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Apuntes acerca del "Pensamiento crítico, ético y pedagógico"
en las obras de Carlos Vaz Ferreira (1872-1958)
Al conmemorarse 50 años del fallecimiento del destacado filósofo, sociólogo, abogado y pedagogo uruguayo
C.V.F, las salas de Epistemología, Pedagogía, Filosofía de la Educación, consideran importante evocar aspectos
fundamentales de su pensamiento, así como invitar a la reflexión sobre la vigencia del mismo. A tales efectos de su
vasta y rica producción queremos recuperar tres aspectos referidos a: 1. Su Pensamiento Crítico (Profa. Adriana
Seijas), y 2. Su Pensamiento Ético (Prof. Favio Vitancurt) y 3. Su Pensamiento Pedagógico (Mtra. Verónica Amaral).
1. Acerca de su PENSAMIENTO CRÍTICO: Profa. Adriana Seijas.
Promoviendo el pensamiento crítico en nuestro país…
Carlos Vaz Ferreira: Pensador independiente.
¿Le ofrece ventajas al hombre como ser individual y colectivo, pensar desde una
perspectiva crítica–reflexiva?
Esbozaré brevemente un análisis del pensamiento de Carlos Vaz. Ferreira, que nos
ayudará a reflexionar y abrir la discusión sobre el problema planteado.
A Carlos V. F. lo podemos ubicar dentro del movimiento filosófico en una posición
intermedia entre el positivismo y el intuicionismo, más cerca del primero que de este último.
Fue un libre continuador de la escuela empirista inglesa y se distinguió del profesor común de
filosofía por su originalidad.
Más que una nueva visión de la filosofía, nos aporta una perspectiva crítica,
independiente, abierta, tolerante, hacia una sociedad cada vez más diversa y compleja.
Opuesto a toda postura dogmática, acrítica, él filosofo socrático que late en él, lo llevó a
defender el saber por el saber mismo; el saber desinteresado.
Un claro ejemplo, de ello es su esfuerzo por más de treinta años de implementar en
nuestro país la “Facultad de Humanidades y Ciencias” y los aportes a la educación Nacional.
Su claro ideal humanista se refleja tanto en su obra como en su accionar.
Influenciado entre otros por el pensamiento del filósofo moderno Emmanuel kant,
promueve el pensar autónomo, el pensar extensivo y el pensar consecuente; principios que se
refieren al pensar por uno mismo, libre de todo prejuicio; al pensar en el lugar del otro y pensar
siempre de acuerdo consigo mismo. Este principio es el más difícil de alcanzar, se puede lograr
a través de la unión de los dos primeros y para ello se necesita una fuerte y reiterada
aplicación.
Con la puesta en práctica de dichos principios, se logrará que el hombre ante cada
circunstancia que se le presente, sea capaz de analizar, reflexionar, deliberar, discutir y decidir
de acuerdo a su saber y entender, no permitiendo y evitando toda forma de manipulación.
En su obra “Lógica Viva” se dedica a mostrar con análisis y ejemplos las falacias en
que se fundan siempre los sistemas. Se dirige a combatir todos los sistemas o mejor dicho al
espíritu de sistematización por ser la causa de la mayoría de las equivocaciones tanto a nivel
teórico como práctico.
La postura que promueve sujetos autónomos, capaces
de decidir por si mismos,
provoca un estado de incertidumbre e inseguridad al dejarlos privado de principios y reglas
para enfrentar y superar los obstáculos que se le presenten en su vida.
Si bien en ocasiones parece más fácil, más cómodo, que otros piensen por él 1, debido
a que todo esta determinado, el hombre en estas circunstancias no se compromete, no se
1
Similar a lo planteado por Kant en: ¿Qué es la Ilustración?.
1
responsabiliza de sus actos. El problema se presenta al ser conciente de que si el hombre no
piensa por si mismo, siempre habrá quien lo haga por él.
Se tiene que pensar considerando, reflexionando sobre todas las ideas no descartando
ninguna: “(…) de esta manera pensamos con justeza; pensamos con muchas ideas,
equilibrándolas según los casos; queda, diremos una especie de juego libre de las ideas;
funcionan todas; predominando a veces una, a veces otra: a veces una no debe ser tenida en
cuenta y desaparece; a veces otra debe predominar y la tendremos en cuenta a ella sola; las
