La remodelación de Berlín iniciada tras la reunificación alemana en 1990, ha hecho de la ciudad un gran terreno en obra. Las grúas dominan el paisaje y muchos edificios han sido renovados. Ello se debe a la división sufrida por la ciudad durante cuatro décadas después de que estuvo ocupada por los ejércitos que derrotaron a la Alemania Nazi en 1945 al final de la Segunda Guerra Mundial. El grado de destrucción de la ciudad alcanzó el 50%. El muro de Berlín que dividía la ciudad y la separaba del resto de la República Democrática Alemana (RDA) dejó una franja no urbanizada donde se adelanta la intervención urbanística y arquitectónica más ambiciosa.