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UNA NUEVA CONSTITUCIÓN HONDUREÑA:
EL PREÁMBULO
Parte II
La historia de la resistencia política hondureña, como se ha expresado
en otros trabajos de esta naturaleza, tiene cuatro momentos
históricos fundamentales y que pertenecen a la lucha del pueblo
hondureño por su libertad, por la justicia y por su soberanía.
Esos cuatro momentos son:
a. La Insurrección de Lempira.
b. La revolución morazanista
c. .La huelga del 54
d. La Resistencia Nacional contra el golpe de Estado.
Se han caracterizado estos momentos históricos, porque el pueblo ha
sido el protagonista en forma masiva, beligerante y transformadora.
Son los momentos más lucidos del pueblo en la lucha de masas, dado
que han sido conducidos por una utopía sin precedentes en cada
etapa.
En el primer movimiento, la indigenidad (algunos autores utilizan la
palabra indianidad, aún cuando para Severo Martínez, el indio es el
indígena sometido) hondureña se alzó en armas contra un ejército
invasor español, es famosa una frase que la historia registra de
Lempira contra las propuestas de Alonso de Cáceres: no quiero
saber de otro rey, de otras leyes y otras costumbres. Algunos
historiadores se apartan de la historia de Lempira que contó el
Cronista español Antonio de Herrera y asumen la versión de un
soldado llamado Rodrigo Ruiz, a través de un documento de
probanza, en el cual este último reclama al rey derechos de
Encomienda.
Pero este no es el punto de partida, si no, la insurrección que describe
otro historiador hondureño Longino Becerra, mediante su trabajo
“Lempira: Héroe Nacional”, dice así: “Como Lempira observó el
sacrificio de numerosos caciques de la región, dispuso hacer una
encarnizada resistencia. Por ello convocó a cerca de 200 pueblos,
entre los que se encontraban las tribus de los Cares, enemigas de los
cerquines por tradición y quienes, ante el peligro común, aceptaron la
unidad para enfrentarse al ejército español. El Cronista Antonio de
Herrera, dice lo siguiente sobre esta unidad indígena: “para esta
guerra se pacificó y confederó con los Cares, sus enemigos: junto los
hombres de más de 200 pueblos, y de señores y caballeros conocidos,
tenía más de dos mil”.
Históricamente entonces, la primera gran movilización popular de
Honduras tiene como referencia la insurrección de Lempira en 1537,
cuando los indígenas hondureños le hicieron frente a los
conquistadores españoles. Es en este momento cuando nace el
principio de soberanía nacional, de libertad, de independencia y de
justicia.
El segundo gran momento es el referido a la revolución morazanista.
Tal como así lo califica el mismo Longino Becerra quien ante la vida,
obra y pensamiento de Francisco Morazán (Evolución Histórica de
Honduras, 10a edición, 1994, Baktún Editorial, Tegucigalpa
,Honduras, página 110 y subss), expresa: “La revolución democrático
burguesa impulsada por Morazán con una gran decisión involucraba
todo un programa contra la aristocracia feudal, el clero recalcitrante y
el colonialismo inglés. Pero este gran esfuerzo tropezó con dos
grandes obstáculos para alcanzar los objetivos más altos: la
resistencia encarnizada de las clases dominantes y la falta de una
burguesía suficientemente fuerte para abrir la posibilidad de que, a
los triunfos militares del gran estratega, se unieran también las
victorias económicas. Lo primero obligó a Morazán a mantenerse en
constante movilización , sin contar con la necesaria calma para llevar a
cabo las transformaciones previstas en su programa.. Lo segundo
determinó que fuera completamente imposible consolidar el proceso
revolucionario y, de esta manera, impedir el retorno del
oscurantismo.”
Como se puede observar, Morazán fue un hombre superior a su
tiempo, su recorrido por Centroamérica, al mando del ejército Protector
de la Ley, logró que la Federación Centroamericana, acompañada
por patriotas como el salvadoreño Mariano Prado; el hondureño
Dionisio de Herrera, los guatemaltecos José Francisco Barrundia,
Pedro Molina y Mariano Gálvez, desde los gobiernos revolucionarios
de sus tierras, respaldaran los intentos morazanistas de Consolidar el
más grande sueño de un Centroamericano: la Federación.
