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EL CAMPESINO: CULTURA Y SOCIEDAD EN LA DÉCADA DEL 50
Por: Juan Gonzalo Marín
Para Jesús Antonio Bejarano1 los campesinos no eran parte fundamental en la historia
agraria del país hasta antes de 1970. Esto es explicable porque la historiografía rural fue en
todo momento institucional, las relaciones sociales y culturales del campesinado estaban
determinadas por formas de producción precapitalistas heredadas de la Colonia.
Cuando se entra a indagar por las relaciones sociales y culturales de los campesinos en una
época determinada, se parte de lo que hay escrito, ojalá de “modelos recientes”,
garantizando así la “perfectibilidad” en la evolución del conocimiento. Un estado del
“Arte” o “Historiografía”, posibilita conocer lo que se ha contado y hacer visible aquello
que ha estado oculto, relegado u olvidado por los historiadores o los que hacen las veces de
historiador.
Indagando por los campesinos y su relación con la institucionalidad en la década de 1950,
encontramos estudios realizados por expertos extranjeros2, los cuales posibilitaron que se
trazaran políticas nacionales, locales y regionales para el desarrollo económico del país3, El
campo emerge como punta de lanza del desarrollo económico, ya que hayn un marcado
interés en implantar la agricultura comercial, Kalmanovizt plantea que en la década del 50
la producción agrícola comercial alcanzó cifras record en el PIB. La ruralidad en dicho
periodo aparece como el espacio perfecto para las confrontaciones políticas y armadas que
se vienen cocinando desde la década del 304. El panorama se nos aparece con tintes
económicos y políticos, que a su vez está atravesado por las misiones intervencionistas de
Jesús Antonio Bejarano, Campesinado, luchas agrarias e historia social: Notas para un balance
historiográfico, Anuario colombiano de historia social y de la cultura, Vol. 11, documento virtual
http://www.banrep.gov.co/blaavirtual/revanuario/ancolh11/articul/art8/art8a.pdf
2
Lauchlin Currie, Bases de un programa de fomento para Colombia, (Bogotá: Banco de la República, 1950)
3
Lauchlin Currie, Bases de un programa de fomento para Colombia
4
Germán Guzmán Campos, Orlando Fals Borda y Eduardo Umaña Luna, La violencia en Colombia, (México:
Taurus, 2005) 38, vol. I
1
los Estados Unidos5. Las ciencias sociales no existen como institución, sino como un
agregado de cursos en las diferentes universidades del país6. Latinoamérica está en un
proceso de configuración desde afuera, buscando acomodo en el nuevo orden mundial que
instaura la segunda postguerra7. Es decir, Latinoamérica es re-inventado y re-configurado a
partir de categorías del desarrollo traídas desde Norteamérica a través de expertos 8, las
cuales transformaron las realidades sociales y culturales existentes en el Tercer Mundo
Jesús Antonio Bejarano como gran estudioso del sector rural en el país, con una
bibliografía bastante amplia, se interesa por el desarrollo agropecuario, destaca que para la
década del 50 la agricultura experimentó un desarrollo excepcional, en expansión de
cultivos y en la rapidez de la modernización del campo. Señala también el crecimiento de la
ganadería y su desplazamiento a tierras altas debido a los cultivos comerciales. Como
segundo factor de cambio están las políticas económicas que permitieron la trasferencia de
recursos a través de la Caja Agraria en formas de créditos a los agricultores propietarios.
Así mismo muestra cómo la propiedad de la tierra está en un gran porcentaje en pequeños y
medianos propietarios.9 El enfoque económico de muchos de sus textos contrasta con el
mencionado en el primer pie de página, que llama a pensar en una historia social. El
campesino de carne y hueso no aparece, sólo interesa aquellos grandes movimientos que
visibilizaron el progreso y desarrollo del país.
Otro gran autor, con bastante bibliografía es Salomón Kalmanovizt, economista, cuyo libro
Estado y nación, desarrolla una breve historia de Colombia desde el contexto económico10.
