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Iglesias Cristianas de Dios
[CB10]
Abraham y Sara
(Edition 2.0 20030923-20070123)
El Señor le dijo a Abram, "Deja tu país, tu pueblo y el hogar de tu padre y ve a la tierra que voy a
mostrarte. Haré de ti una gran nación y te bendeciré." Este documento ha sido adaptado del
capítulo 6 de La Historia de la Biblia Volumen 1 de Basil Wolverton, publicado por la prensa
del Ambassador College, y los documentos Abraham y Sodoma (No. 91) y Melquisedec (No. 128),
publicado por CCG.
Christian Churches of God
PO Box 369, WODEN ACT 2606, AUSTRALIA
Correo electrónico: [email protected]
(Derechos de propiedad literaria  2003, 2007 CCG, ed. Wade Cox)
Tr. 2008
Este documento puede copiarse libremente y distribuirse con tal de que se copie en su totalidad sin
alteraciones o tachaduras. Debe incluirse el nombre del editor y dirección y el aviso de derechos de
propiedad literaria. Ningún cargo puede realizarse a los destinatarios de copias distribuidas. Las citas
breves pueden ser incluidas en artículos críticos y revisiones sin interferir en los derechos de propiedad
literaria
Este documento se puede obtener desde los sitios internet:
http://www.logon.org/spanish/ y http://www.ccg.org/
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Abraham y Sara [CB10]
Abraham y Sara [CB10]
Aquí continuamos desde el documento Nimrod
y la Religión Falsa (No. CB9).
Dos años después del diluvio, cuando Sem, el
hijo de Noé tenía 100 años, Sem tuvo un hijo
que se llamó Arfaxad (Gen. 11:10). A los 35
años, Arfaxad tuvo un hijo llamado Sélaj (Gen.
11:12). Y muchas generaciones continuaron de
esta manera. Luego de aproximadamente 300
años, nació un hombre llamado Abram. Su
padre era Taré (Gen. 11:26).
Abram se crió en una ciudad en Mesopotamia
(Acts 7:2) llamada Ur, no muy distante del
lugar en donde Nimrod comenzó a construir
Babel (Gen. 11:2). Aquí Abram, así como Noé,
aprendieron a obedecer las Leyes del Señor,
mientras las personas de ese mundo estaban
nuevamente adorando a ídolos y viviendo
alejadas de los caminos de Dios. Abram fue
uno de los pocos que no participaron de las
costumbres paganas. En la Mesopotamia
Abram tuvo su primera visión o llamado de
Dios a dejar su país y su pueblo (Actos 7:2).
Aproximadamente a los veintisiete años el
Señor le dijo una vez mas a Abram que se
mudara con su familia a otro país.
Empero Jehová había dicho á Abram: Vete de tu
tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, á la
tierra que te mostraré; (Gen. 12:1)
Abram obedece a Dios
Dios le prometió que si obedecía todas Sus
instrucciones, Abram sería bendecido y se
convertiría en el padre de una gran nación
(Gen. 12:2-3). Con el tiempo esa nación
disfrutaría bendiciones muy especiales. Abram
no sabía cómo sería la tierra a la que se estaba
dirigiendo, y no sabía cuáles serían las
bendiciones para su pueblo, pero él confiaba en
Dios y obedeció.
Además de a su esposa, Sarai, Abram llevó a su
sobrino llamado Lot y a su esposa, y pastores
para cuidar de los rebaños de ovejas y personas
para cuidar de las manadas de ganado. Mudar a
su familia y sus pertenencias a una tierra lejana
no fue una tarea pequeña para Abram (Gen.
12:4).
Luego de muchas semanas de viaje, llegaron a
la tierra de Canaán, donde Dios había dicho que
Abram debía ir (Gen. 12:5). Canaán era una
tierra muy fértil donde había buen suelo para
cultivos. Pero la gente era mala. Por lo tanto
Dios trajo hambre a esa área. Esta hambruna
ocurrió justo después de que Abram llegara a
Canaán (Gen. 12:10). La falta de agua hizo que
los frutales, las plantas y la pastura se secara.
Había muy poca comida para los animales que
Abram y Lot habían traído a Canaán. Y sin
ganado u ovejas, no habría suficiente comida
para Abram y los que estaban con él.
