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Economía Social (?) y Solidaria (!) – Pedro Orué - Paraguay Economía Social (?) y Solidaria (!) Pedro Orue Director Gral de Habitat Secretaria de Acción Social Presidencia de la Republica del Paraguay Introducción Reflexionar sobre economía solidaria en Paraguay, implica, iniciar tareas en un conjunto de actividades muy ricas de experiencias prácticas, sustancialmente, solidarias. Se trata de caminar conceptualmente entre múltiples esfuerzos que vienen realizando miles de compatriotas para superar la exclusión y la marginalización, producto de un modelo económico excluyente, cuyo pensamiento único, se impone en nuestros días, violentando sistemas sociales, ecosistemas, organizaciones y culturas ancestrales como las que aun resisten en Paraguay. Las prácticas solidarias en la economía, cuentan con un sustrato cultural muy importante - en esta región – son los guaraníes, quienes encuentran en la reciprocidad – el jopoy – su razón práctica económica, el “trabajo” de los guaraníes, no se podía concebir por fuera de la responsabilidad comunitaria y reciproca. En nuestras sociedades más actuales, persisten varias prácticas solidarias, en los sectores rurales, son las mingas o trabajos colectivos el modo de hacer frente a situaciones adversas, también, en los barrios populares de las zonas urbanas, es muy frecuente que la gente realice variadas “actividades” para recaudar fondos a ser destinado al apoyo de algún vecino que se encuentra necesitado. Con el avance de un modelo de sociedad que se vuelve más compleja, extensa e impersonal, sumado a los largos tentáculos de anti-valores de la sociedad de consumo, otorga un contexto diferente a las prácticas solidarias “naturales” -tan propia e intrínseca del ser humano- y, potencializa la germinación de otras formas solidarias, que encuentran en la actividad económica su racionalidad y su espacio. Estas “nuevas” maneras de hacer solidaridad, en la mayoría de los casos conviven, en el mismo espacio geográfico y poblacional, con otras formas solidarias tradicionales. La exclusión y marginalización expresiones propias del actual sistema económico dominante, que en el caso paraguayo ofrece el alarmante dato donde, más del 40 % de la población vive empobrecida, exige a numerosas personas asumir nuevas prácticas para garantizar la sobreviviencia, en algunos casos, forman pequeñas asociaciones –por propia iniciativa o impulsados por instituciones – en las que se re-incluyen y desde donde, impulsan acciones para enfrentar la desfavorable situación, provistos de nuevos valores en sus relaciones económicas, gran esfuerzo educativo y experimentan con organizaciones y relaciones horizontales, entre iguales. Existen espacios de articulación entre algunas experiencias organizativas, que unidas a otras impulsan la producción o comercialización conjunta, pero, la gran mayoría de ellas, se encuentran aisladas, lo que irremediablemente debilita su impacto en el escenario social y económico paraguayo. Aun aisladas y con las limitaciones propias de organizaciones emergentes, estas experiencias, obtienen algunos resultados concretos para quienes participan de ella, pero la voracidad del modelo económico capitalista - y 1 Economía Social (?) y Solidaria (!) – Pedro Orué - Paraguay su cómplice silenciosa, la ausencia (o la tergiversación) de políticas públicas – representan una amenaza constante. Por de pronto, esas prácticas económicas, ofrecen un refugio a la población que necesita insertarse en un espacio socioeconómico, generar ingresos de recursos a las familias y ayuda a resistir contra la exclusión social. Pero se necesita avanzar hacia la construcción de un nuevo “actor social”, que emergerá de estas prácticas, capaces de delinear políticas de desarrollo alternativo, integrales y sustentables, en los ámbitos comunitarios pero también que impacten en la implementación de políticas sociales. Lastimosamente, las organizaciones sociales aún no están incorporando totalmente en su agenda socio-política - organizativa las experiencias existentes, ni la discusión sobre este tema, aparentemente no visualizan en su total dimensión las potencialidades que ofrecen estas prácticas, que dentro de sus propias contradicciones van construyendo nuevas realidades, nuevas relaciones, nuevas formas de lucha y nuevas formas de vivir. Escenario Nacional para las prácticas económicas solidarias En el Paraguay las organizaciones que actúan en el marco de la economía solidaria deben moverse en un escenario donde la situación socioeconómica se configura de la siguiente forma: 1. Desde el Estado, en esta última década, las acciones dirigidas a los sectores populares se perfila hacia la creación de estructuras institucionales para cumplir con compromisos internacionales asumidos y procurar dar respuesta al crecimiento de la pobreza. No se visualizan el impulso de nuevos planes o programas de carácter sustentables y sostenibles para abordar una problemática tan compleja y extensa como es la pobreza en el Paraguay. 