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¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA?
Juan Carlos Barajas Martínez
Sociólogo
Introducción:
El arte de definir es asunto difícil, encontrar las palabras justas para que otros entiendan un objeto o un
concepto no resulta algo baladí u obvio. Dentro de esta dificultad general, definir un objeto es más sencillo que
definir un concepto. Un objeto tiene unas dimensiones, una función, un origen y un autor; un concepto abstracto
es mucho más complicado, sencillamente porque sus límites y dimensiones, sus funciones, orígenes y autores
son más difíciles –en general– de delimitar y describir y, sobre todo, más sujetos a discusión pública.
Cuando se define una ciencia o una disciplina académica se encuentra el “definidor” con el segundo tipo
de definiciones, los conceptos, y claro –al no estar claros sus límites y propiedades y estar sujetos a debate–
existe toda una literatura al respecto con múltiples acuerdos, disensiones y especulaciones.
Como consecuencia de todo esto y para abrir boca, parece sensato acudir primero a la hora de definir,
a los héroes de la definición, a los diccionarios. Y entre ellos descolla, por méritos propios, el Diccionario de la
Real Academia. Así, el término sociología se describe en este diccionario del siguiente modo:
“sociología.
Del lat. socius, socio, y -logía.
1. f. Ciencia que trata de las condiciones de existencia y desenvolvimiento de las sociedades
humanas.
vegetal.
2. Ecol. Estudio de las comunidades vegetales en sí mismas o como parte del ecosistema.”
Está claro que si uno no ha oído hablar de la sociología esta definición –me refiero por supuesto a la
primera acepción– nos aproxima, nos dice que es una ciencia que estudia a las sociedades y su entorno. No está
mal para empezar pero es notorio que la sociología es mucho más.
El siguiente paso podría ser examinar un diccionario de sociología, paradójicamente, estos diccionarios
no la suelen definir directamente, sino que realizan la definición de su ámbito, del sitio en el que se encuadra,
de sus escuelas y movimientos, de cada una de sus características. El problema aquí es que cada una de estas
definiciones está separada en el espacio, dentro del libro, en función de la primera letra del concepto. De esta
manera el ávido lector, que desea saber qué es la sociología, tiene que componer una especie de rompecabezas,
lo que resulta trabajoso y tedioso. Del tal forma que uno se lleva la impresión de que estos diccionarios están
pensados más para especialistas que tienen una duda puntual que para profanos que intentan hacerse una idea
general.
Los libros de sociología general suelen dar una definición en su introducción, para posteriormente,
desarrollar en el texto una completa visión de lo que es la sociología. Todo esto suena muy bien pero estos libros
están dirigidos a estudiantes de los primeros cursos de sociología, o bien, a estudiantes de otras ciencias sociales
afines que necesitan un primer vistazo exhaustivo a la ciencia sociológica. En cualquier caso, el fin para el que
fueron escritos estos libros, que suelen ser textos muy largos, es la formación de estudiantes que serán en el
futuro especialistas en la materia y no para ávidos lectores no especialistas que desean tener una idea concreta
y rigurosa de lo que es la sociología.
La misión que me he encomendado al escribir este artículo es explicar lo que es la sociología en unas
pocas páginas, de una manera rigurosa y rápida. A pesar de todo, al tratarse de un concepto, las ideas que a
continuación describiré no están libres de discusión y opinión, y otros sociólogos podrían destacar otros aspectos
o pensar que me he equivocado en mis planteamientos.
Y ya, sin más dilación, comenzamos: Señoras y señores, pasen y vean.
Origen y una primera definición
La sociología nace como ciencia en un momento convulso, en una época de rápidos y bruscos cambios
sociales, en la sociedad resultante de la Revolución Industrial a mediados del siglo XIX. Esta revolución, en opinión
de muchos autores, representó el cambio social más importante desde el paso de una sociedad cazadora,
recolectora, nómada a una sociedad agrícola, sedentaria. Esto ocurrió allá por el neolítico hace unos 10.000 años.
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Estos grandes cambios sociales motivaron una mayor preocupación sobre las características de la
sociedad, sobre la estructura social y sobre cómo se pasa de una estructura social a otra diferente por medio de
los cambios sociales. A esta preocupación por la sociedad se le unió el hecho de la popularización, entre los
pensadores, del método científico. De la fusión de ambos fenómenos surgió la sociología como ciencia
independiente.
