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Newsletter or County Name
La misión de la UC, como institución establecida por concesión de tierras,
impulsa la prosperidad de la nación
Por Rose Hayden-Smith
Consejera del programa juvenil 4-H, y desarrollo familiar y comunitario
Extensión Cooperativa de la UC, condado de Ventura
Este año se conmemora el sesquicentenario o 150avo aniversario de cuatro acontecimientos claves en
la agricultura de los Estados Unidos. En 1862 se fundó el Departamento de Agricultura de los Estados
Unidos (USDA). Se autorizaron tres iniciativas de ley que cambiarían el destino de la nación para
siempre: la Ley del Ferrocarril del Pacífico (Pacific Railroad Act), la ley de Asentamientos Rurales
(Homestead Act), y la Ley Morrill de Concesión de Terrenos para Universidades (Morrill Land-Grand
College Act) que creó las instituciones establecidas por concesión de tierras en los Estados Unidos,
incluyendo la Universidad de California.
En 1862 Estados Unidos estaba en su segundo año de la Guerra Civil, la cual amenazaba la
supervivencia misma de la nación. Eran tiempos turbulentos. Batallas como la de Shilo –que seguirán
vivas en la memoria de los Estados Unidos por décadas – y la Proclamación preliminar de
Emancipación de Lincoln, habían dejado en los estadounidenses sentimientos de incertidumbre. Pero
también, valientemente en el Norte se había trazado un nuevo rumbo que expresaba optimismo a
pesar de la guerra. En ese tiempo los agricultores
conformaban el 50 por ciento de la fuerza laboral de
los Estados Unidos; y leyes como el Acta Morrill
manifestaban su relevancia y reforzaban la
importancia económica y social de la agricultura en el
futuro de la nación. El Acta Morrill también demostró
la creciente necesidad de tener un enfoque más
científico en la producción agrícola y en la educación.
agricultura”.
La creación del USDA, que el presidente Lincoln llamó
el “Departamento de la gente”, institucionalizó la
agricultura en el gobierno federal; este departamento
fue creado para “difundir entre los estadounidenses
información útil respecto a temas relacionados con la
Y aunque el establecimiento del USDA fue vital para la agricultura de los Estados Unidos, el Acta
Morrill fue realmente la pieza visionaria ya que permitió a los gobiernos estatales proveer educación
superior en agricultura, ciencias y artes mecánicas. Su aprobación permitió que los estados recibieran
del gobierno federal extensiones de tierra que las legislaturas podían vender para financiar
universidades públicas.
Sociedades agrícolas
Los agricultores siempre han buscado y compartido conocimientos agrícolas. Las organizaciones
agrícolas fueron diseñadas para compartir ese conocimiento, y eran comunes durante los primeros
años de la nación. Líderes en Filadelfia formaron una sociedad para promover la agricultura en 1785,
y otros siguieron rápidamente su ejemplo. Muchas de las cartas escritas por el general George
Washington durante la Guerra Revolucionaria se enfocaron en las prácticas agrícolas y en la
producción en sus plantaciones. Al igual que su colega Thomas Jefferson, uno de los fundadores de la
patria, Washington fue un agricultor innovador.
La experimentación agrícola fue particularmente emprendedora entre los productores ricos del Sur
durante el periodo previo a la Guerra Civil, debido en parte a la pérdida de fertilidad del suelo y a la
caída de los precios del algodón el las décadas de 1840 y 1850. En 1860 ya había más de 1,300
sociedades de agricultura y horticultura en los Estados Unidos, y en algunos estados se estaban
creando juntas estatales y departamentos de agricultura. Las ferias de agricultura (y más tarde las
exposiciones) eran populares y servían no sólo como lugares donde vender bienes de consumo sino
además para la educación y demostración. George Washington alentó el movimiento tan temprano
como 1796. La Sociedad Agrícola de los Estados Unidos se formó en 1851 y obtuvo éxitos
significativos hasta la Guerra Civil, cuando desacuerdos internos hicieron imposible su operación.
