Download El arte hispánico entre los siglos VII y X. Arte visigodo

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Transcript
TEMA 6. EL ARTE HISPANICO ENTRE LOS SIGLOS VII Y X. ARTE DE
LA EPOCA VISIGÓTICA. ARTE ASTURIANO. ARTE MOZARABE.
Introducción.
Mientras el Imperio Romano Oriental sobrevive a las invasiones bárbaras y se
convierte en el Imperio Bizantino, manteniendo una cultura urbana dentro de la
decadencia general, el Imperio Romano Occidental es invadido por los pueblos
germánicos en el siglo V. Estos pueblos fundan distintos reinos en los territorios
conquistados, de manera que acaban con la unidad política del Mundo Romano. Los
más importantes de estos pueblos son los visigodos en España, los ostrogodos en Italia y
los francos en Francia.
Dada la fragmentación política y cultural de estos pueblos el arte que realizan es
también muy heterogéneo y se engloba en el concepto genérico de Prerrománico, pues
es anterior en el tiempo al Románico, un estilo artístico que volverá a unificar
artísticamente todo el occidente cristiano desde el siglo XI.
Prerrománico significa, por tanto, fragmentación y heterogeneidad. Además, el
Prerrománico es un arte propio de pueblos atrasados y ruralizados, por ello se puede
considerar de escasa calidad técnica, sobre todo, comparándolo con el Arte Romano.
Los artistas del Prerrománico siempre tienen en mente los grandes logros artísticos
del Mundo Clásico, así como el arte de las Culturas Urbanas de su época, mucho más
avanzadas: Bizancio y el Islam. De ahí que reutilicen elementos romanos a su alcance o
que imiten (a veces de una manera caricaturesca), lo romano, lo bizantino y lo islámico.
España es un territorio especialmente importante en el Prerrománico por la
variedad de manifestaciones artísticas que se dan aquí. Esta variedad artística es una
consecuencia de las grandes invasiones que sufrió nuestro territorio en la Alta Edad
Media: visigodos en el siglo V y musulmanes en el siglo VIII esencialmente.
En este período se suceden tres grandes estilos artísticos:
El Arte Visigótico o mejor dicho, Hispano-Visigótico entre los siglos V-principios
del VIII (aunque las principales muestras conservadas son del siglo VII)
El Arte Asturiano entre fines del siglo VIII y principios del siglo X
El Arte Mozárabe o de la Repoblación del Valle del Duero entre principios del
siglo X y principios del siglo XI.
Arte Visigótico
Características generales de la Arquitectura Visigótica.
Los visigodos llegaron a la Península en 415 como foederati (aliados) del Imperio
Romano, para expulsar a otros invasores germánicos. Sin embargo, mantuvieron el
centro de su reino en el Sur de Francia hasta principios del siglo VI en que trasladaron
el centro de su reino en Toledo. El llamado Arte Visigodo ocupa buena parte de la
Península aunque hay que tener en cuenta que desconocemos la mayor parte de las
iglesias urbanas que debía haber en Toledo, Córdoba y otras ciudades visigodas y sólo
contamos con ejemplares rurales, mucho más pequeños.
A la Arquitectura Visigótica deberíamos denominarla en realidad HispanoVisigoda, pues, a pesar de tener algunos elementos propios de la cultura germánica,
éstos son más bien minoritarios, limitados a la escultura o decoración. Más bien
muestra influencia de la Arquitectura Romana y de la Arquitectura Bizantina, sobre
todo, en aspectos constructivos.
Materiales: el material más utilizado es la piedra labrada en forma de grandes
sillares colocados a seco. El ladrillo y la mampostería se utilizan más raramente. El
mármol es el material preferido para los elementos de adorno y los canceles. Muchos
de los materiales de construcción son romanos reutilizados y a menudo
descontextualizados. En las techumbres se utiliza mucho la madera.
Técnicas de construcción: los visigodos utilizan muros de doble hilera de sillares,
a menudo con rellenos de ripio, igual que los romanos. Sin embargo, sus técnicas de
construcción son a veces inadecuadas, especialmente para construir bóvedas, pues en
éstas utilizan a veces materiales demasiado pesados como sillares de piedra, así ocurre
en San Pedro de la Nave o en San Juan de Baños.
