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Transcript
V Congreso de la Asociación Latinoamericana de Investigadores
de la Comunicación. ALAIC 2000
Título
Construyendo Comunicación: el caso de niños y niñas de una escuela popular.
Institución
Facultad de Ciencias de la Comunicación e Información, Universidad Diego
Portales. Santiago (Chile)
Autor
Catalina Mujica – Periodista, licenciada en comunicación social- Coordinadora
Nacional del Programa Prensa y Educación, Universidad Diego Portales.
Resumen
En el sistema de educación formal chileno existe una creciente tendencia a usar
algunas técnicas periodísticas para desarrollar metodologías de enseñanza aprendizaje más innovadoras y motivadoras para los alumnos. De hecho, en los
Proyectos de Mejoramiento Educativo (PME) que ha impulsado el gobierno como
parte de su estrategia para mejorar la calidad de la educación, una de las
revelaciones trascendentales que han surgido es el papel predominante que han
adquirido los medios impresos como instrumentos de innovación educativa.
Pero, a pesar de que en estos momentos se cuenta con el financiamiento y las
concesiones administrativas para desarrollar este tipo de experiencias, existe en
los profesores un gran vacío de conocimientos y estrategias para llevarlas a cabo,
lo que muchas veces impide aprovechar los recursos educativos y expresivos que
estas herramientas proveen.
En este aspecto radica la motivación que guía el presente estudio descriptivo,
donde se evalúa la producción de un periódico escolar, elaborado por una
comunidad educativa, con los fines de mejorar el aprendizaje del lenguaje oral y
escrito de los alumnos, y paralelamente, busca fortalecer su autoestima y el
desarrollo de sus potencialidades como personas. El objetivo principal de esta
investigación fue ‘conocer las influencias educativas y psico-sociales de la
producción de un medio escrito en los alumnos.
E-Mail: [email protected]
Vergara 240, 6º piso. Santiago, Chile.
Tel: 6762325 Fx: 6762319.
1
I SUSTENTO TEÓRICO
Nuevos desafíos de la escuela
El desarrollo vertiginoso de los medios de comunicación en el escenario mundial
ha generado una serie de cambios y necesidades en el área de la educación.
Entre ellos, uno de los mayores desafíos que tienen hoy en día es decidirse a
mostrar la realidad más allá del curriculum tradicional, convergiendo sus discursos
culturales con la entorno circundante.
Las personas necesitan acercarse a nuevos contenidos y generar ciertas
habilidades que les permitan entenderse a sí mismo y al mundo que les rodea. Ya
no basta con aprender ciertos parámetros que nos expliquen el mundo físico y
social. La educación ha ampliado su concepción más allá de esos márgenes,
siendo concebida en la actualidad como el resultado de las experiencias que
tenemos en nuestras relaciones con los diversos ámbitos de la sociedad. Es un
proceso permanente, en el que estamos incorporando una serie de
conocimientos, valores y habilidades, aunque muchas veces no estemos
conscientes de ello.
Los medios de comunicación forman una parte importante de estas experiencias,
ya que sus mensajes –independiente de la intención con que hayan sido creadosnos muestran modelos de sociedad, de hombre, de mujer, de vida cotidiana y
relaciones sociales que contienen una determinada valoración ética y social. Aún
cuando nosotros mantenemos una relación activa en la recepción de estos
mensajes, es decir, creamos, recreamos y negociamos sus contenidos, ellos
están teniendo un cierto impacto en cómo percibimos y construimos la realidad. Y
es precisamente desde esta posición de agentes socializadores que se nos
presentan como herramientas susceptibles de ser utilizadas en la educación.
Integrar los medios de comunicación a la escuela no es una propuesta nueva.
Desde hace décadas que algunos educadores se han visto fascinados por sus
potencialidades pedagógicas y, cada vez que surge uno nuevo, han tratado de ver
cómo pueden servirse de él.
Sin embargo, existen dos aspectos claves que han influido en que esta relación no
siempre sea próspera. Por un lado, generalmente los educadores no realizan
estudios serios sobre la definición del medio para determinar si es pertinente a los
objetivos pedagógicos que se han propuesto, sino que su elección se basa en el
deseo de convertirlos en métodos didácticos.
Por otro lado, no siempre se toma en consideración al público al cual van
destinadas las acciones educativas, ni la acogida que tendrán en el medio
ambiente en el cual se pretende desarrollar la experiencia, y se decide desde los
2
altos mandos sobre los contenidos, formatos y estrategias. En este caso, tal como
expresa Daniel Prieto1, se planifica y se produce desde un interlocutor ausente.
Si nuestra meta es iniciar procesos en el que los participantes aprehendan la
realidad que viven, la tematicen, la procesen y actúen sobre ella, es necesario
involucrar y hacer partícipe a quienes serán los receptores de la acción educativa.
Para ello resulta indispensable emprender estudios y una experimentación seria y
sistemática que permitan establecer nuevas relaciones entre la escuela y los
medios de comunicación, pero siempre sobre la base de las necesidades y de los
conocimientos, así como sobre la existencia de motivaciones en el público
destinatario. (Souchon, 1984)
Un primer acercamiento a los medios de comunicación orientado a transformarlos
en herramientas que generen procesos educativos efectivos e interesantes, pasa
por revalorizar los medios más modestos.
Por lo general, el profesor no posee las herramientas necesarias que lo preparen
para el uso y la producción de los medios de comunicación, por lo tanto, es
importante que los métodos de aproximación sean siempre flexibles, de manera
que puedan ir conociéndolos, adaptándose a ellos y a la dinámica que se va
produciendo durante la experiencia.
Y si lo que buscamos es lograr una educación integral para los alumnos y
fomentar el ‘aprender a aprender’, una de las acciones esenciales que debemos
realizar es comenzar a fomentar actividades productivas y creadoras, ya que son
éstas las que generan el escenario para que el alumno no sólo reciba
conocimientos, sino también los exprese.
Así como la alfabetización no se restringe al aprendizaje de la lectura, sino
también abarca la escritura, pensamos que en el trabajo con los medios es
indispensable incorporar sistemáticamente la propuesta de no sólo leerlos
críticamente, sino, además, escribir con ellos, de ellos y, si es posible, para ellos.
(Quiróz, 1993a).
Todos estos aspectos nos han llevado a considerar que la producción de un
medio impreso en la escuela es una potencial estrategia para comenzar esta
convergencia.
Además, no es un detalle menor considerar, en el ámbito de la escuela, que las
condiciones técnicas y materiales de su producción son más accesibles que las de
un medio audiovisual. Esto permite que todos los integrantes de una comunidad
escolar puedan participar activamente, sin mediar para ello grandes recursos.
Prieto, Daniel. Notas sobre la relación entre la escuela y los medios de comunicación masiva.
1987. En El interlocutor ausente. Radio Netherland. San José, Costa Rica.
1
3
Escribir para ser leídos.
“La prensa en la escuela tiene un fundamento psicológico y pedagógico: la
expresión y la vida de los alumnos. Se argüirá que lo mismo podría lograrse con la
expresión manuscrita individual. Pero no es así. Escribir un periódico constituye
una operación muy diferente a ennegrecer un cuaderno escolar. Porque no existe
expresión sin interlocutores. Y, como en la escuela tradicional la redacción está
destinada a la censura o corrección por parte del maestro, por el hecho de ser un
‘deber’ no puede ser un medio de expresión2...”
