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Lectura orante del día domingo 01 d enero 2017.
Les invito a que se coloque en un lugar que propicie la meditación, si es posible pueden tener una
imagen de María y Jesús.
Motivación:
Hoy celebramos la fiesta de Santa María, Madre de Dios.
Al comenzar este año lo hacemos volviéndonos una vez más hacia el Señor, hoy de manera especial
con María tan presente en estos días de Navidad. María la que acoge la Palabra, la que dice hágase y
a quien hoy celebramos como Madre de Dios y Madre de la humanidad. Pidámosle al Señor que nos
ayude a acoger su Palabra, que nos enseñe a creer como María,que nuestro compromiso sea fecundo
en amor y gestos, en vida compartida y celebrada, veamos este año que comienza como un camino y
pidámosle a María, Señora del camino, que nos muestres la senda para llegar a su Hijo.
Después de esta breve motivación los invito a escuchar un canto a María: “Señora del camino”. Una
vez concluido el canto escuchamos el evangelio
Evangelio de San Lucas 2, 16-21
En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño
acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño. Todos los que lo
oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte,Conservaba todas estas
cosas, meditándolas en su corazón. Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo
lo que habían oído y visto, con forme a lo que se les había dicho.Cuando se cumplieron los ocho días
para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su
concepción.El evangelio de hoy, nos habla de un comienzo, como este año que también inicia, nos
habla de posibilidades, todo está por vivir aún, Jesús tiene por delante un recorrido, un camino, una
historia, pero para que se llegue a cumplir el sueño de Dios, todos tendrán que acertar en sus
decisiones, pensemos en este año como un tiempo lleno de posibilidades y de decisiones.
Guardemos un momento de silencio y dejemos que el Señor nos hable al corazón a través su Palabra
que hemos escuchado.
De manera personal podemos responder a las siguientes preguntas, después si se cree conveniente
podemos compartir que nos dijo Jesús a través de su Palabra.
1.- ¿De qué habla el Evangelio?; ¿Qué te dice?

Los invito a contemplar la imagen de María y al Niño Dios, ahora por primera vez es madre,
tras los meses de espera, de ilusión y preguntas, tiene por fin a su Hijo en brazos y brota en
ella ese impulso universal tan humano y tan divino de querer con locura, y de querer proteger
a este niño que ahora es tan vulnerable y dependiente, les invito a que se fijen en ese gran
amor, y pidámosle que a nosotros también nos dé entrañas de madre ante tantas realidades,
nombres e historias.
Después de haber escuchado la breve reflexión guardemos un momento de silencio, dejemos que la
Palabra de Dios haga eco en nuestro corazón y vida, dejemos que Dios nos siga hablando al corazón
En este momento sugiero poner música instrumental para seguir meditando.

María guarda en su corazón lo que ocurre, no olvida fácilmente, porque eso le ocurre también
al amor, que atesora las palabras, los momentos, los gestos, meditar en el corazón es una
preciosa manera de describir la oración, también nosotros cada día al asomarnos a la palabra
intentamos meditar con el corazón.
Pidámosle al Señor, que nuestro corazón se convierta en hogar para su evangelio y para el prójimo.
Los invito a preguntarnos: ¿Qué hay hoy en tu corazón?

La vida de Jesús, es la vida de Dios que se hace carne y así salva distancias que antes parecían
insalvables, de lo eterno al tiempo de lo ilimitado a lo limitado, de lo inabarcable a lo concreto,
de la omnipotencia a la debilidad, de Dios a nosotros, así como se hizo hombre en María,
también de otro modo puede hacerse vida en cada uno de nosotros
Oración Final:
A mi medida, tal débil como yo, tan podre y solo, tan cansado Señor, tan dolido del dolor de los
hombres, tan ambiento del querer de tu Padre, y tan sediento Señor de que te beban, Tú que eres la
fuerza y la verdad, la vida y el camino, y hablas el lenguaje de todo lo que existe, de todo lo que
somos, sacias la sed, la nuestra y la del campo, sentado junto al pozo de los hombres, arrimas tu
hombro cansado a mi cansancio y me alargas la mano cuando la fe vacila y siento que me hundo, Tú
que aprendes lo que sabes y aprendes a llorar y a reír como nosotros, Tú Dios, tú hombre, tú mujer, tú
anciano, tú niño, tú joven, tú, siervo, tú nosotros.
Al terminar esta oración te invito a que guardes esta frase en tu corazón, que durante la semana la
puedas traer a tu mente: “Dame Señor entrañas entrañas de madre como María”.
Concluimos rezando el “Ave María”.