Va desde el régimen económico durante la Colonia hasta inicios del siglo XXI. Su
recorrido lo lleva por todos los ámbitos de la economía nacional, desde la minería hasta a la
apertura económica, su énfasis está determinado en el desarrollo económico y su relación
con la política y los mercados internacionales. Su ocupación agraria pasa de las formas
Arturo Escobar, La invención del Tercer Mundo. Construcción y deconstrucción del desarrollo, (Bogotá:
Norma, 1996)
6
Rudolph P. Atcon, “La universidad latinoamericana”, ECO VII.37-39, (1963): 4-169
7
Giuliano Procacci, Historia general del siglo XX, (Barcelona: Crítica, 2001)
8
Arturo Escobar, La invención del Tercer Mundo. Construcción y deconstrucción del desarrollo, 51
9
Jesús Antonio Bejarano, “La economía colombiana entre 1946 y 1958”, Nueva Historia de Colombia,
(Bogotá: Planeta, 1989), 149-173. Vol. V, ed. Álvaro Tirado Mejía (Bogotá: Planeta, 1989)
10
Salomón Kalmanovizt, Economía y nación. Una breve historia de Colombia (Bogotá: Norma, 2003)
5
precapitalistas de la Hacienda hasta la conformación de latifundios y los monocultivos en la
franja de los santanderes, la sabana cundiboyacense, parte del Tolima y Valle del Cauca.
“La agricultura comercial había avanzado considerablemente en los renglones del algodón,
la cebada, el arroz y la caña de azúcar”11, allí sólo interesa la producción de grandes
propietarios, aquellos pequeños campesinos no cuentan en los procesos de transformación
económica del campo. La ganadería es otro factor de cambio en el desarrollo rural, pero
téngase en cuenta que los ganaderos surgen como posibilidad de preservación de la tierra,
esto por la ley de baldíos y extinción de dominio salidas de la ley 200 de 1936. Siguiendo
con Kalmanovitz, en su libro la agricultura en Colombia en el siglo XX12, se interesa por la
evolución y desarrollo agropecuario, el cual es explicado desde concepciones marxistas, es
decir, plantea el desarrollo del capitalismo en la agricultura, donde el análisis está centrado
en las transformaciones dinámicas de una estructura agraria con una visión histórica,
mirado esto a través de relaciones de producción y jurídicas sobre la tierra, mostrando sus
cambios y los movimientos de la población rural. Señala así mismo la lentitud en su
desarrollo, explicado por la predominancia terrateniente y la débil democracia reinante en
el país “corre pareja con la carestía, y la represión para la mayor parte de la población
colombiana, llegando a propagar la hambruna dentro de una parte importante de esa
población”13... Caracteriza el problema agrario desde un punto de vista del capitalismo y la
acumulación como constituido por la incapacidad del campo para abastecer adecuadamente
a la industria y al consumo obrero que aparece como fundamental para el desarrollo del
país.
Absalón Machado intenta construir un análisis estructuralista del problema agrario en
Colombia en los años 80, insiste en los aspectos macroeconómicos y específicos del mismo
en la economía asociada al sector rural. Introdujo una diferencia entre los problemas
estructurales de la agricultura para responder al desarrollo y sobre todo en los problemas
que el desarrollo del capitalismo pone para el desarrollo de la agricultura en Colombia. Una
Salomón Kalmanovizt, 393
Salomón Kalmanovizt, Enrique López Enciso, La agricultura en colombiana en el siglo XX, (Bogotá:
Fondo de Cultura Económico, 2006)
13
Salomón Kalmanovizt, Enrique López Enciso, 11
11
12
parte importante tratada por Machado, son los problemas asociados para la inserción del
campesino al desarrollo y progreso del país.14Absalón explica también la problemática a
partir de procesos económicos, ligados a la balanza entre las exportaciones e importaciones,
aunque se adentra en aspectos de violencia y movilización campesina, esto ligado a la
producción comercial o de monocultivos. Su ubicación geográfica concuerda con la de
Kalmanovitz y desaparece al pequeño agricultor en pro de una explicación general del
sector agrario.