Los agricultores estaban deseosos de conocimiento. Publicaciones como El Agricultor Estadounidense
(American Farmer, impresa en 1819) suplieron algunas de sus necesidades. Para finales del Siglo 19
ya habían aparecido más de 3,000 publicaciones sobre agricultura en varios periodos en los Estados
Unidos y Canadá, pero la mayoría fracasaron rápidamente. Sin embargo, gracias a estos esfuerzos se
produjo y compartió una creciente cantidad de información, y más agricultores estaban teniendo
acceso a información agrícola. Esto creó una cultura política que favoreció la idea de tener una
legislación respecto a la concesión de tierras.
Legislación sobre la concesión de las tierras
Justin Smith Morrill presentó la iniciativa para la concesión de tierras a la Cámara de Representantes
en diciembre de 1857; esta fue aceptada por un estrecho margen en abril de 1858. El Senado pasó su
propia versión, la cual fue vetada por el Presidente Buchanan, quien accedió a los intereses del Sur
opuestos al supuesto crecimiento del poder federal que el Acta representaba. Más adelante, sin
embargo, el presidente Lincoln se mostró favorable a la idea de educación industrial (de hecho, la
educación agrícola fue un tema repetido en su gira política para la presidencia). Con los congresistas
del Sur, quienes se habían opuesto al Acta Morrill y ahora ya separados de la Unión, se volvió a
introducir la legislación, la cual fue aprobada como nueva
ley el 2 de julio de 1862.
En septiembre de 1862, Iowa se convirtió en el primer
estado en aprovechar los beneficios del Acta Morrill. Ocho
años más tarde, en 1870 treinta y siete estados ya la habían
aprobado. Una segunda Acta Morrill en 1890 le dio un
impulso adicional al sistema de concesión de tierras
fomentando instituciones dirigidas a Afroamericanos en los estados del sur.
En California, el Acta Morrill permitió al estado combinar esfuerzos y fondos federales, estatales y
privados (el Private College de California fue parte de la génesis de la UC). Esto dio lugar a la creación
de la Universidad de California en 1868. Poco después, se construyó un nuevo campus en un terreno
cerca de Oakland, en el área de Berkeley. Fue así, como a partir de orígenes humildes, la UC creció y se
convirtió en una de las instituciones educativas más prominentes en el mundo, proporcionando los
conocimientos y educación técnica que ayudó a California a convertirse en uno de los principales
productores agrícolas del mundo.
El Acta Morrill fue visionaria, pero no obtuvo éxito inmediato. A los estados les tomó varios años
aprovechar completamente los beneficios de esa legislación, y aun así, hacía falta una conexión entre
los conocimientos originados en la instituciones creadas con concesión de tierras y su aplicación
práctica por parte de los agricultores. Algunos de los problemas que surgieron, inclusive pocas
inscripciones y fallas en la enseñanza práctica de la agricultura, motivaron la aprobación de una
nueva ley, el Acta Hatch en 1877, la cual financió estaciones experimentales vinculadas con el
propósito de proveer un sitio práctico donde pudieran resolverse los problemas de agricultores
corrientes.
En 1905, la Ley Agrícola Estatal financió el establecimiento de la Universidad Agrícola en Davisville en
1906, una granja dedicada a la enseñanza de estudiantes de UC Berkeley. En Riverside, la Estación de
Experimentación de Cítricos se fundó en 1907, y mostró ser crucial para el desarrollo de la industria
de cítricos en California. En 1919, la Legislatura de California designó a colegio para maestros en Los
Ángeles como la sucursal del Sur de la UC, y en 1927, se convirtió en el campus de UCLA ofreciendo
programas agrícolas por décadas. A raíz del aumento en matrículas en la UC, debido a la iniciativa de
ley GI, autorizada durante la Segunda Guerra Mundial, la Universidad Agrícola eventualmente se
transformó en el campus de UC Davis. De igual manera, la Estación de Experimentación de Cítricos dio
origen a UC Riverside. El primer campus en UC Berkeley siguió siendo el principal plantel agrícola.
