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TEMA # 6 ENFERMEDADES PARASITARIAS MAS IMPORTANTES EN GANADO BOVINO 1. ENFERMEDADES PARASITARIAS 1.1. Trematodos Distomatosis: también llamada duela del hígado, está producida por un gusano plano que puede vivir en el hígado de muchos animales, pero a quien más afecta es a la oveja. Vive en charcas y su hospedador intermediario es un caracol. Los animales parasitados por este verme o gusano adelgazan, pierden el apetito, disminuyen la producción de leche, pierden la lana y decaen de forma progresiva. 1.2. Cestodos o tenias Cenurosis, modorra de la ovejas o Torneo: es una tenia o gusano aplanado que vive en el intestino del perro sin que se noten los síntomas; sus huevos salen con las heces y contaminan el suelo y la hierba; al ser ingeridos por la oveja, pasan a la sangre y van hasta el cerebro o la médula espinal, transformándose en quiste. La enfermedad se manifiesta por llevar la oveja la cabeza inclinada hacia un lado y no seguir al rebaño. Hidatidosis o quiste hidatídico: también llamada equinococosis, al estar producida por la tenia equinococo. Es una tenia cuyo adulto vive en el intestino del perro y otros carnívoros. La larva de la tenia origina en los rumiantes, el llamado quiste hidatídico, de terribles consecuencias cuando se desarrolla en órganos importantes como hígado o pulmón. 1.3. Nematodos Los nematodos son gusanos alargados, de sección más o menos redondeada. Las parasitosis causadas por estos vermes son muy numerosas, pero son de destacar las denominadas estrongilosis (enfermedades digestivas y pulmonares), ascaridiosis (causada por el llamado Ascaris lumbricoides o lombriz grande que vive en el intestino del cerdo) y la triquinosis (enfermedad que pude afectar a muchos animales, causada por la triquina o Trichinella spiralis, afectando especialmente al sistema muscular). 1.4. Parásitos externos Los parásitos externos que afectan al ganado convencional y ecológico, frecuentemente son artrópodos, fundamentalmente pertenecientes a las clases Arachnida e Insecta. Todos ellos son importantes, más que por el daño directo que puede causar, por las muchas enfermedades infecciosas que pueden transmitir al ganado (al actuar como trasmisores o vectores tanto de carácter mecánico como biológico). No obstante, algunos de estos parásitos pueden producir alteraciones externas visibles, llegando a ser importantes cuando la parasitación es intensa. Algunas de estas enfermedades parasitarias son: Sarnas: enfermedades de la piel producidas por ácaros. La piel presenta vesículas, diminutos surcos, costras blanco-grisáceas, rugosidades y complicaciones secundarias debidas a que el animal se rasca. Miasis cutáneas: enfermedades de la piel producidas por moscas que ponen los huevos o larvas vivas en las heridas, cavidades y piel de los vertebrados. Dentro de este grupo destaca por su importancia la denominada hipodermosis, que afecta al ganado vacuno y está producida por ciertas moscas del género Hypoderma. 2. ENFERMEDADES INFECCIOSAS 2.1. Enfermedades bacterianas Brucelosis: es una enfermedad que en algunos casos puede afectar al hombre, denominándose fiebre ondulante, fiebre de Malta o melitococia. Está causada por las bacterias del género Brucella y afecta fundamentalmente a rumiantes, siendo el ovino y caprino (a través de Brucella melitensis), y menos el bovino (Brucella bovis), los animales a través de los cuales se infecta normalmente el hombre. En rumiantes y cerdos causa aborto en la hembra y en machos produce inflamaciones testiculares. Tuberculosis: enfermedad contagiosa, causada por la bacteria llamada bacilo de Koch. Los gérmenes pueden ser expulsados con la tos, saliva, orina, leche, etc., y pueden contaminar los alimentos, pesebres, recipientes y locales. Al principio de la infección los gérmenes afectan a los ganglios linfáticos, notándose poco. Posteriormente van por la sangre y pueden afectar cualquier órgano, principalmente los pulmones. Los síntomas, aparte de una ligera fiebre y un adelgazamiento progresivo y significativo, varían según el órgano atacado. Mamitis: es una inflamación del tejido interno de las mamas. Se puede deber a muchos factores, pudiendo no haber infección y estar causada por una alimentación demasiado proteica o por un sobreordeño. La mamitis pude afectar a uno o varios cuarterones de forma independiente y se corre el riesgo de perder la actividad secretora de leche del cuarterón enfermo, ya sea de forma temporal o definitiva. Basquilla: también llamada enterotoxemia, afecta sobre todo al ovino y los agentes causantes son bacterias del género Clostridium, que puede vivir en el suelo y en el intestino de los animales. Su aparición se ve facilitada si se sobrecarga o irrita el intestino por cambios bruscos de alimentación, ingestión rápida de gran volumen de alimento, alimentos excesivamente ricos en energía o proteína (sobre todo proteína), ingestión de alimentos enmohecidos o alterados, pastoreo tras heladas o en prados húmedos por el rocío o la escarcha y parasitosis del aparato digestivo. Afecta sobre todo a animales de menos de un año y el curso de la enfermedad puede ser muy rápido. 