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IMMUNOCAL Y EL MAL DE PARKINSON
El mal de Parkinson, que también se conoce como parálisis temblorosa, es una de las enfermedades
debilitantes más comunes en Norte América.
Comúnmente se le conoce como una enfermedad del envejecimiento por que una persona de cada cien la
desarrollará al llegar a la edad de la jubilación, sin embargo, la mitad de estas personas la podría
desarrollar a la edad de 40 años.
El Mal de Parkinson se desarrolla de manera progresiva. En esta enfermedad, las células que se encuentran
en la parte central del cerebro la cual controla el movimiento del cuerpo, se van degenerando lentamente.
En un organismo saludable, el movimiento voluntario se inicia a través de los mensajes enviados por la
corteza motora del cerebro hacia a la formación reticular del mismo.
A su vez, los neurotransmisores que son liberados por el ganglio basal en respuesta a estos mensajes,
amortiguan y hacen más lentos nuestros movimientos proveyéndonos con la destreza necesaria para
controlarlos,
La cual a menudo damos por hecho y no le damos importancia. Los neurotransmisores que son liberados
son la dopamina, la cual estimula el efecto amortiguador del movimiento, y la acetilcolina, la cual lo
inhibe.
SINTOMAS Y CAUSAS
Su causa exacta se desconoce, pero se sabe que el mal de Parkinson es una enfermedad por el daño celular
en el ganglio basal.
Producción de dopamina se reduce y es entonces que inician los síntomas característicos. Comienza con
debilidad o rigidez y ligero un temblor de las manos o la cabeza.
Con el tiempo, el temblor va aumentando, los músculos se vuelven cada vez más rígidos y el balance y la
coordinación corporal se deterioran visiblemente.
En las etapas avanzadas de esta enfermedad, los pacientes se vuelven muy rígidos y sufren de baboseo,
perdida del apetito, postura encorvada, un caminar zigzagueante y una expresión facial fija.
Eventualmente, la habilidad de comunicación de los pacientes se puede ver incapacitada. La demencia, la
depresión, así como otros trastornos mentales son comunes en las etapas avanzadas de esta enfermedad.
También existen factores genéticos que juegan un papel en el desarrollo de esta enfermedad, sin embargo,
hay otras causas que contribuyen a lo mismo, como el uso de algunos medicamentos, y la exposición a
sustancias tales como pesticidas, monóxido de carbono, cianuro, manganeso, heroína, algunos virus en
especifico, así como también golpes severos y repetidos a la cabeza similares a los recibidos por el
boxeador Mohammed Ali.
Los investigadores del Centro Nacional de Salud en Bethesda, Canadá, han identificado recientemente un
gen asociado con la producción de una proteína llamada synucleina.
Este descubrimiento representa una puerta de esperanza que permita encontrar nuevos descubrimientos y
formas de tratamiento innovadoras para esta enfermedad.
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TRATAMIENTO
Hasta ahora, no existe ninguna cura definitiva para el Mal de Parkinson, sin embargo, esta puede ser
tratada, especialmente en sus etapas tempranas. Es por esto que el diagnostico temprano de esta
enfermedad es importante.
Algunas técnicas neuroquirúrgicas y la implantación de tejido fetal han tenido algo de éxito. Algunos
científicos están desarrollando electrodos que puedan implantarse en el cerebro para estimular los
conductos neurales.
Drogas como la selegilina han mostrado ser prometedoras en el tratamiento de esta enfermedad.
Un equipo de investigadores dirigido por P. Jenner and C.W. Olanow en el Centro de Investigación de
Enfermedades Neurodegenerativas en Londres, Inglaterra, han demostrado que la selegelina puede elevar
la actividad de glutatión.
Recientemente, se ha encontrado que nuevas drogas tales como pramipexol y ropinerole han surgido como
tratamientos más efectivos.
