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EL DICCIONARIO DE FILOSOFÍA DE JOSÉ FERRATER MORA:
ANATOMÍA DE UNA HERRAMIENTA HISTÓRICO-FILOSÓFICA
Por Roberto Dalla Mora
Universidad Autónoma de Madrid
Departamento de Antropología Social y Pensamiento Filosófico Español
[email protected]
[email protected]
Resumen
El Diccionario de filosofía de José Ferrater Mora es una obra clave para la comprensión de
la historia del pensamiento en lengua española y de la tradición filosófica catalana.
Es sobre todo gracias a esta monumental labor que Ferrater es hoy en día el pensador catalán
más importante de la segunda mitad del siglo XX y uno de los pensadores españoles
contemporáneos con más proyección internacional.
El éxito que el Diccionario de filosofía tuvo en los círculos académicos, si por un lado fue
razón de orgullo por su autor, por el otro acabó dejando en sombra otras de sus obras filosóficas,
periodísticas y artísticas, fundamentales a la hora de comprender la evolución tanto de su
pensamiento como del contexto filosófico iberoamericano.
Después de varios años durante los cuales fue normal trazar una equivalencia entre el
nombre de Ferrater y su obra más conocida, a partir de la década de los ochenta han aparecido los
primeros trabajos dedicados al análisis e interpretación del pensamiento de Ferrater y los
investigadores han recuperado el lado más propiamente filosófico del catalán –sus reflexiones
ontológicas, éticas y estéticas y sobre lógica y filosofía del lenguaje-. Sin embargo, conforme el
pensamiento de Ferrater iba mostrándose en toda su complejidad y actualidad, se ha comenzado a
1
dejar de prestar atención al significado y al valor intrínseco que el Diccionario ha tenido en la
trayectoria intelectual de su autor, llegando hasta el extremo de que hoy en día se suele hacer
referencia sobre todo al carácter enciclopédico de esta obra, considerada más un obstáculo que una
herramienta para la comprensión del pensamiento del catalán.
Con este trabajo pretendemos situarnos en una posición intermedia, sin considerar en ningún
momento a Ferrater como autor solamente del Diccionario de filosofía mas no olvidando la
importancia que esta obra tuvo en su trayectoria intelectual.
Por ello, empezaremos reconstruyendo la historia del Diccionario de filosofía, destacando su
importancia en el contexto de la labor intelectual llevada a cabo por Ferrater durante su exilio y
también resaltando el entusiasmo que algunos protagonistas del panorama filosófico en lengua
española manifestaron con ocasión de la aparición de la primera edición de esta obra en 1941.
También, queremos señalar algunas cuestiones todavía poco o nada conocidas, definiendo el
contexto en el que nació la idea de redactar un diccionario filosófico de referencia en lengua
española, por entonces una urgencia en el panorama filosófico iberoamericano.
A lo largo de esta primera parte haremos referencia a los resultados de algunas
investigaciones recientes sobre las editoriales que idearon el proyecto de la primera edición del
Diccionario de filosofía y se ocuparon de llevarlo a cabo, lo cual, entre otras cosas, arroja luz sobre
la red intelectual que rodeaba a Ferrater durante sus primeros años de actividad. También
utilizaremos los resultados de un reciente trabajo de archivo sobre el epistolario del filósofo, que
sacan a la luz elementos clave para comprender su metodología de trabajo.
Una vez contextualizado el Diccionario de filosofía y haber reconstruido su historia
editorial, en la segunda parte del trabajo queremos averiguar hasta qué punto esta obra puede ser
utilizada como una herramienta de análisis histórico-filosófico. Si en efecto tenemos en cuenta su
evolución a lo largo de más de 35 años y su significado global dentro de la trayectoria intelectual de
su autor, podemos considerla una especie de brújula para orientarnos a la hora de investigar tanto la
obra de Ferrater Mora como el contexto en el cual estuvo activo.
2
A manera de ejemplo, utilizaremos el Diccionario de filosofía para aclarar una cuestión que
queda todavía pendiente dentro de los estudios ferraterianos: la de la génesis del pensamiento de
Ferrater.
