Download Descargar archivo adjunto file_download
Transcript
El Árbol Del Ahorcado De todas las formas en las que el mundo podría acabar, estoy segura de que nuestros antepasados nunca se imaginaron esta. Como historiadora, he leído muchísima literatura de los años dos mil, incluyendo novelas basadas en una idea de un futuro. El futuro en el que yo vivo se asemeja bastante a las utopías de aquel tiempo: hay millones de avances tecnológicos, la comunicación es más veloz que nunca y, aunque tuvimos contacto con los alienígenas y nos llevábamos moderadamente bien, no tenemos mucho trato con ellos. En resumen, era un futuro casi perfecto. Nadie pensó que esto podría pasar. Más allá de todo lo que se pensó que acabaría el mundo, como la corrupción y la guerra, la humanidad lo ha superado hace bastante tiempo ya. Ya no existe el racismo, dado que luego de muchos años todos tenemos el mismo color de piel, y el gobierno abolió el machismo y la homofobia. Solo un problema, uno al que no se le había dado tanta importancia en el pasado está sin resolver: La Ecología. Esta fue empeorando hasta el punto en que ya casi era imposible respirar, hasta que la ciencia inventó una solución: Los Árboles Del Ahorcado, árboles modificados genéticamente para generar oxígeno, madera y todo lo que los verdaderos árboles tenían. Entonces empezó el infierno. Un grupo de científicos rebeldes tradicionalistas estaban en contra de estos árboles, creían que eran una “Traición a nuestros ancestros” y que deberían ser abolidos. Luego de uno o dos intentos de razonamiento, el gobierno dejó de insistir, ya que creyeron que una banda de “Ecologistas puros”, como se hacían llamar, no lograría nada. Los subestimaron demasiado. Los Ecologistas Puros inventaron un virus, conocido mundialmente como Bellatrix. Lo implantaron en los árboles, y para cuando nos dimos cuenta ya era demasiado tarde: quien tocara los árboles se infectaría con el virus y sufriría una muerte lenta, pero segura. Los primeros en caer fueron los leñadores, los jardineros y todo el que tuviera contacto con los árboles. Luego el virus se fue infiltrando en las fabricas, y ya nada podía tocar el papel, la madera o cualquier cosa que alguan vez fue parte de un Árbol Del Ahorcado. Los humanos no creíamos esto, y seguimos normalmente con nuestras vidas. Uno a uno, empezamos a caer, ya que no podíamos vivir sin papel. El dinero se sustituyó con tarjetas de crédito por orden del gobierno, y los muebles eran de plástico o metal, pero lo que verdaderamente trajo el apocalipsis fue el papel higiénico. No pudimos dejar de usarlo, y caímos en un espiral de enfermedades y muertes. Me incluyo en ese grupo. Me llamo Amy, tengo 26 años y estudio historia. Me enteré de la plaga demasiado tarde, ya había sido infectada. Mi mamá, científica muy prestigiosa, está buscando una cura desesperada y el que pronto sería mi novio, Rory, esta tratando de infiltrase, sin éxito, en la base de datos del gobierno para tratar de conseguir información para ella. Yo no me pienso resignar a la muerte así, voy a luchar. No voy a dejar que el papel higiénico, una invención tan trivial, me mate. Leí que en las montañas de una región llamada Camelot, hay un lago, el Lago Silencio, que puede contener la respuesta. Se dice que la muerte no interfiere allí. Hace más de ochocientos años, un hombre que se hacía llamar el Doctor fue asesinado ahí, pero de alguna manera sobrevivió. En este lugar se encuentra la cura, lo sé. Y tengo que encontrarla antes de que sea demasiado tarde.