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Detalle del mapa ‘Tabla del Reyno de Andalucía’ incluido en el códice ‘Descripción de España y de la Costa y Puertos de sus Reynos’. Pedro Texeira (1634). Biblioteca Nacional de Austria
DOSIER
Andalucía y Portugal,
una historia compartida
Los otros niños de la guerra
Aunque estaba prohibido, los menores
moriscos fueron esclavizados sin rubor
Año VIII número 27 enero - marzo 2010 3,50 €
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Sevilla-Paymogo-Lisboa
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ecía Perre Vilar que en el
fenómeno frontera siempre
había que tener en cuenta los
que las hacen y los que las sufren, que
habitualmente no suelen coincidir. Y
así, con cierta frecuencia, podemos
asistir a lo que se ha denominado la
venganza de la historia sobre la
política: el coste del olvido de las
condiciones objetivas y subjetivas de la
realidad por parte de los que toman las
decisiones de separar o unir.
Andalucía tiene dos fronteras
terrestres internacionales, la peculiar
verja colonial de la Roca y la Raya
hispano-lusa. Por el rincón onubense
transcurre, con más de siete siglos de
historia, una de las fronteras más
antiguas y estables de Europa. La
guerra y la paz, las prohibiciones y las
restricciones siempre se han impuesto
desde arriba, desde las altas esferas del
poder central. Incluso las respectivas
historias nacionales han ejercido una
singular violencia simbólica y han
podido distanciar a los habitantes de
los dos países. Sin embargo, la
permeabilidad sociocultural se ha
superpuesto a las políticas de
normalización identitaria y el
intercambio ha sido una práctica
cotidiana entre los vecinos de uno y
otro lado. El contrabando, el comercio,
las migraciones, los matrimonios
mixtos, los préstamos culturales o
lingüísticos han sido moneda común
durante siglos.
Ya en los Repertorios de caminos de
Pedro Juan Villuga (1546) y de Alonso
de Meneses (1576) se describía la ruta
más corta y transitada entre Sevilla y
Lisboa. El camino transcurría por
Castilleja, Sánlucar, Manzanilla, La
Palma del Condado, Niebla, Trigueros
y Paymogo, último pueblo andaluz.
Atravesaba la ribera del Chanza y, ya
en Portugal, pasaba por Serpa, Cuba,
Alcácer do Sal y Almada, para
terminar en Lisboa.
Los vínculos entre la capital lusa y
la ciudad hispalense se estrecharon
aún más a partir de 1580, a raíz de la
anexión de Portugal por Felipe II. En el
triángulo más meridional y occidental
de Europa se concentraba la mayor
actividad comercial que entrelazaba al
viejo continente con Asia y América.
El espacio transfronterizo entre
Andalucía y Portugal se convirtió en
una área con una importante
actividad de transacciones
económicas, que sólo disminuyó
durante el conflicto que culminó con
la independencia de Portugal en 1668 y
en los puntuales enfrentamientos
bélicos del siglo XVIII.
La ruta terrestre Sevilla-Lisboa
alteró su trazado en el siglo XIX al
potenciar la carretera por Aracena
hasta la frontera portuguesa. Sin
embargo, cuando se elaboró un
proyecto de comunicación ferroviaria
entre las dos capitales a comienzos del
siglo XX se retomó el trazado histórico
por Paymogo. El fracaso de este
proyecto condenó al Andévalo
onubense a una insoportable
marginalización. A comienzos del
siglo XXI los obstáculos orográficos en
las conexiones con los vecinos
portugueses han comenzado a
superarse. Y, aunque no sea por vía
ferroviaria, el camino más corto entre
Sevilla y Lisboa se abre de nuevo. Es el
mejor modo para constatar que la
frontera, pese a todo, siempre ha sido
un puente de esperanza y encuentro.
MANUEL PEÑA DÍAZ
DIRECTOR DE ANDALUCÍA EN LA HISTORIA
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Andalucía y Portugal, una historia compartida
Edita: Centro de Estudios Andaluces
Presidente: Antonio Ávila Cano
Director gerente: Demetrio Pérez Carretero
Subdirector: Eladio Garzón Serrano
Coordinación: Alicia Almárcegui Elduayen
Consejo de Redacción: Rafael Corpas Latorre, Eva de
Uña Ibáñez, Esther García García
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Director: Manuel Peña Díaz
Consejo Editorial: Carlos Arenas Posadas, Juan Luis
Carriazo Rubio, José Luis Chicharro Chamorro, María
José de la Pascua Sánchez, Encarnación Lemus
López, Carlos Martínez Shaw, Teresa María Ortega
López, Antonio Ramos Espejo, Valeriano Sánchez
Ramos y José Luis Sanchidrián Torti
Colaboran en este número: Juan Eslava Galán, Manuel
Barrios Aguilera, Encarnación Lemus López, Miguel
Ángel Melón Jiménez, Félix Sancha Soria, Antonio
Luis López Martínez, Dulce Simões, Inmaculada
Cordero Olivero, Manuel García Fernández, Rafael M.
Pérez García y Manuel F. Fernández Chaves, Israel
Lasmarías Ponz, Montserrat Rico Góngora, Claudio
Hernández Burgos, Manuel José de Lara Ródenas,
Alberto León Muñoz, Juan Carlos de Lara Ródenas,
Pedro Rueda Ramírez, Diego Navarro Bonilla, José
Luis Betrán Moya, Leandro Álvarez Rey, Manuel
Moreno Alonso, Juan López Tabar, Jaime García
Bernal, Santiago Otero Mondéjar, Miguel Luis LópezGuadalupe Muñoz y Juan Manuel Pérez López
Diseño y maquetación: SumaySigue Comunicación
Impresión: Escandón Impresores
Distribución: Distrimedios, SA y Rodríguez Santos, SL.
El Centro de Estudios Andaluces es una Fundación adscrita
a la Consejería de la Presidencia de la Junta de Andalucía.
Centro de Estudios Andaluces
C/ Bailén, 50 - 41001 Sevilla
Información y suscripciones: 954 78 70 01
[email protected]
Correo-e:
[email protected]
URL: www.centrodeestudiosandaluces.es
Depósito legal: SE-3272-02
ISSN: 1695-1956
Imagen de cubierta: Detalle del mapa ‘Tabla del Reyno de
Andalucía’ incluido en el códice ‘Descripción de España y
de la Costa y Puertos de sus Reynos’. Pedro Texeira
(1634). Biblioteca Nacional de Austria.
Tan cerca y, al mismo tiempo, tan lejos. No por tópico resulta menos cierto que
Andalucía ha ignorado durante décadas lo que acontecía en el país vecino. Esa falta
de atención, que en ocasiones ha ido acompañada de un sentimiento de
superioridad, ha corrido pareja al recelo que España y Andalucía despiertan todavía
hoy en Portugal. Y, sin embargo, a lo largo de los siglos, ambos territorios han
seguido caminos históricos paralelos. Así queda patente en este dosier que,
coordinado por la profesora de la Universidad de Huelva Encarnación Lemus, analiza
las intersecciones históricas y los lazos sociales trenzados por los habitantes de
ambos lados de la Raya. Desde hace centurias, andaluces y portugueses han hecho
negocios —legales e ilegales—, se han enfrentado en el campo de batalla, han
trabajado juntos en las minas, el campo y la mar, se han ayudado a superar periodos
dramáticos como la Guerra Civil y han enviado corresponsales de prensa para
conocer qué ocurría al otro lado de la frontera.
Negocios y contrabando en el límite entre dos imperios
12
Miguel Ángel Melón Jiménez
28 años de asedio. La guerra de Restauración Portuguesa
en la Sierra de Aroche
18
Félix Sancha Soria
Mineros, segadores, pescadores y estibadores. Trabajadores
portugueses en Andalucía (1870-1936)
24
Antonio Luis López Martínez
La solidaridad portuguesa en la Guerra Civil
30
Dulce Simões
La Revolución de los Claveles agita la prensa andaluza
Inmaculada Cordero Olivero
El ‘boom’ de la novela histórica
6
Dos expertos debaten sobre el papel que juega la novela
histórica. ¿Divulga o deforma la historia? ¿Se entromete
o se compromete con la ciencia histórica?
Manuel Barrios Aguilera y Juan Eslava Galán
Gibraltar ‘andaluz’.
42
Hace 700 años Castilla dominó el Estrecho por vez
primera. La Corona repobló Gibraltar llevando hasta allí a
300 cristianos obligados a compaginar las labores
defensivas con su trabajo diario.
Manuel García Fernández
Morisquillos: los otros niños
de la Guerra
‘Andalucía en la Historia’ no se responsabiliza de las opiniones emitidas por los colaboradores y participantes de
cada número de la revista. El consejo de redacción anima
a los interesados a enviar artículos relacionados con el
ámbito de la publicación que cumplan con los requisitos
de rigor, veracidad y divulgación. El envío de los artículos
no supone la publicación de los mismos, ya que deberán
pasar una evaluación previa del consejo editorial.
10
46
Tras la Guerra de Granada (1568-1570), la corona
decidió que los moriscos fueran expulsados de ese reino.
La mayoría se instaló en otras localidades del Valle del
Guadalquivir. De todos los padecimientos, el de los niños
fue el más duro.
Rafael M. Pérez García y Manuel F. Fernández Chaves
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Puente Internacional del Guadiana en Ayamonte (Huelva) que une por carretera Andalucía y Portugal .
Mujeres vestidas al uso antiguo
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En la Andalucía del Siglo de Oro, el traje era un elemento
clave de diferenciación social. Vestir “a la moda de la
Corte” o “al uso antiguo” indicaba la clase social a la que
se pertenecía.
Israel Lasmarías Fonz
Lorca y Dalí, crónica del desamor
56
La amistad entre ambos, fraguada en la madrileña
Residencia de Estudiantes y en la localidad catalana de
Cadaqués, se trocó en odio. Dalí llegó a celebrar con un
rotundo “olé” el fusilamiento del que fuera su amigo.
Montserrat Rico Góngora
S E C C I O N E S
NOTICIAS DE LA HISTORIA
EXTRAOFICIAL
60
La represión franquista durante los años de la Guerra
Civil arremetió con saña contra los miembros del
profesorado de la Universidad de Granada que se habían
manifestado afines a la República.
Claudio Hernández Burgos
64
Cádiz, cuna de la Lotería Nacional
AGENDA
66
TIEMPO PRESENTE-ENTREVISTA
68
Francisco Máquez Villanueva
LOS ANDALUCES
72
El matemático José Isidoro Morales
PATRIMONIO ANDALUZ
76
Castillos de Córdoba
LUGARES DE LA MEMORIA
Cesados, depurados, marginados
y fusilados
8
82
El Instituto ‘La Rábida’
ANDALUCÍA EN SUS
DOCUMENTOS
88
Las cartillas de lectura
LIBROS
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Fotografía de Antonio Pérez
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Novela histórica:
¿entrometida o comprometida?
Espejismo de sabiduría
MANUEL BARRIOS AGUILERA
UNIVERSIDAD DE GRANADA
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aya por delante que la novela histó-
oficio para ir al fondo de la cuestión históri-
lista indocumentado y atrevido, presto a
rica es una permanencia de la his-
ca subyacente, a la captación del espíritu de
ocupar ese espacio con toda su impericia.
toria de la literatura por más que
la época. Volúmenes repletos de fútiles tra-
Pienso, sin embargo, que es el antihu-
siempre vengan a nuestra memoria los
mas, generalmente mal planteadas y peor
manismo imperante en la educación, en to-
grandes autores del siglo XIX (los Manzoni,
resueltas, entre lo exótico, lo esotérico y lo
dos los niveles, el que alimenta el equívoco y
Hugo, Tolstoi, Stendhal, Pérez Galdós…); o
policíaco, inundan los anaqueles y escapa-
propicia el dislate. Sólo la posesión de una
del XX (los Joseph Roth, Sender, Lampedu-
rates de las librerías. Si la cosa funciona, o
cultura histórica adecuada, personal y so-
sa, Graves, Yourcenar, Carpentier, Mújica
sea, si las ventas acompañan, todo está legi-
cial, sería el instrumento que permitiría
Lainez, Vargas Llosa…), que habitan en
timado. En fin, quedaría el improbable con-
deslindar los campos y las responsabilida-
nosotros. Todos ellos unen en sus obras a la
suelo de que donde hoy hay un mal libro
des, que curaría de la indefensión ante las
calidad literaria, es decir, al hecho novelísti-
mañana puede haber uno bueno; que lo im-
avalanchas de productos dudosos. Ni si-
co en sí, la virtud de las mejores lecciones de
portante es leer…
quiera un crítica literaria impecable en los
historia, merced al rigor de sus fundamen-
No creo que el ‘boom’ actual de la novela
medios de difusión, cosa poco probable, se-
tos y la fidelidad a la realidad que pretenden
histórica responda al supuesto interés del
ría suficiente. Mientras tanto, habrá que
evocar, pero sobre todo por la finura de sus
gran público por la Historia; sino al mero
seguir refugiándose en la relectura de los
autores en la aprehensión del hecho y de la
entretenimiento, con la búsqueda cómplice
clásicos, que esos sí que enriquecen nuestro
época novelados-historiados, capaces de
de un espejismo de sabiduría. Seguramente
acervo histórico.
trascender la anécdota, y aun la fábula, mu-
falten libros y revistas de divulgación de ver-
En todo caso, quede claro que no es fun-
cho mejor que el más sesudo historiador. Es
dadero nivel; y puede que ello se explique en
ción de la novela histórica, ni de la de antes
decir, reúnen talento literario y rigor docu-
alguna medida en la inhibición del historia-
ni de la de ahora, la enseñanza de la Histo-
mental. No a todos se puede pedir tanto.
dor profesional, quien, acaso por falta de
ria, ni siquiera en el mejor de los supuestos.
Pero ¿tiene esto algo que ver con el
cultura o de formación literaria, acaso por
Sería bastante con que se aproximara a una
‘boom’ que nos asedia? Nada; ni de lejos.
insensibilidad pedagógica o por un prurito
calidad literaria razonable. ■
Cuesta lo indecible encontrar hoy un título
de cientifismo mal entendido…, no cumple
que no haya sucumbido a la prisa y a la im-
con la obligación divulgativa inherente a su
provisación del ‘best seller’, es decir, a la
oficio, olvidando el compromiso social y de-
búsqueda del éxito fácil mediante la aplica-
jando el campo al pseudohistoriador, pape-
ción de una fórmula mecánica y estereotipada, donde a la ausencia de talento literario se suele unir el anacronismo y la falta de
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Buena... al menos para usted
JUAN ESLAVA GALÁN
ESCRITOR
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as novelas históricas, al igual que las
res que después de quince años de arduo es-
historiadores Luis Pericot en el prólogo a
novelas policiacas, las novelas ro-
tudio dan a luz un libro plagado de notas a
Dioses, tumbas y sabios—. No debe culpársele
mánticas, las novelas de intriga o las
pie de página del que se publican 500 ejem-
de este sentimiento receloso. Es natural que
novelas a secas pueden ser buenas o malas.
plares (con dinero público naturalmente) y
sea un poco egoísta y un mucho vanidoso,
El criterio de evaluación depende de cada
se venden ocho.
pues sin este contrapeso de la vanidad y el
lector. Quizá a usted le pareció un petardo
El novelista escribe su libro para un pú-
egoísmo no se explicarían los esfuerzos, la
infumable el afamado Código da Vinci, pero
blico lo más amplio posible, dueño de una
paciencia, la renunciación a una vida nor-
a millones de respetables lectores de todo el
cultura media que busca en la lectura dis-
mal muchas veces, a que se ve obligado el
mundo les encantó. Aceptemos, por tanto,
tracción más que instrucción (aunque tam-
que cultiva con pasión una ciencia”.
que en el mercado debe haber de todo.
poco la descarta), un público que cuando lea
A las esclarecedoras palabras de Pericot
que el guapo Paris le declara su amor a la
podríamos añadir que, a menudo, el histo-
—Es que ese tipo de literatura pervierte el
hermosa Helena bajo un naranjo del jardín
riador profesional que se cree en posesión de
—¿Y quién es usted para decidir lo que
de Menelao no va a advertir, ni por tanto, va
la verdad absoluta olvida, cegado por su
debe leer su prójimo? Bastante es ya que lea,
a considerar error intolerable, el hecho de
consustancial pedantería, que dentro de
en un país donde casi nadie lee, ¿verdad?
que en aquel tiempo todavía no hubiera na-
una generación esos discípulos criados a sus
ranjos en Grecia.
pechos que lo sucederán en la cátedra pon-
gusto del lector— me imagino la réplica.
Uno de los criterios de bondad que se maneja en la novela histórica es su documenta-
El sabedor o académico no soporta que el
ción. Hay novelas mejor documentadas que
novelista se atreva a pergeñar una novela
otras, evidente, e incluso las hay muy mal
histórica sobre un tema que él conoce como
En conclusión: veamos la novela históri-
documentadas, trufadas de anacronismos.
nadie. De ahí que el mundo académico des-
ca como lo que es, una ficción, un producto
Seamos tolerantes. El novelista no escribe la
precie tanto la novela histórica. “El investi-
de la imaginación del autor que, con su ar-
novela histórica para merecer la aprobación
gador especialista suele mirar con recelo
te, nos puede hacer creer que el personaje o
del colectivo académico, esos sesudos seño-
toda intrusión, en su campo de trabajo,
la vida eran así. Que lo consiga o no depen-
del aficionado, del literato o del reportero
derá de la cultura del lector. Si la novela con-
—confiesa el maestro de arqueólogos y pre-
sigue secuestrarlo y hacerle vivir una vida
drán en solfa su propia obra, la considerarán superada y le enmendarán los errores.
paralela el tiempo que tarda en leerla, ya
habrá alcanzado su objetivo y será buena…
al menos para usted. ■
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La foto del ‘Miliciano’ de
Robert Capa se tomó en Espejo
Gana peso la hipótesis de la que la icónica imagen fue un posado
Como relata el autor, fueron dos los hitos
que le llevaron a determinar “el lugar preciso en el que Robert Capa fotografió al Miliciano”. En primer lugar, cita como fuente
“la secuencia de imágenes que recogen los
momentos previos y posteriores a la célebre
foto, publicada en un libro de Richard Whe-
AH
lan editado en 2008, This is war! Robert Capa
at work, que incluía fotografías inéditas de
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Capa”. Gracias a esta secuencia fotográfica,
Penco, que ya conocía bien el paisaje de Cerro Muriano donde desarrolla sus investiga-
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ciones históricas y arqueológicas desde hace
una década, tuvo claro que la foto no pudo
ser tomada allí. “En la imagen mejicana
aparece un valle y unas montañas que no
podían ser de Cerro Muriano”, asegura el
historiador.
La segunda clave que le llevó a ubicar la
imagen en Espejo fue la pista de la CNT.
“Robert Capa y Gerda Taro visitaron los tres
principales focos anarquistas en España:
Cataluña, primero, Aragón, después, y, por
último, Andalucía”. Y dentro de Córdoba,
señala Fernando Penco, el principal nudo
cenetista “estaba en el eje de Castro del RíoEspejo”. Tras trasladarse a Espejo en varias
ocasiones, Penco y Larrea realizaron un
Fernando Penco, descubirdor de la ubicación real de la foto, ha creado una completa web.
montaje fotográfico, con el que demostraron que el paisaje que aparece en la foto “no
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a página web de reciente creación
de junio de 2009 en el Registro de la Pro-
deja lugar a dudas de que el sitio era una co-
www.capaencordoba.com, que cuen-
piedad Intelectual de la Delegación Pro-
lina conocida entre los lugareños como La
ta con el apoyo de la Junta de Anda-
vincial de Cultura en Córdoba y, en la ac-
Haza del Reloj o la Dehesilla, a las afueras
lucía y la Diputación de Córdoba, recoge,
tualidad, puede consultarse en la citada
de Espejo”.
entre otras cosas, que la fotografía más re-
página web.
producida de la Guerra Civil española,
Otro dato interesante en la investiga-
Hasta el momento, se tenía la creencia
ción proviene de una entrevista que man-
Muerte de un Miliciano, de Robert Capa, no
de que la foto del Miliciano había sido to-
tuvo en la localidad gala de Pau con el mili-
fue tomada en Cerro Muriano, sino en Es-
mada por Robert Capa en Cerro Muriano,
ciano Virgilio Peña, protagonista del docu-
pejo, una tarde a comienzos de septiembre
un frente en el que se desarrollaron comba-
mental de Jean Ortiz y Dominique Gautier,
de 1936. Este hallazgo es el resultado del
tes el 5 y 6 de septiembre de 1936. Sin em-
El Espejo rojo. En esta entrevista, Virgilio,
trabajo del historiador y escritor cordobés,
bargo, las recientes investigaciones de Fer-
que en 1936 contaba con 22 años y formaba
Fernando Penco Valenzuela, autor del in-
nando Penco Valenzuela, un historiador
parte de un batallón en Espejo, certificó a
forme Muerte de un Miliciano: Informe preli-
que lleva nueve años siguiendo el rastro de
Penco que fueron los milicianos de Alcoy
minar de resultados acerca de la ubicación de
Robert Capa en Córdoba, han demostrado
los que defendían la Haza del Reloj y que a
la serie fotográfica de Robert Capa, en el que,
que la foto se tomó en Espejo, una zona que
inicios de septeimbre de 1936 el frente en
por vez primera, se demuestra la verdade-
en las fechas en la que se captó la imagen
Espejo “estaba calmo y tranquilo”. De lo
ra ubicación en la que fue capturada esta
—inicios de septiembre de 1936— no regis-
que se deduce que si en los primeros días de
icónica imagen. El texto de este informe,
traba combates, por lo que gana peso la hi-
septiembre en Espejo no había batalla, la
que está ilustrado con las imágenes del fo-
pótesis de que la icónica fotografía del Mili-
extraordinaria foto bien puede haber sido
tógrafo Juan Larrea, fue depositado el 24
ciano podría haber sido un posado.
fruto de un posado. ■
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Cronología de una
controversia
■ 1974. Phillip Knightley, en su libro
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Un galeón del siglo XVII
para navegar por el XXI
The First Casualty, duda sobre la veracidad de la fotografía.
■ 1985. Richard Whelan relaciona por
El galéon fue el tipo de barco que prota-
onubense una réplica de este singular na-
primera vez la imagen con Cerro
gonizó la ruta comercial que mantuvo uni-
vío. Por primera vez, se trata de una réplica
Muriano basándose en una entrevis-
da a España con América y Filipinas durante
real y no de una construcción a escala. Dis-
ta que mantuvo con Hans Namuth.
tres siglos surcando una y otra vez las distin-
tintos especialistas se están encargando de
■ 1995. Mario Brotóns, excombatiente
tas rutas de la Carrera de Indias. Su diseño
la ejecución de la réplica, siguiendo las indi-
de Alcoy que participó en la batalla
fue el resultado de las necesidades del co-
caciones recabadas en documentos del Ar-
de Cerro Muriano, reconoce a Federi-
mercio de la época: largas travesías, cre-
chivo de Indias, los modelos del arsenal del
co Borrell como el miliciano abatido.
ciente volumen de las mercancías y poco
Museo Naval de Madrid y distintas fuentes
■ 2003. Jan Arnold presenta el docu-
fondo para poder remontar el Guadalquivir
bibliográficas de los siglos XVI, XVII y XVIII.
hasta Sevilla, desde donde partían y a donde
A finales de febrero de este año, el galeón
■ 2005. Miguel Pascual, en su libro
arribaban. Por iniciativa de Fundación Nao
pondrá su popa rumbo a la Exposición Uni-
Milicianos, recupera un documento
Victoria se ha construido en un astillero
versal de Shanghái. ■
mental Los héroes nunca mueren.
original escrito por el anarquista
Enrique Borrell Fenollar: el texto
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dice que Federico Borrell muere en
Las Malagueñas. Las circunstancias de su muerte y la orografía del
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emplazamiento hacen imposible
que se trate del Miliciano.
■ 2007. El documental de Doménech
y Riebenbauer La sombra del Iceberg,
apoyándose en las investigaciones
de Pascual y en un estudio forense,
abunda en esta cuestión.
■ 2008. Se publica el catálogo de Whelan This is war! Robert Capa at work,
donde aparece la histórica fotografía
del Miliciano en la que se ha fundamentado la investigación de Fernando Penco.
2009
■ Abril (publicado en julio). Manuel
Huertas, en la revista AH a través
Imagen de uno de los momentos iniciales de la construcción del galeón.
de las fotógrafías de Juan Serrano,
sigue los pasos de Robert Capa y
Gerda Taro por Cerro Muriano.
■ Junio. Susperregui, en su libro
Un joven ‘Velázquez’
Sombras de la fotografía, ubica Muerte de un Miliciano en el Cerro del
Ventorrillo, Castro del Río.
AH
“Desde luego estoy emocionado por el
■ El Informe de Fernando Penco, con
hecho de que la limpieza de este cuadro ha-
fotografías de Juan Larrea, basado en
ya supuesto la recuperación de un trabajo
el hallazgo del 8 de mayo, localiza la
realmente significativo de Velázquez. Ansío
foto en La Haza del Reloj, Espejo. El
que los especialistas esclarezcan quién es el
informe fue depositado el 24 de junio
retratado, su parecido con el personaje de
en los fondos del Registro de la Pro-
‘Las Lanzas’ y la posibilidad de que sea el
piedad Intelectual de la Delegación
propio pintor con 35 años”. Así de contun-
Provincial de Cultura en Córdoba.
dente se mostró Keith Christiansen, res-
■ Julio. El Periódico de Cataluña, con
ponsable de pintura europea del Metropoli-
motivo de la exposición que el
tan Museum of Art de Nueva York, el pasado
MNAC de Barcelona dedica a Capa y
septiembre cuando se hizo público el hallaz-
Taro en colaboración con éste y con
go. Toda una noticia, ya que encontrar un
el International Center of Photo-
‘Velázquez’ es toda una rareza. La obra es la
graphy, se atribuye el descubri-
protagonista de una exposición abierta en
miento de Espejo.
Nueva York hasta febrero. ■
D
Centenares de pescadores portugueses faenaron en los barcos de Isla Cristina (Huelva) en
los siglo XIX y XX. En la imagen, galeón engalanado navegando por la ría de Isla Cristina
en la festividad de la Virgen del Carmen en la década de los años 40. Archivo de Francisco
González Salgado (Isla Cristina).
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Andalucía y Portugal,
una historia compartida
COORDINADO POR ENCARNACIÓN LEMUS LÓPEZ
UNIVERSIDAD DE HUELVA
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resentamos un dosier sobre
rano a Portugal descubrieron un pueblo que
las relaciones históricas en-
sonreía. Tal vez alguien que nos lea se acuer-
tre Portugal y Andalucía
de aún… Entonces llegaron las visitas para
orientado alrededor de cin-
ver cine y entrar en una librería.
co situaciones concretas: la
El silencio mutuo obedecía a políticas de
realidad fronteriza en la
Estado para ir levantado instituciones,
Edad Moderna, la Guerra de
identidades y realidades culturales diferen-
Restauración, los flujos mi-
ciadas —hoy innegables y bien consolida-
gratorios entre los siglos
das— desde sustratos comunes muy fuer-
XIX y XX, los huidos a Ba-
tes: muchos estudiábamos en el colegio que
rrancos durante la Guerra
Viriato era un héroe español de la resisten-
Civil y la visión que dio la prensa española
cia frente a los romanos (como Numancia) y
de la Revolución de los Claveles. Los temas
nos sorprendió oír que también era portu-
podrían haber sido otros porque, en reali-
gués. Pero nacionalismos y políticas de Es-
dad, cualquier aspecto de nuestra existen-
tado sustentadas en la diferencia con el otro
cia: historia, literatura, costumbres, gas-
no pueden distanciar caminos históricos
tronomía, leyendas o caminos nos acercan,
muy paralelos. Pienso, inicialmente, en la
aun sin admitirlo.
entrada simultánea en la ONU (1955) y, co-
Y hablando de caminos, tradicional-
mo dije, en la UE (1986). Pero antes, ya ha
mente la frontera del Guadiana se salvaba
recordado Fernando Morán que estuvo mu-
por los puentes internacionales de Ayamon-
chos años destinado en la embajada de Lis-
te y Rosal; el pasado mes de febrero de 2009
boa, la invasión de los Cien Mil hijos de San
se inauguró un tercer puente internacional,
Luis provocó la acción de Palmela contra la
que estrecha más, a través de El Granado y
Constitución Liberal; como en España los
Pomarao / Mértola, el suroeste peninsular y
Carlistas, en Portugal se enfrentaron Mi-
está prevista la apertura de un cuarto, entre
guelistas y partidarios de doña María de la
Paymogo y San Marcos / Serpa, para este
Gloria; en 1890, bajo la presión inglesa, los
año. Quiero tomar esto como un símbolo de
intelectuales lusos sintieron la crisis de su
una realidad que ha cambiado. Las relacio-
conciencia nacional como aquí la Genera-
nes entre portugueses y españoles se carac-
ción de 1898; se vive un Regeneracionismo
terizaron en la historia por la mutua igno-
paralelo y la decadencia las Monarquías pa-
rancia: a la soberbia española, el portugués
ra llegar a las dictaduras militares de Sidó-
respondía con su conciso “De Espanha, ni
nio Paes y Primo de Rivera en el período de
bom vento ni bom casamento”. Oficialmen-
entreguerras y, luego ya, décadas de Salaza-
te el ingreso paralelo en la UE en enero de
rismo y Franquismo.
1986 haría que las cosas se transformaran
Todavía iba al colegio cuando una ma-
rápidamente; creo, sin embargo, que el ha-
ñana la gente formaba grupos murmuran-
llazgo es anterior. Una corriente de curiosi-
tes en el mercado municipal, me acerqué a
dad y simpatía cruzó España después de
mirar y en la pared, bajo el dibujo de algo
abril de 1974 y en ABC se insertaba el 27 de ju-
como una hoz y un martillo, habían escrito
nio un anuncio de la Agencia Portuguesa de
fugazmente: “¡Viva Portugal!” Ese verano
Turismo que decía: “Cambien la ruta de su
lo pasé jugando con otros niños portugue-
puente: esta vez, Portugal. Le esperamos.
ses, que andaban de paso y tenían un trato
Portugal, tanto y tan cerca”. Así, que miles
exquisito. No sé… Tal vez por eso ese país
de españoles decidieron acercarse aquel ve-
me guste tanto. ■
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Contrabando y negocios
en el límite de dos imperios
La frontera de España y Portugal en la Edad Moderna
MIGUEL ÁNGEL MELÓN JIMÉNEZ
UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA
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a frontera con Portugal se extiende a
lo largo de 1.234 kilómetros. Sobre
ella recae el privilegio de constituir
el más antiguo de los límites peninsulares,
pero no es, excepto en determinados tramos, una frontera geográfica, sino histórica y un tanto artificiosa. Se sitúa en el vacío
natural existente entre sus dos lados, quedando alejada de ella las partes más pobladas y ricas de ambos países, así como los
centros soberanos de poder. Las características con las que se presenta hunden sus raíces en la Edad Media y son susceptibles de
generalizarse en su totalidad para la Edad
Moderna. En principio, se trataba más de
ANDALUCÍA Y PORTUGAL
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Desde que se procediera a su
te un sistema de fortalezas el denominado
trazado en la Edad Media, la
“Muro Ibérico”, cuyos límites se plasmaron
frontera de España con
Portugal fue adquiriendo
en el Tratado de Lisboa de 1668 que puso fin a
aquélla, posteriormente confirmado en los
de 1713, 1763 y 1783. La línea que define la
unas características propias
frontera entre España y Portugal quedó defi-
que la diferenciaron del
nitivamente fijada, excepción hecha de la
resto de las fronteras
parte correspondiente a Olivenza, en los
peninsulares. Resultado de
Tratados de Límites de 29 de septiembre de
1864 y 4 de noviembre de 1866, en el Acta Ge-
las sucesivas contiendas que
neral del 1 de diciembre de 1906, y en el Con-
enfrentaron a castellanos y
venio firmado el 29 de junio de 1926. Es pre-
portugueses y de los
cisamente este último, ratificado el 17 de ju-
acuerdos diplomáticos que les
nio de 1927, el que define el trazado fronterizo entre Andalucía y Portugal.
una franja que de una línea, la mayor parte
pusieron fin, ese espacio, conocido
de las veces mal definida; era además un es-
como “Muro Ibérico”, fue un
EL COMERCIO LEGAL. Hasta 1559 en que se
pacio discutido y controlado principalmen-
territorio fecundo para los
encargó al licenciado Hernando de Villafa-
te mediante un sistema de establecimientos
aduaneros y plazas fuertes que actuaban co-
intercambios. Los establecimientos
ña y a Luis de Polanco la organización aduanera con el vecino reino, el comercio con
mo avanzada hacia el país vecino. Constitu-
aduaneros fiscalizaron el comercio
Portugal no fue objeto de ninguna clase de
ía, finalmente, un espacio fraccionado por
legal que arrojó una balanza muy
tasación por parte del fisco castellano. A
la diversidad de intereses que se dirimían en
positiva para los portugueses en la
ellos corresponde el establecimiento de los
sus inmediaciones.
Sus primeras delimitaciones se encuen-
Edad Moderna, pero no pudieron
puertos secos de la frontera con Portugal y la
elaboración de la única tarifa conocida de
tran en el Tratado de Badajoz (1267) y en el
poner coto a los señores de la noche
Tratado de Alcañices (1297), que precisan la
o contrabandistas, que se hicieron
en vigor se produjo en enero de ese mismo
línea divisoria entre ambos reinos. En el si-
pronto dueños de un más que
año. En 1571, la frontera de Andalucía con
glo XVI, la anexión de Portugal en 1580 y la
lucrativo negocio.
Portugal incluía las aduanas de Aroche,
jura de Felipe II como rey en las Cortes de To-
esta frontera hasta entonces, cuya entrada
Ayamonte, El Granado, Encinasola, Lepe,
mar, en 1581, obligaron a abordar de
Paymogo, La Redondela y Sanlúcar; estos
modo diferente el problema de la
establecimientos fueron suprimidos en
frontera, de ahí que la desapari-
1580, para restablecerse de nuevo en 1592.
ción de los puertos secos fuese una
Dos siglos más tarde, en 1739, las aduanas
de las cuestiones destacadas que
andaluzas se agrupaban en torno a los parti-
se incluyeron en las negociacio-
dos de Ayamonte (Alosno, Ayamonte, Cabe-
nes. La Guerra de Restau-
zas Rubias, El Granado, Paymogo, Puebla
ración Portuguesa
de Guzmán y Santa Bárbara de Casa) y de Ba-
consolidó median-
dajoz (Aracena, Aroche y Encinasola). En
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Atlas Maior, de Joan Blaeu.
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La Raya que separa Andalucía de Portugal aparece bien dibujada en esta inusual representación cartográfica de 1665.
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Escena a la entrada de una venta. Leonardo Alenza y Nieto (1807-1843). Museo de Bellas Artes de Bilbao
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Los contrabandistas se valían de unas redes con colaboradores a ambos lados de la Raya.
1780, dichos establecimientos habían que-
de 1785, el intendente de Extremadura in-
nufacturas de lino y cáñamo, los libros, los
dado reducidos a los de Aracena, Aroche, El
cluía en el comercio de importación en la
zapatos, las alhajas, los tejidos de oro y de
Granado, Paymogo, Puebla de Guzmán y
parte meridional de la frontera portuguesa
plata falsos, el metal amarillo compuesto,
Santa Bárbara de Casa.
los denominados productos del reino “vege-
el mercurio dulce, los compuestos de azo-
Conocemos los productos que las atrave-
table” (arroz, azúcar, aceite, frutas, pi-
gue y solimán, y el salitre.
saban gracias a una Memoria de las merca-
mienta negra), los del reino animal (carne-
El comercio de exportación movía carbón
derías que, procedentes del exterior, entraban en España durante el siglo XVI. En ella
su compilador incluía los que de Portugal
llegaban a Castilla, todos de excelente calidad, entre los que cabría mencionar los siguientes: toda suerte de especerías, confituras, mermeladas y conservas; azúcar de
Madeira, Brasil y Cabo Verde; algodones en
hebra e hilados en madejas; alfombras,
colchas y seda de la India; cofres de nácar,
pedrería fina, cucharas de marfil y de nácar, porcelanas; ébano; lienzos, cintas, hiladillos y damascos. Las tasas que debían
pagar, así como las de todos los demás que
atravesaban la frontera quedaron fijadas en
el arancel de 1597, que se mantendría vigente hasta la separación de Portugal de
Castilla. Dos siglos después, en 1767, el valor de los derechos de lo introducido
en España por la frontera portuguesa se elevaba a la cifra de 20 millones de maravedíes, mientras
que los derechos de los productos
que se extrajeron sólo alcanzaban los 4 millones de maravedíes.