Abram va a Egipto
Llegaron informes a los viajeros de que en la
tierra de Egipto no faltaba la lluvia, entonces
Abram y su familia fueron hacia Egipto para
salvar a sus rebaños. Dios ya había hecho un
pacto con Abram de darle tierra y alimentarlo
donde sea que él estuviera, pero aún así él no
tuvo fe para quedarse y confiar en Dios. Luego
veremos que Abraham fue un siervo fiel y un
amigo de Dios por medio de su obediencia. Ver
el trabajo Abraham e Isaac: Un Sacrificio por
la Fe (No. CB11).
En la tierra de Egipto se había desarrollado una
gran civilización desde el diluvio. Los Reyes
egipcios, o faraones, se habían vuelto ricos pese
a su adoración de ídolos. Ellos disfrutaban de
todas las cosas buenas que viene de la tierra. Y
lo que fuera que les faltara, lo tomaban de
otros.
Como Sarai era una mujer hermosa, y Abram
tenía miedo que el rey de Egipto la quisiera
como una de sus tantas esposas, él le pidió a
Sarai que se hiciera pasar por su hermana en
vez de su esposa (Gen. 12:12-13). Sarai en
realidad era medio-hermana de Abram, porque
su padre era el padre de Abram, pero la madre
Abraham y Sara [CB 10]
de ella no fue la madre de Abram. Abram
quería transmitir esta media verdad porque
temía que si se sabía que él era el esposo de
Sarai, los egipcios podrían matarlo para que
Sarai fuera libre para casarse.
Lo que Abram temía ocurrió muy pronto. Pese
a que Sarai tenía 65 años, Sarai aún parecía una
mujer joven y bella. Ella era muy rubia. En
poco tiempo se supo que esta inusual mujer
podría ser favorecida especialmente por el
faraón, quien ordenó que ella fuera llevada a su
palacio.
El faraón se sintió tan complacido con la
posibilidad de convertir a Sarai en su esposa,
que le dio a Abram regalos costosos que
incluyeron ganado, sirvientes y una buena
residencia. Pero Abram pecó porque mintió y el
faraón pecó por casarse con la esposa de otro
hombre. Por este motivo Dios envió plagas a la
casa del faraón. El faraón se enojó con Abram,
pero envió a Sarai de regreso con su marido, y
dio órdenes a sus hombres de que se encargaran
de que Abram y su familia fueran escoltados
fuera de Egipto (Gen. 12:14-20). Podemos ver
aquí que el matrimonio y las Leyes de Dios se
conocían aún en aquel momento.
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Dios le había prometido esta tierra a Abram.
Abram tenía derecho de ser el primero en elegir
dónde quería que pastaran sus animales, pero
generosamente le dijo a Lot que eligiera
primero. Lot miró por encima el suelo rico en el
valle del Río Jordan, y dijo que quería la tierra
allí. Por esto las tierras altas le quedaron a
Abram, pero él estaba satisfecho porque Lot
estaba conforme (Gen. 13:5-12).
Luego, Dios le habló a Abram nuevamente, y le
dijo que la tierra que él pudiera ver en todas las
direcciones sería por siempre suya y de sus
descendientes, cuyo número sería igual al de las
motas de polvo en la Tierra. Luego Abram
mudó su tienda a Hebrón y allí construyó un
altar al Señor (Gen. 13:14-18). Esta fue una
promesa maravillosa a Abram, quien para
entonces tenía casi 80 años y no tenía hijos.
Mientras tanto, Lot y su familia montaron sus
tiendas cerca de la ciudad de Sodoma en el rico
valle de Jordania. Lot pensó que había hecho
una sabia elección al ir allá. Él no se dio cuenta
del problema que iba a tener con la gente que
habitaba allí. Ellos eran excepcionalmente
viles. Como hombre de Dios, Lot nunca debió
haberse acercado a ellos.
Regreso a Canaán
Estalla la guerra en Canaán
Abram, Lot y sus esposas y siervos luego
trasladaron su ganado de vuelta a Canaán.
Abram fue a un lugar donde había construido
un altar a Dios la primera vez que vino a
Canaán. Allí él pidió perdón y fortalecimiento
(Gen. 13:4).
