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Tema 6- Los Reyes Católicos: la construcción del estado moderno
Introducción
El reinado de los Reyes Católicos ha sido frecuentemente considerado como
el punto de partida de España como estado moderno. En efecto, la monarquía
autoritaria se impuso finalmente a la nobleza, se unificaron políticamente todos
los estados peninsulares menos Portugal, se implantó la unidad religiosa y se
descubrió América (basamento económico de la España Moderna).
Sin embargo, no todo significa modernidad, pues había pervivencias
medievales. Así la unión de los reinos de España seguía siendo dinástica y
patrimonial y las instituciones de gobierno se desarrollaban a partir de la
transformación de las instituciones medievales (consejos, audiencias, cortes,
etc.).
Unión dinástica: integración de las Coronas de Castilla y Aragón. La
conquista de Granada y la incorporación de Navarra.
La unión dinástica de los Reyes Católicos se inició con el matrimonio de
Isabel y Fernando en 1469. Este matrimonio fue arreglado por Juan II de Aragón,
quien buscaba una aliada para vencer en la Guerra Civil de Cataluña y Navarra.
Con la Capitulación de Pedralbes (1472), se puso fin a la guerra civil catalana y
cuando Juan II murió en 1479, Fernando se convirtió en rey de Aragón.
La sucesión en Castilla no fue tan sencilla. En opinión de Enrique IV, el
matrimonio secreto de Isabel rompía el Tratado de los Toros de Guisando
(1468), de manera que Enrique IV nombró como sucesora a su hija
(probablemente bastarda), Juana la Beltraneja. A la muerte de Enrique IV
estalló la Guerra de Sucesión en Castilla (1474-1479). Las candidatas al trono
eran:

Isabel: apoyada por las ciudades, parte de la alta nobleza y clero y
Aragón.

Juana la Beltraneja: apoyada por parte de la nobleza y el clero
(Arzobispo de Toledo), Portugal y Francia.
Tras la Batalla de Toro (1476), el bando de Isabel tuvo las de ganar. Por el
Tratado de Alcaçovas (1478), Portugal reconoció a Isabel como reina de
Castilla.
El matrimonio entre Fernando e Isabel no supuso en ningún momento la
formación de un estado unificado a pesar de que por la Concordia de Segovia,
ambos soberanos decidieron gobernar indistintamente los dos reinos. Al contrario
cada reino mantuvo sus propios fueros e instituciones. Se trataba, por tanto de
una unión dinástica o patrimonial de carácter medieval.
Castilla y Aragón eran estados muy diferentes a fines del siglo XV. Castilla
tenía mucha más población que Aragón y su economía era mucho más dinámica
(especialmente la ganadería y el comercio de lana con Flandes), además era un
reino unificado y con una larga tradición de autoritarismo monárquico. Por el
contrario, la Corona de Aragón parecía más una confederación de reinos en los
que el gobierno se basaba en la tradición pactista entre el rey y las cortes. Estas
circunstancias hicieron que los Reyes Católicos basaran su poder sobre todo en
los recursos de Castilla.
La unión matrimonial fortaleció a ambas coronas y éstas iniciaron una
política expansiva con el objetivo de unificar los demás reinos peninsulares.

Entre 1482 y 1492 se produjo la Guerra de Granada. Los Reyes
Católicos terminaban así la Reconquista tras más de dos siglos de
interrupción. La Guerra de Granada fue una sucesión de asedios, la
mayor parte de los cuales terminaron en una capitulación pactada. La
victoria de los Reyes Católicos se vio favorecida por la guerra civil
entre Boabdil y su tío El Zagal, por un potente ejército combinado
de tropas nobiliarias y milicias urbanas (Santa Hermandad), y por las
capitulaciones firmadas con los vencidos que respetaban sus
propiedades y su religión islámica. Granada quedó integrada en el
Reino de Castilla.

Navarra fue conquistada en 1512, tras la muerte de Isabel. La
conquista se justificó por la colaboración entre Navarra y Francia
(enemiga de Fernando el Católico). En las Cortes de Burgos de
1515, Navarra se unió a los dominios de Fernando aunque mantuvo
sus cortes y fueros como reino aparte.