ideas juegan y se combinan”2.
Así se promoverá el enseñar a pensar críticamente y se defenderá
uno de los
principios varelianos: la laicidad, que consiste en incluir y no excluir las ideas, para poder
indagar en el pro y el contra de las alternativas que se presenten, así se ayudará a construir un
sujeto que responda a sus necesidades, intereses, valores y proyectos.
El pensar por sistemas, crea argumentos falsos, impidiendo que la parte de verdad
que contienen pueda ser reconocida y aprovechada. Por ello propone pensar “reservando
nuestra idea. Cuando se presenten los casos y sin perjuicio de algunas reglas generales, que
no habrán de ser demasiado geométricas, tendremos en cuenta nuestra idea”3.
Su posición filosófica abierta y reflexiva es para su época histórica un avance muy
importante.
Presenta un modo de pensar que es más que una teoría, más que un método o una
posición epistemológica. Su enseñanza esta centrada no en una filosofía sino en un espíritu de
la enseñanza; valorando más que lo que se piensa, como se lo piensa.
Invita el pensamiento de Vaz Ferreira a utilizar la crítica, el aprendizaje basado en
problemas y a elaborar conclusiones propias, contextualizadas. Para pensar sobre los
problemas reales y concretos, no se tiene que retirar el hombre del mundo por el contrario tiene
que ser y sentirse parte del mismo.
El desafío de la educación actual consiste en
promover hombres capaces de dar
respuestas críticas y creativas, para formar una sociedad auténtica, original y sobre todas las
cosas libre.
Que sean conscientes de sus limitaciones cognitivas, es decir, de su ignorancia.
Humildes al reconocer que no se posee el monopolio de la verdad. La verdad será siempre
algo que se busca, no hay verdades absolutas. Aunque se conozca mucho, se debe
comprender que ello es insignificante frente al saber total. Por esto la búsqueda del
conocimiento se convierte en una invitación permanente.
Bibliografía
Matto, Carlos. Pensamiento Uruguayo: La época de Carlos Vaz. Ferreira. Editorial Roca Viva.
Montevideo.1991
Obiols, Guillermo y Di Segni de Obiols, Silvia. Adolescencia y Posmodernidad, Escuela Secundaria. La crisis
de la enseñanza media. Editorial Kapelusz, Bs. As.
Vaz Ferreira, Carlos. Fermentario. Editorial Losada S.A. Bs. As,1962.
Vaz Ferreira, Carlos. Lógica Viva. Editorial losada S.A, Bs.As. 1962
Vaz Ferreira, Carlos. Lecciones de pedagogía y cuestiones de enseñanza. Obras homenaje de la Cámara de
Representantes de la República Oriental del Uruguay. Montevideo.1957.
2
Carlos Vaz Ferreira, Lógica Viva. Ed. Losada S.A. Bs.As.1962 p.132.
3
Vaz Ferreira ob. cit., p. 130.
2
2. Acerca de su PENSAMIENTO ÉTICO: Prof. Favio G. Vitancurt.
Intento sintetizar y destacar, en apretadas líneas, el problema de "los fundamentos de
la moral" -por cierto: complejo- en Carlos V. F., y una cuestión -que no desarrollo por razones
de espacio-: citas sobre “la moralidad del funcionario público”.
2.1. Concepto de moralidad y fundamento de la misma.
Refiriéndose al “problema de los fundamentos de la moral”4, en "Fermentario": capítulo
"Principios", es allí donde confiesa: "Yo nunca he podido teóricamente resolver de manera bien
satisfactoria esto". De manera explícita señala nuestro filósofo no poseer un sistema explicativo
de la moralidad. Insiste reiteradamente en la necesidad de integrar los distintos fundamentos
que cada sistema moral ha puesto en su base, para evitar la unilateralización falseante. Es
preciso entonces, según él, restituir la pluralidad y complejidad propia de lo real.
Por un lado, sobre este tema de plurales fundamentos: confiesa sus dudas,
oscilaciones y su vacilación teórica, la cual se aprecia, en la necesidad de dejar abierto el
problema, para integrar de una manera viva las distintas direcciones morales, para proyectarse
en una acción más fecunda, y más buena. Por ejemplo: plantea en “Moral para Intelectuales” el
problema de los fundamentos como problema de los sentimientos que se suponen en la base
de la actitud moral. Sugiere: a los planteos de Guyau y de Nietzsche la integración de los
