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Transcript
EL PROFESIONAL DE LA INFORMACIÓN Y EL COMPORTAMIENTO
ÉTICO EN EL CONTEXTO ACTUAL
MaríaVirginiaGonzálezGuitián
[email protected]
MarcosAntonioMartínezRíos
[email protected]
Para
citar
este
artículo
puede
utilizar
el
siguiente
formato:
González Guitián y Martínez Ríos: El profesional de la información y el comportamiento ético en el
contexto
actual,
en
Contribuciones
a
las
Ciencias
Sociales,
noviembre
2009,
www.eumed.net/rev/cccss/06/ggmr.htm
Sócrates fundamentó la “ética” en una coherencia entre fines y medios, en una especie de moral laica
que tiene por objeto explicar racionalmente las conductas en la que las preguntas clave son el “por qué”
y el “para qué” debo hacer algo.
Así configura la ética como una especie de modo de ser y de carácter de la persona y de la colectividad,
que, en definitiva, persigue “conocer” como medio para poder “obrar bien”. Para Sócrates, en el
conocimiento está el secreto de la actuación moral.
Sócrates, siglo v ane.
Resumen
La ética ha tomado una nueva dimensión en el contexto mundial actual, donde el uso y la manipulación
de información ha revolucionado los métodos establecidos, la irrupción de las tecnologías de la
información y de la comunicación han traído aparejadas un sin número de cuestionamientos y
comportamientos que hacen necesario replantearse las antiguas concepciones éticas, mucho más en
profesiones como las del bibliotecario. Sobre estos temas trata el presente trabajo donde se pretende
estudiar y revisar algunas de las bibliografías sobre la Ética y sus cuestionamientos en el ámbito del
profesional
de
la
información,
en
sentido
general.
Para
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artículo
puede
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el
siguiente
formato:
González Guitián y Martínez Ríos: El profesional de la información y el comportamiento ético en el
contexto
actual,
en
Contribuciones
a
las
Ciencias
Sociales,
noviembre
2009,
www.eumed.net/rev/cccss/06/ggmr.htm
Breve introducción al tema de la Ética
La palabra ética proviene del vocablo griego éthos, que se refería no solo a la "manera de ser" sino al
"carácter". Posteriormente se usó para referirse a “La manera de actuar, coherente, constante y
permanente del hombre para llevar a cabo lo bueno", lo cual está muy relacionado con la moral, es decir
con las costumbres y maneras de actuar o comportarse.
La palabra ética es empleada como sustantivo y como adjetivo. En el primer caso (la Ética o la Moral)
dan a entender un saber específico dentro de las disciplinas humanas que tiene como objeto la
fundamentación racional de lo que debe ser la responsabilidad del ser humano para alcanzar lo bueno o
lo recto.
Cuando estas palabras son utilizadas como adjetivo, juzgan la cualidad de las acciones humanas, la
manera que éstos ejercen su responsabilidad frente a los valores, los principios y las normas morales, es
decir se refieren al modo subjetivo que tiene una persona o un determinado grupo de interpretar los
valores morales.
El uso de la palabra ética en el lenguaje popular se refiere a la doble dimensión de las acciones
humanas que tienen que ver con "el bien" o con "lo bueno". Mientras que el saber filosófico se preocupa
de justificar racionalmente criterios de acción que no sean arbitrarios y que sean universalmente válidos
(dimensión objetiva) la ética, muestra cómo los hombres concretan o no esos criterios en su acción
personal (dimensión subjetiva).
Según Adela Cortina (1992) la Moral es el “conjunto de principios, preceptos, mandatos, prohibiciones,
permisos, patrones de conducta, valores e ideales de buena vida que en su conjunto conforman un
sistema más o menos coherente, propio de un colectivo humano concreto en una determinada época
histórica”.
Pero tanto en el lenguaje popular como en el intelectual a la palabra Moral se le atribuye un contenido
conceptual similar al de Ética. A continuación se muestran sus principales similitudes y diferencias.
ETICA MORAL
 La Ética es una disciplina filosófica que se ocupa de la fundamentación racional del comportamiento
moral del hombre.  La Moral es todo lo que se refiere a los valores asumidos y vividos por el hombre.