El asesinato de Francisco Morazán en Costa Rica fue el más grande
éxito de los conservadores centroamericanos, y al morir el gran
Paladín, su sueño que es el sueño de los pobres, fue truncado
históricamente. Sin embargo las medidas tomadas en su tiempo
coadyuvaron para la transformación social de la época:
a. Estímulo al comercio, la inversión y las leyes hacendarias.
b. Libertad de imprenta.
c. Libertad de cultos
d. Educación pública
e. Base jurídica y exclusividad del matrimonio civil. Divorcio
f.
Abolición de los diezmos
g. Nuevos códigos penales
h. Inicio de negociaciones con grupos holandeses para la
construcción del canal interoceánico por Nicaragua.
El tercer gran movimiento de Resistencia que impacta la vida social
y económica de Honduras, es la huelga de 1954.
La huelga de 1954 es un movimiento popular que moviliza 25.000
obreros, en el seno de las empresas bananeras, centro neurálgico de
la economía y la política hondureña.
Los 69 días que estremecieron la economía y la política vernácula,
constituye una épica hazaña que protagonizan los obreros y que
reivindica la clase popular de Honduras. Tomás Erazo Peña, dice lo
siguiente, acerca de este gran movimiento popular:
Entre el 1ro y el 2 de mayo de 1954, los trabajadores bananeros de
Honduras se fueron a una huelga que, después de una semana,
cubriría el país en un gran alzamiento que involucraría a casi la
totalidad de los trabajadores del país. Nunca los huelguistas se
imaginaron que estaban partiendo la historia de Honduras y formando
un movimiento social sin precedentes.
Para entender este fenómeno, hay que recordar lo que eran los
monopolios bananeros que, como la Unidad Fruit Co. y la Standard
Fruit Co., no sólo dominaban la economía de Honduras y el Caribe,
sino que eran un "Estado dentro del Estado", ponían y quitaban
presidentes, controlaban el Congreso Nacional, y las leyes estaban a
su servicio. Los trabajadores sufrían una explotación sin limites, no
gozaban de ningún derecho laboral o social. El país estaba sometido
desde hacia 25 años a una terrible dictadura que no permitía
libertades políticas y no habían elecciones.
Los sindicatos y toda organización social habían sido disueltos al
nomás llegar al poder político de Honduras el general Tiburcio Carias
Andino. Lo mismo acontecía con los partidos políticos, en particular el
Partido Comunista de Honduras de gran influencia entre los
trabajadores bananeros. (Honduras: A 50 años del alzamiento popular
de 1954).
Este movimiento, aún deja sentir sus huellas en la vida política, social
y económica de Honduras, cualquier desarrollo de las conquistas de
los trabajadores hondureños está signada por la gran huelga de 1954
y sus consecuencias políticas en la Honduras actual.
Todo reformismo posterior a este poderoso movimiento popular está
afincado en línea de acción histórica del siglo XX.
Veamos algunas consecuencias:
a. 1955: derecho del sufragio a la mujer
b. 1956: creación del día internacional del trabajador
c. 1957: otorgamiento de la autonomía universitaria a la UNAH.
d. 1957: creación del Instituto de la Vivienda (INVA)
e. 1957: creación del Patronato Nacional de la Infancia.
f. 1958: creación del Instituto Hondureño de Seguridad Social
g. 1958: otorgamiento de la Paridad Estudiantil a la UNAH.
h. 1959: Ley del Seguro Social
i.
1959: ley del Código del Trabajo
j.
