En la moral católica, un pecado venial es más grave que una falta y menos grave que un pecado mortal. El cometer un pecado venial no rompe la relación con Dios, aunque sí la debilita [cita requerida]. Quien no lucha contra estos pecados se hace más vulnerable al pecado mortal [cita requerida].El pecado venial, también llamado pecado leve, es una negligencia, tropiezo o vacilación en el seguimiento de Cristo [cita requerida]. El cometer pecados veniales añade tiempo de purgatorio [cita requerida]. En la confesión no hay obligación de culparse por los pecados veniales (en contra de los mortales) [cita requerida].