Con la ayuda del Diccionario de filosofía nos proponemos aquí revisar las teorías según las
cuales Ferrater habría sido influído, de manera no bien definida, por parte de autores, corrientes y
escuelas filosóficas a veces muy lejanas en el tiempo y el espacio: Joaquín Xirau, Eugeni d’Ors,
Ramón Martí d'Eixalá, Francisco Javier Llorens i Barba, Jaime Serra Hunter, José Ortega y Gasset,
Manuel García Morente, José Gaos, Xavier Zubiri, la “Escuela de Madrid”, la “Escuela de
Barcelona”, la tradición de la filosofía del sentido común, son algunos de los términos que
pondremos aquí en cuestión.
A la hora de poner orden entre estos nombres y corrientes, individuando cuáles fueron las
reales influencias que José Ferrater Mora recibió durante su formación, utilizaremos el Diccionario
de filosofía entendiéndolo ya no como obra de carácter enciclopédico y divulgativo, sino resaltando
su utilidad para la investigación histórico-filosófica. Por ello, necesitaremos referirnos a él
considerando su evolución y realizando un cotejo entre las varias ediciones, evitando el recurso de
remitir a una sola edición concreta para solucionar problemáticas historiográficas.
Considerada bajo esta perspectiva multidisciplinar, la obra más conocida de José Ferrater
Mora resulta tener un valor inestimable en la historia del pensamiento filosófico español. No es
posible referirse al panorama y al contexto filosófico español y catalán actual sin hacer hincapié
obligatoriamente en esta obra, que lleva diseminados en sus páginas el espíritu y el carácter propio
de su autor.
La ironía, la mesura, la continuidad y el seny¸ las características que según José Ferrater
Mora distinguen la forma de ser catalán, son prerrogativas de su Diccionario de filosofía, una obra
que se considera entre las más importantes de las realizadas durante el exilio intelectual español.
Olvidarse de su significado y de su valor como herramienta histórico-filosófica puede significar
3
olvidarse de la entera tradición que supuso su ideación y realización. Por eso, con este trabajo
queremos contribuir a rescatar su historia y función.
4
José Ferrater Mora fue el pensador catalán más internacional y con mayor influencia de la
segunda mitad del siglo XX.
Su amplísima obra, que consta de ensayos, tratados filosóficos, libros de divulgación
histórico-filosóficas, artículos de períodicos, relatos breves, novelas y guiónes cinematográficos, es
el producto de una labor de reflexión y creación artística siempre constante a lo largo de más de
cincuenta años.
A pesar de esto, durante mucho tiempo el nombre de Ferrater estuvo relacionado casi
exclusivamente con su obra magna, un Diccionario de filosofía cuyos éxito e influencia en la
comunidad académica y filosófica fueron tales que dejaron en la sombra otras obras del catalán,
fundamentales dentro del panoráma de la filosofía contemporánea en lengua española.
Este desenfoque histórico-filosófico se corrigió durante la década de los años ochenta,
cuando aparecieron los primeros trabajos enteramente dedicados a analizar e interpretar el
pensamiento de Ferrater, por ejemplo: el libro de homenaje coordinado por Priscilla Cohn y titulado
Transparencies:philosophical essays in honor of J. Ferrater Mora1, de 1981; el libro de Carlos
Nieto: La filosofía en la encrucijada. Perfiles del pensamiento de José Ferrater Mora 2, de 1985; y,
siempre en 1985, el número monográfico n. 49 de la revista Anthropos3, dedicado al pensador
catalán. Estas importantes publicaciones fijaron la atención sobre los aspectos más estrictamente
filosóficos del discurso de Ferrater, particularmente sobre su ontología, su metodología y su
reflexión ética. Sin embargo, no hay que olvidar los trabajos de aquellos autores que, ya a partir de
los años sesenta, habían denunciado el error de trazar una equivalencia entre Ferrater y el
Diccionario de filosofía, como José Luis Abellán, J. Izquierdo, Helio Carpintero, Alain Guy, Javier
Muguerza, Victoria Camps, entre otros4.
1
P. Cohn (ed.): Transparencies:philosophical essays in honor of J. Ferrater Mora, New York, Humanities Press, 1981.
C. Nieto: La filosofía en la encrucijada. Perfiles del pensamiento de José Ferrater Mora, Barcelona, Universitat
Autónoma de Barcelona, 1985.
3
VV.AA.: Anthropos, Revista de Información y Documentación, n. 49, 1985.