Esta cita tiene varias décadas y, en la actualidad, este tipo de situaciones no ha
sufrido transformaciones significativas. En la práctica pedagógica cotidiana, las
preguntas escritas, las redacciones, las disertaciones permanecen siendo
ejercicios sin lectores, excepto por el profesor, y el alumno no refleja ante ellas
mayor motivación que conseguir una buena calificación.
Sin embargo, el ambiente se transforma si se les propone escribir, dibujar o
entrevistar para un periódico que será leído por los que lo rodean, conocidos y
desconocidos. Los niños trabajan con gran entusiasmo cuando se saben
escuchados y tienen un escenario abierto para expresar sus inquietudes y gustos.
A través de la escritura se conectan con su mundo interior, lo observan, toman
consciencia de él y pueden expresarlo. Es en esas situaciones en las que existe
como persona individualizada y no sólo como parte de un grupo-curso.
La práctica de la autoexpresión se ha revelado siempre como un motor
fundamental del crecimiento y la transformación de los educandos. La ruptura del
silencio es un momento clave de los procesos educativos. El alumno que,
quebrando esa dilatada cultura del mutismo que le ha sido impuesta, pasa a decir
su palabra y construir su propio mensaje -sea un texto escrito, una caricatura, un
dibujo, una canción, un poema, una obra de teatro, etc..- en ese acto de
comunicarlo a los otros, se encuentra consigo mismo y da un salto cualitativo en
su proceso de formación. (Kaplún, 1992)
Pero este tipo de expresión requiere necesariamente de los interlocutores. El
alumno escribe para ser leído, por lo que es indispensable que el mensaje se
difunda, se socialice; sea compartido. Son esos interlocutores cercanos o
distantes los que lo incentivan a crear, a redactar, a investigar, a estudiar, a
ahondar en sus conocimientos, sin sentirlo como esfuerzo, ni obligación, sino
viviéndolo con alegría, con placer, con entusiasmo.
Para los adultos también representa una experiencia enriquecedora, porque se
dan cuenta que los niños son capaces de entregar ‘otra cosa’. Si bien puede que
al principio imiten a sus mayores, con el tiempo, cuando comienzan a plantearse
sus propias preguntas, son capaces de proporcionar dimensiones distintas sobre
los temas, entregando una nueva mirada sobre el mundo.
2
Freinet, Elise. Nacimiento de una pedagogía. Citada en Kaplún, 1992.
4
Esta propuesta no es nueva. Ya en los años 30, en un pequeño pueblito al sur de
Francia llamado Bar-sur-Loup, un joven maestro de escuela, Célestin Freinet,
intentó encontrar un que-hacer educativamente productivo con sus alumnos. Sus
problemas de salud y de la disponibilidad de sólo dos maestros para impartir
clases en todos los cursos, lo obligaron a buscar una manera inédita de trabajar
con los estudiantes para que no dependieran sólo de sus lecciones, ni necesitaran
la asistencia permanente de un maestro.
Con una imprenta manual -elemental, relativamente barata y manejable por los
niños- montó en la sala de clases un periódico escolar. Lejos de adoptarlo como
una actividad complementaria o extracurricular, tal como suele hacerse en
nuestros días, para Freinet la imprenta pasó a ser el eje central de la acción
pedagógica, el motor del proceso educativo.
La sala de clases se transformó de manera permanente en la sala de redacción
del periódico, a la vez que de taller de composición e impresión. El cuaderno
escolar individual quedó abolido. Todo cuanto los niños aprendían, investigaban,
reflexionaban, sentían y vivían lo volcaban en las páginas de su periódico,
enteramente redactado, ilustrado, diagramado e impreso por ellos.
“Aquel medio de comunicación cambió toda la dinámica de la enseñanza aprendizaje. Los pequeños aprendieron realmente a redactar para expresar sus
ideas; a estudiar e investigar de verdad, porque ahora tenían una motivación y un
estímulo para hacerlo. El conocimiento que producían ya no era para cumplir una
obligación, ni para registrarlo en el cuaderno individual, sino para publicarlo,
comunicarlo, compartirlo con los compañeros, con los padres, con los vecinos del
pueblo”.3
En su propuesta, el periódico escolar, siendo el eje central del aprendizaje se veía
situado como lo que realmente era: un medio, esto es, un vehículo comunicante.
No era el diario lo relevante, sino que el proceso -individual, grupal o intergrupalque el medio canalizaba, esa red de intercambios, generadora de flujos
comunicacionales múltiples y de la construcción del conocimiento como un
producto social.
Han pasado más de treinta años desde que se publicó ‘El diario escolar’ de
Célestin Freinet y hasta la fecha sigue siendo la obra de referencia para este tipo
de experiencias, ya que si bien con el tiempo se han intentado implementar
numerosas veces proyectos de estas características, no se ha logrado entender la
esencia del proceso.
Kaplún, Mario. A la Educación por la comunicación. La práctica de la comunicación
educativa. 1992. Primera Edición. UNESCO/Orealc. Santiago, Chile. 234 pag.
3
5
El periodismo escolar vs la comunicación infantil.
Lo que se ha conocido como periodismo escolar, en nuestros tiempos, se reduce,
en la mayoría de los casos, a la experiencia de producción de un diario por un
grupo pequeño de integrantes de la comunidad escolar. Algunos profesores y
alumnos -generalmente aquellos que tienen mayor facilidad para la escriturareunidos en un taller de periodismo, elaboran un periódico para el resto de la
escuela, reproduciendo los esquemas clásicos de los medios masivos en términos
de emisores y receptores rígidos
En este proceso, se dividen las tareas, se asignan funciones y, a semejanza de un
diario, algunos niños reportean, otros sacan fotografías y otros imprimen. La
gestión, con objetivos precisos, es conducida de principio a fin por el profesor,
quien estima que su papel es el de estar presente en todas las etapas del proceso
de redacción, fabricación y difusión del periódico. Evitando, de esta manera, los
tiempos muertos en la producción y pudiendo controlar de cerca las tareas que se
están realizando.
Tanto la pauta de temas, la selección de los artículos, el estilo de redacción así
como la diagramación tienden a ser realizados al gusto de los profesores,
directores, padres y apoderados, más que de los propios niños (Avendaño, 1995),
asumiendo que lo relevante del proceso es lograr el producto final: la publicación
del diario lo más parecido posible a la prensa adulta.
Sin embargo, esta experiencia poco contribuye a resolver el problema central aquí
planteado, esto es el promover procesos de autoaprendizaje y formación social
del niño. En este caso, el periódico sólo actúa como un instrumento que reafirma
los conceptos y las relaciones clásicas de la educación tradicional.
Lo que entendemos por comunicación infantil se ubica en una fase totalmente
diferente. Ésta no busca formar a un grupo de periodistas en miniatura, sino de
ocupar el periódico como una herramienta más que contribuya a la formación
integral del niño. No interesa tanto el producto final, ya sea una nota, un reportaje
o una editorial, sino todo el proceso que ha requerido elaborarlos.
La comunicación es considerada siempre como un medio y no un fin en sí mismo,
entendiendo que su papel dentro del proceso educativo trasciende el uso del
medio. Éste es sólo un instrumento que ayuda a la integración de toda la escuela
en un proceso educativo diferente, potenciando la participación tanto de los niños
como de los adultos en las tareas y las decisiones de un proyecto en común.