En un informe
ros y borros) y sus derivados (tocino, tripa
de brezo, esparto manufacturado, jabón, le-
de vaca, manteca de Flandes, quesos, sue-
ña, zumaque, cobertores de Palencia, esta-
las), más las salazones de pescado (sardinas
meñas pardas, jergas para costales, tejidos
y bacalao), objetos diversos (rosarios) y teji-
de seda, galones y manufacturas de oro y de
dos de lienzo y estopas. Se permitía la en-
plata. Estaba prohibida la saca de ganados,
trada de lino y cáñamo en rama, alquitra-
productos agrarios, moneda de oro y plata,
nes para jarcia, cordelería y pesca, algodón
armas, sal medicinal, lanas bastas, gusa-
de las Indias y algodones extranjeros; de
nos de seda, seda y pieles. Podían extraerse,
animales (cueros, pieles); de los fabricados
dependiendo de la mayor o menor abundan-
con hierro (cañones y escopetas), y los in-
cia, cereales, pan cocido, aceite, esparto, al-
gredientes necesarios para las manufactu-
godón de Indias, vino y zumaque, lanas fi-
ras de lino, cáñamo, algodón, vidrios, se-
nas, seda por los puestos habilitados para
da, loza, cueros y pieles; en cambio, esta-
hacerlo, cueros de América, mulas y ma-
ban prohibidos el tabaco, el azufre, el ber-
chos de edad, manufacturas de lino, cueros
mellón y el plomo. Como efectos de artes y
y pieles curtidos, tejidos de seda, peltre la-
fábricas extranjeros refiere, entre los auto-
brado, hierro en barra, alumbre y sedas con
rizados, los paños y tejidos de lana, los som-
mezcla de oro y plata. El repertorio de los gé-
breros, la quincallería, las alhajas de oro y
neros que cruzaban la frontera, como se ve,
de plata, el latón batido y tirado en hojas.
resultaría inacabable, pero enormemente
Estaban prohibidas las muselinas, los teji-
atractivo para cuantos de forma lícita o ilíci-
dos de algodón o con mezcla de él, las ma-
ta participaban en este comercio.
El comercio de exportación legal a Portugal movía carbón, esparto,
jabón y leña, entre otros productos. Por el contrario, estaba prohibida
la saca de ganados, monedas de oro y plata, gusanos de seda y pieles
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Bandoleros al acecho. Óleo de Leonardo Alenza y Nieto (1807-1843).
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Los entresijos y sendas del contrabando se heredaban de generación en generación.
LOS SEÑORES DE LA NOCHE. Al margen
sendas pasaban de generación en genera-
por los defraudadores, una de las cuales les
de épocas y contextos, en los territorios
ción como el secreto mejor guardado de la
llevaba hasta Barrancos o a Serpa, en Portu-
fronterizos muchos eran lo que aparenta-
frontera. En ellas participaban espías, en-
gal, donde cargaban los “corachillos” de ta-
ban, pero otros tantos, sin aparentarlo, se
cubridores, informadores, mercaderes y re-
baco y regresaban por el reino de Sevilla en
sabía perfectamente lo que eran. El desdo-
vendedores; a veces hasta las mismas mili-
dirección a sus poblaciones de origen.
blamiento de funciones que conllevaban las
cias encargadas de combatirlo, y no falta-
Añade valiosos datos a lo aportado por
prácticas comerciales fraudulentas era co-
ban clérigos ni tampoco funcionarios de la
Ortiz un informe de 1786 del marqués de Ro-
nocido por quienes formaban el entorno del
administración de rentas que, para incre-
bledo sobre la organización y el funciona-
contrabandista, pero éste procuraba maqui-
mentar los valores de las que recaudaban,
miento del sistema de abastecimiento utili-
llar su condición de las más diversas mane-
no ponían reparos a la introducción de de-
zado en la frontera con Portugal. Del lado
ras. Si hay unas figuras consustanciales a la
terminados productos.
luso de la Raya se ubicaban los almacenes de
historia de la frontera, esos son los señores
El 26 de mayo de 1784, Juan de Ortiz, co-
baratería, a los que acudían los contraban-
de la noche: gentes de la más variada proce-
ronel comisionado en Andalucía por Carlos
distas para comprar el tabaco Brasil y que a
dencia y condición social, que no entendían
III para la persecución de contrabandistas y
la altura de la frontera con Andalucía se en-
de guerras y disputas ni de leyes que restrin-
malhechores, dirigía a las autoridades de la
contraban en Barrancos, Serpa y Moura. Es-
gieran los tráficos mercantiles, y para quie-
Hacienda un informe razonado sobre el con-
tos establecimientos basaban su populari-
nes la frontera fue siempre esa tierra de na-
trabando en Andalucía que pormenoriza las
dad y éxito en el menor precio, en una coor-
die por la que se movían a sus anchas y de la
conexiones y ramificaciones que confluían
dinada organización y en otra serie de aten-
que se habían erigido en únicos dueños.
en la demarcación fronteriza. Con respecto
ciones que dispensaban a sus clientes. En
En el seno del contrabando cabía un va-
al de tabaco, tres pueblos del reino de Córdo-
ellos había, según el informe que en 1793
riado espectro social que abarcaba desde el
ba, enclavados en las comarcas de la Subbé-
presentó al Banco de San Carlos José Espino-
simple mochilero o metedor que transporta-
tica y de Antequera, constituían el “receptá-
sa y Brun, “cuadras con plazas para centena-
ba sobre sus espaldas pequeñas mercancías,
culo” o almacén principal: Encinas Reales,
res de caballos. Por el primer pienso que dan
pero muy apreciadas por su valor, hasta los
Cuevas Altas y Cuevas Bajas. Fija varias ru-
allí los contrabandistas, no les lleva interés
contrabandistas a mayor escala (de tabaco,
tas, menos concurridas de cuanto lo esta-
el administrador, ni tampoco por la paja
azúcar, sal, textiles, ganados, etc.), entre
ban aquellas que convergían en estos tres
que consumen mientras se esperan los unos
los que era posible encontrar a personas aco-
lugares, pero usadas de forma alternativa
a los otros para volver a España reunidos en
modadas de los pueblos fronterizos, sin olvidar la saga de delincuentes que para sobrevivir no tenían más remedio que acudir a
esta práctica. Se valían de unas redes, en las
que contaban con colaboradores a ambos lados de la Raya, cuyos entresijos, caminos y
En el contrabando cabía un variado espectro social que abarcaba desde
los mochileros, que transportaban pequeñas pero valiosas mercancías,
hasta grandes contrabandistas de tabaco, azúcar, sal y textiles
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En abril de 1788, la villa de Jabugo (en la imagen) tenía 270 vecinos, de los cuales 200 se hallaban “comerciando en el reino de Portugal”.
cuadrillas numerosas. Esta comodidad, es-
dón y muselinas, donde a cualquiera hora se
sus moradores no consiguieron eliminar es-
te hospedaje, este obsequio, esta baja en el
proveen los que apetecen su uso. Y además se
tos abusos, pues al practicarse las diligen-
precio del tabaco y esta proximidad a la
esparcen sujetos por todos estos pueblos a
cias previas a su ejecución los contrabandis-
frontera son las causas que fomentan el
vender, sin que se pueda evitar, porque sólo
tas eran avisados de antemano y tenían
contrabando”. En estos establecimientos,
de hablar contra su conducta hay riesgo. Y
tiempo de escapar u ocultar los alijos.
según Espinosa, encontraban financiación
aun se ven respetados en todos estos contor-
En abril de 1788, la villa de Jabugo tenía
para las expediciones que realizaban, lo que
nos por sus arrojos y amenazas”. Las fre-
270 vecinos, de los cuales 200 “se hallan de
posteriormente les obligaba a satisfacer las
cuentes batidas de la tropa y los castigos a
muchos años a esta parte tratando y comer-
deudas contraídas con los almacenistas y a
ciando en el reino de Portugal”. Extraían
seguir en sus actividades ilegales para can-
monedas y traficaban con tejidos de algo-
celarlas. En las baraterías eran reclutados
dón, canela, pimienta negra, sombreros y
La balanza se inclina
a favor de Portugal
tabaco negro Brasil de la fábrica de Barran-
■ “El estado actual de nuestro
venderlo a otros enclaves y a los comprado-
JABUGO Y LOS CONTRABANDISTAS. Ja-
comercio con los portugueses es el más
res que venían de media España a esta loca-
bugo, localidad onubense de la Sierra de Ara-
fatal y lamentable que puede oírse. Ya
lidad para adquirirlos. Extraían para Portu-
cena, se convirtió en paradigma de las activi-
tenemos comprobada la ventaja que
gal caballos padres, “algunos de los más po-
dades y comportamientos de este tipo que en
nos llevan, de cinco contra uno en el
derosos de esta villa”, mediante escrituras
las inmediaciones fronterizas se daban y que
comercio lícito que se hace por esta
falsas en las que fingían su compraventa a
serían susceptibles de generalizarse a pobla-
parte de Extremadura; y no pongo
los deudos y amigos. Según las noticias re-
ciones extremeñas, castellanas y gallegas en
reparo en asegurar que por la parte de
cabadas, los alcaldes y justicias eran los ma-
las que se producían manejos similares. José
Andalucía, Castilla, y Galicia está aún
yores contrabandistas y habían ganado con
Marín y Aroche, interventor de rentas
la balanza más a su favor. Ni los frutos
esos tratos elevados caudales que les hicie-
generales y del tabaco en la pobla-
comerciables con Portugal son tantos
ron pensar en retirarse con la idea de obte-
ción de Castaño del Robledo, inme-
como aquí por aquellas partes, ni la
ner un indulto.
diata a Jabugo, informaba en 1787
industria de aquellos naturales es más
pequeños ejércitos de defraudadores que se
internaban en territorio español por Extremadura y Andalucía.
de lo que allí ocurría a la vista de
todo el mundo: “El pueblo de Jabugo está hecho una feria
perpetua de tabaco
y géneros de algo-
cos; tráfico del que no sólo se beneficiaban
los pueblos inmediatos, sino que sacaban a
que la de éstos, sin embargo de que
VISIONES CONTRAPUESTAS. A lo largo de
tampoco puede ser menos”.
la historia han coexistido dos percepciones
Informe del Comercio de España con
contrapuestas de una misma realidad fron-
Portugal (1769)
teriza: aquella que entendían los funcionarios de la Hacienda castellana o los milita-
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Bodegón de caza, hortalizas y frutas. Juan Sánchez Cotán. 1602. Museo del Prado.
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El comercio legal incluía productos del mundo vegetal y animal como algunos de los representados en este bodegón.
ner. Actuaban de
res, y la que acuñaron los arrayanos.
Para los primeros, la
línea que les separaba de Portugal cons-
Nunca fue posible erradicar el contrabando, ni siquiera en las fases
más enconadas de las guerras, puesto que era el único medio de tener
operativo ese espacio cuando las monarquías decidían cerrarlo
ese modo impulsados por una lógica
que asignaba un
papel distinto a cada cual: para los Es-
tituía un punto de
referencia que había que vigilar e imperme-
se convirtieron en factores que marcaron
tados, afirmar las fronteras significaba
abilizar con el fin de obtener unos ingresos
de manera indeleble las experiencias de
precisar el espacio sobre el que proyectar su
fiscales por los tráficos comerciales que a
sucesivas generaciones. Superadas las di-
soberanía; para sus habitantes, difuminar
través de ella fluían y, de paso, por razones
ferencias entre ambos reinos, sin embar-
esas líneas imaginarias que los políticos y
estratégicas, mantener en sus límites a un
go, los hombres permeabilizaban con rapi-
los topógrafos trazaban suponía definir su
secular enemigo de Castilla. Para los arra-
dez los compartimentos estancos que los
propio territorio, aquél en el que asegura-
yanos, por el contrario, se trataba de un
Estados se empeñaban en erigir y mante-
ban su supervivencia y la de los suyos, y
donde cobraban sentido sus vidas.
entorno vital por el que se movían a su antojo y que únicamente veían amenazado al
Esta es una de las razones por las que, al
desatarse las hostilidades. Superadas las
margen de los beneficios que proporciona-
tensiones, se reanudaban las relaciones de
Más información
abiertas, puesto que sobre ese mestizaje cul-
ra, nunca fue posible erradicar el contrabando, ni siquiera en las fases más encona-
una y otra parte y restañaban las heridas
■ Cordero Torres, José María
das de los conflictos bélicos, puesto que era
tural descansaba el sustento cotidiano. La
Fronteras hispánicas. Geografía e historia.
el único medio de mantener abierto ese es-
mejor prueba es que, amparadas en el con-
Diplomacia y administración.
pacio cuando las monarquías decidían ce-
trabando, se desarrollaron unas complici-
Instituto de Estudios Políticos,
rrarlo. A fin de cuentas, fue en esa otra fron-
dades interrayanas que las autoridades
Madrid, 1960.
tera, opuesta diametralmente a la surgida
nunca consiguieron romper.
■ Melón Jiménez, Miguel Ángel
de las disputas y los conflictos bélicos, sin
Hacienda, comercio y contrabando en la
necesidad alguna de ser delineada con trazo
pas de esplendor y de postración, siendo
frontera de Portugal (siglos XV-XVIII).
certero y suspicacia infinita, donde mochi-
nota dominante en ella tanto la agilidad de
Cicón, Cáceres, 1999.
leros y trajineros, defendiendo una forma
La frontera luso-española atravesó eta-
las relaciones como el temor a las amena-
■ Los tentáculos de la Hidra. Contrabando y
de vida marcada por el reloj implacable de la
zas que en una u otra dirección se produje-
militarización del orden público en España
subsistencia, compartieron voluntades e
ran. La incertidumbre, el miedo al otro la-
(1784-1800).
intereses durante siglos en un territorio
do de la línea divisoria, las continuas sus-
Sílex Ediciones, Madrid, 2009.
abierto, de silencio, e iluminado la mayor
picacias y recelos entre localidades vecinas
parte de las veces por la luz de la luna. ■
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28 años de asedio
La Guerra de Restauración Portuguesa en la Sierra de Aroche
FÉLIX SANCHA SORIA
ARCHIVO DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUELVA
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a Guerra de Restauración Portuguesa duró veintiocho largos años. Durante casi tres décadas, este aconte-
cimiento fue nefasto para toda la porción de
tierras fronterizas desde Galicia hasta Andalucía, es decir para más de mil kilómetros. Un largo período de tranquilidad previo, de setenta años de duración, en el que
las personas y las mercancías no conocieron
frontera, dio paso a una época de barreras físicas y mentales, donde las relaciones de vecindad y amistad se tornaron en guerra sin
cuartel. La historiografía en general ha
mostrado muy poco interés por esta etapa,
quizá porque fue una época caracterizada
ANDALUCÍA Y PORTUGAL
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La Guerra de Restauración
a agosto de 1637, con el estallido de una vio-
de Portugal (1640-1668) es la
lenta revuelta popular en Évora, que se ex-
gran olvidada de las
investigaciones históricas
tendió al sur del país y que fue duramente
reprimida. Tres años más tarde, el 1 de diciembre de 1640, un grupo de conspiradores
realizadas en Andalucía. En
armados irrumpió en el Palacio Real de Lis-
la frontera onubense,
boa, asesinó a Vasconcellos (el estadista por-
españoles y portugueses,
tugués, secretario de Estado al servicio de la
tras sesenta años de
monarquía española) y puso bajo custodia a
la princesa Margarita, virreina de Portugal
convivencia pacífica, se
por designación de Felipe IV. El duque de
vieron sumergidos en una
Braganza, descendiente de la duquesa Cata-
terrible lucha que hizo
lina, fue proclamado rey con el nombre de
nacer una nueva frontera. La
Joao IV. Comenzaba así la Guerra de Restauración Portuguesa.
por una profunda decadencia. Sin embargo,
política de la monarquía española
en los últimos años hemos asistido a una
condenó a esta Raya a la inanición y
LA ABRASIÓN DEL TERRITORIO. En los
fuerte revisión de los análisis, tanto por par-
el abandono durante los más de 28
momentos iniciales, Portugal adoptó una
te de la historiografía española como de la
portuguesa.
largos años que duró el conflicto.
posición ofensiva por lo que se abrió un amplio frente, desde Galicia a Andalucía. Se
Una vez pasado el huracán, la Sierra
sucedieron los ataques tendentes a castigar
traen a 1580, fecha en la que se produjo la in-
arochena tardó décadas en
el espacio sin unos objetivos concretos. Los
vasión de Portugal por parte de las tropas es-
recuperarse.
enfrentamientos entre los contendientes
Las raíces del enfrentamiento se retro-
pañolas, a resultas de la disputa por el trono
fueron frecuentes, salpicando las poblacio-
entre Felipe II y la Duquesa de Braganza, tras
nes de muertos y heridos, pudiéndose dis-
la muerte del soberano luso Don Enrique. En
tinguir varias modalidades de lucha: gran-
las primeras Cortes celebradas en Tomar
des batallas libradas en el frente extreme-
(1581), el reino luso fue agregado a la monar-
ño; asedios y asaltos a plazas fronterizas;
quía española, pero no se unió a ella. Con-
conquistas de poblaciones, y ataques de par-
forme pasó el tiempo las esperanzas que ha-
tidas de soldados, variables en número, al
bían abrigado los portugueses de con-
corazón de la economía enemiga, como las
seguir ventajas se fueron desvane-
famosas presas de ganado.
ciendo y el implacable autoritaris-
Lo que debe de quedar claro es que estas
mo de los Austrias cayó sobre ellos
tácticas utilizadas por ambos ejércitos fue-
con toda intensidad. Con todo, la
ron incapaces de conseguir la victoria y de-
paz y convivencia marcaron el
rrotar al contrincante. Sin temor a equivo-
curso de la historia durante
carnos podemos decir que lo que se desarro-
siete décadas. Pero
lló, durante casi tres décadas, en toda la
la paz se quebró en
frontera fue una guerra de guerrillas, de
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Retrato de Felipe IV. Diego Velázquez (1656). Museo el Prado.
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Felipe IV dedicó sus recursos a luchar en Cataluña y Flandes, forzando a las villas fronterizas a cargar con el peso de la guerra con Portugal.
desgaste, con continuos ataques que abrasaban la economía de las poblaciones.La
contienda fue un acontecimiento que tuvo
un sello común a lo largo de la Raya, debiendo sortear los españoles y los portugueses
Durante las casi tres décadas que duró, este acontecimiento fue
nefasto para toda la porción de tierras fronterizas desde Galicia
hasta Andalucía, es decir para más de mil kilómetros
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chas otras partes de la frontera con Portugal, fue una sociedad en crisis, profundamente fracturada. A la importante presión
fiscal hay que añadir las epidemias, las crisis de subsistencias y los desmanes de las
tropas españolas, que en muchas ocasiones
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se comportaron como un verdadero ejército
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minado “rebelde” portugués que organiza-
de ocupación. A ello hay que sumar el denodo en partidas realizaba continuas incursiones causando muerte, pobreza y miedo.
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Mucha culpa de la situación la tenía la
difícil geografía de estos pagos, pues la serranía sevillana más occidental era una coMapa de los puntos avanzados en los que Portugal concentró sus tropas.
marca agreste. Sin embargo, en muy pocas
ocasiones se rebasaba el millar de metros de
altitud. En general, el suelo era poco pro-
idénticos problemas. Las variaciones las
res), Francia o las Provincias Unidas (Guerra
ductivo para la agricultura pero bueno para
marcó la intensidad del sufrimiento, siendo
de los Treinta Años). A lo largo de la guerra,
la ganadería y los aprovechamientos fores-
mucho mayor en las zonas más cercanas a la
la indisciplina y las deserciones fueron fre-
tales. A resultas de las abundantes precipi-
frontera. Como el diseño de la guerra en la
cuentes como consecuencia de la falta de
taciones la vegetación se tornaba exuberan-
frontera portuguesa era de contención, las
efectivos y fondos, del difícil avituallamien-
te destacando las dehesas de encinas y alcor-
poblaciones se vivieron obligadas a vivir de
to y de las frecuentes epidemias.
noques, los robledales, quejigales y el castañar. Entre ellos se extendían frondosas ribe-
sus propios recursos y a costa de grandes sacrificios. El abandono provocó un terrible
LA SIERRA DE AROCHE. El diseño estraté-
ras y amplias manchas de matorral medite-
clima psicológico de desesperanza, terror,
gico de la guerra condicionó el sistema de-
rráneo.
miedo y amargura.
fensivo provocando la congelación durante
Administrativamente, la comarca se ar-
La Guerra de Restauración Portuguesa
años de amplios territorios fronterizos. Uno
ticulaba en dos jurisdicciones, la realenga y
fue uno de los momentos más negros de la
de ellos fue el corredor extendido entre Enci-
la señorial. Las tierras realengas dependían
dilatada historia de esta zona, quizá la peor
nasola y Ayamonte. Las comarcas onuben-
del poderoso concejo de Sevilla, encontrán-
de todas las épocas. Tras su paso quedó un
ses de la Sierra de Aroche, el Andévalo y la
dose en su seno los municipios que contri-
panorama desolador donde los pocos veci-
Costa Occidental fueron un trozo de terreno
buyeron más activamente a la guerra, como
nos sobrevivieron de milagro en un espacio
que resistió hasta agotar todas sus fuerzas.
Aroche, Cortegana, Encinasola, Fregenal,
Cumbres Mayores, Cumbres de San Bartolo-
fuertemente deprimido, aislado y desarti-
Claro que el tema venía de lejos. Históri-
culado desde el punto de vista socioeconó-
camente se había demostrado que cada vez
mico. Al final de la guerra las poblaciones
que la corona castellana entablaba pleitos
Las fuentes demográficas de la época
más cercanas a Portugal estaban empobre-
con Portugal, el costado de la Sierra sangra-
(1642) nos indican que la actual comarca se-
cidas y despobladas como no lo habían esta-
ba en abundancia. Mientras que esta políti-
rrana estaba formada por 15 municipios y
do jamás.
ca de grandeza y mantenimiento de la hege-
contaba con unos 18.000 habitantes. No
Los generales españoles eligieron Extre-
monía en Europa suponía un simple catarro
obstante, debemos de tener en cuenta que
madura como centro neurálgico de la gue-
para Madrid en los espacios onubenses
aunque en aquella fecha ya se habían pro-
constituía una auténtica pulmonía.
ducido algunas muertes, como consecuen-
rra, al otro lado, el Alentejo hará de
pantalla. Mientras tanto, los veci-
En resumen, durante la segunda parte
nos de la nueva frontera observa-
del siglo XVII la Sierra arochena, como mu-
mé, El Cerro, etc.
cia de los primeros ataques, se observaba
una pobre densidad poblacional.
ron con estupor cómo Felipe IV dedicaba los recursos a combatir en
otros territorios en conflicto como Cataluña (Revuelta de
los Catalanes o Guerra de los Segado-
Sin temor a equivocarnos podemos decir que lo que se desarrolló en
toda la frontera fue una guerra de guerrillas, de desgaste, con
continuos ataques que abrasaban la economía de las poblaciones
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Otra de las peculiaridades de esta zona
fue siempre la carencia de una clara línea
fronteriza, pues separando la Sierra arochena de las poblaciones alentejanas se extendía la Raya o frontera, caracterizada por su
indefinición, lo que hacía que existieran
AH
grandes espacios abiertos sin delimitar, como la denominada “Tierra de Contiendas”
ENE
2010
que era una extensión de más de ciento
veinte kilómetros cuadrados que se disputaban Aroche, Moura y Encinasola.
21
LA DEFENSA. La frontera que se extendía
entre Encinasola y Ayamonte era muy extensa por lo que se le dieron a sus partes di-
Mapa de la “Frontera de Sevilla” y la “Frontera de Ayamonte”.
versos nombres, a la línea que va desde Ayamonte hasta Santa Bárbara de Casa “Frontera de Ayamonte”; al corredor del Chanza,
no a las plazas fuertes de Aroche y Encinaso-
totalmente distintas, las poblaciones que
con Aroche como capital militar, “Frontera
la. Al norte, la villa marocha protegía a
contaban con defensas, como castillos, mu-
de Sevilla”; al norte del término de Encina-
otras villas fortificadas como Cumbres de
rallas o fuertes, y aquellas otras que carecí-
sola comenzaba la “Frontera Extremeña”.
San Bartolomé, Cumbres Mayores, Cala,
an de ellas. Entre las primeras estaban Aro-
Desde el punto de vista militar, el Reino
Santa Olalla del Cala, Zufre, etc. Más al Sur,
che, Encinasola, Cortegana, Fregenal,
de Sevilla, del que formaban parte los muni-
Aroche hacía lo propio con Cortegana, Al-
Cumbres de San Bartolomé, Cumbres Mayo-
cipios de la serranía arochena, indepen-
monaster, Aracena, Castillo de las Guardas,
res, Cala, Almonaster, Aracena, Zufre o
dientemente de su jurisdicción realenga o
etc. No obstante, la mayor parte de la Sierra
Sanlúcar del Guadiana. Entre las segundas,
señorial, va a recibir las órdenes de la Junta
estuvo bajo la protección de Aroche, la po-
La Nava, Galaroza, Los Marines, Cortelazor,
de Guerra madrileña. Geoestratégicamen-
blación que tenía el sistema defensivo más
Higuera, Cabezas Rubias o Santa Bárbara de
te, las tierras de Sevilla fueron divididas en
poderoso.
Casa. Lo primero que hubo que hacer fue
restaurar las abandonadas defensas y poner
partidos militares compuestos por diferen-
Cada plaza española se enfrentaba a otra
tes poblaciones. Así, el espacio serrano se lo
portuguesa, por ejemplo Encinasola a Mou-
repartían los partidos de Fregenal y Arace-
ra y Aroche a Serpa. Cuando se detectaba la
Pocos días después de los sucesos de Lis-
na. En las tierras de realengo la defensa era
amenaza de un ataque a alguna plaza fronte-
boa, el 10 de enero de 1641, Madrid decidió
organizada por Sevilla a través de sus conce-
riza se desplazaban hasta ella las compañías
sellar sus fronteras con Portugal y sus colo-
jos que levantaron en las plazas compañías
de milicias de los partidos de Aracena y Fre-
nias, en caso de que se unieran a los suble-
de milicias, mientras que en los espacios se-
genal. Entre ellas, se estableció un coordina-
vados. Este bloqueo económico no sentó na-
ñoriales corrían a cargo de los nobles.
do sistema de información a través de espías
da bien a los concejos de la Sierra de Aroche,
y correos que debían pagar todas las villas.
en unas tierras donde habían convivido por-
El sistema defensivo en la frontera sevi-
en funcionamiento la vieja artillería.
tugueses y españoles durante seis décadas
llana fue concebido como en la Edad Media
a través de diversas líneas defensivas que
GUERRA SIN CUARTEL. A pesar de no
era muy difícil impedir el comercio entre ve-
perdían fuerza hacia el interior. Se tuvieron
comprender las razones del caso, los vecinos
cinos. La amistad y el parentesco eran mo-
en cuenta circunstancias como la posición
de comarcas como la Sierra de Aroche y el
neda de cambio y la economía fronteriza de-
de las plazas, las estructuras defensivas y
Andévalo tuvieron que prepararse para la
pendía en gran medida de ese tráfico. Por
las vías de comunicación. En la Sierra, dos
contienda, a partir del mes de diciembre de
tanto, estas acciones de aislamiento fueron
corredores marcaban la arquitectura en tor-
1640. En este marco había dos situaciones
difíciles de llevar a cabo.
La guerra de desgaste, que se extendió a
lo largo de la frontera, tuvo como principal
Mientras que esta política de grandeza y mantenimiento de la
hegemonía en Europa suponía un simple catarro para Madrid, en
la frontera andaluza constituía una auténtica pulmonía
característica los continuos ataques y contraataques de tropas. La actividad militar se
desarrolló aprovechando el buen tiempo. La
primera acción de importancia fue la toma
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De campesino
a soldado
■ Los reclutamientos en la zona
adquirieron diversas formas. Los
principales se hicieron con destino a
la formación de compañías de
milicias. A pesar de que la compañía
clásica estaba formada por 100
soldados, en los municipios serranos,
debido a la escasa demografía, las
compañías regulares estaban
compuestas por 50 ó 60 soldados.
Cuando las acometidas portuguesas
eran importantes se recurría a hacer
levas a través de repartimiento —levas
temporales forzosas—, levantándose
entonces compañías de socorro para
AH
engrosar las filas de los defensores.
ENE
2010
que nació para defender la campaña o
Otro tipo de reclutamiento era aquel
término municipal a través de
compañías de caballería, las cuales
22
podían tener un radio
intermunicipal. También se
Aroche era la población que tenía el mejor sistema defensivo de la Sierra.
reclutaron soldados de otras maneras,
como los mandatos de la Junta de
Guerra tendentes a alistar hombres
A lo largo de la guerra la indisciplina y las deserciones fueron
frecuentes como consecuencia de la falta de efectivos, del difícil
avituallamiento y de las repetidas epidemias
para atacar importantes objetivos
militares.
Como consecuencia de todo ello, en la
serranía sevillana las continuas levas
arrancaban de sus casas a los hombres
de Barrancos en el verano de 1641, una po-
se sumaron sin duda todos los vecinos. Una
sin piedad, siendo los campesinos sin
blación rayana que se encontraba en manos
vez que los portugueses observan la imposi-
tierra el grupo más numeroso en
españolas, en concreto pertenecía al Conde
bilidad de tomar la plaza se retiran destru-
ingresar en la milicia. En la mayor
de Linares. El Duque de Braganza la consi-
yendo todo cuanto encuentran a su paso, co-
parte de las ocasiones el servicio se
deraba un lugar estratégico para hacer in-
mo la aldea arochena El Gallego.
prestaba en sus mismos lugares de
cursiones en España y, sobre todo, le irrita-
En este dramático año otras poblaciones
ba que sus vecinos hablaran un dialecto que
también fueron asaltadas y saqueadas como
compaginar sus labores bélicas con las
fundía los idiomas español y portugués, el
Cortegana, Cumbres de San Bartolomé y En-
faenas agrícolas.
barranqueño. El siguiente paso del ejército
cinasola. Los ataques sembraron la alarma
El alojamiento y manutención de las
portugués fue el asalto a Valencia del Mom-
en las poblaciones del interior que comenza-
milicias —siempre muy precaria—
buey, por lo que inmediatamente, el 6 de oc-
ron a levantar compañías de milicia y de so-
corría por cuenta de los concejos que
tubre de 1641, las tropas españolas contes-
corro, adquirir armamento y recomponer
utilizaban diversos medios para
tan atacando y destruyendo una aldea mou-
los castillos, cercas artilleras y torres.
extraer sus recursos, el más común el
habitación, con lo que podían
repartimiento vecinal.
rense, Santa Alexo.
La guerra se recrudeció en 1642, cuando
NUEVA OFENSIVA. A partir de 1643, coinci-
En resumen, al destinar la Monarquía
los ataques portugueses se concentraron en
diendo con la ofensiva de los ejércitos por-
los soldados experimentados a otros
las cabezas del sistema, es decir, en Aroche
tugueses del Alentejo, la Junta de Guerra
frentes, el soldado que luchó en la
y Encinasola. El asedio a la plaza de Aroche
reorganizó la defensa de la Sierra de Aro-
Sierra estuvo mal preparado, porque
se produjo el 27 de marzo y fue realizado por
che, elevando a Aroche y Encinasola a pre-
no era profesional. Respondió a la
un importante número de tropas enemigas
sidios militares. La caída del Conde Duque
tipología del vecino, la mayor parte
de infantería y caballería apoyadas por
de Olivares se entendió en Portugal como
campesinos, ganaderos y artesanos
fuerte artillería. La defensa aroche-
un síntoma de debilidad, lo que provocó
que empuñaban las armas sin
na la realizaron las compañías de
que en el verano de 1643 las tropas iniciasen
instrucción militar. A pesar de ello,
milicias de Cortegana, La Nava y
una campaña de devastación contra las lo-
fueron poco a poco curtiéndose
Galaroza, una compañía de caba-
calidades del sur de Extremadura y norte de
llegando algunos a ser buenos
llos procedente de Extremadu-
Andalucía, llegando a destruir Villanueva
soldados. Los únicos militares
del Fresno y Cumbres de San Bartolomé.
profesionales fueron los oficiales que
ra, las compañías de milicias y socorros de
Las tropas portuguesas también castiga-
Aroche, a las que
ron duramente territorios situados más ha-
se encargaban de entrenarlos.
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cia el sur, como es el caso de El Andévalo,
creando una gran inestabilidad en las poblaciones. Así, el día 9 de octubre de 1643 el
ejército luso sitió el lugar de Paymogo saqueando y quemando sus casas, lo que provocó la huida de los habitantes de Santa Bárbara a la serranía. A finales de mayo de
AH
1644, los portugueses asaltaron Cabezas Rubias degollando a treinta y cinco hombres, y
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2010
forzaron a los vecinos que quedaron vivos a
huir a las montañas cercanas.
Durante más de una década la guerra de
23
desgaste estuvo activa en la frontera sin
que ninguno de los contendientes consiguiera una renta suficiente. La caída de
Cortegana fue uno de los municipios que más activamente contribuyó a la guerra.
Barcelona en 1652, liberó soldados y recursos de aquel frente que en teoría debían ser
utilizados en la guerra contra Portugal.
A pesar de ello, durante todo el año 1653
las entradas del enemigo en el espacio serrano fueron numerosas. Un territorio con
A la altura de 1653, un territorio con los saldados mal pagados y
agotados y con unas estructuras militares deterioradas era presa fácil
de las partidas portuguesas que lo saquearon por doquier
unos soldados mal pagados y agotados y
unas estructuras militares deterioradas era
Mientras España sufre durante los pri-
presa fácil de las partidas de portugueses
meros años de la década de los sesenta dolo-
que saqueaban por doquier. La desespera-
rosas derrotas, sobre los espacios de la Sie-
La historia del final de la guerra tiene
ción de las plazas les llevó a combatir al ene-
rra de Aroche y Andévalo se siguen suce-
mucho que ver con el llanto y la sangre. La
migo a través de compañías de caballería
diendo los ataques en un clima de desespe-
monarquía, sin hacer caso de la dramática
pagadas por las villas, como las que se crea-
ración que llevó a los vecinos a la subsisten-
situación, impone en la Sierra todo un arse-
ron en Aroche y Encinasola.
cia más absoluta. Así, en el año 1666, las
nal de repartimientos y donativos. Los con-
La entrada de las tropas españolas para
tropas portuguesas atacaron dos lugares
cejos se niegan abiertamente a pagar por lo
asaltar Moura, cosa que no lograron, provo-
del Andévalo, Puebla de Guzmán y Paymo-
que son duramente castigados. Mientras
go, éste último fue devuelto a España tras
la firma de la paz.
có una respuesta lusa en el Andévalo, aso-
tanto, el 13 de febrero de 1668, España reco-
lando durante el mes de octubre de 1655 po-
noció la independencia de Portugal en un
blaciones como Valverde, Alosno, Puebla de
Guzmán y el El Almendro.
Más información
sencillo tratado.