distintos sentimientos, tener en cuenta uno y otro, no moverse en el campo estrecho de las
sistematizaciones “que nos cristalizan el espíritu, nos quitan la movilidad, la plasticidad que
caracteriza la vida y la progresividad intelectual y moral” 5. La gran mayoría de los sistemas
morales han puesto en la base de ésta un tipo de sentimientos, con olvido de los otros, he allí
sus errores. En la “Lógica Viva”, se hace más explícito este núcleo de ideas. “La moral ha sido
hecha hasta ahora por sistemas cerrados, cada uno de los cuales se ha condenado a no tener
en cuenta más que uno solo de los factores posibles de la conducta”. Para unos será la
simpatía, para otros el placer, o la utilidad colectiva, o el progreso. Para Vaz Ferreira en
cambio, todos esos factores, y otros muchos más, tienen valor. El hombre sobre la tierra tiene
que tener en cuenta el placer, la utilidad, el progreso, etc, y aún “las hipótesis, posibilidades o
esperanzas que se relacionan con lo desconocido”.
Por otro lado, es notoria la ambigüedad del término fundamentos, que no es casual
sino derivada de la índole misma de la ética. Al hablar de “fundamentos” Vaz Ferreira da a
entender que habla de los sistemas de los modos de interpretar las raíces de la actitud moral;
por otro lado, desplaza la significación de “fundamentos” a la de móviles efectivos de la acción
moral. Es en el capítulo “Principios” de “Fermentario” donde Vaz Ferreira va a hacer frente al
problema teórico del fundamento de la moral. Se enfrenta allí dos posiciones: la que entiende
necesario formar clases de actos para valuar cada uno de ellos y la que prescinde de toda
clasificación y funda una moral solo por el fin buscado. Analizando y rechazando esta segunda
posición, Vaz Ferreira muestra sus diferencias con respecto a los utilitaristas empíricos, que
examinaban cada acto teniendo en cuenta las consecuencias favorables o no para el placer o
para la utilidad.
4
Este tema se puede plantear a partir de cinco textos fundamentales: En "Moral para Intelectuales", apartado "actitud
hacia los sistemas y actitud moral en general". En "Lógica Viva", Capítulo: "Pensar por sistemas y pensar por ideas a
tener en cuenta". En una Conferencia dictada en cátedra en 1915 sobre "Enseñanza Moral" y reiterada en 1952. En
"Extracto de Ideario", conferencias en cátedra de 1951 en que intenta resumir los principales planteos de su obra. Y en
"Fermentarlo", Capítulo: "Principios".
5
Carlos Vaz Ferreira, Moral para Intelectuales, págs. 201-202, Homenaje de la Cámara de Representantes de la
República Oriental del Uruguay, 1963. Montevideo.
3
Se separa, además, con respecto a las morales del sentimiento, es decir a aquellas
interpretaciones que reducen la ética a ontología, el deber ser, a impulsiones pre-existentes en
el espíritu. Esquematizando diríamos: que el empirismo reduce el deber ser al ser, en tanto
que en Vaz Ferreira se ubica el deber ser, en el ser del hombre. La distancia con las morales
de la trascendencia, de la norma o el valor persiste por cuanto en éstas se da un dualismo
entre deber ser y ser.
Para superar este sofisma distingue Vaz Ferreira los principios convertibles de los
inconvertibles.
Los verdaderos principios, lo "principios en el buen sentido" son los convertibles, los
que se pueden convertir en acción, integrarse a la práctica y determinar su flecha. “Son
formulaciones que condensan experiencia, que condensan previsión, comprendiendo
resultados poco visibles, resultados remotos, y sobre todo ese conjunto de efectos que son
imprevisibles en su determinación concreta pero cuyo signo y cuyo valor se pueden prever por
una especie de anticipación racionalizable o intuitiva” 6. Los principios deben de estar grávidos
de acción, el precepto que indica “como actuar” solo tiene sentido si condensa en él la
sabiduría de la experiencia. La vida del hombre es un continuo de acciones que se influyen
entre sí y con los de los otros; como el pensamiento, la acción se define en referencia a un
contexto. De ahí que los principios deben tener en cuenta las consecuencias, inmediatas y
