invitados a
la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
«No les queda vino.» Jesús le contestó: «Mujer,
déjame, todavía no ha llegado mi hora.» Su
madre dijo a los sirvientes: «Haced lo que él
diga.» Había allí́ colocadas seis tinajas de piedra,
para las purificaciones de los judíos, de unos cien
litros cada una. Jesús les dijo: «Llenad las tinajas
de agua.» Y las llenaron hasta arriba. Entonces les
mandó: «Sacad ahora y llevádselo al
mayordomo.» Ellos se lo llevaron. El mayordomo
2
Galilea Jesús comenzó́ sus signos, manifestó́ su
gloria, y creció́ la fe de sus discípulos en él.
Palabra de Dios.
EN NUESTRAS COMUNIDADES
COMUNIDAD DE LAUSANA, RENENS Y MORGES
- Viernes, 19:00 misa en la capilla de Ch. des
Mouettes 4.
- Sábados, 18:00 encuentro del grupo de oración en la
capilla de Chemin des Mouettes 4; 19:30 misa en la
iglesia de Morges.
- Domingos, 9:30 y 19:00 misa en la iglesia del
Sagrado Corazón; 11:30 misa en la iglesia de Renens.
- Viernes 22 de enero, 19:30 reunión de catequistas
de la comunidad de Lausana en las salas de Chemin
des Mouettes 4.
- Sábado 23 de enero, 16:00 reunión de padres de
familia del grupo de catequesis que se prepara a la
primera comunión en las salas de la parroquia del
Sagrado Corazón en Ouchy.
- Domingo 24 de enero, 11:30 misa familiar en la
iglesia católica de Renens animada por el grupo de 1º
de preparación a la confirmación.
GRAN COCIDO DE CARNAVAL
Sábado 13 febrero, 19h30 en la sala de Santa-Teresa
MENU : Ensalada, carne “al caldeiro” y postre. Fr. 25.—(Niños Fr. 13.--).
Hacer la inscripciones en el teléfono 021 613 23 73 o en e-mail : [email protected]
¡Plazas limitadas!
COMUNIDAD DE YVERDON-NORD-VAUDOIS
- Sábados, 18h00 misa en la capilla de St-Georges.
COMUNIDAD DE NYON-LA CÔTE
- Domingos, 9:15 misa en la iglesia parroquial.
- Todos los jueves ensayo del coro a las 19h en la
Iglesia.
GRUPO DE ORACION DEL MOVIMIENTO DE LAS FRANCISCANAS DE MARIA
primer y último martes del mes en la parroquia de Founex a las 19:00. Contacto: 079 903 85 63.
GRUPO DEL ROSARIO DE LA VIRGEN PEREGRINA
Todos los primeros miércoles del mes a las 18h00 en las salas de la parroquia.
COMUNIDAD DE VEVEY-LA RIVIERA
- Domingos, 17:00, misa en la iglesia Notre-Dame.
- Miércoles 20 de enero 2016, 19h00 reunión del
consejo de comunidad de Vevey.
SEMANA DE ORACION POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
Oración por la unidad de los cristianos compuesta
por el Cardenal Newman
Señor nuestro Jesucristo, que momentos antes de la Pasión oraste por
los que iban a ser tus discípulos hasta el fin del mundo, para que todos fueran
uno, como tú estás en el Padre y el Padre en ti; compadécete de tanta división
como existe entre quienes profesan tu fe.
Derriba los muros de separación que divide hoy a los cristianos. Mira
con ojos de misericordia las almas que han nacido en una u otra comunión
cristiana, obra de los hombres, no tuya.
Atráelos a todos a esta única comunión que implantaste desde el
principio: a la Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica.
Como en el cielo solamente existe una sociedad santa,
que no exista en la tierra más que una comunión que confiese y
3
glorifique tu santo nombre. Amén.
4
FORMACION PARA LOS LAICOS EN 2016
CURSILLOS DE FORMACION PARA LOS LAICOS
- SABADO 16 DE ENERO 2016 DE 9h30 A LAS 12H30 : FORMACION LITURGICA EN LA IGLESIA DEL SAGRADO CORAZON
con Jean-Daniel Loye.