En los primeros días de abril de 1668 se
dio carta de naturaleza a la separación entre
EL LLANTO Y LA SANGRE. Casi en la déca-
■ Duclos Bautista, Guillermo
los dos países, trazándose una línea fronte-
da de los sesenta, liberada de algunas de sus
La fortificación de un territorio. Arquitectura
riza que ha llegado hasta nuestros días. La
guerras, una monarquía debilitada levanta
militar en la Raya de Huelva, s. XVII y XVIII.
guerra de Restauración había terminado.
tres ejércitos para recuperar Portugal man-
Dip. Prov. de Huelva, Huelva, 2002.
Detrás había dejado un campo de desola-
dados por Don Juan José de Austria, el Duque
■ Sancha Soria, Félix
ción y muerte.
de Osuna y el Marqués de Viana. En estos
La Guerra de Restauración Portuguesa en la
instantes, la Sierra constituye un espacio
Sierra de Aroche (1640-1645).
creó, de nuevo, en suelo castellano aquella
Diputación Provincial, Huelva, 2008.
vieja frontera que siempre delimitó las tie-
muy endeudado. Aroche y Encinasola siguen siendo las poblaciones más afectadas,
■ Valladares, Rafael
Con el levantamiento luso de 1640 se
rras con el Reino de Portugal, imponiéndose
pues al ser limítrofes con Portugal soporta-
La Rebelión de Portugal (1640-1680). Guerra,
con tal dureza que ha supuesto durante si-
ron el mayor coste. Empujados por la enor-
conflictos y poderes en la Monarquía
glos un infranqueable muro. Esa línea,
me presión fiscal y las deudas, los concejos
hispánica, Junta de Castilla y León.
marcada a fuego, se convertirá para los veci-
serranos comienzan un peligroso movi-
Consejería de Educación y Cultura,
nos de las villas rayanas en toda una quime-
miento que los lleva a desprenderse de los
Valladolid, 1998.
ra, que siempre dejará resquicios de trato y
bienes de propios.
colaboración. ■
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Mineros, segadores,
pescadores y estibadores
Andalucía atrajo a miles de emigrantes lusos entre 1870 y 1936
ANTONIO LUIS LÓPEZ MARTÍNEZ
UNIVERSIDAD DE SEVILLA
AH
24
T
radicionalmente las historias de
Portugal y España han avanzado por
trayectorias paralelas con escasos
puntos de encuentro entre ellas. De hecho,
cuando éstos se han producido, la indiferencia, cuando no la desconfianza e, incluso, la hostilidad parecen haber presidido las
relaciones entre ambos países. Los recelos
se vieron agravados con las dictaduras ultranacionalistas de Salazar y Franco. Este vivir
de espaldas se ha reproducido en las historiografías de ambos países, marcadas con
escasas referencias de España en la historiografía portuguesa y, aún menos, de Portugal en la española. Sin embargo, esta apa-
ANDALUCÍA Y PORTUGAL
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2010
A finales del XIX y
dalucía se debe a motivos laborales. Esta
principios del XX se produjo
emigración era, sobre todo, temporal y se
un importante y continuo
flujo de portugueses del
producía para buscar trabajo y mejorar su
nivel de vida. Cuatro eran los principales
destinos de los trabajadores portugueses en
Algarve hacia Andalucía
Andalucía: el trabajo en las minas de la
Occidental. Este flujo
cuenca onubense; la siega en las campiñas
estuvo motivado por las
andaluzas; la pesca y las conservas en el lito-
oportunidades que la
economía andaluza ofrecía
ral atlántico y el trabajo como estibadores
en el puerto de Gibraltar, pero con residencia en La Línea de la Concepción.
a los habitantes de la
sobrepoblada región del
Algarve, que encontraron en la
EN LA CUENCA MINERA ONUBENSE. La
minería onubense conoció una aceleración
muy considerable de su actividad a partir de
rente ignorancia recíproca entre las autori-
emigración temporal o definitiva a
1873 con la adquisición de las Minas de Río
dades e intelectuales de ambos países encu-
Andalucía una alternativa a la
Tinto por un consorcio financiero británico,
bre importantes y fructíferas relaciones en-
emigración a Ultramar, muy
que tras la compra introdujo importantes
tre sus habitantes.
Uno de estos momentos históricos en el
importante en otras regiones
mejoras en la empresa con el fin de incrementar su producción con vistas a la expor-
que las relaciones entre ambos países se es-
portuguesas. Cuatro fueron los
tación. El primer problema con el que se en-
trecharon fue en la segunda mitad del si-
principales destinos de estos
contraron los nuevos propietarios de las mi-
glo XIX y las primeras décadas del siglo XX.
trabajadores portugueses: las
nas fue la escasez de mano de obra, lo que
A partir de 1870 se produjo la llegada de
gran cantidad de portugueses a Andalucía,
minas de la cuenca onubense, la
les llevó a adoptar diferentes estrategias con
el fin de atraer trabajadores. Entre las estra-
especialmente a la zona occidental. Nume-
siega en la campiña, la pesca y las
rosos testimonios nos dan una idea de la
conservas en el litoral de Huelva y el
crementar los salarios, lo que atrajo mano
importante presencia de portugueses en
trabajo como estibadores en el
de obra de otras minas. De esta forma consi-
Andalucía en este período. En primer lu-
puerto de Gibraltar, pero con
guieron captar trabajadores procedentes de
gar, el informe del vicecónsul de Portugal
en Huelva de 1903, según el cual, varios miles de familias del Algarve
residencia en La Línea de la
Concepción.
tegias adoptadas destaca la decisión de in-
Galicia y de las serranías de Andalucía
Oriental, especialmente de Almería, pero
también de Portugal.
vivían de los anuales desplaza-
Conocemos la presencia de trabajadores
mientos de varios de sus miem-
portugueses en las Minas de Río Tinto gra-
bros a Andalucía donde encon-
cias, por una parte, a los libros de registros
traban el complemento necesa-
de pasaportes de portugueses en el Consula-
rio para sus ingresos.
do de Portugal en Huelva y, por otra, a los
de
propios libros de registro de trabajadores y
portugueses a An-
expedientes personales de la empresa Minas
La
llegada
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Archivo Histórico Fundación Río Tinto
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Trabajadores portuguesas en sus chozas ubicadas en la cuenca minera onubense.
de la Compañía
de Río Tinto. En el caso
de los libros de registro
del consulado portugués en Huelva, se recoge la residencia de 4.641
La mayoría de los jóvenes portugueses que se emplearon en las
minas onubenses desempeñaron las labores más duras y menos
especializadas, como la extracción subterránea del mineral
Minas de Río Tinto figuran 2.249
trabajadores portugueses contratados durante el
portugueses en la loca-
período
lidad de Riotinto, entre
1873-
1875 y 1930. Esta presencia se corrobora con
grante que se dirige a la cuenca minera, jo-
1912: 1.996 del Algarve (88,75%); 111 del Alen-
los libros de registro de trabajadores de la
ven y soltero. Se trata, sobre todo, de traba-
tejo (4,93%) y 142 (6,30%) del resto de Portu-
empresa Minas de Río Tinto que se iniciaron
jadores escasamente cualificados, forma-
gal. Dentro del Algarve destaca el concejo
en 1913. En ese momento quedaban en la
dos, principalmente, por campesinos, alba-
municipal de Loulé, el mayor del Algarve, si-
empresa 2.249 trabajadores portugueses in-
ñiles, picapedreros…
tuado en la zona central e interior de la región, del que proceden 1.404 inmigrantes.
gresados entre 1873 y 1912. Además de estos
Estos jóvenes acudían atraídos por los
portugueses establecidos en Riotinto, en el
elevados salarios que se pagaban en la
La región del Algarve presentaba un ele-
consulado de Portugal en Huelva se regis-
cuenca y con la intención de regresar a sus
vado dinamismo demográfico y es la que
tran otros 3.170 portugueses residentes en
tierras de origen una vez que conseguían al-
más creció demográficamente en el siglo
otras localidades de la cuenca minera onu-
gunos ahorros para poder crear su propia
XIX, con una fuerte presencia de población
bense, especialmente en Almonaster, Alos-
familia. Una característica laboral de los
joven. Su economía era predominantemen-
no, Calañas... La mayoría de estos trabaja-
emigrantes portugueses era su gran inesta-
te agraria con una escasísima implantación
dores estaban en las labores más duras de la
bilidad, ya que la mayoría de los casos ana-
industrial situada en la zona costera y basa-
actividad minera, es decir en las labores ex-
lizados no llegaron a estar 10 años en la em-
da exclusivamente en la conserva del pesca-
tractivas subterráneas.
presa y un número muy considerable de los
do. La estructura de la propiedad de la tierra
mismos no pasó de un año de vinculación.
era de un acentuado minifundismo, siendo
Entre los trabajadores portugueses pre-
el tamaño medio de la propiedad rústica al-
dominan los segmentos de edad más jóve-
En cuanto a la procedencia de los trabaja-
nes, siendo el grupo de 20 a 29 años el más
dores portugueses establecidos en la cuenca
destacado. Al mismo tiempo, se aprecia un
minera onubense, destacan, sobre todo, los
Todo ello originó una elevada presión de-
claro predominio de los solteros sobre casa-
procedentes de la región del Algarve. En los
mográfica sobre los limitados recursos que
dos y viudos. Lo que da un perfil de emi-
libros de registro de trabajadores extranjeros
no encuentra otra salida que la de la emigra-
garvía la mitad que la media portuguesa.
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Archivo de Francisco González Salgado (Isla Cristina).
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Chanqueros –especialistas en desmontar el atún– en plena faena para el Consorcio Nacional Almadrabero (años 30). Trabajaban descalzos.
se debió a que los
ción. Pero a diferencia
de otras regiones portuguesas que se orientaron hacia la emigración a América, el Al-
A diferencia de otras regiones portuguesas, el Algarve tuvo una baja
tasa de emigración a ultramar. Mientras se mantuvo la demanda
laboral de las minas onubenses, los algarvíos emigraron a Andalucía
departamentos
más
afectados
por los despidos
fueron los extractivos,
garve registró la tasa
que
más baja de emigración a ultramar. Mien-
jadores más veteranos. Los portugueses
eran, precisamente, donde se concentra-
tras se mantuvo la fuerte demanda laboral
llegaron tarde y sus relaciones familiares
ban la mayor parte de ellos.
de la minería onubense los algarvíos no ne-
con trabajadores de la compañía fueron
cesitaron cruzar el Atlántico y tuvieron en
escasas. Esto les llevó a desempeñar los
SEGADORES EN LAS CAMPIÑAS. Una de
Andalucía su principal destino.
trabajos más duros —extracción mineral
las características más destacadas de la agri-
El establecimiento de los portugueses
en el subsuelo, proliferación del trabajo
cultura del Valle del Guadalquivir fue la
en Riotinto no se hizo en las condiciones
infantil—, así como los más inestables, ya
existencia de grandes explotaciones agra-
más favorables para ellos. El mercado de
que al producirse su contratación en co-
rias —los latifundios— especializadas en al-
trabajo estaba claramente segmentado,
yuntura favorable de los mercados inter-
gunos de los cultivos mediterráneos de seca-
los mejores trabajos —los menos duros,
nacionales, cuando ésta se tornó adversa
no y cuya producción se destina a la comer-
fueron los primeros en ser despedidos.
cialización. En las faenas de recolección de
los más estables y los más favorecidos
por la actividad asistencial de la
Después de 1913 se produjo una impor-
estas grandes explotaciones agrarias, que
empresa— estaban reservados a
tante reducción en las llegadas de portu-
han de ser efectuadas en un momento con-
los naturales de la cuenca, a los
gueses a las Minas de Río Tinto. Además,
creto y en corto espacio de tiempo, no es su-
que llevaban más tiempo resi-
comenzaron los despidos de los mismos co-
ficiente la mano de obra local, por lo que los
diendo en la misma, en defini-
mo consecuencia de las operaciones de rea-
labradores han de recurrir a la contratación
tiva, a los que tenían fuer-
juste de la plantilla por la sustitución de
de mano de obra forastera.
tes lazos familia-
trabajo por mecanización. El descenso de
Todo ello determinó la configuración de
res con los traba-
los trabajadores portugueses en las minas
unos flujos migratorios cuya existencia se
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Archivo de Francisco González Salgado (Isla Cristina).
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Andaluzas y portuguesas trabajan en las bancas de una conservera de Isla Cristina. En el centro aparece una viuda vestida de negro.
remonta a épocas medievales y llegan hasta
nuestros días. En estos
flujos migratorios relacionados con la siega
Los registros
El establecimiento de los portugueses con sus familias en Isla Cristina
se vio favorecido por la fuerte demanda de mano de obra femenina por
parte de las fábricas de conservas de pescado de la localidad
los portugueses tuvieron una participación destacada.
consulares
de
Portugal
en
Huelva
e
Isla
Cristina permiten
cifrar
en
los portugueses que trabajaban en la siega
unos 4.000 los portugueses registrados en el
Esta presencia de portugueses en la siega
en Jerez. En la campiña sevillana trabaja-
litoral onubense entre 1870 y 1930. A estos
se registra ya desde el siglo XVII, si bien la
ban entre 5.500 y 7.000 portugueses. En la
hay que añadir los establecidos en Ayamon-
documentación refleja la continuidad de di-
memoria justificativa del proyecto del ferro-
te. No se ha localizado el archivo del vice-
chas migraciones relacionadas con la reco-
carril de Ayamonte a Huelva, redactada a fi-
consulado de Portugal en esta localidad, pe-
lección a finales del siglo XIX y comienzos
nales del siglo XIX, se preveía que dicho fe-
ro lo cierto es que había miles de portugue-
del siglo XX. Así, entre los segadores de Jerez
rrocarril podría ser usado por unos 5.500
ses que cada año acudían a realizar faenas
de la Frontera en 1883, según información
jornaleros agrícolas portugueses que entra-
en la temporada de pesca y cuya presencia
recabada a los dueños de los cortijos por el
ban dos veces al año por Ayamonte.
no se registraba en los consulados.
promovida en dicho año, destacan las cua-
PESCADORES Y CONSERVERAS. La pre-
vinculados a la actividad pesquera y mari-
drillas procedentes de las sierras gaditanas
sencia portuguesa en el litoral onubense se
nera. Hay, también, un número importan-
y malagueñas y, de nuevo, aparecen cuadri-
concentró, principalmente, en tres locali-
te de portugueses trabajando en las salinas
llas de portugueses. En la contabilidad de
dades: Huelva, Isla Cristina y Ayamonte,
onubenses, sin duda, en relación con la es-
una gran explotación agraria de Utrera en-
así como en las playas semidesiertas del li-
pecialización en la comercialización de pes-
tre 1897 y 1911 aparece la contratación de sie-
toral. Las citadas poblaciones son las que
cado fresco del puerto de Huelva.
te cuadrillas de segadores portugueses y
registran una mayor actividad pesquera y
Un aspecto que merece ser destacado en
otras tres malagueñas. En 1883, el cónsul
una mayor densidad de fábricas de conser-
el análisis de la inmigración portuguesa en
británico en Jerez estimaba en unos 2.000
vas de pescado.
la costa occidental onubense es su contribu-
Gobernador Civil de Cádiz ante la huelga
Estos portugueses están en su mayoría
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Residencia de los portugueses registrados en el consulado de Huelva
COMARCA
1870/79
1880/89
1890/99
1900/09
1910/19
1920/31
TOTAL
Minas
464
1.719
626
1.878
2.584
540
Sierra
44
112
20
10
4
89
7.811
279
Litoral
66
322
67
680
216
754
2.105
Campiña
9
3
8
-
4
34
58
Andévalo
48
55
17
2
14
42
178
631
2.211
738
2.570
2.822
1.459
10.431
TOTAL
ción al poblamiento de las playas desiertas
Cristina se vio favorecido por la fuerte de-
Respecto a la naturaleza de los inmigran-
de la costa. El desarrollo de las pesquerías a
manda de mano de obra femenina por parte
tes portugueses, destaca muy especialmen-
partir del siglo XVIII puso en valor las zonas
de las fábricas de conservas de pescado de la
te su procedencia algarvía. El importante
costeras que comenzaron a recibir pescado-
localidad, lo que permitía incrementar los
desarrollo de las actividades pesquera y con-
res y marineros, aunque al principio de ma-
ingresos del cabeza de familia, con los de las
servera que se produjo en el litoral del Algar-
nera estacional. Sólo a partir de cierto mo-
mujeres a su cargo, empleadas en la indus-
ve a partir de las últimas décadas del siglo
AH
mento, a lo largo del siglo XIX la ocupación
tria conservera. Aunque, desgraciadamen-
XIX atrajo una numerosa mano de obra, lo
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comenzaría a hacerse definitiva, como ocu-
te, no hay referencias numéricas de las mu-
que provocó un fuerte incremento demográ-
rrió en Punta Umbría, El Portil, El Rompi-
jeres que trabajaban en las fábricas de con-
fico de los municipios costeros. Este incre-
do, La Antilla, Punta del Caimán y Punta
servas limpiando y preparando el pescado.
mento de la mano de obra trabajadora en el
litoral algarvío se vio favorecido por los me-
todo, oficios relacionados con la pesca y las
jores salarios y condiciones de vida que atra-
ISLA CRISTINA. La principal concentración
conservas. En general, se trataba de puestos
jeron a numerosas familias de campesinos
de portugueses en la costa de Huelva se si-
de trabajo que requieren cierta cualifica-
que abandonaron las zonas rurales para tra-
tuó en Isla Cristina, que llegó a contar con
ción, a destacar en este sentido el oficio de
bajar en las fábricas, que ofrecían posibili-
un viceconsulado de Portugal en la locali-
estañista o soldador, que requería gran peri-
dades de trabajo a toda la familia.
dad. Desde el siglo XVIII, Isla Cristina se
cia y que estaba considerado uno de los más
La emigración llegó a alcanzar tales di-
convierte en la sede de una importante flota
importantes dentro de la industria conser-
mensiones que en una encuesta de 1908 se
pesquera, que se moderniza a lo largo del si-
vera. Junto a estos trabajadores cualifica-
afirma que hay un exceso de mano de obra
glo XIX. El desarrollo de la pesca va a favore-
dos, había un gran número de trabajadores
en la industria conservera de pescado del Al-
cer el desarrollo de la industria conservera,
inexpertos e, incluso, jornaleros del campo.
garve. Esto explica las duras condiciones la-
primero de salazones y, posteriormente, de
las conservas en latas herméticas. Isla Cristina era antes de la I Guerra Mundial el gran
centro atunero regional, llegando a representar alrededor del 46% de todas las expor-
Salvoconducto para los segadores
taciones españolas de este tipo de conservas. La gran demanda de mano de obra de
■ De la importancia de las cuadrillas
las actividades pesqueras y conserveras con-
de segadores portugueses en Andalucía
virtió a estos puertos en focos de atracción
da idea el que se elaborase un
de inmigrantes.
salvoconducto específico para los
Entre los marineros y pescadores llega-
portugueses que venían a España a
dos a estas costas, una buena parte eran
realizar faenas agrícolas para pasar por
portugueses, aunque como ocurría con el
la frontera de Ayamonte, válido por 80
resto de estos trabajadores, una vez conclui-
días y con tasa de 2,5 escudos. El tenor
da la temporada de pesca volvían a su lugar
del salvoconducto es como sigue: “Va
de origen. Ya en una matrícula de residen-
para el Reino de España a fin de
tes extranjeros elaborada en 1791 se contabi-
emplearse en el servicio de la
lizan 48 portugueses, casi todos los varones
agricultura y proveer los medios de
adultos dedicados a la pesca de la sardina.
subsistencia”. Sólo en el consejo
Posteriormente, en los sucesivos padrones
municipal de Loulé se emitieron una
municipales se recoge la presencia de
media de unos 800 salvoconductos
residentes portugueses en Isla Cris-
anuales, aproximándose en algunos
tina, que se fue incrementando
años a los 2.000. Casi la mitad de los
hasta las primeras décadas del si-
pasaportes se emitieron en el mes de
glo XX, alcanzando los 600 empa-
mayo, fecha en que comienza la siega
dronados en el padrón de 1936.
en la Baja Andalucía, siendo Utrera el
El establecimiento de
los portugueses con
sus familias en Isla
destino que figura en el 75% de dichos
pasaportes.
“La Ilustración Española y Americana”. 22/06/1883
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Los portugueses desempeñaron, sobre
del Moral.
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Archivo de Francisco González Salgado (Isla Cristina).
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Rederos, en gran parte pescadores jubilados, cosiendo las artes de pesca en Isla Cristina (años 70).
sul de Portugal
borales que imponían
los empresarios conserveros, sobre todo a la
mano de obra femenina, para adscribirla a
La principal concentración de portugueses en la costa de Huelva se
situó en el municipio de Isla Cristina, localidad que llegó a contar
incluso con un viceconsulado de Portugal para atenderles
en Cádiz de 1885
dirigido al Ministerio de Asuntos Exteriores de
Portugal afirma
las fábricas y evitar su
movilidad interempresarial a pesar de la
tada tuviese que residir fuera, de aquí que la
que en La Línea residen unos 2.000 portu-
fuerte estacionalidad del sector, así como
mayoría de los portugueses que acudían a
gueses, en su mayoría trabajadores en Gi-
los bajos salarios que les pagaban. La emi-
trabajar a Gibraltar se estableciesen en la
braltar y dedicados a la carga y descarga de
gración de portugueses del litoral algarvío a
cercana población española de La Línea. De
barcos. En la Guía del forastero de Gibraltar y
la costa occidental onubense puede ser con-
la intensidad de los contactos entre el Algar-
su Campo de 1902 se afirma que, aunque la
siderada una respuesta a esta situación.
ve y Gibraltar nos da idea la existencia de
mayoría de los portugueses no están inscri-
dos oficinas consulares en la zona: la de Gi-
tos en el viceconsulado, la colonia estaba
braltar y la de La Línea de la Concepción.
compuesta por unos 2.000 individuos, de
EN GIBRALTAR Y EN LA LÍNEA. Desde los
primeros momentos de la ocupación de Gi-
Varias informaciones tratan de ofrecer el
los que muchos estaban empleados en Gi-
braltar por los británicos a comienzos del si-
número de portugueses que residían en el
braltar y su puerto. La mayoría de estos por-
glo XVIII las relaciones entre la colonia y el
Campo de Gibraltar. En un informe del cón-
tugueses residían en el mismo barrio en tor-
Algarve fueron muy estrechas, sobre todo
no a una calle, que aún hoy se denomina ca-
en lo que toca al abastecimiento de alimen-
lle Portugal y contaban con una sociedad de
tos a la plaza. Tras las guerras napoleónicas
y una vez que España desistió de conquistar
Más información
militarmente la colonia, ésta conoció un
importante desarrollo económico gracias a
ayuda mutua. Por último, en la respuesta
dada en 1911 por el cónsul portugués en Gibraltar a la Sociedade de Geographia de Lis-
■ Cáceres Feria, Rafael
boa, se afirma que en el consulado había
la actividad comercial y portuaria. Dada su
Mujeres, fábricas y charangas: El trabajo
matriculados 364 colonos portugueses, aun-
escasa población, que apenas llegó a sobre-
femenino en el sector conservero de Ayamonte
que la mayoría residían en La Línea. Dadas
pasar los 18.000 habitantes en el siglo XIX,
(Huelva).
las restricciones que el reglamento de esta
necesitó recurrir a mano de obra de fuera
Consejería de Cultura, Sevilla, 2002.
plaza militar establecía a la residencia de
para atender algunas de sus necesidades.
■ Costa, Renato
extranjeros, estos iban diariamente a traba-
De nuevo el Algarve volvió a jugar un papel
A emigraçâo de algarvíos para Gibraltar e
jar a Gibraltar retornando cada día a La Lí-
importante en la economía gibraltareña, en
Sudoeste de Andaluzía, 1834-1910.
nea. La mayoría de estos portugueses proce-
esta ocasión suministrando mano de obra,
Estar Editora. Lisboa, 2002.
dían del Algarve y trabajaban, preferente-
que comenzó a llegar, al menos, desde 1834.
La limitada superficie de la colonia y su
condición de plaza militar determinaron
que buena parte de la mano de obra contra-
■ Gil Varón, Luis
mente, como marineros. La respuesta del
Minería y migraciones. Río Tinto 1873-1973.
cónsul de Cádiz al mismo interrogatorio re-
Soc. coop. Ind., Córdoba, 1984.
coge que en La Línea había una colonia 900
portugueses: 600 varones y 300 mujeres. ■
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La solidaridad portuguesa
en tiempo de guerra
Los refugiados de Barrancos y la acción del teniente Seixas
DULCE SIMÕES
DOCTORANDA DE ANTROPOLGÍA EN LA UNIVERSIDADE NOVA DE LISBOA
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n Portugal, el estudio de la Guerra
Civil española mantiene todavía un
carácter instrumental en los deba-
tes políticos, ya que analizar sus consecuencias significa evidenciar el apoyo de Salazar
al golpe militar franquista, convirtiendo el
estudio del conflicto en un debate acalorado
y partidista.
Los acontecimientos que se desarrollaron en la Raya portuguesa llevaron la contraria a la política salazarista para con los
refugiados comunistas. Debido a la acción
de los militares de la localidad portuguesa
de Barrancos, y principalmente al teniente
António Augusto de Seixas, se improvisa-
ANADALCUÍA Y PORTUGAL
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En septiembre de 1936 un
cendió a la presidencia del Consejo de Mi-
millar de refugiados
nistros, ejerciendo al mismo tiempo la Car-
andaluces y extremeños
republicanos cruzaron la
tera de Ministro de Finanzas e iniciando la
construcción del Estado Novo. La Constitución Política Portuguesa de 1933 fue el pri-
frontera que traza el río
mer paso hacia la legitimación del régimen
Ardila, a la altura de la
fascista y la institucionalización de los me-
población lusa de
canismos de control político, social e ideoló-
Barrancos. Hombres,
gico. En 1933, se instituyó la censura, heredada de la Dictadura Militar de 1926, y un
mujeres y niños fueron
sistema corporativo de represión articulado
concentrados en dos
a través de la Policía Política, la Policía de Vi-
campos —Coitadinha y
gilância y Defensa do Estado (PVDE), ante-
Russianas— donde recibieron la
cesora de la temida PIDE.
La Guerra Civil española y el atentado
ron en el municipio dos campos de refugia-
solidaridad de los vecinos que les
contra Salazar en 1937 marcaron pronto un
dos republicanos —el campo de Coitadinhas
llevaron comida y otros enseres. El
cambio de rumbo en las actividades de la
y el de Russianas—. Los refugiados —más de
apoyo de Salazar a Franco puso en
PVDE. La represión asumió un contenido
un millar— consiguieron salvar sus vidas ya
que, unidos en un solo grupo, fueron final-
peligro sus vidas, pero la acción
ideológico definido, orientado a combatir el
“comunismo”. El anticomunismo situado
mente repatriados desde Lisboa a Tarragona
decidida de un teniente portugués,
como eje central del discurso ideológico del
por el gobierno portugués.
António Augusto de Seixas, evitó
régimen tuvo como propósito inculcar “los
que los devolvieran a Badajoz,
valores del nacionalismo, el autoritarismo y
Por otro lado, cabe destacar que la Guerra
Civil española reactivó las relaciones sociales entre los barranqueños y los vecinos es-
donde muchos habrían sido, sin
ciertos aspectos del propios fascismo”, como
defiende el historiador Fernando Rosas. Es-
pañoles, a través de estrategias de resisten-
duda, fusilados. Seixas salvó sus
cia política y de supervivencia económica.
vidas al protegerlos dentro de
de sociabilidad: las escuelas, con la institu-
De allí el interés por la investigación de las
Portugal ocultando su verdadero
cionalización de la Mocidade Portuguesa
consecuencias políticas y sociales de la Gue-
número. Una decisión que pagó
masculina y femenina; el trabajo, con los
rra Civil española a nivel local y de su importancia para la recuperación de la memoria contrahegemónica de las
dictaduras ibéricas.
ante su gobierno con su posterior
inhabilitación.
tos “nuevos valores” invadieron los espacios
sindicatos corporativos y el ocio y con la creación de la Fundación Nacional para la Alegría en el Trabajo y la Familia.
En septiembre de 1936 se creó la Legión
Portuguesa, organización paramilitar des-
COMBATIR EL COMUNISMO.
tinada a defender “el patrimonio espiritual”
En Portugal, en los años de la
y combatir “la amenaza comunista y el
Dictadura Militar (1926-
anarquismo”. El 14 de septiembre de 1936,
1932), António Oli-
un decreto-ley obligó a los funcionarios a in-
veira Salazar as-
tegrarse “en un nuevo orden social” y a “re-
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El teniente António Augusto de Seixas (1881-1958)
■ El teniente António Augusto de Seixas
Ana Augusta Sousa Valadares con quien
motivos disciplinares. Su ficha del
nació en Montalegre (distrito de Vila Real)
tuvo dos hijos. Enviudó en 1923 y volvió a
Archivo de la Comandancia General de la
en septiembre de 1881. Se incorporó como
casarse con Esmeralda Jorge de Sousa Alves
Guardia Fiscal refleja que en 1936 pasó a la
recluta del 3ª batallón del Regimiento 19 de
y tuvo tres hijos más. Fue comandante de
reserva también por causas disciplinares,
Infantería en 1912. En 1924, ascendió a
la Guardia Fiscal en Freixo de Espada á
en concreto por la ayuda que prestó a los
alférez de la Guardia Fiscal y dos años más
Cinta, Chaves y Gerês. Desde esta última
refugiados andaluces y extremeños en la
tarde fue designado teniente. Se casó con
localidad, fue transferido a Safara por
Guerra Civil. Murió en Lisboa, en 1958.
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las relaciones de clase, defendiendo que la
armonía podía alcanzarse “al mismo tiempo que se mantenían las divisiones sociales
y la separación entre ricos y pobres”. En este
contexto, la sublevación militar española
impuso una ruptura temporal violenta, a
nivel cotidiano, confiriendo al aconteci-
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Los campos de refugiados de Coitadinha y Russianas se situaron muy cerca de la frontera
miento un efecto espejo en el que los individuos se veían reflejados en función de su
clase social.
pudiar activamente el comunismo y todas
BARRANCOS, TIERRA DE FRONTERA. El
En la actualidad, el Ayuntamiento de Ba-
las ideas subversivas”. Por todo esto, a nin-
Concejo de Barrancos, perteneciente al dis-
rrancos ha destacado por las iniciativas cul-
gún país europeo interesaba tanto como a
trito de Beja en el Alentejo, tiene un área de
turales y editoriales producidas con objeto de
Portugal la victoria del “Glorioso Movimien-
168 km2 y una población de 1.806 habitan-
recuperar su memoria social, tales como la
to Nacional”.
tes. Al norte limita con los municipios de
recopilación sistemática de testimonios y su
El apoyo de Salazar a la causa nacional
Valencia de Mombuey y Oliva de la Fronte-
posterior publicación en estudios críticos.
se efectuó, entre otras formas, a través de
ra, en la provincia Badajoz, y al este con En-
la apertura de puertos al transporte de ar-
cinasola, provincia de Huelva, lo que justi-
LOS REFUGIADOS ANDALUCES. El 12 de
mamento alemán e italiano, la libre circu-
fica las relaciones sociales establecidas en-
agosto de 1936 la villa de Barrancos recibió el
lación de hombres, abastecimientos y mu-
tre los barranqueños y sus vecinos españoles
primer flujo de refugiados españoles, natu-
niciones para las tropas de Franco y en el
a lo largo de los años. Los registros parro-
rales de Encinasola (Huelva), que huían de
reclutamiento de voluntarios. Paralela-
quiales de Barrancos del siglo XVII testimo-
los enfrentamientos entre los carabineros
mente, las campañas de propaganda y re-
nian una gran cantidad de habitantes de
que secundaron el golpe militar y la colum-
cogida de fondos para la causa nacional, en
origen español: de Encinasola, Cumbres,
na de resistentes fieles a la República prove-
Rádio Clube Português y la prensa, contri-
Cortegana, Jerez de los Caballeros, Fregenal
niente de Riotinto. El administrador del
buyeron a formar en la opinión pública
de la Sierra y Oliva de la Frontera. A lo largo
Concejo de Barrancos solicitó refuerzos mili-
portuguesa una idea desfigurada de las
de los siglos, la frontera de Barrancos se
tares para defender la frontera al Goberna-
verdaderas causas del conflicto.
unió y se separó en función de los distintos
dor Civil de Beja, pues temía que “los comu-
En las localidades más remotas del país
contextos históricos específicos marcados
nistas se refugiasen en Barrancos”. De este
se instalaron organismos corporativos
por las políticas de ambos Estados ibéricos y,
modo, con objeto de reforzar los efectivos de
sustentados en una red de informadores y
simultáneamente, por los intereses locales
la Guardia Fiscal, se envió al lugar una Com-
funcionarios fieles al régimen. La domi-
de los individuos, demostrando que la inter-
pañía del Regimiento de Infantería 17 de Be-
nación del poder central sobre el poder lo-
acción social entre poblaciones fronterizas
ja, fuerzas de caballería de la Guardia Nacio-
cal se impuso a todos los niveles de la vida
puede ser más duradera que el cumplimien-
nal Republicana, así como una Brigada Mó-
social, y el control y la vigilancia de las zo-
to de las reglas de delimitación de las fronte-
vil de la Policía de Vigilancia y Defensa del
nas fronterizas se convirtió en una priori-
ras impuestas por los Estados.
Estado (PVDE), que permanecieron allí has-
dad para evitar la entrada de “elementos
En 1936 el municipio de Barrancos tenía
indeseables”. No obstante, la frontera era
3.200 habitantes que se dedicaban, mayori-
Los cerca de 400 refugiados de Encinaso-
apenas una imposición del Estado sobre
tariamente, a la ganadería y la agricultura.
la, descritos en algunas fuentes como “gente
las poblaciones de la periferia que aplicaba
El sistema del latifundio era “la piedra an-
de derechas” o “burgueses”, fueron acogidos
un sistema económico y social en torno a
gular de la estratificación social” y las rela-
en casas de familiares, amigos y conocidos,
una línea imaginaria que se difuminaba
ciones de producción marcaban el día a día
regresando poco después a su pueblo una vez
por la interacción social entre las po-
entre propietarios y trabajadores, dibujan-
consolidado el dominio del ejército franquis-
blaciones vecinas. En este senti-
do clases sociales. Los organismos del Esta-
ta sobre la zona de la Raya. Como agradeci-
do, la villa de Barrancos es un
do Novo pretendían “armonizar y atenuar”
miento por la solidaridad de los barranque-
ta noviembre de 1936.
ejemplo paradigmático de la realidad social de las gentes de la
Raya, y de las diferentes lealtades para con los vecinos
españoles frente al
golpe franquista.
La dominación del poder central sobre el poder local se ejerció a todos
los niveles, y la vigilancia de las zonas fronterizas se convirtió en una
prioridad para evitar la entrada de “elementos indeseables” españoles
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ños, Falange y las JONS de Encinasola organizaron, en 1938, una fiesta en Barrancos en
deuda de gratitud “contraída por Encinasola
en 1936, cuyos habitantes, en su mayoría, se
refugiaron en el citado pueblo portugués huyendo de la amenaza marxista”.
“Después cambió el rumbo de la guerra,
y ya no dejaron entrar a nadie. En Barrancos
Imagen del río Ardila, en la frontera entre España y Portugal.
sólo estaban los soldados, la Guardia Fiscal y
un escuadrón de la Guardia Nacional Republicana. Este último era el peor, los soldados
Pero, al comunicar a sus mandos directos los
la entrega de refugiados españoles al ejérci-
eran más tolerantes. Ponían a 50 ó 60 hom-
acontecimientos de la frontera, los militares
to sublevado y los consiguientes fusila-
bres en un camión y nadie sabía donde los
extendían la red de información sobre la vio-
mientos en Badajoz. A pesar de que no se co-
llevaban. Los hacían cruzar la frontera espa-
lencia y el miedo que se vivía en las localida-
noce el número exacto de refugiados espa-
ñola y los entregaban. A los que entregaban
des españolas vecinas.
