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No tires tu dinero Excelsior David Paramo 28 DE ABRIL DEL 2016 El modo deprimido Pascal Beltrán del Río me preguntó el martes durante la transmisión de Titulares de la Noche en Excélsior Televisión, por qué si los datos económicos eran positivos, había un sentimiento de crisis muy extendido entre la sociedad mexicana. Ciertamente es un tema que he tratado en anteriores columnas e incluso he establecido el reto en los diferentes espacios que conduzco en Grupo Imagen Multimedia a que alguien me diga, con datos duros, ¿en dónde está la crisis? La dicotomía entre los hechos económicos y la opinión de amplios sectores de la población es muy difícil de comprender, puesto que no sólo se trata de los chairos que muestran el tamaño de la invasión de imbéciles que en las redes sociales le dan derecho de hablar a legiones de idiotas, como diría Umberto Eco, sino incluso de empresarios que en las encuestas del Inegi contestan que están invirtiendo más, pero que creen que la situación de la economía es mala y tiende a empeorar. Si hace una encuesta entre sus cercanos la gente le dirá que la economía va mal por la caída en el precio del petróleo, la devaluación y la falta de consumo interno. Alguno más podría decirle que México enfrenta una crisis de deuda. Sin embargo, al ver los indicadores resulta que ninguna de esas suposiciones se mantiene en los hechos de la economía global. El peso ha recuperado más de 15% de su valor desde el 17 de febrero, cuando el Banco de México y la Secretaría de Hacienda anunciaron la coordinación de la política fiscal y monetaria, así como quitar las subastas de dólares que se habían convertido en muy predecibles e incluso generaban mayor depreciación. Si bien es cierto que el precio del petróleo se ha desplomado –una caída en las exportaciones que ronda el 40%– pero que han sido compensados sobradamente con el impacto positivo de la Reforma Fiscal que ha permitido la mayor recaudación de los últimos 25 años, 80 mil millones de pesos más que lo estimado por el SAT. BOLSILLO En el bolsillo de los mexicanos hay, a no dudar, una recuperación en los niveles de vida derivados de una inflación muy cerca de su mínimo histórico, en 2.6%, con revisiones salariales ligeramente por arriba del 4%, lo que ha generado un aumento en el consumo interno al grado de que Walmart registró un crecimiento en sus ventas superior a 13% a tiendas iguales durante el año pasado o que el IGAE crezca a 2.8%, lo que nos llevaría a un crecimiento del PIB a tasa anual entre 2.4 y 2.6% en el primer trimestre. No obstante, la gente se esfuerza en buscar datos negativos. Un día se angustian por el alza estacional del precio de limón para hablar en términos de crisis. Se tragan el cuento de que el país tiene un problema de deuda y sólo leen la parte que les conviene del reporte que hizo el Fondo Monetario Internacional que recomienda disminuir el monto del endeudamiento. Luis Videgaray dejó claro que se han venido tomando medidas para disminuir el déficit como el uso prudente del remanente de operación de Banco de México y algunas otras operaciones. Bueno, no leyeron la parte del informe del FMI en la que se destaca que México ha tenido resultados muy exitosos en su economía. PASTO VERDE Hagamos algunas comparaciones que permiten comprender dónde está la economía mexicana. El FMI señala que el PIB de Estados Unidos creció 2.4% el año pasado y México 2.5%. Para este año estiman que ambas naciones avanzarán en este indicador 2.4 por ciento. Argentina creció 1.2% y estiman que este año se contraerá 1%; la economía de Brasil cayó 3.8% y consideran que será otro tanto. La economía de Venezuela cayó 5.7% y estiman que se desplomará ocho por ciento. La inflación en Brasil durante el año pasado fue de 10% y según el FMI la bajarán a 7%. El populismo argentino no permitía medir la inflación, ahora se cree que los precios subirán 25%. En Venezuela la inflación superó 180% y calculan que superará 720 por ciento. VERGÜENZA A la luz de estos hechos parecería que gran parte del pesimismo tiene que ver con una cierta vergüenza por parte del gobierno de hablar en términos positivos de lo mucho bueno que se ha hecho en materia económica. Por momentos parecería que no creen que estén cosechando los resultados de más de dos décadas de políticas económicas correctas o que tengan miedo a las legiones de idiotas.