4
Cfr. algunos ejemplos: J. Izquierdo: “La ontología de J. Ferrater Mora”, Indice, n. 183, 1964, pp. 20-21,; A. Guy:
Filósofos españoles de ayer y de hoy, Buenos Aires, Losada, 1965, pp. 246-253 y 307; J. L. Abellán: “José Ferrater
Mora: una ‘ontología integracionista’ al nivel del sentido común”, en Filosofía española en América (1936-1966),
2
5
Con el paso del tiempo han ido cobrando siempre más prestigio las reflexiones ferrateriana
sobre las varias áreas de la filosofía –ontología, epistemología, filosofía política, ética aplicada,
estética, filosofía del lenguaje, lógica etc.- y hoy en día se considera a Ferrater como un pensador
clave para la comprensión de la filosofía contemporánea en lengua española y catalana. Podemos
afirmar que, por lo que respecta al mundo académico, la tópica equivalencia entre Ferrater y el
Diccionario de filosofía resulta superada.
Sin embargo, la urgencia por recuperar el lado “creativo” y “filosófico” del pensador
catalán, parece haber obligado los investigadores a dejar de lado la referencia a su obra más
conocida y difundida o, por lo menos, a reconsiderar su real interés.
Ambos extremos no correponden a verdad: ni Ferrater fue solamente autor del Diccionario
de filosofía, ni hay que olvidar la importancia que esta obra tuvo en la trayectoria intelectual de su
autor.
Con este trabajo queremos contextualizar el Diccionario de filosofía en la obra global de
Ferrater Mora, intentando evitar todo análisis de tipo anedóctico y destacando aquellos aspectos que
nos permiten considerarlo una importante herramienta para la investigación histórico-filosófica de
la tradición de pensamiento en lengua española y catalana. De esta manera, creemos poder llegar a
comprender plenamente el sentido de las palabras de Juan Marichal cuando, referíendose al
Diccionario, lo definió como “la obra individual más extraordinaria de la cultura transterrada
española”5, cuyo autor representaría –siempre según Marichal- “la universalización del alma
española que anunciaba Darío en 1904”6.
Sin duda alguna, el Diccionario de filosofía fue una obra que ocupó y preocupó a Ferrater
durante mucho tiempo.
Madrid, Guadarrama, 1967, pp. 83-89; H. Carpintero: Cinco aventuras españolas: Ayala, Laín, Aranguren, Ferrater,
Marías, Madrid, Revista de Occidente, 1967, pp. 150-190; A. Guy: “La reflexion critique sur la mort chez J. Ferrater
Mora”, en Revue Philosophique, n. 2, 1967, pp. 297-304; J. Muguerza: “De la materia a la razón, pasando por un gran
diccionario”, en El País, suplemento “Libros”, 11 de noviembre de 1979, pp. 1 y 6; V. Camps: “La sinrazón de la
razón”, El Basilisco, n. 8, 1979, pp. 97-100.
5
J. Marichal: Teoría e historia del ensayismo hispánico¸ Madrid, Alianza, 1984.
6
Ibidem.
6
La primera edición remonta a 1941, publicada en México por la editorial Atlante mientras
Ferrater se encontraba en Cuba. Sobre la importancia que esta edición tuvo en el contexto de la
cultura exiliada y sobre el misterio que envuelve la historia de la génesis de la obra, arrojó luz
recientemente Leoncio López-Ocón del Instituto de Historia del Centro de Ciencias Sociales y
Humanas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, quien dedicó dos investigaciones a la
editorial Atlante7.
Según López-Ocón, el Diccionario de filosofía, como otras obras publicadas por Atlante,
tendría su orígen en un proyecto de la editorial española Labor. Con mucha probabilidad fue esta
editorial a encargar al joven Ferrater, en 1935, la redacción de algunas entradas sobre filósofos y
pensadores españoles para la edición española del Philosophisches Wörterbuch de Heinrich
Schmidt, el diccionario filosófico de referencia en Alemania. Desconocemos si Ferrater estuvo
encargado solamente de redactar esas entradas, o bien si habría tenido que ocuparse también de la
traducción, completa o parcial, de la obra de Schmidt. Tampoco sabemos con certeza sobre cuáles
pensadores españoles Ferrater hubiera tenido que escribir mas, casi seguramente, algunas de estas
personalidades serían las que el catalán había ya contemplado en la sección “Filósofos de hoy, en
España” en su primer libro, Cóctel de verdad, publicado en 1935: José Ortega y Gasset, Manuel
García Morente, Xavier Zubiri, José Gaos, Joaquín Xirau, Eugeni d’Ors y Miguel de Unamuno.