Planta: las iglesias visigodas se caracterizan por la variedad de plantas, sin
embargo, en ellas dominan las de planta centrada. Típico de las iglesias visigóticas son
sus ábsides de planta cuadrangular y exentos entre sí. Otro elemento típico es la
construcción de uno o varios exonártex en forma de porches de planta cuadrangular.
Aparentemente, las iglesias visigóticas parecen reproducir una planta basilical diáfana,
pero en realidad se trata de plantas muy compartimentadas. Así, por ejemplo, San Juan
de Baños tenía originalmente una extraña planta basilical de tres naves y crucero con
tres ábsides exentos poco compartimentada. Por el contrario, Santa Lucía del Trampal
tiene una planta similar que sí compartimenta crucero y nave. Muy diferente a éstas es
la tendencia a la planta centrada que encontramos en San Pedro de la Nave, Santa
Comba de Bande (cruz griega inscrita en un rectángulo) o San Fructuoso de Montelios.
San Pedro de la Nave muestra una compartimentación muy acusada del espacio interno.
Elementos formales.
Elementos sustentantes: muros de dos filas de sillares a seco con ripio como
relleno, en San Juan de Baños aparecen columnas exentas que reproducen columnas
romanas con capiteles muy estilizados, también hay columnas romanas reutilizadas. A
su vez, en San Pedro de la Nave tenemos capiteles historiados muy toscos, pilares con
columnas adosadas e impostas embebidas en el muro.
Elementos sustentados: la mayor parte de los edificios aparecen cubiertos por
techumbres formadas por dinteles de madera (por ejemplo, en San Juan de Bañoso
Quintanilla de las Viñas), aunque los ábsides siempre están abovedados. El tipo de arco
más característico es el arco de herradura visigótico (muy abierto y sin clave). Este arco
da lugar a la bóveda de cañón de herradura, como la que encontramos en el ábside de
San Juan de Baños, y San Pedro de la Nave. De todos modos, también encontramos
bóveda de arista en el caso de Santa Comba de Bande. Uno de los elementos
sustentados más típicamente visigodos son los pequeños cimborrios cuadrados, que
encontramos en Santa Comba de Bande, San Pedro de la Nave o Santa Lucía del
Trampal.
Valoración estética.
Exterior: domina la masa sobre el vano y el escalonamiento de volúmenes.
Interior: las naves son estrechas y oscuras, el espacio está bastante
compartimentado, especialmente entre la nave y el ábside. La entrada al ábside se
realiza deliberadamente estrecha para cerrar ese espacio con cortinas y canceles en el
momento de la Consagración como manda el Rito Visigótico o Mozárabe. Así ocurre
claramente en San Pedro de la Nave. En el caso de Quintanilla de las Viñas y de Santa
Lucía del Trampal el estrechamiento se produce entre el crucero y la nave.
Decoración: la decoración más habitual está hecha a base de relieves muy toscos
realizados por talla a bisel (la talla parece más bien una incisión). Aparece tanto dentro
como fuera de la iglesia. Los temas decorativos son roleos, viñas, cruces patadas,
animales fantásticos, etc. Estos relieves se sitúan en capiteles e impostas (San pedro de
la Nave), pilastras, frisos (Quintanilla de las Viñas).
Funcionalidad: evidentemente, las iglesias visigóticas tienen función religiosa. Sin
embargo, hay que destacar la jerarquización de espacios que se produce por cuestión
ritual. Así el ábside se cierra en el momento de la consagración, y ciertos espacios están
reservados a los clérigos frente a la sociedad laica. Así parece ocurrir en Quintanilla de
las Viñas donde los clérigos quizá entraban por una puerta especial.
Principales ejemplos: San Juan de Baños (Palencia), San Pedro de la Nave
(Zamora), Quintanilla de las Viñas (Burgos).
San Juan de Baños se encuentra en Baños de Cerrato (Palencia), fue una iglesia
construida por el Rey Recesvinto en 661 para dar gracias a San Juan por su curación en
unos baños termales cercanos. La planta de la iglesia ha sufrido una fortísima
transformación desde el original. Se supone que la planta primitiva era basilical y de
tres naves separadas por columnas exentas y arcos formeros de herradura. Los tres
ábsides de planta cuadrada y exentos entre sí se abrían al crucero. Delante de las naves
se sitúa un porche o exonártex de planta cuadrangular por el que se ingresa en el templo.
La iglesia está realizada con grandes sillares colocados a seco y columnas romanas
reutilizadas. Las naves están cubiertas con dinteles de madera y los ábsides con bóvedas
de cañón de herradura.
