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Invitación a toda la Iglesia argentina
ADORACION EUCARISTICA PERMANENTE
CAMINO AL CONGRESO EUCARISTICO NACIONAL 2016
ESTA ES UNA INVITACION A LA IGLESIA ARGENTINA
PARA QUE LAS PARROQUIAS E INSTITUCIONES ECLESIALES ELIJAN
LOS DIAS EN QUE, CADA UNA, QUIERA CELEBRAR Y ADORAR LA EUCARISTIA
Y ASI, ENTRE TODAS, PODEMOS CUBRIR LOS DÍAS EN FORMA CONTINUA
DESDE EL 1°/SEPT Y HASTA EL CONGRESO
“He venido a traer fuego
y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo”!! dice Jesús
Queridos hermanos
Les proponemos un triduo de adoración eucarística,
en tres días corridos una hora santa por día y la santa misa.
Y los animamos a hacerlo semanal, quincenal o mensual,
cubriendo varios días hasta el Congreso
Por qué una hora?
Así nos invita Jesús, “Es que acaso no pueden velar siquiera una hora
conmigo?”, en el Huerto de los Olivos.
A modo de colaboración, les enviamos el contenido de tres horas santas.

Por favor, es bueno leer despacio, suave, como hablan los enamorados, para
ayudar al diálogo de Jesús con cada uno.
Primer día: Primera hora santa
Recibimos al Santísimo Sacramento
expuesto en la custodia
Canto…
Alabanza…
Oración de invocación al Espíritu Santo…
Jesús, tú que eres Camino, Verdad y Vida
de mi corazón enamorado
Aquí estamos Jesús
sedientos de tu amor
confiados en tu misericordia
2
“Con frecuencia pienso – dice el Cura de Ars –
que cuando venimos a adorar a nuestro Señor,
conseguiríamos todo lo que quisiéramos
si le pidiéramos con fe viva y un corazón puro”.
Hoy queremos velar contigo una hora,
esta hora que nos pediste en el Huerto,
para no caer en la tentación.
Que tu luz penetre mi alma,
que tu paz inunde mi corazón.
Aquí estoy Jesús,
aquí estamos.
Sin apuro…, porque queremos regalarnos a ti,
“hay personas que se sumergen totalmente
en la oración como los peces en el agua,
porque están totalmente entregadas al buen Dios!”
“Porque la oración no es otra cosa
que la unión con Dios.
Y el corazón unido a Dios
experimenta en sí mismo
como una suavidad y dulzura que lo embriaga,
se siente como rodeado de una luz admirable!”
(de s Juan María Vianey)
Silencio… ESTO NO SE LEE. CONOZCAMOS DE POR QUÉ EL SILENCIO
 no tengamos miedo al silencio, pues en el silencio es cuando el corazón de
enamora de Jesús, Juan Pablo II
Canto…
Alabanza…
“El corazón de Dios es un océano de misericordia.
¡Es tan fácil salvarse!”
“Si supiéramos cuánto nos ama Jesús
moriríamos de gozo”
Estar aquí, junto a vos,
amándote y sabiendo que nos amas
“es la única felicidad verdadera
que tenemos en la tierra!”
“Cosa extraña - nos dice el santo Cura de Ars he encontrado a muchos que se arrepintieron
de no haber amado a Dios,
pero no he encontrado jamás a uno solo
que estuviese triste y arrepentido de amarlo”
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“Oh! amoroso Dios,
prefiero morir amándote
que vivir un instante sin ti”.
“Oh, mi Jesús, si mi lengua no puede decir
cada instante que te amo, por lo menor quiero
que mi corazón lo repita cada vez que respiro”.
Jesús, tierno Pan de Amor
que eres el Amado en el Cantar de los Cantares
“tu nombre es un perfume que se derrama”
“llévame contigo”
“¡gocemos y alegrémonos contigo,
celebremos tus amores!”
Jesús, desde este Sacramento de Amor,
le dice al alma enamorada
“¡Qué hermosa eres, amada mía,
qué hermosa eres!”
Que nuestro corazón enamorado
cante a Jesús,
aquí expuesto en el Altar,
“¡Qué hermoso eres, amado mío,
eres realmente encantador!”