El periodo alrededor de la Primera Guerra Mundial es uno de los más interesantes en el desarrollo de
instituciones como la UC, en parte debido a la aprobación de la Ley Smith-Lever en 1914 que autorizó
el “Trabajo de la Extensión Cooperativa Agrícola”, una sociedad de fondos federales, estatales y
condales de la cual surgió el Servicio de Extensión Cooperativa. La importancia de la agricultura
científica y el rol de las instituciones -establecidas por concesión de tierras- en la promoción de la
productividad agrícola destacaron durante la Primera Guerra Mundial cuando la producción agrícola
y la seguridad alimentaria eran vistas como vitales para la seguridad nacional y la victoria por “allá”.
Cuando Estados Unidos entró a la Primera Guerra Mundial los líderes nacionales temían una crisis
agrícola. Muchos agricultores y trabajadores fueron movilizados a la guerra. Los trabajadores
inmigrantes –que se empleaban en California- fueron considerados peligrosos. Los aliados
internacionales dependían de envíos de alimentos de los Estados Unidos para evitar una carencia
masiva y hambre, ya que la mayoría de Europa se había convertido en frente de batalla y la
producción agrícola se había desplomado.
Jardines de la Victoria
A lo largo y ancho de los Estados Unidos y California las instituciones establecidas por concesión de
tierras ayudaron a la nación a responder a las necesidades de los tiempos de guerra. En la nación que
venía urbanizándose rápidamente, la producción doméstica se convirtió en prioridad nacional,
incluso en necesidad imperiosa. La UC estaba involucrada en proveer la investigación, recursos
educativos y el entrenamiento para los Jardineros de la Victoria (Victory Gardeners), una organización
que surgió de la población civil para cultivar alimentos en el país y enviarlos a los soldados al frente
de la batalla, lo cual alentó la producción local y el consumo en una movilización nacional. Se pensaba
que incrementando la producción local de alimentos y los esfuerzos para su conservación se ayudaría
a alimentar a la población civil y permitiría a los Estados Unidos incrementar sus exportaciones a sus
aliados extranjeros; y esto así se confirmó.
Jardines escolares
Los esfuerzos innovadores de la UC en el área de los jardines escolares y la educación agrícola,
obtuvieron grandes logros en la década anterior a la Primera Guerra Mundial, entre otros, la creación
del programa Jardineros Jóvenes de California (California Junior Gardeners) que se ofrecía en
coordinación con el Distrito Escolar de
Berkeley y que después impulsará a un
programa nacional, conocido como el
Ejército de Jardineros Escolares de los
Estados Unidos (U.S. School Garden
Army, USSGA), a ganar terreno y a
motivar a decenas de miles de jóvenes
de zonas urbanas y suburbanas a
participar en esfuerzos hortícolas en
escuelas, hogares y comunidades en
todo el estado. En la escuela primaria
Ann Street en Ventura, donde los
maestros habían previamente recibido
instrucción de la UC acerca de los huertos escolares, los estudiantes cultivaron dos toneladas de
papas.
Casi un siglo después, la UC sigue siendo líder nacional en los esfuerzos relacionados con huertos en
escuelas, hogares y comunidades. La UC lleva adelante la investigación acerca de la importancia de la
educación sobre la agricultura y la nutrición y ayuda a dueños de vivienda, escuelas y comunidades a
iniciarse en el cultivo de huertos. Alrededor de 5,000 voluntarios de los Jardineros Maestros de la UC
en 44 condados de California brindaron 258,000 horas de servicio a las comunidades de California en
el 2010. La agricultura urbana prosperó a nivel nacional mediante los Jardines de la Victoria durante
la Primera y Segunda Guerra Mundial. Hoy día, la UC apoya la jardinería urbana a través de programas
como el Programa Tierra en Común de Extensión Cooperativa en Los Ángeles y su Iniciativa “Grow LA
Victory Garden”. Los asesores y especialistas trabajan con los pequeños productores para encontrar
nuevos mercados cercanos a su localidad a través del Programa de Apoyo a la Agricultura (Community
Supported Agriculture, CSA) y los programas De la Granja a la Escuela.