- SABADO 13 DE FEBRERO 2016 DE 9H30 A LAS 12H30 : FORMACION LITURGICA EN LA IGLESIA DEL SAGRADO
CORAZON con Jean-Daniel Loye.
OBJETIVO :
Adquirir las competencias para animar una celebración de la palabra, una ADAP (Asamblea dominical en ausencia de
presbítero) o una celebración de la catequesis con los niños, los jóvenes o adultos.
INSCRIPCIONES HASTA EL 31 DE DICIEMBRE 2015 EN LAS OFICIANAS DE LA MISION.
Invitamos a todas las personas interesadas a participar en estos cursillos de formación para laicos, en particular, a los
catequistas, los lectores y miembros de los consejos.
INFORMACION PARA LOS VOLUNTARIOS
PARA BAJAR A LOS ENFERMOS EN EL HOSPITAL
(CHUV)
La capellanía del Hospital nos a informado que las misas se celebran solo dos
veces
al mes en alternancia con el culto protestante. Por consiguiente publicamos el
programa para este año 2016.
- Domingo 28 de febrero 2016, 10h00 misa católica
- Domingo 6 de marzo 2016, 10h00 celebración ecuménica con la santa cena
protestante
- Domingo 13 de marzo 2016, 10h00 misa católica
- Domingo 27 de marzo 2016, 10h00 misa católicas
Muchas gracias a todos los voluntarios que año tras año vienen para bajar a
los enfermos a la capilla para que puedan participar en la misa.
“Estaba enfermo y me visitasteis” Mt 25,36
ASAMBLEA PASTORAL
DE LA MISION CATOLICA DE LENGUA ESPAÑOLA
EN EL CANTON DE VAUD
VIERNES 29 DE ENERO 2016 A LAS 20H00 EN CHEMIN DES MOUETTES 4
CON LA PRESENCIA DEL NUEVO VICARIO EPISCOPAL
CHRISTOPHE GODEL
Invitamos a todos los grupos y movimientos de nuestras comunidades
a presentar sus actividades.
¡TODOS ESTAMOS INVITADOS A PARTICIPAR!
para conocer mejor las actividades de nuestras comunidades de la Misión
católica de lengua española en el cantón de Vaud
APERITIVO AL FINAL…
5
MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA JORNADA MUNDIAL DEL EMIGRANTE
Y DEL REFUGIADO
[17 de enero de 2016]
«Emigrantes y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la misericordia»
Queridos hermanos y hermanas,
En la bula de convocación al Jubileo
Extraordinario de la Misericordia recordé que
«hay momentos en los que de un modo mucho
más intenso estamos llamados a la mirada fija
en la misericordia para poder ser también
nosotros mismos signo eficaz del obrar del
Padre» (Misericordiae vultus, 3). En efecto, el
amor de Dios tiende alcanzar a todos y a cada
uno, transformando a aquellos que acojan el
abrazo del Padre entre otros brazos que se
abren y se estrechan para que quien sea sepa
que es amado como hijo y se sienta «en casa»
en la única familia humana. De este modo, la
premura paterna de Dios es solícita para con todos, como lo hace el pastor con su rebaño, y es particularmente sensible
a las necesidades de la oveja herida, cansada o enferma. Jesucristo nos habló así del Padre, para decirnos que él se
inclina sobre el hombre llagado por la miseria física o moral y, cuanto más se agravan sus condiciones, tanto más se
manifiesta la eficacia de la misericordia divina.
En nuestra época, los flujos migratorios están en continuo aumento en todas las áreas del planeta: refugiados y
personas que escapan de su propia patria interpelan a cada uno y a las colectividades, desafiando el modo tradicional
de vivir y, a veces, trastornando el horizonte cultural y social con el cual se confrontan. Cada vez con mayor frecuencia,
las víctimas de la violencia y de la pobreza, abandonando sus tierras de origen, sufren el ultraje de los traficantes de
personas humanas en el viaje hacia el sueño de un futuro mejor. Si después sobreviven a los abusos y a las
adversidades, deben hacer cuentas con realidades donde se anidan sospechas y temores. Además, no es raro que se
encuentren con falta de normas claras y que se puedan poner en práctica, que regulen la acogida y prevean vías de
integración a corto y largo plazo, con atención a los derechos y a los deberes de todos. Más que en tiempos pasados,
hoy el Evangelio de la misericordia interpela las conciencias, impide que se habitúen al sufrimiento del otro e indica
caminos de respuesta que se fundan en las virtudes teologales de la fe, de la esperanza y de la caridad, desplegándose
en las obras de misericordia espirituales y corporales.