Aquí, el papel del profesor se limita a ser un potenciador y facilitador del proceso.
A la clase le corresponde vivir su propia experiencia de producción libremente,
organizarse, tantear, para encontrar la fórmula de reparto de tareas y para asumir
sus responsabilidades. En este proceso, el profesor actúa como guía en la
búsqueda de esos caminos y como una garantía de seguridad, sobre todo para el
6
exterior. Ofrece la posibilidad de arbitraje, pero evita intervenir directamente en el
desarrollo de la acción.
El niño, por su parte, debe tomar parte activa en la organización del periódico, en
su elaboración, confección y gestión, aprendiendo a vivir responsablemente sus
ideas y sus prácticas cotidianas, la autoadministración del tiempo y la importancia
del trabajo común. Sólo de esta manera, el educando puede llegar a sentirse
parte importante e integrante del trabajo.
Actividades lúdicas potenciadoras estimularán, en primera instancia, la libre
expresión de los niños. Luego, serán los acontecimientos de la escuela, los
sentimientos de los niños, sus gustos respecto a algún área, un partido de fútbol,
una noticia escogida de algún medio o cualquier otra cosa, la que dará pie a la
redacción de los pequeños.
A pesar que el énfasis del trabajo está puesto en los procesos de la elaboración
del diario y de la expresión infantil, en esta experiencia no se deja de lado el
trabajo con la prensa adulta. Es importante aprovechar la exposición y el gusto
que tienen los alumnos hacia algunos mensajes escritos para la generación del
proceso expresivo de los niños.
Una caricatura, un comentario o una noticia particular tienen el potencial de
constituirse en el punto de partida para la investigación o profundización de
temáticas diversas. A partir de la reflexión sobre los contenidos que les gustan, el
análisis de temas o de una discusión en la sala de clase, se puede realizar una
entrevista, un reportaje, un comentario que plasme lo que el niño siente al
respecto o, incluso, la ilustración de escenas y personajes.
Además, la prensa adulta maneja una multitud de mensajes que pueden ser
relacionados con los contenidos escolares y brindan al objeto de estudio
actualidad y atractivo. Todo depende de la capacidad creativa del docente. No hay
que olvidar que la recepción y la producción de un medio escrito no son líneas de
trabajo excluyentes, sino que constituyen un proceso más integral de innovación
metodológica educativa.
Aprender a aprender a través de la expresión comunicada.
Es un principio ya universalmente asumido por la ciencia pedagógica, que no es
recibiendo lecciones como el educando llega a la apropiación óptima del
conocimiento. El ser humano aprende mucho más construyendo, elaborando
personalmente, que repitiendo lo que otros dijeron.
Sin duda el proceso de enseñanza-aprendizaje tiene un componente de
contenidos que es necesario transmitir, enseñar. Pero requiere ineludiblemente
ser -y en gran medida- descubrimiento personal, re-creación, re-invención.
(Kaplún, 1992)
7
Un balance de las cosas que se aprenden en la vida, tiende a inclinarse a aquellas
de las cuales se ha tenido oportunidad y compromiso de comunicar a otros. La
experiencia personal nos confirma que aprendemos más cuando explicamos una
materia que cuando hacemos el papel de aprendices, ya que aquello que sólo
hemos escuchado o leído, se queda, salvo en muy raras excepciones, en el
olvido.
Yendo aún más lejos, uno aprende íntegramente una materia de estudio cuando
tiene la necesidad de comunicarla. Es en ese esfuerzo de socialización cuando se
va profundizando en lo que se quiere expresar y descubriendo aspectos que hasta
entonces apenas se habían intuido vagamente. En este proceso van emergiendo
debilidades y contradicciones de los argumentos que se pensaban coherentes y
sólidos. Superando estos vacíos en los discursos es como se llega a la
formulación del pensamiento propio.
De esta manera, la expresión de algo implica profundizar su conocimiento hasta
llegar a comprenderlo y aprehenderlo completamente. Pero se requieren
interlocutores que motiven esta expresión y es aquí donde aparece la producción
del diario como un punto de partida, una actividad que potencia esta capacidad y
habilidad de aprendizaje.
Si los alumnos deciden hacer un reportaje sobre los efectos de la contaminación
ambiental que vive la ciudad, requieren comprender cabalmente cuáles son los
contaminantes que afectan al aire, cómo influye la geografía del lugar, la dirección
de los vientos, etc... para luego poder escribirlo y, con seguridad, intentarán
entender todos esos datos con mayor entusiasmo que si se los entrega un
profesor en una clase de ciencias naturales o geografía.
Todas estas actividades resultan especialmente útiles en el caso de la educación
chilena, ya que una de las últimas evaluaciones realizadas por el SIMCE a los
cuartos años en el área de castellano4 revela que entre los objetivos con menor
logro alcanzado se encuentran la capacidad de diferenciar hechos y opiniones en
un texto informativo, lo cual puede superarse a partir de los conocimientos
comunicacionales básicos que se necesitan para elaborar un periódico, y el
establecer relaciones de causa-efecto en un texto informativo.
El periódico escolar también puede contribuir a perfeccionar este último objetivo,
pues al trabajar en la elaboración de un texto, el docente no sólo tiene que guiar al
alumno en la búsqueda de los hechos, sino también sus causas y efectos, las
posibles derivaciones y la relación que existe entre un fenómeno y otro.
El niño tendrá que aplicar razonamiento lógico potenciando sus facultades
deductivas y asociativas (Roldan, 1987), visualizando, además, que los
acontecimientos sociales son fenómenos muchas veces interrelacionados, lo que
Ministerio de Educación. Medición cuartos años, 1996. Sistema de Medición de Calidad de la
Educación. (Simce). 1997. Santiago, Chile.
4
8
amplía su campo de análisis y fomenta su impulso de siempre investigar más allá
de lo que se le ofrece a simple vista. Así se fomenta en los alumnos, que en su
propio proceso de aprendizaje, aprendan a buscar fuentes complementarias,
adquiriendo un sentido de indagación y de búsqueda que es sumamente formativo
para el logro de aprendizajes posteriores.
II EL PROYECTO: LA PRODUCCIÓN DE UN DIARIO ESCOLAR
Contexto de la experiencia
Esta experiencia se realizó entre los años 1995-1997 en una escuela de escasos
recursos, ubicada en la comuna de San Miguel (Región Metropolitana). Los
estudiantes contaban con un entorno cultural muy limitado. El establecimiento no
tenía biblioteca y la única disponible en los alrededores, la biblioteca Municipal de
San Miguel, quedaba a una distancia considerable de la escuela. Tampoco habían
salas de cine, ni teatro en la comuna y los espectáculos que se ofrecían, cada
cierto tiempo, estaban principalmente dirigidos a un público adulto.
El nivel académico del establecimiento se veía reflejado en los resultados del
SIMCE, en el cual durante los últimos cinco años sólo alcanzó un 52% del nivel de
logro en los objetivos de redacción, ortografía, comprensión, lectura, síntesis,
conjugación de verbos y capacidad de razonamiento lógico. A nivel práctico, estas
calificaciones se apreciaban en los graves problemas de los alumnos para
expresarse, lo que se veía acentuado por los malos modelos expresivos de sus
padres.
Estos bajos rendimientos motivaron a la Escuela Pablo Neruda E-446 a postular a
los Proyectos de Mejoramiento Educativo (PME) durante el año 1994.