2. La población sigue creciendo sostenidamente. La expulsión constante de contingentes campesinos de los sectores rurales va acelerando los proceso de urbanización. En las ciudades no existen estructura, ni infraestructura para dar respuesta a este crecimiento. Se profundiza la dualidad: avances telemáticos acelerados versus retroceso de los valores culturales, produciendo la contradicción entre la ilusión de un mundo mediáticamente ideal y un mundo objetivamente real. 3. Si bien en este periodo de gobierno existe un crecimiento del Producto Interno Bruto va en absoluta desproporción con el crecimiento poblacional. Aun falta oportunidades para el empleo, es incipiente la discusión sobre la incorporación de empleos decentes por lo tanto la precarización laboral. 4. Aumento de la pobreza que desde distintas mediciones oficiales los datos señalan la cantidad importante de compatriotas que no alcanza contar con lo mínimo para la sobrevivencia. Y otro contingente igual que apenas vive para satisfacer necesidades muy básicas. 5. A todo esto se le puede sumar (considerando que la realidad es el resultado de un proceso histórico anterior) el bajo nivel de asociatividad y de prácticas de trabajos colectivos. Es este contexto que importante cantidad de compatriotas van negando y reconstruyendo otra realidad, también reconstruyen de ese modo una nueva sociedad, que sea inclusiva e incluyente. 2 Economía Social (?) y Solidaria (!) – Pedro Orué - Paraguay Promoción de la Economía Solidaria en Paraguay En Paraguay existen diversas instituciones que promueven prácticas económicas solidarias, se distingue entre ellas, las instituciones relacionadas a la Iglesia Católica, especialmente la Pastoral Social Nacional y fundaciones de diversas congregaciones comprometidas con la realidad popular. Estas instituciones identifican en las practicas económicas solidarias la acción pastoral y la opción por los pobres desde la fe. El volumen de organizaciones y personas que son beneficiadas de las acciones pastorales de las intituciones eclesiales, representan una cantidad considerable para el total de personas que practican la economía solidaria. Las ONG´s por su parte, que en sus tareas promocionales y educativas, fomentan la conformación de grupos solidarios para el abordaje de problemáticas relacionadas con la pobreza y la marginalización. Algunas, también, se inscriben dentro de enfoques más desarrollistas, aunque son pocas quienes se despojan de las influencias de sus donantes externos, para afrontar un modelo alternativo, que más allá del mero crecimiento de los objetos promueva un crecimiento de un nuevo sujeto social. Desde el aparato estatal, son varias las experiencias que se presentan como forma de desarrollo social alternativo. Desde el año 1995, se conformó la Secretaria de Acción Social. En reiteradas ocasiones, altos funcionarios de esta cartera de Gobierno declararon que se desarrollan proyectos de carácter social y solidario. En realidad son varias las iniciativas – generalmente con financiamientos externos- desde donde se promueven formas asociativas, a los efectos de garantizar una transferencia de recursos para iniciativas productivas con pesimos resultados (PRODECO con financiamiento del Banco Mundial; PROPAIS con financiamiento del BID, entre otros). Y en no pocas veces esos espacios fueron utilizados con fines políticos partidarios, prácticas absolutamente nocivas a las solidarias y a la proyección de desarrollo. En el actual gobierno, al interior de la Secretaria de Acción Social, se encuentra en fase de diseño un Programa de Financiamiento de Iniciativas Solidarias, dentro del clásico encuadre de financiar proyectos asociativos, otros programas como el Fondo de Inversión Social aplica recursos en iniciativas productivas comunitarias, que se enmarcan en los principios de asociatividad de la economía solidaria. Estos avances son importantes, pero aun no se promueve la creación de una unidad especializada de economía solidaria como son algunas secretarías de Estados en países vecinos. En el año 2005, se planteo en el Congreso Paraguayo, la conformación del Instituto de Economía Solidaria que estaba orientada a reemplazar al Crédito Agrícola de Habilitación, entidad que asiste con créditos a población campesina. Si bien este proyecto – con orientaciones diferentes - nace desde ciertas organizaciones campesinas y cuyo diseño estuvo a cargo de ong´s relacionadas con ellas, al ser presentada a las instancias de poder (ejecutivo – parlamento), y principalmente, al no contar con un apoyo social comprometido con su implementación, la burocracia procedió como sabe: tomó el proyecto, lo manipuló, lo tergiversó, y lo redujo a su mínima expresión. Pero finalmente no prospero el proyecto de Ley. Las organizaciones sociales, (campesinas, obreras, barriales, etc) aun no se presentan como las promotoras e impulsoras del desarrollo de la economía solidaria, son los 3 Economía Social (?) y Solidaria (!) – Pedro Orué - Paraguay ausentes más importantes. A ello, se puede atribuir cierto nivel de debilidad de esta práctica. En Paraguay más de un millón de personas somos socias de las 608 cooperativas existentes. En este sentido, el 20% de la población se encuentra practicando economía solidaria. Pero esta afirmación es aún inconclusa, si bien la economía solidaria, surge basada en los principios originado de “los probos pioneros de Rochdale”, las cooperativas fueron tomando diferentes rumbos: muchas ponen como centro de su actividad