remotas de cada acción, y apreciar esos efectos posibles en función de su signo, es decir por
el valor que encierra a la acción y el valor que tiende a engendrar: “Todas las consecuencias
imprevisibles en especie concreta, pero previsibles en valor y en dirección (signo moral)” 7.
Actuar moralmente es incorporar bien, “hacer el bien” o “efectuarlo”, producirlo para
otros, en el mundo. El bien tiene para Vaz ese rostro práctico, vivo, efectivo, implica
trascendencia o dádiva del sujeto; y esto lo pone en oposición a las morales de la subjetividad,
aquéllas para las cuales lo moral está en la mera pureza de la voluntad agente. Por eso quien
actúa debe tensar su espíritu para descubrir no sólo el valor intrínseco de su acción sino
también su signo moral, el valor de la dirección de efectos que introduce.
Es por esto que las facultades espirituales de la moral son la razón y el sentimiento. El
sentimiento que descubre lo bueno, la razón que determina el contexto de las acciones, lo
bueno o lo malo que son capaces de engendrar.
Por el sentimiento se revela el valor, por la experiencia aclarada por la razón se
revelan las consecuencias de valor de las acciones. Dice Vaz Ferreira "el ideal del hombre
debe ser sentir, no ya sólo por el razonamiento, sino por algo más delicado aún, por una
especie de instinto, lo bueno y lo verdadero; hacer, diremos, que nuestra alma sea como un
aparato sensible, que sienta y revele lo bueno y lo verdadero como un delicado receptor" 8.
Sentimiento y razón son los dos polos de la actitud moral. Sentimiento para instalarlos
en la necesidad de valor, razón para incorporarlos a lo real. Así, "La razón que se tenga tiende
a reforzar y no a disminuir el sentimiento que se tenga". La razón incorpora realidad al designio
moral y lo hace por esto más profundo en sí y más efectivo.
Reconoce de esta forma Vaz Ferreira la primordialidad del sentimiento en el
advenimiento de la moralidad. En sus lecciones de “Moral para Intelectuales” insiste en que no
6
Carlos Vaz Ferreira, Fermentario, pág. 31, Homenaje de la Cámara de Representantes de la República Oriental del
Uruguay, 1963. Montevideo.
7
8
Ibíd. p. 35.
Moral para Intelectuales. Ob. cit., p. 212.
4
intenta crear moralidad sino enseñar a utilizar la que se tiene. La moral que se tenga o no se
tenga es un irreductible, depende de los sentimientos morales, pero aun poseyéndolos, es
posible caer en la inmoralidad. Se distingue dos tipos de inmoralidad: la que resulta de la
carencia de la base afectiva y la que proviene de un descuido moral, de una desatención o
inconciencia en el pasaje a la acción: “Pero, lo que aquí nos interesaría, es la otra clase de
inmoralidad, la que no corresponde a la falta real de moralidad en el sujeto, sino a descuido, a
inconciencia; contra esas formas de inmoralidad, conviene estar en guardia, porque, a
consecuencia de ellas, no se desarrolla toda la moralidad que realmente se tiene”9.
De acuerdo a esta concepción Vaz Ferreira distingue dos tipos de “moralizadores”,
usando la metáfora de la barquilla y los globos: hay hombres que suben muy alto pero sin
carga, como el globo sin barquilla. Esta “moralidad” es nominal, declaratoria, no incorpora
realidad. “Lo que tiene valor es subir todo lo que se pueda, levantando la carga; que la moral se
lleve todo lo alto posible, levantando la conducta”. Es moralmente más valioso, no quien
propone siempre la idealidad plena, sino quien articula el mayor bien con las posibilidades
reales; ese es el que “piensa realizable”, el que siente moralmente y estructura su acción con
lucidez para ir más lejos en la dirección del bien: “En tanto que hay otra manera de moralizar
en que se siente que el que habla maneja una masa densa de posibilidades; tiene que luchar la
resistencia de algo, que son las dificultades de la acción ya concebida e intuida” 10.
En fin, así llegamos a esa "Moral Viva" que es el análisis de la acción moral como
intento efectivo y concreto de incorporar valores a lo real. Es la ética estudiada desde la
perspectiva, de sus "condiciones de posibilidad", humanas y objetivas.