Representantes de la escuela realizaron un diagnóstico del establecimiento,
determinando sus fortalezas y debilidades a nivel de alumnos, profesores,
autoridades técnicas y administrativas y la comunidad. De la discusión y el análisis
generado emergieron ciertas luces sobre los problemas prioritarios de la escuela.
La conclusión general fue que los mayores déficit educacionales de los alumnos
se centran en la expresión oral y escrita y en la comprensión de lectura. Éstas
determinan que bajen su rendimiento escolar general, lo cual repercute en su
desarrollo personal, originando una baja importante en la autoestima hacía sí
mismos y una falta de identidad hacia la escuela.
Buscando una fórmula para revertir estos problemas nació la idea de un diario
escolar, que pudiera hacer progresar a los estudiantes en las áreas deficientes a
través de su elaboración y producción. Influidos por el conocimiento y la práctica
de algunos profesores en la creación de diarios escolares y por la participación en
el Programa Prensa y Educación, en el cual la escuela trabaja desde 1993,
eligieron esta estrategia entre muchas otras propuestas. Así, en un plazo de seis
meses y asesorados por un equipo de la Supervisión Provincial de Educación,
elaboraron el proyecto ‘Aprendiendo con los medios de comunicación’.
9
En la planificación de la experiencia los profesores tenían una participación activa,
gestando las diferentes actividades del proyecto, coordinando las acciones de los
distintos participantes y asumiendo ciertas labores asignadas, que eran de su
exclusiva responsabilidad. Para ello recibieron cursos de perfeccionamiento y
autoperfeccionamiento sobre técnicas de la comunicación y la elaboración de
guías de aprendizaje y de periodismo.
Cada curso debía organizar talleres para elaborar material que se expondría en
los diarios murales, y de los cuales se elegirían los que serían entregados al
diario. Los alumnos eran responsables de realizar las entrevistas, la preparación
de los artículos escritos, la edición y publicación del periódico, etc.. participando
activamente en las diversas etapas del PME.
La investigación.
Paralelo a la implementación del proyecto se desarrolló una investigación de tipo
descriptiva-transeccional5. Descriptiva porque el investigador se dedicó a observar
los fenómenos tal y como se dieron en su contexto natural, para después
analizarlos. Si bien participó en el proyecto impartiendo un taller de comunicación
infantil, no influyó significativamente en los procesos que se desarrollaron, tanto
en la organización como en las etapas de producción del medio. Es transeccional
pues los datos fueron recolectados en un sólo momento, en un tiempo único,
abarcando los distinto sujetos que componen la muestra.
El objeto de estudio estuvo enfocado a evaluar la organización y producción del
diario escolar, los procesos que se generaron a partir del medio y las influencias
educativas y sico-sociales en los alumnos. Específicamente, se establecieron los
siguientes objetivos de estudio:





Describir y evaluar las distintas etapas del proceso de producción de un medio
impreso en un establecimiento educacional, llevado a cabo por la unidad
educativa.
Determinar cuál es la influencia en la identidad personal y social del colectivo
de alumnos frente a un proceso de producción de un medio impreso.
Describir las valoraciones y percepciones de la comunidad escolar con relación
al proyecto escolar.
Evaluar como un proyecto conjunto de la unidad escolar, como es la
confección del periódico, altera las metodologías de enseñanza-aprendizaje al
interior de la escuela.
Entregar pautas sobre los aspectos más determinantes con relación a la
implementación del periódico escolar, que faciliten su reproducción en el
futuro.
Hernández, R; Fernández, C y Baptista, P. Metodología de la investigación. 1991. Primera
edición. Mc. Graw-Hill Interamericana. México. 505 pag.
5
10
Para la recolección de datos se utilizaron tres técnicas: entrevistas en profundidad
a los profesores y directivos de la escuela; focus group a alumnos y cuestionarios
a profesores y alumnos. Estos instrumentos fueron aplicados durante los meses
de agosto y septiembre de 1996, a un mes de haberse publicado el segundo
ejemplar del diario. La intención fue dejar pasar la emoción del primer momento
de la publicación para conseguir respuestas más reflexivas.
Nace un proyecto
Luego de ser aprobado el proyecto ‘Aprendiendo con los medios de comunicación’
por el Ministerio de Educación, se comienza a gestar su etapa inicial durante el
primer semestre de 1995. Las primeras acciones que se llevaron a cabo fue la
compra de los recursos necesarios para el proyecto, el cual contempló una
fotocopiadora, una máquina fotográfica, máquinas de escribir, una radio-cassette,
materiales para la confección de los diarios murales, papel, cassettes,
archivadores, más algunos insumos para las máquinas. Se habilitaron los diarios
murales y se comenzaron a desarrollar algunas actividades, tales como la
participación de alumnos en talleres y concursos.
La escuela contrató asesores externos para implementar el proyecto y en forma
conjunta comenzaron a delinear las estrategias para organizar la producción del
diario. Ninguna de las dos entidades tenía experiencia en este tipo de acciones,
por lo que se estableció que la acción iba a ir conformándose en el camino,
manteniendo así todas las instancias abiertas para modificaciones y
reestructuraciones sobre la marcha.
Bajo estas premisas, se elaboró un proyecto con actividades más específicas y
aterrizadas, de acuerdo a los objetivos y lineamientos que se propusieron en el
proyecto presentado al PME.
Se determinó que el objetivo central de la producción del diario estaría enfocado a
‘elaborar un medio que exprese los conocimientos de los niños, de acuerdo a sus
propios intereses, necesidades y demandas’. De esta manera se buscó potenciar
la creatividad en los niños, vincularlos a los miembros de la comunidad educativa,
destacar sus aspectos propios con relación a su identidad y fomentar las
dimensiones de formación e instrucción educativa.
Para ello se planificaron actividades destinadas a que toda la comunidad
educativa tuviera una instancia para participar en el proyecto. Los alumnos
tendrían a su cargo la parte fundamental de elegir las secciones que constituirían
el diario, escribir los textos, crear el formato, elegir el nombre del medio, etc.
Los directivos y los profesores apoyarían a los niños en estas tareas y, además,
contribuirían escribiendo el editorial, algunos artículos y manteniendo una
columna. Los apoderados cooperarían apoyando a los estudiantes, dándoles
facilidades para asistir a los cursos y también escribiendo en el diario.
11
El objetivo central era integrar a toda la comunidad educativa en el proyecto, para
que el medio, aparte de servir como una herramienta que potencie la expresión
escrita y oral de los alumnos, fuese un medio de encuentro y de conocimiento
para todos.
Perfeccionamiento docente
Junto con determinar las actividades concretas del proyecto se elaboró una
propuesta de capacitación para los profesores, la cual fue sometida a consulta en
una reunión que se sostuvo con todos los docentes y ahí se aprovechó de indagar
sobre las expectativas del taller. Así, en conjunto se determinó la propuesta final
de perfeccionamiento, la cual se realizó durante el último semestre de 1995 y los
primeros meses de 1996.
El taller les entregó recursos periodísticos aplicables al ámbito de la escuela,
herramientas para apoyar la tarea de los alumnos-monitores e incentivar a los
niños en la producción de los textos. Los contenidos estuvieron enfocados a
entregar elementos básicos de comunicación, comunicación educativa, estilos y
géneros periodísticos y el desarrollo de trabajos prácticos sobre estas temáticas.
