Download Cuando Jesús vino a mi corazón.

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Cuando Jesús vino a mi corazón.
Hay un lindo himno que dice así
El vino a mi corazón
El vino a mi corazón
Soy Feliz con la vida
Que Cristo me dio
El vino a mi corazón.
En este día vamos a ver lo que pasa en la vida de cada persona cuando Cristo Jesús viene a su corazón.
Para poder entender todo, lo vamos a ilustrar por medio de algunos de los milagros que las escrituras
nos muestran en el ministerio de Jesús. Para que ocurra un milagro, debe haber previo un imposible,
algo que no es posible hacer para nadie excepto para Dios. Los milagros ocurren cuando precisamente
hay situaciones que se salen de nuestras manos y que solo por la gracia divina de Dios, podemos
enfrentar para salir adelante. Nosotros somos un milagro de vida, porque antes estábamos muertos en
nuestros delitos y pecados, pero ahora en Cristo Jesús hemos nacido de nuevo.
Cuando Jesús viene a tu vida el te limpia de toda inmundicia: Mateo 8: 1 al 4.
Un hombre lleno de lepra le dice a Jesús, “si quieres” puedes limpiarme. Jesús le respondió, “quiero se
limpio” y al instante la lepra desapareció. Cuando Jesús viene a nuestro corazón, el limpia nuestra vida,
de todo pecado, nos hace nuevas criaturas, nos da un estilo nuevo de vida, nos permite volver a vivir.
Aquel leproso, estaba vivo, pero estaba muerto, por causa de su enfermedad debía estar aislado,
separado y condenado a vivir en cavernas lejos de la sociedad, de la familia, de cualquier contacto
humano, de un abrazo, de un gesto de cariño, pero cuando Jesús le limpio, ahora podía vivir de nuevo,
ahora podía regresar y estar cerca de su familia, poder volver a vivir. Cuando Jesús vino a nuestro
corazón, nos limpio, para poder estar cerca de nuestro Padre Celestial, nos dio vida, porque estábamos
muertos en nuestros delitos y pecados, estábamos apartados de la ciudadanía celestial y condenados a
vivir en una “caverna” lejos de la comunión con Dios por la eternidad.
Cuando Jesús vino a mi corazón me sano para poder andar de nuevo. Mateo 9: 1 al 6.
Un hombre yacía en cama por muchísimo tiempo, postrado allí por causa del pecado, posiblemente
lleno de llagas y con las piernas torcidas inútiles, destinado a estar así hasta el día de su muerte, pero
cuando Jesús llego y vino a el, le dijo:
“Ten animo, hijo, tus pecados te son perdonados”
“levántate, toma tu cama, y vete a tu casa”
En un abrir y cerrar de ojos, sus piernas recobraron la vitalidad y milagrosamente se enderezaron para
que aquel hombre pudiese ponerse de pie para iniciar una nueva vida e ir ahora hacia su casa. Ya no
tenia que arrastrarse, ya no tenía que pedir dinero para comer, las fuerzas habían llegado otra vez y
ahora ya podía ir a su casa, no arrastrándose, sino andando sobre sus propios pies. Los años de
sufrimiento habían pasado, el tiempo de mirar las cosas desde el piso y la inmundicia del pecado ya
había terminado, ahora Jesús había venido a su corazón, le sano y le dio una nueva ruta hacia su hogar
celestial.
Cuando Jesús vino a mi corazón, el me dio nuevas fuerzas y me levanto para que pudiese
dirigirme desde ese día a mi hogar celestial. Juan 14:2 Me dio una razón de vivir y me dijo cual
seria ahora la razón por la cual debía andar, ahora me dirigiría por la senda que el me marco y que me
llevara a mi hogar celestial.
Juan 14: 2 me dice que la esta preparando una morada para mí, en tanto que yo llego allá. Cuando Jesús
vino a mi corazón, pude levantarme para recorrer un camino hacia mi hogar celestial.
Cuando Jesús vino a mi corazón, pude ver porque antes era ciego: Mateo 20: 29 al 34.
Antes yo era ciego, incapaz de ver la majestuosidad de Dios, incapaz de ver su misericordia, de ver su
creación, de verme a mi mismo y de ver a los que me rodeaban. Era ciego porque solo alcanzaba a ver lo
que mi egoísmo me permitía. Era ciego porque no podía ver el plan de salvación que Dios había trazado
a la humanidad, y como era ciego andaba con ciegos. Pero cuando Cristo vino a mi vida, yo pude ver al
fin “y los ojos de ellos fueron abiertos” y entonces pude seguirle.