 La Ética se ocupa del conjunto de principios inalterables como la defensa de la vida, la búsqueda de
aliviar el sufrimiento, el respeto por las personas y la confidencialidad.  La Moral se ocupa de la
dimensión subjetiva de quien asume esos principios de defensa de la vida, la búsqueda de aliviar el
sufrimiento, el respeto por las personas y la confidencialidad.
 La Ética nos da los valores universales.  La Moral nos da las distintas aplicaciones que tiene la ética.
 La Ética está en el campo de la filosofía y reflexiona sobre algunos aspectos de la antropología
cultural.
 La Moral está en el campo de las ciencias empíricas de la moralidad, que también abarcan a la
sociología, la etnología, la antropología, y la psicología.
 El objetivo de la Ética es la aplicación de las normas morales tomando como base la honradez, la
cortesía y el honor, contribuyendo así, al fortalecimiento de las estructuras de la conducta moral del
individuo.  El objeto material de la Moral son las costumbres y la conducta humana y el objeto formal es
el conjunto de leyes que deben informar y orientar la actividad humana.
 La Ética como parte de la filosofía sigue con sus bases uniformes a través de la historia, inculcando
principios y valores que orientan a personas y sociedades.  La Moral establece las normas que
determinan lo que es el bien y el mal, es decir lo que se debe y lo que no se debe hacer.
 La Ética, es el intento racional de averiguar cómo vivir mejor, y su objeto es suministrarnos las pautas
para conseguirlo.  La Moral es la sumatoria de costumbres y normas impuestas socialmente que
aceptamos, sobre las cuales actuamos diariamente.
En definitiva el término más empleado o generalizado en nuestros días es el de Ética, el cual toma
diversas connotaciones. Sobre esto, varios autores han reflexionado definiéndola como:
 La Real Academia Española parece inclinarse por la similitud cuando nos dice que la “ética es la parte
de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre”.
 Wittgenstein, afirma que: “La ética puede definirse como la disciplina filosófica encaminada al estudio
de la valoración moral de los actos humanos, de manera que la ética responde a la pregunta para todo lo
que es bueno (…), ética es la pregunta por el significado de la vida, o por lo que hace que valga la pena
vivir la vida, o por la manera correcta de vivir”.
 López Bombino (2002), refiere: “La ética es una teoría, esto es, un instrumento teórico de orientación
de los hombres en el mundo de los valores morales”.
 Martínez Rodríguez (2005), considera que la ética es “la ciencia que estudia el origen, la estructura y
las regulaciones del desarrollo histórico de la moral, vinculada históricamente al análisis científico de las
relaciones y el comportamiento moral de los hombres en sociedad y a investigar, fundamentar y valorar
teóricamente el sistema de ideas, valores, cualidades, principios y normas morales”.
 Según Guséinov (1986) “La ética es la ciencia que trata sobre la moral (moralidad). Como filosofía de
la moral, se pregunta: por qué se consideran válidos unos comportamientos y otros no; compara las
pautas morales que presentan diferentes personas o sociedades, busca su fundamento y legitimación;
investiga aquello que es específico al comportamiento moral; enuncia principios generales y universales
inspiradores de toda conducta”.
En general, la Ética proporciona determinados principios fundamentales que esclarecen entre lo que es
correcto o incorrecto como: la Solidaridad, la equidad, no dañar a un ser humano, la eficiencia, la
responsabilidad del papel que hay que desempeñar, aceptar los efectos de nuestros actos, entre otros.
Pero de cada ámbito social y dentro de cada profesión o contexto toma diversas dimensiones, todas
ellas relacionadas con nuestra actuación y comportamiento ante la sociedad.
Ética de la Información
Antes de abordar este tema se ha de partir del concepto de ética profesional entendido como “aquella
ciencia normativa que estudia los deberes y los derechos de los profesionales con su entorno natural y
social". Martínez Rodríguez (2005) más adelante afirma “… el mérito, la eficiencia y la calidad de cada
tipo concreto de trabajo, de toda profesión depende, en última instancia, de cuan consecuentemente se
realicen en dicho trabajo los principios y valores morales generales y particulares”.