Poco tiempo después de que Lot se mudara
cerca de Sodoma, estalló la guerra entre los
reyes de las cinco ciudades del valle de
Jordania y cuatro reyes de la tierra en donde
Nimrod comenzó su reinado. Los cuatro
distantes reyes ganaron la batalla. Los pueblos
de las dos ciudades más importantes del valle,
Sodoma y Gomorra, fueron perseguidos hasta
las montañas, donde algunos de ellos
escaparon. La mayoría de ellos fueron
capturados para convertirse en esclavos de los
victoriosos. Entre los prisioneros estaba Lot, su
familia y sus sirvientes. A Lot le quitaron sus
posesiones.
Para este momento el hambre en Canaán había
terminado. Los rebaños y el Ganado que le
pertenecía a Abram y a
Lot se habían
multiplicado. Dios bendijo a Abram y a Lot
también por ser parte de la familia de Abram.
Pero dado a que los animales eran tan
numerosos, los hombres de Abram y los
hombres de Lot comenzaron a pelear por los
lugares donde había mas pastura y agua. Abram
no quería tener ningún problema con Lot,
entonces sugirió que eligieran regiones
separadas para habitar.
Cuando Abram supo lo que había pasado,
partió en búsqueda de los victoriosos reyes sólo
con sus 318 hombres (Gen. 14:14). Fue
necesario coraje para enfrentar un ejército con
muchos mas hombres que los que Abram tenía.
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Abram buscó la ayuda de Dios, y Dios lo ayudó
dándole
una
oportunidad
de
rodear
silenciosamente el campamento de los cuatro
reyes invasores durante la noche. Sus hombres
fueron tomados por sorpresa. En la oscuridad
ellos no podían distinguir la cuan numerosa era
la tropa que los estaba atacando. Por temor a
que pudiera ser gigante, ellos huyeron a las
montañas cerca de Damasco hacia el norte,
dejando atrás a todos los prisioneros y el botín
atrapado en el valle de Jordania (Gen. 14:1316).
El Rey de Sodoma vino con los hombres que le
quedaban a honrar a Abram por lo que le había
hecho al enemigo. Sin embargo, él no se había
dado cuenta de que Abram lo había hecho por
Lot y su familia. Esta reunión ocurrió en un
lugar cerca de la ciudad de Salem, que luego se
llamó Jerusalén.
Melquisedec Rey de Salem, también salió al
encuentro de Abram. Los sirvientes de
Melquisedec le trajeron pan y vino a Abram y
sus hombres cansados (Gen. 14:13-16).
Melquisedec bendijo a Abram por haber
rescatado al pueblo que había sido tomado
prisionero. Melquisedec no sólo fue rey sino
también sacerdote del Dios Altísimo (Heb.
7:1).
Es interesante destacar que el Mesías se
convertiría en sacerdote por siempre después de
la Orden de Melquisedec. Él es un Alto
Sacerdote por siempre, pero no fue ese
Melquisedec que se encontró con Abraham.
Fue otro sacerdote después de esa Orden (Heb.
7:11 RSV). Jesús fue un predecesor en nuestro
lugar. Esto significa que nosotros también nos
convertiremos en sacerdotes de esa Orden. El
orden de Melquisedec es parte de una promesa
de Dios (Heb. 6:17-20).
Abraham y Sara [CB10]
orden de Melquisedec, como fue introducido
por el Mesías.
Abram le dio a Melquisedec un diez por ciento
del botín que había sido abandonado por los
atacantes que huyeron, aunque Abram no se
quedo con nada para él mismo. (Gen. 14:2024). Esto fue para mostrarnos que los
descendientes de Abraham darían diezmo a los
sacerdotes. La Ley de diezmo de Dios dice que
todos los que no cumplan en dar un diez por
ciento de sus ganancias a los sacerdotes de Dios
le están robando a Dios (Mal. 3:8). Todas las
posesiones son de Dios. Devolverle un diez por
ciento es una de las formas correctas de
honrarlo.
El Rey de Sodoma le ofreció a Abram
recompensarlo por todo lo que él había hecho,
pero Abram se negó a aceptar cualquier cosa.
El prefirió la bendición de Dios en vez de la
riqueza que un rey terrenal le pudiera proveer.
Es interesante notar que el pueblo de Sodoma
fue bendecido a causa de Abram, aunque ellos
estaban viviendo en contra de la Ley de Dios.