2.2. Moralidad del funcionario público. Transcribo:
“.. al país debe servírsele siempre que,(…) no esté el ciudadano obligado a hacer
ninguna inmoralidad ni grande ni pequeña, y siempre que, … esos servicios no
contribuyan a prestigiar al gobierno que sea oprobioso”11.

Cuando el inferior “se reputa injustamente acusado o injustamente agredido por el
superior, y abandona el cargo; generalmente, es una debilidad” 12.

“El voto debe reservarse; deben examinarse todos los candidatos posibles, y, cuando
llegue el momento de dar el voto, darlo entonces a quien más lo merezca. A la persona
que pida un voto, deben hacérsele también estas explicaciones” 13.

Hay varios tipos de funcionarios: “Los hay que son duros, rígidos con los inferiores;
pero, para con los superiores, son también enérgicos y fuertes. Esas personas,
cualquiera que sea el juicio que merezcan, tienen siempre mucho, o algo por lo menos,
de respetable”14.
3. Acerca de su PENSAMIENTO PEDAGÓGICO: Mtra. Verónica Amaral.
Ninguna forma de homenajear a Vaz Ferreira, pedagogo, puede ser más coherente
que leer sus obras. Esa es mi recomendación inicial a mis alumnos. Pero los profesores
9
Moral para Intelectuales. Ob. cit., p. 85.
Fermentario. Ob. cit. p. 42-3.
11
Moral para Intelectuales. Ob. cit., p. 104
12
Moral para Intelectuales. Ob. cit., p. 107
13
Moral para Intelectuales. Ob. cit., p. 110
14
Moral para Intelectuales, Ob. cit., p. 119.
10
5
debemos presentárselos primero y ello intento. Escribir sobre él me produce, como primera
impresión, la sensación de pequeñez ante un grande, pero inmediatamente recupero mi
confianza en mí misma también a través de sus ideas y de la riqueza de otros pedagogos que
nos enseñan que la verdadera humildad consiste en compartir con otros aquello en que
creemos y lo que hemos aprendido a lo largo de nuestra ruta.
Los maestros uruguayos de mi generación, al igual que la mayoría de los intelectuales
compatriotas,
fuimos fuertemente influenciados por el pensamiento de Vaz Ferreira. Hoy,
como docente del Instituto de Formación Docente de Rocha, me pregunto si he hecho
suficiente para alentar a mis alumnos a leerlo. Sin embargo, me alegra reconocer en mi
accionar pedagógico tanto en Primaria como en el Instituto, un sustento teórico marcado por
algunas de sus ideas principales, tales como

el amor al saber por el saber mismo.

el valor de estudiar en la obra fuente

el desconfiar de las soluciones rígidas, así como de la excesiva simplificación.

la noción de que en Pedagogía no hay libros sagrados ni reglas generalísimas.

el mantenerse alerta para no tomar por contradictorio aquello que es complementario.

el enseñar teniendo en cuenta el escalonamiento y la penetrabilidad, junto con el valor
de las ideas fermentales.

el valorar la teoría como indispensable pero, a la vez, confiar en la propia experiencia.