Escultura Visigótica
Materiales: la escultura visigótica está realizada en piedra y mármol.
Soporte: canceles ubicados delante del ábside, capiteles, frisos, impostas. La
escultura es esclava de la arquitectura.
Técnicas: La técnica es muy tosca y muy poco desarrollada. Así el relieve es muy
plano con talla incisa a bisel.
Temas: algunos temas son de origen germánico como cruces patadas. También
hay cierta tendencia a los elementos geometrizantes como los roleos, también hay viñas,
animales fantásticos de inspiración oriental, escenas bíblicas, representaciones divinas.
En el caso de los relieves de Quintanilla de las Viñas las fuentes de esta decoración son
las telas persas. Por su parte, los famosos relieves de San Pedro de la Nave están
inspirados en miniaturas como revela el texto “Ubi Daniel missus est in lacum leonum”,
etc.
Elementos formales: adaptación al marco, tendencia a la simetría, desproporción
en los miembros anatómicos.
Valoración estética: antinaturalismo, tosquedad y primitivismo, ingenuidad en las
representaciones.
Los capiteles de San Pedro de la Nave representan el Sacrificio de Isaac y Daniel
en el Foso de los Leones. Si analizamos este último nos damos cuenta de la tendencia a
la simetría y la adaptación al marco de los dos leones. Daniel que reza con las manos
levantadas nos muestra la tosquedad de la técnica de talla, la desproporción anatómica,
el esquematismo, etc. La leyenda escrita con la fórmula “Ubi Daniel missus........”
(Donde se ve cómo Daniel es enviado al foso de los leones), indica el origen de este
motivo en los libros miniados.
Arte Asturiano
Introducción.
El Arte Prerrománico Asturiano se produce entre fines del siglo VIII y principios
del siglo X en el Reino de Asturias, núcleo originario de la Reconquista Castellana. La
mayor parte de los edificios asturianos se encuentra en la actual Asturias pero también
hay ejemplos en Galicia, Cantabria y el Norte de Castilla y León, es decir en los
territorios que conquistó y repobló el Reino de Asturias hasta principios del siglo X.
El Arte Asturiano es un arte áulico, es decir, que buena parte de sus obras fueron
construidas a expensas de los reyes de Asturias, especialmente de Alfonso II, Ramiro I
y Alfonso III. La época más importante es la de Ramiro I de mediados del siglo IX
hasta el punto de que se le ha denominado a esta etapa Arte Ramirense.
Como ocurre con el Arte Carolingio, contemporáneo a él, el Arte Asturiano
intenta resucitar o recrear el Arte Romano (aunque sus resultados se encuentran muy
lejos de éste), asimismo, muestra influencias del Arte Visigótico pero también fuertes
diferencias respecto a éste. Por último, se perciben algunos elementos limitados del arte
islámico provenientes de Al Andalus.
Algunos de los elementos formales del Arte Asturiano, y especialmente, del Arte
Ramirense, son de una gran trascendencia artística pues son precedentes muy avanzados
de la Arquitectura Románica. Así le ocurre a los arcos fajones, contrafuertes y capiteles
de Santa María del Naranco.
Características Generales de la Arquitectura.
Materiales: como en otros artes prerrománicos, el Arte Asturiano utiliza
materiales romanos y visigóticos reutilizados pues los admira y considera dignos de ser
imitados. Fuera de esto, utiliza materiales pobres, así dominan los muros de
mampostería, mientras que los sillares se limitan a los esquinales.
Planta: frente a las plantas centradas visigóticas, en el arte Asturiano se da un
dominio de las plantas longitudinales, así encontramos planta de cruz latina con crucero
en San Julián de los Prados, ábsides de planta cuadrada, aislados (Santa Cristina de Pola
de Lena) o adosados entre sí (San Julián de los Prados, San Miguel de Lillo, San
Salvador de Valdedios), exonártex en los pies y brazos del crucero.
Elementos sustentantes: como ya hemos dicho, el Arte Asturiano se diferencia del
Visigótico pues prefiere los muros de mampostería, y reserva los sillares para los
esquinales y contrafuertes exteriores. En lugar de columnas exentas, utiliza pilares.
Éstos llevan a veces columnas adosadas (a veces pareadas con un solo capitel que se
entrega a ellas), así los encontramos en los edificios del Naranco como un curioso
precedente del Románico.