Otra promesa a Abram
Unos años mas tarde, cuando Abram se
encontraba viviendo en paz en sus tiendas en
los ceros arriba del valle de Jordania, el Ángel
del Señor le habló en una visión. Le dijo que
por su obediencia él se convertiría en el padre
de una gran nación. Abram y su esposa estaban
volviéndose demasiado mayores como para
poder tener hijos, entonces Abram estaba
desconcertado por esta promesa. Él le recordó
al Ángel que él no tenía hijos ni heredero (Gen.
15:1-3).
Jehovah juró y no se Retractará: "Tú eres sacerdote
para siempre, Según el orden de Melquisedec.".
(Salmos. 110:4)
A Abram se le dijo que tendría su propio
heredero y que si era capaz de contar las
estrellas en una noche oscura, podría conocer el
gran número de personas que descenderían de
ese hijo.
El significado del pan y el vino que se le dio a
Abraham, relacionado directamente con el Pan
y Vino, establecido por el Mesías, en la Cena
del Señor. Este evento anticipó la entrega del
Espíritu Santo bajo el Nuevo sacerdocio bajo la
Abram creyó había sido bendecido por esto
(Gen. 15:6; Rom. 4:20-22). Entonces se le dijo
a Abram que sacrificara algunos animales
limpios y pájaros y los colocara como ofrenda.
(Gen. 15:9-10).
Abraham y Sara [CB 10]
Abram obedeció
Poco tiempo después Abram se durmió
profundamente. Soñó que se encontraba en una
intensa oscuridad, y que la voz del Ángel vino a
él desde esa oscuridad, y le dijo cosas que
ocurrirían muchos años después de su muerte
(Gen. 15:12-16).
"Los pueblos que vivan después de ti
continuarán siendo extraños a esta tierra," dijo
la voz. "Mas tarde se convertirán en esclavos de
una nación extranjera por cuatro generaciones,
pero en aproximadamente 400 años ellos
regresarán a esta tierra con grandes posesiones"
(Gen. 15:13-16). Este sueño fue una predicción
sobre el cautiverio y la esclavitud de los
israelitas en Egipto en el futuro.
Abram se despertó al ver una llama muy
caliente pasar por encima y entre medio de las
carcasas que él había colocado. Al ver esta
asombrosa visión, su fe en Dios se volvió aún
mas fuerte (Gen. 15:17). El mismo día Dios
hizo otra alianza con Abram, de que él tendría
un gran número de descendientes y que ellos
tendrían grandes posesiones de tierra y otras
bendiciones materiales.
Dios siempre ha prometido cosas buenas a
aquellos que lo obedecen. Su promesa a Abram
ha tenido un gran efecto en todo el mundo por
miles de años. En su totalidad las generaciones
de los descendientes de Abram han disfrutado
mayor riqueza y bendiciones materiales que la
mayoría de las otras naciones.
El primer hijo de Abram
Sarai, la esposa de Abram, tenía cerca de 75
años en ese momento. Ella creía que era
demasiado mayor para tener un hijo. Ella no
podía entender cómo era posible para ella y
para Abram ser padres de un niño del cual
millones de personas descenderían. Sarai tenía
una sierva egipcia, Agar, que era mucho mas
joven que ella. Sarai le dijo a Abram que él
debería tomar a Agar como segunda esposa,
con la esperanza de que Agar tuviera el niño
para Abram y Sarai. En esos tiempos era
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común que un hombre se casara con más de
una esposa. Abram hizo lo que Sarai sugirió, y
con el tiempo Agar quedó embarazada (Gen.
16:1-3).
Finalmente Agar despreció a su ama porque
pensó que ella era mejor que Sarai ahora que
ella estaba embarazada, esperando un hijo de
Abram. Entonces Sarai maltrató a Agar y ella
se escapó. Pero el Ángel del Señor la encontró
y le preguntó que estaba haciendo. Ella explicó
lo que estaba pasando y el Ángel le dijo que
regresara con su ama. También le dijo a Agar
que iba a tener un hijo y que lo llamara Ismael.
El Ángel del Señor también prometió bendecir
y multiplicar sus descendientes, principalmente
los de Ismael, que iba a tener 12 hijos. Cuando
Agar dio a luz a Ismael Abram tenía 86 años
(Gen. 16:4-15).
