Download ORGULLO GAY... EN GRECIA Y ROMA En ambas culturas, saltar

Document related concepts

Homosexualidad en la Antigua Grecia wikipedia , lookup

Homosexualidad en la Antigua Roma wikipedia , lookup

Pederastia militar en la Antigua Grecia wikipedia , lookup

Homosexualidad en Francia wikipedia , lookup

Homosexualidad en Italia wikipedia , lookup

Transcript
ORGULLO GAY... EN GRECIA Y ROMA
En ambas culturas, saltar del lecho conyugal a los brazos de un joven amante o una hetaira era
visto con naturalidad.
Aquiles y Patroclo
Cuenta la mitología griega que el seductor Zeus se enamoró tan ardientemente del joven Ganímedes
que lo secuestró, lo llevó al Olimpo y lo convirtió en su amante. También Apolo sucumbió a la
belleza de Jacinto, un adolescente mortal, a quien se entregó incondicionalmente. Aquiles y Patroclo
fueron
más
que
amigos
durante
la
Guerra
de
Troya.
Se cuentan por decenas las historias mitológicas que giran en torno al amor entre hombres
frecuentemente dioses o semidioses y jóvenes efebos que sirven de ejemplo del pensamiento heleno
con respecto al amor homosexual masculino, el más perfecto y puro según su cultura.
En la realidad, fueron célebres las relaciones entre Alejandro Magno y Hefestión o entre Platón y
varios de sus alumnos. Y ya en Roma, el amor entre el emperador Adriano y Antinoo, o el apodo de
Julio César: Hombre de todas las mujeres y mujer de todos los hombres.
Sin
identidad
sexual
definida
A cualquiera de ellos hubiese sido absurdo plantearles: ¿Homosexual o heterosexual? ¿Bisexual?
¿Quizá transexual? Ninguno de ellos lo hubiese entendido porque se trata de conceptos modernos,
nacidos a raíz de las sociedades industriales. En la Antigüedad, ni griegos ni romanos contaban con
identidades sexuales definidas. Los primeros amaban la belleza, y los segundos, el placer, aunque
tuviese que ser discreto. Además, ambas culturas fueron precedentes a la difusión del ideal moral
judeocristiano de pecado, que criminalizó el erotismo en general y cualquier relación sexual sin la
reproducción
como
fin.
Pero no nos engañemos, tanto la Grecia clásica como Roma están muy lejos de poder ser
consideradas culturas libres, sexualmente hablando. Existían reglas tácitamente aceptadas que no
estaba permitido transgredir. Esto podía conllevar ser criticado públicamente por comportamiento
indigno, multas o ir a la cárcel. Una de las normas a respetar era la diferencia de edad.
Escarnio
público
Se permitía la unión entre un maduro ciudadano y un adolescente, pues mantener una relación
duradera más allá de la edad adulta significaba el escarnio público. De hecho, en la Grecia de
Pericles era una tradición imprescindible que los jóvenes futuros ciudadanos mantuviesen este tipo
de relaciones como parte de su educación. El adolescente, tras el cortejo y el beneplácito de su
familia, se convertía en el amado (eromenos) del adulto (erastes), quien adoptaba a partir de
entonces
el
papel
de
maestro
y
protector.
La idea era que el erastes guiase al más joven y le mostrase a la vez, los placeres de la vida. Cuando
el joven dejaba de ser imberbe, la relación debía terminar. Entonces, el incipiente ciudadano se
casaba y pasados unos años se convertía a su vez en el erastes de otros jóvenes.
Estas relaciones eran complementarias al matrimonio o las visitas a los prostíbulos y eran
consideradas puras y perfectas por los griegos ya que se basaban en la mutua admiración. El joven
accedía a los secretos del areté (perfección intelectual). El adulto, por su parte, tenía la oportunidad
de gozar del ideal sublime de belleza griega: el joven cuerpo masculino, plasmado en esculturas,
pinturas y mosaicos. En la cama, los papeles también estaban repartidos. El erastes era el activo
porque se le presuponía el vigor y virilidad de un atleta o soldado y el eromenos, el pasivo. La
pasividad
en
las
relaciones
homosexuales
fue
criticada
o
censurada.
En Roma, heredera de los ideales clásicos, la familia se convirtió en el núcleo de la sociedad y el
papel del maestro lo ocupó el padre, quedando fuera el componente sexual. Desaparecieron, al
menos de forma pública, las relaciones entre adolescentes casi impúberes y patricios adultos. La
homosexualidad se practicaba, pero de forma discreta. Se toleraba mientras no pusiese en peligro a
la familia, la gran institución romana. Como ejemplo, la infidelidad con otra mujer se consideraba
mucho más grave que con un hombre. En esta tolerancia subyacía que el matrimonio debía ser
protegido porque era el instrumento para perpetuar el imperio, pero las relaciones homosexuales eran
sólo por placer. La prostitución masculina se generalizó. Era natural que un patricio acudiese a gozar
tanto con jovencitas como con efebos. Era una forma más de obtener placer, sin ninguna carga
moral. Tanto es así que los padres de la élite romana solían comprar un esclavo a sus hijos para que
pudiese
volcar
en
él
los
ardores
adolescentes.
Pero cuando el cristianismo se asentó (siglo IV-V), todo cambió. Fundamentalmente en un aspecto:
la tolerancia.