Ley divina
Ley divina o ley de Dios es un concepto teológico-jurídico, presente especialmente en el pensamiento escolástico, que denomina a las leyes que no dependen de los hombres, sino de Dios.A diferencia de la ley humana, el hombre no puede cambiarla. No debe confundirse con el concepto de ley natural, también inmutable, pero a la que, al contrario de la ley divina, puede accederse por la razón humana. Tampoco debe confundirse con el concepto de ley eterna, que es eterna e infinita como Dios, y por tanto también se escapa al conocimiento humano.En la definición de Tomás de Aquino (De lege), la ley de Dios proviene únicamente de la Revelación a través de las Sagradas Escrituras (ley bíblica, como por ejemplo, los Diez Mandamientos y otras prescripciones que aparecen en la Biblia); por tanto es accesible al hombre, y su observancia es necesaria para la salvación.En otras religiones distintas al cristianismo existen conceptos similares, aunque de aplicación muy diferente: la sharia y el conjunto de prescripciones del islam (extraidas no sólo del Corán, sino también del Hadiz y otras fuentes) o la halajá, el mitzvá y el conjunto de prescripciones del judaísmo (extraidas de la Torá y el Talmud).El pensamiento cristiano da gran importancia al momento histórico de la Redención por cuanto establece una ""nueva ley"", ""ley evangélica"" o Ley de Cristo que supera la ""antigua ley"" o Ley de Moisés; entendidas también en términos de ""alianza"" entre el hombre y Dios (nueva alianza y antigua alianza). En un lenguaje de origen medieval, que ha quedado obsoleto, el término ""ley"" se utilizaba como sinónimo de ""religión"" (pero con un fuerte sentido identitario étnico y consecuencias jurídicas y políticas en las distintas comunidades -aljamas en los reinos cristianos peninsulares-) para diferenciar a los seguidores de la Ley de Cristo, la Ley de Moisés y la Ley de Mahoma.