MAL DE PARKINSON Y EL GLUTATION
Investigaciones recientes han revelado dos importantes descubrimientos:
 En primer lugar, el análisis bioquímico de tejido cerebral dañado por el Mal de Parkinson es
consistente con el daño debido al estrés oxidativo y la proliferación de radicales libres que le sigue.
 En segundo lugar, los niveles de glutatión en estos tejidos cerebrales eran considerablemente bajos.
Una característica alarmante del Mal de Parkinson es el hecho de que existe una reducción del 40%
en el nivel de glutatión durante las etapas tempranas de esta enfermedad.
Un grupo de investigadores de la Universidad del Sur de California dirigido por J.D. Adams Jr. lograron
demostrar que el glutatión se encuentra tan solo en un 2% de su nivel normal en las etapas finales del Mal
de Parkinson.
Aún no se ha logrado determinar si este bajo nivel de glutatión es una causa o un síntoma del Mal de
Parkinson.
Pero la buena noticia es que se ha demostrado que el elevar el nivel de glutatión disminuye el daño y
desgaste del tejido cerebral. Incluso, algunos de los síntomas pueden revertirse.
Debido a que el daño ocasionado por los radicales libres es un componente invariable en el Mal de
Parkinson, los investigadores han experimentado con el uso de variedad de antioxidantes en altas dosis
para tratar esta enfermedad.
En adición a los antioxidantes conocidos comúnmente, el glutatión también ha sido utilizado. El glutatión
no solo es un antioxidante excepcional, sino que también se ha demostrado que la sustancia negra de los
pacientes de Mal de Parkinson es deficiente en este antioxidante y su necesidad del mismo es
particularmente grande.
ESTUDIOS CLINICOS
El equipo de investigación de M. Gabby en Israel demostró que los niveles elevados de glutatión son más
efectivos en reducir la toxicidad dopaminérgica que las vitaminas antioxidantes C y E.
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Paradójicamente, aunque las células cerebrales necesitan de la dopamina para su funcionamiento, en
ocasiones, esta misma se vuelve tóxica para los mismos tejidos.
Esta puede ser la causa por la cual medicamentos que elevan los niveles de L-dopa, como Cimenté, solo
funcionan durante algunos años hasta que sus efectos se agotan y el paciente se deteriora
subsecuentemente.
El Dr. P. Jenner y su equipo en los Laboratorios de Investigación Experimental del Mal de Parkinson en
Londres, Inglaterra, han examinado extensivamente el papel que juega el glutatión en el desarrollo de esta
enfermedad.
Ellos encontraron que los niveles de glutatión disminuyen consistentemente desde el comienzo del Mal de
Parkinson y creen que el elevar estos niveles puede ayudar a prevenir el daño neuronal.
El equipo de investigación de D. Offen en el Centro Medico Beilinson en Israel, realizaron experimentos
en las neuronas que están directamente involucradas en el metabolismo de la dopamina.
Ellos investigaron la muerte celular que esta asociada al declive en el nivel de dopamina característico del
Mal de Parkinson.
Para desacelerar este declive utilizaron antioxidantes, y encontraron que los antioxidantes tiol (que
contienen sulfuro), tales como el glutatión, la NAC y el ditioleitol funcionaban adecuadamente.
En el lenguaje continuo de la ciencia medica estos investigadores los describieron como “marcadamente
protectivos” de las células cerebrales.
Esto corroboro los descubrimientos de M. Gabby (mencionados anteriormente), proveyendo un mayor
apoyo a la teoría de que el glutatión puede prevenir o retrazar la muerte celular inducida por la dopamina.
G. Sechi y su equipo de investigación en Italia estudio un grupo de pacientes de Parkinson quienes no
habían recibido tratamiento, estos pacientes se encontraban en las etapas tempranas de esta enfermedad y
fueron tratados con terapia intravenosa de glutatión dos veces por día durante un mes.