Los descendientes de Ismael son los países
árabes. Entonces las bendiciones para el pueblo
árabe provienen de las promesas del Ángel a
Agar. Ella llamó a este ángel "el Dios que ve".
Este fue el ser que le dio la Ley a Israel en el
Éxodo.
La alianza de circuncisión
Pasaron trece años. Cuando Abram tenía 99
años el Señor se apareció ante él y le dijo: "¡Yo
soy el Dios todopoderoso! ¡Vive de acuerdo a
mis leyes!" (Gen. 17:1).
Sabemos por Juan 1:18 que ningún hombre ha
visto jamás a Dios Padre, por lo tanto, el ser
que habló a Moisés aquí estaba actuando como
mensajero o Ángel para el Altísimo Jehová.
Temblando, Abram hizo reverencia con su cara
hacia el piso mientras el Ángel le dijo que dado
a que estaba obedeciendo las Leyes de Dios, él
cumpliría las promesas que había hecho
muchos años atrás. Le dijo a Abram que su
nombre sería cambiado por Abraham, que
significa padre de mucha gente (Gen. 17:3-6).
El nombre de Sarai será cambiado por Sara,
que significa princesa.
El pacto otorgado a Abraham era para que él y
su hogar y sus futuras generaciones lo
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guardaran. La señal del pacto era que todos los
varones entre ellos tenían que ser
circuncidados. La generaciones futuras debían
circuncidar a sus bebés varones a los ocho días
de nacidos (Gen. 17:9-14). Sin embargo, el
pacto fue establecido por medio de Sara
también porque el Señor dijo, "Ella será una
madre de naciones; reyes de pueblos serán de
ella" (Gen. 17:15-16).
Dios entonces prometió a Abraham que Sara
seguramente tendría un hijo, pese a que ya tenía
ochenta y nueve años. El hijo se llamaría Isaac
(Gen. 17:15-16, 19). Ver el documento Isaac:
El Hijo de la Promesa (CB12).
Los tres visitantes
No mucho después de esto, tres hombres
desconocidos vinieron a la tienda de Abraham.
Estos hombres era ángeles que aparecieron en
forma de hombres (Gen. 18:1-2). En aquellos
días, como viajar era más difícil y cansador,
había más hospitalidad. Abraham invitó a los
tres desconocidos a descansar y a alimentarse.
Una comida fue preparada para ellos (Gen.
18:3-8). Luego de alimentarse, Abraham
recibió la noticia de que dentro de un año Sara
tendría un hijo. Esta fue una noticia maravillosa
para Abraham y Sara. Sara, especialmente, casi
no podía creerlo (Gen. 18:9-15).
Cuando los hombres se levantaron para irse
miraron hacia Sodoma. Entonces el Señor le
dijo a Abraham que los Ángeles iban a Sodoma
para ver cuán mala era la gente de allá.
Abraham y Sara [CB10]
cinco personas buenas. La respuesta fue que si
aunque sea encontrara allí cuarenta y cinco
personas así, la ciudad sería perdonada.
Abraham continuo preguntando sobre este
tema, y cada vez iba disminuyendo el número
de personas. Finalmente el Ángel le dijo que si
encontraran solamente diez buenas personas en
Sodoma, se salvaría (Gen. 18:23-33). Abraham
estaba preguntando por las personas rectas que
serían salvadas junto con los miembros de su
familia.
Lot, el sobrino a quien Abraham había
rescatado de los reyes que habían atacado a
Sodoma, había regresado imprudentemente a
vivir allí. Esa noche, los dos ángeles, con la
apariencia de hombres, llegaron a Sodoma y se
encontraron con Lot que estaba sentado en una
de las puertas (Gen. 19:1). Lot vio que ellos
eran desconocidos, y los invitó cordialmente a
su casa para alimentarse y descansar. Él no
sabía que eran mensajeros de Dios. Al principio
ellos se negaron, pero luego aceptaron ir con
Lot. Lot estaba a prueba.
Lot hizo preparar una comida especial para sus
invitados. Mas tarde, cuando estaban por ir a la
cama, una muchedumbre ruidosa rodeo la casa
de Lot. Estas personas sabían que había
desconocidos en la casa. Ellos le gritaron a Lot
que los sacara a los dos a la calle, donde ellos
tenían
la
intención
de
tratarlos
vergonzosamente (Gen. 19:4-5).