La sociología, por tanto, supuso un intento de aplicar los esquemas del análisis científico a la realidad
social humana. Con una característica principal, lo que caracteriza a la sociología en el contexto de las ciencias
sociales es su alto nivel de generalidad, es decir, se ocupa de la investigación de la estructura y de los procesos
de la sociedad en general. De ahí que sea normal leer una definición de la sociología como la que sigue: ciencia
que se ocupa del estudio de las sociedades de modo completo. Aunque esto no resulte del todo cierto, la
sociología también se ocupa de ámbitos más reducidos en una sociedad, si nos permite una definición general
que se corresponde en alto grado con la realidad.
Para no dejar cabos sueltos y definir esa parte oscura que queda en la definición anterior vamos a
observar a la sociología desde distintos ámbitos que he denominado ejes de definición.
El primer eje correspondería con las dos visiones principales de la sociedad: la visión estática y la
dinámica.
Eje 1º Estructura y Cambio social
La persona que inventó el término “sociología” –Augusto Comte– considerado el primer sociólogo,
dividió ya su “Física Social” –término que consideraba más justo para su recién inventada ciencia– en “Estática”
y “Dinámica Social”. La primera comprendía el estudio de lo que hoy se denomina estructura social, consiste en
la observación e investigación de la sociedad en un momento concreto, es decir, los distintos grupos sociales, las
relaciones entre ellos, las estrategias sociales, las funciones que cumplen cada uno de estos grupos. Se trata de
hacer una foto fija de un momento social. La otra perspectiva, el cambio social, es el estudio de los fenómenos
que en el tiempo hacen variar el cuerpo social, las variaciones en los grupos, los cambios en las relaciones entre
ellos, lo que implica un cambio en las estrategias y en las funciones. Ambas perspectivas son complementarias y
no se puede describir las sociedades sin un completo análisis de ambas.
Voy a poner un símil para dejarlo más claro. Los ingenieros al estudiar el comportamiento de una
máquina la describen mediante diagramas de estados y transiciones, cada estado resulta de la observación en
un instante t de los valores de las variables del sistema, asumiendo que los estados de la máquina son finitos.
Esta perspectiva del funcionamiento de la máquina, estática, sería el estudio de su estructura. Pero la máquina,
durante el tiempo, pasa a otros estados –el t+1 por ejemplo– por tanto es necesario también el estudio de la
transición de un estado al siguiente, cuáles son los valores de entrada y de salida, que cambian el estado del
sistema y de sus variables internas.
Del mismo modo los sociólogos estudian las variables sociales, parámetros sociales sujetos a cambio,
variables dependientes si atendemos a su formulación matemática. Estudian qué variables cambian y en función
de qué variables independientes lo hacen. Por poner un ejemplo de sociología electoral, puedo estudiar el valor
de la abstención en elecciones diferentes y me da una perspectiva estática. Puedo del mismo modo analizar otros
parámetros sociales, marcha de la economía, comportamiento de los partidos políticos, prestigio social de la
política, nivel cultural, conflictividad social como variables independientes y estudiar el fenómeno de la
abstención en el tiempo en función de éstos y otros parámetros.
Eje 2º. La Teoría Sociológica
La sociología ha acumulado con los años un gran cuerpo teórico en el que los clásicos, los llamados
padres de la sociología ( Marx, Durkheim, Weber y otros) tienen todavía un gran peso y son de inevitable estudio
por los sociólogos. Posteriormente han realizado aportaciones a la Teoría Sociológica numerosos autores durante
todo el siglo XX. Pero si analizamos la historia de la Teoría Sociológica con ánimo sintetizador podemos establecer
dos grandes escuelas: el funcionalismo y todos sus derivados y la sociología del conflicto y todas sus
manifestaciones. Y no nos costaría mucho trabajo etiquetar a la mayoría de los autores en una u otra escuela.
Según el enfoque funcionalista una sociedad puede entenderse metafóricamente como un organismo
vivo que se compone de distintos órganos o estructuras cada uno de ellos con una función o funciones necesarias
para que el organismo social pueda vivir. La sociedad es un sistema complejo cuyas partes “encajan” entre sí
produciendo un equilibrio o estabilidad social.
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Para la corriente principal del funcionalismo nuestras vidas están orientadas según la dirección que
marcan ciertas estructuras sociales, entendiéndose por éstas pautas relativamente estables de relaciones
sociales, por ejemplo, las relaciones familiares, las conductas ritualizadas, y otras, que implican comportamientos
relativamente estables y predecibles. Así para Talcott Parsons, el máximo representante de este paradigma, la
sociedad tiende al equilibrio y a la estabilidad. Pero para que puedan permanecer en el tiempo, las sociedades
deben cumplir una serie de requisitos que denominó prerrequisitos funcionales como la adaptación al entorno,
la satisfacción de los objetivos o la cohesión social entre otros.
