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LA CIRCUNCISIÓN TEXTO Josué 5:1-9 Introducción Los caminos del Señor no son como los nuestros; Su forma de pensar es bastante diferente a la nuestra. Cuando el pueblo de Israel cruzó el Jordán, el impacto sobre los amorreos y cananeos fue enorme (v.1). Fue un duro golpe para ellos. Ya habían oído lo que pasó en el Mar Rojo (ver Jos 2:9-11); casi lo mismo acaba de ocurrir en el río Jordán. Ante esta situación, los habitantes de la tierra de Canaán quedaron paralizados. La Biblia dice que, “desfalleció su corazón, y no hubo más aliento en ellos delante de los hijos de Israel” (v.1). ¡Era un momento propicio para atacar a Jericó! Sin embargo, en ese momento Dios repentinamente detuvo el avance, y ordenó a Israel a cumplir un extraño ritual – todos los varones tenían que ser circuncidados (v.2). Eso no sólo detuvo el avance de Israel (dado a que unos 600,000 hombres tuvieron que someterse a esta operación), sino que les dejó sin poder pelear por algunos días (ver v.8), que no era nada sabio (por no decir otra cosa) en ese momento. Si la gente de Jericó hubiera salido a atacar a Israel, hubieran matados a todos (ver como sólo dos de los hijos de Jacob lograron mataron a todos los habitantes de Siquem, cuando los hombres de Siquem fueron circuncidados; Gén 34:24-24). Lo que Dios pidió de Israel fue tan extraordinario (dada las circunstancias) que es increíble que nadie levantó una voz de protesta. Tal era el respeto que Josué disfrutaba. La pregunta que debemos hacer es, ¿por qué Dios ordenó algo tan extraño en el momento que estaban por atacar a Jericó, y comenzar la Conquista? ¿Por qué era tan importante la circuncisión? Tenemos una pista en Jos 3:5, donde Dios pide a Israel que se santifiquen. Se supone que lo hicieron, en alguna manera; sin embargo, al parecer no se habían santificado por completo. Algo faltaba, y tuvo que ver con la circuncisión. ¿Por qué era tan importante ser circuncidados? 1. ERA UN MANDATO QUE NO SE HABÍA OBEDECIDO 500 años antes, Dios ordenó a Abraham circuncidar a todos los varones de su casa (Gén 17:10-13). No hacerlo llevaba la pena de muerte (Gén 17:14). Eso era bastante drástico, lo que indica que para Dios la circuncisión era muy importante. El mismo Moisés casi murió porque no obedeció esta ley (ver Éx 4:24-26). La generación que salió de Egipto fue destruida porque no obedecieron al Señor (v.6). Aunque ellos fueron circuncidados físicamente (v.5a), esa circuncisión, como dice Pablo, no les sirvió porque quebrantaron la ley de Dios en otras áreas de su vida (ver Rom 2:25). Esta nueva generación estaba por comenzar la Conquista de la Tierra Prometida. ¿Podrían hacerlo en una condición de desobediencia? Seguro que no; Dios no les bendeciría. Así que ordenó que todos fueran circuncidados. Pero, ¿por qué no se habían circuncidado? Si la generación que salió de Egipto lo fueron, ¿por qué no circuncidaron a sus hijos? La Biblia no nos dice, pero podríamos sugerir algunas razones: - Algunos no lo hicieron, porque eran incrédulos; estaban espiritualmente muertos y duros de corazón. Otros, porque simplemente no quisieron molestarse; estaban demasiado ocupados sobreviviendo en el desierto. Otros, porque la circuncisión era algo penoso para los bebés. Lo que más nos sorprende es que Moisés no lo haya exigido. La verdad es que no tomaron la circuncisión muy en serio. No Josué lo hizo. Así que, estando en esa condición de desobediencia, Dios tuvo todo el derecho de castigarles. Sin embargo, en Su ira tuvo misericordia de ellos. LECCIÓN: ¿Estamos obedeciendo los mandamientos de Dios? Quizá, al igual que el pueblo de Israel, obedecemos algunos de los mandamientos de Dios, pero no todos. Quizá no estamos obedeciendo los mandamientos más importantes. EJEMPLOS: ¿Realmente nos amamos los unos a los otros? Cuando amas a alguien, tratas de conocerle, eres bueno con ellos, tratas de mantenerte en contacto con ellos. ¿Realmente nos hemos perdonado los unos a los otros? Cuando perdonamos de todo corazón, ciertas cosas ocurren. Nos olvidamos de la ofensa, no seguimos mencionando la ofensa, no permitimos que alguna ofensa cometida afecte nuestra relación ahora. ¿Realmente consideramos a los demás como mejores que nosotros? Si lo hacemos, no estaremos siempre promocionando nuestras ideas, no lucharemos por ellas; escucharemos cuidadosamente a las ideas de otros, promocionaremos las ideas de otros, y las apoyaremos. 