la noción de que lo humano es lo primordial y por lo tanto los docentes deben ser
ejemplo ético.
Intentaré profundizar en algunas, aunque todas se suponen unas a otras. También es
interesante reconocer cómo las ideas de V. F. fundamentan nociones de otros autores
uruguayos (Agustín Ferreiro, Clemente Estable, por ejemplo) y coinciden con otros autores
extranjeros de diversos orígenes y épocas (Freire, Morin).
Releyendo sus “Conferencias” encuentro que habla de dos temas que preocupan hoy
al Magisterio Nacional: la rigidez de la formación inicial de nuestros maestros en algunas
épocas históricas y el deseo y compromiso de todos de lograr formas superiores de aprender y
de enseñar.
Durante la dictadura 1973/85, en pleno paradigma tecnicista,
se presentó en la
formación docente una característica que V. F. observaba en Berra, muchos años antes (1903):
“No hay más que un modo de enseñar bien cada clase de conocimiento. No enseñar de ese
modo es enseñar mal”. Responde Vaz F. “En Pedagogía no existen reglas generalísimas,
absolutas, que puedan seguirse a ciegas deductivamente, sino algunas ideas directrices, más o
menos generales, más o menos fecundas, que se complementan y que a veces se corrigen y
limitan unas a otras. Tener conciencia completa de esas ideas directrices, de su valor y de su
alcance, no es precisamente indispensable para ser un buen educador; pero es útil, en la teoría
y en la práctica, sobre todo como preventivo contra la unilateralidad”. (“Dos ideas
directrices y su valor respectivo”, el subrayado es mío). Más adelante leemos: “Los hombres de
esta variedad mental ven todo de una manera simple, y para ellos clara. Tienen todo resuelto,
aunque en un círculo inferior, y es muy difícil discutirles esas soluciones, porque rebajan,
achican, empobrecen o desnaturalizan nuestros argumentos, por el solo hecho de apercibirlos,
para darles lugar así dentro de sus rígidos esquemas mentales y aplicarles sus fórmulas
hechas. No tienen matices de creencias; ignoran la duda e ignoran la ignorancia”. Todo lo
6
que hagamos para generar en los jóvenes amplitud de criterio, búsqueda personal del
conocimiento y la verdad, confianza en sí mismos y trabajo conjunto, será un paso dado en la
dirección que V. F. indica.
Entre las ideas directrices destaca el aprender por escalonamiento o por
penetrabilidad. Mientras en el primero el maestro va “suministrando al niño materia pedagógica
preparada y adaptada para su edad”, en la segunda se presentan al niño conocimientos, obras,
libros, etc a los cuales el niño se va aproximando (usando el término que para un concepto
similar usa Vitgosky) y penetrando “a medida que se vayan desarrollando sus propias
aptitudes”. Destaca cómo en la vida pre escolar se aprende fundamentalmente por penetración,
en contacto con la familia, el medio, etc y cómo también es así en la vida post escolar. Ello nos
deja claro que el fraccionar el conocimiento, el escalonamiento, solo se usa en la escuela, en la
educación formal, como técnica pensada expresamente para enseñar aquello que no puede
aprenderse de otro modo o en otro ámbito. Sin embargo, lo lógico es que el maestro utilice
ambas, pues, lejos de ser contradictorias, son complementarias.
En su “Proyecto sobre organización de la Enseñanza Normal” 1903, sostiene que
nuestro país tropieza con un gran obstáculo para mejorar la formación de maestros (¡ayer y
hoy!): la exigüidad del presupuesto. Destaca, además, cómo las propuestas varían y mientras
hay quienes buscan el perfeccionamiento de las instituciones existentes, otros desearían su
supresión (todo parecido con la realidad actual no es mera coincidencia sino muestra de cómo
los problemas no se han resuelto sino reconvertido, cambiado de forma pero no solucionado y,
por ello, necesitan de nuestro esfuerzo sostenido). Sostiene que la práctica no debería hacerse
exclusivamente en las “Escuelas de Aplicación” sino también en otras y entiende por práctica
no sólo el dar lecciones y hacer su crítica, sino la observación y ejercitación de las demás
funciones escolares. Por último, sostiene que debe haber Escuelas Normales en todo el país
(recordemos que en su momento existían sólo el Instituto de Señoritas y el de Varones, ambos
en Montevideo).
Aún habiéndose hecho realidad algunos de sus planteos, tenemos siempre pendiente
la tarea de perfeccionar lo existente, cada uno desde su rol pero trabajando juntos y
responsabilizándonos de nuestro crecimiento personal para asegurar así el crecimiento de la
Escuela Pública. Leamos a Vaz Ferreira pero no para quedarnos sólo con su palabra, ella nos
incita a la búsqueda permanente, al crecimiento y la superación.
7