Para los críticos del funcionalismo la idea de un orden natural en las sociedades no casa bien con las
grandes variaciones que vemos entre distintas sociedades y, dentro de la misma sociedad, entre distintos
momentos históricos. También se opina que se pone tanto énfasis en la estabilidad y el equilibrio social que se
corre el peligro de olvidar la otra cara de la moneda: la desigualdad y el conflicto social.
Y es precisamente esta otra cara de la moneda, la que protagoniza el estudio de la otra gran corriente
de la sociología, la sociología del conflicto. En este paradigma se agrupan las teorías sociológicas que analizan a
la sociedad desde el punto de vista de la desigualdad, el conflicto y el cambio social. Se resaltan las relaciones de
dominación que enfrentan a las diferentes categorías de personas y, en el ámbito internacional, a los conflictos
entre distintas sociedades que compiten entre sí. Se analizan también las estrategias que emplean los
dominadores para mantener su posición y de los dominados para intentar mejorar su situación.
Al hablar de sociología del conflicto es inevitable citar a Carlos Marx, cuyas ideas han ejercido una
notable influencia en los autores de esta corriente hasta nuestros días. Se trata del Marx filósofo y sociólogo y
no del revolucionario que tanta polémica levanta, hasta el punto de que muchos sociólogos norteamericanos
reconocen que no han podido estudiar a Marx de una manera independiente; muchos de ellos se consideran
“marxianos”, para evitar usar el término “marxista”, equivalente a “comunista” o “revolucionario”. Pero aparte
de Marx hay muchos sociólogos importantes en esta corriente como Althusser, Dahrendorf y los miembros de la
Escuela de Frankfurt.
Los críticos de esta corriente opinan que, al destacar tanto la desigualdad y el conflicto, dejan de lado
aquellos mecanismos – como los valores compartidos y la interdependencia – que favorecen la paz y la cohesión
social. Por otra parte, al poner en entredicho una sociología libre de valores y proponer objetivos políticos, se les
reprocha que no se puede entonces decir que realizan una observación científica.
Si me preguntan a mi dónde me encuadraría, yo diría que en ninguna de las dos corrientes. Para mí son
las dos útiles, si se trata de estudiar la estructura social en un momento histórico concreto yo creo que sería más
bien funcionalista, pero si se trata de estudiar el cambio social, aplicaría los conceptos críticos de la sociología
del conflicto.
Eje 3º Visión macro-micro
Aunque en el apartado anterior hemos descrito las dos principales corrientes de la Teoría Sociológica
no hemos acabado del todo. Ambas corrientes de pensamiento entienden la sociedad desde una visión
macroscópica, en términos de agregados, de generalizaciones abstractas. ¿En qué lugar queda el individuo?
De esta manera, desde los años ’50 del pasado siglo, se ha venido desarrollando un nuevo paradigma,
el de la acción, esto es, el nivel de análisis ya no se centra en las grandes estructuras sociales sino en las
interacciones cotidianas de las personas que van dotando de significado al mundo social que les rodea.
Dentro de esta visión microscópica de la sociedad destaca un enfoque denominado el Interaccionismo
Simbólico, cuyo máximo exponente es el filósofo norteamericano George Herbert Mead. Las reflexiones de Mead
se centraron en explicar cómo las personas van construyendo su propia identidad y definiéndose a si mismas a
través de sus experiencias sociales. Para este enfoque la sociedad es el resultado de las interacciones cotidianas
de las personas, que van dotando de significado al mundo social que les rodea. Por supuesto no hay garantías de
que este proceso de interacción continua haga que las personas terminen imputando los mismos significados al
entorno en el que viven y, así, aún reaccionado de la misma manera, un policía puede hacer sentirse seguro a un
individuo y nervioso a otro. De modo que la sociedad sería un mosaico de definiciones subjetivas y reacciones
variadas.
Otro enfoque importante que centra su atención en el individuo y que ha causado un gran impacto en
la sociología de las últimas dos décadas son las teorías de la Elección Racional. Es un grupo teorías que se han
tomado prestadas de la ciencia económica, que las usa para estudiar fenómenos como la acción colectiva o la
conducta estratégica en instituciones y organizaciones.
Se parte de la proposición consistente en que la unidad de análisis sobre la que debe descansar la
explicación sociológica es el individuo o más concretamente los cursos de acción que emprenden los individuos
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en función de sus intereses y prioridades. Con ello se sustituye la imagen sobresocializada del ser humano, según
la cual, éste actúa en conformidad con los valores y normas sociales de los que resultan el consenso y el orden
social, idea ésta muy querida por los funcionalistas. En términos estrictos la acción racional de los individuos es
el resultado de una evaluación de los costes y beneficios que entraña, de manera que, son capaces de priorizar
las alternativas de que disponen. Decisión en la que cuentan con la información necesaria para ello.