Conservación de los alimentos
Durante la Primera Guerra Mundial, agentes de Extensión Cooperativa de la UC también se
desempeñaron como administradores de los alimentos locales, ayudando a las comunidades en
California a conservar alimentos sugiriéndoles alimentos alternativos para los días en que no se comía
trigo o carne, y racionando productos escasos como el azúcar. Durante ese periodo, la UC contrató
nuevos agentes de Extensión Cooperativa para trabajar con los jóvenes y enseñar a las mujeres las
mejores prácticas de conservación de los alimentos. En la actualidad, el Programa de Preservadores
Maestros de Alimentos (Master Food Preservers) continúa haciendo lo mismo. Hace 100 años, los
consejeros agrícolas de los condados trabajaban junto con los burós de agricultores y los gobiernos de
los condados impulsando la producción agrícola de California. Hoy día ocurre lo mismo, se ayuda a los
productores: a conducir pruebas de campo de nuevas variedades de frutas y verduras, desarrollar
mercados para los nuevos productos, reducir el uso de pesticidas, mejorar la eficiencia en el consumo
de agua, reducir el impacto en la calidad del agua y mantener a California viable y competitiva a pesar
de las siempre cambiantes condiciones.
El Ejército Laboral de Mujeres
La UC tuvo un papel decisivo en uno de los más controversiales esfuerzos: el Ejército Laboral de
Mujeres (Women’s Land Army) que
buscó
atender el déficit de mano de obra
mediante la movilización mujeres
jóvenes,
la mayoría residentes de zonas
urbanas
y suburbanas -incluso muchas tenían
educación universitaria- a trabajar en
las
granjas. La UC empleó a mujeres,
primero
para que ayudaran a realizar una
evaluación sobre la mano de obra
agrícola
en el estado, y luego las entrenó para
el
trabajo agrícola en la granja
universitaria Davisville. Esas mujeres
jóvenes
demostraron ser indispensables para
los
agricultores de California durante la Primera Guerra Mundial, y algunas se valieron de sus
contribuciones en el Ejército Laboral de Mujeres para presionar a favor del derecho a votar.
Asentamientos de tierras
Durante este periodo, el profesor de la UC Elwood Mead trabajó junto con el Estado de California en la
organización de un proyecto para el asentamiento de tierras en Durham, en el condado de Butte con el
fin de crear una comunidad agrícola utópica que obtuvo mucho éxito en su primer año. Un segundo
asentamiento fue organizado en Delhi, a unas cuantas millas de Turlock, específicamente para los
veteranos de guerra que regresaban. Hoy día, UC trabaja nuevamente con veteranos como parte del
esfuerzo de Agricultores y Rancheros Principiantes de USDA. En la medida en que el país enfrenta una
posible e inherente crisis debido al envejecimiento de los agricultores estadounidenses, los asesores
de la UC entrenan a nuevos agricultores -muchos de ellos veteranos, mujeres e inmigrantes- para que
se conviertan en productores y así asegurar el futuro agrícola de California e incrementar la seguridad
en la producción mundial de alimentos.
Crecimiento durante la Post Guerra Mundial II
En junio de 1944, el Presidente Roosevelt firmó el Acta de Reajuste para los Soldados, conocida
también como la Carta de Derechos GI de la Constitución. Esta legislación igualó al Acta Morrill en su
amplia visión e impacto nacional. Los veteranos que regresaron impulsaron las inscripciones en la UC
creando condiciones fenomenales para el crecimiento económico y social del estado. Fue así como las
instituciones establecidas por concesión de tierras, como la UC, probaron ser el motor económico de
la nación en el siglo 20 al crear una clase media robusta, facilitar la movilidad ascendente a millones
de estadounidenses y asegurar la preeminencia de la agricultura y las ciencias. También
proporcionaron un lugar donde la promesa nacional de igualdad podía lograrse, en parte a través del
acceso a la educación pública.
Es imposible exagerar la importancia de la Carta de
los Derechos GI, tanto para la nación como para la
economía de California. Alrededor de 8 millones de
veteranos que regresaron de la guerra participaron a
nivel nacional en este programa durante su primera
década. En este periodo, la UC entrenó a agricultores,
ingenieros, maestros, doctores, científicos y otras
personas quienes impulsaron la economía de
California y la matriculación universitaria. (Para
finales de la década de 1960, la inscripción aumentó
a 30% en las universidades del país; en los años
previos a la guerra esta cifra era de menos del 10%.)