Silencio…
Canto…
Alabanza…
“Cuánto merece ser amado Jesucristo
por el amor que nos mostró en la
institución del santísimo Sacramento del Altar”
(de s Alfonso María de Ligorio)
Sabiendo que llegaba tu hora de partir de esta tierra
no quisiste dejarnos
y entonces te diste todo por completo
en cuerpo, sangre, alma y divinidad
en este Sacramento de Amor.
“¡Oh, y qué ansias tiene Jesucristo de unirse
a nuestra alma en la sagrada comunión!”.
“Cuánto he deseado comer esta pascua con ustedes!”
“Y para inclinarnos a recibirlo,
nos alienta con la promesa del Paraíso:
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“El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna.
El que come este pan vivirá eternamente”
San Alfonso María de Ligorio se pregunta:
“¿por qué desea tanto Jesucristo
que vayamos a recibirlo en la sagrada comunión?
Porque el amor siempre aspira y tiende a la unión.
Y no esperó darse por completo en el Reino de los Cielos,
sino que ya en la tierra se deja poseer por los hombres
con la más íntima posesión que se pueda imaginar,
ocultándose bajo apariencias de pan.”
“Aún cuando nosotros no lo veamos,
El nos mira desde allí”.
“Y hasta que no lleguemos a la patria celestial,
Jesús de este modo quiso entregarse completamente
a nosotros y vivir así unido con nosotros”.
Este Jesús que ahora contemplamos
quiere darse a ti, a mí, a cada de nosotros personalmente.
Nos ama y habla a cada uno a nuestro corazón.
“El que come mi carne y bebe mi sangre,
permanece en mí y yo en él”.
“En la sagrada comunión, Jesús,
se une al alma y el alma a Jesús,
siendo esta unión no de mero afecto,
sino muy real y verdadera”
Es tu amor, Señor, lo que da consuelo a mi alma,
es en tu amorosa Presencia
en la que descansa todo mi ser,
eres el camino en mi peregrinar en este mundo,
la verdad que ilumina tanta confusión y oscuridad
la vida que da vida a mi vida.
Eres todo para mí.
Silencio…
Canto…
Alabanza…
“Contemplar el rostro de Cristo,
y contemplarlo con María!”
Es la invitación de Juan Pablo II
cuando dice que somos
la Iglesia de la Eucaristía!
Detenernos y contemplar el “rostro eucarístico” de Cristo.
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“La Eucaristía, presencia salvadora de Jesús,
es lo más precioso que la Iglesia puede tener
en su caminar por la historia”.
“La adoración del Santísimo Sacramento
tiene cotidianamente una importancia destacada
y se convierte en fuente inagotable de santidad”.
Aquí, Jesús en el Altar
es el sacrificio de amor de Dios a los hombres.
“El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía
son, pues, un único sacrificio”.
“La misa hace presente el sacrificio de la cruz.
La pasión y muerte del Salvador,
y también el misterio de la resurrección
que corona su sacrificio.
En cuanto viviente y resucitado
Cristo se hace en la Eucaristía
Pan de vida”.
“Quien se alimenta de Cristo en la Eucaristía
no tiene que esperar el más allá para recibir la vida eterna:
la posee ya en la tierra como primicia de la plenitud futura”.
“La Eucaristía es verdaderamente
un resquicio de cielo que se abre sobre la tierra.
Es un rayo de gloria de la Jerusalén celestial,
que penetra en las nubes de nuestra historia
y proyecta luz sobre nuestro camino”.
(de Ecclesia de Eucharistia, Juan Pablo II)
No nos privemos del gozo de participar cada día de la santa misa
y de adorar cada día a Jesús en la Eucaristía!
El nos irá regalando la gracia de la conversión profunda!
Silencio…
Canto…
Alabanza…
Oración final.
Bendición…
El sacerdote puede dar la bendición personal con el Santísimo Sacramento.
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Segundo día: Segunda hora santa
Recibimos al Santísimo Sacramento
expuesto en la custodia
Canto…
Alabanza…
Oración de invocación al Espíritu Santo…
Jesús, tú que eres el Verbo de Dios encarnado
y que hablas a mi corazón
Aquí estamos Jesús
sedientos de tu amor
confiados en tu misericordia.