Entrando a otros tópicos del problema campesino nos encontramos con Catherine Le
Grand, la cual en su libro Colonización y protesta campesina en Colombia15 permite
entender el problema agrario a mediados del siglo XIX, es decir, se ubica en los procesos
de ampliación de los mercados mundiales y su relación con Latinoamérica. Las fronteras y
los conflictos por la posesión de la tierra comienzan por la implantación de grandes fincas
comerciales, allí indígenas, colonos y esclavos recién liberados disputaban la tierra con
comerciantes y terratenientes empresarios. Destaca la labor de los campesinos
colonizadores y los procesos de migración. En su recorrido histórico tiene presente los
movimientos campesinos y las reformas agrarias y su incidencia en la formación de la clase
rural asalariada. Aunque su interés está centrado en los conflictos generados por la tenencia
de la tierra y la forma de apropiación de la misma desde el siglo pasado: “Pero, en contraste
con el decenio anterior, los conflictos de tierras después de 1936 no tuvieron abierta
expresión política. Por tal motivo hallaron poca resonancia en la prensa o publicaciones
oficiales, y hasta hace poco había sido pasados por alto por los historiadores”16, Le Grand
nos muestra cómo los procesos políticos dados en el país en la primera mitad del siglo XX,
no favorecieron al campesino, sino que más bien había un proceso sistemático de
desaparición de este a través del proceso de inserción a la economía del desarrollo del país.
La violencia que acompañó a los campesinos, es mostrada por la autora como acciones
encaminadas a engrandecer las tierras para la instauración de la producción comercial:
Absalón Machado, Problemas agrarios colombianos, (Bogotá: Siglo XXI, 1986).
Catherine Le Grand, Colonización y protesta campesina en Colombia, (Bogotá: Universidad Nacional de
Colombia, 1988)
16
Catherine Le Grand, 217
14
15
“Pero en esa época fue mucho más frecuente la violencia emprendida por empresarios
territoriales contra pequeños propietarios y colonos. Las amenzas de muerte y los incendios
obligaban a muchos campesinos a vender sus tierras a cualquier precio o sencillamente a
abandonarlas, dejando la tierra reunida en manos de quienes utilizaban esas tácticas”17
Consuelo Corredor18 plantea un problema relacionado con la comprensión de la
modernización y modernidad en Colombia: “En últimas, la crisis de la sociedad colombiana
es la expresión de la extrema tensión resultante entre un proyecto de modernización
económica ajeno a un proyecto de modernidad…”19 Dicha tensión es trasladada al sector
agropecuario donde contrapone el reformismo y el desarrollismo. La concentración de la
tierra y la subutilización de la misma a través de leyes y políticas que no favorecieron la
inclusión de los campesinos en los procesos modernizadores, sino que generaron los focos
de violencia que han caracterizado al país.
Los trabajos realizados en medio impreso, tanto libros como revistas y tesis de grado, nos
muestran un problema agrario ligado a desarrollo económico atravesado por problemas
políticos y de violencia. La institucionalidad los muestra como agentes portadores de
violencia y obstáculos para el desarrollo. Así mismo la condición geográfica permite
desconocer otras zonas con permanencias históricas y lógicas distintas a las que se dieron
en Cundinamarca, Boyacá, Tolima, Huila, etc. Allí las grandes extensiones fueron una
constante, contrario a la pequeña propiedad en Antioquia y ciertas partes del sur del país.
La historiografía social del sector rural, como lo dice Bejarano, está por construir, no sólo
desde la historia, sino desde otras disciplinas que ayuden a comprender mejor la condición
social y cultural del campesino.
Es importante mirar desde abajo, desde el campesino enmarcado en la diferencia con la
institucionalidad, sus formas de asimilación y resistencia, desde sus discursos y sus
prácticas y su relación con el progreso y desarrollo. Sus cambios en su producción y su
permanencia como tal en las avalanchas desarrollistas.