Pero esto en la vida real no es cierto, existe siempre un grado mayor o menor de información disponible
y también es variable el número de alternativas posibles. De esta forma surgió la escuela de la Racionalidad
Limitada, según la cual, los individuos disponen de una visión limitada del mundo en la que solo cabe un número
reducido de alternativas de acción, eligiendo entre ellas las que le parecen más satisfactorias.
Todas estas teorías que ponen el objeto de estudio en el individuo son un buen contrapeso a las
sociologías de visión macro Sin negar las estructuras sociales, las sociedades están constituidas por individuos,
de esta forma proponen soluciones a ciertos problemas de análisis que desde una visión completa de la sociedad
no se pueden alcanzar. Pero cuando la investigación social se centra en el individuo es fácil perder de vista la
influencia de las variables sociales o estructurales en los fenómenos sociales.
Eje 4º. ¿Distintas aplicaciones o varias disciplinas distintas?
Yo tuve una profesora que decía que no se puede hablar de sociologías distintas sino de distintas
aplicaciones de la sociología. Estaríamos entonces ante una única disciplina con múltiples aplicaciones.
En este sentido se pueden mencionar, entre otras, la sociología del conocimiento y de la ciencia, la
sociología de la religión, la sociología de la educación, la sociología política y electoral, la sociología de la familia,
sociología rural y urbana, sociología industrial, sociología de mercados y, aunque no se trata de sociología,
podríamos citar la psicología social.
Todas estas áreas de la sociología tienen un objeto de estudio diverso pero comparten las técnicas y las
formas. Todo es sociología como decía mi profesora.
Eje 5º. La sociología, ¿es una ciencia o una disciplina académica sin carácter científico?
He postergado este debate, muy común en los libros de sociología, conscientemente. Simplemente
porque yo no le doy personalmente la importancia que muchos autores le conceden. El que la sociología sea una
ciencia o no lo sea, para mí, es un debate menor. Me preocupa más si la sociología es útil o no lo es.
Pero existe una mala conciencia colectiva en la mayoría de los sociólogos y una necesidad perentoria de
demostrar que se trata de una ciencia tan ciencia como la física o las matemáticas. Algo que, por cierto, jamás
se preguntan los físicos o los matemáticos, ellos no tienen la más mínima duda de que lo que ellos practican es
una ciencia. Hasta el punto que en muchas facultades de ciencias ni siquiera se estudia filosofía de la ciencia,
¿para qué? dicen, y esto es otro error; porque para hacer algo –cualquier cosa– es menester saber qué se está
haciendo.
Intentando ser lo más sucinto posible, el debate se plantea de la siguiente forma, todas las ciencias
comparten un mismo método, el método científico. El ideal científico o, más bien, cierto ideal científico estriba
en que las observaciones, las hipótesis, las tesis, las teorías y las leyes estén apoyadas o sustentadas en términos
matemáticos. Pero por el objeto de estudio de las diversas ciencias muchas de ellas no disponen de una
herramienta matemática que permita describir en esos términos los fenómenos observados. Y esto es
precisamente lo que le pasa a las ciencias sociales, no es fácil encontrar una teoría matemática que encaje con
los fenómenos que estudian –aunque cada vez más se encuentran campos como la Teoría de Sistemas o la Teoría
de Juegos que tienen aplicación directa sobre el estudio del comportamiento social–, sin embargo, en el campo
de la física por poner un ejemplo, es muy fácil. Al primer grupo de ciencias algunos autores lo denominan
“ciencias blandas”, y a las basadas en las matemáticas las denominan “ciencias duras”.
Normalmente la conclusión escogida en los libros de sociología general es la siguiente, si en las ciencias
sociales se aplica el método científico, es el uso de éste método y no las matemáticas, lo que hace que la
sociología sea una ciencia.
Una variante de este problema es el que se plantea cuando se habla de los valores y la sociología. En la
observación científica el observador no debe alterar las condiciones del experimento, un físico que estudia el
choque de dos móviles se encuentra ajeno al experimento pues lo observa desde fuera y, por tanto, no altera de
las condiciones del mismo. Pero un sociólogo observa los fenómenos sociales perteneciendo o formando parte
de la sociedad, es como si el físico estudiara el choque de móviles montado dentro de uno de ellos. ¿Hasta qué
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punto el sociólogo es independiente de los problemas que estudia?, ¿cómo se puede distanciar de los valores de
su sociedad si forma parte de ella? ¿Es posible entonces poner juntos los términos ciencia y social?