Elementos sustentados: frente al arco de herradura visigodo, los asturianos
realizan arcos de medio punto a veces peraltados. En edificios antiguos como San Julián
de los Prados, llevan a cabo un sistema de cubrición similar al de los edificios
visigóticos, es decir, cubren con bóveda los ábsides mientras el resto de las naves está
cubierto con dinteles de madera. Sin embargo, a partir del Arte Ramirense se generaliza
la bóveda de cañón, a veces reforzada con arcos fajones (estos arcos descansan sobre
los contrafuertes). Todo está rematado por un tejado a dos aguas.
Decoración: siguiendo la tradición romana, los asturianos decoraban el interior de
sus iglesias con pinturas al fresco (incluso imitando motivos pompeyanos y
paleocristianos como en San Julian de los Prados. También recurren a los relieves de
piedra en el interior y el exterior así aplican la decoración cordada a los fustes de las
columnas, realizan capiteles historiados, capiteles corintios muy estilizados,
acanaladuras en los contrafuertes, etc.). También se decoran las Pequeñas ventanas con
arco de medio punto, y pequeño mainel o parteluz. En casos tardíos como San Salvador
de Valdediós la ventana se remata con un alfiz externo de influencia musulmana.
Valoración estética: los edificios asturianos muestran un equilibrio estético entre
el interior y exterior del edificio
Exterior: proporciones armónicas bastante equilibradas, con cierta tendencia a la
verticalidad. Así ocurre en Santa María del Naranco en la que dominan las líneas
verticales sobre las horizontales. En otros casos hay cierto escalonamiento de
volúmenes, pero también se realza la cubierta del ábside para acentuar la verticalidad y
las proporciones armónicas del exterior (así ocurre en San Julián de los Prados y en San
Salvador de Valdediós. En otros casos, esta preocupación por un exterior armónico se
muestra en la búsqueda de la simetría en la planta (por ejemplo entre el ábside y el
nártex, como ocurre en Santa Cristina de Pola de Lena).
Interior: los interiores son relativamente diáfanos y menos compartimentados que
los del Arte Visigótico, aunque el interior continua poco iluminado.
Funcionalidad: las iglesias tienen una funcionalidad religiosa, pero también sirven
como propaganda del poder político pues son iglesias construidas por los reyes de
Asturias (así muchos de los elementos romanos muestran la herencia que los reyes
asturianos pretenden recibir de los visigodos y que quiere justificar las aspiraciones de
estos reyes a expandirse por el Valle del Duero). En el caso de los edificios ramirenses
del Naranco el palacio de Santa María del Naranco tiene una función de recreo y de
“aula regia”, mientras el cercano San Miguel de Lillo serviría de capilla palatina del rey.
Principales Ejemplos: Iglesias de San Julián de los Prados (Santullano), San
Miguel de Lillo, Santa Cristina de Pola de Lena, San Salvador de Valdediós
(Conventín). Palacio de Santa María del Naranco.
Santa María del Naranco es el edificio emblemático del Arte Asturiano. Aunque la
funcionalidad actual es de iglesia, originalmente era un palacete de recreo o retiro del
rey Ramiro I a las afueras de Oviedo (hacia 848). Es un edificio de planta rectangular y
división interna tripartita, destacando la sala central rectangular a la que se accede por
unas escaleras. Tiene dos pisos, el bajo con una funcionalidad de servicio (quizá cuerpo
de guardia, baños del rey, etc.) y en el piso superior se sitúa la planta noble, con una
sala central cubierta y dos miradores en los extremos menores. El sistema de
construcción es quizá lo más llamativo del edificio con muros en los que domina la
mampostería pero con sillares en esquinales y contrafuertes. La cubrición se realiza con
una bóveda de cañón reforzada con arcos fajones que se apoyan en los contrafuertes.
Las proporciones del edificio y sus líneas maestras tienden a la verticalidad dentro de un
cierto equilibrio y elegancia. Esas mismas características se aprecian en la decoración,
conseguida a base de relieves, columnas, vanos y arcos ciegos, distribuidos por el
interior y el exterior y jugando con la estructura arquitectónica de un modo similar a
como hará el Románico. Así hay que citar los ventanales triples de los miradores
sostenidos sobre columnas corintias (muy estilizadas) con los fustes sogueados sobre los
que se apoyan arcos de medio punto peraltados. Estas ventanas tienen su eco en
pequeñas ventanas adornadas con maineles situadas sobre las anteriores y en el interior
del edificio en arcos ciegos sostenidos por columnas pareadas que ayudan a articular los
muros interiores en dos planos. Otros relieves están formados por medallones pinjantes
que parecen imitar elementos de adorno provisionales. Se trata de una joya del
Prerrománico Asturiano y un precedente lejano del Románico. Este edificio se completa
con la cercana iglesia de San Miguel de Lillo.