17
Catherine Le Grand, 221
Consuelo Corredor Martínez, Los límites de la modernización, (Bogotá: CINEP, 1992)
19
Consuelo Corredor Martínez, 23
18
La década del 50 del siglo pasado, es un periodo lleno de contrastes tanto nacionales como
internacionales, allí se discutió y se aplicó el desarrollo capitalista en la agricultura, a pesar
de los problemas de violencia y de inestabilidad política. Si los sectores comerciales del
agro se mantuvieron en alza, que pasó en las pequeñas poblaciones y sobre todo de los
campesinos que resistieron y aún permanecen bajo su condición inicial, es decir
produciendo en pequeño.
OBRAS CITADAS
Atcon, Rudolph P. “La universidad latinoamericana”, ECO VII.37-39, (1963): 4-169
Bejarano, Jesús Antonio. “La economía colombiana entre 1946 y 1958”, Nueva Historia de
Colombia, 149-173. Vol. V, ed. Álvaro Tirado Mejía (Bogotá: Planeta, 1989)
Bejarano, Jesús Antonio. Campesinado, luchas agrarias e historia social: Notas para un balance
historiográfico, Anuario colombiano de historia social y de la cultura, Vol. 11, documento
virtual http://www.banrep.gov.co/blaavirtual/revanuario/ancolh11/articul/art8/art8a.pdf
Corredor Martínez, Consuelo. Los límites de la modernización. Bogotá: CINEP, 1992
Currie, Lauchlin. Bases de un programa de fomento para Colombia. Bogotá: Banco de la
República, 1950
Escobar, Arturo. La invención del Tercer Mundo. Construcción y deconstrucción del desarrollo.
Bogotá: Norma, 1996
Kalmanovizt, Salomón y López Enciso, Enrique. La agricultura en colombiana en el siglo XX.
Bogotá: Fondo de Cultura Económico, 2006
Kalmanovizt, Salomón. Economía y nación. Una breve historia de Colombia. Bogotá: Norma, 2003
Le Grand, Catherine. Colonización y protesta campesina en Colombia. Bogotá: Universidad
Nacional de Colombia, 1988
Machado, Absalón. Problemas agrarios colombianos. Bogotá: Siglo XXI, 1986
Procacci, Giuliano. Historia general del siglo XX. Barcelona: Crítica, 2001
Consideraciones al trabajo de Historiografía
Acojo las consideraciones hechas al trabajo y asumo la falta en la profundidad del
mismo, esperando que al terminar el proyecto ya estén resueltas muchas dudas.
Así mismo me permito decir algo con respecto a tres punticos:
El objeto de estudio es el campesino de carne y hueso, aquel que ha sido
invisibilizado en la historiografía rural del país, el cual lo enmarco en el pequeño
propietario y en aquél que trabaja como jornalero o peón. La temporalidad está
ligada a la década del 50, pero hasta ahora no tengo fija dicho periodo, el cual
está sujeto a las relaciones del campesino con la institucionalidad del país. Es
cierto el problema está en construcción, lo que me limita el trabajo historiográfico.
Con relación a la acotación de género, pienso más bien en una labor de estilo que
no intenta ocultar ni de invisibilizar a las mujeres, sino de que aparezca la
diferencia en los momentos debidos.
En este punto pienso en M. Foucault y su libro “¿Qué es un autor?”, esto porque
es cierto que yo no inventé nada y no me atribuyo nada, seguramente todo lo que
digo es una repetición de los pocos libros que he leído. Aquello que digo o escribo
pasa por mi proceso de entendimiento, lo cual me lleva a pensar por fuera del
texto y su asertividad en la realidad, aquella que está afuera, que se huele y se
siente en todo el cuerpo.
No desconozco los autores que se citan, ya están preparados para construir los
apuntes teóricos con otros tantos que hablan de otra forma. Por ahora estoy
tratando de entender que paso aquí, para salir a confrontar ideas, haceres y
decires.