ñoles que fueron entregados a las fuerzas
El avance de los sublevados y la ocupa-
franquistas por las autoridades portugue-
ción de las poblaciones fronterizas impri-
sas, el procedimiento marcó la memoria co-
En Barrancos permanece viva la memo-
mieron un clima de terror en los pueblos.
lectiva en ambos lados de la frontera.
ria sobre la complicidad de las autoridades
Familias enteras se vieron forzadas a aban-
El 21 de septiembre de 1936, después de la
para con los falangistas, testimoniada en
donar sus casas y a esconderse en el campo,
ocupación de Oliva de la Frontera por los na-
las “cazas de hombres” y en las batidas a los
reactivando la red de relaciones sociales con
cionales, aumentó el flujo de refugiados
refugiados “marxistas”, así como la memo-
los vecinos portugueses. La frontera políti-
junto a la ribera del Ardila, en la frontera de
ria de los fusilamientos, las acciones vio-
ca, ahora reforzada militarmente, consti-
Barrancos. Acorralados por las tropas de
lentas contra las mujeres, violadas, rapa-
tuía una protección, aunque también era
Franco, se les recomendó cruzar la frontera
das y obligadas a ingerir aceite de ricino.
una amenaza para los refugiados republi-
y entregar sus armas, sujetándose a las dis-
Los testimonios sobre estos acontecimien-
canos. Según las órdenes del Ministerio de
posiciones de Salazar. El 22 de septiembre,
tos evidencian estrategias de resistencia en
la Guerra, los militares españoles debían
el teniente Seixas informa de la entrada de
apoyo a los refugiados y ejemplos de solida-
ser desarmados y entregados en los puestos
“773 forajidos de nacionalidad española”,
ridad de clase, protagonizados por trabaja-
militares más cercanos; los refugiados civi-
por las Umbrías de Resvaloso, perseguidos
dores del campo que escondieron a los espa-
les debían ser identificados por la PVDE,
por “tropas que hacían fuego sobre ellos”, y
ñoles acosados, compartiendo con ellos sus
permaneciendo “en régimen de detención
de la improvisación de “un campo de refu-
escasos recursos y poniendo en riesgo su
hasta su concentración en cualquier locali-
giados” en la heredad de Coitadinha.
propia vida.
dad o campo especial”.
los fusilaban”, recuerda Antonio Segao, de
92 años.
Aquí permanecieron hasta el 8 de octu-
Además, la PVDE procedió a la identifi-
bre centenares de hombres, mujeres y ni-
VIGILANCIA Y REPRESIÓN. Ante el flujo
cación y selección de los refugiados en fun-
ños, naturales de Oliva de la Frontera, Jerez
de refugiados españoles que traspasaron la
ción de las informaciones recibidas por Fa-
de los Caballeros, Valencia de Mombuey, Vi-
frontera tras el golpe militar de 1936, Salazar
lange y por los consulados portugueses en
llanueva del Fresno, Encinasola y otras po-
determinó un refuerzo militar en la frontera.
España “empeñados en la misma cruzada
blaciones vecinas. En paralelo, se multipli-
En Barrancos, el mando técnico de las opera-
anticomunista”. A las órdenes del servicio
caron las muestras de solidaridad de los ba-
ciones fronterizas estuvo a cargo del teniente
de la PVDE encontramos frecuentes captu-
rranqueños, que escondieron familiares y
António Augusto de Seixas, comandante de
ras y expulsiones de ciudadanos españoles.
amigos en sus casas y auxiliaron a los refu-
la Guardia Fiscal de Safara. Todos los oficiales
Esta actuación sistemática de la PVDE obli-
giados en el campo de concentración con re-
del terreno estaban operativamente subordi-
gó al gobierno republicano a presentar una
galos y alimentos.
nados a la comandancia militar de Beja y al
acusación contra Portugal, en el Comité de
comandante de la 4ª Región Militar de Évora.
No Intervención de Londres, denunciando
SOLIDARIDAD LOCAL. ¿Cómo pudo ocurrir
que un número tan elevado de refugiados
permaneciesen “concentrados” en un cam-
Los acontecimientos que se desarrollaron en la Raya portuguesa
llevaron, en muchos casos, la contraria a la política salazarista para
con los refugiados pues se impuso la solidaridad sobre la violencia
po contraviniendo así la política de Salazar y
la PVDE relativa a los refugiados comunistas? De un lado, la correspondencia intercambiada entre el Ministerio de Asuntos
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Más información
■ Cunha, Luís
Memória Social em Campo Maior, Usos e
Percursos da Fronteira.
Publicações D. Quixote, Lisboa, 2006.
■ Espinosa Maestre, Francisco
La Columna de la Muerte. El avance del
ejército franquista de Sevilla a Badajoz.
Crítica, Barcelona, 2003.
■ Loff, Manuel
“A memória da Guerra de Espanha em
Portugal através da historiografia
portuguesa”, em: http://www.cultra.pt
/downloads/05_Guerra_Espanha.pdf.
■ Simões, M. Dulce A.
Barrancos en la encrucijada de la guerra civil
española. Memorias y testimonios, 1936.
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2010
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Editora Regional de Extremadura,
Mérida, 2008.
■ Tapada Pérez, Manuel
Guerra y Posguerra en Encinasola.
Edición del autor, Sevilla, 1999.
Entrega de la Medalla de Extremadura al municipio de Barrancos (Mérida, 7/09/2009).
Exteriores, el Ministerio de Interior y la di-
del subsecretario de Estado para la Guerra, el
que es más difícil de alcanzar: hallar una
rección de la PVDE confirman las negocia-
capitán Santos Costa, nos da cuenta de la
manera sensible, social y política, en la que
ciones con el gobierno republicano para re-
disparidad del número de refugiados con-
ellos se reconocen o que rechazan inexora-
patriarlos a Tarragona. Por otro, Salazar fue
centrados en Moura, en el momento de su
blemente.
forzado a negociar un acuerdo diplomático
salida hacia Tarragona. De los 1.020 refugia-
En Barrancos, la multiplicación de
oportuno para salvaguardar su imagen in-
dos, sólo 613 estaban registrados oficialmen-
acontecimientos desencadenados por el
ternacional. Simultáneamente, otra razón
te por el gobierno portugués, lo que llevó a la
golpe militar franquista provocó una rup-
para entender esta circunstancia radica en
autoridad militar competente a elevar una
tura violenta en la vida cotidiana de los
la acción de los barranqueños y de los mili-
demanda al respecto. En su resolución, el
barranqueños, marcando una nueva tem-
tares portugueses en la frontera, sobre todo,
mayor Maques Junior concluyó que había
poralidad y alterando la forma en que se
del teniente António Augusto de Seixas.
habido un “desequilibrio entre las órdenes
aborda la relación con el pasado y el propio
De hecho, en medio de un complejo
de la PVDE y las del Ministerio de la Guerra,
futuro. A pesar de que generaciones ente-
equilibrio entre las fuerzas del centro y la
así como en las del Ministerio de la Guerra y
ras conservan la memoria de estos aconte-
periferia, el teniente Seixas obtuvo el con-
las del mando de la Guardia Fiscal”, elogian-
cimientos asignándole tanto una posición
sentimiento del comandante de la 4ª Región
do las cualidades humanas y profesionales
ética como su propia “construcción del
Militar para que los refugiados pudiesen
del teniente Seixas. A pesar de ello, Seixas
mundo”, lo cierto es que es al historiador a
permanecer en la Heredad de Coitadinha.
fue penalizado con dos meses de inhabilita-
quien compete comprender las circuns-
Asimismo, oponiéndose a las órdenes del
ción por haber omitido el número real de re-
tancias pasadas y presentes de esta cons-
poder central, Seixas permitió la concentra-
fugiados.
trucción.
Russianas, junto al Río Ardila, aumentan-
LA MEMORIA DE LOS HECHOS. Por me-
tares sobre el terreno testimonia la posibili-
do el número de refugiados en territorio
moria de los acontecimientos entendemos
dad que tiene un acontecimiento de desen-
portugués. Seixas justificó su acción ante la
la forma que esta toma en el colectivo social,
cadenar varias acciones, otorgando nuevos
PVDE afirmando que estaba a la espera de la
así como sus múltiples inflexiones resulta-
significados a las prácticas de los individuos.
confirmación por parte de las autoridades
do del tiempo y las condiciones que marcan
Permite comprender que el poder no se da,
españolas de que el regreso de los refugiados
su construcción. La memoria se reconstruye
no se intercambia ni se retoma, sino que se
se llevaría a cabo garantizando su seguri-
permanentemente, dependiendo del tiem-
ejerce por la acción. La acción que construye
dad. Este hecho demuestra cómo la so-
po en que se conforma. La memoria de los
el paso del tiempo por la acción de los indivi-
lidaridad local no duda en contra-
hechos, según el recuerdo de quienes los vi-
duos, convirtiendo un universo social en un
venir a los poderes instituidos, y
vieron, informa a los investigadores sobre lo
registro de la historia local o mundial. ■
La acción del teniente Seixas y de los mili-
ción de más refugiados en la Heredad de las
cómo la autoridad del Estado puede ser sorteada por estrategias de
resistencia.
Pero Salazar tomó pronto cartas en el asunto. Una anotación
Seixas justificó su acción ante la PVDE afirmando que estaba a la
espera de la confirmación por parte de las autoridades españolas de
que el regreso de los refugiados se haría respetando su seguridad
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Manuel Méndez García
Manuel Agudo dos Santos Manuela Martín
(Oliva de la Frontera, 1916)
(Santo Aleixo de Restauraçao, 1923)
(Villanueva del Fresno, 1918- Rennes, 2008)
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■ “El teniente ordenó que dejasen de
■ “Se oía el repiqueteo de una
■ “Este pedazo de tierra será un
disparar”
ametralladora española”
cementerio”
“Estaban disparando y el teniente de la
“Ese día estaba con mi padre en la Umbría
‘“Las personas que quieran pasar a
Guardia Republicana montó a caballo y
de Resvaloso, donde había puesto a pastar
Portugal deben pasar esta tarde. Yo no soy
ordenó que dejasen de disparar. Por eso se
a las vacas en la orilla española. Entonces
fascista ni soy de izquierda, pero veo que
fueron y dejaron de pegar tiros (…).
comenzó a oírse el sonido de una
lo que está haciendo Franco es una
Cuando acabaron los tiros nos enviaron
ametralladora española: era de Falange.
injusticia. Si se quedan allí, mañana
hacia atrás, donde los guardias nos
Todavía puedo oír su tatatatatá. Los
este pedazo de tierra será un
cercaron. Esos guardias que estaban allí
españoles que se habían entregado tras
cementerio”, eso dijo el portugués. “Y
se portaron bien, pero hubo otros que no
cruzar a Portugal estaban cerca de la
tened en cuenta que no tengo derecho a
lo hicieron. En Barrancos se salvó mucha
ribera donde les aguardaban las tropas
coger refugiados —porque Salazar era
gente, pero en otros sitios no ocurrió lo
portuguesas. Los españoles les
otro Franco—. Sólo tengo jurisdicción en
mismo”.
entregaron las armas. Mientras tanto, la
apenas cuatro kilómetros”, aseveró. Los
ametralladora no dejaba de disparar. Un
fascistas enviaban unos papeles con los
capitán portugués les mandó atravesar la
nombres: los que podrían regresar y los
sierra y venir para acá, para evitar que los
que no que estaban marcados con una
falangistas matasen a alguien”.
cruz. Los fusilaban cuando pasaban la
frontera, oíamos que los fusilaban, en el
campo de España si se decidían a volver”’.
Fermín Velázquez
Gentil de Valadares
■ “Dos pesetas por plaza”
(Chaves 1916- Alvor 2006) Hijo del teniente Augusto de Seixas.
“Las autoridades lusas me nombraron jefe
■ “Ningún español fue entregado desde
administrador del campo. Los que
el campo de Russianas”
teníamos algo de dinero lo pusimos en
“Las autoridades españolas no se
común. Cuando se nos terminó, el Estado
cansaban de entregar, a sus colegas
portugués empezó a darnos dos pesetas
portugueses, incluso a la Guardia
por plaza. Los que tenían más recursos
Fiscal, las famosas listas negras con los
fueron ingresados en otro campo a 6 ó 7
nombres de los condenados a muerte,
km. de distancia. Ellos no estaban
para que los prendiesen y los
controlados por la Policía Internacional y,
entregasen en Badajoz. Una cosa puedo
por consiguiente, no se hallaron al
garantizar: ningún español fue
amparo de las dos pesetas que recibíamos
incomodado en el campo de las
en especie por orden del Gobierno
Russianas. Mi padre sólo autorizó a
republicano. A pesar de lo difícil de
salir a quienes quisieron salir por
nuestra situación, yo iba todos los días,
propia voluntad. Ninguno fue obligado
con 7 u 8 hombres, cargados de pan,
a salir, nadie fue hecho preso ni fue
tocino y algo de queso para auxiliarles”.
entregado al ejército de Franco”.
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La Revolución de los
Claveles agita la prensa
Los andaluces siguieron al detalle lo que ocurría en el país vecino
INMACULADA CORDERO OLIVERO
UNIVERSIDAD DE SEVILLA
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L
a falta de interés real de los españoles por lo que ocurría al otro lado de
la frontera, teñida no pocas veces de
menosprecio, sólo es comparable al recelo
que España despierta en Portugal. Todo ello
a pesar de que ha existido un incuestionable
paralelismo histórico entre los dos países y
de que geográficamente son los estados que
están más unidos, y a la vez aislados, del
resto del continente, de cuantos componen
la UE. No obstante, esta situación cambió
en abril de 1974.
La opinión pública española vivió con
emoción lo que ocurría en el país vecino.
Una inusual atención que se justifica, sobre
ANDALUCÍA Y PORTUGAL
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2010
No por tópico resulta menos
viese los acontecimientos del país vecino co-
cierto que la posición de
mo algo propio, algo que podía afectarle en
España hacia el país con el
su vida cotidiana, como de hecho sucedió.
Un argumento muy repetido cuando se
que comparte el territorio
tratan las relaciones entre Portugal y España
de la Península Ibérica se ha
es la idea de que aquélla construyó su identi-
caracterizado
dad nacional frente a ésta. Eso explicaría la
tradicionalmente por el
larga historia de prejuicios y malentendidos
escaso interés por cuanto
entre dos países. Sin embargo, en la Revolución de Abril se invirtieron los papeles: la de-
acontecía al otro lado de la
mocracia española se construyó frente a la
frontera. No obstante, esa
revolución portuguesa. Durante tres años
falta de interés no fue
clave, Portugal sirvió de tubo de ensayo, de
precisamente la tónica del periodo
campo de pruebas, de pretexto, de lugar
donde se critican los errores propios, se lanza
todo, por las consecuencias que los sucesos
que se desarrolló entre la
un aviso a la izquierda, se moviliza a la dere-
en Portugal podían tener en la Andalucía
Revolución de los Claveles y la
cha aperturista y se advierte al ejército y a los
del último franquismo. Para unos, se trata-
aprobación de la Constitución de
inmovilistas. Hasta el punto que la transi-
ba de contemplar un espectáculo barroco
cuyo final se presentía desastroso, porque
1976, sino todo lo contrario. La
no parecía posible que una dictadura mili-
opinión pública siguió con
tar desembocase en un régimen de liberta-
expectación lo que ocurría en el país
des custodiado por los militares. Para otros
vecino. La especificidad del propio
muchos, se estaban dando los primeros pasos de un proceso que traería la libertad a toda la Península Ibérica.
fenómeno, una revolución que
terminaba con una situación
ción española no se entiende sin la portuguesa. Tal vez hubiese sido, pero no tal y como fue.
PRINCIPAL FUENTE DE INFORMACIÓN.
Para la mayoría de los andaluces la prensa,
que vivía sus años dorados una vez conseguida la abolición de la censura previa en
dictatorial para sustituirla por un
1966, fue la principal fuente de información
SE ROMPE EL TELÓN DE CORCHO. En la
régimen de libertades custodiado
para conocer y entender lo que ocurría en el
situación en la que se encontraba España, no
por el mismo ejército, y la forma en
vecino Portugal. Sin embargo, sobre todo en
resulta difícil entender la atención que la
oposición al franquismo, los reformis-
que los sucesos portugueses podían
la Andalucía Occidental, lo mismo que en
Extremadura, o en Galicia, los medios fue-
tas del régimen e incluso los ultras,
afectar al equilibrio internacional
ron sólo un vehículo de transmisión más de
prestaron a Portugal durante me-
explican la curiosidad que
una visión que se enriquecía con otras expe-
ses. De igual manera, parece natu-
despertaron los acontecimientos.
riencias que fueron posibles gracias al con-
ral que Andalucía, que comparte
tacto fronterizo: la salida de jóvenes de la
con Portugal un territorio fron-
oposición española hacia Portugal, el tras-
terizo que algún periodista
lado obligado de grupos de exiliados contra-
calificaba como “te-
rrevolucionarios y sus familias y su asenta-
lón de corcho”, vi-
miento provisional en aquellas zonas, las
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actividades de unos y otros en los territorios
fronterizos; en definitiva, toda una historia
aún por contar.
Entre septiembre de 1968 y la primavera
de 1974 Portugal ensayó el salazarismo sin
Salazar. Tras sufrir un derrame cerebral, el
dictador abandonó el poder dejando las
riendas del Estado Novo en manos de MarceDiario ABC. 28 de abril de 1974.
lo Caetano. Este catedrático de Derecho e
historiador, intentó salvar lo insalvable, pero terminó acelerando el proceso de descomposición del régimen que había intentado
revitalizar. Su fracasado programa de renovación desde la continuidad pasaba por reducir la censura, controlar los elementos represivos del régimen —la temida PIDE—, o
renovar la Unión Nacional, suerte de partido único, incorporando en ella a jóvenes tecnócratas muchos de los cuales partían de las
Portada del diario ‘ABC’ que informaba de los acontecimientos del 25 de abril de 1974.
filas del Opus Dei. A lo largo los cinco años
en que detentó la presidencia del gobierno
terminó por ponerse en contra a quienes es-
cuando, como apuntaban, Arias temía, so-
No se trata sólo del espacio volumétrico
peraban mucho más que aquella tímida
bre ninguna otra cosa, convertirse en el Cae-
que Portugal ocupó; otros datos dan cuenta
apertura y también a quienes representa-
tano de España.
también del protagonismo que se concedió
ban las posiciones ultras, poco dispuestos a
Tanto cuantitativa, como cualitativa-
a los hechos. No solían ser noticias de agen-
perder sus privilegios. Sin margen de ma-
mente, el interés que el asunto despertó en
cia, sino que todos los diarios mantuvieron
niobra interna, en medio de un creciente
los medios de comunicación españoles re-
corresponsales habituales en Lisboa que,
aislamiento, perdido el apoyo de las Fuer-
sulta abrumador; sobre todo en determina-
casi diariamente, enviaban sus crónicas te-
zas Armadas, abrumado por una guerra co-
dos diarios como ABC. La razón es que cuan-
lefónicas. El contenido político de esas cró-
lonial, el caetanismo estaba muerto antes
ta información y opinión se publicaba sobre
nicas resultaba mayoritario, pero también
de abril de 1974. Como apuntaba ABC, el Es-
Portugal, se hacía en clave española. En ca-
se dibujó con ellas un retrato económico, so-
tado Novo murió sin ofrecer resistencia por-
da posicionamiento de los medios se está
cial y cultural de la vida cotidiana del Portu-
que era ya el cascarón de un huevo vacío por
haciendo, pues, política interna.
gal revolucionario: el estreno del Acorazado
dentro.
En plena enfermedad de Franco, con el
debate sobre el aperturismo en auge en la
prensa española, ¿cómo evitar que los medios hispanos mirasen con lupa lo que estaba ocurriendo en el país vecino? Más aún
Durante tres años clave, Portugal sirvió de tubo de ensayo, de campo
de pruebas, de lugar donde se critican los propios errores, de pretexto
para lanzar un aviso a la izquierda y movilizar a la derecha aperturista
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Cárcel para el director de ‘el Correo de Andalucía’
■ En esta supuesta etapa dorada de la
prensa española, un incidente en el que se
vio implicado el Correo de Andalucía nos
da la justa medida de aquella libertad. En
marzo de 1975 el diario católico progresista
se hizo eco en su portada de la inminente
intervención de tropas estadounidenses
en Portugal, a través de España. El diario
apuntaba como principal prueba el
desembarco de 7.000 marines en la base
de Rota. La reacción gubernamental fue
inmediata y contundente. El diario no
sólo tuvo que retractarse por la publicación
de lo que parecían simples rumores, sino
que su director, Francisco Villagrán, fue
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encarcelado por ese motivo, provocando
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ante lo que se consideró uno de los
una enérgica y generalizada protesta
últimos atentados del franquismo contra
la libertad de prensa.
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Potemkin, la posible discusión de una ley de
En general, Salazar había gozado de una
de que el proceso no se deslizaría hacía posi-
divorcio, las misiones culturales impulsa-
imagen positiva en la prensa española por
ciones peligrosas para Portugal, España y
das por el gobierno, las expropiaciones de
haber conseguido superar tres grandes con-
Occidente.
intereses españoles, etc., todo descubre a
vulsiones mundiales: la II Guerra Mundial,
Esa visión esperanzadora que, por dis-
los españoles la existencia de un vecino has-
el Concilio Vaticano II y la Descolonización.
tintos motivos, exponían desde los diarios
ta entonces ignorado.
Pero ni Caetano era Salazar, ni el tiempo ha-
del Régimen a los de la oposición consenti-
El número de artículos de editoriales y ar-
bía pasado en balde. Ahogado por la mise-
da, evolucionó en sentido negativo en la se-
tículos de opinión que se publicaron sobre el
ria, el largo servicio militar al que eran obli-
gunda fase, desde octubre de 1974 a no-
tema, así como la trascendencia política y so-
gados los jóvenes, muchos de los cuales es-
viembre de 1975. Destruir el Estado Novo re-
cial de quienes los escribieron —Serrano Su-
caparon hacia España, la incapacidad para
sultó sencillo, construir algo nuevo parecía
ñer, Florentino Perez Embid, Antonio Garri-
ganar la guerra, la corrupción y la imposibi-
más complicado. Mientras los medios pro-
gues Walker, Calvo Serer, etc.— revelan la
lidad de apertura por el boicot de los inmovi-
gresistas, como el Correo de Andalucía, in-
importancia que se otorgó a los aconteci-
listas, el Estado Novo se disolvió como un
tentaban mantener su confianza en la re-
mientos. Uno de ellos, Roberto Arenzaga pu-
azucarillo en un vaso de agua. Algo que sor-
conducción de un proceso que estaba su-
blicó en ABC todo un ensayo por entregas ba-
prendió gratamente a la prensa andaluza
friendo sus lógicas convulsiones, ABC se
jo el título de El Ajedrez de la Revolución. Por
por su rapidez, la falta de resistencia de las
atrevía a entrar en debates como el de com-
otra parte, ni siquiera la posición que física-
fuerzas fieles al antiguo régimen y la ausen-
parar a Spínola con dos personajes de nues-
mente ocupó la información sobre Portugal
cia de violencia. Todo eso permitió que in-
tra historia: Riego, por haber conseguido
en los medios fue gratuita. Sistemáticamen-
cluso los medios conservadores como ABC
una victoria que otros rentabilizaron, y Be-
te, las noticias sobre Portugal fueron portada
recibieran con cierto agrado las noticias so-
renguer, por abrir la caja de Pandora de la
y página principal en los diarios.
bre el levantamiento del 25 de abril de 1974.
guerra civil. Se le llegó a calificar, incluso,
Para regocijo de todos, los claveles habían
como el Kerensky portugués.
DEL APLAUSO A LA INDIFERENCIA. Se
sustituido a los fusiles. Lo ocurrido parecía
El problema parecía haber sido el exceso
pueden distinguir tres fases diferentes en
inevitable. Por otra parte, el protagonismo
de buena voluntad de los revolucionarios de
la imagen que sobre los acontecimientos
de las fuerzas armadas en el proceso consti-
abril, la misma que había caracterizado a
que se desarrollan en el país vecino difunde
tuían un aval incluso para comentaristas
los intelectuales republicanos en 1931. En
la prensa andaluza, tres fases que van del
como Serrano Suñer, quien estaba seguro de
otoño de 1974 una ilustrativa portada de ABC
aplauso a la indiferencia. La primera,
que se encargarían de “modular el péndulo
mostraba un clavel tirado en el suelo empe-
entre abril y octubre de 1974, se ca-
ibérico” como ya lo hicieran en 1926. El nue-
drado marchitándose. El mito de la revolu-
racteriza por una visión abruma-
vo hombre fuerte, Spínola, era la garantía
ción tranquila era una quimera.
doramente positiva, incluso en
los medios del Régimen, para los
cuales el protagonismo del ejército en el cambio constituía una garantía de
estabilidad.
Los diarios mandaron corresponsales a Lisboa que enviaban crónicas
telefónicas diarias. Sus informaciones eran muy políticas, pero
también se hacía un retrato social y cultural de la vida en Portugal
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Portugal, ejemplo de
que “se podía hacer”
■ Como Extremadura o Galicia,
Andalucía vivió la revolución con una
proximidad que desde Madrid era
difícil de entender. Los claveles del 25
de abril generaron muchas
expectativas entre la oposición
andaluza, sobre todo entre los jóvenes
estudiantes. Los cruces en la frontera,
los contactos de los grupos de
oposición de izquierda andaluza y del
Algarve se incrementaron. El clavel se
transformó en el símbolo de una
esperanza de cambio que se daba por
segura también para España. De
manera espontánea, se dio forma a
una suerte de tour revolucionario que
llevaba a muchos estudiantes
universitarios a visitar Portugal en
grupo, como parte de una experiencia
formativa y como muestra de
Portugal era portada continua de los diarios, como demuestran estos ejemplos de ‘ABC’.
solidaridad, facilitando así el
descubrimiento político y también
cultural del país vecino entre las
Esa imagen negativa se recondujo en la
Con cierta prepotencia, se argumentaba
tercera etapa, después del fallido golpe de
que España estaba en mejor situación que
compañía de teatro sevillana La
septiembre de 1975. A partir de ese momen-
su vecino para afrontar los retos de la mo-
Cuadra participó en las campañas de
to llama poderosamente la atención, inclu-
dernización política, tras haber culminado
dinamización cultural del gobierno
so en los medios conservadores, cómo co-
con éxito la económica y social. Entre los
portugués. La revista malagueña
menzó a elaborarse una imagen inusual-
problemas de Portugal se contabilizaban
mente positiva del partido socialista y su lí-
una alta presión demográfica, que se agra-
der Mario Soares, garantía de estabilidad y
varía con la inevitable descolonización; una
parapeto contra el comunismo. Aunque lo
bajísima renta nacional; la ausencia total
cierto es que Portugal dejó de interesar, ya
de industria, minería y turismo; el retraso
que la prensa española estaba más preocu-
en política social y relaciones laborales; ade-
pada por su propia transición.
más de cierto pesimismo colectivo y de la
Litoral dedicó un monográfico a la
Revolución de los Claveles. La célebre
canción Grandola Vila Morena se
convirtió en un himno para los jóvenes
de los dos lados de la frontera. Las
facultades universitarias se llenaron
de pancartas solidarias, se celebraron
conferencias y cineforums que
analizaban e intentaban sacar
lecciones de la experiencia
portuguesa. Para los jóvenes
andaluces Portugal fue el mejor
estímulo, porque demostraba que “se
podía hacer”.
falta de una clase media numerosa. Sin em¿SITUACIONES SIMILARES? Si en algo
bargo, supuestamente, España había supe-
coincidieron los medios de comunicación
rado todos esos problemas.
nuevas generaciones de andaluces. La
españoles de todas las tendencias fue en
Todavía existía una diferencia más im-
dejar lo suficientemente claro, como se-
portante. En los medios se notificaba, con
ñalaba una portada de Pueblo, que Portu-
miedo en unos casos y con esperanza en
gal y España no eran casos comparables.
otros, la existencia de contactos entre el mo-
“Las semejanzas no son sino apuntes y
vimiento de las fuerzas armadas portugue-
las desemejanzas esenciales”. En gene-
sas y la Unión Militar Democrática (la UMD
ral, hubo auténtica obsesión por señalar
fue una organización militar clandestina
esas diferencias. Con ello no se intentaba
española, fundada al final del franquismo
esencial del mismo. El franquismo era una
más que exorcizar un fantasma, la posi-
con el objetivo de democratizar las Fuerzas
dictadura militar hija de una guerra civil y
bilidad de que la muerte de Franco diese
Armadas y derrocar la dictadura). Eso servía
lugar a una situación parecida a la que se
para plantearse si sería posible que el ejérci-
encontraba nuestro vecino en 1975, cuan-
to español actuase como instrumento de la
do la revolución se deslizaba hacia la iz-
revolución, como había ocurrido en el país
quierda por la posición de poder del parti-
vecino. La conclusión era tajante: la fideli-
do comunista.
dad de aquel al régimen constituía un rasgo
la sangre, como apuntara un colaborador en
ABC, era una poderosa argamasa; también
un poderoso persuasivo que evitaría que en
España se repitiesen situaciones como las
que se estaban viviendo en Portugal. Pero,
sobre todo, la guerra colonial que había desprestigiado y minado la moral del ejército
portugués se había evitado en España, para
los medios afines al franquismo, gracias al
realismo del dictador. Mientras los vecinos
estaban viviendo su peculiar 1898, a España
le quedaba muy lejos.
Cuanta información y opinión se publicaba sobre Portugal se ponía
en clave española. En cada posicionamiento de los medios de
comunicación se estaba haciendo, pues, política interna
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el necesario surgimiento de partidos de centro y de derecha democráticos, dejando el
terreno abonado para la extrema izquierda
bien organizada en la clandestinidad. Sin
una derecha y un centro “civilizados”, con
medios de comunicación a su alcance y cuadros bien formados, que hiciese de contrapeso entre las fuerzas en juego de la extrema
derecha y de la extrema izquierda, el futuro
sería inquietante.
GUERRA CIVIL EN CIERNES. Por otra parte, a lo largo de 1975 la prensa hispana se
plagó de comentarios alusivos al clima de
guerra civil que se estaba fraguando en la
vecina Portugal. Los matices eran muy significativos. Mientras ABC daba por más que
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Instantánea de la liberación de los presos políticos portugueses en abril de 1974.
probable el enfrentamiento, el Correo de Andalucía lo veía como una posibilidad remota. En plena distensión, la situación inter-
Para ABC, conservador y monárquico,
te, la lección más importante fuera ese peli-
nacional hacía muy improbable que EEUU
otro elemento sustancial que aseguraba a
gro de inmovilismo que apuntaba Pérez Em-
permitiese una guerra civil en la Península
España una posición mucho menos inquie-
bid. La mítica austeridad de Salazar había
Ibérica o que la URSS se arriesgase a una
tante que la de Portugal era la garantía suce-
dado buenos resultados permitiendo que el
aventura parecida, a pesar de que ABC de-
soria representada por el príncipe Juan Car-
escudo se convirtiese en una moneda fuerte
nunció reiteradamente la implicación so-
los. Supuestamente, Franco entendió la im-
y segura, pero había impedido la liberaliza-
viética en los sucesos. Sin duda, 1975 no era
portancia de preparar la sucesión convir-
ción económica necesaria para acceder a la
1939. No obstante, sí que podía generarse
tiendo en árbitro de la nueva situación no a
modernización y el desarrollo. En lo social,
una situación de violencia callejera y desor-
un hombre como hiciera Salazar, pues el ca-
el Estado Novo había dificultado el surgi-
den público endémicos, que pondrían muy
risma no se hereda, sino a la institución
miento de una clase media que sirviese co-
difícil la consolidación de la democracia en
monárquica.
mo amortiguador en las luchas sociales. Pe-
Portugal. Por eso, otra lección bien aprendi-
ro, sobretodo, en lo político había impedido
da por España era la necesidad de mantener
Finalmente, aunque los medios progresistas tuviesen mucho que objetar, en Espa-
el orden público, conjurando así una nueva
ña había señales de aperturismo que no se
guerra civil.
podían ignorar y que harían más sencillo el
tránsito después de Franco. Como escribía
Más información
Pérez Embid en ABC, abrir las puertas de la
libertad a un pueblo sediento de ella podía
Por otra parte, Portugal constituía también una advertencia contra la ingenuidad,
en referencia al protagonismo del PCP en los
■ De la Torre, Hipólito
meses posteriores a septiembre de 1974. En
generar una borrachera, pero mantener el
Portugal y España contemporáneos.
esto la opinión de la prensa española resul-
inmovilismo a ultranza era una política
Marcial Pons, Madrid, 2000.
taba casi unánime. Pretender que el partido
suicida. Esa era una de las lecciones del pro-
■ González Hernández, Juan C.
comunista fuese demócrata era desconocer
ceso portugués que la prensa española me-
Desarrollo político y consolidación
la historia de Europa y de América Latina.
jor asimiló.
democrática en Portugal 1974-1998.
Según la prensa española, muy crítica con el
CIS-Universidad de Salamanca,
PCP, en la filosofía del partido no cabía el
miedo al contagio influyó en el fracaso del
Salamanca, 1999.
respeto a la iniciativa privada, ni a las con-
moderado aperturismo de Arias. En tanto
■ Rosas, Fernando
vicciones religiosas, ni al pluralismo políti-
No ocurrió lo mismo con el régimen. El
Portugal se escoraba a la izquierda, España
Portugal siglo XX (1890-1976).
co, aunque se prestase a participar en el jue-
parecía hacer todo lo contrario.
Ed. Regional de Extremadura, 2004.
go democrático para alcanzar el poder. Algo
■ Sáchez Cervello, José
muy distinto era el socialismo democrático.
LECCIONES PARA LA TRANSICIÓN. Tal
La revolución portuguesa y su influencia en la
Los socialistas se fueron perfilando como
vez las situaciones no fuesen comparables,
transición española (1961-1976).
una baza fundamental para detener el
pero lo que muy pocos dudaban era que Por-
Nerea, San Sebastián, 1995.
avance del comunismo. Esta visión fue ca-
tugal ofrecía una serie de lecciones que
■ Direcciones en la Web
lando en la prensa española y explica la
España debía aprender. Portugal
■ Contemporary Portuguese Political History
imagen benévola primero, bastante positi-
fue un ejemplo en sentido negati-
Research Centre (CPHRC):
va más tarde, que diarios como ABC divul-
vo, fue lo que España no debía ser.
www.cphrc.org.uk
garon del líder socialista portugués. En ese
■ Centro de Documentação 25 de Abril.
clima se entienden mejor la “tolerancia” del
Universidade de Coimbra: www.uc.pt/cd25a/
último franquismo con el PSOE y el decidido
Instituto de Ciências Sociais da Universidade
apoyo del socialismo europeo al partido, pa-
de Lisboa: www.ics.ul.pt
ra convertirlo en trinchera contra el posible
Desde esa posición, la experiencia
portuguesa iba a constituirse en
una de las claves de la transición española.
Probablemen-
avance del PCE. ■
El 12 de septiembre de 1309 un contingente militar castellano, preparado y desplazado desde el cerco de la ciudad
de Algeciras por el rey Fernando IV, integrado básicamente por las milicias municipales de la ciudad de Sevilla y
bajo el mando táctico de don Alfonso Pérez de Guzmán, “el Bueno”, conquistaba, tras un duro asedio, la plaza de
Gibraltar. Los moros gibraltareños tras capitular con el rey la entrega de la fortaleza y de la villa, salieron todos
—unos 1.125— libres y francos hacia “allende la mar”. Castilla dominaba el Estrecho por vez primera.