Los Reyes Católicos no pudieron incorporar Portugal, a pesar de que
lo intentaron por vía de matrimonio. Sin embargo, este tipo de
alianzas matrimoniales prepararon su incorporación en el siglo XVI
(1580).
Política internacional de los Reyes Católicos
La unión de las coronas de Castilla y Aragón convirtió a la monarquía de los
Reyes Católicos en una de las potencias políticas más importantes de Europa. La
política exterior de los Reyes Católicos siguió las siguientes directrices:

Enfrentamiento con Francia y alianza con los países que la rodean
para aislarla

Integración de todos los territorios peninsulares.

Expansión marítima tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo.
Guerras de Italia: (1494-95); (1502-03): tras la Guerra e Granada, Italia se
convirtió en un campo idóneo para dar salida al gran ejército organizado por los
Reyes Católicos. El enfrentamiento se produjo con Francia por el dominio del
Reino de Nápoles (éste había sido un dominio de la Corona de Aragón a
mediados del siglo XV). El Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba
venció a los franceses en la Batalla de Cerignola (1503) lo cual supuso la
incorporación de Napóles a la Corona de Aragón y el predominio español en
buena parte de Italia.
Ocupación de las plazas del Norte de África: la ocupación de las plazas
de Melilla, Orán, Bugía y Trípoli iba destinada a acabar con los nidos de piratas
berberiscos que asolaban las costas españolas y dificultaban el tráfico marítimo,
sin embargo, la efectividad de estas conquistas fue muy escasa.
Portugal luchó contra Isabel durante la guerra de sucesión por el trono de
Castilla, sin embargo, al finalizar este conflicto, los Reyes Católicos hicieron lo
posible por regular unas relaciones pacíficas con Portugal. Así firmaron el
Tratado de Alcaçovas-Toledo (1479), según el cual Portugal reconocía a Isabel
la Católica como reina de Castilla. También fue de gran importancia el Tratado
de Tordesillas (1494) en el que Castilla y Portugal delimitaron sus respectivas
áreas de expansión marítima.
Los Reyes Católicos elaboraron una compleja política matrimonial que
tenía como función atraer a Portugal para unirlo a los otros reinos de la Corona y
aislar Francia. Por ello, los hijos de los Reyes Católicos se casaron con varias
familias reales europeas:

Isabel y María se casaron con Manuel I de Portugal.