Además, se realizó una reunión con los apoderados y alumnos representantes de
cada curso de la escuela. Se les explicó el proyecto y se solicitó su cooperación,
la cual estuvieron dispuestos a entregar.
Taller de comunicación infantil
Dos aspectos determinantes que fue necesario definir para poner en marcha el
diario fue la modalidad en que se transmitiría a los estudiantes los conocimientos
en comunicación y cuál era el grupo de alumnos con el que debería trabajarse, ya
que no era posible mantener un mismo ritmo de clases con niños del primer y
segundo ciclo juntos6.
Se determinó realizar un taller de comunicación infantil para los alumnos del
segundo ciclo, una vez a la semana con una duración de 3 a 4 horas por sesión.
Mediante una metodología grupal, se entregaron ciertos contenidos de
comunicación, reflexionando con los alumnos al respecto. Luego, se buscaba la
manifestación de estos contenidos –si era posible- en la prensa escrita, para que
después los niños expresaran lo que habían aprendido a través de alguna
creación, la cual generalmente era escrita.
El objetivo de trabajar con los alumnos estos elementos periodísticos y
comunicacionales, no era establecer una estructura al estilo de redacción de los
pequeños, sino que pretendía ser una herramienta que gatillara su expresión.
6
El primer ciclo corresponde desde 1º a 4º básico y el segundo ciclo desde 5º a 8º básico.
12
El taller tuvo muy buena aceptación, con una participación promedio de 23 niños
(dos a tres alumnos de cada curso) y una asistencia del 65% en los dos periodos
impartidos (segundo semestre de 1995 y primer semestre de 1996).
Los alumnos más comprometidos en el taller pasaron a ser los monitores,
encargados de ramificar los conocimientos que adquirieron a sus compañeros de
curso. Las mismas guías de trabajo que se aplicaron en las sesiones fueron
desarrolladas con los estudiantes en la clase.
Para esto fueron creadas las horas de PME, que si bien no se contemplaron
inicialmente en el proyecto, debieron asignarse para que los monitores tuvieran
una instancia para trabajar con sus compañeros redactando textos. Estas horas
quedaron dentro del plan de estudios, aumentando de 30 a 35 horas a la semana,
5 horas semanales para quinto y sexto básico y 2 horas para séptimo y octavo.
Así se pretendía que durante todo el tiempo que se estuviera desarrollando el
taller, tanto los monitores como los alumnos en general estuvieran recibiendo los
mismos conocimientos y trabajando en la producción de textos para el diario en
forma simultánea y equitativa. De esta manera, se evitaba concentrar toda la
producción en un grupo específico de niños, sino que se fomentaba en todos el
desarrollo de sus habilidades expresivas.
Cómo se fue gestando ‘Juventud del Nuevo Mundo’
En la primera etapa se trabajó en actividades de motivación, que estaban
orientadas a que los alumnos planificaran y visualizaran cómo querían que fuese
el diario. De esta manera, se pretendía que tomaran consciencia de que este
medio les pertenecía.
Por ejemplo, se realizó una experiencia con los alumnos del taller en la cual,
formando grupos de cuatro a cinco niños, eligieron temas que les gustaría que se
incluyeran en el diario y, luego, se clasificaron de acuerdo a las secciones que
posiblemente podrían establecerse para el medio. Entre ellas, comentarios de
noticias, música, moda, celebraciones y la naturaleza fueron el resultado de esta
exploración. Esta misma actividad fue realizada a nivel de curso.
Si bien las secciones que finalmente tuvo el diario no fueron determinadas por
esta dinámica, sino por los textos que se fueron produciendo, se logró el objetivo
de internalizar en los niños que el diario contemplaría los temas de su interés.
Se realizó, además, un concurso entre los alumnos para determinar el nombre
que tendría el diario. El resultado fue ‘Juventud del Nuevo Mundo’. Se eligió
además un símbolo que le diera identidad, junto con su logo, la ilustración de un
pequeño ‘mundito’ que aparece realizando diferentes actividades, de acuerdo a
los temas que se tocan en los textos.
13
La segunda etapa consistió en la transmisión de los conocimientos
comunicacionales a toda la escuela –a través del taller y los monitores-, para que
a partir de ellos se potenciase la escritura. Los textos emergieron tanto de los
alumnos del taller de comunicación como de los alumnos de la escuela en
general.
Si bien el diario fue planteado en el proyecto con un tiraje bimensual, sólo se
alcanzó a publicar una edición durante el segundo semestre de 1995, la cual fue
lanzada a mediados de diciembre en un acto al que asistieron alumnos de la
escuela, los profesores y directivos, el alcalde y algunas autoridades de la comuna
y la Dirección Provincial de Educación.
Segundo año del diario
Durante el primer semestre de 1996 se retomaron las actividades con relación al
diario, pero con un replanteamiento de las estrategias a seguir. La experiencia
adquirida en la producción del primer número indicó que era necesario modificar la
metodología para lograr un trabajo más organizado y responsable.
La base de la nueva propuesta fue la división de las actividades, para lo que se
requería el compromiso, la responsabilidad y el sacrificio -a veces- de todos los
integrantes de la comunidad educativa.
Se desarrollaron tres talleres, estructurados para que cada uno de ellos se
encargara de las distintas etapas de producción del diario. Los alumnos debían
asistir a los talleres de acuerdo a sus intereses y cada uno de los ellos tenía un
cupo limitado. Una parte esencial de esta nueva estrategia era la cooperación de
los profesores, quienes debían participar más activamente en los talleres.
El taller de comunicación infantil conservó sus mismas características, excepto
que durante este periodo se integraron dos profesoras como apoyo al trabajo de
los alumnos. A este se agregó un taller de computación y un taller de gráfica. El
primero destinado a que los alumnos adquieran conocimientos que les permitieran
traspasar los textos al computador y diagramar el diario con esta herramienta; el
segundo estuvo dirigido a realizar ilustraciones para el medio.
En estos talleres se capacitaron a los monitores, responsables de transmitir los
conocimientos aprendidos al resto de los alumnos, con quienes se mantuvo
reuniones quincenales para entregar el material para trabajar en clase, comentar
las experiencias, guiarlos y recoger los textos producidos.
Junto con esto, para que el taller de comunicación tuviera una mejor organización
como grupo constituido, se eligió democráticamente una directiva y comités
responsables de las diferentes tareas de la producción del diario 7.
7
Se formaron comités de tematización, de recopilación y selección de textos y creatividad.
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La idea era crear una estructura en la cual este grupo fuese una conexión entre
los docentes, directivos y el resto de los alumnos de la escuela, integrando más
activamente a toda la comunidad en el proceso.
Siguiendo la misma estructura de las etapas de producción del año pasado, pero
con una mayor participación de los alumnos y de los profesores, se logró publicar
el segundo número del diario durante el mes de julio de 1996 8.
Cambios en el camino
Analizando el proceso de producción que se dio entre el primer y segundo número
del diario Juventud del Nuevo Mundo se puede advertir un cambio en las
dinámicas que se generaron en la escuela en torno al medio escrito, con un
incremento en los grados de participación, tanto de los profesores como de los
alumnos.
La primera edición fue escrita en su mayoría por los niños (91%), de ellos, un 58%
habían asistido al taller y sólo un 8% de los textos pertenecían a los profesores.