Gibraltar ‘andaluz’
Castilla dominó el Estrecho por vez primera hace 700 años
MANUEL GARCÍA FERNÁNDEZ
UNIVERSIDAD DE SEVILLA
AH
ENE
2010
42
D
esde finales del siglo XIII hasta
mediados del XIV, desde Alfonso X
(1252-1284) a Alfonso XI (1312-1350),
con la conquista de Tarifa en 1292 y Gibraltar
en 1309, hasta la de Algeciras en 1344, todos
los monarcas castellanos entendieron que el
dominio de la estrecha manga marina que
separaba Andalucía del norte de África go-
DE UN LADO, GRANADINOS
Y NORTEAFRICANOS Y, DE
OTRO, CASTELLANOS,
CATALANES, GENOVESES Y
PORTUGUESES ANSIABAN EL
CONTROL DEL ESTRECHO
la segunda se perdió en 1333 y la tercera fue
abandonada por los cristianos y destruida
por los granadinos en 1369. Por lo que sólo
Tarifa permaneció en poder de los castellanos hasta la definitiva conquista de Gibraltar en 1462.
LA LLAVE DEL ESTRECHO. La corona cas-
zaba de un inestimable interés geopolítico,
tellana comenzó a prestar especial atención
vital para la defensa y la repoblación de las
a la bahía de Algeciras sólo después de las
grandes conquistas del valle de Guadalqui-
posesiones más inmediatas del bajo Guadalquivir y el Guadalete. Además, era funda-
chas veces como sujeto pasivo, los hombres
vir a mediados del siglo XIII. Ya el rey Fer-
mental para la seguridad del tráfico comer-
y las tierras andaluzas recientemente con-
nando III (1217-1252) se fue a la tumba con la
cial europeo y cristiano que, por la nueva ru-
quistadas y todavía en proceso de consolida-
idea de realizar una cruzada en el norte de
ta de poniente, conectaba ahora los merca-
ción, o mejor de castellanización.
África. Su hijo Alfonso X llevó a cabo nume-
dos mediterráneos con los atlánticos, Italia
No obstante, conviene recordar que lo
rosos e inequívocos gestos de que estaba
con Flandes a través del Mar de Alborán, el
que verdaderamente estaba en juego en
dispuesto a prologar la expansión cristiana
Estrecho de Gibraltar y el Golfo de Cádiz.
gran parte de la baja Andalucía no era some-
hasta el mismo litoral andaluz del Estre-
Sin embargo, para los monarcas nazarí-
ter el territorio del litoral atlántico inmedia-
cho, incluso al otro lado de allende la mar,
es, desde Muhammad II (1273-1302) a Yusuf I
to, de escaso valor económico y poblacional,
entre ellos, el saqueo en 1260 de la plaza
(1333-1354), el control y la seguridad de la tra-
sino el control de unos puertos —Tarifa, Al-
marroquí de Salé. El inicio, en 1275, de las
vesía marítima desde Ceuta, y otros puertos
geciras y Gibraltar— vitales para la flota
terribles incursiones benimenires por la
adyacentes de Berbería, hasta las plazas del
aliada cristiana —genovesa, catalana y por-
baja Andalucía desde Tarifa, Algeciras y Gi-
litoral andaluz —Tarifa, Algeciras y Gibral-
tuguesa— que operaba en el Estrecho frente
braltar obligó al rey Sabio a organizar una
tar— fundamentaba gran parte de la super-
a la musulmana, especialmente la mariní
expedición militar con el objetivo de domi-
vivencia del propio reino de Granada.
que desde 1309 controlaba Ceuta, cabecera
nar por completo el paso del Estrecho, si-
de posibles desembarcos norteafricanos en
tiando en 1278 la ciudad de Algeciras. La
la península.
empresa fue un rotundo fracaso.
Por ello, el enfrentamiento naval y terrestre presentó en Andalucía un marcado
carácter internacional; por un lado, los gra-
Ahora bien, nunca Castilla llegaría a
En este contexto, la toma de Tarifa por
nadinos y norteafricanos, por otro, los cas-
dominar por completo y a la vez los tres
Sancho IV en 1292 fue una curiosa empresa
tellanos, catalanes, genoveses y portugue-
puertos andaluces del Estrecho. Pues si
naval de presuntos aliados, dispares y anta-
ses. Cada uno con intereses políticos y, so-
bien Sancho IV conquistó la villa de Tarifa
gónicos, como castellanos y granadinos,
bre todo, económicos ahora compatibles,
en 1292, Fernando IV la de Gibraltar en 1309
aragoneses y genoveses, todos contra los be-
ahora adversos. Y en medio de todos, mu-
y Alfonso XI la ciudad de Algeciras en 1344,
nimerines de Fez, quienes desde 1285 domi-
El doliente destino
de los mudéjares
■ Como era ya tradicional desde las
grandes conquistas castellanas en
Andalucía durante el siglo XIII, la
mayor parte de la población
musulmana de las ciudades y plazas
estratégicas tomadas por los
castellanos era obligada a salir de sus
localidades y, bajo la teórica
protección de la corona, a trasladarse a
territorio andalusí o bien al norte de
África. En este sentido, recoge la
Crónica de Fernando IV la amarga
queja de un moro viejo de Gibraltar:
“Señor ¿qué ovistes conmigo en me
echar de aquí?. Ca tu bisabuelo, el rey
don Fernando, cuando tomó a Sevilla
AH
me echó dende, é vine a morar á
Xerez, é después el rey don Alfonso, tu
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2010
abuelo, cuando tomó á Xerez, echóme
dende, é yo vine a morar á Tarifa, é,
cuidando que estava en lugar salvo,
43
vino el rey don Sancho, tu padre, é
tomó á Tarifa, e echóme dende, é yo
vine morar aquí a Gibraltar, teniendo
que en ningund lugar non estaría tan
en salvo en toda la tierra de los moros
Patrontato de Turismo de Cádiz
de aquende la mar commo aquí; é
pues veo que en ningund lugar destos
non puedo fincar, yo iré allende la
mar, é porné en lugar do viva en valvo
é acabe mís días. E luego el rey entró
en la villa, é fizo su oración alzando las
manos al cielo, é dando gracias á
Dios…”
Castilla nunca dominó a la vez y por completo los tres puertos andaluces del Estrecho.
naban no sólo el Estrecho sino la plaza más
El cerco castellano de Algeciras se inició
importante a modo de privilegiado y seguro
en julio y el aragonés de Almería en agosto
puerto— junto con los de Algeciras y Gibral-
de 1309. Como los algecireños resistían por
No obstante, los éxitos parciales de la flo-
tar— para frecuentes desembarcos en Anda-
la frecuente llegada de avituallamientos
ta aragonesa en Almería, en el cerco de Al-
lucía y en Granada. A partir de ese momen-
desde Gibraltar, Fernando IV estableció un
geciras las dificultades de los castellanos
to, el objetivo militar —naval— de Castilla
modesto contingente para que hostigara a
iban en aumento. La muerte de algunos no-
sería, lógicamente, la conquista de Algeci-
los gibraltareños cercando la plaza. Pero,
bles importantes redujo las posibilidades de
ras y, en menor medida, Gibraltar.
sorprendentemente, la pericia de los dos en-
conquistar Algeciras. A finales de enero de
geños cristianos sobre los muros exteriores
de la villa fue suficiente para rendir la localidad al rey castellano el 12 de septiembre de
1309. Por lo que el asedio duró muy poco.
Como era habitual, la población mudéjar fue obligada a salir de Gibraltar. Sus 1.125
moros —según la Crónica de Fernando IV— se
trasladaron a allende la mar, al norte de
África. Fernando IV una vez en la plaza ordenó de inmediato reparar las fortificaciones
dañadas durante el cerco, cavó un nuevo foso en derredor y mandó construir la torre defensiva de San Leandro. Desde Gibraltar, el
rey regresó a Algeciras a los pocos días, pues
la tenaz resistencia de los musulmanes, es-
1310 todo concluyó en un estrepitoso fraca-
El pacto firmado en Alcalá de Henares en
1308 entre Fernando IV de Castilla y Jaime II
de Aragón daría origen a un magna expedición militar contra Granada que tenía entre
sus objetivos la conquista castellana de Algeciras y la aragonesa de Almería ante la
presunta inhibición de los benimerines
ocupados en la toma de Ceuta. Después de
las Cortes de Madrid, en febrero y marzo de
1309, el rey de Castilla había puesto todo su
empeño en el éxito militar de la campaña,
aunque la situación económica en Andalucía no era buena. Incluso el rey de Portugal,
don Dinis, enviaría un contingente de tropas en auxilio de su pariente castellano.
pecialmente por mar, impedía el avance
castellano.
so. De regreso hacia Sevilla, desde Jerez de la
Frontera, Fernando IV atendió a las necesidades militares, poblacionales y defensivas
de Gibraltar, que aun conservaba en la Bahía de Algeciras, y ofrecía treguas al rey de
Granada.
300 GIBRALTAREÑOS ANDALUCES. A sus
primeros pobladores cristianos —300, según la documentación castellana— la corona les concedió numerosos privilegios comerciales y fiscales, según la Carta Puebla
del 31 de enero de 1310. La repoblación de Gibraltar, emprendida a raíz de la emisión de
Redención de penas
por delitos de sangre
■ Por homiciano se entiende
generalmente en Castilla la situación
jurídica y social del hombre que,
habiendo cometido delito de sangre y
siendo legalmente condenado por ello,
podía expiar sus penas —excepto las de
alevosía y traición— como repoblador
de las plazas de primera línea
fronteriza en Andalucía. A partir de la
Carta Puebla de Gibraltar de 1310 se
generaliza su aplicación por toda la
frontera granadina.
El homiciano se convirtió, por tanto,
en un vecino habitual de muchas
villas y ciudades andaluzas, siendo un
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44
privilegio excepcional que otorgaba
Patrontato de Turismo de Cádiz
AH
sólo el monarca para aumentar el
poblamiento de localidades
estratégicas y de difícil ubicación
rayana. Este debía avecindarse, con
sus esposa y sus hijos, si los tenía,
durante un periodo determinado de
años en la referida localidad para
La posesión de Tarifa y Gibraltar garantizó a Castilla el control del comercio en el Estrecho.
recibir la “carta de perdón” de los
oficiales municipales del rey.
Desde Alcalá la Real, en el reino de
su Carta Puebla, se inserta en una modali-
impuestos de tránsito y compraventa sobre
Jaén, a Tarifa y Gibraltar en el litoral
dad en la que priman todavía los intereses
todo lo que comprasen o transportaran los
de Estrecho, esta institución gozó de
militares sobre los poblacionales. No sólo
nuevos habitantes vecinos de Gibraltar para
una enorme fortuna poblacional
por la falta de hombres disponibles en An-
sus necesidades, muy similar a las que ya
durante los siglos XIV y XV. Y nos
dalucía a acudir a la plaza, sino por las espe-
tenían las localidades próximas de Tarifa y
demuestra no sólo las dificultades del
ciales características que debían concurrir
Medina Sidonia desde 1295.
poblamiento en Andalucía, sino
en los futuros repobladores, forzados a una
Asimismo, el rey estableció el derecho de
vigilancia constante del territorio fronteri-
asilo y remisión de penas para los
zo con Granada y del tráfico marítimo del
delincuentes que viniesen a poblar Gibral-
Estrecho desde Ceuta a Algeciras.
tar: el célebre derecho de homicianos para
Sin duda por ello, como en otras localida-
los “golifanes, ladrones ó que hayan
des de la frontera, el doblamiento se acre-
muertos homes”, siempre que morase en la
centó por la corona con la emisión de una se-
plaza durante un año y un día.
también la condición social y moral de
algunos de sus primeros pobladores.
EL ASEDIO DE 1333. No conocemos la
evolución posterior del poblamiento de Gi-
rie de privilegios fiscales, económicos, judi-
La justicia se impartiría a Fuero de Tole-
braltar. Hay que esperar al reinado de Alfon-
ciales, etc. Estos privilegios aseguraron una
do (tal vez en su versión sevillana) y, ade-
so XI de Castilla (1312-1350) para encontrar
mayor “liberalización” de las obligaciones
más, el concejo recibió diversas rentas pa-
algunas noticias sobre esta plaza andaluza.
propias de la supervivencia diaria de los fu-
ra sus propios sobre los portazgos, anclaje,
La posesión de Tarifa y Gibraltar garantiza-
turos pobladores en beneficio de las tareas
almadrabas, salinas y tiendas, así como
ron a Castilla una posición estratégica en el
defensivas y militares; como por ejemplo,
una dehesa comunal. El documento esti-
tráfico comercial por el Estrecho frente a los
las pesadas “levas de pan” que algunos mu-
pula también las soldadas que los vecinos
benimerines y granadinos. De esta situa-
nicipios del interior —Jerez de la Frontera,
—los llamados soldados fronteros— debían
ción se beneficiaron todos, especialmente
entre ellos— estaban obligados a llevar
de recibir por cada tipo de servicio militar
los catalanes y los genoveses en su camino
anualmente a Gibraltar desde 1310 para su
realizado.
hacia los mercados andaluces de Poniente.
tenencia y abastecimiento. Sin duda por
Pero a fines del verano de 1332 el infante nor-
ello, en el modelo poblacional gibraltareño
teafricano Abd-al-Malik, hijo del sultán de
se sientan las bases definitivas de esta nor-
Fez, Abul-Hassan, burlaba la vigilancia de
mativa poblacional —la Carta Puebla de
Frontera— que va a perdurar, sin grandes
variantes, durante toda la Baja Edad Media
en Andalucía.
El privilegio concedido por Fernando IV
mantiene a Gibraltar, como era costumbre,
el mismo término de que disponía la villa en
tiempo de moros. Otorga una franqueza de
LOS REPOBLADORES DE
GIBRALTAR GOZARON DE
PRIVILEGIOS FISCALES Y
JUDICIALES QUE LES
PERMITIERON CENTRARSE
EN LAS TAREAS DEFENSIVAS
la flota castellana y transportaba desde Ceuta a Algeciras un importante contingente de
tropas con la intención de recuperar Gibraltar. En febrero de 1333 los benimerines cercaron la plaza, según Fernán Sánchez de Valladolid, autor de la Crónica de Alfonso el Onceno, desprovista de hombres y viandas para
resistir. El rey de Castilla, ocupado en asun-
EN 1349 ALFONSO XI CERCÓ
DE NUEVO GIBRALTAR POR
TIERRA Y POR MAR, PERO
LA FEROZ EPIDEMIA DE
PESTE NEGRA TERMINÓ CON
SU VIDA Y CON EL ASEDIO
tos nobiliarios internos del reino, no pudo
atender a las necesidades defensivas de los
gibraltareños.
La flota castellana organizada en Sevilla y
que mandaba el almirante Alfonso Jofre TeFoto ceidida por el Ayuntamiento de Algeciras
norio no consiguió socorrer a los sitiados,
pues los musulmanes controlaban el puerto
y las atarazanas de Gibraltar y la bahía de Algeciras. El hambre y las epidemias se adueñaron de la plaza en la primavera de 1333. Sus
habitantes no vieron otra salida que entregar la localidad al infante norteafricano a
cambio de la vida y los bienes muebles que
pudieran llevar. Ante esta situación, el alcaide Vasco Pérez de Meyra entregó la plaza a
los benimerines a finales de junio de 1333.
A pesar de esfuerzo realizado por los mu-
Imagen del Parque Arqueológico de las Murallas Meriníes de Algeciras.
nicipios andaluces para volver a recuperar
Gibraltar, tras un breve cerco en el verano de
1333, todo fue inútil. La pérdida de Gibraltar
empresa, pues la mortandad, que diaria-
te del rey se extendió rápidamente por el
fue un duro golpe del que jamás se recupera-
mente se producía en el campamento, hacía
campamento, la plaza de Gibraltar y por toda
ría la monarquía castellana. Alfonso XI
peligrar la vida del rey.
Andalucía. Los granadinos observaron respe-
siempre recordó con tristeza este desengaño
Pero Alfonso XI, testarudo y obstinado, no
tuosos el tránsito del cortejo fúnebre, camino
militar, especialmente por ser Gibraltar una
quería ni siquiera pensar en levantar el cerco.
de Sevilla, pues también ellos habían decidi-
conquista de su padre y, en segundo lugar
Sin embargo, la epidemia que no distinguía
do no obstaculizar la retirada de los castella-
porque era una pieza clave, junto con Alge-
entre reyes, ricos, prelados o miserables sol-
nos con el cuerpo del rey difunto.
ciras, en el control de Estrecho, fundamen-
dados, acabó con su vida el día 27 de marzo,
Hubo que esperar casi un siglo, hasta el
tal para la repoblación de la baja Andalucía.
Viernes Santo, de 1350. La noticia de la muer-
20 de agosto de 1462, para que Gibraltar se
En las Cortes de Alcalá de Henares de 1348
incorporase definitivamente a la corona de
y en las de León de 1349 se hizo patente una
Castilla. Pero esta vez la conquista de la pla-
vez más los anhelos del rey de Castilla. Todos los procuradores de los concejos, nobles
Más información
enfrentamientos entre nobleza y monarquía y, sobre todo, por los intereses econó-
y prelados del reino, especialmente los andaluces, sabían que el rey había manifesta-
za llave del Estrecho estuvo marcada por los
■ Ladero Quesada, Miguel Ángel
micos —en las almadrabas— que en el lito-
do, en diversas ocasiones, sus fervientes de-
Granada, historia de un país islámico
ral atlántico gaditano tenía la poderosa casa
seos de acudir a Gibraltar; y si aún no lo ha-
(1232-1571).
de Guzmán, los condes de Niebla. En este
bía hecho era debido, principalmente, a la
Ed. Gredos (tercera edición revisada y
sentido hay que recordar, no obstante, la
falta de recursos. En León anunció ya públi-
ampliada), Madrid, 1989.
novelesca expedición militar privada que re-
camente la futura campaña de Gibraltar que
■ García Fernández, Manuel
alizó en la primavera de 1436 el conde don
completaría la obra del Estrecho, tras la bri-
Andalucía, guerra y frontera (1312-1350).
Enrique de Guzmán, junto a algunos caba-
llante conquista de Algeciras en 1344.
Fondo de Cultura Andaluza, Sevilla,
lleros heroicos de Sevilla y Jerez, con la in-
1990.
tención de ocupar Gibraltar. La expedición
LA PESTE NEGRA. En el otoño de 1349,
■ González Minguez, César
fue un fracaso, pues fueron muchos los ca-
aprovechando los graves conflictos internos
Fernando IV (1295-1312).
balleros que perdieron la vida en los Arena-
que debilitaban tanto a Abul-Hassan como a
Editorial La Olmeda, Palencia, 1995.
les Colorados, junto a las murallas de la vi-
Yusuf I, Alfonso XI bajó urgentemente a Gi-
■ Ladero Quesada, M. A. y González
lla, ahogados por la subida de las mareas,
entre ellos el propio conde de Niebla. Suceso
braltar y puso cerco a la plaza por tierra y
Jiménez, M.
mar desde Algeciras. Sin embargo, a princi-
La población en la frontera de Gibraltar y el
épico que recoge el Romancero viejo tradicio-
pios de 1350 la oleada de peste negra que azo-
repartimiento de Vejer de la Frontera (siglos
nal y que dio a los Medina Sidonia durante la
taba Europa desde 1348 llegó también al real
XIII-XIV).
segunda mitad del siglo XV reconocimiento
de los castellanos en Gibraltar. El Consejo
Servicio de Publicaciones de la
en futuras empresas militares, no sólo en el
Real y los nobles de Castilla sugirieron al
Universidad de Sevilla, Sevilla, 1977.
Estrecho sino en Berbería. Pero esa es ya
monarca levantar el cerco y abandonar la
otra historia de Andalucía. ■
AH
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La Guerra de Granada de 1568-1570 supuso la destrucción física y humana del Reino de Granada. La mayoría de los
moriscos fueron trasladados hacia localidades del valle del Guadalquivir, donde sufrieron un paulatino proceso de
aculturación y asimilación. En aquel nuevo ambiente geográfico y social, los niños de aquella guerra fueron los
más afectados. Aunque Felipe II aprobó leyes para tratar de protegerlos, sus administradores las incumplieron de
forma reiterada y masiva convirtiéndolos, de manera extraoficial, en siervos y esclavos.
Los otros niños de la guerra
La Guerra de Granada y la infancia morisca
RAFAEL M. PÉREZ GARCÍA
UNIVERSIDAD DE SEVILLA
MANUEL F. FERNÁNDEZ CHAVES
AH
UNIVERSIDAD DE SEVILLA
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C
uando en la Navidad de 1568 los moriscos de las Alpujarras se levantaron en armas e intentaron infruc-
tuosamente entrar en Granada, soliviantar
a sus compatriotas del Albaicín y tomar la
ciudad, seguramente no eran conscientes de
la caja de Pandora que estaban abriendo. En
el curso de los dos años siguientes, el Reino
MÁS DE 80.000 INDIVIDUOS
FUERON SACADOS DE SU
PATRIA EN COLUMNAS
VIGILADAS POR EL EJÉRCITO.
ENTRE EL 20 Y 30% DE ELLOS
MURIERON EN EL TRASLADO
cos granadinos debían ser repartidos en
grupos más o menos reducidos por los lugares de destino, llegándose incluso a plantear
la idea de que no hubiese más de una familia morisca en cada parroquia o pueblo.
La realidad, sin embargo, fue bien diversa, pues, si es cierto que numerosos pueblos
de las sierras de Huelva y Sevilla, así como
de Granada fue arrasado por una guerra tan
de la campiña cordobesa y sevillana, la ribe-
brutal como olvidada en la conciencia histó-
ra del Guadalquivir y la provincia de Jaén,
acogieron a grupos de unas pocas decenas
rica de los andaluces. La acción de los moriscos rebeldes, de una parte, y de las tropas del
vaciar el reino de Granada con la saca de
de personas, no se pudo impedir la forma-
Rey Felipe II, por otra, castigó duramente un
unas 50.000 personas. Los especialistas cal-
ción de importantes concentraciones de
territorio que vio sus pueblos destruidos, los
culan que entre el 20 y el 30% de ellos murie-
moriscos en las principales ciudades de An-
campos devastados y los árboles talados, una
ron por los rigores de un invierno particular-
dalucía. Estas aglomeraciones impidieron
ola de muerte y desolación que provocó miles
mente extremo que les castigó por los cami-
la perfecta realización de los planes del Rey,
de muertos en ambos bandos durante una
nos, además de por las penalidades de unos
pues los moriscos tendieron a amontonarse
guerra total en la que ningún bando dio
traslados en que padecieron hambre, abu-
en los extrarradios de las ciudades en grupos
cuartel al adversario. Verdadera guerra civil
sos y robos de soldados y de vecinos de las
bastante compactos donde les resultaba me-
entre andaluces, moriscos granadinos unos,
poblaciones por las que pasaban, y, por su-
nos difícil mantener su identidad y repro-
cristianos de las milicias de los concejos del
puesto, la acción de la epidemia de tifus de-
ducir su cultura. Sólo en el barrio sevillano
Valle del Guadalquivir otros.
clarada durante la guerra y que ellos exten-
de Triana llegaron a sumar en el año 1589
dieron allí por donde pasaron.
más de 2.000 individuos. Además, en esos
El colofón de aquel drama fue la des-
arrabales los alquileres eran más baratos y
trucción humana del Reino de Granada: entre 1569 y 1570 las tropas del Rey fueron de-
PROYECTOS REALES. El objetivo de Felipe
menor la presión y la vigilancia de las auto-
portando a los moriscos hacia “la tierra
II era aislarlos y disolverlos en el seno de la
ridades políticas y eclesiásticas.
adentro”, la Andalucía Occidental y del
sociedad cristiana, a fin de promover una
Sin embargo, las disposiciones de Felipe II sí
Guadalquivir, y más al norte hacia Castilla y
asimilación paulatina que correría paralela
se aplicaron parcialmente sobre aquella des-
Extremadura. En fases sucesivas, más de
al proceso de pérdida de su propia identidad
trozada población de deportados. Como in-
80.000 individuos fueron sacados de su pa-
musulmana. Asimismo, al dividirlos en
formaba al rey el licenciado Varela, teniente
tria en columnas vigiladas por soldados. Es-
grupos pequeños y alejarlos del terreno
de Asistente de la ciudad de Sevilla, en los
pecialmente dura fue la conocida como “de-
abrupto de Granada se anulaba la posibili-
últimos días de 1570 “los moriscos que están
portación general” de noviembre y diciem-
dad de nuevas rebeliones armadas en el fu-
en esta ciudad y su tierra de los que han que-
bre de 1570, que pretendía acabar la tarea de
turo. Por ello, tras la deportación, los moris-
dado vivos por la mayor parte están muy en-
AH
Museo de BB.AA. de San Pío V. (Valencia)
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Conversión de los moriscos por el beato Juan de Ribera, óleo de Francisco Domingo Marqués, pintado en 1864.
fermos y pobres, que la mayor parte de ellos
andan a pedir por amor de Dios de puerta en
Población morisca (1610)
entre estos últimos los huérfanos y los niños solos, y delatando la escasez de hombres
su muerte en la guerra o la huida a las sie-
puerta sin poder servir ni trabajar por su flaqueza y enfermedad, y otros moriscos hom-
■ Sevilla
7.503
■ Cabra
bres y mujeres y muchachos que tienen sa-
■ Écija
1.100
lud están repartidos en la ciudad de Sevilla y
■ Córdoba
Triana y lugares de su tierra con amos a
■ Priego C.
749
rras. Se trataba de los restos de una sociedad
■ Jaén
2.225
y unas familias destruidas. Fueron vendi-
3083
■ Baeza
1.986
dos de modo mayoritario en el Valle del Gua-
1.768
■ Úbeda
1004
dalquivir, aunque también en Murcia y Va-
quien sirven y los sustentan y dan de comer
lencia. El destino de esos miles de esclavos
y procuran de doctrinarlos los mismos amos
era el aislamiento y la dependencia en las
casas de sus nuevos amos.
a quien sirven”. Unos meses más tarde, en
abril de 1571, el mismo Varela escribía a Feli-
Aunque prácticamente no hubo población
pe II comunicándole que de los 2.870 moris-
que no contara entre sus miembros algún
LOS NIÑOS EN ADMINISTRACIÓN. Se
cos libres que se sabía permanecían en Sevi-
cautivo, en su inmensa mayoría ese enorme
produjo, pues, una gigantesca cacería de se-
lla y los pueblos de su jurisdicción, 562 esta-
botín humano fue capturado en las zonas que
res humanos que presentaba una indudable
ban “encomendados e dados a servicio a ve-
se alzaron abiertamente contra el rey, alcan-
sombra legal y moral: no se podía esclavizar
cinos”.
zando tanto la rebelión como la subsiguiente
a personas bautizadas. Finalmente, el Rey
represión unas cotas de violencia difícilmente
resolvió en 1569 decretar la libertad de los ni-
ESCLAVITUD. La muerte en la guerra o la
imaginables. Así, en las Alpujarras, el mar-
ños menores de diez años y medio y de las
deportación no fueron los únicos destinos
quesado del Cenete, la Sierra de Bentomiz, el
niñas menores de nueve años y medio. A pe-
de los moriscos granadinos. Las estimacio-
centro de la provincia de Almería (especial-
sar de esto, se sabía que los menores moris-
nes realizadas por diversos historiadores,
mente localidades como Serón, Tíjola o Pur-
cos eran esclavizados sin ningún rubor. Pa-
como Bernard Vincent y Aranda Doncel, ci-
chena), o pueblos como el malagueño Istán o
ra hacer cumplir la ley, las autoridades em-
fran en torno a 25.000 ó 30.000 individuos
el almeriense Inox, hoy desaparecido.
pezaron a tomar medidas. En Málaga, el co-
los que fueron esclavizados en el transcurso
Los moriscos capturados en estas opera-
rregidor de la ciudad pregonó el 3 de sep-
de las hostilidades y en los meses siguientes
ciones militares formaron una población to-
tiembre de 1569 que todos los que tuviesen
entre los muchos que se encontraban hui-
talmente desvertebrada, en la que predomi-
en su poder niños moriscos los presentasen
dos en las sierras.
naban las mujeres y los niños, abundando
en el plazo de seis días. En los días siguien-
47
Este cuadro de Murillo,
aunque pintado en el siglo
XVII, da una buena idea de la
imagen que dieron
muchos niños moriscos en
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Niños comiendo melón y uvas.(1645-1646). Bartolomé Esteban Murillo. Alte Pinakhotek de Munich.
situación desamparo.
Reino de Granada, cuando todavía se contaban más de 1.800 moriscos y moriscas menores de 21 años en administración. Habían
pasado una infancia y adolescencia en cautividad. Era una infancia marcada y destruida por la guerra, sometida a servidumbre, privada de relaciones familiares y contextos socioculturales propios.
A pesar de todo, existió una decidida voluntad de protección por parte del rey. Así,
el 30 de julio de 1572 Felipe II promulgó una
Pragmática sobre “los moriscos menores del
Reino de Granada” en que se reiteraba la libertad en las condiciones ya conocidas y se
confirmaba su condición legal de administración, disponiendo el castigo para quienes con “malicia” habían usado de ellos “como de esclavos, y aun algunos habían herrado y señalado en el rostro”. Otra Pragmática Real del mismo año disponía medidas
para potenciar la disolución de los moriscos
en la sociedad cristiana: “en cuanto sea potes las autoridades registraron 184 niños y
la administración que los declara libres, al
sible, vivan entre cristianos viejos y se críen
niñas de las edades contempladas por la ley,
tiempo que, una y otra vez, se les llama “es-
y traten entre ellos”, y respecto a los niños
casi todos oriundos de la sierra de Bentomiz
clavito” o “niño esclavo”. Muchos de esos ni-
en administración “no queden ni estén en
capturados durante el durísimo asalto a Fri-
ños carecían de padres, en otros casos, con-
poder de sus padres, mandamos que los
giliana. Al tratarse de huérfanos y pequeños
taban con la compañía de su madre, esclava
pongan con buenas personas eclesiásticas o
sin familia, se optó por darlos en adminis-
del mismo amo. En la práctica, aquellos mi-
seglares que los críen y enseñen”.
tración a sus amos mediante la siguiente
les de niños se encontraban aislados en ca-
fórmula: a cambio de su servicio doméstico,
sas de unos amos a quienes debían servir,
EN PRIMERA PERSONA. ¿Qué pasó des-
deberían vestirlos, alimentarlos y enseñar-
en una situación de dependencia que en po-
pués? De todo. Hubo niños, y no pocos, que
les la doctrina cristiana, sin pagarles nada;
co o nada se diferenciaba de la esclavitud.
sufrieron el maltrato de amos desconside-
esta situación terminaría al cumplir los va-
De la importancia de esta situación hablan
rados que no dudaron en encerrarlos para
rones veinte años y las hembras diecinueve
datos como el de 1580 para el conjunto del
impedir cualquier recurso a la justicia, y se
y medio. Se insistía a los amos en que no se
aprovecharon de ellos todo lo posible.
trataba de esclavos, y que no podrían ven-
Aquellos a los que se presentó la oportuni-
derlos ni empeñarlos, y se avisó a los niños
del derecho que les asistía para denunciar a
sus amos en caso de abuso.
Este tipo de actuaciones y de encomendación de niños moriscos se repite en numerosas poblaciones andaluzas: en Almería,
Vélez-Blanco, Granada, Córdoba, Sevilla,
Antequera,… se cuentan por cientos los niños protegidos legalmente por la figura de
EL REY PROHIBIÓ LA
ESCLAVITUD DE LOS NIÑOS
MORISCOS MENORES DE
DIEZ AÑOS Y MEDIO Y DE
LAS NIÑAS MENORES DE
NUEVE AÑOS Y MEDIO
dad, era lógico, escaparon, como aquel morisco de nombre Felipe y catorce años de
edad, que enviado por su amo con dos cargas de leña desde su cortijo en el campo a la
ciudad de Antequera, aprovechó el camino
para desaparecer para siempre. Otros consiguieron denunciar, y sus dueños fueron
castigados, incluso encarcelados transitoriamente.
Este niño descalzo y vestido
con harapos es fiel reflejo de la
miseria padecida por miles de
morisquillos que vivieron
como esclavos no declarados
con familias de acogida.
Niño espulgándose, (1645-1650)..Bartolomé Esteban Murillo. Museo del Louvre, París.
Hubo quejas porque los amos no cuidaron de la educación religiosa de los niños a
ellos encomendados, y testimonios radicalmente inversos de familias que reclamaban que aquellos niños eran buenos
cristianos y habían sido bien doctrinados,
siendo desconocedores absolutos de la lengua árabe y la religión islámica. Un caso
extremo de integración es el que presentó
un vecino de Antequera, Mateo Sánchez de
Aguilar, en 1584, cuando el rey ordenó deportar a los moriscos que quedaban en la
ciudad: Mateo pidió que el joven Martín,
de 15 años, que estaba bajo su custodia,
quedase con él, alegando que lo trajo “del
lugar de Lentin” hace 14 años, cuando era
“muy pequeño”, habiéndolo criado siempre como cristiano viejo, “como a mi hijo”,
y por carecer de esposa, hijos y herederos,
pretendía “casar al dicho Martin y darle de
mis bienes y hacienda por el mucho amor y
voluntad que le tengo y me tiene”.
aquellos moriscos de la diáspora. De un la-
más cercada y empobrecida, pero viva en
RESISTENCIA Y ASIMILACIÓN. Con el pa-
do, los más o menos asimilados, o en pro-
los arrabales urbanos en que miles de de-
so de los años, aquellos niños fueron cre-
ceso de o con voluntad de. Frente a ellos,
portados, y sus descendientes, habían re-
ciendo, y de modo casi imperceptible, una
los que se reafirmaban, a pesar de todo, en
construido sus vidas.
nueva generación de moriscos se fue for-
una identidad criptomusulmana cada vez
Conflictos internos que condujeron a si-
mando, lejos de padres y familiares y de to-
tuaciones inverosímiles, como la de la mo-
do resto ni rastro de religión musulmana.
risca quemada viva en el auto de fe de Sevi-
Más aún, para muchos, era el pasado religioso y cultural de sus antepasados la causa
Más información
suita Pedro de León: “... murió negativa,
siempre dijo que sus parientes las moriscas
de su actual infortunio, y contra él reaccionaron. Inmersos en la casa de unos amos
lla de 1586, cuyo caso narró el misionero je-
■ Martín Casares, Aurelia
y moriscos le habían levantado aquellos
cristianos viejos y en una sociedad cristia-
La esclavitud en la Granada del siglo XVI.
testimonios, porque le tenían grande odio,
na, muchos de aquellos menores se aleja-
Un. de Granada y Dip. Provincial de
porque le veían venir muy a la cristiana
ron definitivamente de un Islam que cada
Granada, Granada, 2000.
vieja, y tratarse mucho con cristianos vie-
vez les resultaba más ajeno.
■ Vincent, Bernard
jos y nunca con los de su linaje, moriscas
Andalucía en la Edad Moderna: economía y
ni moriscos, porque aborrecía muchísimo
los casos de moriscas denunciadas a la In-
sociedad.
su secta y su modo de hablar y de vestir, y
quisición por sus propias hijas a causa de
Dip. Prov. de Granada, Granada, 1985
todo lo demás que rezaban los moriscos, y
Signo tremendo de aquella ruptura son
no aceptar aquellas las costumbres cristia-
■ Aranda Doncel, Juan
siempre iba ella a la iglesia y oía misa sin
nas de estas en lo relativo a comida, ayu-
Los moriscos en tierras de Córdoba.
que la apremiasen...”. Ante la absurda pa-
no, bulas, sacramentos y abandono de las
Pub. del Monte de Piedad y Caja de
radoja de una Inquisición instrumentali-
prácticas islámicas. Tensiones familiares
Ahorros de Córdoba, Córdoba, 1984.
zada por los propios moriscos, el P. León
y grupales que comenzaban a sacudir a
suspiraba: “Dios sabe lo que hay en esto”. ■
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En la jerarquizada sociedad del Siglo de Oro los individuos debían vestir de acuerdo a la condición social a la que
pertenecían. Por ello, dependiendo del vestido que se utilizaba se transmitía una determinada información al
resto de la sociedad: una mujer no obtenía el mismo reconocimiento social vistiendo “a la moda de la Corte” que
“al uso antiguo”, porque vestir de esta segunda forma implicaba que pertenecía a la porción de la sociedad que se
ganaba su sustento diario ejerciendo trabajo mecánico en el hogar, en el campo o en el taller.