Catalina de Aragón se casó con Enrique VIII de Inglaterra

Juan se casó con Margarita de Austria y Juana la Loca con
Maximiliano de Austria.
Esta política matrimonial produjo al final la gran herencia política de Carlos
I.
Organización del Estado: instituciones de gobierno.
Los Reyes Católicos mantuvieron la independencia institucional de cada
uno de sus reinos, lo cual les exigió gobernar los diferentes territorios de un modo
también diferente.
Respecto a las instituciones de gobierno, no crearon ninguna nueva o
completamente original, sino que hicieron uso de las instituciones medievales ya
existentes adaptándolas a las nuevas necesidades y siempre con el objetivo de
reforzar el poder monárquico. Así ocurrió, por ejemplo con los virreinatos,
institución de la Corona de Aragón que pronto sería extendida a los nuevos
territorios americanos de Castilla.
El Consejo Real de Castilla (posteriormente denominado Consejo de
Castilla) se siguió reuniendo, pero las nuevas necesidades de una monarquía cada
vez más compleja condujo al establecimiento de los Consejos Especializados de
gobierno (Inquisición, Órdenes Militares, Aragón, Militar, etc). Además los
nobles fueron desplazados de éstos y fueron sustituidos por juristas
especializados..
La Administración de Justicia fue uno de los puntos fuertes de la nueva
administración. Frente a la Audiencia itinerante, los Reyes católicos aumentaron
el número de tribunales superiores y fijaron su residencia en un lugar
determinado: dos chancillerías (Valladolid y Granada) y dos audiencias
(Santiago y Sevilla), además situaron otra audiencia al frente de cada reino de la
Corona de Aragón y de Navarra.
Los Reyes Católicos fueron capaces de superar la difícil situación que las
monarquías peninsulares habían tenido en sus respectivos reinos. Buena parte de
éste éxito se debe a que consiguieron la pacificación social ansiada por una
población cansada de desórdenes.
En dicha pacificación fue vital el establecimiento de la Santa Hermandad
en las Cortes de Madrigal de 1476.La Santa Hermandad se basaba en las
hermandades formadas por los municipios como organismos para defenderse del
bandolerismo. La Santa Hermandad encuadraba a todas estas hermandades en una
organización común pero que sería financiada por los propios municipios. La
función esencial de la Hermandad era luchar contra el bandolerismo y los
desórdenes sociales, para ello recibía atribuciones policiales y judiciales (justicia
rigurosa y rápida) hasta 1498, asimismo sirvió como refuerzo para el ejército en la
Guerra de Granada.
Resolución del conflicto Remensa en Cataluña. La Capitulación de
Pedralbes (1472) puso fin a la Primera Guerra Remensa, pero no había
solucionado la causa del problema, por ello en 1484 comenzó una Segunda
Guerra Remensa. Fernando el Católico se puso claramente a favor de la nobleza y
aplastó la rebelión. Sin embargo, en 1486 decretó la Sentencia Arbitral de
Guadalupe que acababa con los malos usos que habían provocado la guerra y por
tanto convertía en campesinos libres a los remensas. A cambio, la nobleza recibía
una compensación económica.
La Alta Nobleza castellana había sido durante los siglos XIV y XV un factor
constante de inestabilidad y desafío a la monarquía autoritaria. La política de los
Reyes Católicos hacia la nobleza apartaba a ésta de los principales resortes del
poder político (éstos serían ocupados por juristas especializados). Por el contrario,
la monarquía aseguraba el poder social y económico de la nobleza. Así, por
ejemplo, en las Cortes de Toro de 1505 se institucionalizó el Mayorazgo como
base fundamental del Señorío Territorial.
El control municipal fue otro de los capítulos importantes de la nueva
monarquía. Así, en las Cortes de Toledo de 1480 extendieron la figura del
corregidor a un gran número de municipios. El corregidor era un juez en primera
instancia y agente real que gobernaba los principales municipios junto al
regimiento (es decir los representantes de la oligarquía local).
Los Reyes Católicos reunieron pocas veces a las Cortes de la Corona de
Aragón, en cuanto a las de Castilla, éstas tenían más que ofrecer y eran más
sumisas, no obstante, entre 1481 y 1498 no las reunieron ni una sola vez. Esta fue
otra manera de marginar a la alta nobleza del poder político, pues sí que se
reunieron con los representantes de las ciudades.
La Política Religiosa de los Reyes Católicos acabó con la tradicional
tolerancia religiosa entre cristianos, judíos y musulmanes. Dada la importancia de
la religión en la definición del sistema político (el rey recibe su poder de Dios), la
monarquía autoritaria necesitaba la uniformidad religiosa.
En 1492 se decretó la expulsión de los judíos que no se convirtieran al
cristianismo (marcharon unos 100.000). Asimismo, y a pesar de que las
capitulaciones con el Reino de Granada prometían respetar a los musulmanes de
Granada, éstos fueron acosados por las autoridades hasta tal punto que se
rebelaron entre 1499 y 1501. Entre 1501-02 se expulsó a los mudéjares
(musulmanes ).
Muchos de los judíos (conversos) y musulmanes (moriscos) que decidieron
convertirse en cristianos nuevos continuaron en secreto con sus prácticas
religiosas anteriores. Por ello, los Reyes Católicos obtuvieron de los papas la
institucionalización de la Inquisición o Tribunal del Santo Oficio. Este
perseguiría a los herejes que no respetaban la ortodoxia católica. Además, la
Inquisición se convirtió en un organismo de poder para la Corona, que tenía el
poder de nombrar a los inquisidores y que podía actuar en cualquiera de sus reinos
sin preocuparse por fueros o fronteras.