El gran sociólogo Max Weber era partidario de una sociología libre de valores. El sociólogo debía
apartarse de los valores de su sociedad, debía hacer un esfuerzo por observar los fenómenos sociales desde la
distancia, como el físico y los móviles. Muchos piensan que por mucho esfuerzo que se realice esto no es posible
del todo. En el otro extremo se colocan los sociólogos de la Escuela de Frankfurt que opinan que el sociólogo ha
de inmiscuirse en los problemas, proponen una sociología militante.
Este problema sobre los valores y la sociología para identificar si se trata de un ciencia o no, para mi es
el argumento principal que tienen los detractores de la sociología como ciencia.
Sobre este tema la mejor disertación sobre si la sociología es una ciencia la he leído en Durkheim, en su
libro “las Reglas del Método Sociológico”, en el que realiza una identificación entre el concepto de la sociología
como ciencia y el tratamiento de los hechos sociales como cosas susceptibles de ser estudiadas objetivamente.
Propone un método sociológico de estudio cuyos rasgos distintivos son:
1. La sociología es independiente de toda filosofía, por lo tanto se trata de una aproximación científica
2. El método es objetivo, proviene del tratamiento de los hechos sociales como fenómenos dignos de
estudio
3. El método que propone es exclusivamente sociológico, luego tiene autonomía respecto de las otras
ciencias
Eje 6º. La sociología dentro de las ciencias sociales
Es evidente que la sociología pertenece al núcleo de las ciencias sociales, al lado de la ciencia política, la
economía, la historia, la antropología, la psicología y otras. Ciencias con las que comparte técnicas y métodos y
con las que, en casos especiales pues los objetos de estudio están bien definidos, no se sabe muy bien dónde
empieza la sociología y termina la antropología, o donde termina la ciencia política y empieza la sociología.
Eje 7º. La mirada sociológica
El sociólogo no mira a la sociedad como los demás. La perspectiva sociológica es una forma de pensar,
una mirada crítica que pone en cuestión fenómenos en los que nadie repara. No nacemos con ella, se obtiene
estudiando, leyendo a los sociólogos que no han precedido, pero no basta con estudiar, hay que saber
preguntarse. Pero sobre todo, hay que tener en cuenta que nada es por casualidad, que existen razones
profundas para que las cosas sean como son por muchos años que lleven instituidas y nos parezcan que forman
parte del estado natural de la sociedad. Una vez establecido este principio, sólo hay que preguntarse: ¿quién?,
¿por qué? y ¿para qué?
Conclusión
Hemos visto a la Sociología desde distintos puntos de vista, la hemos recorrido rápidamente durante
sus, apenas, dos siglos de existencia, sabemos su objeto de estudio: la sociedad, su arma: la Teoría Sociológica,
sus visiones: macro y microscópica, sus aplicaciones, su carácter científico, sus compañeras de viaje: las ciencias
sociales y, por último, la forma en que el sociólogo observa o mira los fenómenos sociales. Como dije al principio
de este artículo, otros sociólogos habrían destacado más algunos aspectos, y otros, habrían hablado de otros
conceptos. Pero, aunque me dejo mucho, creo que –para mantener el equilibrio entre la necesidad de comunicar
y el peligro de aburrir– no he de ir más allá en nuestro viaje.
Al llegar a este punto espero haber cumplido con mi objetivo inicial que era dar a conocer de manera
clara y sencilla en qué consiste esta pequeña ciencia nuestra. En este propósito sigo a uno de mis maestros, el
profesor José Félix Tezanos, cuando en su libro “La explicación sociológica”, escribe literalmente: “Al sociólogo
generalmente se le exige mucho, pero se sabe poco de la ciencia que practica. Se espera que pronostiquen quién
va a ganar las próximas elecciones, que proporcionen diagnósticos y soluciones a los problemas de la marginación
social o del funcionamiento de los servicios sociales. Pero pocos ciudadanos saben exactamente qué es la
Sociología y cómo trabaja el sociólogo. Por ello, la sociología es una ciencia que necesita ser explicada”
Bibliografía
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La explicación sociológica: una introducción a la sociología
José Félix Tezanos
2ª edición, 4ª reimpresión
UNED
Madrid 1998
Estratificación Social y Desigualdad
Harold R. Kerbo
5ª Edición
Mc Graw-Hill
Madrid 2003
Sociología
John J. Mancionis y Ken Plummer
Prentice Hall
Madrid 2005
Las Reglas del Método Sociológico
Emilio Durkheim
Editorial El Aleph 2000
www.elaleph.com
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