"Si encuentro cincuenta personas buenas en
Sodoma no la destruiré," él respondió.
Lot salió de la casa y le rogó a la muchedumbre
que se fueran. La chillona, maligna
muchedumbre no quiso escuchar a Lot.
Algunos de los hombres lo acorralaron con
rapidez contra la puerta. Los dos ángeles dentro
extendieron sus brazos, entraron de un tirón a
Lot, y cerraron la puerta de un golpe (Gen.
19:6-10). La muchedumbre enojada se precipitó
contra la casa para entrar. Entonces ocurrió
algo extraño. Los atacantes comenzaron a
tambalearse y a caminar a tientas. Sus gritos
enojados se convirtieron en lamentos. ¡Los
mensajeros de Dios los habían castigado con
ceguera repentina! (Gen. 19:11).
Abraham luego preguntó si Sodoma sería
perdonada si sólo se encontraran cuarenta y
Cuando el resto de la muchedumbre vio que
algo asombroso estaba ocurriendo, se alejaron
¡"Si ellos descubren que la mayoría de los
habitantes son viles y pervertidos, destruiré
toda la ciudad!" declaró el Ángel (Gen. 18:1622).
"¿Si encuentran cincuenta personas buenas allá,
no perdonarías a la ciudad para evitar que esos
cincuenta mueran?" preguntó Abraham.
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de la casa. Pero algo aún peor estaba por
ocurrir. Todos los hombres en la ciudad se
habían unido a la muchedumbre (Gen. 19:4). Y
como todos tenían los mismo deseos básicos,
eso significaba que no había diez hombres
buenos en Sodoma. No había razón para que
Dios la salvara.
los trozos se precipitaron nuevamente, cientos
de ellos descendieron en Sodoma y Gomorra
como meteoritos ardientes. No había forma de
escapar para el pueblo del lugar o de las
ciudades próximas. Sin embargo, la Biblia dice
simplemente que llovió fuego sobre Sodoma
desde Jehová en el Cielo.
"¡Si tienes parientes en Sodoma que quieres
que se salven, diles que dejen la ciudad ya
mismo!" dijeron los ángeles a Lot. "Sodoma y
su pueblo están a punto de ser quemados"
Aún gran parte de la llanura cerca de las dos
ciudades se marchitaron bajo el terrible calor.
No quedó nada con vida en esa región. Los
arbustos más verdes y el pasto se prendieron
fuego y se quemaron. Otros depósitos de asfalto
se prendieron fuego, causando una reacción en
cadena que hizo que la devastación fuera
completa (Gen. 9:24-25). Dios se encargó de la
población del lugar porque estaban dañándose
ellos mismos al vivir de manera maligna en vez
de seguir Sus Leyes.
Lot se apresuró para encontrar a los hombres
jóvenes que habían prometido casarse con sus
hijas. Cuando les dijo lo que iba a pasar, se
negaron a creerle (Gen. 19:14). Estaba tan
decepcionado que decidió quedarse en su casa
hasta que se unieran a él. Los ángeles le
advirtieron que debía irse de inmediato, pero
Lot permaneció allí. Aún después de que lo
atraparan a él, su esposa y a dos hijas solteras y
los llevaran por la fuerza fuera de la ciudad, Lot
aún tenía la esperanza de que el resto de su
familia apareciera (Gen. 19:15-16).
"¡Apresúrate, ve hacia las montañas!",
insistieron los ángeles. "No te detengas ni mires
hacia atrás a lo que va a pasar!"
"Las montañas están muy lejos," argumentó
Lot. "Hay un pueblo arriba del cerro al cual
podemos llegar antes. ¡Vayamos ahí!" (Gen.
19:17-22).
La paciencia de los ángeles se estaba agotando
con Lot, que aún tenía la esperanza de que sus
dos yernos de alguna manera lo siguieran. El
grupo se apresuró. El sol estaba saliendo
cuando ellos llegaron al pueblo de Zoar, a
muchas millas de distancia de Sodoma.