Sólo por tratarse del primer número, la dirección de la escuela propuso como
tema central ‘el lanzamiento del medio’ y ‘el aniversario del colegio’. Esa temática
fue complementada con noticias, opiniones y reportajes de temas de interés de
los niños.
Ya en el segundo número, se advirtió mayor contenido y profundidad en los
textos, con trabajos más largos, ideas desarrolladas coherentemente y más
vinculados a los intereses de los niños. Los temas fueron surgiendo a través de
las dinámicas que se generaron en las horas de PME.
Aquí se invierte la proporción y sólo el 30% de los textos fue escrito por alumnos
del taller y el 70% por alumnos del resto de la escuela. Se advierte además un
incremento en los textos escritos por los profesores, de un 8% a un 22% y en este
número se incluye por primera vez textos de niños de 4º básico.
Un elemento motivador de este giro en la producción fue la publicación del primer
numero del diario, ya que tanto alumnos como docentes se entusiasmaron por
participar más activamente en el proyecto.
En la elección de los textos para el diario también se advirtieron cambios entre
una edición y otra. En la planificación del proyecto se había determinado que la
selección de los mejores trabajos fuese realizada por los monitores, quienes por el
primer número, desempeñarían el papel del Equipo de Redacción en forma
conjunta con los profesores y los coordinadores del proyecto. Esta actividad no
pudo llevarse a cabo porque los niños no estuvieron preparados para asumir tal
responsabilidad.
El proceso de elaboración del diario comenzó en mayo, dado que se requirió de un tiempo de
reflexión de la experiencia anterior y para la puesra en práctica de la nueva organización.
8
15
La selección finalmente la realizó el director de la escuela, el coordinador del
proyecto, las dos profesoras que tenían a cargo la labor de organizar y supervisar
la sala de prensa y la profesora del taller de comunicación. Los criterios para
llevarla a cabo fueron elegir los textos que demostraran una cierta coherencia y
que expresaran los sentimientos y pensamientos de los alumnos.
Ya durante el proceso de elaboración del segundo número se advirtió una mayor
participación de los alumnos, quienes junto al director y al coordinador general del
proyecto seleccionaron los textos. Así, se advierte que, poco a poco, se fueron
asumiendo responsabilidades, tanto por parte de los niños como de los profesores
y los textos mejor elaborados, permitieron que la tarea de producción se
concentrase en otros aspectos.
En el caso de la edición de los textos, el equipo de coordinación del proyecto tuvo
incidencia más directa en el primer número, corrigiendo la ortografía, mejorando la
redacción y editando los textos. La diagramación fue realizada por el director de la
escuela, el coordinador del proyecto, la profesora del taller de comunicación y
algunos alumnos de la escuela.
En cambio, en el segundo número, hay una mejor redacción y mejoras en la
ortografía, lo que implica una menor edición en los textos, función que siguió
desarrollando el coordinador general del proyecto. Pero la diagramación, en este
caso, la realizaron los alumnos del taller de computación.
La incorporación al proceso de producción de más integrantes de la comunidad
educativa y la destreza adquirida para llevar a cabo cada una de las etapas agilizó
los procesos entre un número y otro. De hecho, el periodo de producción del
primer número demoró seis meses y segundo sólo dos, incluso con un aumento
de las páginas de 23 a 27.
Por último, hay que destacar la importancia que le dan los alumnos al estilo del
medio impreso. Por ejemplo, la primera edición de Juventud del Nuevo Mundo
contenía bastantes ilustraciones y fue impreso en tinta azul, lo que llamó mucho la
atención de los más pequeños.
En cambio, el segundo número, que fue impreso en tinta negra y de menor
calidad y legibilidad, tuvo una mayor aceptación en los cursos mayores, dado que
se privilegió el contenido del texto antes que la gráfica.
Pero en los dos casos, el diario fue muy bien calificado en general por los
alumnos, porque el hecho de ser un diario diferente, de mejor calidad con
respecto a las típicas revistas escolares, determinó que su comparación con otros
medios escolares les produjera orgullo y se sintieran orgullosos por haber
participado en su producción.
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III CONCLUSIONES
El diario como herramienta motivadora
El diario escolar logró activar a la comunidad escolar en torno a una dinámica que
generó altos niveles de participación en los alumnos, perfilándose como un agente
motivador, en la medida que logró captar el interés de los niños, comprometerlos y
movilizarlos tras un objetivo común, de una manera que no se había percibido
antes en la escuela.
En este sentido, se aprecia que, aunque muchos de los artículos publicados en el
medio no representan a la totalidad de los estudiantes del establecimiento, la
mayoría de los niños trabajó escribiendo, lo que indica que se cumplió el objetivo
principal del periódico que es ser una herramienta que estimula la expresión de
los alumnos y no un producto final, en el cual participan exclusivamente aquellos
alumnos que escriben bien.
Y no sólo en cuanto a la expresión escrita ha cumplido dicho objetivo, sino que
además, demostró ser un instrumento motivador de la educación para aquellos
que no participaron directamente en el medio. Los alumnos del primer ciclo básico
lo adoptaron como una meta a la cual pueden llegar si es que se esfuerzan en
mejorar las áreas del lenguaje, escritura y lectura. Esta experiencia les permitió no
sentirse excluidos del diario escolar.
Si bien en el caso de los profesores la participación no fue tan instantánea como
en los niños, el periódico también logró motivarlos y, poco a poco, se fueron
integrando tanto en las labores que implican su producción, como en su
participación directa escribiendo para el medio. A pesar de la diferencia, es
importante destacar que la adquisición de un grado de compromiso con el
periódico, aunque fuese posterior, es meritorio dado los obstáculos que los
docentes tienen que enfrentar para desarrollar este tipo de proyectos, entre ellos
la falta de tiempo y la escasez de recursos.
Uno de los elementos que sirvió para movilizarlos fue el conocer la primera
edición del diario, ya que a través de él pudieron dimensionar la importancia del
medio, tanto por los buenos resultados entregados por los niños, como por el
esfuerzo que ellos realizaron, lo que suscitó un cambio importante en cuanto al
apoyo y participación, reflejado en el segundo número del diario.
De esta manera, el medio se descubrió como una herramienta que ha servido
para integrar tanto a profesores como alumnos en un proyecto común, ante el cual
los alumnos demostraron ser capaces de comprometerse frente a una actividad y
responder con responsabilidad ante las labores que ésta implica.
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Influencia en la identidad personal y social
El diario escolar se reveló como una instancia a través de la cual los niños pueden
expresar sus sentimientos y experiencias, expresiones para las cuales no tenían
un conducto de salida antes de su existencia. Sin duda, este es el mayor mérito
que le reconocen los alumnos, porque a partir de esta característica, ellos
perciben que se los está tomando en consideración como personas con identidad
propia.
Sin duda, la comunicación ha sido una herramienta facilitadora para la
manifestación de su particularidad, ya que les entregó ciertas pautas que les
ayudaron a expresarse. Y en ningún momento sintieron que esas pautas los
limitaron en cuanto a agregar su propio discurso sino, por el contrario, lograron
realizar creaciones que les permitieron exteriorizarse a sí mismos.
Esto les resulta muy diferente a los ejercicios de clase, en los cuales no tienen la
posibilidad de distinguirse, pues el objetivo que persiguen es que todos repitan de
manera similar los conocimientos que se les imparten. En cambio, a través de la
comunicación los niños desarrollaron su creatividad en trabajos originales,
irrepetibles, que muestran al resto de la comunidad lo que ellos son.