Para Capurro (2002), la ética de la información en sentido amplio abarca preguntas concernientes a
problemas éticos en el campo de los medios de masa y de la informática. En sentido restringido abarca
preguntas concernientes a problemas éticos en el campo de redes interactivas electrónicas (Internet).
Según este mismo autor, el concepto de ética de la información se remonta probablemente a la década
de 1970 cuando las computadoras comenzaron a utilizarse en el campo de la información científica y
surgieron nuevas interrogantes con respecto al almacenamiento y acceso a documentos de contenido
científico-técnico o a sus sustitutos (abstracts) coleccionados en bases de datos bibliográficas.
Cuando surgió Internet a comienzos de 1990 tuvo lugar una extensión del significado del concepto usado
hasta entonces de ética de la computación (computer ethics) al nuevo medio y se crearon al mismo
tiempo nuevos términos competitivos como el de ciberética (cyberethics) y ética de la información
(information ethics).
La ética de la información puede concebirse como una teoría descriptiva y emancipadora bajo
perspectivas históricas o sistemáticas: Capurro (2005).
 Como teoría descriptiva analiza las distintas estructuras y relaciones de poder que determinan la
actividad informativa en distintas culturas y épocas.
 Como teoría emancipadora se ocupa de la crítica al proceso de relaciones morales en el campo de la
información y comprende aspectos individuales, colectivos y universales.
Según Smith(1997), la ética de la información, es aquello que “trata todo lo relacionado con el uso y mal
uso de la información y que incluye: propiedad intelectual, acceso a la información libre o restringida,
censura, uso de información del gobierno, intimidad y confidencialidad, integridad de los datos, flujo
internacional de información, etcétera”. Y más adelante refiere … “la ética profesional, trata el
comportamiento profesional es decir, cómo se aplican los principios éticos a la toma de decisiones y
acciones de los profesionales de la información, cómo se desempeñan, elevan su prestigio y
competencia”.
Sobre esto Acosta Sánchez, Janeiro Hernández y Martínez Contrera expresan: “Es difícil establecer una
definición de ética para el trabajador de la información. Pero pudiera decirse que comprende las
acciones y decisiones morales relacionadas con la actitud profesional ante las actividades, problemas y
tendencias en el campo de las ciencias de la información. Ella sustenta la toma de la decisión correcta, la
determinación del beneficio en relación con el perjuicio; lo justo ante lo injusto y qué debe hacerse en el
contexto de la atención bibliotecaria de acuerdo con la disposición de hacer el bien”.
Quizás la definición de Ética bibliotecaria más precisa e la emitida por la Libraries Association, la ética
bibliotecaria es aquel saber que ayuda a los bibliotecarios a tomar decisiones prudentes y justas basadas
en valores morales, fundamentada en el discurso ético, acorde con la época y el contexto social. Pero no
sólo se puede ver la ética de la información vinculada solamente con la labor del bibliotecario, sino que
esto incumbe a otras muchas profesiones que también requieren del manejo ético de la información para
llevar a cabo todas sus operaciones, procesos y funciones, como pueden ser los Archivistas, Periodistas,
los Especialistas en Mercadotecnia, en fin muchos, para todos es muy importante el actuar bajo
determinadas normas, principios y conductas éticas donde tratar, manipular y difundir información
constituye su razón de ser.
El desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación y su implicación en la Ética.
Actualmente se vivencia un continuo desarrollo y explotación de las computadoras, las cuales cada día
se fabrican con mayores capacidades de almacenamiento y procesamiento, la fusión del proceso de la
información con las nuevas tecnologías de comunicación, así como la investigación en el campo de la
inteligencia artificial, ejemplifican el actual desarrollo definido como la era de la información, lo cual ha
traído aparejado serios problemas para el funcionamiento y la seguridad de los sistemas informáticos en
los negocios, la administración, la defensa y la sociedad en general.
El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), Internet y la digitalización de
la información, han facilitado el acceso y divulgación de la información rompiendo las barreras
geográficas, pero a su vez, han traído aparejados una serie de comportamientos ilícitos, o delitos
informáticos, así como problemas para los derechos de autor y la privacidad de la información.