De regreso en Sodoma y en Gomorra, la otra
ciudad principal en la llanura, la tierra tembló
de repente. Se supone que en el área próxima a
las minas inflamables de betún, la tierra se
abrió y expulsó fuertemente aceite, sal y sulfuro
alto en el cielo. En un instante estos se
mezclaron y explotaron con un estruendo
ensordecedor arrojando incandescentes trozos
de materia aún más alto. Segundos más tarde
Al comienzo de la tormenta de fuego, justo
cuando Lot y parte de su familia estaban por
entrar en Zoar, la esposa de Lot se dio vuelta
para mirar la escena de la destrucción. Quizás
ella estaba recordando todo lo que había dejado
atrás y quizás estaba apenada por haber tenido
que dejar ese lugar pecaminoso, a pesar de
todos sus pecados. Lot y sus hijas apresuraron
marcha hacia Zoar, pero la esposa de Lot nunca
llegó con ellos. Ella había sido convertida en
una pieza de roca de sal del tamaño de un ser
humano (Gen. 19:26; Lk. 17:29). Pero Dios fue
piadoso con Lot al salvarlo a él y a sus dos
hijas. La lección para nosotros es que cuando
somos llamados para salir del pecado no
debemos desear regresar a él sino que debemos
dejarlo atrás sin mirar atrás.
Abraham mira la temida escena
A salvo en su tranquilo hogar en las montañas,
Abraham se levantó temprano para mirar hacia
abajo en dirección a Sodoma. Se sobresaltó al
ver nubes de humo ascendiendo sobre la
ennegrecida llanura y sus ciudades (Gen. 19:2729). Estaba claro para él que no habían sido
encontrados en Sodoma ni siquiera diez
hombres buenos.
Abraham se alegró mucho cuando supo más
tarde que Dios había respondido a sus
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plegarias. El pueblo de Zoar, aunque estaba en
la llanura junto con Sodoma y Gomorra, había
sido salvado para que Lot pudiera refugiarse
allí.
Al darse cuenta que estando en Zoar el aún
estaría viviendo entre personas que no
respetaban a Dios, Lot y sus hijas huyeron a las
montañas (Gen. 19:30). Él habría sido mas rico
y habría tenido menos problemas si hubiera
elegido no vivir entre el maligno pueblo de
Canaán.
La muerte de Sara
Un tiempo mas tarde Abraham se mudó a
Hebrón en la parte sur de la tierra de Canaán.
Aquí murió Sara los 127 años de edad (Gen.
23:1-2). Abraham compró un campo muy
grande en esa región. En el campo había una
cueva, y allí enterró a su esposa Sara.
Podemos preguntarnos por qué Abraham, que
era un hombre rico con un gran número de
ganado, se mudó de un lugar a otro tan
frecuentemente. Bueno, por un lado siempre era
mejor mudarse por el bien de los rebaños. Si no
había suficiente lluvia los animales no tenían
suficiente pastura para alimentarse. En ese caso
Abraham simplemente levantaba sus tiendas y
conducía sus rebaños a pasturas más verdes.
Pero el motivo más importante por el cual
Abraham vivía en tiendas y se mudaba fue que
Dios le indicaba que se mudara de un lugar a
Abraham y Sara [CB10]
otro. La mayoría de las personas en aquellos
países no sabía mucho sobre Dios. Ellos
adoraban a ídolos y Dios no quiso que
Abraham o cualquiera de su familia se
establecieran y comenzara a vivir de la misma
manera que aquellas personas.
La muerte de Abraham
Con el tiempo Abraham se casó con otra mujer
llamada Quetura. Ella le dio seis hijos mas
(Gen. 25:1-4).
Abraham le dejó todas sus pertenencias a Isaac.
Pero mientras aún estaba con vida le dio
obsequios a sus otros hijos (Gen. 24:5-6). La
Ley indicaba que el primogénito debía recibir
una parte doble de las propiedades del padre a
su muerte (Deut. 21:15-17).
Abraham vivió en total 175 años y luego murió.
Sus hijos Isaac e Ismael lo enterraron en la
cueva donde Abraham había enterrado
anteriormente a su esposa Sara. Luego de la
muerte de Abraham Dios bendijo a su hijo
Isaac que entonces vivía cerca de Beer-lajaiRoi (Gen. 24:7-11).
Para aprender mas acerca de Abraham, sus
descendientes y las promesas de Dios ver en
Internet el sitio: www.abrahams-legacy.org