Mujeres vestidas
“al uso antiguo”
El vestido en la Sevilla del Siglo de Oro: de Velázquez a Murillo
ISRAEL LASMARÍAS PONZ
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UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA
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E
l Barroco español amplió su temática pictórica con la introducción de
motivos hasta ese momento fuera
de uso en España: el bodegón, el paisaje y
las escenas de género o costumbristas. Los
cuadros de costumbres eran obras pictóricas
de pequeño formato muy asequibles para la
burguesía, que representaban a individuos
LOS PINTORES BARROCOS
ESPAÑOLES CONSIDERARON
QUE LO COTIDIANO
ERA UN TEMA DIGNO
DE SER REPRESENTADO
EN SUS OBRAS
grotesco no tenían cabida en el reflejo de
una sociedad en muchas ocasiones paupérrima. De tal forma que no había nada en
estas composiciones que resultase desagradable a los ojos del espectador (imagen 2) .
LA VIDA COTIDIANA. Las imágenes de la
vida cotidiana que reflejan estas escenas de
comunes y corrientes, contemporáneos al
costumbres permiten al historiador acercar-
autor, en escenas cotidianas tanto públicas
se al estudio de la cultura material de la vida
diaria de los individuos de una determinada
(en la calle) como privadas (en el interior de
la casa). De esta manera, los pintores barro-
dosas en la cocina; trabajadores, mendigos,
sociedad. Por ello, estas imágenes de género
cos españoles comenzaron a considerar que
pilluelos, músicos, ciegos y niños cuya vida
permiten aproximarnos al conocimiento de
lo cotidiano era un tema digno de ser repre-
transcurría fundamentalmente en las po-
determinadas formas de vida del siglo XVII,
sentado en sus obras.
pulosas calles de la capital hispalense del Si-
puesto que estas escenas pretendían ser re-
glo de Oro.
flejo del día a día de los individuos comu-
Del amplio conglomerado de pintores
barrocos españoles destacan dos autores se-
Cuando estos pintores se detenían a re-
nes. Así, al observar estas imágenes, en
villanos a la vez que universales, que se vie-
tratar a gentes humildes, lo hacían de for-
cierto modo, podemos dar respuesta a pre-
ron seducidos por el novedoso tema costum-
ma natural, sencilla y real, creando instan-
guntas muy sugerentes para el historiador.
brista: Velázquez (1599-1660) y Murillo (1617-
táneas de aquello que habían visto en la ca-
¿Cómo y en qué trabajaban los sevillanos del
1682), cuyas obras de forma conjunta abar-
lle. Velázquez y Murillo reflejaron en sus
Siglo de Oro? ¿En qué empleaban su tiempo
can casi la totalidad del siglo XVII. Si bien
obras la sociedad del momento, tomando
de ocio? ¿Con qué productos se alimenta-
Velázquez reflejó en sus pinturas escenas de
apuntes de la realidad cotidiana sevillana,
ban? ¿Qué prendas de vestido utilizaban?
la vida cotidiana sevillana hasta su traslado
para luego componer y completar sus obras
¿Qué imagen y apariencia externa tenían
a la Corte en 1623, Murillo no dejó de plas-
en sus respectivos talleres.
los individuos de los diferentes grupos so-
mar en sus pinturas escenas corrientes de la
Velázquez disponía en su taller sevillano
ciales? Ahora bien, estos aspectos deben ser
Sevilla del siglo XVII a lo largo de toda su
de un niño llamado Estebanillo que le servía
analizados con cierta cautela, porque si ya
obra. En cualquier caso, ambos autores, to-
como ayudante y en ocasiones como modelo
he aludido a cierta idealización en el trata-
mando como referente en tema y en ocasio-
para dar rostro a los protagonistas de sus
miento de los personajes, la utilización de
nes en estilo a Caravaggio (ver imagen 1),
composiciones (ver fig. nº 2). Sin embargo,
la imagen como fuente pude plantear cier-
plasmaron en su obra escenas reales de indi-
cabe destacar que en el tratamiento de los
tos problemas al historiador.
viduos comunes en actividades cotidianas:
personajes que protagonizaban estas esce-
En ocasiones, el historiador se ve seduci-
hombres bebiendo, comiendo o jugando en
nas cotidianas se advierte cierta idealiza-
do por las imágenes y no se percata de que
el interior de una taberna; mujeres hacen-
ción de la realidad: la miseria, el dolor o lo
determinadas escenas pueden plantear pro-
La Buenaventura, (2ª versión) 1595. Michaelangelo Merisi da Caravaggio. Museo Nacional del Louvre, París
Imagen 1: Murillo y Velázquez tomaron como referente a Caravaggio y plasmaron en su obra escenas de la vida cotidiana.
blemas de contexto, función, calidad del re-
ricas de género se representan con los ves-
de Velázquez y Murillo perfectamente pue-
cuerdo, que respondan a un testimonio se-
tidos apropiados para la actividad cotidia-
den servir para aproximarnos a la manera
cundario o que tienden a estereotipar a los
na que estaban llevando a cabo. En este
de vestir de los hombres y mujeres que vi-
personajes.
sentido, las escenas costumbristas que
vieron durante el siglo XVII. Por lo que res-
aparecen diseminadas a lo largo de la obras
pecta a la obra de Murillo, está llena de es-
Pese a esto, y siempre y cuando el historiador sea consciente de los posibles pro-
cenas de vida cotidiana cuyos protagonis-
blemas planteados, la pintura de género
tas son niños. Desde nuestra perspectiva
puede analizarse como reflejo de la vida co-
actual, puede resultar contradictorio utili-
tidiana de los individuos a los que representa, y puede servirnos para conocer, si
no en su totalidad, sí en gran medida, la
realidad material que rodeaba a estos individuos.
Entre esa realidad material estaba incluido el vestido, puesto que los personajes
que protagonizan las composiciones pictó-
EL VESTIDO “AL USO
ANTIGUO” SE CONFIGURABA
A VECES CON PRENDAS
QUE HABÍAN ESTADO DE
MODA ENTRE LA NOBLEZA
EN PERIODOS ANTERIORES
zar escenas infantiles para estudiar la indumentaria propia de los adultos, pero se
debe tener en cuenta que en el siglo XVII
los niños utilizaban prendas de vestido similares en su forma, evidentemente no en
su tamaño, a las de los adultos a partir de
los 8 años de edad; es más, entre la población menos adinerada esta circunstancia
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Imagen 2: La muchacha
viste camisa
arremangada de lienzo
blanco con el escote
ribeteado de negro y cuerpo
sin mangas de paño claro.
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atuendo que se vestía fue algo habitual duVendedores de frutas, 1670-1675. Bartolomé Esteban Murillo. Alte Pinakothek, Munich.
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rante toda la Edad Moderna, puesto que los
diferentes grupos sociales que configuraban
la sociedad estamental debían expresar la
condición social a la que pertenecían mediante su vestido.
LA ROPA BLANCA. La prenda que, en primer lugar, se vestía una mujer, independientemente de la condición social a la que
perteneciese, era la camisa. Esta prenda era
común a todos los estados sociales y a ambos
sexos. La diferencia radicaba, en el primer
caso, en la calidad, ligereza y blancura de la
tela, y en el segundo en la forma. Covarru-
podía darse con anterioridad a esta edad e,
lo hacían cómodo, flexible y ligero, hasta
incluso, al poco tiempo de desfajar al niño.
tal punto que podía llegar a resultar des-
La tipología de vestido denominada “al
abrigado. De esta manera, facilitaba a la
uso antiguo”, o simplemente “al uso” se
mujer la realización de sus actividades me-
caracterizaba por ser un vestido arcaico,
cánicas diarias en el hogar, el campo o el
propio de tiempos pasados, que en ocasio-
taller. Este hecho, hacía que las prendas
nes se servía de prendas que habían estado
que configuraban el traje “al uso” de las
de moda entre la nobleza en periodos ante-
mujeres del siglo XVII dejasen al aire las
riores. El traje “al uso antiguo” estaba for-
mangas de la camisa, los pies, e incluso las
mado por un conglomerado de prendas que
piernas y se caracterizasen, en ocasiones,
por presentar generosos escotes. Todo ello
impensable en el atuendo de cualquier
mujer que siguiese las formas de vestido
EN EL TRAJE DE LAS
MUJERES COMUNES
ALGUNAS PARTES DE LA
CAMISA QUEDABAN A LA
VISTA, ALGO IMPENSABLE
EN EL TRAJE CORTESANO
preponderantes en la Corte. Y, asimismo,
esta tipología de vestido “al uso” identificaba visualmente a estas mujeres como
pertenecientes a grupos de población no
privilegiados, que obtenían su sustento de
su trabajo manual o mecánico en el campo, en el taller o en la calle.
Esta diferenciación social mediante el
bias anota en su Tesoro de la lengua castellana que la camisa propia de las mujeres era la
“camisa de pechos”, es decir, escotada.
Normalmente, las camisas y la mayor
parte del ajuar de “ropa blanca” de las mujeres comunes estaban confeccionadas en tejidos bastos de lienzo más amarillos que
blancos, fundamentalmente de cáñamo o
estopa. Sin embargo, en el traje de las mujeres comunes se daba la circunstancia, impensable en el traje a la moda cortesana, de
que algunas de las partes de la camisa quedaban a la vista.
Esta circunstancia era aprovechada por
las mujeres para confeccionar estas partes
con telas más finas y blancas que las que
quedaban ocultas y/o para decorarlas con
bordados, ya tradicionales desde finales de
la Edad Media, de hilo de seda negra. De tal
forma que los lienzos de mayor calidad y los
bordados se concentraban en el cuello, pecho y mangas. En este sentido, Correas, en
su refranero de 1627, indica la importancia
de las partes de la camisa que quedaban visibles al espectador: “Tenga mangas y cabezón, siquiera falda, siquiera non”. Era esta,
una forma de dotar a la camisa de una apariencia o riqueza que no se correspondía con
la realidad, puesto que las partes ocultas se
Imagen 3. La muchacha
viste camisa escotada con el
cuello ribeteado de negro y
la dueña se acerca uno de
los extremos de la toca a la
Muchacha con su dueña, h. 1670. Bartolomé Esteban Murillo. National Gallery of Art, Washington D. C.
nariz para “rebozarse”.
confeccionaban en tejidos bastos y baratos y
las partes visibles en tejidos más apreciados
y costosos. Por ello Covarrubias anota en su
Tesoro cuando se refiere a la camisa de una
novia: “la camisa de nuestra novia: cuerpo
de lino, faldas de estopa”. La camisa de la
mujer se completaba con pequeñas piezas
de tela que servían de cuello y puños sencillos, nada que ver con las farragosas lechuguillas de los nobles que, en aras de mantener su blancura, solían ser piezas de quita y
pon para poder lavarlas (imagen 4).
El deseo de mantener la finura y blancura de las partes visibles de la camisa está en
absoluta relación con el hecho social que suponía la limpieza. Durante la Edad Moderna, el concepto de limpieza y aseo estaba
alejado de toda ablución. Una mujer aseada
era aquella que vestía de forma limpia y cuidada. En este sentido, era la camisa la encargada de absorber el sudor corporal y por
ello lucir una camisa inmaculada era sinónimo de limpieza y distinguía a una mujer
sobremanera. Por esta razón, aquellas mu-
quita y pon que se unían al cuerpo, bien en
natural de la lana, pardo (paño burel), pero
jeres que trabajaban con sus manos tenían
un único punto a la altura del hombro, de-
también se podían teñir con colores vivos y
especial cuidado en no ensuciar su camisa
jando entrever la blancura de la camisa, o
vistosos como: azul, morado, canelado, ver-
y, en sus tareas cotidianas, se suelen repre-
bien, se “atacaban, mediante ojales con
de, naranja…. y, por supuesto, negro. Du-
sentar arremangadas, e incluso sujetándo-
unas tiras de cuero denominadas agujetas,
rante la Edad Moderna se consideraba de
se las mangas con una cinta, evitando man-
dando la impresión de que las mangas esta-
“buen parecer” que las prendas que forma-
char sus mangas.
ban cosidas al cuerpo” (imagen 5).
ban vestido coincidiesen en tejido y color, o
La falda exterior que habitualmente uti-
cuando menos en alguna de estas dos carac-
EL CUERPO Y LA SAYA. Fundamental-
lizaron las mujeres comunes se denomina-
terísticas. Así, puesto que cuerpo, mangas y
mente, dos eran las prendas que configura-
ba saya, tenía varios pliegues en la parte tra-
saya formaban vestido se solían llevar bien
ban el vestido utilizado habitualmente por
sera de la cintura y era corta, dejando a la
las mujeres trabajadoras durante el siglo
vista parte de las piernas de la mujer o cuan-
XVII sevillano: el cuerpo y la saya. Este vesti-
do menos los pies.
do se solía completar con unas mangas de
Las mujeres comunes confeccionaban
quita y pon, una falda interior denominada
sus prendas de vestido con telas corrientes,
faldilla y un delantal.
puesto que eran las más asequibles para sus
El cuerpo o corpiño era la prenda escota-
débiles economías. Fundamentalmente,
da y sin mangas que cubría el torso de la
confeccionaban su ropa con tejidos de lana:
mujer, dejando a la vista parte del delantero
burel, estameña, paños más o menos finos,
y las mangas de la camisa. Habitualmente,
raja o palmilla fueron las telas más utiliza-
a esta prenda se le añadían unas mangas de
das. En ocasiones, estas telas eran del color
EL DELANTAL NO SE
UTILIZABA ÚNICAMENTE EN
LAS LABORES DIARIAS, SINO
QUE FORMABA PARTE DE
VESTIDOS ESTIMADOS PARA
DÍAS DE FIESTA
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Capa parda, labrador;
Capa negra, ciudadano
■ Covarrubias en su Tesoro de la
Lengua castellana de 1611 anota en la
definición del término estado que en
la “república” hay diversos estados:
“Entre los seglares destacan varios:
caballeros, ciudadanos, oficiales,
labradores […] y cada uno en su estado
y modo de vivir tiene orden y límite”.
A esto añade en la definición del
término capa “hombre de capa negra,
ciudadano; hombre de capa parda,
trabajador o labrador”. Estado e Iglesia
pusieron al servicio de esta causa
discriminatoria toda su maquinaria de
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Cristo en casa de Marta y María, 1618-1620 (detalle). Diego Velázquez. National Gallery, Londres
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poder. La Monarquía católica emitió a
lo largo de toda la Edad Moderna, pero
tal vez de forma más intensiva en el
siglo XVII, un conglomerado de
pragmáticas reales de obligado
cumplimiento en todos los territorios
en poder de la Corona, intentando
reservar el lujo en el vestido a los
sectores sociales privilegiados. Por lo
que respecta a la Iglesia, fueron
innumerables los textos que emitieron
los tratadistas morales sobre el
correcto uso del vestido en la sociedad,
siendo especialmente virulentos en
sus críticas hacía las mujeres con la
clara intención de controlar sus
formas de vestido. Un ejemplo de ello
es la obra publicada en Sevilla en 1691
por Fray Antonio de Ezcaray bajo el
título significativo de Voces del dolor.
Nacidas de la multitud de pecados que
se comenten por los trages profanos,
afeytes, escotados […].
Imagen 4: Llevar el pelo recogido era una actitud muy decorosa por parte de la mujer.
conjuntadas, es decir combinadas en telas
ta prenda no se utilizaba únicamente en las
forma de evitar manchar la saya mientras se
de similar calidad y color (imagen 4).
labores diarias, el delantal formaba parte de
llevaban a cabo las tareas domésticas y/o
Hasta hace relativamente pocas décadas
vestidos estimados para días de fiesta. En
mecánicas. De esta forma se cuidaba la sa-
las mujeres vestían varias faldas superpues-
estas ocasiones festivas el delantal destaca-
ya, pero se debía manchar la faldilla, ahora
tas. Durante el siglo XVII las mujeres utili-
ba por su blancura e incluso por sus ador-
bien una vez que la saya se descolgase del
zaron una falda interior denominada faldi-
nos. Normalmente, los delantales se con-
cinto la suciedad quedaría oculta. En defini-
lla, que servía como abrigo y para evitar que
feccionaban en tejidos de poca calidad simi-
tiva, se trataba de una práctica de aparien-
la mujer mostrase las piernas, cuando la sa-
lares a los ya comentados (imagen 5) y cuan-
cia de limpieza en toda regla.
ya se levantaba por cualquier motivo. Habi-
do destacaban por su blancura estaban con-
tualmente, esta falda interior se confeccio-
feccionados en tejidos de lienzo. Esta blan-
PRENDAS DE ABRIGO. Si algo caracteriza-
naba con telas de calidad similar a las co-
cura estaba asociada al principio de limpie-
ba al vestido de las mujeres comunes era
mentadas para las sayas (imagen 2), aunque
za comentado en el apartado dedicado a la
su escaso abrigo. Las faldas se solían llevar
en ocasiones se podían hacer en tejidos de
“ropa blanca”. Una mujer común que mos-
superpuestas, pero no llegaban a cubrir la
lienzos similar a las camisas.
trase un delantal limpio era sinónimo de
totalidad de las piernas. El cuerpo era es-
El vestido se completaba con un comple-
“asseo”, algo muy admirable en una mujer
cotado y carecía de mangas, dejando al ai-
mento esencial para cualquier mujer ha-
que debido a su trabajo cotidiano se solía
re el delantero y las mangas de la camisa,
cendosa: el delantal. Covarrubias define de-
manchar. En este sentido, igualmente era
que a lo sumo se cubrían con las mangas
lantal como “el paño que la mujer se pone
sinónimo de “cuidado de la limpieza” que
de quita y pon asociadas al cuerpo. Para
delante por no ensuciar la saya […] para ha-
una mujer trabajadora llevase la saya reco-
proporcionar cierta calidez a este vestido
cer sus oficios y no maltratar el vestido”. Es-
gida, “terciada” en el cinto. Era esta otra
las mujeres trabajadoras se sirvieron de
Preparación de tortas de harina. Bartolomé Esteban Murillo. Museo Ermitage, Moscú.
dos prendas de abrigo:
el manto y, fundamentalmente, la mantellina o rebociño.
Los libros de sastrería
empleaban indistintamente la denominación
mantellina o rebociño
para referirse a un manto corto, que según Covarrubias “no cubre aun el
medio cuerpo”. Habitualmente, las mujeres
comunes utilizaban esta
prenda para cubrirse los
hombros o incluso la cabeza aunque las escenas
Imagen 5: Las mujeres visten con cuerpo de paño negro, saya, delantal y toca.
encierra en si […] se va curvando y rodeando a la cabeza […] y recoge todo el
cabello y lo congrega”. Como dice Covarrubias, las
cofias estaban confeccionadas en tejido de red, pero también se podían realizar en tejidos mas o menos
finos de lienzo blanco con
la misma finalidad de recoger el cabello (imagen
4). En cualquier caso, era
una actitud muy decorosa
por parte de la mujer llevar
el cabello recogido en algunas actividades, por ejemplo, en la cocina.
de género muestran co-
La prenda que las muje-
mo en ocasiones las mujeres por comodidad o calor se servían de
TOCADOS. Dos eran las prendas que utili-
res comunes utilizaban habitualmente
llevar la mantellina atada a la cintura
zaban las mujeres comunes de la Sevilla
para cubrir su cabeza, sobre todo cuando
cuando estaban trabajando o la utilizaban
del siglo XVII para cubrirse la cabeza: co-
salían a la calle era la toca de rebozo. Esta
para “rebozarse”, es decir cubrirse la cara
fias y, sobre todo, tocas de rebozo.
prenda había sido tradicional en la indu-
hasta la parte superior del labio. Las man-
Covarrubias definió cofia como “cierta
mentaria femenina española y, hasta la
tellinas se confeccionaban en telas de lana
cobertura de la cabeza hecha de red, den-
segunda década del XVII, la utilizaron
similares a las ya comentadas para “el vesti-
tro de la cual las mujeres recogen el cabe-
mujeres de todos los estados sociales. Sin
do” o en telas de lienzo similares a las des-
llo […] aprieta el cabello en la cabeza y lo
embargo, a partir de esta fecha las muje-
critas para la confección de las prendas de
res que seguían los dictados de la moda
“ropa blanca”.
abandonaron su uso y el uso de la toca que-
Las mujeres comunes también podían
utilizar para abrigo de su cuerpo amplios
Más información
tiéndose así en una prenda propia de un
traje arcaico. La toca de rebozo era una
mantos envolventes, que cubrían desde la
cabeza hasta el ruedo de la falda. Aunque
do relegado a “dueñas” y viudas, convir-
■ Bernis, Carmen
pieza alargada de tela fina de lienzo blan-
las escenas de género no representan a ni-
El traje y los tipos sociales en El Quijote.
co, que se colocaba sobre la cabeza, pasán-
ñas y mujeres comunes cubriéndose con es-
Ediciones del Viso, Madrid, 2001.
dose los extremos de la tela por debajo de
ta prenda, está comprobado que el manto
■ Calefato, Patricia
la barbilla. De tal forma que la prenda en-
era una prenda utilizada por mujeres de to-
El sentido del vestir
cuadraba el rostro y se podía acercar la tela
das las condiciones sociales. El modelo de
Instituto de Estudios de Moda y
hasta la nariz, para taparse la boca (ima-
manto más común era el que se cortaba en
Comunicación, Valencia, 2002.
gen 3). En ocasiones, la toca servía para
segmento de círculo.
■ Vigarello, Georges
abrigo de los hombros de la mujer. Por úl-
Lo limpio y lo sucio: La higiene del cuerpo
timo, comentar que toca y mantellina no
riales con que se confeccionaba el manto es-
desde la Edad Media
eran prendas de uso incompatible, en oca-
taba intrínsecamente ligada al poder adqui-
Alianza, Madrid, 1991.
siones, se representa a mujeres que llevan
Y, evidentemente, la calidad de los mate-
sitivo de la mujer que lo llevaba.
ambas prendas al mismo tiempo. ■
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“La colina de los chopos”, nombre que Juan Ramón Jiménez asignó a la madrileña Residencia de Estudiantes, fue
el primer testigo de la amistad entre Lorca y Dalí. El segundo escenario de este afecto fue la localidad de Cadaqués,
que fascinó como pocos lugares al poeta granadino. Sin embargo, su amistad y colaboración, materializada en el
estreno barcelonés del drama Mariana Pineda, se trocó en hiel e incluso en infamia por parte del pintor, quien llegó
a celebrar con un rotundo “olé” el fusilamiento del que fuera su mejor amigo de la adolescencia.
García Lorca y Salvador Dalí,
crónica del desamor
Dalí sustituyó su amistad con el poeta por un odio desbocado
MONTSERRAT RICO GÓNGORA
AH
ESCRITORA
ENE
2010
56
A
l iniciarse el curso 1921-1922, llegó
a la Residencia de Estudiantes de
Madrid un joven catalán de 17
años, llamado Salvador Dalí. Su padre, notario del mismo nombre, que en esa época
ya había asumido en solitario la educación
de sus hijos, no tardó en descubrir y alentar sus dotes artísticas. Éstas despuntaron
ES DIFÍCIL ENTENDER EL
BINOMIO AFECTIVO LORCADALÍ SIN CONTAR CON
LA FASCINACIÓN QUE
EJERCIÓ EN EL POETA LA
LOCALIDAD DE CADAQUÉS
las escenas de una villa marinera a la que durante siglos le había resultado más fácil la
expansión marítima que terrestre. Aquel reducido paisaje era un tesoro al alcance de
cualquier sensibilidad artística. Lorca escribió: “Cadaqués es el fiel del agua y la colina,
eleva escalinatas y oculta caracolas”.
muy pronto, razón por la cual el joven Dalí
DÍAS ENTRAÑABLES EN CADAQUÉS. Pro-
recibió una primera orientación en la Es-
fundamente impresionado por el regalo
que los Dalí habían hecho a su espíritu
cuela Municipal de Arte de Figueras que dirigía el profesor Juan Núñez. El notario en-
quedó profundamente admirado por su ca-
sensible, Lorca comunicó en una carta a
tendió, no obstante, que aquella forma-
risma y talento.
su amigo Fernando Vilchez: “Después de
la Vega, pocas cosas más bellas que el Am-
ción sería pronto insuficiente para respon-
En la primavera de 1925, coincidiendo con
der a sus talentos y pensó en la prestigiosa
la Semana Santa, Federico García Lorca fue
Llotja de Barcelona, donde había estudia-
invitado por la familia Dalí al Ampurdán ca-
La crónica de aquellos días cobra un color
do un reconocido Pablo Picasso. Al menos
talán. Aceptó entusiasmado ante la feliz ex-
especial en los recuerdos de Ana María Dalí,
—pensó— los estudios reglados que se im-
pectativa de viajar a un lugar que no conocía,
hermana del pintor. Cuando Lorca entró en
partían en ella podían darle un oficio me-
y donde la suerte le deparó hacer buenos
sus vidas ella tenía diecisiete años y un pelo
dianamente retribuido en la docencia, lejos
amigos. Es difícil entender el binomio afec-
derramado en tirabuzones que a él le pare-
de los avatares de la bohemia artística.
tivo Lorca-Dalí sin tener en cuenta la fasci-
ció del mismísimo arcángel San Gabriel. Pe-
Dado que no existía Escuela Superior de
nación que Cadaqués ejerció en el joven poe-
se a su edad, aún jugaba con su mascota: un
Bellas Artes en Barcelona, y que no podía
ta. Lorca venía de un mundo rural: Fuente-
osito de peluche al que Lorca bautizó como
obtener el título de profesor de dibujo perse-
vaqueros, órgano vivo, eso sí, de una Anda-
“don Osito Marquina”, apellido del drama-
guido, Salvador Dalí se trasladó a la capital
lucía abierta al mundo y paso obligado de
turgo que, casualmente, vivía en Cadaqués,
madrileña. Aquí conoció a Federico García
muchas culturas. Cadaqués, sin embargo,
en el pequeño istmo que separaba las playas
Lorca, cinco años mayor que él, quien había
era una minúscula península asomada al
de La Conca y del Petit Llané.
llegado a la Residencia dos cursos antes con
mar, de una extraña belleza mineral, aislada
Los Dalí, aunque residían habitualmen-
una carta de recomendación del propio Gi-
del resto de la tierra por los montes del Pení y
te en Figueras, habían elegido aquella po-
ner de los Ríos dirigida a Juan Ramón Jimé-
Els Bufadors, últimas posiciones pirenaicas
blación como lugar de veraneo, entre otras
nez. El poeta granadino apenas había publi-
que se hundían en el Mediterráneo en cola-
cosas porque se había convertido en un refu-
cado en 1917 sus primeros escritos y puesto
das de pizarra. A pocos kilómetros de allí, en
gio glamuroso para la clase privilegiada de
en escena , tres años después, El Maleficio de
el cabo de Creus, punto más oriental de la Pe-
Barcelona y para algunos intelectuales an-
la Mariposa —sin éxito alguno—, pero Dalí
nínsula, nacía el sol cada mañana pintando
siosos de retiro y paz. De hecho, invitados
purdán”.
EN EL VERANO DE 1928, EL
GRANADINO YA NO FUE
INVITADO A CADAQUÉS.
SU LUGAR LO OCUPÓ
ENTONCES OTRO
ESTUDIANTE, LUIS BUÑUEL
por los Dalí, del cercano Puerto de la Selva y
de la capital catalana, concurrieron muchos
amigos a conocer al poeta granadino: Josep
María de Segarra, Joaquín Borralleras, Lluis
Llimona..., a quienes hizo una primera lectura de su obra Mariana Pineda, aún no estrenada. El padre de Dalí se emocionó tanto
que, unos días después, de regreso a Figue-
AH
ras, promovió otra lectura en su casa de la
plaza de la Palmera. Esta vez no pasó inad-
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vertida porque La Veu de L Empordà informaba el día 18 de abril de 1925, con un titular de
auténtico acontecimiento: “Un poeta gra-
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nadino en Figueras”. A partir de esta fecha,
Lorca quedaría vinculado a Cataluña.
Ana María Dalí describió a Lorca como
un hombre de extremada sencillez, de mucho valer, pero sin la pretensión que había
caracterizado a su hermano. Ana María se
sintió más pronto defraudada por Salvador
que por Federico, cuya muerte abrió una
profunda brecha en su corazón. Las cartas
que se cruzaron no admiten ninguna duda
acerca de la lealtad que se profesaron, aunque mucho de este material epistolar se perdió durante la Guerra Civil cuando la casa de
Figueras fue requisada por la milicia.
La segunda estancia de Lorca en Cataluña
tuvo lugar en 1927, año pródigo en acontecimientos en la vida del poeta, porque iba a tomar parte en el acto conmemorativo del Tricentenario de la muerte de Góngora, en el
Ateneo de Sevilla —pretexto aglutinador de la
Generación del 27—, a ver estrenada su obra
Mariana Pineda y publicado su libro Canciones
1921-1924 de la mano de Imprenta del Sur, de
la revista malagueña Litoral. También en estas fechas estaba dando sus últimos retoques
estilísticos al Romancero Gitano.
LOS AMIGOS DE CATALUÑA. La puesta en
escena de Mariana Pineda, en Barcelona, volvió a afianzar la camaradería entre Lorca y
Dalí, dado que el pintor colaboró para hacer
los decorados, siguiendo las instrucciones
del autor a quien le resultaba más fácil poder
Federico García Lorca y Salvador Dalí, dos amigos en Cadaqués.
evocar los escenarios de la Granada decimonónica que vio morir a la heroína liberal.
La primera representación tuvo lugar el
na, Figueras y Cadaqués. También en esta
que en franco homenaje al poeta granadino
día 24 de junio en el Teatro Goya. Lorca se
ocasión conoció Sitges, donde entró en con-
hizo aparecer por primera vez en sus pági-
trasladó durante cuatro meses a Cataluña y
tacto con el grupo de intelectuales que gira-
nas poemas escritos en castellano. En con-
vivió en este período a caballo entre Barcelo-
ba en la órbita de la revista L’ Amic de les Arts,
creto publicó Reyerta de Gitanos, al que el au-
Lorca y el espejismo
del mar
■ García Lorca se familiarizó con el
mar en Cadaqués. Fue casualmente
Ana María Dalí quien le confeccionó
una marinera azul como la que usaban
los oriundos, con cordones rojos, en
lugar de blancos, como él quiso. En su
estancia en la población del
Ampurdán —hoy puesta en jaque por
al fiebre urbanística— solía hacer
excursiones a las calas próximas y al
cabo de Creus en una barca que
originariamente se llamó Wilson —en
honor al presidente de Estados
Unidos—. El torrente virulento que en
1921 azotó Cadaqués se llevó la
embarcación mar adentro y aunque no
AH
la destrozó, le hizo perder las tres
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quedó rebautizada como “son”, sueño
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primeras letras de su nombre. La barca
en catalán, nombre con que la conoció
el poeta granadino.
Ana María Dalí (en la imagen, retratada por su hermano) fue una gran amiga de Lorca.
tor cambió luego el nombre por Reyerta de
tal vez porque el juglar Lorca había rescatado
enojoso el regreso del cabo de Creus al caer la
mozos. Sitges, otra población costera, de la
el molde clásico que en la literatura sirvió
tarde. En su inconsciente alumbraba el tem-
comarca del Garraf, se había convertido en
eminentemente para contar historias.
poral. La calma blanca de las aguas se le ase-
Por el Romacero Gitano pulularon margi-
mejaba navegando un profundo abismo en
De esta segunda estancia de Lorca en Ca-
nados y guardias civiles, inmolados al sacri-
el que temía precipitarse. Lorca no tomó
taluña cabe destacar también el reencuen-
ficio y plañideras, con la misma fuerza ale-
nunca un baño solo en la playa. ¿Miedo al
tro del poeta en la ciudad condal con Rafael
górica con que en los relatos bíblicos lo hací-
agua? No. La palabra miedo es para el poeta
Barradas, el pintor uruguayo al que había
an David y Goliat, o en los mitológicos Satur-
un mundo enorme e inconmensurable que
conocido en la Residencia de Estudiantes y
no y su hijo devorado.
todo lo abarca. Lorca es un niño adulto lleno
el santuario del movimiento modernista.
de congojas y presentimientos.
quien pergeñó entonces los figurines que
ambientaron el aciago estreno de El Malefi-
EL MIEDO DE LORCA. El éxito del poeta
En el verano de 1928, el poeta granadino
cio de la Mariposa. La muerte de este amigo
coincide, sin embargo, con una crisis espiri-
ya no será invitado a Cadaqués. Su lugar lo
fue también prematura, pues dejó de existir
tual difícil de ponderar. Lo que sabemos de
ocupa ahora otro estudiante de la Residencia
en 1929. En el círculo de amistades de Dalí
ella es gracias a su propia y elusiva confesión.
con quien Dalí se vuelca de una manera ex-
conoce Lorca al dibujante Sebastián Gasch,
En una carta dirigida a Sebastián Gasch le di-
cluyente: Luis Buñuel. Aunque en Poeta en
a quien propone que colabore con algún di-
ce: “Mi estado espiritual no es bueno que di-
Nueva York se ven los trazos del movimiento
bujo en El Gallo, proyecto del suplemento de
gamos". Sabemos muy poco acerca de qué es-
surrealista imperante, nada es comparable a
El Defensor de Granada. De esta aventura
tá provocando su estado de abatimiento,
la militancia que en él hacen el pintor Salva-
editorial sólo se publicaron dos números.
aunque huelga decir que el miedo de Lorca es
dor Dalí y el cineasta Luis Buñuel. En este
Lorca advierte a Gasch que no tienen dinero
una constante vital que, a veces, disfraza
sentido hay que advertir que los cánones del
para retribuirle, pero que lo harán con cari-
convenientemente de alegría.
surrealismo francés, liderado por André Bre-
ño. El primer número de El Gallo es enviado
Ana María Dalí, en alguna ocasión, ha-
ton, exigían el desprecio al pasado, a los
a Lluis Montanyà para que lo de a conocer a
bla de su temor a la muerte, de su temor a la
amigos y a la familia. Es esta connivencia
los colaboradores de L’ Amic de les Arts.
vida, de su temor en letras mayúsculas. En
sectaria con el movimiento la que lleva a Da-
Cadaqués temía subir en barca y se le hacía
lí a enfrentarse con su propia familia y a es-
A partir de 1927 se abre definitivamente
el abismo que separará a Dalí y a Lorca. Po-
carnecer en un vasallaje infame la memoria
demos hacernos una clara idea de los moti-
de su madre. Para ser admitido en el grupo
vos que la originaron atendiendo a los éxitos
liderado por Breton, Dalí realiza un mani-
del poeta y a las reverencias de Dalí a los postulados surrealistas que venían de Francia
En el mes de julio de 1928 aparece publicado Romancero Gitano. La fascinación que
produjo sería digna de un estudio sociológico. Sus poemas los sabían de memoria los niños, los ancianos, los maestros de escuela,
los soldados, los académicos y los incultos,
LA REPRESENTACIÓN DE
‘MARIANA PINEDA’, EN
BARCELONA, AFIANZÓ SU
AMISTAD PORQUE EL
PINTOR COLABORÓ
EN LOS DECORADOS
fiesto particular y, en un cuadro que representa el Sagrado Corazón que en 1929 expone
en la Galería Joemans de París, escribe sobre
el lienzo: “Yo escupo sobre mi madre”.