“Al principio existía la Palabra,
y la Palabra estaba junto a Dios,
y la Palabra era Dios”.
“La Palabra era la luz verdadera
que, al venir a este mundo,
ilumina a todo hombre”.
“Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros.
Y nosotros hemos visto su gloria,
la gloria que recibe del Padre como Hijo único,
lleno de gracia y de verdad”. Jn1,1.9.14
La Palabra de Dios es Jesús,
hoy aquí en el Altar.
Eucaristía, Palabra encarnada.
Habla Jesús,
habla a mi corazón
sediento de tu Palabra.
“Hagan lo que El les diga”,
así nos dice nuestra Madre Santísima.
Jesús, queremos escucharte,
envía tu Santo Espíritu,
ahora a nuestros corazones,
el Espíritu que viene de tu corazón eucarístico
para que acalle nuestro espíritu
y en el silencio podamos oír tu voz.
“Yo soy, el que habla contigo” (Jn 4,26)
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Cuando estamos ante Jesús,
en su presencia eucarística,
en silencio, El puede hablarnos,
y podemos escucharle.
El deja oír su voz.
“Señor, tú me sondeas y me conoces,
de lejos percibes lo que pienso,
antes que la palabra esté en mi lengua
tú, Señor, la conoces plenamente
y tienes puesta tu mano sobre mí;
una ciencia tan admirable me sobrepasa:
es tan alta que no puedo alcanzarla”.
“Sondéame, Jesús, y penetra mi interior;
examíname y conoce lo que pienso;
observa si estoy en un camino falso
y llévame por el camino eterno”. (Sal 139)
Jesús está aquí y nos llama, quiere hablarnos al corazón,
nos llama siempre, hoy le digamos:
“Habla, Señor, que tu siervo escucha” (Sam 3,10)
Silencio… ESTO NO SE LEE. CONOZCAMOS DE POR QUÉ EL SILENCIO
 permitamos el silencio, porque estar todos en silencio prolongado ante el Señor
presente en su Sacramento, es una de las experiencias más auténticas de nuestro
ser Iglesia.
 Para comunicarme verdaderamente con otra persona debo conocerla, saber estar
en silencio cerca de ella, escucharla, mirarla con amor. Y lamentablemente, si
falta esta dimensión, incluso la misma comunión sacramental puede llegar a ser,
por nuestra parte, un gesto superficial. En el silencio podemos decir a Jesús
palabras de confianza. Benedicto XVI.
Canto…
Alabanza…
“Conservo tu palabra en mi corazón”
Oh, mi buen Jesús,
“no me olvidaré de tu palabra”.
“Devuélveme la vida conforme a tu palabra;
consuélame con tu palabra;
vivifícame con tu palabra”.
Jesús, yo “confío en tu palabra;
no quites de mi boca la palabra verdadera;
acuérdate de la palabra que me diste;
tu palabra me da vida”
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“El Señor es mi herencia:
yo he decidido cumplir tus palabras.
Procuro de todo corazón que me mires con bondad;
ten piedad de mí, conforme a tu promesa”
“¡Qué dulce es tu palabra para mi boca,
es más dulce que la miel!”.
“Tu palabra es una lámpara para mis pasos,
y una luz en mi camino” (sal 119)
Oh mi buen Jesús, tú que nos dices:
“Yo soy la luz del mundo”
ilumina mi corazón,
recibe, Jesús, mi pecado,
“Señor mío y Dios mío”
“ten piedad de mi”.
“Porque el que camina en tinieblas
no sabe a dónde va.
Mientras tengan luz,
crean en la luz
y serán hijos de la luz” (Jn12,35)
“No son los sanos los que tienen
necesidad del médico, sino los enfermos.
Yo no he venido a llamar a los justos, sino
a los pecadores, para que se conviertan” (Lc5,31-32)
Señor, hoy en tu Presencia,
venimos a invocar tu infinita y divina misericordia
porque “si confesamos nuestros pecados,
Él es fiel y justo para perdonarnos
y purificarnos de toda maldad” (1Jn1,9)
“Nadie viene a mí si el Padre no lo atrae”
Aquí estoy Jesús, porque me has llamado hoy a tu presencia
con dulces gestos de amor
y como aquella pecadora que te adoró
exponiéndose a total humillación
me postro ante ti.