La publicación en español del diccionario de Schmmidt, quizás por el acontecer de la Guerra
Civil, no tuvo nunca lugar y, sin embargo, este encargo representó seguramente la base a partir de la
cual Ferrater empezó a trabajar sobre un diccionario filosófico de referencia en lengua española,
labor que desarrolló durante sus primeros años de exilio, encontrandose en La Habana, Cuba.
L. López-Ocón: “La editorial Atlante: claves de una iniciativa cultural de los republicanos españoles exiliados”, en
Laberintos, n. 15, 2013, p. 129-155. El segundo texto al cual hacemos referencia es inédito y pendiente de publicación
en un libro colectivo.
7
7
Algunas de las cartas del epistolario de Ferrater, conservado en la Càtedra Ferrater Mora de
Pensament Contemporani de la Universitat de Girona8, nos ayuda a comprender la metodología de
trabajo empleada por Ferrater durante esos años.
Podemos ver como el catalán contactató previamente con los pensadores sobre los que tenía
pensado escribir en el Diccionario para solicitarles datos bio-bibliográficos actualizados: es el caso,
por ejemplo, de Eugeni d’Ors, José García Morente, Joaquín Xirau y también de autores
americanos, como José Vasconcelos. La mayoría de ellos brindaron su ayuda a Ferrater,
mostrandose agradecidos por la inclusión en la obra9. Particularmente entusiasta por la aparición del
Diccionario fue Joaquín Xirau, quien expresó tanto en privado como publicamente su satisfación
por la obra de su discípulo. En una reseña publicada en la revista mexicana Ciencia, Xirau elogia la
obra de Ferater en estos términos:
“La impresión del libro es impecable y su presentación perfecta. El hecho de tenerlo
entre las manos es ya de suyo un placer.”10
Con lungimirancia, en esta misma reseña Xirau indicó Ferrater entre los más aptos, en el
mundo intelectual de habla hispánica, para redactar un “diccionario de autoridad y de consulta,
indispensable para todo trabajo de investigación o de especulación personal”11. Casi parafraseando
las palabras de su publicación, en la carta que dirige a Ferrater el 17 de junio de 1941 Xirau se
expresa así:
8
Parte de esta investigación es fructo de una estancia de investigación realizada entre los meses de enero y abril de
2014 en la Càtedra Ferrater Mora de la Universitat de Girona. Deseamos agradecer esta institución por habernos
brindado la oportunidad de consultar el archivo del filósofo catalán y reproducir los extractos de algunas de las cartas
que hemos consultado.
9
Cfr. por ejemplo las cartas de Eugeni d’Ors a Ferrater del 07 de enero (referencia: ID1_4233), del 25 de enero
(ID1_4234) y del 13 de mayo de 1936 (ID1_4235); las cartas de Manuel García Morente del 15 y del 28 de enero de
1936 (ID1_2185; ID1_2186); la de José Vasconcelo del 12 de enero de 1940 (ID1_5424) y la de Joaquín Xirau del 17
de junio de 1941 (ID1_5614). Todas, menos las de Eugeni d’Ors, pueden ser consultadas en linea en la página web de la
Càtedra Ferrater Mora de Pensament Contemporani: www.udg.ed/cfm
10
J. Xirau: “Ferrater Mora, J., Diccionario de Filosofía, Editorial Atlante, 598 pp., México, D.F. 1941”, en Ciencia,
sección Libros nuevos, vol. II, núm. 5, 25 mayo 1941, p. 227.
11
Ibidem.
8
“Y ahora pasamos a su Diccionario. Deseo decirle, antes que nada, que me llena de
satisfación y orgullo. [...] Es un esfuerzo magnífico, lleno de inteligenci y de honradez.
[...] Quisiera darle una indicación aún más importante. Usted ha hecho un esfuerzo
enorme para hacer una cosa que era urgentísima en nuestros países y creo que el
resultado ha sido perfecto. [...] Pero, valdría la pena que no dejara el esfuerzo a medias.