Todos estos pacientes mejoraron de manera significativa teniendo un decremento de 40% en cuanto a su
incapacidad. La mejoría de estos pacientes se desvaneció de dos a cuatro meses después de su último
tratamiento con glutatión.
Otros autores han atraído la atención de la comunidad científica hacia el papel que juegan en el tratamiento
de esta enfermedad las drogas (medicamentos) que aumentan el nivel de glutatión.
Existen muchas evidencias que demuestran el beneficio de los niveles elevados de glutatión. Sin embargo,
hoy existen maneras de elevar el nivel de glutatión sin utilizar drogas farmacéuticas.
CASOS DE ESTUDIO
El glutatión es parte del sistema de defensas del organismo y nos protege en contra del inicio del proceso
de muchas enfermedades.
También puede ayudar a revertir ciertas condiciones o síntomas, ya sea temporalmente o
permanentemente. La siguiente historia ilustra los beneficios de la suplementación de glutatión en un caso
en particular.
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A Wally, un fanático del béisbol de 74 años de edad, se le diagnostico Mal de Parkinson en Mayo de 1997.
Su enfermedad progreso rápidamente y sus médicos le recetaron el medicamento Sinemet
(carvidopa/levadopa).
En Noviembre, el comenzó a experimentar dolores de cabeza severos—presumiblemente debido al
medicamento—y dejo de utilizarlo.
Hasta ese entonces el había sido un hombre muy activo, pero ahora se había deteriorado hasta el punto de
no poder levantarse de la cama o de una silla sin recibir ayuda. El dice que al moverse sentía como si
estuviese caminando en cemento fresco.
Constantemente se fatigaba y necesitaba de una silla de ruedas para salir de casa. Sus médicos intentaron
tratarlo utilizando otros medicamentos tales como Eldepryl (hidroclorido de selegilina) y Requip
(hidroclorido de ropinirole).
Estos ayudaron ligeramente. En Marzo de 1998, el empezó a tomar Immunocal, una proteína natural que
eleva los niveles de glutatión.
Después de 5 días, sus dolores de cabeza desaparecieron. Dos meses después, Wally podía caminar bien
otra vez y eventualmente pudo visitar el nuevo estadio de béisbol de los Ángeles, el Campo Edison, y
también podía trotar alrededor de la cuadra. No hubo ninguna otra intervención terapéutica y siete meses
después su estilo de vida activo continuó.
Carol, de 62 años de edad, mantuvo activa en su profesión como abogado hasta 1990. Después de haberle
diagnosticado Mal de Parkinson en 1986, ella pudo ejercer su carrera profesional por un tiempo hasta que
eventualmente tuvo que renunciar debido a su enfermedad.
Su estrés estaba agravando sus síntomas y los síntomas a su vez incrementaban su nivel de estrés. Ella
recibió numerosos tratamientos médicos, sin embargo, su salud continúo deteriorándose hasta que
eventualmente llego a ocupar ayuda para realizar sus tareas domesticas diarias.
Ella dejo de manejar su vehículo y tuvo que dejar de tomar sus caminatas diarias que tanto disfrutaba.
Después de tan solo unos cuantos días de iniciar a tomar una proteína de suero de leche bioactiva que eleva
los niveles de glutatión ella se dio cuenta que estaba recuperando sus fuerzas. Semanas después ella podía
caminar por su vecindario nuevamente y nueve meses después logro volver a manejar.
CONCLUSION
El Mal de Parkinson se caracteriza por una perdida de células cerebrales que regulan la dopamina.
Evidencia significativa apunta hacia el papel del estrés oxidativo y a niveles dramáticamente bajos de
glutatión como contribuyentes críticos y causantes del daño de estas células.
Varios estudios han demostrado que el proteger estas células del daño y la muerte a través de la elevación
de los niveles de glutatión puede resultar exitoso tanto en el laboratorio como en pacientes y que es una
adición bienvenida a los tratamientos médicos convencionales.