En los últimos años se ha producido un incremento de los delitos relacionados con los sistemas
informáticos en los Estados Unidos, Europa Occidental, Australia y Japón, lo cual representa una
amenaza para la economía de esos países y para la sociedad en su conjunto. Han aparecido diferentes
tipos de crímenes computacionales, como los Data diddling (modificación de datos), Salami slicing (robos
de pequeñas cantidades de dinero), Phreaking (llamadas de larga distancia), Cloning (fraude del teléfono
celular usando escaners), Carding (robos de números de tarjetas de crédito en línea), Piggybacking
(robos de números de tarjetas de crédito espiando) y Spoofing (robos claves a través de página falsa de
login), entre otros.
Por otra parte, están los llamados sabotajes informáticos entendidos como todas aquellas conductas
dirigidas a causar daños en el hardware o en el software de un sistema que han evolucionado hacia
técnicas muy sofisticadas y de difícil detección que destruyen, ocultan o alteran los datos en los sistemas
informáticos, como por ejemplo, los Fraudes a través de computadoras, (creación de datos falsos o
alteración de datos en sistemas informáticos, con el objeto de obtener ganancias indebidas); las Copias
ilegales de software y espionaje informático (conductas dirigidas a obtener datos, ilegalmente, de un
sistema de información; la Infracción del Copyright de bases de datos, y la Interceptación de e-mail
(violación de correspondencia, e interceptación de telecomunicaciones).
También están los Hackers o piratas que roban información de computadoras estatales e instalan virus
informáticos para su posterior destrucción. Pero quizás el aspecto más negativo, dañino y abominable
producto del propio desarrollo de las TIC, es la distribución de Pornografía infantil por Internet.
En este sentido, muchos países están dictando leyes para el robo de datos, la obtención del acceso no
autorizado, la violación de los datos pertenecientes a los bancos, la intercepción de las comunicaciones,
las amenazas de dañar los sistemas computacionales y la difusión de virus.
Demás está decir que toda esta situación no admite dudas a un replanteamiento de la actuación
profesional en lo referido a la conducta ética, pues las TIC están revolucionando la propia forma de
actuar y vivir de las personas, la manera en que nos comunicamos, educamos y trabajamos, en fin todos
los aspectos de la vida humana. De ahí que han surgido nuevos valores y patrones de comportamiento
social.
Los principales problemas éticos aparecidos debido al propio desarrollo y utilización de las TIC y
especialmente de Internet y la World Wide Web, están referidos, entre otras cuestiones, a la privacidad,
el control y vigilancia en el lugar de trabajo, los derechos de propiedad intelectual, la seguridad
informática, el acceso y poder a los sistemas informáticos, la globalización y la responsabilidad moral y
profesional.
También hay otros factores del actual desarrollo mundial que acarrean serios cuestionamientos a los
valores y al comportamiento ético, tal es el caso de la Genética y la Biotecnología, donde es
imprescindible un control responsable y un replanteamiento de las concepciones éticas. Han aparecido
las llamadas fobias relacionadas con la tecnología, y los ordenadores, tal es el caso de las ciberfilias,
(actitudes que responden a la necesidad de incorporar el ordenador u otro tipo de aparatos como los
videojuegos, como elementos integrantes en nuestras vidas). El ordenador se ha convertido en el
paradigma ideal de toma de decisiones al ser rápido, fiable, capaz de absorber y manejar enormes
cantidades de información, es además una herramienta que expande y amplifica la capacidad intelectual
humana, delimitando a su vez el área de problemas que pueden ser racionalmente tratados.
Por lo que como expresan Fernández-Molina, Guimaraes, Vidotti, Flamino, Souza, Camargo, Silva,
Moreno, y Ramalho, en su trabajo Aspectos éticos de las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación, “… no podemos obviar que el uso de las nuevas tecnologías debe realizarse de acuerdo
con principios éticos que respeten la especificidad, la subjetividad y los valores culturales de cada
comunidad o nación”.