La reacción de Salvador Dalí i Cusí no se
hizo esperar y expulsó a su hijo del hogar. La
deriva moral del pintor catalán no había hecho nada más que comenzar. Junto a Bu-
Dalí y su manifiesto
surrealista
■ Siguiendo las tendencias
surrealistas de Francia, Salvador Dalí
presentó sus credenciales en Barcelona
el 22 de marzo de 1930 ante un
auditorio repleto de amigos, parte de
los cuales dejaron de serlo aquel
mismo día. El encabezamiento del
manifiesto decía: "Antes de todo creo
indispensable denunciar el carácter
envilecedor que supone el acto de dar
una conferencia y más aún el de
escucharla". El acontecimiento tan
sólo representó un punto y seguido en
el rosario de las rupturas con el
pasado. En esa época ya había sido
expulsado del hogar paterno por
AH
mancillar la memoria de su madre.
Aunque el surrealismo, como
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movimiento, sucumbió de muerte
natural, Salvador Dalí nunca se apartó
de sus extravagancias.
Dalí cambió su amistad con Lorca por la de Luis Buñuel, a quien retrató en este óleo.
ñuel intenta rendir algún tipo de cuentas de
conducta. El hijo pródigo ha vuelto a ca-
NO HE MUERTO. Dalí fue tan brillante co-
índole estética con quienes habían sido has-
sa, pero ya nada volverá a ser como antes.
mo pintor, como incoherente consigo mis-
ta entonces sus incondicionales amigos, en
Ana María y Federico quedan para verse
mo. Su megalomanía estuvo en consonan-
un afán destructor. A Lorca le escribe en alu-
otro día, pero la repentina enfermedad
cia con los tiempos que vivió y que le permi-
sión al Romancero Gitano: “...Tú te mueves
de la tieta obliga a la joven a emprender el
tieron sacar rédito personal a la infamia.
en torno a las nociones aceptadas y antipoé-
viaje a Figueras. Nunca más se volverán a
Ensalzó a Hitler, Franco y Mussolini; hirvió
ticas, hablas de un jinete y se supone que va
ver.
judíos metafóricos en sus lienzos y aplaudió
arriba de un caballo...”, “...si las riendas no
A finales de este año la actividad de
la implantación de campos de exterminio
son una continuación orgánica de las mis-
Lorca en Barcelona es frenética. Aquí se
en Alemania. Fue tan ancho de miras para
mísimas manos, si en realidad más veloz
encuentra con Pablo Suero, un periodista
el arte, como corto en la audacia de definir-
que la mano resultan los pelitos de los cojo-
nacido en Gijón que vive en Argentina,
se español por el nimio hecho "de haber con-
nes del jinete...”.
donde dirige las páginas teatrales del dia-
sumado el heroico acto de revolverse contra
Juan Ramón Jimenez recibe otra misiva
rio Noticias Gráficas. Está en España para
el surrealsimo francés". De anarquista pasó
incendiaria de Dalí y Buñuel: “Nuestro dis-
hablar de la situación política y social que
a monárquico convencido y no sabemos en
tinguido amigo: nos creemos en el deber de
atraviesa. El fin de año lo pasa con el poeta
qué hubiera acabado de haber vivido más.
decirle así desinteresadamente que su obra
a quien había conocido en su gira triunfal
El colmo de la infamia llegó, sin embar-
nos repugna profundamente por inmoral,
bonaerense entre los años 1933 y 1934. A
go, cuando tras la muerte de Lorca declaró
por histérica y arbitraria. Especialmente:
principios de enero de despide de él. Tam-
haber compartido con él, en la Residencia
¡¡Merde!! para su Platero y Yo”.
bién lo hace Margarita Xirgú que acaba de
de Estudiantes, habitación y cama durante
estrenar Doña Rosita la Soltera y que va a
dos años y lo acusó del intento de sodomi-
iniciar en breve su gira americana.
zarlo. Son tristemente célebres sus declara-
IGNORADAS DESPEDIDAS. En 1935 Lorca
regresó a Barcelona. En octubre se reestrena
ciones tras la muerte del poeta: “¡Olé! Con
Yerma que ya ha sido aclamada en la capital. Ana María Dalí, avisada de la presencia
del poeta, acudió a su encuentro. Habían
pasado diez años desde la primera vez que lo
había visto en Cadaqués. Ya no era la niña
que disputaba a don osito Marquina con el
poeta. Son horas para evocar Cadaqués, para darle un nuevo y definitivo sentido a las
palabras que en alguna carta le había expresado a la joven: “Lo he pasado tan bien en
Cadaqués que me parece un sueño bueno
que he tenido”.
Hablan, por supuesto, de Salvador,
del drama familiar que ha ocasionado su
este grito típicamente español acogí en París la noticia del fusilamiento del mejor
Más información
amigo de mi turbulenta adolescencia”.
Cuando el periodista que lo entrevistaba, le
■ Pla, Josep
preguntó perplejo si le había emocionado el
Salvador Dalí.
fusilamiento de Lorca añadió: “Me alegré
Dasa Edicions, Figueras, 1981.
mucho. Por otra parte, como soy jesuita en
■ Rodrigo, Antonina
alto grado, cuando uno de mis amigos mue-
Lorca, Dalí, una amistad traicionada.
re, tengo la sensación de que soy yo quien lo
Editorial Planeta, Barcelona, 1981.
ha matado, que ha muerto por mi causa”. Ni
■ Gibson, Ian
siquiera tan deleznables palabras pudieron
Cuatro poetas en Guerra.
mancillar su recuerdo, porque como dijo en
Editorial Planeta, Barcelona, 2007.
alguna ocasión el poeta en sus versos: “Que
todos sepan que no he muerto”. ■
59
La represión sobre el profesorado universitario granadino fue devastadora. La violencia generalizada del franquismo cayó sobre sus miembros y supuso la friolera de cinco ejecutados y casi una veintena de depurados, sancionados o apartados, si bien es cierto, que algunos consiguieron el sobreseimiento de su causa. Ofrecemos aquí la
nómina de los represaliados, así como de algunos de los profesores que, de alguna forma, supieron acceder a puestos de más importancia por su colaboración con el régimen y su insolidaridad hacia sus compañeros.
Cesados, depurados,
marginados y fusilados
La represión en la Universidad de Granada en la Guerra Civil
CLAUDIO HERNÁNDEZ BURGOS
AH
UNIVERSIDAD DE GRANADA
ENE
2010
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E
l golpe de Estado del 18 de julio de
1936 respondió, en cierto modo, al
deseo de revertir la incómoda situa-
ción en la que habían quedado los derechistas tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1936. Los sublevados estuvieron espoleados, sin duda, por un sentimiento de
venganza por las vejaciones sufridas ante-
LA VIOLENCIA EJERCIDA
MEDIANTE REPRESIÓN SE
CONVIRTIÓ EN EL
MECANISMO FUNDAMENTAL
PARA EXTIRPAR LA ASENTADA
TRADICIÓN LIBERAL
biernos republicanos. Prueba de ello era la
profunda reforma de la Universidad que habían intentado promover para solucionar su
mala organización y peor funcionamiento
durante el periodo primoriverista.
Granada que, como es sabido, cayó pronto en manos de los sublevados, sufrió una de
las más duras represiones sobre su intelec-
riormente. Esta revancha, que dejó un re-
tualidad. La Universidad granadina se con-
guero de sangre a su paso, fue cobrada con
virtió en un elemento que debía ser purgado
para garantizar el apoyo de la institución al
creces. Los intelectuales fueron de los objetivos principales, dado que ellos habían for-
represión adquirió una triple acepción:
nuevo régimen. Muchos miembros del pro-
mado parte, en buena medida, del grupo de
constituyó un elemento de castigo para los
fesorado universitario granadino fueron ce-
dirigentes republicanos que se quería derri-
desafectos, se erigió en un elemento de su-
sados, depurados, marginados o, simple-
bar y que profesaban unos ideales democrá-
misión para los indecisos y se convirtió en
mente, aniquilados porque no compartían
ticos que debían ser eliminados.
un elemento de cohesión de los vencedo-
los pareceres de los insurrectos o bien, supo-
Para acometer este objetivo eran nece-
res”, escribe Conxita Mir. La represión se
nían “un cáncer que debía ser curado si se
sarias dos condiciones: la violencia y la co-
presentó de formas diversas. La más conoci-
quería recuperar la esencia de España”.
laboración activa de la población. La vio-
da y cruel fue la de los “paseos”, en los que
Es conocida la activa participación de los
lencia constituyó la razón de ser del Fran-
los reos eran llevados a zonas apartadas,
intelectuales en la vida de la ciudad. Nume-
quismo, ya que era tanto el método funda-
donde cavaban las tumbas de otros compa-
rosos profesores, abogados, literatos y otras
mental de extirpar la indudable tradición
ñeros que iban a ser ejecutados mientras
personalidades formaron parte de agrupa-
liberal existente en la España anterior al
ellos esperaban su hora. La tapia del cemen-
ciones políticas de uno u otro signo a lo lar-
golpe, como el instrumento para mante-
terio de Granada dio buena cuenta de ello.
go del periodo republicano. Esta participa-
nerse en el poder. Pero para esta violencia
Junto a los fusilamientos y los encarcela-
ción activa en la política de la ciudad tuvo
la colaboración activa de buena parte de la
mientos, la otra forma de represión que se
consecuencias distintas sobre unos y otros.
población era indispensable. Los mecanis-
ejerció fue la de la depuración ideológica y
Mientras que los miembros pertenecientes
mos para captarla son por todos conocidos,
profesional. Dentro del campo educativo,
a partidos derechistas fueron recompensa-
pero, entre ellos, hay que destacar el argu-
fueron víctimas de ella no sólo los profeso-
dos, los integrantes de los partidos de iz-
mento de asociar lo republicano con lo no
res universitarios, sino también los maes-
quierdas sufrieron, en mayor o menor gra-
español y al “nuevo régimen” con la tradi-
tros de escuela, porteros, administrativos
do, la represión del aparato franquista.
ción española y el catolicismo.
de los centros, etc. Era ésta la forma de
Durante la República, los ánimos de
“Esta violencia se lleva a cabo de una for-
arrancar de raíz una educación que había si-
unos y otros se fueron caldeando hasta las
ma muy concreta: mediante represión. La
do fomentada fervientemente por los go-
elecciones de febrero de 1936 en las cuales la
AH
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Salida del mitin de la plaza de toros de Granada para las elecciones municipales de abril de 1931.
falsedad y el fraude fueron tan patentes que
xiliar de la Facultad de Medicina, José Me-
momento en que estalló la guerra se mani-
provocaron la repetición de los comicios en
gías Manzano. En el colmo de la infamia,
festó a través de ejecuciones sumarísimas,
mayo. La victoria del Frente Popular fue
García Labella y Yoldi Bereau tuvieron que
pero también con la apertura de numero-
aplastante en la capital granadina. Lo que
soportar la humillación de tener que cavar
sos expedientes de depuración.
fue un éxito para la democracia se convirtió
las tumbas de sus compañeros.
Los datos que ofrecemos en el cuadro de-
al mismo tiempo en la gota que colmó el va-
El odio permanente hacia los intelec-
ben ser analizados con cuidado, puesto que
so de los derechistas y en el comienzo de las
tuales universitarios granadinos desde el
no todos los expedientados fueron depura-
conspiraciones para dar un golpe de Estado.
EJECUCIONES Y EXPEDIENTES. Producida la insurrección, la represión franquista
se dispuso a descabezar a la intelectualidad granadina. Los resultados de la depu-
Profesores de la Universidad de Granada expedientados (1936-1939)
Nombre
Cargo
Pena
Fecha
Cortés Latorre, Cayetano
Catedrático Farmacia
Suspensión
1937
Bonilla Martín, Gabriel
Catedrático de Derecho
Separado
1937
Langle Rubio, Emilio
Catedrático de Derecho
Separado
1937
Azcárate Flores, Pablo
Catedrático de Derecho
Separado
1937
ro, catedrático de Historia de España y vi-
Otero Fernández, Alejandro
Catedrático de Medicina
Separado
1937
cerrector de la Universidad; Rafael García-
Suárez Rodríguez, Manuel
Portero de Filosofía y Letras
Separado
1937
cuyas ideas izquierdistas, el haberse de-
Domingo Quílez, José
Catedrático de Ciencias
Separado
1937
clarado bolchevique e incluso sus coquete-
Valdecasas Santamaría, José
Catedrático de Medicina
Separado
1937
Gómez de Segura, José
Profesor de Idiomas
Separado
1937
Bonilla Cañadas, Gabriel
Profesor de Francés
Separado
1937
Gay y Prieto, José
Profesor de Medicina
Suspen. 6 meses
1938
ración fueron espeluznantes. Entre los
ejecutados en Granada encontramos a Salvador Vila Hernández, catedrático de Cultura Árabe e Instituciones Islámicas y rector de la Universidad; José Palanco Rome-
Duarte Salcedo, catedrático de Pediatría,
os con la masonería fueron las causas
principales de su ejecución el 11 de septiembre de 1936; Jesús Yoldi Bereau, catedrático de Química y alcalde durante unos
meses de Granada en la II República y Joaquín García Labella, catedrático de Derecho Político. Junto a ellos, el profesor au-
NOTA: En la lista no están los miembros de partidos de izda cuyos casos, por una u otra razón, fueros sobreseídos.
Salvador Vila Hernández
auxiliares de Medicina, se retiraron de la
política con el suficiente adelanto como para evitar sanciones mayores por pertenecer
■ Salvador Vila Hernández es un
salmantino nacido en 1904. Discípulo de
al PRAG, primero, y al PSOE, después.
Más interés tiene el caso de Emilio Lan-
Unamuno, desde joven tuvo problemas
gle Rubio, de quien se demostró su perte-
con las autoridades durante la Dictadura
nencia a Izquierda Republicana por lo que
de Primo de Rivera, siendo desterrado a
fue sancionado. A pesar de ello, Langle fue
las islas Chafarinas. Llegó a ser profesor
defendido por gente como el también cate-
auxiliar de la Universidad de Madrid,
drático de Derecho y posterior alcalde fran-
pero en 1933 ganó la cátedra de su
quista Rafael Acosta Inglott. En la carta,
especialidad —Cultura Árabe e
Acosta habla de Langle como un hombre
Instituciones Islámicas— en la
contrario a los principios del Frente Popular
Universidad de Granada y en 1936 fue
al que perteneció y cuya vida giraba en torno
nombrado rector. Su incondicional
a la religión, el trabajo y la familia. Cartas
apoyo a Unamuno y el abierto
como ésta le valieron a Langle ser considera-
enfrentamiento de éste con los
do “depurado sin sanción” y seguir teniendo
sublevados le valieron su ejecución. El 22
una vida normal en Granada. Igual le suce-
de octubre de 1936, Unamuno fue cesado
de a Ricardo Serrano, catedrático de Farma-
AH
de su cargo como rector de la Universidad
cia, quien en una carta propia y en otra fir-
ENE
2010
de Salamanca. Un día más tarde Vila fue
mada por Adelardo Mora Guarnido, vice-
fusilado, más que probablemente, en
rrector de la Universidad en 1936, fue eximi-
Víznar
do de cualquier conducta pro-republicana.
62
José Palanco Romero
CAMBIO DE CHAQUETA. Por último, no
quiero dejar de comentar los casos de perso-
■ Nació en la localidad de Talavera de la
nas como los catedráticos de Derecho Alfon-
Reina en 1887. Tras cursar la carrera de
so García Valdecasas o Francisco Oriol Cate-
Filosofía y Letras, obtuvo la Cátedra de
na, quienes, pertenecientes al PRAG y al
Historia de España en 1911 en la
PSOE respectivamente, se “cambiaron de
Universidad de Granada para,
chaqueta” pasando a Falange. Los catedráti-
posteriormente ser vicerrector y
cos de Medicina José Martín Barrales o Pare-
decano. Pero José Palanco Romero pagó
ja Yébenes se vieron exentos de depuración
el precio de su activa vida política.
por su oscilación hacia la derecha tras haber
Principal impulsor del Acción
pertenecido a partidos republicanos incluso
Republicana en la capital granadina,
alcanzando la alcaldía granadina. Del mis-
Palanco formó parte del primer
mo modo, profesores como Antonio Gallego
Ayuntamiento republicano, llegando a
Burín, catedrático de Historia del Arte, Juan
ocupar, desde octubre de 1932, el sillón
Osorio Morales, de Derecho, el citado Rafael
de la alcaldía de la ciudad. En 1933
Acosta o Manuel Sola, también catedrático
dimitió de la alcaldía y, un año más
de Derecho, alcaldes de Granada durante el
tarde, pasó a las filas de Izquierda
franquismo, salieron beneficiados por la
Republicana. El día 16 de agosto de 1936
victoria de los sublevados, como también lo
fue ejecutado pagando así su incesante
fue Antonio Marín Ocete, sustituto del ase-
actividad en los partidos de la
sinado Vila al frente del rectorado. ■
izquierda.
Más información
dos, ni todos los depurados sufrieron el
no. Idéntica suerte corrió Pablo Azcárate
mismo castigo: algunos se vieron obliga-
Flores, quien fue embajador rojo en Gine-
dos a exiliarse; a otros les retiraron de su
bra y después fue a Londres, o Fernando de
El atroz desmoche. La destrucción de la
cátedra pero pudieron permanecer en el
los Ríos, recién nombrado rector de la Uni-
universidad española por el franquismo 1936-
país; otros se quedaron en la Universidad
versidad Central.
1945.
tras renunciar a su militancia, pero tam-
Otros, como José Domingo Quilez y Ca-
bién hubo quien cambió de bando para
yetano Cortés, José Álvarez de Cienfuegos y
aprovechar la nueva coyuntura.
Cobos o José García Valdecasas y Santama-
■ Claret, Jaume
Crítica, Barcelona, 2006.
■ Del Amo Hernández, Mercedes
Salvador Vila. El rector fusilado en Víznar.
Los casos de Gabriel Bonilla Marín y de
ría, fueron separados de su cátedra pero pu-
Alejandro Otero Fernández fueron los más
dieron permanecer en España, probable-
graves, puesto que se vieron obligados a
mente porque se retiraron a tiempo de la po-
José Palanco Romero. La Pasión por la res
partir al exilio mexicano y, desde allí, se
lítica o bien por que pertenecían a partidos
pública.
encargaron de, a través de la Junta de Libe-
de izquierda más moderados. Claudio Her-
Un. de Granada, Granada, 2007.
ración, ayudar al caído régimen republica-
nández López o Francisco Gómez Román,
Un. de Granada, Granada, 2005.
■ Gómez Oliver, Miguel
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Cádiz es la cuna de la Lotería Nacional
A
principios del siglo XVI, Italia no
17 de este mes salieron los números 79,
viembre de 1811 y aprobaron —por unani-
existía tal y como hoy la conoce-
66, 84, 77 y 34” repartiendo un premio de
midad— la celebración de estos sorteos co-
mos; en su lugar, la península
175 reales de vellón.
mo “un medio de aumentar los ingresos
itálica estaba fraccionada en numerosos
Seis años más tarde, en Nueva España
del erario público sin quebranto de los
estados, desde la República de Siena hasta
(actual México), el mismo monarca auto-
contribuyentes”. Como resultado, quince
los Ducados de Milán o Sa-
rizó una nueva lotería pero con distinto
días antes de que las Cortes se reunieran
boya al norte, pasando por
formato: el valor
en Cádiz para decretar “La Pepa” (la Constitución Política de la
los Estados Pontificios en
el centro y el Reino de Ná-
Monar-
poles (que, por aquel en-
quía Espa-
tonces, pertenecía a la
ñola),
Corona de Aragón) al sur.
celebró en
la capital
Génova —una de las
llamadas
se
gaditana el
Repúblicas
Marineras junto a Vene-
primer sor-
AH
cia, Pisa y Amalfi— es-
teo de la Lo-
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taba gobernada por un
tería Nacio-
Consejo de 120 ciudada-
nal. Era el 4
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nos que se iba renovan-
de marzo de
do
1812.
periódicamente,
Al
eligiendo de 5 en 5 a los
con-
cluir la gue-
nuevos representantes de los genoveses.
rra, aquellos
En 1519, cuando llegó
sorteos
el momento de votar,
durante
el
el senador Benedetto
conflicto
no
que
Gentile ideó un sen-
habían tenido
cillo juego que pri-
repercusión
mero se denominó
más allá de Cá-
“Gioco del Semina-
diz, San Fer-
rio”; luego “Lotto
nando y Ceuta,
della Zitella” y, fi-
empezaron
nalmente, tan solo
popularizarse
a
“Lotto” —nombre
por todo el país.
que acabó hacién-
El 14 de agosto de
dose universal— y
1813, la Gaceta de
que consistía en
Madrid publicó
apostar por “los
la Instrucción de
favoritos de la
la Lotería Nacio-
fortuna” para re-
nal de España es-
novar aquellos 5 escaños en liza.
tablecida en Cá-
De esta forma surgió el antecedente
diz, un completo
de todos los billetes se distribuía entre ca-
histórico de la lotería, un juego de azar
da uno de ellos, dividiéndolos en décimos.
reglamento en el que ya se reguló que “to-
que rápidamente se extendió con éxito
El primer sorteo se realizó en Ciudad de
dos los billetes que resultaren sobrantes
por toda Europa.
México el 13 de mayo de 1771 y tuvo tanta
en cada sorteo jugarán a cuenta de la real
El nacimiento de nuestra propia Lote-
aceptación que mientras convivió con la
Hacienda”. Aquel año se introdujeron las
ría tuvo que esperar hasta el reinado de
anterior modalidad, para no confundir-
bolas de madera en los cilindros, en lugar
Carlos III, cuando una Real Orden de 30
las, la de México se llamó Lotería Moderna
de utilizar cédulas de papel y, un año des-
de septiembre de 1763 creó la “Beneficia-
y la de los números —la “Beneficiata”—
pués, la sede del sorteo se trasladó definiti-
ta” —llamada así porque la recaudación se
pasó a denominarse Lotería Primitiva.
vamente de Cádiz a la Plazuela de San Ilde-
destinaba a obras de beneficencia— con
La Moderna llegó a la España peninsu-
fonso de Madrid; regresando en dos oca-
premios en metálico —reales y maravedí-
lar en plena Guerra de la Independencia.
siones especiales: el 4 de marzo de 1969 pa-
es—para quienes acertaran la combina-
“Las Cortes generales y extraordinarias
ra conmemorar el sorteo número 5.000 de
ción de cinco números “sacados a la suer-
de la nación enteradas del proyecto que
la Lotería Nacional y el 7 de marzo de 1987
te” de entre noventa que se publicaban en
les fue presentado de una lotería nomi-
para celebrar su 175º aniversario. ■
la Gaceta. Por ejemplo, el 27 de diciembre
nada nacional, igual á la que hace mu-
de 1768 se podía leer que “en la extracción
chos años se halla establecida en Nueva-
Historia enviada por
de la Real Lotería que se ejecutó el sábado
España” celebraron una sesión el 23 de no-
Carlos Pérez Vaquero. Cádiz
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Arte, propaganda y manipulación en el siglo XIX
U
n ejemplo de la manipulación de la
Sin embargo, se puede observar una evi-
imagen con fines propagandísticos
dente diferencia entre ambas publicaciones:
es este caso con más de 150 años de
el número de personas que vitorean a los duques cuando están haciendo su entrada a las
antiguedad.
Concretamente, el de la visita de los du-
bodegas. En el grabado inglés original, el pú-
ques de Montpensier a Jerez de la Frontera
blico está fomado por pocas personas, y en el
cuando fueron agasajados por las bodegas Do-
caso de la publicación de los Domecq se han
mecq en sus instalaciones y jardines ubicados
añadido muchas más. Asimismo,en otra
en Puerta de Rota a finales del año 1848.
parte del grabado inglés, no visible en la re-
EL 20 de enero de 1849 fue publicado en la
producción adjunta, se pueden ver a cuatro
revista inglesa The Illustrated London News
personas, posiblemente gitanos, festejando
un grabado xilográfico iluminado a mano
la visita con unos pasos de baile. Ese grupo
donde se recogía dicho momento. Esta pres-
desapareció de la imagen española. Unos re-
tigiosa revista ilustrada, una de las primeras
toques que evidencian el tratamiento que ya
en el mundo, se fundó en 1842.
en aquellos años se aplicaba a la imagen con
una intencionalidad partidista. ■
Posteriormente, ya en nuestro país, otro
grabado con dicha escena se reprodujo en un
libro promocional editado por la propia Casa
Historia enviada por José Luis Jiménez
Domecq a finales del siglo XIX.
García (Jerez de la Frontera)
Destino Lisboa: el proyecto fallido del ferrocarril
A
comienzos de los años 20 del siglo
cluso comenzaron ejecutarse las labores
este tren, e incluso el tiempo estimado de
pasado se proyectó crear una lí-
de arrancado de árboles. Sin embargo, el
la dirección del viaje Sevilla-Lisboa vía
nea de ferrocarril que uniese Se-
proyecto se paralizó pronto. Décadas más
Mérida (20 horas); Ayamonte (15 horas) o
villa con Lisboa, por tres itinerarios dife-
tarde, un alguacil de la Puebla de Guzmán
Paymogo (7 horas). ■
rentes: por Ayamonte, por Mérida y por
hizo limpieza en los archivos y decidió ti-
Paymogo. Se determinó el trazado de la lí-
rar libros, documentos y papeles, a su jui-
Historia enviada por José Domínguez, co-
nea férrea, se iniciaron los complejos trá-
cio, sin valor. Fue entonces cuando rescaté
nocido como Pedro “el Sastre”, 91 años. La
mites de expropiación de las tierras e in-
este mapa en el que aparece el trazado de
Puebla de Guzmán (Huelva)
Colabora con nosotros. Si tienes imágenes, documentos, tarjetas, fotografías, historias o algún otro material que quieras compartir con los
lectores de la revista Andalucía en la Historia, mándalo, bajo el asunto EXTRAOFICIAL-ENVÍANOS TU HISTORIA, al correo electrónico
[email protected] o a la dirección postal de la revista, ubicada en la calle Bailén 50, 41001 Sevilla.
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1975-1982: Silencio, incertidumbre, consenso y libertad
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ace más de treinta años los españoles eligieron libremente a sus
representantes, tras más de cua-
tro décadas sin poder hacerlo. La Fundación Pablo Iglesias y la Fundación CajaGranada han recuperado este momento histó-
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rico en una exposición titulada Tiempo de
Transición. La muestra, que puede verse
hasta el 28 de febrero en el centro de exposiciones CajaGranada- Puerta Real, de Granada, ofrece un recorrido cronológico que se
inicia tras la muerte de Franco, en 1975, y finaliza con las elecciones de octubre de 1982.
La exposición presenta más de 300 piezas procedentes de diversos archivos y museos públicos y privados: el Ministerio de la
Presidencia, el Ministerio del Interior, el
Congreso de los Diputados y el Senado, la
Fundación de Abogados de Atocha, la Fundación Largo Caballero, la Fundación Pablo
Iglesias, además de piezas procedentes de
los fondos privados de personas como Adolfo Suárez, José Pedro Pérez Llorca, Alfonso
Guerra, Gabriel Cisneros, Gregorio Peces-
Barba, Miguel Roca, Felipe González o Els
utilizó Felipe González en los mítines de
Joglars. El contenido gráfico procede de
1982, la primera sentencia de divorcio o la
fuentes como las agencias Efe y Cover, y
primera píldora anticonceptiva
diarios como El País o Diario 16. Se exponen
piezas como la cámara con la que se hicie-
Más información en:
ron las fotografías del 23-F, la chaqueta que
http://www.memoriadeandalucia.com/
Piratas en pos de la plata española
E
l Archivo General de Indias, ubica-
siglos de piratería que padecieron las naves
do en Sevilla, acoge hasta el 31 de
españolas. Y es que, en busca de la codicia-
mayo una exposición sobre la pira-
da plata, los piratas asaltaron una y otra vez
tería española en América en la que se exhi-
las naves del tráfico marítimo que mante-
ben más de 170 piezas, entre las que se en-
nía España con sus colonias.La exposición
cuentran documentos originales y libros
muestra cómo la corona española hizo fren-
conservados en el propio archivo, maquetas
te a los enemigos —franceses, ingleses, ho-
de fortificaciones, reproducciones de naví-
landeses, daneses, bucaneros y filibusteros
os y ejemplos del armamento utilizado.
Cita con la
historia el último
martes del mes
A
inicios del pasado año, el Museo de
Huelva puso en marcha una iniciativa similar a la que se viene reali-
zando en muchos museos de Andalucía: el
americanos— por medio de un triple régi-
programa la pieza del mes. Bajo el título de
Tras el éxito cosechado por la exposición
men defensivo: la creación del “sistema de
“una mirada protagonista”, el último mar-
El hilo de la memoria. 300 años de presencia española en los actuales Estados Unidos
—se exhibió durante más de año y medio y
en 2010 se expone en Nuevo México, Nueva
Orleáns y Tejas—, las comisarias de la
muestra y archiveras Falia González Díaz y
Pilar Lázaro de la Escosura se han puesto
manos a la obra para proponer un nuevo
viaje por la historia: el recorrido por los tres
flotas y galeones”, la formación de escua-
tes de cada mes, a las 19.00 horas, se impar-
dras de navíos que protegieran las costas,
te una conferencia centrada en una pieza
tanto en España como en América, y la for-
singular de la colección. Las charlas son
tificación de los puertos estratégicos, sobre
mantenidas por especialistas cualificados y
todo, los de destino y partida de las flotas.
también por personas, buenas conocedoras
de la pieza, pero no necesariamente del
Más información en:
mundo de la academia o la universidad:
http://www.mcu.es/archivos/MC/AGI/in
pintores, conservadores, técnicos, etc.
dex.html
Entre las piezas y personas que participarán en este programa en 2010 Juana Bedia,
directora del Museo de Huelva, cita al arqueólogo gran especialista en el Cerro del
Carambolo José Luis Escacena, al rector de la
Universidad de Huelva, Francisco José Martínez López, y alguna pieza de la necrópolis
fenicia de Ayamonte, una bandeja hallada
de la Necrópolis de la Joya y un cuadro de
Vázquez Díaz.
Más información y bases en:
www.juntadeandalucia.es/cultura/museos
/MHU/
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Sánchez Mejías y la Edad de Plata
A
demás de torero, dramaturgo, no-
la primera que se le dedica que puede visi-
velista, boxeador, piloto de avio-
tarse hasta finales de este mes de enero en
neta, jugador de polo, empresario
el Casino de la Exposición de Sevilla. La
conductor de coches de carreras, actor afi-
muestra, organizada por Tanhauser Estu-
cionado, republicano convencido, presi-
dio, en colaboración con el Centro de Estu-
dente del Betis y la Cruz Roja, Ignacio Sán-
dios Andaluces y el Área de Cultura del
chez Mejías fue un personaje fundamental
Ayuntamientio Hispalense, lleva por títu-
para amalgamar a los miembros de la Ge-
lo Sánchez Mejías, paseos por la Edad de
neración del 27 y hacer realidad la llamada
Plata.
“Edad de Plata de la Cultura Española”, parafraseando al profesor José Carlos Mainer.
Su muerte, acaecida hace 75 años como
A
8.000 soldados
andaluces
republicanos
muertos
L
os nombres de más de ocho mil soldados andaluces que dieron su vida
por la defensa de la República han sa-
lido a la luz gracias a la exahustiva investigación del historiador sevillano José María Gar-
Más información en:
www.centrodeestudiosandaluces.es
cía Márquez en el Archivo de Salamanca.
Esta investigación está editada por la Fu-
consecuencia de una cornada sufrida en la
depa bajo el título Trabajadores andaluces
plaza de toros de Manzanares, alumbró
muertos y desaparecidos del Ejército Republicano (1936-1939) y, ordenada por provincias, se encuentra disponible para todo
aquel que desee consultar los datos o bajarse
una copia en la página web de esa fundación.
uno de los poemas fúnebres más bellos de la
historia de la literatura “Dile a la luna que
venga, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena”, escribió Federico García
Lorca en su Llanto por la muerte de Ignacio
Sánchez Mejías. Alberti y Miguel Hernández
Más información en:
también glosaron a tan singular torero.
http://www.fudepa.org:8080/webfudepa
La vida de este hombre de acción y cul-
/index.jsp?op=Ejercito.aspx
tura fue fundamental para alentar la pasión creadora de los miembros de la Generación del 27 con quienes compartió confidencias, veladas literarias, musicales y
noctámbulas: Falla, Lorca, Guillén, Alberti, Bergamín, Dámaso Alonso, Gerardo
Diego, la Argentinita, etc. fueron algunos
de los hacedores de esta Edad de Plata que
tanto le debe a Sánchez Mejías.
Su vida —“una personalidad extraordinaria”, su tiempo “una época irrepetible”— son ahora objeto de una exposición;
Medina Azahara y el esplendor Omeya estrenan sede
inserto en la tierra no supone una agresión
para el paisaje del singular yacimiento que
gestiona la Consejería de Cultura de la Junta
de Andalucía.
Estructurado en tres niveles, el nuevo
espacio cuenta con una exposición permanente sobre la historia de la ciudad y el yacimiento, desde la fundación de la ciudad califal hasta su proceso de destrucción y expolio frenado por el inicio de las excavaciones
en 1911. La muestra reúne más de un centenar de piezas originales, apoyadas por reFernando Alda
cursos interactivos, audiovisuales y didácticos. Asimismo, el inmueble incluye un
área de conservación e investigación, talleres de restauración, un centro de documentación, tienda, cafetería y espacios administrativos.
E
l pasado mes de octubre se inauguró
los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique
la nueva sede institucional de Medi-
Soberano. El nuevo inmueble, según opina-
Más información en:
na Azahara (Córdoba), un singular
nan sus visitantes, se integra con armonía
www.juntadeandalucia.es/cultura/museo
edificio excavado en la tierra diseñado por
en el conjunto arqueológico, ya que al estar
s/CAMA/
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Francisco Márquez Villanueva
“No acepté el dogma, ni lo acepto ahora, de
que la historia se mueve por la economía”
ALICIA ALMÁRCEGUI ELDUAYEN
CENTRO DE ESTUDIOS ANDALUCES
Experto en la obra de Cervantes,
Francisco Márquez Villanueva
(Sevilla, 1931) es en la actualidad el
titular de la cátedra de
AH
investigación Arthur Kingsley
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Porter de la Universidad de
68
América y doctor por la
Harvard. Licenciado en Historia de
Universidad de Sevilla, sus
investigaciones han basculado
siempre entre el campo de la
Historia y el de la Filología: en la
historia cultural, en definitiva.
Impelido a marcharse de Sevilla en
1959, 50 años más tarde la
universidad andaluza sigue sin
acogerle en su seno. Hijo
predilecto de Andalucía 2004 como
“símbolo de la Andalucía
cultivada”, su nombre se ha
barajado en las candidaturas al
Premio Príncipe de Asturias.
Márquez Villanueva es el gran
defensor del paradigma
historiográfico de Américo Castro,
aun a sabiendas de que este hecho
le ha supuesto, y aún le supone,
“un suicidio en los círculos
académicos españoles”.
Investigador voraz, docente
vocacional con más de medio siglo
de trabajo en las aulas, habla en
Reportaje fotográfico: Antonio Pérez
esta entrevista de su formación
como investigador, de su pasión
cervantina y de temas polémicos
como la expulsión de los moriscos
o la tolerancia en al-Andalus.
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“En aquella época de hambre, con una universidad horrible, el problema
no era tener una vida política, sino pensar de manera independiente”
A
ntes que filólogo o historiador,
maestros y la disciplina estaba muy ideolo-
Me fui a trabajar a un grupo espléndido
usted es sobre todo cervantista.
gizada. En ese momento comenzaba a lle-
de profesorado, de primera clase. El recibi-
¿Cuándo leyó El Quijote por vez
gar a España la historia económica y social
miento fue modesto en lo económico pero
de la mano de Vicens Vives y fui tentado, por
maravilloso en el trato humano.
primera?
Mi madre tenía una escuelita en un ba-
un alumno suyo, para hacer una tesis
rrio pobre de Sevilla. Me crié dentro de su
uniéndome a esa corriente historiográfica.