Ella, “colocándose detrás de El,
se puso a llorar a sus pies y comenzó
a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos
los cubría de besos y los ungía con perfume”.
Jesús la defendió del fariseo
y además, con ternura, le dijo:
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“tus pecados te son perdonados;
tu fe te ha salvado, vete en paz” (Lc7,38.48.50)
Silencio…
Canto…
Alabanza…
“Quiero darte gracias, Señor y Rey,
y alabarte, Dios, mi salvador.
Yo doy gracias a tu Nombre,
porque tu has sido mi protector y mi ayuda,
y has liberado mi cuerpo de la perdición.
Mi alma estaba al borde de la muerte
mi vida había descendido cerca del Abismo.
Entonces, me acordé de tu misericordia”
Oh!, mi buen Jesús
“Porque tu libras a los que esperan en ti!”
“Alabaré tu nombre sin cesar
y te cantaré en acción de gracias”
“Y mi plegaria fue escuchada:
Tu me salvaste de la perdición
Y me libraste del trance difícil.
Por eso te daré gracias y te alabaré
y bendeciré el nombre del Señor” (Ecl51,1.6.8.10-12)
Señor Jesús alabo y bendigo tu infinita misericordia
que derramas desde este Sacramento del Amor!
Gracias Jesús por tu consuelo,
porque has colmado mi alma de paz y de gozo,
porque tu Palabra Viva y encarnada
ha hablado a mi corazón.
Sagrado Corazón Eucarístico, nosotros
también hoy queremos decirte
“Señor, ¿a quién iremos?
Tú tienes palabras de Vida eterna” (Jn6,68)
Cuando Sor Faustina estaba ante la Eucaristía
vio que de ella salían dos rayos
y que esos mismos rayos salían del Corazón de Jesús
que le dijo: ”cuando alguien está ante mí en la Eucaristía
mi amor y mi misericordia se derraman en todo el mundo”
“Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia”
(MT5,7)
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La Eucaristía es fuente de misericordia
es manantial de Agua Viva
que purifica y renueva todo en su paso.
Es Jesús quien nos perdona y nos ayuda a perdonar.
Hoy desde el Altar nos dice:
“Yo quiero misericordia y no sacrificios!” (Mt12,7)
“Si perdonan sus faltas a los demás,
el Padre que está en el cielo también los
perdonará a ustedes” (Mt6,14)
“Amen a sus enemigos y rueguen por sus perseguidores” (Mt5,44)
Jesús, manantial inagotable de misericordia,
derrama esta tan preciosa gracia en mi corazón
para que pueda perdonar a quienes me han herido, dañado,
ayúdame a sanar esas heridas,
y bendice a todos los que en mi vida me han causado
algún dolor u ofensa.
Dame la gracia de perdonarme
aceptando con un corazón agradecido tu perdón
y con humildad mi flaqueza.
“Mi gracia te basta,
que mi fuerza se realiza en la flaqueza”.
Por tanto – dice Pablo - con sumo gusto seguiré
gloriándome sobre todo en mis flaquezas,
para que habite en mí la fuerza se Cristo.
Pues, cuando soy débil,
entonces es cuando soy fuerte” (IICor12,8-10)
Silencio…
Canto…
Alabanza…
Mi alma canta la grandeza del Señor,
mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:
¡su nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación
sobre aquellos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo,
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dispersó a los soberbios de corazón.
Derribó a los poderosos de su trono
y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y de su descendencia para siempre”.
(Canto de la Virgen María, Lc1,46-55)
Silencio…
Canto…
Alabanza…
Oración final.
Bendición…
El sacerdote puede dar la bendición personal con el Santísimo Sacramento.
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Tercer día: Tercera hora santa
Recibimos al Santísimo Sacramento
expuesto en la custodia
Canto…
Alabanza…
Oración de invocación al Espíritu Santo…
Jesús, tú que eres el Buen Pastor
y cargas en tus hombros a cada hermano que sufre
Aquí estamos Jesús
sedientos de tu amor
confiados en tu misericordia.