2.2. Enfermedades víricas Fiebre aftosa o glosopeda: es una enfermedad contagiosa propia de todos los animales de pezuña partida (bovinos, ovinos, caprinos, cerdos, etc.); está producida por un virus que resiste mucho tiempo en los excrementos y estiércol fluido. También se llama fiebre aftosa porque aparte de provocar fiebre alta, aparecen unas aftas o ampollas llenas de líquido claro en la lengua (que les impide comer), pezuñas (que les obliga a cojear) y ubres. Mixomatosis: enfermedad contagiosa que afecta a los conejos y es causada por un virus bastante resistente al calor. De entre los síntomas más llamativos podemos destacar conjuntivitis, hinchazones gelatinosas en la cabeza y muestras de desorientación (son fáciles de coger), sobre todo por parte de los gazapos. Además del contagio directo es frecuente el contagio a través de alimentos, personas e insectos (pulgas, moscas y mosquitos que actúan como vectores o transmisores). Peste porcina africana: enfermedad contagiosa del ganado porcino causada por un virus muy variable y, por tanto, difícil de contrarrestar. La principal fuente de contagio es el propio cerdo enfermo o portador que puede eliminar virus en sus secreciones nasales, oculares o genitales, con la saliva, heces y sangre y a través de los productos elaborados. El contagio por picadura de parásitos como la garrapata es importante, siendo también posibles vectores las ratas, moscas y los pájaros. Peste porcina clásica: es una enfermedad producida por un virus y las manifestaciones son muy parecidas a la anterior. Para diferenciar ambas enfermedades es necesario un diagnóstico de laboratorio. Rabia: es una enfermedad contagiosa causada por un virus, que afecta a los mamíferos, tanto domésticos como salvajes. El agente prefiere el tejido nervioso para reproducirse. La fuente principal es la saliva de los enfermos, por lo que el contagio viene sobre todo por mordedura. El período de incubación es de dos a ocho semanas, siendo los principales síntomas el cambio de comportamiento, hidrofobia, excitación y agresividad, seguidos de parálisis y muerte en pocos días. Las parasitosis deben ser consideradas cuidadosamente en las explotaciones ganaderas, debido a la cantidad de especies existentes y las constantes pérdidas que ocasionan, tanto en muertes de animales como en la disminución de la producción de leche y carne. Además los animales parasitados son más susceptibles a enfermedades infecciosas. De lo anteriormente expuesto se deducen las cuantiosas pérdidas económicas en las explotaciones. Las parasitosis pueden dividirse en dos grandes grupos: las internas producidas por los endoparásitos (protozoarios, parásitos pulmones y gastrointestinales) y las externas producidas por los ectoparásitos (moscas, garrapatas y ácaros) A. PARASITOSIS INTERNAS Hemáticas: en el caso de las enfermedades producidas por hematozoarios o parásitos hemáticos, encontramos la tripanosomiasis, la anaplasmosis y la piroplasmosis, las cuales provocan la muerte de los animales, en corto tiempo. Prevención y control: su prevención se realiza mediante el control sistemático de vectores hematófagos (garrapatas, tábanos y zancudos) con el empleo de baños mensuales de garrapaticidas. Los hábitos de limpieza, desinfección y esterilización de instrumentos (jeringas, agujas, sondas, etc.) utilizados en los animales, es otra medida de importancia en la prevención de estas enfermedades. Con la utilización de medicamentos profilácticos comerciales, se logra también evitar la tripanosomiasis y para la anaplasmosis se ha introducido al mercado una vacuna comercial. Con asesoramiento veterinario puede emplearse la premonición en aquellos animales susceptibles, sobre todo los importados procedentes de países donde existen anaplasmosis y piroplasmosis. Coccidiosis (Diarrea roja): conocida también como diarrea de sangre, es producida por un protozoario que afecta a becerros menores de un año, sobre todo en los primeros seis meses de vida, produciéndose la infestación por la ingestión de alimentos o aguas contaminadas. Los casos leves se curan espontáneamente, pudiendo ocurrir la muerte en aquellos casos severos, luego de tres o cuatro días de haberse manifestado la diarrea sanguinolenta y de mal olor, ya que el animal pierde peso, adelgazando rápidamente. Esta es otra enfermedad que retrasa notablemente el crecimiento en los jóvenes. En los adultos, aun cuando es tolerada, representa un factor que influye en la disminución de la producción de carne y leche. Prevención y control: la higiene es fundamental. Se hace necesaria la rotación de potreros en forma sistemática, complementada con una buena limpieza y desinfección de comederos, bebederos y becerreras en general. Los análisis de heces periódicos deben realizarse para el diagnóstico seguro de la enfermedad y su adecuado tratamiento. Los animales enfermos, deberán ser apartados y sometidos a tratamiento son productos a base de sulfas. Parasitosis pulmonares y gastrointestinales: son producidas por numerosas especies de parásito de distintas formas de vida, las cuales se alojan a lo largo del tracto digestivo y respiratorio, principalmente en los animales jóvenes, en los cuales además de provocar trastornos digestivos y respiratorios, pueden llegar a producir la muerte en aquellos casos de infestaciones graves y sin tratamiento. En los bovinos adultos, cuando han sufrido parasitosis crónicas, puede evidenciarse trastornos digestivos y respiratorios; así como también una disminución en la capacidad productiva. Es necesario hacer notar que los animales en cualquier fase de su vida presentan una carga parasitaria en equilibrio con su organismo, la cual se ve alterada cuando las condiciones ambientales favorecen el desarrollo de una infestación masiva, especialmente en la época de lluvia, en zonas muy húmedas, en los pastizales con una carga animal alta y en el confinamiento de animales. Prevención y control: en la lucha contra las parasitosis pulmonares y gastrointestinales, las cuales son muy frecuentes en nuestro medio, se cuenta con una gama extensa de antihelmínticos eficaces para su combate. Estos deberán ser administrados con periodicidad, de manera de cortar el ciclo biológico de los parásitos, para lo cual se recomienda una segunda desparasitación 21 días después de la primera dosis. Posteriormente podrá repetirse este tratamiento, según la frecuencia de las lluvias y la presencia de los parásitos en la zona, lo cual es variable, pero a manera de esquema podrán repetirse entre dos a tres tratamientos (de doble dosificación cada uno) al año. La rotación de potreros y una carga animal adecuada según las posibilidades de la finca, también favorecen el control de estas parasitosis. Es recomendable efectuar según la incidencia parasitaria, una dosificación moderada en becerros de dos a tres meses de edad, lo que favorece las respuestas inmunológicas a las vacunaciones, en estos animales. Posteriormente deberán desparasitarse al destete y continuar con las frecuencias ya mencionadas de estos controles. Una forma técnica de controlar estos parásitos consiste en realizar exámenes de heces periódicos mediante el cual con técnicas de laboratorio se pueden determinar la presencia y magnitud de las parasitosis pulmonares y gastrointestinales. B. PARASITOSIS EXTERNAS Representadas por diversos ectoparásitos, entre los cuales los de mayor importancia económica suelen ser las garrapatas, las variadas especies de moscas, mosquitos, piojos y otros insectos. La alta incidencia de estos pequeños pero perjudiciales parásitos en cualquier explotación deben ser combatida en forma sistemática, debido al papel que juegan en la transmisión de enfermedades de alta mortalidad como la Tripanosomiasis, la Anaplasmosis, la Piroplasmosis, además de las muy frecuentes y perjudiciales miasis o gusaneras, y las muy contagiosas de gran relevancia económica: Fiebre Aftosa y Estomatitis Vesicular. Estos parásitos al atacar a los animales les producen intranquilidad, molestias, disminución del consumo de alimentos, e irritaciones en la piel y al tratar de conseguir alivio rascándose contra las cercas y árboles se producen heridas que finalmente se infectan, sirviendo de puerta de entrada a gusaneras y otras enfermedades. Igualmente, produce serios daños a las pieles notándose al ser curtidas lo que reduce su valor económico. Estos parásitos en su mayoría se alimentan de la sangre del animal, produciendo cuadros anémicos que retrasan el crecimiento, desmejoran las condiciones físicas y disminuyen su capacidad productiva. Prevención y control: es importante y necesario efectuar baños con garrapaticidas cada tres semanas, y cuando el grado de infestación lo exija. El uso de productos comerciales que contribuyen a combatir la presencia de moscas y otros insectos, en combinación con la dispersión de materias fecales en los potreros, además de no permitir la acumulación y reproducción de estos insectos constituye esta última, una buena práctica de fertilización de los pastizales. Todo animal con heridas deberá ser tratado con algún producto repelente para evitar así una segura gusanera. Los garrapaticidas y otras sustancias podrán emplearse con mayor o menor frecuencia según sea el caso, pero siempre teniendo en cuenta las precauciones necesarias en el uso de estos productos, así como las recomendaciones de los fabricantes.