Arte Mozárabe o de la Repoblación del Valle del Duero (cronología, siglo X y
principios del siglo XI).
Introducción.
Los inicios de la Reconquista llevaron al primitivo Reino de Asturias a ocupar el
Valle del Duero entre los siglos IX-X. Este territorio será repoblado por gentes del
Norte de la Península y también por mozárabes (cristianos provenientes de Al Andalus,
que huyen de la inestabilidad y persecuciones religiosas a fines del Emirato).
Este arte ubicado fundamentalmente en el Valle del Duero (y por tanto en CastillaLeón) sintetiza las tradiciones prerrománicas (visigóticas y asturianas) y las influencias
del Arte Omeya de Al Andalus. Así, las iglesias mozárabes muestran un carácter
prerrománico en la planta y un aspecto “musulmán” en el alzado y algunos elementos
decorativos.
Aparte de la arquitectura, una de las manifestaciones más importantes del Arte
Mozárabe son las miniaturas. Las biblias y “beatos” se convertirán en el soporte
fundamental de la miniatura mozárabe del siglo X y principios del siglo XI.
El Arte Mozárabe fue desplazado en el siglo XI por el Románico Francés que iba
penetrando por el Camino de Santiago al tiempo que se iba imponiendo el Rito
Romano.
Características Generales de la Arquitectura Mozárabe.
Materiales: como es normal en el Prerrománico, en el Arte Mozárabe dominan los
materiales pobres y se da una reutilización de materiales visigóticos, asturianos y
omeyas. Los muros son de mampostería. Nuevamente se reservan los materiales más
nobles para columnas y arcos.
Planta: nuevamente se da una gran variedad de plantas: es frecuente la planta
basilical de tres naves (San Miguel de la Escalada, San Cebrián de Mazote), también los
ábsides afrontados entre sí (Santiago de Peñalba, San Cebrián de Mazote), planta
centrada en algún caso (San Baudelio de Berlanga). No existe un tipo de planta
dominante. Los ábsides aparecen como ábside único o como ábsides adosados en el
caso de ser tres, con un muro corrido en el exterior. Los ábsides son planos al exterior y
ultrasemicirculares al interior.
Elementos formales:
Elementos sustentantes: las iglesias mozárabes utilizan muros de mampostería,
columnas exentas, pilares, e incluso pilares con columnas adosadas. Las columnas se
caracterizan por sus proporciones estilizadas y elegantes. El uso de columnas exentas se
generaliza quizá por influencia de la Mezquita de Córdoba. Los edificios mozárabes
tienen capiteles de tradición clásica muy estilizados y geometrizados.
Elementos sustentados: como ocurría con las iglesias visigóticas y muchas
asturianas, las naves de las iglesias mozárabes están cubiertas por dinteles de madera,
mientras que los ábsides están cubiertos por bóvedas de horno gallonadas. También
utilizan cúpulas gallonadas, y bóvedas de nervios para cubrir tramos de la nave y
elevar cimborrios como ocurre en San Millán de la Cogolla o en Santiago de Peñalba.
Los arcos que dominan son los de herradura de influencia omeya (y no de influencia
visigótica).
Decoración: la norma es la sencillez decorativa y las líneas limpias, lo cual
contrasta vivamente con el horror vacui islámico, los elementos decorativos son los
capiteles en las columnas, los maineles en los vanos, alfices enmarcando los vanos,
modillones de rollos en las cornisas, etc. (en alguna ocasión el edificio ha sido pintado
posteriormente durante el Románico, como ocurre con San Baudelio de Berlanga, pero
se cree que los interiores eran lisos).
Valoración estética: tanto el interior como el exterior de los edificios tiene una
gran sencillez.
Exterior: escalonamiento de volúmenes como ocurre en Santiago de Peñalba,
dominio de la horizontal y de la masa sobre el vano. Esa masa a veces está aligerada por
medio de pórticos como en San Miguel de la Escalada.
Interior: los mozárabes son los edificios prerrománicos con una mayor unidad
espacial, limpieza de líneas, diafanidad acentuada por una iluminación difusa a su vez
intensificada por el encalamiento de las paredes y la sencillez de la decoración.