Sobre la base de esta constatación, he querido que la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado de 2016
sea dedicada al tema: «Emigrantes y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la
misericordia». Los flujos migratorios son una realidad estructural y la primera cuestión que se impone es la
superación de la fase de emergencia para dar espacio a programas que consideren las causas de las migraciones, de los
cambios que se producen y de las consecuencias que imprimen rostros nuevos a las sociedades y a los pueblos. Todos
los días, sin embargo, las historias dramáticas de millones de hombres y mujeres interpelan a la Comunidad
internacional, ante la aparición de inaceptables crisis humanitarias en muchas zonas del mundo. La indiferencia y el
silencio abren el camino a la complicidad cuanto vemos como espectadores a los muertos por sofocamiento, penurias,
violencias y naufragios. Sea de grandes o pequeñas dimensiones, siempre son tragedias cuando se pierde aunque sea
sólo una vida.
Los emigrantes son nuestros hermanos y hermanas que buscan una vida mejor lejos de la pobreza, del hambre,
de la explotación y de la injusta distribución de los recursos del planeta, que deberían ser divididos ecuamente entre
todos. ¿No es tal vez el deseo de cada uno de ellos el de mejorar las propias condiciones de vida y el de obtener un
honesto y legítimo bienestar para compartir con las personas que aman?
En este momento de la historia de la humanidad, fuertemente marcado por las migraciones, la identidad no es
una cuestión de importancia secundaria. Quien emigra, de hecho, es obligado a modificar algunos aspectos que definen
a la propia persona e, incluso en contra de su voluntad, obliga al cambio también a quien lo acoge. ¿Cómo vivir estos
cambios de manera que no se conviertan en obstáculos para el auténtico desarrollo, sino que sean oportunidades para
un auténtico crecimiento humano, social y espiritual, respetando y promoviendo los valores que hacen al hombre cada
vez más hombre en la justa relación con Dios, con los otros y con la creación?
En efecto, la presencia de los emigrantes y de los refugiados interpela seriamente a las diversas sociedades que
los acogen. Estas deben afrontar los nuevos hechos, que pueden verse como imprevistos si no son
adecuadamente motivados, administrados y regulados. ¿Cómo hacer de modo que la integración sea
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una experiencia enriquecedora para ambos, que abra caminos positivos a las comunidades y prevenga el riesgo de la
discriminación, del racismo, del nacionalismo extremo o de la xenofobia?
La revelación bíblica anima a la acogida del extranjero, motivándola con la certeza de que haciendo eso se
abren las puertas a Dios, y en el rostro del otro se manifiestan los rasgos de Jesucristo. Muchas instituciones,
asociaciones, movimientos, grupos comprometidos, organismos diocesanos, nacionales e internacionales viven el
asombro y la alegría de la fiesta del encuentro, del intercambio y de la solidaridad. Ellos han reconocido la voz de
Jesucristo: «Mira, que estoy a la puerta y llamo» (Ap 3,20). Y, sin embargo, no cesan de multiplicarse los debates sobre
las condiciones y los límites que se han de poner a la acogida, no sólo en las políticas de los Estados, sino también en
algunas comunidades parroquiales que ven amenazada la tranquilidad tradicional.
Ante estas cuestiones, ¿cómo puede actuar la Iglesia si no inspirándose en el ejemplo y en las palabras de
Jesucristo? La respuesta del Evangelio es la misericordia.