Retos para las Bibliotecas y Centros de Información
La ética más que un concepto representa un nuevo paradigma para el profesional de la información,
pues estos asumen una conducta ética al ser responsables moralmente ante sí mismos y ante la
sociedad en su conjunto, de ahí la necesidad de aplicar nuevos códigos y normativas relacionadas con la
formación y el accionar de estos profesionales. La ética moderna utiliza el término deontología para
aplicarlo a la vida profesional, considerando a esta como el conjunto de deberes, derechos y principios
consensuados para una profesión. Se ocupa de los deberes y obligaciones exigibles a todos los que
ejercen una misma profesión y facilita la formulación de un conjunto de normas y códigos que permiten
aunar las actuaciones con un sentido ético para dicha profesión.
Las bibliotecas realizan actividades y prestan servicios que contribuyen a la creación, y a la transmisión
de valores éticos aparejados a sus funciones promoviendo una serie de valores y favoreciendo el
desarrollo personal y social del individuo. Contribuyen a formar una conciencia política y social en el
usuario, son las encargadas de divulgar los logros de la ciencia y la técnica, y cumplen además una
misión social al orientar y capacitar al usuario en el manejo y aprovechamiento racional de los recursos
tecnológicos.
El profesional de la información en su accionar diario desarrolla una serie de valores éticos como:
Competencia profesional, Defensa del libre acceso a la información, Compromiso de lealtad con la
institución, Protección de los derechos de propiedad intelectual, Defensa y conservación del patrimonio
cultural, y Equidad e imparcialidad en su relación con los usuarios, entre otros.
Pero no todos aplican diariamente estos valores cometiendo una serie de faltas de ética en el uso de la
información, entre ellas: Rojas Mesa (2004)
• Se violentan claves para acceder a información que sólo es para suscriptores en Internet, la inspección
de servidores, redes, archivos de empresas o compañías.
• Se recupera y reproduce información situada en Internet que es sólo para suscriptores.
• Se disemina, de modo prematuro o sensacionalista, procedimientos cuya eficacia todavía no se ha
determinado y que carece de suficiente respaldo científico.
• Se publica y accede a sitios que promueven una serie de conductas delictivas (pornografía infantil,
propaganda racista, apología del terrorismo y la violencia, etc.).
• Se restringe o reserva información relevante para distribuirla según intereses personales.
• Se ofrece al usuario no lo más idóneo y relevante, sino lo más fácil de buscar y recuperar.
Según Margarita Pérez Pulido (1999), varias asociaciones y organizaciones han reaccionado ante estos
problemas llevando a cabo diferentes acciones como: preparación y distribución de códigos de ética para
orientar a sus profesionales y usuarios con respecto a dilemas éticos; realización de seminarios, talleres
y programas similares de capacitación para tratar de mejorar el comportamiento ético y creación de
mecanismos de protección para sus informaciones, publicaciones y software.
Los Códigos Éticos y Deontológicos de los Bibliotecarios
Etimológicamente el término Deontología equivale a “tratado del deber”, ya que está constituido por dos
palabras griegas: ‘deonto’, genitivo de deon, que significa deber y ‘logos’, discurso o tratado. Se aplica a
los deberes de una profesión. Es la ética aplicada a una disciplina. La Deontología representa los
principios, deberes y normas consensuados y acordados por un grupo profesional determinado. La
Deontología, se asocia a conceptos como ética y moral.
En general el código deontológico de cualquier profesión cumple funciones comunes como las de actuar
como un documento guía para marcar directrices, servir de evaluación pública de la profesión, socializar
la profesión, dignificar la profesión ante la sociedad, corregir comportamientos no éticos, y facilitar la
toma de decisiones en caso de conflictos, entre otras.
Para Pérez Pulido (2004), “El código de ética se considera la expresión escrita de la cultura corporativa
de una organización, y debe ser conocido y aplicado por todos los miembros que adquieren un
compromiso público de patrón de conducta como parte integrante del ejercicio profesional. La dirección
de la institución asume la competencia de transmitir el código deontológico y hacer efectivo su
cumplimiento utilizando los cauces formales e informales de comunicación”.