En California, la investigación y los programas de educación agrícola fueron la base para un
crecimiento económico sostenido que ha convertido a nuestro estado en una de las economías más
grandes del mundo. La historia de la UC es ostensiblemente vasta en el panorama cultural, económico
y geográfico de California, pero es también una historia personal para muchos de nosotros.
Mi conexión con la UC data de mediados de la década de los 60 cuando mi padre –quien obtuvo dos
licenciaturas en el campo de las “artes mecánicas” en una institución establecida con concesión de
tierras y bajo el GI- trasladó a nuestra familia a California, debido, en gran medida, a la visión que
ofrecía el estado en cuanto a la educación postsecundaria. Al igual que con los pioneros de antaño, nos
atraía las promesas de prosperidad y el futuro prometedor que prometía el Estado Dorado.
Crecí sabiendo que asistiría, como lo decía mi padre, a uno de los campus de la UC donde obtendría la
mejor educación pública en el mundo. Mi padre tuvo razón. Cada día aprovecho los beneficios de esa
educación. También percibo, de mil maneras, los beneficios del trabajo de investigación y extensión
de la UC, ya sea a través de la selección de frutas (con patentes de la UC) cultivadas en California y
disponibles en mi supermercado local, o cuando llevo a mi hija a la clínica de salud que es parte del
programa de enseñanza de la Escuela de Medicina de UCLA en mi comunidad.
La UC ha evolucionado de un solo campus universitario a 10 a lo largo del estado, aportando
contribuciones económicas significativas a todo el estado. De acuerdo a un análisis de una agencia
independiente efectuado en el 2001, la UC genera 46.3 mil millones de dólares anualmente en
actividad económica y contribuye 32.8 mil millones de dólares al producto bruto estatal. Por cada
dólar que los contribuyentes invierten, la UC aprovecha y produce casi $14 en rendimiento
económico, a la vez que genera uno de cada 46 empleos en el estado.
La investigación de la UC ha impulsado la prosperidad nacional e internacional, pero además
permanece como una institución local en un sentido muy real. A través de los programas de Extensión
Cooperativa se apoya a los productores agrícolas, a los jóvenes a través de los programas 4H y de
nutrición, a los encargados del manejo de recursos naturales, a los dueños de terrenos y a las
comunidades.
Los voluntarios del programa de Jardineros Maestros de la UC hacen posible que la población, urbana
y suburbana participe en la producción casera de los alimentos y el embellecimiento de las
comunidades a través de la jardinería y horticultura.
Los consejeros y voluntarios de la UC instruyen a jóvenes, maestros y padres en cuanto a nutrición y
los beneficios que representan el consumo de frutas y verduras para la salud. Algunos limones
cultivados localmente, con la asesoría de los consejeros agrícolas de la UC, son exportados alrededor
del mundo; otros se quedan en la localidad y son utilizados por pequeños productores para producir
el codiciado licor de limón que se ofrece en restaurantes locales. Las conexiones de la UC son a nivel
global, local y en casi todos los lugares.
Servicio a la tierra y a los ciudadanos
Con el declive de la inversión en la investigación agrícola, la amenaza de varios factores a la
productividad agrícola (incluyendo la escasez de agua y los cambios climáticos), y la expectativa de
crecimiento de la población mundial, se necesitará desesperadamente lo que California pueda
producir.
Nosotros tendemos a dar por hecho el acceso a
alimentos inocuos, en abundancia y baratos, lo
cual ayuda a asegurar la estabilidad social y
política de nuestra nación. Pero se requiere de una
continuidad de inversión para mantener la visión
del Acta Morrill de ayudar a todos los
estadounidenses a cosechar la promesa de
abundancia que ofrece nuestra geografía. ¿Cómo
apoyaremos la misión de la concesión de tierras en
los próximos 150 años?
El objetivo de la UC y las instituciones establecidas
por la concesión de tierras, tanto nacionalmente
como en el extranjero, continúa siendo más grande
que nuestra imaginación colectiva. En nuestros
orígenes fuimos una nación de agricultores y, de corazón, seguimos siendo una nación de agricultores.
Las fronteras, tal y como la visualizábamos, quizás ya han desaparecido, pero la verdadera frontera -la
búsqueda del conocimiento- está en espera de futuras exploraciones.
En inglés.