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Que vamos a hacer el 31 de octubre:
1) En la mañana. Recita las siguientes oraciones:
Oración de Ofrecimiento de Vida
Mi amable Jesús, delante de las Personas de la Santísima Trinidad,
delante de Nuestra Madre del Cielo y toda la Corte celestial, ofrezco, según
las intenciones de tu Corazón Eucarístico y las del Inmaculado Corazón de
María Santísima, toda mi vida, todas mis santas Misas, Comuniones,
buenas obras, sacrificios y sufrimientos, uniéndolos a los méritos de tu
Santísima Sangre y tu muerte de cruz: para adorar a la Gloriosa Santísima
Trinidad, para ofrecerle reparación por nuestras ofensas, por la unión de
nuestra santa Madre Iglesia, por nuestros sacerdotes, por las buenas
vocaciones sacerdotales y por todas las almas hasta el fin del mundo.
Recibe, Jesús mío, mi ofrecimiento de vida y concédeme gracia para
perseverar en él fielmente hasta el fin de mi vida. Amén.
Oración para Aceptar el Sello del Dios Vivo.
“Oh, Mi Dios, Mi Padre amoroso, yo acepto con amor y gratitud Tu Sello
Divino de Protección. Tu Divinidad abarca mi cuerpo y alma por la
eternidad. Me inclino en humilde acción de gracias y te ofrezco mi profundo
amor y lealtad a Ti mi amado Padre. Te suplico que protejas a mis seres
queridos y a mí con este Sello especial y comprometo mi vida a Tu servicio
por los siglos de los siglos. ¡Te amo Querido Padre! Te consuelo en estos
momentos, querido Padre. Te ofrezco el Cuerpo, La Sangre, el Alma, y la
Divinidad de Tu queridísimo Hijo en expiación por los pecados del mundo y
por la salvación de todos Tus hijos. Amén.”
Para consagrar a sus hijos a Jesucristo.
Oh querida Madre de la Salvación, consagro a mis hijos (nombre del
hijo/de los hijos aquí) ante tu Hijo, para que Él pueda traerles paz de
espíritu y amor de corazón. Por favor ora para que mis hijos sean
aceptados dentro de los Misericordiosos Brazos de tu Hijo y protégelos de
cualquier daño. Ayúdalos a permanecer fieles a la Santa Palabra de Dios,
especialmente en momentos cuando son tentados a alejarse de Él. Amén.
Consagración a los Sagrados Corazones de Nuestro Señor Jesucristo
y La Santísima Virgen María.
Oh Corazones de Jesús y de María, esperanza de la humanidad!
Esperanza porque en su perfecta comunión de amor por Dios y los
hombres, se han entregado a la obra de la salvación del mundo. A través
de esta consagración deseamos participar, desde nuestra pequeñez, en los
designios de misericordia que los Dos Corazones están manifestando en la
humanidad. Deseamos ofrecer nuestras vidas en amor y reparación a sus
Corazones. Deseamos con todo nuestro ser promover y establecer en
todos los corazones, el Reinado de amor de los Corazones de Jesús y
María. ¡Amén!
QUIEN COMO DIOS... NADIE COMO DIOS
QUIEN COMO DIOS... NADIE COMO DIOS
QUIEN COMO DIOS... NADIE COMO DIOS
2) durante el día :
Antes de Comenzar el Rosario di:
"Me uno en oración al Corazón Inmaculado de María y a los ejércitos
Celestiales para repeler toda maldad de los demonios. Hago extensiva esta
oración a mi familia, hermanos y parientes y en general al mundo entero.
Jesús, María y José sálvanos de todo mal".
Y cubrete con la Preciosa Sangre de Cristo:
“Oh coraza de la sangre del redentor; protégeme en todos mis caminos y
batallas espirituales; cubre mis pensamientos, potencias y sentidos con tu
coraza protectora; reviste mi cuerpo con tu poder. Que los dardos
incendiarios del maligno, no me toquen ni en el cuerpo, ni en el alma; que
el veneno, ni el hechizo, ni el ocultismo me hagan daño; que ningún
espíritu encarnado o descarnado me perturbe; que Satanás y sus huestes
del mal, huyan de mi al ver la coraza de tu sangre protectora. Libérame de
todo mal y peligro gloriosa sangre del redentor, para que pueda cumplir la
misión que me ha sido encomendada y dar gloria a Dios. Me consagro y te
consagro mi familia voluntariamente al poder de tu sangre redentora. Oh mi
buen Jesús, libérame a mí y a mi familia y seres queridos de todo mal y
peligro.” Amén
Santo Rosario,
La Coronilla de la Divina Misericordia,
y las siguientes oraciones de la cruzada de Oración y al final la
Coronilla a San Miguél Arcángel.
Iniciar con la Cruzada de Oración N. 96
Para detener al anticristo. Cruzada de Oración N. 6
Para detener al anticristo y su grupo. Cruzada de Oración N. 18
Para detener al anticristo de destruir al mundo. Cruzada de Oración N. 20
Libérame de las cadenas de Satanás. Cruzada de Oración N. 46
Para mantener a mis hijos protegidos contra el rey de las mentiras.
Cruzada de Oración N. 67
Para protegerme de la influencia de Satanás. Cruzada de Oración N. 68
Para salvarnos de la persecución. Cruzada de Oración N. 71
Para salvarme del mal. Cruzada de Oración N. 78
Para proteger a nuestra nación del mal. Cruzada de Oración N. 87
Para vencer el mal en nuestra tierra. Cruzada de Oración N. 113
Letanía de Jesús a la Humanidad (4) Para mitigar el castigo de Dios Padre.
Y al terminar otra vez la Cruzada de Oración N. 96
Coronilla de Protección y Liberación
Esta Coronilla es para defendernos y hacerla en todo momento, y para la
tribulación en el final de Los Tiempos. La Coronilla se reza en un Rosario,
así:
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
En vez del Padre Nuestro: Todos: Ave María Purísima sin pecado
concebida, hija de San Joaquín y Santa Ana es María Santísima.
En vez del Ave María, (diez veces): Uno: ¿Quién como Dios?
Todos: ¡Nadie como Dios!
En vez de Gloria: Uno: Huid poderes malignos.
Todos: ¡Venció Cristo el Señor!
Al final del Rosario, repetir tres (3) veces: Todos: Corazones triunfantes
de Jesús y de María, reinad en mi vida y en mi corazón. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
3) Ofrece sacrificios, has reparaciones y asiste a misa, ofreciendo tu
comunión.
4) Termina en la noche agradeciendo a la Virgen por su protección y amor
y a Dios por las bendiciones derramadas.
GLORIFIQUEMOS A DIOS
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te
glorificamos, te damos gracias. Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios Cordero de Dios,
Hijo del Padre; Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; Tú que estás
sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; Porque sólo tú
eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo Jesucristo. Con el Espíritu
Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.
¡QUIÉN COMO DIOS!
NADIE COMO DIOS
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