López Bombino (2002), establece que estos códigos “… se proponen, entre otros motivos, afianzar el
deber ser de la moralidad, además, justipreciar el valor conductual de los principios, valores y normas,
así como su peculiar importancia para el quehacer científico profesional”. Más adelante señala que “un
código de ética profesional se justifica también (….) porque hace referencia no sólo a las obligaciones,
sino también a sus derechos, a sus libertades, a sus deberes y a su carácter educativo, pues implica la
aceptación y el respeto por la profesión y por los (…) que la ejercen”.
La ética bibliotecaria se ocupa de la conducta del profesional y tiene como objetivo clarificar las
obligaciones y conflictos de una clase profesional que trabaja con la adquisición, procesamiento y
difusión de la información para los individuos y la sociedad en general.
En general, los códigos de ética constituyen una guía de conducta profesional, un conjunto de criterios y
pautas de comportamiento que garantizan la prestación de servicios óptimos para el cumplimiento social
que persigue la profesión. En el caso de los específicos de la profesión bibliotecaria, establecen las
responsabilidades, regulan los derechos, los deberes y la conducta de los bibliotecarios entre sí, consigo
mismos y con otros profesionales, así como sus relaciones con la sociedad y las instituciones en las que
prestan servicios.
Cronología de los códigos éticos de nuestra profesión
A continuación se muestran en una tabla cronológicamente algunos códigos éticos bibliotecarios de
diferentes países con sus principales características.
Sobre la clasificación de los códigos deontológicos Frankel (1989) establece una triple tipología, a partir
de la cual los divide en aspiracionales, educacionales y disciplinarios. Pero generalmente, los códigos
son de tipo educacional ya que tratan de ofrecer un conocimiento de los valores de la profesión y su
comprensión a través de comentarios o interpretaciones.
Este mismo autor alerta sobre los aspectos negativos que pueden tener los códigos deontológicos entre
ellos: pueden ser excesivamente rigurosos, pueden convertirse en una lista de reglas, pueden servir
como evaluación pública de la profesión, pero pueden conllevar a una mala reputación social si no se
aplican correctamente. Además pueden contribuir a una práctica errada entre profesionales noveles y
por último, pueden fomentar el corporativismo si se protege mucho el estatus.
Breve reseña de los Códigos de Ética en Latinoamericana
En este trabajo se revisaron los Códigos de Ética para la profesión Bibliotecaria de 8 países
latinoamericanos, entre ellos:
1. Código de Ética Profesional Colegio de Bibliotecarios de Costa Rica.
2. Código de Ética Colegio de Bibliotecarios de Chile.
3. Código de Ética del Profesional Bibliotecario de Argentina.
4. Código de Ética de la Asociación Nicaragüense de Bibliotecarios y profesionales Afines (ANIBIPA).
5. Código de Ética del Colegio de Bibliotecólogos de Perú.
6. Código de Ética de los Profesionales de la Bibliotecología. Instituto de Investigaciones Dr. José María
Luis Mora de México.
7. Código de Ética de la Asociación Cubana de Bibliotecarios.
8. Código de Ética de la Sociedad Cubana de Ciencias de la Información, este último para profesionales
de la información
Un primer nivel de análisis, permitió detectar la poca uniformidad en lo referido a su estructura interna,
pues no todos contemplan los mismos aspectos, en muchos casos se reiteran cuestiones y en otros se
omiten como por ejemplo, las sanciones no se contemplan de igual forma en la mayoría de los códigos
estudiados como muestra, en algunos aparece como Observancia del código y sólo en los de Nicaragua,
Costa Rica y Perú, se aborda como un acápite independiente.
En general se observan principios comunes incluidos en la primera parte de todos los códigos, unas
veces como normas generales y otras como principios, es decir que de una forma u otra contemplan los
mismos aspectos.
En cuanto al tema de los honorarios profesionales, sólo es contemplado en el Código de Argentina. Algo
muy significativo es la variedad observada en la cuestión de los deberes y derechos del profesional, pues
lo mismo aparecen como deberes de la profesión que como deberes consigo mismo, además
marcadamente en el código de Argentina se incluye un acápite dedicado al funcionario y/o empleado del
estado y del sector privado, que bien pudiera estar en otros códigos del área, excluyendo Cuba por sus
características sociopolíticas.