2. FUE UNA SEÑAL DEL PACTO QUE NO SE HABÍA OBSERVADO La circuncisión fue una señal del pacto entre Dios y Abraham (Gén 17:10; Rom 4:11). Dios pactó (prometió) bendecir a los descendientes de Israel, y darles la Tierra Prometida. Durante los años en el desierto, el Señor acusó a Su pueblo de ser “incircuncisos de corazón” (Lev 26:41). Se habían circuncidado físicamente (ver v.5a), pero no espiritualmente. Lamentablemente, por su corazón incircunciso, las bendiciones del pacto fueron suspendidas. Por eso Dios les exhortó a que circuncidaran sus corazones (Deut 10:16). Ahora, era una nueva generación que estaba por entrar en la Tierra Prometida. En un sentido, era una generación más fiel y creyente. Pero, no se habían circuncidado físicamente (v.5-6). Estuvieron demasiado ocupados sobreviviendo en el desierto para circuncidarse. Dios no les habló de ello. Pero ahora que estaban por entrar en la tierra, ¿cómo podían esperar la ayuda de Dios si no tenían la señal del pacto en sus cuerpos? Cuando Dios estableció el pacto entre Dios e Israel, al pie del Monte Sinaí, el pacto se estableció con sangre (Éx 24:4-8). Pero el pacto original con Abraham no se ratificó correctamente, por medio de la circuncisión. Ahora era el tiempo de hacerlo. ¿Cómo podían ingresar a la tierra y conquistar a pueblos incircuncisos (los gentiles) mientras ellos mismos eran incircuncisos? Por eso Dios detuvo el avance, y ordenó a los hijos de Israel que se circuncidaran. LECCIÓN: Para nosotros, la señal de ser creyentes es el bautismo. Pero, ¿qué simboliza el bautismo? No es suficiente ser bautizados en agua. Tenemos que ser ‘bautizados’ de corazón. Tenemos que estar plenamente inmersos en Cristo y en el Espíritu. El peligro es el de estar ‘flotando’ en la vida cristiana, en lugar de estar plenamente inmersos en el Señor. ¿Cómo podemos desafiar y animar a otros a conocer al Señor, si nosotros mismos somos bastante superficiales en nuestras vidas cristianas? 3. FUE EL OPROBIO DE EGIPTO QUE AUN NO SE HABÍA QUITADO La palabra, “oprobio”, tiene el sentido de ‘abominación’ (Gén 34:14) o ‘afrenta’ (Gén 30:23). Pero, ¿qué tiene que ver esto con Egipto? ¿Tuvo algo que ver con el hecho de vivir entre gente incircuncisa? ¿La vergüenza, quizá, de haber vivido muchos años en Egipto sin ser circuncidados (aunque la generación que salió sí lo fue)? Dios quería una nación hermosa que no tenía ningún sentido de oprobio o vergüenza. Una nación que subiera del desierto confiando en Él (Cantares 8:5); una nación, “Hermosa como la luna, Esclarecida como el sol, Imponente como ejércitos en orden” (Cantares 6:10). Un pueblo que no tenía nada de reproche o vergüenza. Tal pueblo agradaría a Dios, y sería un imponente ejército en las manos de Dios. LECCIÓN: ¿Llevamos nosotros algo de la vergüenza o el oprobio del ‘mundo’ o de la ‘carne’? ¿Tenemos alguna área de nuestras vidas ‘incircuncisa’? ¿Resentimiento, orgullo, susceptibilidad, egoísmo, sensualidad, etc.? Dios quiere un pueblo que sea como se describe en Catares 6:10. ¿Estamos dispuestos a pagar el precio necesario para serlo? ¿Estamos dispuestos a circuncidar nuestros corazones, para que seamos tal ejército? Conclusión Una de las mejores estrategias de Satanás es corromper al pueblo de Dios. Él procura traer vergüenza u oprobio sobre nosotros. Cuando estamos en esa condición, somos de poco uso para Dios. Él desea usar instrumentos limpios, vasijas limpias, una iglesia pura. Como dijo un gran siervo de antaño (de Escocia), “Lo que Dios usa no son grandes talentos, sino gran semejanza a Cristo. Un siervo santo es una arma poderosa en las manos de Dios” (Roberto Murray McCheyne). Circuncidamos nuestros corazones para Dios.