Además, con esta herramienta pudieron trabajar en torno a temáticas y
actividades que son trascendentales para su desarrollo personal. Al estar
conectados con las noticias y la actualidad, una esfera tradicionalmente adulta,
perciben que se ha abierto un nuevo canal de comunicación con los profesores y
con sus padres, lo que les permite establecer una interacción más horizontal.
Tanto por esto, como por ser contenidos significativos que lograron captar su
interés, se percibió que los niños hicieron un esfuerzo por aprenderlos, tarea en la
cual fueron descubriendo no sólo sus capacidades de hacer, sino también de
‘hacer bien’. Se dieron cuenta que con un esfuerzo de su parte pueden lograr
resultados de muy buena calidad, aumentando en ellos su espíritu de superación.
Antes de descubrir esta capacidad de logro en sí mismos, cuando se veían
enfrentados a situaciones consideradas por ellos problemáticas o engorrosas,
desistían frente la certeza que no iban a ser capaces de resolverlas. En cambio,
ahora tienen mayor confianza. Están seguros de que con sus capacidades y
habilidades pueden alcanzar los objetivos impuestos por ellos o por otros, lo que
repercute en una valorización hacia sí mismos y, por consiguiente, un aumento en
su autoestima.
Este sentimiento se refuerza ante la experiencia de adquirir un tipo de
conocimiento a la par con sus profesores e, incluso, en mayor medida que ellos,
18
porque tanto para los docentes como para los estudiantes la introducción al
mundo de la comunicación evoluciona de manera similar. A partir de esto se
generaron situaciones en que los niños han podido confirmar ciertas dudas de los
profesores respecto a los contenidos o, incluso, les han entregado conocimientos
que los docentes ignoraban. Esta experiencia ha sido mágica en la vida de los
alumnos, ya que por primera vez sienten que sus aportes son valorados por el
mundo adulto.
Pero, sin duda, lo más extraordinario dentro de estas experiencias es la sensación
que deja en los niños la publicación de una creación suya en el diario escolar. Se
sienten importantes, valorados, protagonistas de un proceso, personas que tienen
algo que entregar y que ese ‘algo’ adquiere una importancia tal que merece ser
expuesto al resto de la comunidad escolar.
Cambio en las interrelaciones y comunicaciones al interior de la escuela
El periódico escolar generó un nuevo tipo de relación entre los profesores y los
alumnos, donde las comunicaciones adquirieron un rol fundamental. Los niños
sienten, a diferencia del pasado, que los profesores ‘los toman más en cuenta’,
que su opinión y sus conocimientos ahora son valorados por los docentes,
determinando la formación de una comunicación más horizontal entre ellos.
Las actividades que involucran la producción del periódico generan instancias en
las que docentes y alumnos comparten más, se conocen desde otra perspectiva
que la permitida a través del sistema tradicional de educación, se descubren como
personas e, incluso, hace que mejore positivamente la opinión de los niños
respecto a los profesores.
Un aspecto determinante para los estudiantes en esta nueva relación es que los
profesores les explican mejor las materias. Sienten que los docentes están más
dispuestos a ayudarlos y ellos, a su vez, están más interesados en los contenidos
entregados. De esta manera las clases adoptan una dinámica más activa. Aquí se
advierte que la apertura de nuevos canales de comunicación entre docentes y
alumnos influye positivamente en la relación de enseñanza- aprendizaje que se da
al interior de la sala de clases.
Para los profesores este acercamiento, de igual forma, ha sido muy gratificante
porque les ha permitido recuperar una relación que para ellos estaba perdida,
debido a la distancia que obliga mantener el sistema frontal de enseñanza. Ahora
han vuelto a sentir que pueden trabajar con los niños de igual a igual, ‘como
camaradas’
Las actividades en torno al periódico escolar han fomentado, también, un
significativo refuerzo del compañerismo entre los alumnos. En este aspecto, el
trabajo en grupo les ha ayudado a aprender a compartir responsabilidades y a
ayudarse mutuamente; a conocer al otro y eliminar ciertos prejuicios, y a reunirse
en torno a un proyecto común.
19
Además, los niños han aprendido a valorar a las personas, no importando la edad,
ya que la interrelación con alumnos de cursos más pequeños les ha hecho
descubrir que los menores también tienen capacidades, que pueden realizar
trabajos valiosos y, en muchas ocasiones, con mayor soltura y creatividad que los
alumnos de los cursos mayores.
Así, a diferencia de las labores individuales que fomentan la competitividad y el
aislamiento, el trabajo en torno al periódico desarrolla aspectos sociales en los
estudiantes que son muy útiles para su desenvolvimiento como personas en
sociedad y los hacen mejores seres humanos.
El diario escolar identifica y diferencia a la escuela
La mayor información que circula en la escuela sobre los sucesos que ocurren en
su interior y las personas que a ella pertenecen, genera una interacción y
comunicación más activa y enriquecedora a nivel de la comunidad escolar. Esto
ha llevado a que los niños desarrollen una estimación especial por su
establecimiento, dado se sienten parte de él. Así se han originado expresiones de
cariño hacia la escuela, sin que medie ninguna presión del mundo adulto.
Conjuntamente, el diario ha servido como un elemento de identificación y
diferenciación con respecto a los demás establecimientos educacionales. Su
existencia ha permitido elevar el status de la escuela ante los ojos de personas
externas y de sus propios alumnos, quienes sienten un orgullo especial por tener
un medio que es anhelado por sus pares que asisten a escuelas con mayores
recursos.
El periódico escolar en la labor educativa
A través del diario los niños han logrado mejorar su expresión escrita, tanto en
redacción como en ortografía y vocabulario. Esto se apreció tanto en los textos
que escribieron para el diario, en los buenos resultados de los concursos
académicos en que participan y en una mejora sustancial de las calificaciones en
la asignatura de castellano.
Su perfeccionamiento en esta área de conocimiento les ha servido para descubrir
que la expresión escrita no es aburrida. Al adquirir herramientas para desarrollarla
con mayor facilidad, aumenta su motivación para redactar.
Conocimientos más específicos adquirieron los alumnos del taller de
comunicación, quienes aseguran que, además, aprendieron a hacer resúmenes; a
ser más ordenados y exactos para escribir; a diferenciar las instancias de opinión
y de información y a mejorar su puntuación y su comprensión de lectura.
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Esto indica que en la medida que se logre insertar los conocimientos más
específicos sobre comunicación a nivel de sala de clases, se podrán desarrollar
con mayor vigor este tipo de capacidades en todos los alumnos.
Metodologías activas
Quizás uno de los aspectos más difíciles de desarrollar dentro de este tipo de
experiencias es el cambio de las metodologías de enseñanza-aprendizaje que se
dan al interior del aula, ya que en éstas convergen una serie de factores que
obstaculizan el camino, tales como la rígidez de los contenidos curriculares, el
cambio de mentalidad tanto de alumnos como de profesores, el temor ante las
nuevas pruebas, el mayor tiempo y esfuerzo que estas conllevan, etc...
Sin embargo, hay evidencias que el diario escolar dentro de la escuela motiva a
algunos profesores a desarrollar dinámicas de trabajo en las que los niños
participan más activamente. Dentro de éstas, la motivación que los profesores
transmiten a los estudiantes adquiere un papel central.
