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Título: BISEXUALES POR NATURALEZA ¿Mito o realidad? Introducción: Si en algún momento de nuestra existencia terrenal pudiésemos abandonar el carácter sexual que por naturaleza poseemos y hacer una observación sin inclinación alguna, podríamos darnos cuenta que la práctica sexual no se limita a un tipo de relación o género especifico de personas; es decir, que en todo momento somos y no dejamos de ser seres sexuales independiente mente de las preferencias, que los términos como bisexualidad, homosexualidad o heterosexualidad son y sirven regularmente para describir tan solo una parte del comportamiento sexual del ser humano, y su carácter visto en la practica del uso de estos conceptos tiende a ser despectivo e intolerante en la mayoría de los casos generalizando toda practica de la persona como algo erróneo, desconfiable y de miedo. Según la teoría evolutiva de Darwin el mecanismo de selección natural explica la forma en como las especies se adaptaron, sobrevivieron y evolucionaron, y el mecanismo de la selección sexual explica la reproducción; de este modo nos dice que la selección natural debería favorecer la heterosexualidad pues ésta facilita la reproducción y la propagación de genes Por otro lado, en sus primeros ensayos, Freud establece que el ser humano posee una disposición bisexual más allá de lo anatómico, con múltiples posibilidades de placer representadas en la pulsión sexual. (Freud, 1905). La sexualidad es deseo, de ahí que resulte eminentemente humana la bisexualidad. El objeto de amor no tiene nada que ver con sus sexos, sino con la "fuerza" que en él se percibe. En nuestros días, la diversidad sexual se ha convertido en un tema recurrente y en una fuente de inquietud social, en los ámbitos económico, político y cultural. Sin embargo, la historia por la que ha atravesado está llena de tabúes y prejuicios. Por lo general, lo que se asocia al sexo, por mucho tiempo se ha considerado pecaminoso, sucio y perturbador; y aunque no seamos conscientes de ello, vivimos en un mundo plagado de estereotipos que reflejan opiniones generalizadas en la sociedad. Por otra parte, la comprensión del comportamiento sexual y de la identidad en el ser humano se ha visto perturbada por el desconcierto causado por problemas poco usuales en la conceptualización y representación del potencial y la expresión erótica por un lado, y el desarrollo de la identidad y el entorno social por el otro; en ningún otro lugar estos problemas son más confusos que en la bisexualidad. Desarrollo: Cuando hablamos de bisexualidad nos referimos a una orientación sexual que consiste en que una persona, hombre o mujer, pueda sentirse fuertemente atraída por otra persona, independientemente de que ésta sea hombre o mujer, y que esa capacidad de atracción sea duradera. Existen muchos análisis sobre este asunto, lo cierto es que los científicos aún no tienen un acuerdo sobre la naturaleza y origen de estos comportamientos. Se conoce que la homosexualidad o la bisexualidad no son una enfermedad y por tanto no hay nada que curar. Sin embargo un hecho frecuente en todas las investigaciones es que los bisexuales son vistos negativamente tanto por los grupos heterosexuales como homosexuales. Para los heterosexuales el bisexual no es más que un homosexual y sufre los rechazos y agresiones de los homosexuales, quienes lo consideran indeciso e indefinido, para otros, las personas bisexuales son considerados inmaduras: porque no se definen, porque pretenden perpetuar un estado de omnipotencia infantil en el que todos los objetos son potenciales objetos amorosos e incluso impostoras: porque "en realidad" son gays o lesbianas que no se atreven a asumirse como tales, o que no quieren perder ni los privilegios sociales de la heterosexualidad ni los placeres de la homosexualidad.. Los bisexuales, constituyen una minoría que se encuentra en medio de muchos prejuicios y es altamente cuestionada, son incomprendidos por su preferencia sexual, suelen ser estigmatizados como personas de «dudosa moral», al valorarlos se les asocia por lo general, sin malas intenciones, a personas sin ética, antisociales y débiles de carácter. Es probable que estos prejuicios alrededor de la bisexualidad estén relacionados con un miedo a la aceptación de esta, pues estamos acostumbrados a un sistema de creencias binario, “blanco o negro” y la bisexualidad remite a lo móvil, al cambio, a lo imprevisto y por eso atemoriza. En ámbitos que no sean la sexualidad, se reconoce la capacidad de adaptación a los cambios como síntoma de madurez, la flexibilidad como indicio de estructuración adecuada del yo, un amplio repertorio posible de respuestas e intereses como sinónimo de salud. Entonces ¿Por qué en el ámbito sexual exigimos de las personas todo lo opuesto? Conclusión: La sexualidad es una dimensión manifiesta de la personalidad, siempre presente en el individuo por naturaleza, en todo momento y lugar. El papel de regulador que toma la cultura al transcurso de la historia hasta ahora nos expone una amplia diversidad de practicas en el uso de conceptos relacionados al tipo de manifestación de ella, cada uno de estos conceptos cargan con un tono y contenido particular propio de la cultura. Las influencias regulatorias culturales afectan en el proceso de identificación con la propia sexualidad como puede haber aceptación total y sin prejuicios de la misma. Todo individuo tiene el derecho y gusto de elegir la orientación o preferencia sexual pues la bisexualidad y homosexualidad no califican para ser trastorno, parafilia y mucho menos una enfermedad. No obstante, las sociedades necesitan avanzar hacia la comprensión de que la aceptación de la diversidad favorece la integración de los pueblos y sobre todo el acercamiento de los individuos que por sus singularidades resultan minorías. La satisfacción de las preferencias sexuales en cualquiera que sea su práctica implica el desarrollo, realización y confortabilidad del individuo y la práctica debe ser amena, responsable y respetada. Toda persona bisexual, homosexual y/o heterosexual puede lograr su realización y debería permitírsele disfrutar de su sexualidad. O ¿Tú que crees? Agregue un párrafo a la introducción, díganme si le agrego aun más, y modifique la conclusión. Me parece que ha quedado bien. Atte. Luis. Bibliografía: Martínez Martínez, Jorge. (2009). Legado y trascendencia de las ideas evolutivas de Charles Darwin. Investigación y Ciencia, Septiembre-Diciembre, 30-33. Bleichmar, H (1997), Introducción al estudio de las perversiones. La teoría del Edipo en Freud y Lacan. Buenos Aires, Nueva Visión, (pp. 230-231). Garber, Marjorie. Vice Versa. Bisexuality and the Eroticism of Everyday Life. New York: Simon & Schuster, 1995. Tucker, Naomi: "The Natural Next Step", en Bisexual Politics. 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