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Se prevé que en el año 2050 España sea el país más envejecido del mundo, tras
Japón
UN 15% DE LOS MAYORES DE 65 AÑOS ESTÁN EN
SITUACIÓN DE “FRAGILIDAD”, EL ESTADO DE SALUD
PREVIO A LA DISCAPACIDAD Y DEPENDENCIA

Un porcentaje que va aumentando a más edad y con mayor prevalencia entre las
mujeres.

La prevención y control de los problemas clínicos en este grupo de población son
clave para evitar la discapacidad.

La atención primaria ocupa un lugar prioritario para la prevención y retraso de esta
situación favoreciendo el envejecimiento activo.

Para los médicos de familia el envejecimiento no se debería ver como una carga para
el sistema sino como un logro y reto al que hay que dar respuesta.
A Coruña, 9 de junio de 2016.- El envejecimiento de la población española es cada vez mayor
y, según las últimas previsiones, en 2050 España será el país más envejecido del mundo, tras
Japón. Un 95% de la población mayor vive en su propio hogar o con sus familiares y la mayoría
de sus problemas de salud se resuelven en las consultas de Atención Primaria (AP). Dentro de
este colectivo, aproximadamente entre un 10-15% de los mayores de 65 años están en
situación de “fragilidad”. Un estado de salud previo a la discapacidad y dependencia, que
requiere una atención prioritaria por parte del médico de familia. Así se pondrá de manifiesto
durante la mesa de debate “Fragilidad en el mayor: directrices y controversias en Atención
Primaria”, que se celebra en el marco del 36º Congreso de la Sociedad Española de
Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) que desde hoy y hasta el próximo 11 de junio,
bajo el lema “Patrimonio de futuro”, acoge el PALEXCO de A Coruña y al que acuden más
de 2.500 profesionales de AP de toda España.
Este profesional dedica gran parte de su tiempo al paciente mayor, que además motiva más del
90% de las visitas a domicilio. “Evitar la dependencia es intentar que los mayores alcancen la
vejez con buena salud y que sean autónomas para poder realizar sus actividades cotidianas.
Es importante tener en cuenta que la atención primaria es el verdadero campo de cultivo de la
fragilidad, ya que es el nivel sanitario donde la prevalencia general es mayor, y además en al
menos el 60% de las veces se llega a una situación de dependencia de una manera progresiva
y gradual sobre la que es viable intervenir” afirma el doctor Iñaki Martín Lesende, miembro
del Grupo de Atención al Mayor y del PAPPS de semFYC y moderador de la mesa.
Una persona mayor “frágil” es aquella que, por un menoscabo en su capacidad de resistencia y
defensa frente a factores que pueden afectar su salud, tiene mayor riesgo para sufrirlos y
repercusiones ante los mismos (hospitalización, caídas, cirugía, inmovilismo, …). Esta situación
finalmente progresa con mayor probabilidad a situaciones de discapacidad, dependencia e
incluso fallecimiento. “Es una persona que no tiene un deterioro funcional importante”, explica
el doctor Lesende, “pero que tiene mayor riesgo del mismo. La funcionalidad, que es el modo
en que desarrollan sus actividades habituales, es el factor principal para valorar el estado de
salud de una persona mayor. Por lo que nuestro objetivo es frenar esta fragilidad para retrasar
lo máximo posible la dependencia. Son pacientes que aparentemente mantienen un estado de
buena salud, pero que tienen una serie de condicionantes, como comorbilidad, hospitalización
reciente, toma de muchos medicamentos, etcétera, que les expone a esta situación”. La
fragilidad y funcionalidad son conceptos íntimamente relacionados.
Envejecimiento activo
El médico de familia desempeña un papel clave no solo en retrasar la dependencia sino
además en hacer realidad el concepto de envejecimiento activo. “Aunque se considera que
alguien es mayor a partir de los 65 años”, añade el doctor Lesende, existe una franja de edad
entre los 65 y hasta los 80 años o más en la que cada vez más personas tienen buena salud y
funcionalidad, por lo que es muy importante promover actividades preventivas para que sigan
manteniendo esa buena calidad de vida. Por ejemplo, mantener actividad física con una
intensidad adecuada a las características de cada persona y una alimentación equilibrada,
fomentando la dieta mediterránea”.
A partir de esa edad (75-80 años) es cuando empiezan a incidir con más intensidad los
problemas de salud que generan discapacidad, y donde más se pueden detectar personas con
pérdida reciente y reversible o modificable de funcionalidad.
Controlar otros factores de riesgo
En la valoración que lleva a cabo el médico de familia de estos pacientes, además de analizar