Junto a nuestra Madre Santísima
que nos llama a venir a tu encuentro.
Queremos adorarte con el Corazón Inmaculado
de la que te adoró en su seno virginal
y en el Pesebre de Belén.
Qué hay más tierno que un niño recién nacido!
Y cuando venimos a la Eucaristía venimos a Belén!
(Madre Teresa de Calcuta)
El Angel Gabriel saludó a María diciéndole:
“Alégrate, llena de gracia!
Porque el Señor está contigo!”
Hoy nuestra Inmaculada Madre quiere
compartir su alegría
“¡porque el Señor está con nosotros!”
y reina en nuestra Iglesia Argentina
que le celebra y adora en la Eucaristía
ininterrumpidamente !
El Papa Francisco nos dice:
“Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación
en que se encuentre, a renovar ahora mismo
su encuentro personal con Jesucristo
o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él,
de intentarlo cada día sin descanso.
No hay razón para que alguien piense
que esta invitación no es para él, porque
nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor”
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“Al que arriesga, el Señor no lo defrauda,
y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús,
descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos.
Nos vuelve a cargar sobre sus hombros una y otra vez”.
«Tu Dios está en medio de ti, poderoso salvador.
Él exulta de gozo por ti, te renueva con su amor,
y baila por ti con gritos de júbilo» (So 3,17).
«Alégrate» es el saludo del ángel a María (Lc1,28).
Sólo gracias a ese encuentro –o reencuentro– con el amor de Dios,
que se convierte en feliz amistad, somos rescatados”.
(del Papa Francisco, Ev G)
Alegrémonos hoy nosotros
porque Jesús, el Salvador Resucitado,
está aquí con nosotros!
“Y, si bien, la Eucaristía, constituye la plenitud de la vida
sacramental, no es un premio para los perfectos sino un generoso
remedio y un alimento para los débiles”.
“La presencia de Dios acompaña las búsquedas
sinceras que personas y grupos realizan para encontrar
apoyo y sentido a sus vidas.
El vive entre los ciudadanos!”
“Sin estos momentos detenidos de adoración,
de encuentro orante con la Palabra,
de diálogo sincero con el Señor,
las tareas fácilmente se vacían de sentido,
nos debilitamos por el cansancio y las dificultades,
y el fervor se apaga”.
“La Iglesia necesita imperiosamente el pulmón
de la oración,
y me alegra enormemente que se multipliquen
en todas las instituciones eclesiales los
grupos de oración, de intercesión,
de lectura orante de la Palabra,
las adoraciones perpetuas de la Eucaristía”.
“El encuentro personal con el amor de Jesús que nos salva
¿qué amor es ese que no siente la necesidad de
hablar del ser amado?”
Podemos decir que hoy nuestro Papa Francisco nos invita al silencio
cuando nos dice:
“Puestos ante El con el corazón abierto,
dejando que El nos contemple”
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“¡Qué dulce es estar ante el Santísimo Sacramento
y simplemente ser ante sus ojos!” (Ev G)
Silencio…
Canto…
Alabanza…
Y, entonces el Papa nos exhorta:
“Si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida,
¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros?”
“La Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros
que primerean, que se involucran.
Sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo,
salir al encuentro,
buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos
para invitar a los excluidos”.
“La Iglesia en salida es una Iglesia con las puertas abiertas.
La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre,
templos con las puertas abiertas en todas partes.
Para el que quiere seguir una moción del Espíritu
y se acerca buscando a Dios”.
El Papa nos muestra la realidad del mundo hoy
“Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación
y de la opresión, sino de algo nuevo:
con la exclusión queda afectada
en su misma raíz la pertenencia a la sociedad,
pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder,
sino que se está afuera”.
“Cuando la sociedad – local, nacional o mundial – abandona
en la periferia una parte de sí misma,
provoca la reacción violenta de los excluidos.
Además – agrega – es necesario reconocer
que parte de nuestro pueblo
bautizado no experimenta su pertenencia a la Iglesia”.
