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Lic. Teresa Chueca García Pye
CNP 5817
CUANDO LA TEMPERATURA SUBE…
Este año, el verano está más intenso que nunca; y según declaraciones del SENHAMI
estaremos con estas altas temperaturas hasta finales de abril.
El calor nos hace sudar, lo que es muy importante para enfriar al cuerpo, pero esto significa
que también perdemos electrolitos.
¡No esperes a tener sed! Toma agua durante todo el
día para evitar la deshidratación y agotamiento.
Puedes usar el color de tu orina como guía, mientras
más clara mejor. También, los jugos naturales de
frutas, sin azúcar añadida, nos ayudan a mantener la
hidratación y nos dan nutrientes para mantenernos activos durante un día caluroso. Tratemos
de evitar jugos envasados, y de ser el caso, fijémonos en la etiqueta que sean de 100% jugo y
sin azúcar añadida.
En esta estación del año, debemos darle un poco más de prioridad a las frutas y verduras que
son ricas en potasio (mineral que ayuda a balancear los líquidos y minerales en el cuerpo).
¿Cuáles son? Las siguientes tienen un alto contenido de agua, electrolitos y antioxidantes que
nos protegen del sol:
FRUTAS Sandía: 95% de agua, Fresas: 92% de agua, Durazno: 88% de agua, Naranja: 87% de
agua, Piña: 85% de agua, Cerezas: 82% de agua.
VERDURAS Pepino: 96% de agua, Lechuga: 96% de agua, Apio: 95% de agua, Tomate: 94% de
agua, Coliflor: 93% de agua, Pimiento: 93% de agua, Espinaca: 93% agua, Zanahoria: 87% de
agua.
La mejor forma de comer las frutas y verduras es en su
estado natural o jugos que no tengan ningún tipo de
conservante. Aquellas que necesiten cocción, pueden
hervirse en poca cantidad de agua y/o utilizar esa agua, para
aprovechar al máximo los nutrientes.
A pesar que estos alimentos nos dan muchos beneficios, al
estar en contacto con la tierra y el medio ambiente cuentan
con una gran contaminación por venenos y químicos para
plagas, además de insectos, suciedad y bacterias.
Para evitar enfermedades, primero debemos lavarlas bien. No importa que tengan cáscara, de
preferencia refregar con un cepillo. No debemos retirar los cabos o tallos antes de lavarlas, y
lavar las hojas una por una.
Para desinfectarlas, una vez lavadas, debemos sumergirlas completamente por 20min.
Podemos optar por:
Vinagre: A un recipiente con 1L de agua, agregar una taza de vinagre blanco. Ningún parásito o
bacteria podrá resistir.
Bicarbonato de sodio: Diluye una cucharada sopera de bicarbonato en 1L de agua. Es un
desinfectante natural y capaz de eliminar todas las bacterias.
Lejía: Diluye sólo 5 gotas por 1L de agua. Es muy importante no pasarse de esta cantidad ya
que puede ser tóxico.
Luego de desinfectarlas debemos lavarlas muy bien con agua fría y corriente para quitar
cualquier resto del desinfectante seleccionado.
El congelador es uno de nuestros electrodomésticos favoritos, y más en verano. Este
maravilloso artefacto nos permite almacenar por meses (dependiendo de la temperatura)
muchos alimentos, como carne, pollo y pescado, que de otra forma se echarían a perder muy
rápido. Cuando llega la hora de utilizar estos alimentos, una primera opción puede ser
cocinarlos directamente, del congelador a la sartén u olla. Esta opción es válida pero muchas
veces nos resulta en carnes aguachentas que pierden calidad y sabor. Entonces, lo ideal es
descongelar previamente los alimentos. Pero, ¿Cómo? Debemos tener mucho cuidado al
descongelarlos ya que algunos métodos, como dejarlos en el mostrador todo el día, pueden
ocasionar enfermedades estomacales.
IDEAL: El refrigerador
Digamos que tienes planeado qué cocinar para el almuerzo o cena de mañana, la mejor y
absolutamente más segura manera de descongelar la carne será en la refrigeradora. Esto
permitirá descongelar la carne a una temperatura constante por debajo de la temperatura de
riesgo (5° C) para el crecimiento de bacterias malignas. Simplemente debemos colocar la
carne, ya sea en su envase de plástico o retirado, cubierta en un plato o recipiente en el
refrigerador. Al día siguiente se encontrará perfectamente descongelada y lista para usarse.
AL MOMENTO: Agua fría
Más que a menudo, la situación es la siguiente: Llegamos a casa y la necesidad de tener la
comida en una o dos horas no nos da la posibilidad de utilizar el
refrigerador como método para descongelar. ¿Qué hacemos en
estos casos? Lo ideal es colocar la carne en una bolsa ziploc y
sumergirla en un tazón grande con agua fría del caño. El tiempo
que necesites dependerá del tamaño de la carne. Salchichas,
pechuga de pollo sin hueso, cortes finos de carne, etc se
descongelarán dentro de una hora. Descongelar cortes más
grandes tomará de 2 a 3 horas y habrá que cambiar el agua cada
hora para asegurar que se mantenga fría. Si cambiaste de planes
y ya no quieres la carne que estabas descongelando, asegúrate de cocinarlo antes de ponerlo
en la congeladora o refrigerar, para evitar la descomposición. IMPORTANTE: Nunca
descongeles con agua caliente. Esto ocasiona que las capas externas estén por mucho tiempo
a la temperatura perfecta (5° C a 60° C) para el aumento de bacterias malignas.
SITUACIÓN DE EMERGENCIA: Microondas
El microondas, ofrece el método más rápido de descongelación segura. Sólo debemos retirar el
plástico, colocar en un plato limpio y consultar la capacidad de “Defrost” de su microondas. A
pesar que la mayoría de microondas viene con opciones de ajuste según el tipo y peso de
carne, éstos pueden producir una textura gomosa durante el proceso de descongelación. Para
asegurar que esto no suceda, debemos revisar la carne cada 45 segundos para controlar el
proceso. Al igual que con el método de agua fría, cualquier carne descongelada en microondas
debe cocinarse antes de ser refrigerada o congelada nuevamente.
Recordemos que en esta época del año todo se descompone de manera más rápida. Tengamos
cuidado cuando comamos en restaurantes y evitemos pedir alimentos que bajo un mal manejo
puedan causarnos infecciones estomacales como pescado, mariscos, verduras crudas y
alimentos a base de huevo o leche como mayonesas.