Y en esas prácticas, que entregan un mayor protagonismo y centralidad a los
alumnos, éstos demostraron ser capaces de trabajar responsablemente en los
compromisos que adquieren. Capacidades de organización, dirección, selección y
acción se revelaron más allá de las expectativas de los docentes.
Junto con esto, se genera en ellos una capacidad de autodeterminación, reflejada
en la libre iniciativa para realizar labores y trabajos en los cuales no interviene la
exigencia docente. Esto indica que cuando los niños son motivados en sus
labores, sus acciones pasan del ‘deber hacer’ al ‘querer hacer’.
IV RECOMENDACIONES PARA LA IMPLEMENTACIÓN DEL DIARIO ESCOLAR
Cada ambiente cultural, cada escuela, cada profesor y cada niño provienen de un
contexto particular e irrepetible, por lo tanto, no se pueden dar recetas únicas para
llevar a cabo estas prácticas.
Ya vimos lo imprescindible que es una investigación de expectativas para
desarrollar esta dinámica, de acuerdo a los intereses y necesidades de sus
destinatarios, lo que determina que cada una de las experiencias estarán
definidas por la realidad de la comunidad educativa. Sin embargo, hay algunos
aspectos que pueden contribuir a generar un escenario propicio para la expresión
infantil y el cambio pedagógico.
Actividades de motivación
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Es necesario planificar a lo largo de todo el proyecto actividades de motivación
tanto para los profesores como los alumnos, dado que el entusiasmo de los
participantes tiende a decaer con el tiempo.
Planificación de las actividades
Si bien la flexibilidad es una de las características esenciales de este tipo de
proyectos, se requiere una planificación que especifique los objetivos, las tareas
de cada uno de los participantes y la calendarización de las actividades, de
manera que se alcance una organización de las labores y las personas con
relación a los fines que se quieren lograr. Se recomienda que estas disposiciones
sean a corto plazo para que permitan ir evaluando los resultados e ideando
nuevos lineamientos a medida que el proyecto va madurando.
Un grupo de trabajo comprometido
Es esencial el compromiso de, por lo menos, tres docentes que trabajen en la
gestión del diario escolar de manera continuada y con horas disponibles para ello.
Esto permite que haya un equipo que planifique, organice y mueva al resto de la
comunidad escolar en las labores del diario.
Dar continuidad al proyecto
Uno de los elementos básicos para contar la motivación de los agentes
involucrados en el diario escolar es que siempre se estén realizando actividades
con relación al medio e intentar, en lo posible, una publicación mínima trimestral.
Si no, el proyecto corre el riesgo de diluirse en el tiempo.
Desarrollo de talleres a nivel docente
Los profesores deben tener la disponibilidad horaria para realizar talleres
semanales, a partir de los cuales puedan compartir experiencias y evaluar los
procedimientos que desarrollan, de manera que exista una retroalimentación
sobre las actividades que están realizando y se pueda enriquecer el proceso.
Integrar el periódico escolar en el curriculum
Para que el medio impreso no se practique a nivel de taller extra-escolar, sino que
cumpla con el objetivo de ser un instrumento que motive el cambio de las
metodologías de enseñanza-aprendizaje dentro del aula, es necesario relacionarlo
con todas las asignaturas, trabajando conjuntamente la expresión de los alumnos
con los contenidos curriculares que se imparten. Para ello es fundamental dar la
instancia, a nivel de dirección, para que el docente se sienta en libertad de
modificar el sistema de trabajo tradicional, tanto a nivel de los requerimientos de
contenidos como de evaluaciones.
Apoyar la acción de los monitores
La única manera de que todos los niños de la escuela puedan aprender los
conocimientos de comunicación específicos que requiere el periódico es a través
de la labor multiplicadora que realizan los alumnos monitores que asisten a los
talleres. Pero para que la ramificación se dé en la práctica, es necesario contar
22
con un espacio y el apoyo de los profesores, ya que para los alumnos-monitores
no es siempre una tarea fácil enfrentarse a un curso.
Asignar funciones y responsabilidades.
Se recomienda, sobre todo en un primer momento de la experiencia, elaborar una
estructura de funciones para guiar a los alumnos en las tareas que se requieren
desarrollar. Por ejemplo, democráticamente elegir un director, un subdirector y
diversos comités que realicen actividades específicas del proceso de producción.
Además, es necesario determinar en conjunto sus responsabilidades y que ellos
tengan claridad a quién deben recurrir en busca de apoyo. Los alumnos en
general demuestran un gran entusiasmo, pero necesitan aprender a encauzarlo.
Talleres de participación que incluyan distintos intereses.
No solamente es necesario tener un taller de comunicación para aquellos alumnos
que se interesan por la expresión escrita, sino que también hay que dar espacios
a aquellos niños que tienen mayor facilidad para expresarse a través de la
ilustración (taller gráfico), de la fotografía (taller de fotografía) o que se interesen
por el diseño computacional (taller de computación) Así, se logra una mayor
participación y agilidad en las distintas etapas de producción, facilitando el
proceso y dando cabida a los distintos intereses.
Incluir a todos los cursos en la producción del periódico
Lograr creaciones de los alumnos mayores en la escuela es sencillo, ya que ellos
cuentan con la escritura como su herramienta de expresión. Sin embargo, es
necesario que toda la comunidad educativa participe activamente en el diario,
para lo cual hay que buscar instancias que permitan el trabajo de los cursos más
pequeños, tales como el dibujo, los chistes, las caricaturas, las poesías, etc..
Fomentar una mirada más allá de lo inmediato
La escuela y sus integrantes son sólo una de las posibles fuentes de información
a la que pueden acceder los alumnos. Es importante que el diario escolar sirva
para abrir nuevos horizontes a los niños, lo que significa motivarlos a salir a la
calle, relacionarse con otras escuelas, buscar otro tipo de fuentes, otras
perspectivas de las cosas, que les permitan interrelacionar con su medio externo y
desarrollar capacidades de investigación útiles para el desarrollo de su
aprendizaje.
Realizar actividades externas
Es importante realizar actividades externas a la escuela, tales como visitas a la
biblioteca, a un diario adulto, a instituciones académicas, ya que actúan como un
elemento motivador del trabajo de los alumnos.
Un formato original
Aunque para muchos adultos el formato del periódico pueda ser un detalle, en los
niños actúa como un elemento de suma importancia en cuanto a su relación con
el medio. En la medida que el diario llega a ser atractivo visualmente, favorece la
23
motivación que los niños sienten por participar en él, por ello debe realizarse un
especial énfasis en la diagramación e ilustración del medio.
Mantener los medios al alcance de los niños
Los alumnos deben tener un acceso libre y directo con los instrumentos que
generan el diario (computadores, máquinas de escribir, grabadoras, cámaras de
fotos, etc..), de manera que adquieran mayor protagonismo, responsabilidad y la
posibilidad de realizar un trabajo individual y de libre iniciativa, sin que
necesariamente deban contar con la presencia de un docente.
La sala de prensa
Es imprescindible contar con un espacio físico donde se puedan desarrollar las
actividades y las labores con relación a la producción de un periódico, que sea de
libre acceso tanto para los alumnos como para los profesores. Es necesario que el
diario tenga una presencia física y cotidiana dentro de la escuela y no que sea una
idea abstracta que se manifiesta cada cierto tiempo en una publicación.
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