su pérdida de funcionalidad, se tienen en cuenta otros factores de riesgo, como la edad
avanzada –normalmente a partir de 80 años-, si han estado hospitalizados recientemente, si
han sufrido caídas, si presentan alteraciones de la movilidad y del equilibrio, si padecen
enfermedades de tipo osteoarticular, sensorial o cardiovascular, debilidad muscular, poca
fuerza, etc. “Es en el centro de salud”, comenta el doctor Martín Lesende, “donde se producen
la mayoría de las consultas médicas. Por lo que podemos intervenir sobre los factores de
riesgo modificables y actuar cuando hay un deterioro funcional incipiente. Además de los
planes de cuidados que se realizan de manera selectiva sobre las personas mayores que han
perdido funcionalidad y de
las intervenciones preventivas, es recomendable revisar
periódicamente su medicación habitual, y evitar en la medida de lo posible la polifarmacia”.
Entre los factores que contribuyen a la pérdida de capacidad funcional están los de carácter
físico (enfermedades, limitaciones sensoriales, etcétera), los psicológicos (aceptación de
síntomas como algo natural) y los propiamente sociales (el comportamiento de las personas
cercanas es clave).
Desde la AP, se aboga por una detección activa de estas posibles situaciones en personas a
partir de los 70 años. “Hay que ser activos en identificar a estos pacientes, que pueden tener
unos grados muy incipientes de pérdida de funcionalidad o que fallan en estas pruebas de
movilidad, ya que la capacidad de revertir la situación para que no se deterioren es mayor
cuanto más precoz es la detección”, comenta este experto.
Pacientes pluripatológicos
En el Congreso se han presentado los datos de un estudio¹, que se ha llevado a cabo en
diferentes centros de salud de Andalucía, con una muestra de 820 pacientes. El objetivo era
realizar una valoración socio familiar de pacientes pluripatológicos en AP. Según los resultados,
cerca de la mitad presentaba un importante deterioro funcional y/o cognitivo y un riesgo social
intermedio-elevado. La edad media de los pacientes era de 77 años y tenían diferentes
patologías. El 25.4% habían sufrido más de una caída; el 43.5% auto percibía su salud como
“regular” y un 25.4% como “mala”. El perfil del cuidador era una mujer (84%); con una edad
media de 57 años y, sobre todo hijos (54%) o cónyuges (36.5%). Asimismo de los datos se
extrae que en el grupo con cuidadores la percepción de salud fue mejor.
Para el doctor Lesende, “debemos diferenciar entre lo que consideramos ancianos frágiles y los
pacientes que han participado en este estudio, que son personas que ya sufren un claro
deterioro. Los pacientes pluripatológicos o complejos no suponen un grupo muy amplio en
proporción, pero conlleva una parte muy importante del gasto sanitario, y clínicamente un reto
de atención tremendamente interesante, especialmente englobado en el abordaje y atención a
la cronicidad. Entendemos por pluripatológico un paciente que tiene asociadas varias
enfermedades, pero que son patologías más relacionadas con pérdida de funcionalidad, como
problemas cardiovasculares, pulmonares, osteoarticulares,…, con un importante porcentaje de
discapacidad y dependencia asociada, e índices de uso de recursos sanitarios muy
importantes”.
En cualquier caso, para este experto “no se debería ver el envejecimiento y sus consecuencias
desde la perspectiva negativista y de carga sino como un logro y un reto, una realidad que hay
que afrontar. Por lo que hoy en día las estrategias europeas van dirigidas a que se viva el
mayor número de años posibles libres de discapacidad, manteniendo una buena calidad de
vida y para ello es imprescindible retrasar lo máximo posible la pérdida de funcionalidad”.
CONSEJOS PARA PREVENIR LA FRAGILIDAD
 Practicar ejercicio y actividad física de forma regular y con suficiente
intensidad.
 Seguir una dieta mediterránea, limitando las grasas saturadas y las calorías.
 .
 Mantener un peso y estado nutricional adecuados.
 No fumar.
 Evitar el consumo excesivo de alcohol
 Cumplir con la medicación, actividades preventivas (inmunizaciones por ej.), y
controles de las enfermedades
 Mantener la actividad mental (leer, escribir, comprar, etc.).
 Hacer vida social.
1. VALORACIÓN SOCIOFAMILIAR DE PACIENTES PLURIPATOLÓGICOS EN AP
Autores: CRISTINA MÁRQUEZ CALZADA, Mª JOSÉ GARCÍA LOZANO, NIEVES HITOS HENARES,
JULIA MADRID ALONSO, SACRAMENTO RUIZ GONZÁLEZ, EPIFANIO JIMÉNEZ LUQUE. Camas
(Sevilla). UGC Camas. Consultorio local Cacin-El Turro (Granada). Illora (Granada). Tiena y Tozar
(Granada). Castro Rio (Córdoba).
*Para más información:
Gabinete de Prensa 36º Congreso semFYC: 91.787.03.00
Todo sobre el Congreso en: http://www.semfyc2016.com/