En primer lugar, ésta es don de Dios Padre revelado en el Hijo: la misericordia recibida de Dios, en efecto,
suscita sentimientos de alegre gratitud por la esperanza que nos ha abierto al misterio de la redención en la sangre de
Cristo. Alimenta y robustece, además, la solidaridad hacia el prójimo como exigencia de respuesta al amor gratuito de
Dios, «que fue derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo» (Rm 5,5). Así mismo, cada uno de
nosotros es responsable de su prójimo: somos custodios de nuestros hermanos y hermanas, donde quiera que vivan. El
cuidar las buenas relaciones personales y la capacidad de superar prejuicios y miedos son ingredientes esenciales para
cultivar la cultura del encuentro, donde se está dispuesto no sólo a dar, sino también a recibir de los otros. La
hospitalidad, de hecho, vive del dar y del recibir.
En esta perspectiva, es importante mirar a los emigrantes no solamente en función de su condición de
regularidad o de irregularidad, sino sobre todo como personas que, tuteladas en su dignidad, pueden contribuir al
bienestar y al progreso de todos, de modo particular cuando asumen responsablemente los deberes en relación con
quien los acoge, respetando con reconocimiento el patrimonio material y espiritual del país que los hospeda,
obedeciendo sus leyes y contribuyendo a sus costes. A pesar de todo, no se pueden reducir las migraciones a su
dimensión política y normativa, a las implicaciones económicas y a la mera presencia de culturas diferentes en el mismo
territorio. Estos aspectos son complementarios a la defensa y a la promoción de la persona humana, a la cultura del
encuentro entre pueblos y de la unidad, donde el Evangelio de la misericordia inspira y anima itinerarios que renuevan
y transforman a toda la humanidad.
La Iglesia apoya a todos los que se esfuerzan por defender los derechos de todos a vivir con dignidad, sobre
todo ejerciendo el derecho a no tener que emigrar para contribuir al desarrollo del país de origen. Este proceso debería
incluir, en su primer nivel, la necesidad de ayudar a los países del cual salen los emigrantes y los prófugos. Así se
confirma que la solidaridad, la cooperación, la interdependencia internacional y la ecua distribución de los bienes de la
tierra son elementos fundamentales para actuar en profundidad y de manera incisiva sobre todo en las áreas de donde
parten los flujos migratorios, de tal manera que cesen las necesidades que inducen a las personas, de forma individual
o colectiva, a abandonar el propio ambiente natural y cultural. En todo caso, es necesario evitar, posiblemente ya en su
origen, la huida de los prófugos y los éxodos provocados por la pobreza, por la violencia y por la persecución.
Sobre esto es indispensable que la opinión pública sea informada de forma correcta, incluso para prevenir miedos
injustificados y especulaciones a costa de los migrantes.
Nadie puede fingir de no sentirse interpelado por las nuevas formas de esclavitud gestionada por
organizaciones criminales que venden y compran a hombres, mujeres y niños como trabajadores en la construcción, en
la agricultura, en la pesca y en otros ámbitos del mercado. Cuántos menores son aún hoy obligados a alistarse en las
milicias que los transforman en niños soldados. Cuántas personas son víctimas del tráfico de órganos, de la mendicidad
forzada y de la explotación sexual. Los prófugos de nuestro tiempo escapan de estos crímenes aberrantes, que
interpelan a la Iglesia y a la comunidad humana, de manera que ellos puedan ver en las manos abiertas de quien los
acoge el rostro del Señor «Padre misericordioso y Dios te toda consolación» (2 Co 1,3).
Queridos hermanos y hermanas emigrantes y refugiados. En la raíz del Evangelio de la misericordia el
encuentro y la acogida del otro se entrecruzan con el encuentro y la acogida de Dios: Acoger al otro es acoger a Dios
en persona. No se dejen robar la esperanza y la alegría de vivir que brotan de la experiencia de la misericordia de Dios,
que se manifiesta en las personas que encuentran a lo largo de su camino. Los encomiendo a la Virgen María, Madre de
los emigrantes y de los refugiados, y a san José, que vivieron la amargura de la emigración a Egipto. Encomiendo
también a su intercesión a quienes dedican energía, tiempo y recursos al cuidado, tanto pastoral como social, de las
migraciones. Sobre todo, les imparto de corazón la Bendición Apostólica.
Vaticano, 12 de septiembre de 2015, memoria del Santo Nombre de María
Francisco
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