Funcionalidad: la funcionalidad es religiosa. Estas pequeñas iglesias rurales tienen
la función de dotar de servicios religiosos y ser la principal referencia espacial de los
pequeños núcleos de repoblación fruto de la pressura. Algunos de estos núcleos son
monasterios como Santiago de Peñalba, San Miguel de la Escalada y San Millán de la
Cogolla. También se ha utilizado algún edificio como palacio o pabellón de caza, así
ocurre con San Baudelio de Berlanga. Como ocurre con los edificios visigodos hay una
cierta jerarquización de espacios y cierre del ábside en el momento de la consagración.
El cierre incluye a veces al crucero y se consigue gracias a la iconostasis y los canceles
como ocurre en San Miguel de la Escalada.
Principales Ejemplos: San Miguel de la Escalada y Santiago de Peñalba (León),
San Cebrian de Mazote (Valladolid), San Baudelio de Berlanga (Soria).
San Miguel de la Escalada es uno de los ejemplos más elegantes del Arte
Mozárabe. Se encuentra muy cerca de León y fue fundado en 913 por monjes
mozárabes. Tiene una sencilla planta basilical de tres naves y crucero no marcado en
planta. Éstas se corresponden con tres ábsides de planta ultrasemicircular adosados entre
sí y formando un solo muro continuo al exterior. El ingreso se realiza desde un elegante
pórtico que se abre al sur del edificio. Una iconostasis separa la nave central del
crucero. Todo el edificio utiliza elegantes columnas exentas sobre las que voltean arcos
de herradura con una clara inspiración en el arte Omeya de Al Andalus. Lo mismo se
puede decir de las ventanas decoradas con alfiz. Las naves de la iglesia se cubren con
dinteles de madera y tejado a dos aguas, mientras que los ábsides llevan bóvedas de
horno gallonadas. La iglesia da una imagen de horizontalidad tanto al interior como al
exterior con un dominio de las líneas horizontales. El interior es muy diáfano a lo que
ayudan las delgadas columnas y la iluminación blanca y difusa, generando un ambiente
sencillo y carente de decoración (en las antípodas del Arte Islámico).
Miniaturas Mozárabes. Los Beatos.
Una de las manifestaciones artísticas más importantes del Arte Mozárabe es la de
las miniaturas sobre códices.
Materiales y técnica: colores aplicados sobre el pergamino.
Soporte: códices, es decir, libros escritos a mano sobre pergamino cuyas páginas
están cosidas a un lomo a la manera de los libros actuales. Estos códices suelen ser
biblias, aunque uno de los más típicos es el Beato, es decir, el Libro de Beato de
Liébana sobre los Comentarios al Apocalipsis de San Juan.
Tema: en el caso de los Beatos, las miniaturas muestran representaciones del
Apocalipsis (visión apocalíptica de San Juan de Cristo en Majestad, la bestia, la lluvia
de fuego, etc.), también aparecen representaciones de los Concilios de Toledo, etc.
Elementos formales: tintas planas, dominio del dibujo sobre el color, colores muy
llamativos y chillones, perspectiva torcida, desproporción, organización de las escenas
en registros (perspectiva de vista de pájaro). Representación estereotipada y
convencional de todo tipo de elementos (personas, animales, elementos de la naturaleza,
arquitecturas) .
Valoración Estética: antinaturalismo, espiritualidad, ingenuidad. Las escenas
parecen pertenecer a un mundo onírico, es decir, un mundo de sueño que encaja
bastante bien con el hecho de que el Apocalipsis es un libro hecho a base de “visiones”.
Las ilustraciones tienen un carácter narrativo.
VOCABULARIO (38)
Arco formero
Capitel Historiado
Imposta
Arco de herradura
Dovela
Clave
Riñón de arco
Intradós
Trasdós
Salmer
Cimborrio
Pechina
Talla a bisel
Incisión
Cruz patada
Pilastra
Adaptación al marco
Martirium
Deambulatorio
Crucero
Arte áulico
Arcos fajones o perpiaños
Contrafuerte
Esquinal
Columnas pareadas
Arco peraltado
Tejado a dos aguas
Parteluz/Mainel
Alfiz
Aula regia
Beato
Miniatura
Códice miniado
Planta basilical
Cúpula gallonada
Modillón de rollos
Iconostasis
Pergamino