No existe en castellano un diccionario clásico de autoridad. Ésta es una obra que
requiere muchos años. Usted la puede realizar. Valdría la pena que le dedicara una
buena parte de su vida. [...] Es una empresa muy ambiciosa. Pero creo que usted ha
demostrado poseer las capacidades para llevarlas a cabo.”12
Casi una profecia, puesto que el Diccionario acabaría convertiéndose, a lo largo de los
años, en el diccionario filosófico de referencia en el mundo de habla hispánica.
La segunda edición apareció, publicada una vez más por la editorial Atlante, en 1944,
encontrándose Ferrater ya en Santiago de Chile. A partir de esta segunda edición el
diccionario empezó a cobrar siempre más volúmen y prestigio. A partir de 1949 Ferrater
estableció su residencia en Philadelphia, en Estados Unidos, donde había podido trasladarse
ya durante el año académico 1947-1948 gracias a una beca concedida por la Fundación
Guggenheim. El acceso a las bibliotecas americanas y el contacto con la tradición filosófica
anglosajona le permitió manejar una bibliografía hasta entonces desconocida por él y, como
es obvio, el Diccionario se vio afectado por este radical cambio de contexto, tanto por lo que
concierne el número de las nuevas entradas como por lo que se refiere a la reelaboración de
aquellas ya existentes. Por eso, no asombra que en Prólogo a la tercera edición, publicada en
12
Carta de Joaquín Xirau a José Ferrater Mora del 17 de junio de 1941 (ID1_5614). El original es en catalán, la
traducción al castellano es nuestra.
9
1951 en Buenos Aires por la editorial Sudamericana, Ferrater se refiera a esta edición como si
se tratara “prácticamente de una obra nueva”.
Entre 1951 y 1965, siguiendo un curioso ritmo estable de siete años, probablemente
dictado por la frequencia del disfrute de los años sabáticos –durante los cuales, libre de los
cargos académicos de la universidad norteamericana, tenía manera de dedicar más tiempo a su
obra-, Ferrater fue ampliando siempre más el Diccionario en otras dos ediciones: la cuarta, de
1958, añadió a la tercera 762 artículos nuevos, mientras la quinta, publicada en dos volúmenes
en 1965, añadió a la precedente 546 nuevas entradas.
El éxito rotundo de la obra se puede medir, además por las numerosas reseñas y citas que
se les dedicaron a lo largo de todo el mundo de habla hispánica –y no solo-, también por el
número de reimpresiones que tuvo esta última edición de 1965: una primera en 1969, la
segunda en 1974 y la tercera en 1975.
Finalmente, la sexta y última edición del Diccionario13 apareció en España, publicada en
cuatro volúmen por Alianza, en 1979. Los datos expuestos por Ferrater en el Prólogo a esta
edición son los siguientes:
"1. Hay 756 entradas nuevas, incluyendo artículos sobre personas, conceptos y
corrientes.
2. Se han modificado, aumentado o reescrito por completo 542 artículos.
3. Se ha corregido, comprobado, aumentado, puesto al día y reordenado la bibliografía.
El número de títulos nuevos pasa de los 6.000.
4. Se han corregido las miles de erratas de la edición y reimpresiones precedentes.
13
En 1994, tras el fallecimiento de Ferrater en 1991, apareció en Barcelona, publicado por Ariel, una nueva edición
actualizada, coordinada por Josep-Maria Terricabras y la viuda de Ferrater, la filósofa Priscilla Cohn. Por el carácter
histórico-filosófico de este trabajo, que se centra en la relación entre el Diccionario de filosofía y la trayectoria
intelectual de Ferrater Mora, nos limitamos a hacer referencia a las ediciones del Diccionario publicadas siendo en vida
su autor.
10
El número total de entradas en esta edición es de 3.154, que se distribuyen como sigue:
personas, 1.756; conceptos, incluyendo locuciones y términos especiales, 1.398. Las
remisiones en orden alfabético entre entradas alcanza a más de 2.000"
El analísis de la história del Diccionario nos hace comprender como no sea posible
prescindir de la referencia a esta obra a la hora de estudiar el pensamiento y la biografía de
José Ferrater Mora. Su evolución a lo largo de los años nos permite cifrar los intereses y los
cambios propios de la trayectoria intelectual de su autor, como demonstró Helio Carpintero
referiéndose al creciente interés de Ferrater, a lo largo de los años, por la psicología,
testimoniado por la aparición, entre la primera y la sexta edición del Diccionario, de 74
nuevos términos propios de la ciencia psicológica14.