1961: Creación del Instituto Nacional Agrario (INA)
k. 1961: Ley de Reforma Agraria
La huelga del 54, es posiblemente, el movimiento popular de mayor
envergadura de la época contemporánea, misma que sólo podría ser
superada por un movimiento político que condujese a la creación de
un Nuevo Estado, a una nueva constitución, a través de la Asamblea
Nacional Constituyente, siguiendo la ruta trazada por Lempira y la
insurrección nacional de 1537 contra los conquistadores españoles; la
revolución morazanista calificada por Longino Becerra como una
revolución democrático burguesa; la Huelga del 1954, la pequeña gran
revolución hondureña que transformó las estructuras del aparato
estatal burgués.
Este movimiento político se llama Frente Nacional de Resistencia que
involucra a todos los hombres y mujeres que están convencidos, a
partir del 28 de junio del año 2009, de que una nueva historia se está
escribiendo en Honduras, la historia de la revolución popular de la
década del 2010 en adelante.
Este cuarto momento de la Historia del a resistencia Hondureña, se
está produciendo precisamente al inaugurar la segunda década del
siglo XXI.
Un resumen muy sucinto de este movimiento nos arrojaría lo siguiente:
1. El gobierno de Manuel Zelaya Rosales que inició el 27 de enero de
2006 reivindicó la clase obrera, campesina y en general las capas
medias con medidas políticas y sociales que constituyeron para los
poderosos magnates de la economía nacional un aldabonazo a sus
intereses de ultra-dominación de la economía y la política hondureña.
El gobierno de Manuel Zelaya Rosales, el presidente de los pobres, el
guía ideológico de la revolución pacífica nacional, puso al país en la
comunidad internacional en términos de dignidad, de orgullo y de
compaginación con los movimientos constitucionalistas revolucionarios
del continente americano. Posiblemente, después de la legendaria
figura de Francisco Morazán, no haya existido un gobernante y líder
nacional, que pusiera al día las utopías populares a la altura de sus
perspectivas concretas de poder político. El corto gobierno de Mel
Zelaya, como Presidente Constitucional, que hace finalizar la primera
década del siglo XIX, con los datos estadísticos más halagadores para
el desarrollo social hondureño, mostró a la clase popular las reales
perspectivas de alcanzar el poder mediante una lucha inquebrantable
plena de principios democráticos sin precedentes en el siglo XX.
2. El golpe de estado del 28 de junio, evidenció que la derecha
internacional comandada por el Departamento de Estado
norteamericano, no está dispuesta a ceder un ápice de lo que
considera su territorio feudal, en cuya cabeza se yergue el enemigo
número uno de los pueblos latinoamericanos: el imperio yanqui. De allí
la cruenta guerra de baja intensidad que se libra en contra del pueblo
hondureño en resistencia.
3. El día 28 de junio de 2009, se fundó el más poderoso de los
movimientos populares que haya registrado en la historia nacional
desde el siglo XX. Los mártires y los líderes que conducen este
movimiento vislumbran con claridad cual es el destino del pueblo y
cuál es el método de lucha hacia la conquista del poder popular.
4. Las clases populares han aceptado el reto de organizar un
movimiento político que satisfaga los sueños, anhelos y esperanzas de
un pueblo en lucha, un pueblo de pie, y un pueblo que se prepara
para la victoria. Y como dice Oscar Figueroa del PCV, “el camino es
duro, pero es el camino”, desde esa perspectiva se percibe a la
distancia toda una fase de lucha y de trabajo arduo y sordo. El año del
arranque de esta lucha ya organizada en un Frente amplio es el año
de 2010.
5. Lempira, Morazán, Cabañas, Del Valle y de más héroes alumbran
el movimiento popular del Frente nacional de Resistencia.
Esta fase de la lucha sigue su camino y se espera que los frutos sean
para mañana, la mies que satisfaga el anhelo de un pueblo por su
libertad total e incondicional.
Los cuatro momentos de la historia del movimiento popular en
Honduras, representan el paradigma de la historia del pueblo
hondureño en su lucha por la soberanía, la justicia y la equidad, en
tanto complemento de los primigenios derechos humanos.
Estos momentos históricos constituyen el contexto de las asambleas
constituyentes que le dieron a Honduras las reales perspectivas de su
completa liberación.