Otro de los aspectos de la estructura interna de los mismos que más se reitera es el dedicado a las
relaciones con otros colegas de su profesión y con los usuarios, unas veces aparecen de manera
separada y otras se reiteran las relaciones con los usuarios en las relaciones del profesional con la
sociedad, entendidas las relaciones en unos casos como deberes y en otras como funciones.
Es destacable el vocabulario empleado en las secciones que aparecen en el código de los Profesionales
de la Bibliotecología del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora de México, pues los
términos empleados están más acordes con el desarrollo actual alcanzado por esta profesión, así se
reflejan palabras como: acceso a la información, imparcialidad y objetividad, respeto a la
confidencialidad, respeto y orgullo por la profesión, profesionalización de la disciplina y respeto a la
integridad de los colegas, entre otras.
Análisis de los Códigos Cubanos
Un segundo nivel de análisis se realizó con los códigos cubanos, el de la Asociación Cubana de
Bibliotecarios y el de la Sociedad Cubana de Ciencias de la Información, este último para profesionales
de la información, los cuales presentan una estructura diferente al resto de la muestra analizada y a
juicio de la autora de este trabajo, debía existir un código único, que abarcara a los profesionales de la
Bibliotecología, la Archivología y las Ciencias de la Información y no dos independientes como están
actualmente.
El código de la Asociación Cubana de Bibliotecarios, dentro de los lineamientos generales contempla los
deberes con la sociedad, está muy completo y adecuado a las condiciones culturales, sociales y políticas
de nuestro país, sin dejar de contemplar su contextualización internacional. Pero llama la atención que
no aborda ningún aspecto referido al papel del bibliotecario como docente y formador dentro de la
profesión.
El código de la Sociedad Cubana de Ciencias de la Información resulta muy breve en su contenido y
poco específico, no contempla las relaciones con los usuarios/clientes, en el sentido ético y cortés de las
mismas, no refiere en el accionar del profesional, sus labores como educador y formador de nuevos
profesionales, y tampoco se evidencia de manera clara su papel como investigador e impulsor del
desarrollo de su profesión.
Estos dos últimos códigos pudieran utilizar un lenguaje más acorde a los requerimientos actuales para
esta profesión pues no incluyen el comportamiento a seguir ante las tecnologías de la información, los
nuevos servicios y productos de información, la aplicación de técnicas informétricas y/ o bibliométricas, la
realización de estudios de la web, la manipulación de la información digital, y la calidad y excelencia en
el servicio al usuario/ cliente, entre otras.
Todos y cada uno de los códigos referidos anteriormente muestran aspectos comunes y diferentes,
coincidiendo así con Bermello Crespo, (2002) quien al realizar un análisis comparativo de 12 códigos de
ética de diferentes regiones en el mundo, determinó que los aspectos más recurrentes en los mismos,
son: las obligaciones con los usuarios, con la profesión, con la Información, la protección a la
confidencialidad respecto a los usuarios y con la información consultada; mantener un alto nivel
profesional; no anteponer los intereses privados a los de los usuarios; garantizar el acceso a la
información pública; proporcionar información completa, objetiva e imparcial; y mantener relaciones con
los colegas basadas en el respeto y la colaboración.
Este mismo autor más adelante refiere que la esencia de las ideas representadas en los códigos
estudiados pudiera resumirse en “Las obligaciones con los usuarios son el deber primario de los
bibliotecarios y para cumplirlas adecuadamente han de implementar servicios de la más alta calidad, que
garanticen el acceso a la información pública sin restricciones”… “En sus relaciones con los usuarios
deben tener un trato correcto y cortés, proporcionándoles información completa, objetiva e imparcial”...
“Los bibliotecarios no aplicarán tratos discriminatorios a los usuarios por el color de la piel, sexo, credo u
otras diferencias y se opondrán a la censura y a las restricciones a las libertades individuales”… “Sus
convicciones personales no deben interferir en sus obligaciones y no antepondrán sus intereses privados
a los de los usuarios, colegas o la institución empleadora”.