En contra de la creencia que sostiene que Ferrater no hubiera podido redactar una obra
de similar envergadura sin la ayuda de nadie, podemos afirmar que a la fecha los
investigadores no contamos con pruebas de eso. Las únicas “ayudas” que parece haber
recibido Ferrater se refieren a las noticias bio-bibliográficas enviadas por varios pensadores y
solicitadas por el mismo autor, como hemos visto anteriormente. Es más: las entradas que
constituyen el Diccionario presentan un estilo inequivocamente homogéneo y bien
reconocible: como ha señalado Carlos Nieto, las entradas suelen dividirse en dos momentos
expositivos: el análisis del significado y el tratamiento histórico de las temáticas15 y en ellos
Ferrater recurre casi siempre a su metodología integracionista, presentando dos o más puntos
de vista antagónicos sobre una misma cuestión, resaltando así el aspecto dialógico y polémico
que considera propio de la filosofía. Según el Diccionario va ampliándose e introduciendo
nuevas entradas a lo largo de los años, podemos también comprobar la coherencia existente
entre esta obra y el desarrollo del pensamiento de su autor. Por ejemplo, en la última edición
Cfr. H. Carpintero: “La psicologia en el Diccionario de Josep Ferrater Mora”, en J.M. Terricabras (ed.) La filosofía
de Ferrater Mora, Càtedra Ferrater Mora y Documenta Universitaria, Girona, 2007, pp. 21-52.
15
Cfr. C. Nieto: La filosofía en la..., op. cit., p. 58.
14
11
Ferrater prestará mucha atención a conceptos y corrientes propias de la ética y la filosofía
práctica, lo cual va en la línea de las investigaciones que ocuparán su última etapa.
El Diccionario de filosofía de Ferrater, por lo tanto, merece ser tenido en consideración
por su valor histórico-filosófico, por lo menos por lo que atañe a los estudios sobre el
pensamiento de su autor.
Sin embargo, queremos intentar ver hasta qué punto esta obra enciclopédica puede
resultar ser una útil herramienta para el estudio de la tradición filosófica en lengua española y
catalana.
Por ello, hemos intentado ver cómo el Diccionario nos ha sido útil para aclarar una
cuestión todavía pendiente en los estudios ferraterianos: la de la génesis del pensamiento de
Ferrater.
Como es sabido, Ferrater ha recibido muchas influencia durantes su formación. Los investigadores
no han sabido fijarlas con precisión, sin embargo coinciden en señalar algunos nombres y
corrientes.
Ramón Xirau, hijo de Joaquín y destacado pensador y poeta, recientemente ha incluido a
Ferrater en la que llama "tercera generación de pensadores catalanes", que habrían sido precedidos
por la enseñanza de Joaquín Xirau, de la segunda generación, y de Serra-Hunter, de la primera.
En otras ocasiones, Ferrater ha sido incluido en la que se ha definido "Escuela de Barcelona",
escuela filosófica a su vez influida por la filosofia del sentido común, que encontraría su orígen en
la enseñanza de Marti d'Eixalá y Llorens i Barba.
Se ha destacado también que hay en Ferrater una influencia importante del orteguismo y que
podría parcialmente inscribirse su pensamiento dentro de la "Escuela de Madrid".
Finalmente, se hizo hincapié sobre las figuras de autores como Unamuno y Eugeni d'Ors.