económica la reproducción ampliada (biológica y social) de la vida de sus asociados; otras centran su accionar en la reproducción simple de los bienes materiales de la empresa cooperativa. Este es un apartado que se debe abordar con más detenimiento, requiere de un análisis minucioso, se necesita adentrarse profundamente en los principios de la organización cooperativa, revisar sus prácticas – a la luz de esos principios-, y contemplarlo en un determinado contexto social, económico y cultural. Ello nos podrá facilitar la identificación de cuáles son las cooperativas que desarrollan prácticas económicas solidarias y, aquellas empresas cooperativas que toman prestado “el clisés” de la solidaridad. Limitaciones de la Economía Solidaria Los emprendimientos solidarios todavía no tienen un gran peso económico, pero poseen gran significación en cuanto a lo cultural, al final – dando respuestas a la generación de ingresos para la reproducción de la vida – es una experiencia destacadamente educativa. La economía solidaria todavía carece de reconocimiento público y más solidaridad por parte de otras victimas actuales y potenciales de esta crisis. Si esta solidaridad permite en el futuro próximo superar las crisis y dificultades que se señalan más arriba, ellas podrán formar parte de un sector económico expresivo, regido por una lógica bien diferente de las empresas capitalistas, teniendo la capacidad de superarla con las respuestas que dé al sistema socioeconómico. Por lo tanto se cuenta con cierta limitación para que estas experiencias concretas puedan llegar a su expansión, para ello se requiere de fuertes acciones de promoción, de acceso a créditos, de comercialización, etc. Otras limitaciones son de carácter subjetivas, relacionadas a la experiencia de los trabajadores referente a la viabilidad económica de los emprendimientos solidarios. Muchos emprendimientos se forman por motivaciones inmediatistas, de corto plazo, como posibilidad de trabajo, acceso a crédito o ante la oferta de alguna ONG o programas de políticas públicas. Principalmente, estas últimas carecen de una dimensión estratégica y sin procesos formativos; muchos grupos no cuentan con un proyecto colectivo y solidario de largo plazo (PRODECO, PRO-PAIS, PROSAL, PRODECHACO, etc.). Además de eso, muchos trabajadores tienen la esperanza de contar con un empleo o dicho de otra forma con un empleador, no tienen suficientes conocimientos sobre como gerenciar un emprendimiento, peor aun si es asociativo. Además, lo que se denomina espíritu emprendedor es aun muy incipiente. Si se busca un éxito, o cierto nivel de éxito 4 Economía Social (?) y Solidaria (!) – Pedro Orué - Paraguay en los emprendimientos solidarios, se requiere de un proceso lento de cambios culturales, de comportamiento combinado con el desarrollo de capacidades técnicas. Los elevados niveles de competititividad exigen además, la adecuación de las organizaciones en un conjunto de políticas que garanticen condiciones mínimas de acceso a los mercados. Las barreras tecnológicas, legales, tributarias, comerciales y de escala deben ser superadas, tanto por políticas públicas como también por las organizaciones y por redes de apoyo y un buen nivel de asesorías. Proyecciones de la Economía solidaria A pesar de las limitaciones propias de un modelo emergente y en proceso de consolidación, como es el de la economía solidaria, estas prácticas están dando resultados concretos a quienes las práctican. Aun así, el desempleo, la informalidad de grupos que hacen economía, la precarización del trabajo, va a seguir generando una gran masa de personas que en edad de trabajar no tendrán donde insertarse, por lo cual, necesitarán de políticas alternativas y que las prácticas de economía solidaria puede constituirse en un espacio de realización plena como personas. Para viabilizar la economía solidaria, se requerirá enfrentar una serie de desafíos, especialmente aquellos relacionados a la necesidad de nuevas políticas e instituciones públicas y populares orientadas a la representación y principalmente al acompañamiento permanente de las demandas de formación, de crédito, de tecnología, de mercado y gestión. Pero, principalmente para ganar posición en el espacio social, una proyección necesaria de viabilidad sea, el promover el desarrollo comunitario integral y sustentable. Con ello, se fortalece la perspectiva de factibilidad y sustentabilidad de la economía solidaria que por su dinámica propia, aportará elementos para el fortalecimiento del desarrollo local, articulando relaciones: con otras iniciativas económicas similares, con otros actores sociales y comunitarios, facilitando el empoderamiento, tejiendo variadas redes, sacudiéndose de la fina dominación que ofrece la descentralización amañada. En otras palabras, es necesario devolver a las personas la capacidad de soñar y de perseguir los propios sueños y fortalecer su capacidad de comunidad, es decir, de compartir sus sueños y de cooperar hacia la búsqueda de objetivos comunes, ejerciendo su protagonismo para dar impulso a sus propios recursos en dirección a la solución de problemas locales, conectándose horizontalmente en red, democratizando decisiones y procedimientos e inaugurando nuevos procesos participativos de carácter público. 5