Cuando Jesús vino a mi corazón, abrió mi boca para dar testimonio de su amor. Mateo 9:32 al
33.
Cuando estaba sin Cristo, estaba mudo de su palabra, no podía pronunciar ninguna alabanza ni ninguna
palabra con sentido que le agradara a el, mis palabras delante de el eran necias y carente de sentido,
pero cuando el vino a mi corazón, abrió mi boca, puso un nuevo canto en mi, puso nuevas palabras, me
dio una nueva forma de hablar. Antes yo era mudo y cuando Jesús vino a mi corazón abrió mi boca para
que proclamara su nombre, para dar testimonio de su amor, para alabarle, para glorificarle en todo lo
que dijera. Cuando Jesús vino a mi corazón ya no fui mas un hombre mudo delante de el, ahora ya podía
hablar de sus grandezas.
Cuando Jesús vino a mi corazón, dio vida a mis manos para trabajar por el. Marcos 3:1 al 5.
Antes no podía trabajar con un propósito, no podía trabajar con una meta, tan solo tenia unas manos
secas que no me servían, pero cuando Cristo vino a mi corazón, restauro mis manos, me dio una nueva
razón para trabajar, me dio una nueva razón para esforzarme. Ahora lo haría para el.
Cuando Jesús vino a mi corazón, me llamo para servirle. Lucas 5:27 y 28 .
Ya lo que el mundo procuraba ofrecerme no tenia sentido, ya mi trabajo no tenia sentido, lo que antes
para mi era importante, ya carecía de validez, ahora solo quería seguirle. Cuando Jesús vino a mi
corazón, deje todo lo que antes para mi tenia valor y tan solo lo seguiría a el.
Cuando Jesús vino a mi corazón, quito mi sed. Juan 4: 13y 14.
Antes busque en todo aquello que mis sentidos me indicaban que tenia que hacer, tenia sed de ser un
hombre exitoso, de tener posesiones materiales, de ser alguien importante en la sociedad en la que
vivía, pero cuando El vino a mi corazón, me dio de su agua y cambio mi forma de pensar para no tener
sed jamás.
Cuando Jesús vino a mi corazón, me dio una nueva forma de alimentarme. Juan 6: 35.
Ya no tendría que alimentarme de las corrientes del mundo, de las apariencias, de las opiniones del
mundo sobre mí, ahora tendría un nuevo alimento, la Palabra de Dios, que me ayudaría a seguir
adelante y estar fuerte para andar a mi hogar celestial.
Cuando Jesús vino a mi corazón, no me condeno, sino que me perdono y me llamo vivir fuera
del pecado del cual me saco. Juan 8:10 y 11.
Cuando Jesús vino a mi corazón, deje de andar en tinieblas, (Juan 8:12)
Cuando Jesús vino a mi corazón me hizo libre (Juan 8:31 y 32)
Antes era esclavo del pecado, esclavo de sus apetitos, de sus deseos, era esclavo de Satanás.
Cuando Jesús vino a mi corazón, deje de ser hijo de Satanás para ser ahora una nueva criatura en el.
Juan 8:44. Antes vivía en la esclavitud de la mentira ahora vivo anclado en la verdad.
Cuando Jesús vino a mi corazón, se convirtió en mi pastor para guiarme y protegerme (Juan 10:11)
Cuando Jesús vino a mi corazón, me resucito, porque yo estaba muerto en mis delitos y pecados. Juan
11: 25 al 27 y 43 y 44)
Estaba muerto, atado de pies y manos, envuelto en las tradiciones y las creencias de este mundo, pero
cuando el me llamo fui desatado para poder ir hacia el.
Y finalmente cuando Jesús vino a mi corazón, entonces hizo morada en mí convirtiéndome en templo
del Espíritu Santo quien de ahí en adelante me mostraría toda verdad y me hará saber siempre lo que
debo hacer. Juan 15:13 al 15
Cuando Cristo vino a mi corazón, naci de nuevo y ahora soy una nueva Criatura. Gálatas 2:20
Conclusión.
Cuando Cristo vino a tu vida ¿ocurrió todo eso o todavía vives como si el aun no hubiese
venido a tu corazón?