Para aclarar la cuestión podemos recurrir al Diccionario y comprobar en qué medida estos
términos están presentes y explicados. En varias ocasiones se ha recurrido a esta opción a la hora de
hacer referencia a algún autor, corriente o escuela de la tradición del pensamiento iberoamericano:
12
José Luis Abellán –por citar un ejemplo clásico del hispanismo filosófico-, en su celebre História
crítica del Pensamiento Español, al comentar la Escuela de Barcelona y la dísputa sobre su efectiva
existencia, escribe lo siguiente:
“Por otro lado, si José Ferrater Mora en su Diccionario de Filosofía (vol. I, Madrid,
1979) dedica un consistente –y no corto- artículo a la misma denominación, parece
evidente que algún tipo de entidad debe tener.”16
Entonces, si también buscamos en la misma edición del 1979 los términos citados
anteriormente, podemos encontrarlos todos: Escuela de Barcelona, Escuela de Madrid, José Ortega
y Gasset, Joaquín Xirau, Martí d'Eixalá, Francisco Llorense i Barba, Miguel de Unamuno, Eugeni
d'Ors. Poco nos sirve consultar esta edición, puesto que la única pista que nos ofrece para aclarar la
cuestión de la genesis del pensamiento ferrateriano se encuentra en la entrada dedicada a Joaquín
Xirau, donde Ferrater escribe que:
"fue profesor en la Universidad de Barcelona -donde reunió a un grupo de discípulos: J.
Calsamiglia, D. Casanovas, J. Maragal, el autor de este libro etc."
Ferrater entonces admite aquí haber tenido una influencia directa por parte de Joaquín Xirau,
e incluye este último en la denominada "Escuela de Barcelona", reconociendo también la influencia
que Ortega tuvo en su pensamiento.
Eso nos llevaría a concluir que Ferrater está, indirectamente, afirmando haber recibido tanto la
influencia de la Escuela de Barcelona como de la de Madrid.
Sin embargo, la cuestión cambia radicalmente si realizamos un cotejo de las ediciones del
Diccionario.
16
J. L. Abellán: História crítica del Pensamiento Español, Madrid, Espasa Calpe, vol. V (II), 1989, p. 147.
13
Si comparamos la sexta edición con la primera nos damos cuenta que en Ferrater no hay en un
principio conciencia alguna de la existencia de dos grupos definidos respectivamente como
"Escuela de Madrid" y "Escuela de Barcelona".
En la edición de 1941, aparecen los nombres de algunos componentes de las dos escuelas: por
lo que concierne la de Madrid: José Ortega y Gasset, Manuel García Morente, Xavier Zubiri, José
Gaos, Luis Recasens Siches. En el caso de Barcelona y de la tradición de la filosofía del sentido
común que la originaría: Ramón Martí d'Eixalá, Francisco Javier Llorens i Barba, Jaime Serra
Hunter, Joaquín Xirau. Sin embargo, en esta primera edición Ferrater amplía y describe solamente
las entradas dedicadas a Ortega, García Morente, Llorens i Barba y Xirau. En el caso de los otros
autores, encontramos solamente algunas referencias bibliográficas pero ninguna información
biográfica o intelectual. Como hemos dicho, tampoco hay referencia concreta a la "Escuela de
Madrid" o a la "Escuela de Barcelona" sino que Ferrater habla en términos más generales de
influencias entre los varios autores citados.
Parece entonces que no podemos afirmar que Ferrater perteneciera, por lo menos
conscientemente, a una u otra escuela, por el simple hecho que las definiciones "Escuela de
Madrid" o "Escuela de Barcelona" son posteriores a la génesis de su pensamiento y si Ferrater les
dedica dos entradas en la última edición del Diccionario es porque, como es obvio, quiere dar
cuenta de términos que en 1979 son ya propios de la terminología histórico-filosófica.
Por lo tanto, hablando de la tradición filosófica catalana y del grupo de Madrid, podemos
afirmar que, según cuanto testimonia el Diccionario, el pensamiento de Ferrater se nutre de varias
fuentes, particularmente de la obra de Ortega y Xirau, pero siempre siendo éstas fuentes
individuales y nunca grupos, escuelas o tradiciones concretas. La particular insistencia sobre la
influencia que Xirau habría tenido en su obra, sin embargo, nos hacen pensar que Ferrater sí se
colocaría en línea con la tradición filosófica que remontaría al krausismo y a la enseñanza de la
Institución Libre de Enseñanza, que sin duda influyen tanto a Ortega como a Xirau. En este caso el
14
Diccionario nos confirma esta hipótesis, puesto que el krausismo tiene su propia entrada ya en la
primera edición.
Por lo que concierne a las otras influencias como la de Eugeni d'Ors y Miguel de Unamuno, el
Diccionario también nos la confirma, puesto que ambos tienen unas entradas a partir ya desde1941.