“También nos muestra lo que acontece en las ciudades hoy, drogas,
tráfico de personas, abuso, explotación de niños,
abandono de ancianos
y enfermos, corrupción y crimen”.
Y nos plantea un desafío…!
“La nueva Jerusalén, la Ciudad santa, es el destino hacia donde
peregrina toda la humanidad. Necesitamos reconocer la ciudad desde
una mirada contemplativa, esto es,
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una mirada de fe que descubra al Dios que habita.
La presencia de Dios”.
Que el mismo Jesús vive en cada Sagrario
y que cumple su promesa:
“Yo estaré con ustedes cada día hasta el fin de los tiempos”
“Vive entre los ciudadanos”, dice el Papa.
Y aquí estamos hoy, nosotros con El,
que nos urge diciéndonos
“vayan al cruce de los caminos e inviten a todos”
Pasar tiempo con Jesús, escucharlo en el silencio del corazón,
disfrutar de su amorosa Presencia,
recibir sus innumerables gracias
que se derraman como fuente inagotable
de su Sagrado Corazón Eucarístico,
recibir su perdón,
escuchar su Palabra
nos hace discípulos.
Y ello nos exhorta a ser misioneros…
Salir, buscar, llamar,
mostrar el camino para que muchos puedan venir a El
“¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero!”
Seamos discípulos adoradores misioneros…
Y vayamos siempre en busca del otro para llevarle la
invitación que Jesús nos hace desde su Presencia
Eucarística:
“Vengan a mí todos!”
“Aún con la dolorosa conciencia de las propias fragilidades
-dice el Papa-, hay que seguir adelante sin declararse vencido, y
recordar que el Señor dijo a san Pablo:
“Te basta mi gracia, porque mi fuerza se manifiesta en la debilidad”.
“Los desafíos están para superarlos. Seamos realistas, pero sin
perder la alegría, la audacia y la entrega esperanzada”
“¡No nos dejemos robar la fuerza misionera!”
“Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha
encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús”.
“Hemos encontrado al Mesías” (Jn 1,41)
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“La samaritana, apenas salió de su diálogo con Jesús
se convirtió en misionera”.
Y nos pregunta el Papa “¿A qué esperamos nosotros?” (Ev G)
Silencio…
Canto…
Alabanza…
Felipe encuentra a Natanael y le dice:
“hemos encontrado a Jesús”
Natanael no cree,
“Acaso de Nazaret puede salir cosa buena?”
Felipe insiste: “ven y lo verás!”
Y Natanael se sorprende cuando se encuentra con Jesús,
porque le dice:
“Antes de que Felipe te llamara,
cuando estabas debajo de la higuera, Yo te vi”. (Jn1,45.50)
Vayamos a buscar a otro,
y animémoslo a venir a Jesús
porque es Jesús quien lo está llamando
pero quiere que seamos nosotros
quienes busquemos a nuestros hermanos.
Persona a persona, como dice el Papa.
Porque afuera hay una muchedumbre hambrienta
y aquí está Jesús, el Pan de Vida.
“Denle ustedes de comer!”
Si Jesús, es el alimento de mi vida,
y he descubierto cuánto conforta mi alma,
entonces, no puedo dejar a otros
hambrientos de Dios, que le buscan sin saber
en tantos lugares o experiencias equivocadas
que los sumen en un más y profundo desaliento.
Aquí está Jesús, totalmente El,
el Hijo de Dios vivo,
que es Camino, Verdad y Vida para todos!
Y que espera que vayas, sin demora y le traigas
a tu hermano, sea tu amigo o tu enemigo,
le conozcas o no le conozcas,
pues Jesús sí le conoce y le ama, lo llama y lo espera!
Seamos instrumentos dóciles del Santísimo Sacramento
para calmar el hambre más urgente
que tiene al mundo en las tinieblas,
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y a tantos hombres y mujeres,
jóvenes y niños, esclavos del pecado
o víctimas de la maldad.
Entreguemos hoy a Jesús en el Altar,
la indiferencia, la parálisis espiritual
que nos provoca Satanás y que nos desalienta
y nos hace ver los obstáculos
como circunstancias que nos impiden
salir y buscar a muchos!.