Referido a los aspectos comunes que abordan los diferentes códigos deontológicos emitidos por varias
organizaciones y organismos gubernamentales, Pérez Pulido (2004) en su trabajo Códigos de ética de
los bibliotecarios y otros profesionales de la información: comentario y análisis comparativo, hace un
amplio examen de los valores éticos que aparecen en dichos códigos entre ellos:
• Estimular el desarrollo cultural
• Proteger la herencia cultural
• Proveer acceso a la memoria colectiva
• Brindar acceso a la información a las minorías étnicas y preservar las culturas étnicas como valor de la
Nación.
• Guardar la privacidad y confidencialidad de los datos.
• Trabajar por el derecho a la información y al libre acceso a la misma
• Reconocer y respetar los legítimos derechos de autor
• Formación del profesional
• Contribuir al avance de la profesión
• Mantener y estrechar relaciones con otros colegas y cooperar con otras instituciones
• Respetar a todas las personas que forman parte de la profesión
• Dignificar la profesión
• Trabajar por la calidad del servicio ofrecido.
• Asegurar la integridad de la institución y colaborar en sus objetivos.
• Alcanzar la Excelencia profesional,
• Aplicar las nuevas tecnologías de información
• Mantener relaciones de cordialidad y respeto con los clientes/usuarios.
Luego de todo este análisis, quedó evidenciado que aspectos tan sensibles y actuales como Internet, el
trabajo en las redes de información, la Biblioteca virtual, la manipulación de la información virtual, las
conductas delictivas en la web, y los Derechos de autor, entre otros, prácticamente no aparecen
reflejados en los códigos. Se coincide plenamente con Fernández-Molina y otros (2005) en que “Las
cuestiones éticas surgidas por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación tienen su
reflejo directo en las actividades de organización y representación del conocimiento, haciendo necesaria
una creciente familiarización de los profesionales de la información con esas tecnologías, no sólo con los
aspectos técnicos sino también, y no en menor medida, con los principios éticos y sociales que deben
guiar el uso de tales tecnologías”.
Consideraciones finales
Nunca antes la labor del bibliotecario se ha visto tan involucrada en situaciones de riesgo que amenazan
el resultado de su trabajo desde el punto de vista ético, pues constantemente está expuesto a los
peligros del uso indebido de las tecnologías de la información y la comunicación como herramientas de
su profesión. De ahí que está llamado a jugar nuevos roles entre los que ocupa quizás el primer renglón,
la aplicación de los principios éticos de su profesión.
Los códigos de ética para los trabajadores de la información constituyen una declaración de los
principios éticos para su ámbito de desempeño. De una forma u otra y según las características y los
intereses de la profesión bibliotecaria, en cada país, incluyen aspectos referidos al acceso público a la
información, a la protección de los derechos de propiedad intelectual, al compromiso y lealtad con los
objetivos de la institución, al proceder, amable de mutuo respeto y confianza para los nuestros
usuarios/clientes, a la solidaridad y el estrechamiento de los vínculos profesionales con otros colegas, a
la protección y defensa de los patrimonios culturales, a la superación constante, y a la excelencia en su
profesión.
Independientemente del país o la región en que han sido concebidos la mayoría de los códigos
deontológicos abordan las cuestiones relacionadas con la ética de la profesión y no toman en
consideración los aspectos éticos relativos a la organización y representación del conocimiento.
Luego de la revisión de toda la bibliografía consultada, se pudo constatar que no existe una norma
internacional o un estándar reconocido para la confección de los códigos de ética para la profesión del
bibliotecario a nivel internacional, sino que en cada país tienen sus propias peculiaridades, estructuras y
aspectos comunes y en ocasiones reiterativos y hasta contradictorios.
Referencias bibliográficas
Acosta Sánchez, I, Janeiro Hernández, J, y Martínez Contrera, A. Ética del profesional de la información.
El reclamo ético de nuestra profesión: El código de ética del trabajador de la información. . [s.l.]: [s.e.];
[199?].
Bermello Crespo, L. (2002) Análisis comparativo de 12 códigos de ética bibliotecaria. 6 p. En: Memorias
del Congreso Internacional de Información, INFO’ 2002, abril 12-16, 2002 [CD ROM].
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