Estos resultados sobre la genealogía del pensamiento de Ferrater Mora han sido posible
solamente realizando un análisis comparado de las varias ediciones del Diccionario de Filosofía.
En efecto, como hemos visto, la sola referencia a una edición concreta hubiera desenfocado la
cuestión. Limitándonos a las entradas de la última edición hubiéramos podido admitir la influencia
de todos los autores citados y, también, hubiéramos considerado legítimo incluir Ferrater tanto en la
órbita de la llamada "Escuela de Barcelona" como de la "Escuela de Madrid" y situarlo en una
tradición que tendría su orígen ya en Martí d'Eixalá. Sin embargo, el cotejo de ediciones del
Diccionario nos ha permitido llegar a la conclusión que si Ferrater se sitúa en la órbita de la
"Escuela de Barcelona" lo hace por medio de la casi exclusiva influencia recibida por Joaquín Xirau
y, de cualquier modo, lo hace en términos muy generales, puesto que como escribe el mismo
Ferrater en la última edición del Diccionario, definiendo la "Escuela de Barcelona", la participación
en la misma:
"Consiste menos en la adhesión a unas ciertas tesis filosóficas que en la participación en
un cierto espíritu o modo de filosofar."
Está claro que la utilización del Diccionario como herramienta histórico-filosófica tiene su
propia limitación y, además de tener que ser matizado a través del cotejo de las varias ediciones, no
puede ser la única herramienta, sino que tiene que integrarse con el análisis de otras fuentes.
Por poner un ejemplo muy concreto, no podemos hablar de la influencia de Eugeni d'Ors en
Ferrater solamente porque en la primera edición del Diccionario aparece una entrada dedicada al
15
mismo d'Ors. De ser así, deberíamos admitir la influencia de todos los autores a lo cuales Ferrater
dedicadó una entrada. En el caso de d'Ors las cosas están de por sí bastante claras: se trata de un
autor que ha tenido una presencia fundamental en Cataluña y en España durante la primera mitad
del siglo XX; en su mismo epistolario Ferrater hace a menudo referencia a él; la dedicatoria del
primer libro de Ferrater es para "la memoria de Eugeni d'Ors”. Al hilo de todos estos elementos, lo
que hace el Diccionario es confirmar solamente cuanto ya sabíamos.
Lo que hemos intentado demonstrar con este ejercicio histórico-filosófico es que el
Diccionario de filosofía es mucho más que una obra de carácter recopilatorio. En efecto, en muchas
cuestiones puede ser utilizado como una brújula para orientarnos en la definición de la trayectoria
intelectual de su autor y del mismo contexto filosófico en el cual desarrolló su obra.
Ferrater Mora ha sido siempre humilde y objetivo a la hora de hablar de su obra filosófica y,
sin embargo, con su Diccionario, que ha ido evolucionando durante más de 35 años, nos ha
ofrecido la posibilidad de entrar en el vivo de su pensamiento y seguirlo desde adentro.
En las ultimas ediciones, cuando ya en España su nombre empezó a ser conocido, Ferrater
creyó que había llegado el momento de objetivarse y dedicar un espacio en el Diccionario a sí
mismo. Así, por ejemplo, en la quinta edición encontramos por primera vez el término
"Integracionismo". Ferrater define el concepto en sus puntos básicos y remite a varias de sus obras,
indicándose a sí mismo como el fundador de este método.
Pero, es solamente en la última edición del Diccionario cuando aparece una entrada titulada:
José Ferrater Mora.
Eso sí, Ferrater no podía venir menos a su compromiso con la objetividad, la humildad y la
ironía. Como ulterior prueba de que el Diccionario de filosofía está embebido del espíritu de su
autor, si remitimos a esta entrada, curiosos de saber cómo Ferrater se describiría a sí mismo,
encontramos, sin ulterior explicación biográfica o intelectual, la siguiente información:
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“Ferrater Mora José: Véase Bipolaridad; Correferencia; Compromiso Ontológico;
Confluencia; Empirismo; Espacio; Externalismo; Internalismo; Ficción; Filosofía Analítica;
Grupos Ontológicos; Haberes; Individuo; Integracionismo; Intención Lingüística; Intrascendecia;
Muerte; Objetivación; Particular; Presencia; Presuposición; Referencia; Regla; Sentido; Situar;
Trarreferencia; Universales.”
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