Porque, nos recuerda el Papa,
“nadie se salva solo, esto es,
ni como individuo aislado ni por sus propias fuerzas”
“La mayor amenaza”, en la misión de la Iglesia es que
“aparentemente todo procede con normalidad,
pero en realidad la fe se va desgastando
y degenerando en mezquindad”
Se vive “la constante tentación de apegarse a una tristeza dulzona,
sin esperanza, que se apodera del corazón como
el más preciado de los elixires del demonio” (Ev G)
“Hemos sido creados para lo que el Evangelio nos propone:
la amistad con Jesús y el amor fraterno”
“El misionero está convencido de que existe ya en las personas
y en los pueblos, por la acción del Espíritu,
una espera, aunque sea inconsciente,
por conocer la verdad sobre Dios,
sobre el hombre, sobre el camino que lleva a
la liberación del pecado y de la muerte.
El entusiasmo por anunciar a Cristo deriva de la convicción
de responder a esta esperanza”. (Ev G)
Silencio…
Canto…
Alabanza…
Acercarnos a los otros, nuestros hermanos,
“con la mirada del Buen Pastor,
que no busca juzgar sino amar!”
“Yo soy el Buen Pastor”
“Yo soy el Pan Vivo bajado del cielo”
La Eucaristía es Jesús,
nuestro Buen Pastor.
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En comunión con El,
nutridos en horas santas de adoración silenciosa,
en la comunión frecuente,
y el santo Rosario diario,
podemos traer a muchos
a Jesús Eucaristía que quiere cargarlos sobre sus hombros.
El llama a cada uno por su nombre.
“Yo he venido para que las ovejas tengan Vida,
y la tengan en abundancia.
Yo soy el Buen Pastor.
El Buen Pastor da su vida por las ovejas”.
“Mis ovejas escuchan mi voz,
yo las conozco y ellas me siguen.
Yo les doy vida eterna:
ellas no perecerán jamás
y nadie las arrebatará de mis manos.
Mi Padre, que me las ha dado,
es superior a todos
y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre.
El Padre y yo somos una sola cosa”. (Jn10)
Y este misterio lo contemplamos aquí
en la Eucaristía!
“Permanezcan en mí,
como yo permanezco en ustedes”
“Amense los unos a los otros
como yo los he amado”
Tantos hermanos sufren las peores indigencias
golpeados por los pecados de la humanidad
tirados en su vida, como desvanecidos,
“medio muerto”.
Tantos pasamos por su lado,
o esquivamos su mundo, su barrio, su villa, su hospital.
Un samaritano, lo vio y se conmovió.
“Entonces se acercó y vendó sus heridas,
cubriéndolo con aceite y vino;
después lo puso sobre su propia montura,
lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo.
Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue
diciéndole: “Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver”.
(Lc10,33-35)
“Si oran y aman
habrán hallado la felicidad en este mundo”
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“¿Cómo deberíamos intentar ser?
Jesús, durante el tiempo que moró en la tierra,
mostró su corazón tan abrasado de caridad
que, al hallarse en presencia de enfermos,
muertos, débiles o necesitados,
no pudo pasar sin aliviarlos o socorrerlos,
esta es la forma que debemos intentar ser”
Nuestro corazón es pequeño,
pero la oración perseverante
lo hace capaz de amar a Dios
y a nuestros hermanos!
(de El Santo Cura de Ars)
Hablando de la importancia de la adoración eucarística
en nuestra vida diaria, la Madre Teresa de Calcuta dice:
“Sé que no sería posible trabajar una semana de no ser por esa
continua fuerza que viene de Jesús en el santísimo Sacramento.
Todos sabemos que a menos que creamos y podamos
ver a Jesús en la apariencia de pan en el altar,
no seremos capaces de verlo a El
en el angustioso rostro de los Pobres”.
Silencio…
Canto…
Alabanza…
Oración final.
Bendición…
El sacerdote puede dar la bendición personal con el Santísimo Sacramento.
Gracias por unirse a la Iglesia argentina en adoración permanente!!
Serán muchos los frutos del Congreso Eucarístico Nacional 2016!!
Dios los bendiga
y María Santísima los guíe.