En EEUU conoció a Américo Castro, otro
aula, y eso marcó mi vida, porque siempre
Pero no acepté el dogma, ni lo acepto ahora,
cervantista, él sí exiliado.
tuve claro que no hay nada más bello que la
de que la historia se mueve por la economía.
Sí. Fui a Princeton a conocer a Américo
enseñanza. No tuve libros de gatitos o perri-
La historia es un proceso guiado por lo inte-
Castro y fui muy bien recibido. Nos enten-
tos. Mi madre me enseñó a leer en El
lectual. El fenómeno humano, como decía
dimos muy bien debido, en gran parte a
Quijote. La primera frase que leí de corrido
Américo Castro, es lo que mueve la historia;
algo que no está suficientemente valora-
fue “En un lugar de La Mancha de cuyo
lo material, aunque importante, no es deci-
do, a que Américo Castro era un andaluz,
nombre no quiero acordarme…”. Fue una
sivo. Así que giré hacia la Filología e hice
de Granada. Hablábamos de andaluz a an-
bendición. Obviamente no entendía mu-
una tesis sobre el poeta del siglo XV Juan Ál-
daluz.
chas cosas, pero aprendí mucho léxico… y
varez Gato.
Yo lo había leído mucho antes, sobre el
año 51. Cuando leí su obra por vez primera
quedé enviciado.
¿Qué tenía usted de peligroso para que no
sentí que un rayo caía a mis pies. Lo utilicé
Su pasión por Cervantes corre pareja con
le permitieran el acceso a la titularidad de
en mis clases y en mi investigación, y eso
su pasión por Sevilla.
una plaza en la Universidad de Sevilla en
fue uno de los graves pecados que cometí.
1958?
En mi docencia, que era muy modesta, in-
Sí, ambas son indistinguibles. De he-
Nada de peligroso. Algunos me han
tenté renovar el concepto histórico. Traté
llamado “el último exiliado español”. No
de introducir las ideas de Américo Castro y
me reconozco en esa definición. No soy
de Marcel Bataillon, que eran muy afines.
oficialmente un exiliado. No tenía ningu-
Y eso no se me perdonó ni entonces ni aho-
Se puede decir que Cervantes nunca hu-
na vinculación política entonces, ni la
ra. Eso fue algo totalmente quijosteco, ab-
biera sido Cervantes sin Sevilla ni Argel. En
tengo ahora. En aquella época de terror y
surdo. Me suicidé con aquel proceder. Me
Sevilla tuvo la experiencia valiosísima de vi-
hambre, con una universidad horrible, el
encontré solo, aislado.
vir el espectáculo de la vida cotidiana de una
problema no era tener una vida política,
ciudad efervescente. Además, en Sevilla Cer-
sino pensar de manera independiente.
¿Por qué era, y es, tan poco valorado
vantes dio un giro ideológico: cuando llegó
Tenían miedo de que las personas pensa-
Américo Castro?
comulgaba con el imperialismo y cuando se
sen. Nunca tuve ninguna ayuda para la
El caso de Américo Castro es un caso clá-
marchó, para no volver jamás, lo hizo con-
investigación. No podía ganarme la vida.
sico de la teoría del paradigma de Thomas
vertido en un escéptico; en un disidente “sui
Desconozco lo que es ganarse la vida en
S. Kuhn. Kuhn consideraba que el avance
géneris” de la época, como demuestra, por
España: lo que nos pagaban en la univer-
científico funciona a base de tirones o em-
ejemplo, su soneto al túmulo de Felipe II
sidad a los ayudantes no era un sueldo si-
pujones. En un momento dado hay un pa-
(“voto a Dios que me espanta esta grande-
no una limosna. Daba clases de segunda
radigma con una serie de ejes referenciales
za…”). Por otra parte, Sevilla fue muy ingra-
enseñanza, a extranjeros y hacía traduc-
que articulan el conocimiento científico,
ta con Cervantes, no por haberle encerrado
ciones para sobrevivir. En aquellas condi-
hasta que produce cansancio y comienzan
en la cárcel —por aquel entonces todos iban a
ciones estaba, cuando surgieron penosos
a verse sus puntos flacos. Entonces se sus-
la cárcel— sino porque la ciudad no lo aceptó
incidentes, tras los cuales se me hizo sa-
tituye por otro, no de forma gradual sino
en absoluto. Sólo los poetas de nivel más bajo
ber que quedaba emplazado a la expul-
brusca, de tal modo que los datos comunes
lo recibieron. Sin embargo, los de nivel más
sión. Casualmente, al mismo tiempo, me
adquieren un nuevo sentido por su refe-
alto, como Juan de Arguijo que era muy rico,
llegó una invitación de la universidad de
rencialidad con una renovación profunda
no se dieron por enterados.
Harvard para ocupar una plaza de profe-
de las ideas. Lo que sucede es que quien lle-
sor joven.
va mucho tiempo trabajando con un para-
cho, Cervantes está en deuda con Sevilla y
Sevilla con Cervantes.
¿Por qué?
digma se resiste a cambiarlo. Se dice que
Pero su tesis doctoral no fue sobre Cervantes…
No. Yo estudié Historia de América, pero
pronto vi que no tenía futuro allí. No había
¿Cómo fue el paso de trabajar en una uni-
“quien está trabajando en un paradigma
versidad en la España de Franco a hacerlo
muere en él”. Castro lo que hizo fue traer-
en una de las mejores del mundo?
nos un nuevo paradigma…
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“Intenté introducir las ideas de Castro y Bataillon en mis clases y en
mi trabajo de investigación. Y eso no se me perdonó entonces ni ahora”
hasta el último momento por quedarse, pe-
Un paradigma polémico…
ro aún así fueron expulsados.
El paradigma que había y que en gran
parte continúa vivo es el de Menéndez Pelayo —a quien considero uno de mis maestros
En la actualidad existe un consenso mayo-
al mismo tiempo que me sublevan algunas
ritario en admitir que la decisión de ex-
AH
de sus ocurrencias—, porque el paradigma
pulsar a los moriscos obedeció en última
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de Castro no ha sido admitido en la univer-
instancia a causas políticas, a un empeño
sidad española ni siquiera hoy. Con muy
de Felipe III en demostrar que España no
buena intención Menéndez y Pelayo nos
titubeaba en echar de sus dominios a
metió en un callejón sin salida, creó un pa-
300.000 moriscos.
70
radigma en el que existían los romanos y
Sí, sin duda la expulsión fue una deci-
los visigodos, como eje primario, y las dos
sión política. 300.000 moriscos es una cifra
asintotas de una ideología católica: un ca-
inflada. Fueron 150.000, quizá se acercaron
tolicismo de tipo inquisitorial, de extrema
a 200.000, lo cual para la época fue una ci-
derecha, y un nacionalismo estrecho e in-
fra desorbitada. Aunque lo importante no
genuo del siglo XIX. Un paradigma del que
es lo numérico: esa minoría no era tal cuan-
él mismo se cansó…
do se analiza su presencia cualitativa en
Este es el paradigma que sustituye Amé-
campos como el económico. Todavía hay
rico Castro. El suyo no es nacionalista, sino
Hasta Castro, la historiografía sólo ad-
personas muy encumbradas en España y en
que tiene una visión liberal de derechos hu-
mitía algunos contactos delimitados entre
el hispanismo que sostienen que los moris-
manos y un concepto funcional de la histo-
los pueblos. Castro dice que no, que los dos
cos eran un peligro enorme, que llevaban a
ria: la historia es una dinámica, unas cosas
depósitos de agua tiene el mismo derecho y
cabo una conspiración permanente. El pro-
se encadenan a otras. Es una visión funcio-
exigen de nosotros el mismo tipo de com-
pio Sánchez Albornoz decía que eran un pe-
nal de la historia y no una referencia aprio-
prensión.
ligro mortal. Yo he escrito mucho de este te-
Ese problema todavía lo tenemos hoy,
ma, diciendo que esa interpretación es par-
básicamente. Si bien es cierto que en los úl-
te de una mitificación adversaria, inquisi-
¿Considera que ese modelo es válido hoy
timos 15 años, esta situación ha tendido a
torial en el fondo.
día?
cambiar gracias, principalmente, a los ara-
rística de orden ideológico.
Como todos los paradigmas, tiene su
bistas jóvenes. Hay una masa crítica orien-
¿Entonces en la época no hubo un proble-
origen, su historia y su justificación. Y la
tada a la superación del modelo, pero toda-
ma morisco…?
justificación siempre es por sus resulta-
vía los consagrados, los que están en las aca-
Sí que había un problema morisco. Pero
dos. Castro acepta a los romanos, aunque
demias, siguen sin aceptarlo. Decir lo con-
el problema podía haberse resuelto sin apli-
considera que es algo que está lejos; des-
trario es buscarse líos. Porque ahora la con-
car métodos inhumanos e incluso diría que
mitifica a los visigodos y, sobre todo, afir-
signa en las universidades es hablar de eu-
hitlerianos. Hubo proyectos de resolver el
ma que la historia que vivimos nosotros
ropeísmo. A lo que yo digo que sí, pero euro-
problema de otra manera, de una forma
no empieza hasta la llegada los árabes. Pa-
peísmo sin convertirnos en copias en papel
cristiana. Y acerca de este punto hubo un
ra él la invasión árabe es el hecho crucial
carbón de franceses, italianos o alemanes…
debate contemporáneo que ha sido silencia-
en la historia de la península y, en menor
do. El propio Consejo de Estado de Felipe II
término, también la presencia de los judí-
Usted se introdujo en el estudio de los mo-
decidió expulsar a los moriscos en 1582 y le
os. Y esto causa un problema muy grave
riscos por influencia de Castro y de Cer-
mandó al monarca una serie de proyectos de
porque conduce a determinar la peculiari-
vantes.
eliminación biológica de los moriscos —so-
dad de la historia española, que la hace un
La puerta me la abrió el personaje de Ri-
meterlos a esclavitud, sujetarlos a una tri-
caso único en Europa. Américo Castro era
cote que aparece en El Quijote. En 1614 echa-
butación económica feroz para que se mue-
un gran internacionalista y un gran euro-
ron a los últimos moriscos de España, los de
riesen de hambre, deportarlos a Terranova,
peísta, pero al mismo tiempo en su para-
Ricote en Murcia. Cervantes tuvo toda la
castrar a todos los varones— pero Felipe II
digma está la singularidad de la historia
mala uva de ponerle el nombre de Ricote a
los archivó por anticristianos, porque él era
de España. En Francia, Italia o Alemania
su personaje, como resumen de los atrope-
un creyente sincero. También hubo otras
no hubo nueve siglos de presencia musul-
llos de los que fueron víctima los moriscos,
corrientes benévolas que tuvieron una for-
mana.
simbolizados en estos últimos que lucharon
mulación brillantísima de una persona de
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“Jamás he tenido ninguna oportunidad de volver. No ha habido ningún
intento de ninguna universidad española por recuperarme”
gran distinción sobre la que, sin embargo,
lencia: rompiendo pactos, expulsando a los
ha caído un velo calculado de silenciamien-
judíos, obligando a la conversión forzosa…
to: Pedro de Valencia, quien apostó por la
conversión sincera de los moriscos —no por
Usted asegura que arrastramos un pro-
decreto— y no por su expulsión, proponien-
blema con nuestros clásicos.
do como remedio una política de matrimo-
Claro, porque no se enseña como desco-
nios mixtos. Por su parte, un jesuita esplén-
dificarlos. Los clásicos estaban codificados.
dido, el padre Ignacio de las Casas, abogó
Cervantes parodia el hallazgo de los Plomos
por una evangelización verdadera, de signo
del Sacromonte con la invención de Cide
avanzado, que pasaba por que se les predica-
Hamete; el autor del Lazarillo se burlaba de
se en árabe algo que nunca se había hecho.
la todopoderosa “honra hispana” cuando el
hidalgo que se muere de hambre dice que
¿Cervantes se hizo eco de las otras alterna-
no comerá pan si no está amasado por “lim-
tivas de la época para resolver el problema
pias manos” (de cristianos viejos) desafian-
morisco?
do así a la ideología oficial.
Cervantes conoció personalmente a Pedro de Valencia y proyectó sus ideas en el mo-
La historiografía española se renovó pro-
risco Ricote. Por eso este episodio termina
fundamente con la recepción de corrientes
con la imposibilidad del matrimonio mixto
nalismo que hubo a favor de esta falsifica-
metodológicas, de paradigmas, como el
por amor de Ana Félix con don Gregorio, un
ción, a nivel popular y también en las eli-
marxismo y sobre todo las enseñanzas de
cristiano viejo y noble —si los moriscos se ca-
tes más reaccionarias que vieron en los
la historia social de la Escuela de Annales…
saban con un cristiano viejo sorteaban la ex-
plomos la legitmación documental de mi-
Sin duda, la llegada de Annales, a través
pulsión—. Don Gregorio era un noble de ma-
tos como el de Santiago, la Inmaculada
de Vicens Vives, fue una inyección de oxíge-
yorazgo y pensar que se pudieran casar era
Concepción, etc.
no en nuestras aulas, pero su propuesta
imposible, como refleja Cervantes.
quedó manca —y en buena medida sigue
Hablando de mitos, la convivencia de las
así— por cerrarse a la historia intelectual.
En esos años en Andalucía y en España se
tres culturas en al-Andalus ¿es un mito
Se produjo así la paradoja de, por ejemplo,
vivió otro episodio polémico, el hallazgo
contemporáneo o fue real?
estudiar series económicas sin analizar las
coexistencia,
ideas que tenían los intelectuales españoles
complicidad o connivencia. Da igual. Algu-
sobre economía. Fue una cerrazón terrible
Castro fue el primero en darse cuenta
nos historiadores han escrito que es menti-
que se institucionalizó al llegar a las cáte-
de la importancia de este episodio. España
ra, que eso de la convivencia o tolerancia es
dras. Hoy en día se hace historia social y
estuvo en efervescencia con este hallazgo.
un cuento de hadas. No estoy de acuerdo.
económica, pero se sigue dejando de lado la
El propio Cervantes reflejó la polémica que
No es un cuento de hadas. Evidentemente,
intelectual. Creo que nuestra historiografía
se vivió entonces con la invención de Cide
todos hubieran querido estar solos, pero sa-
de hoy adolece de un problema central, ha-
Hamete (el supuesto historiador musul-
bían que la demografía iba en su contra y
ber despreciado la historia intelectual.
mán que Cervantes asegura fue el autor de
que con una política de intolerancia todos
gran parte del Quijote y que a él sólo le ha
salían perdiendo. Si se hubiese seguido al
Después de 50 años fuera de la universi-
correspondido el mérito de haber traduci-
pie de la letra lo que estaba escrito por la ley
dad andaluza ¿no se ha incorporado a nin-
do el manuscrito). La falsificación de los
canónica —prohibición de sinagogas, etc—
guna universidad andaluza porque no ha
plomos del Sacromonte fue un intento
la vida habría sido un caos, así que no había
querido o porque no le han dejado?
desesperado de unos moriscos más listos
más remedio que mirar hacia otro lado. Lo
Jamás he tenido ninguna oportunidad
que el hambre para legitimarse intelec-
que hubo fue una tolerancia práctica, que
de volver. No ha habido ningún intento de
tual y religiosamente, para evitar la ex-
legalmente no se reconoció.
ninguna universidad española por recupe-
de los famosos plomos del Sacromonte,
que provocó ríos de tinta.
Llamése
convivencia,
pulsión, a base de un sincretismo que quería demostrar que los árabes fueron los
rarme. En todos estos años no he tenido
Y que terminó por quebrarse…
ninguna perspectiva viable de incorporar-
primeros cristianos, que los primeros tex-
Con los Reyes Católicos, que creyeron
me a la universidad española. Aunque la
tos cristianos había que traducirlos del
que eran lo suficientemente fuertes para
verdad es que si me lo hubieran ofrecido
árabe al español. Es increíble el sensacio-
romperla. Y lo hicieron por la vía de la vio-
tampoco sé si hubiera aceptado… ■
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En París, en 1818, los españoles en el exilio colocaron una lápida de jaspe sobre la sepultura de José Isidoro Morales.
En ella, grabaron una inscripción donde decían que el allí enterrado había sido “verdaderamente sabio” y que
había pasado su vida “cultivando con suceso las ciencias sublimes y las bellas letras, y enseñando con la mayor perfección las matemáticas”. Hoy, después de casi dos siglos, Isidoro Morales sigue necesitando ser reivindicado en el
panorama de la cultura española, en la historiografía de la ciencia, la pedagogía ilustrada y el liberalismo.
La ilustración matemática:
José Isidoro Morales
De Huelva a París, la vida del padre de la libertad de imprenta
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MANUEL JOSÉ DE LARA RÓDENAS
UNIVERSIDAD DE HUELVA
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osé Isidoro Vicente Morales y Rodríguez nació en Huelva el 4 de abril de
1758, con toda probabilidad en la casa
que su familia habitaba en la calle de Ricos,
una de las arterias en las que tradicionalmente residían los armadores y comerciantes marítimos de la localidad. Su padre, Andrés de Morales, nacido en 1703 y casado con
ASEGURÓ QUE EL ESTADO
DE LA ENSEÑANZA DE LAS
LETRAS ERA TAN MALO QUE
SÓLO CONDUCÍA A “UNA
PROFUNDA IGNORANCIA DE
LO QUE NOS RODEA”
mica, pasos inexcusables en su incorporación a los cenáculos ilustrados hispalenses,
y vio cómo la Sociedad Económica mandaba
imprimir la obra con la que se había presentado a la corporación: un Discurso sobre la
educación, editado finalmente en Madrid,
en el que exhortaba al Gobierno a una reforma de las instituciones educativas como
Francisca Rodríguez, 24 años más joven que
instrumento necesario para la felicidad pú-
él, era un comerciante de mediana impor-
blica y el progreso de la nación y en el que
tancia, propietario de un barco viajero y tra-
denostaba, con violencia semántica, la for-
ficante en madera, que ascendió socialmen-
en 1770, con 12 años, graduándose de bachi-
mación que había recibido y el estado de las
te hasta ocupar puntualmente los cargos de
ller al año siguiente y de maestro en artes o
disciplinas filosóficas y humanísticas, que
alcalde mayor y síndico procurador general
filosofía en 1776.
definía como “fruslerías, que se nos vendie-
No fue sólo la filosofía la que le atrajo por
ron por conocimientos”, y que sólo conducí-
Quizás deba entenderse como parte de
entonces. Poco después, con la ayuda de una
an a “una profunda ignorancia de todo lo
ese proceso de acomodo social el hecho de
capellanía que le fundaron sus padres, inició
que nos rodea, y del verdadero camino del
que José Isidoro Morales, uno de los siete hi-
a la vez su carrera eclesiástica y sus estudios
saber; y un disgusto y torpeza para pensar
jos del matrimonio que alcanzaron la edad
de teología en la Universidad de Sevilla, gra-
cada uno de su propio fondo, y para todo lo
adulta, estudiara filosofía después de pasar
duándose de bachiller en 1779, ya como diá-
que exige atención y meditación”.
por la escuela de primeras letras. No dispo-
cono, y alcanzando seguidamente el grado
nemos de datos al respecto, pero debió de
de presbítero. La coronación de sus estudios
LAS MATEMÁTICAS. Indudablemente fue-
asistir a la cátedra de filosofía fundada en
se hizo esperar, sin embargo, hasta el verano
ron la profunda conciencia del atraso en que
Huelva por la disposición testamentaria de
de 1789, pues en los libros de grados mayores
se encontraba la Universidad española, vivi-
Diego de Guzmán y Quesada, que en aque-
de la Universidad hispalense consta que José
da desde dentro en Sevilla, y la experiencia
llos años regentaba el vicario Antonio Jaco-
Isidoro Morales se graduó de licenciado en
del anquilosamiento del pensamiento esco-
bo del Barco, sin duda el mejor representan-
teología el 31 de julio de 1789 y se doctoró en la
lástico los factores que hicieron que José Isi-
te de la ilustración académica local y que se
misma materia dos días más tarde.
doro Morales acudiera al estudio de las ma-
en el Cabildo municipal.
encontraba entonces en lo mejor de su pro-
Fue un año crucial para su vida intelec-
temáticas como medio de incorporarse de
ducción geográfica e histórica. Probable-
tual: en los primeros días de septiembre de
pleno al nuevo espíritu científico que debía
mente, fue su primer contacto con una as-
1789, inmediatamente después de su docto-
sustituir a la escuela tomista. Resulta muy
piración intelectual más ambiciosa y el em-
rado, solicitó con éxito ser admitido como
probable que fuera su pariente José Rebollo
puje que necesitaba para acudir luego a la
miembro de la Real Academia Sevillana de
Morales, natural de San Juan del Puerto y
Universidad de Sevilla, donde se matriculó
Buenas Letras y de la Real Sociedad Econó-
catedrático de matemáticas del Real Colegio
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EXHORTÓ AL GOBIERNO A
QUE REFORMASE LAS
INSTITUCIONES EDUCATIVAS
COMO INSTRUMENTO
NECESARIO PARA
TENER FELICIDAD
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de San Telmo de Sevilla, el que lo introdujo
en los círculos matemáticos sevillanos y lo
puso en contacto con la producción franceBiblioteca de la Universidad de Sevilla
sa, a cuyo radio de influencia pertenecería
siempre.
En el entorno del Colegio de San Telmo
debió de adquirir su habilidad en los cálculos astronómicos de navegación y su interés
por las empresas y expediciones de medición cartográfica, de los que daría muestras
en sus trabajos. Parece evidente que Morales, un hombre “de trato demasiado de gentes” —como diría, años más tarde, uno de
Expediente de limpieza de sangre de Morales, necesario para obtener el grado de doctor.
sus contradictores en la época de su afrancesamiento— frecuentó con decisión los foros
científicos de Sevilla y ello le permitió intro-
Morales salió de Sevilla camino de Ma-
de acceder a un puesto de indudable rele-
ducirse en los ambientes matemáticos, as-
drid en el otoño de 1789. En la capital madri-
vancia social: la Dirección de Matemáticas
trónomicos y cartográficos de la Real Arma-
leña, revestido de su flamante doctorado y
de la Casa de Pajes del Rey. Allí encontró
da y extender sus conocimientos hacia las
de su nuevo perfil académico, acudió con
un colegio de nueva planta, reinstaurado
academias y sociedades del momento, el
asiduidad a los Reales Estudios de San Isidro,
por Carlos IV y gobernado por el caballerizo
Ministerio de Marina y, finalmente, la Cor-
que era la institución en la que se había con-
mayor a través de un ayo, en el que los ni-
te. Debido, por lo demás, a su representa-
vertido el Colegio Imperial de Madrid tras la
ños pajes del servicio de Palacio se forma-
ción de los intereses mercantiles de su pa-
expulsión de los jesuitas. Por los trabajos de
ban para luego incorporarse a la oficialidad
dre, a partir de 1778, y por sus vínculos con
Aguilar Piñal y Simón Díaz consta que estu-
del ejército.
un cuñado, comerciante en la bahía gadita-
vo asistiendo como oyente voluntario a algu-
El respaldo de servir a la Casa Real le
na, José Isidoro Morales residió también en
nos de los cursos impartidos y que participó
granjeó en Madrid la entrada en los salo-
Cádiz algunas temporadas y no es de descar-
en tribunales de oposición, además de elabo-
nes y tertulias de la época, donde consolidó
tar que tuviera algún tipo de contacto con la
rar para ella una Historia de la educación pú-
su creciente prestigio intelectual, frecuen-
Academia de Guardias Marinas y su Obser-
blica de las naciones antiguas y de sus escuelas
tando amistades poderosas. Ante Francis-
vatorio Astronómico y comenzase ya a rela-
hasta el establecimiento de la de Alexandría.
co de Saavedra, a quien denominaría “mi
cionarse allí con José Mendoza Ríos, Vicente
Con ese prestigio, con el apoyo de sus
venerado favorecedor”, gozó de predica-
Tofiño, José Varela, José de Mazarredo o José
amigos y hallándose en el interior del
mento y protección y con José de Mazarre-
de Vargas Ponce, con algunos de los cuales
mundo de la educación madrileña, José Isi-
do le unió una estrecha relación que se ex-
coincidiría luego en Madrid.
doro Morales tendría oportunidad en 1793
tendió hasta acompañar a su familia en las
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La Ciencia
como progreso
■ José Isidoro Morales asistió desde
cerca a la disolución institucional del
Antiguo Régimen y al violento
nacimiento del mundo
contemporáneo. En una época
ambigua y conflictiva, Morales optó
por la ciencia como una nueva
estructura del pensamiento, combatió
contra la escolástica y defendió la
reforma de las universidades.
Ilustrado y liberal, luego colaborador
con el gobierno de José I, el calificativo
de afrancesado cubrió durante años su
labor y su memoria. Sin embargo,
antes de su exilio y su muerte en París
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en la pobreza, Morales había gozado
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la Corte de Carlos IV, se había
en Sevilla y Madrid de la protección de
relacionado con los primeros nombres
de la Ilustración española, había
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participado en el diseño de la libertad
de imprenta en España y había
publicado una obra pedagógica y
matemática que ocupó un lugar
significativo en el marco intelectual
europeo de fines del siglo XVIII.
preferencia del elector. Naturalmente, éste
era un concepto genérico y abstracto, extensible a las votaciones efectuadas en todo tipo de corporaciones y juntas y no sólo en las
consultas de tipo político, aunque es evidente que, en el marco de la Europa revolucionaria, la teoría de la elección social entroncaba con la afirmación rousseauniana
José Isidoro Morales fue un pionero en abogar por la libertad de imprenta.
de la soberanía nacional y con el afán ilustrado de diseñar un sistema de gobierno
construido sobre la matemática.
reuniones de sociedad e intervenir en la
reivindica la inclusión del onubense entre
De que la Memoria matemática de 1797 no
educación de su hija Juana, lo que dio lu-
los matemáticos más innovadores de la Ilus-
pasó desapercibida en los ambientes cientí-
gar a un Comentario de D. Joseph Isidoro Mo-
tración española y que ha sido estudiada
ficos dieron cuenta los inequívocos elogios
rales al Exc. Señor D. Joseph de Mazarredo so-
con detenimiento por Miguel Martínez Pa-
que recibió en España y, sobre todo, en Fran-
bre la enseñanza de su hija, escrito original-
nero y José Luis García Lapresta.
cia, donde Méchain la calificó de “exce-
Ya desde la propia dedicatoria hacía ex-
llent” y Levêque de “curieuse et importan-
presión Morales de su convicción de que, no
te”. Como, por debajo de los elogios, se es-
sólo las ciencias físicas, sino todo el conoci-
condía cierta resistencia teórica al método
CÁLCULO DE LA OPINIÓN. Si la Dirección
miento humano debía comenzar a regirse
electoral defendido, José Isidoro Morales
de Matemáticas de la Casa de Pajes del Rey
con arreglo a los lenguajes matemáticos. En
juzgó necesario reaparecer en la escena en
era, en realidad, un puesto de mayor rele-
lo concreto, el libro era un estudio de cálculo
1805, con la publicación de un Apéndice a la
vancia social que científica, no cabe duda de
de probabilidades en que Morales pretendía
memoria matemática sobre el cálculo de la opi-
que la primera incursión seria de Morales en
reducir al análisis matemático los distintos
nión en las elecciones, en el que contestaba a
el mundo de la ciencia matemática se saldó
sistemas de elección conocidos y defender el
algunas observaciones y críticas profundi-
con una demostración de extraordinaria
que él denominaba “de compensación y su-
zando en la caracterización de su método
madurez intelectual. No de otra forma pue-
ma” como el más justo y representativo de
electivo, levemente corregido. En los años
de considerarse la publicación en 1797 de la
todos para determinar la opinión de los
siguientes, la Memoria matemática fue ga-
Memoria matemática sobre el cálculo de la opi-
cuerpos electorales: aquél en que se asigna-
nando prestigio en los círculos científicos
nión en las elecciones, obra que por sí misma
ba a cada candidato un grado de orden en la
parisinos y, en 1829, alcanzó a ser publicada
mente en latín y publicado en 1796 en versión bilingüe.
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PREVIENDO EL
DERRUMBAMIENTO TOTAL
DE LA PRESENCIA MILITAR
FRANCESA EN ESPAÑA EL
CANÓNIGO PARTIÓ, EN 1813,
RUMBO AL EXILIO
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Sobre los mecanismos electorales
■ La Memoria matemática sobre el cálculo
de la opinión en las elecciones de 1797 es la
obra culminante de José Isidoro Morales.
Elogiada desde el Institut National de
París y traducida al francés en dos
ediciones de 1829, le valió al autor ser
reconocido por algunos en el siglo XIX
en francés en dos ediciones simultáneas y
como “uno de los más insignes
similares, impresas en París y Dôle: el Essai
matemáticos que ha tenido España”
sur le calcul de l'opinion dans les élections.
(Eugenio de Ochoa). Con contenidos de
En 1797, el mismo año que apareció im-
evidente actualidad política en los sistemas
presa la Memoria matemática, Morales era
democráticos, la Memoria matemática y su
nombrado racionero de la Catedral de Sevi-
Apéndice de 1805 constituyen una reflexión
lla. El traslado, sin embargo, no era inme-
técnica sobre la legitimidad de los distintos
diato y parece que lo retrasó cuanto pudo.
mecanismos electorales, profundizan en
De momento, a la vuelta del año, José Re-
nuevos campos de estudio para el
bollo acudió a Madrid para auxiliarle en
análisis matemático y conducen, con
un encargo del Ministerio de Marina: la
indudables contribuciones de concepto
dirección de los trabajos de impresión de la
y de nomenclatura, al desarrollo
Colección de tablas para varios usos de la nave-
posterior de una ciencia electoral de raíz
gación de José Mendoza Ríos, de quien Mo-
ilustrada que en nuestros días se halla
rales también era amigo. El encargo, que
en plena expansión.
puede pasar desapercibido, tenía una importancia científica de primer orden en la
España de fines del siglo XVIII. Cuando apareció impresa, la Colección de tablas era una
AFRANCESAMIENTO Y EXILIO. Sus inter-
De hecho, el 17 de febrero de 1810 era ele-
ingente obra de 512 páginas de extraordina-
venciones y relaciones en la esfera de la
gido para participar en la comisión que iría
ria densidad, considerada como la mejor
Junta Central de Sevilla, entre 1808 y 1810, y
a Cádiz a solicitar la rendición de la ciudad,
hasta entonces y que conocería a lo largo
su contradictorio, pero nada ambiguo,
lo que motivaría la aparición de sátiras con-
del siglo XIX numerosas ediciones en Espa-
afrancesamiento desde ese año constituyen
tra él, y el 15 de agosto de ese año predicaría
ña y en el extranjero.
quizás los aspectos relativamente más tra-
en la propia Catedral en la función con que
En el verano de 1798, además, mientras
tados de la actividad pública del que para
el estado mayor francés celebraba el cum-
en la Catedral de Sevilla se resolvía su expe-
entonces fue conocido como el “canónigo
pleaños de Napoleón, a quien el año ante-
diente de limpieza de sangre, José Isidoro
Morales”. Por oportunidad política o por
rior Morales había motejado de coloso,
Morales se ocuparía en dar forma a otro dis-
necesidad de resistir el momento histórico
opresor y déspota.
curso matemático: la Memoria sobre el obgeto
en las mejores condiciones personales, José
Si ésta fue una apuesta que en 1810 pare-
de las conferencias del Instituto Nacional de
Isidoro Morales decidió conservar su ración
cía segura, al final condujo a su desgracia.
Francia, a que combida el Govierno de aquella
en la Catedral de Sevilla a la llegada de los
Previendo el derrumbamiento total de la
Nación, pequeño tratado que hoy se conser-
franceses y colaborar con el gobierno bona-
presencia militar francesa en España, y jun-
va manuscrito y en el que defendía la unifi-
partista.
to a miles de afrancesados, el canónigo par-
cación de pesos y medidas según los crite-
tió en 1813 rumbo al exilio. De su etapa en
rios emanados del Directorio francés, que
Oloron-Sainte-Marie, localidad cercana a
fundaban la nueva medida estándar del metro sobre el cuarto de meridiano terrestre.
Más información
es nada lo que se sabe, salvo que aparece
mencionado en la correspondencia cruzada
Bastante más tarde de lo previsto, el onubense tomaría posesión física de su preben-
Pau, y de su destierro final en París, apenas
■ Lara Ródenas, Manuel José de
entre Miñano, Reinoso y Lista y que, como
da de racionero de la Catedral de Sevilla y se-
José Isidoro Morales, un matemático en la
muchos otros afrancesados, sufrió la pobre-
ría nombrado administrador del hospital
Corte de Carlos IV.
za. José Isidoro Morales murió en París el 29
sevillano del Espíritu Santo, cargo en el que
Universidad de Huelva, Huelva, 2001.
de octubre de 1818, año y medio antes de que
permaneció al menos entre 1808 y 1812. Sólo
■ Martínez Panero, Miguel, y García
el Real Decreto de 26 de abril de 1820 permitiera el retorno de los afrancesados.
dos escritos más constan como salidos de su
Lapresta, José Luis
mano: una Memoria sobre la libertad política
José Isidoro Morales, precursor ilustrado de la
de imprenta (1809), una de las obras pioneras
teoría de la elección social.
có en esa ocasión una hoja con la “copia de
Un. de Valladolid,Valladolid, 2002.
la inscripción sepulcral dedicada a la me-
de la libertad de imprenta en España, y un
Memorial en defensa de la declaración de se-
■ Peña Díaz, Manuel
La reunión de españoles exiliados publi-
moria del Doctor y Maestro D. José Isidoro
de vacante del Arzobispado de Sevilla y de la
José Isidoro Morales y la libertad de imprenta
Morales, natural de Huelva en el Arzobispa-
destitución de los prebendados huidos con
(1808-1810).
do de Sevilla, que mandaron grabar sus
motivo de la entrada de los franceses en la
Un. de Huelva, Huelva, 2008.
amigos en el jaspe que cubre su sepultura
ciudad, firmado a 22 de mayo de 1810.
en París”. ■
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El territorio de la actual provincia de Córdoba ha sido históricamente un espacio estratégico, encrucijada de caminos que permitían poner en comunicación el centro peninsular con el fértil valle bético y las costas meridionales.
Las condiciones que favorecieron el relevante papel político y económico de Córdoba a lo largo de su historia adquirieron aún mayor relevancia en periodos de inestabilidad social y militar, en los que las rebeldías y luchas internas, por un lado, y la amenaza de enemigos foráneos, por otro, provocaron la creación de un paisaje fortificado.
Documentos emergentes,
monumentos elocuentes
Las fortificaciones medievales de Córdoba (siglos VIII-XV)
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ALBERTO LEÓN MUÑOZ
UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
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uando en 1236 las tropas de Fernando III tomaron, de forma casi
improvisada, la ciudad de Córdo-
ba se dio un paso decisivo para consolidar
la conquista castellana sobre el desestructurado estado islámico. Se había abierto la
pieza clave para el control del sur peninsular, cuya frontera con el reino nazarí acabó
LEJOS DE SER TESTIGOS
MUDOS, LOS CASTILLOS
SON EVIDENCIAS DIRECTAS
DE LAS CIRCUNSTANCIAS
QUE MOTIVARON SU
CONSTRUCCIÓN Y REFORMA
DEFENSIVOS Y SIMBÓLICOS. Este largo
periodo no fue en absoluto homogéneo. De
esta manera, la arquitectura defensiva medieval no puede ser entendida, por tanto,
como un fenómeno uniforme ni estático.
En este sentido, la distribución en el territorio cordobés de las fortificaciones experimentó significativas variaciones en función
por establecerse pocas décadas más tarde
de las prioridades y necesidades cambiantes
en las estribaciones de las serranías béti-
en cada periodo histórico; e, igualmente,
sus características arquitectónicas reflejan
cas andaluzas; un acontecimiento que supone la confirmación del valor estratégico
violencia como forma recurrente de impo-
la evolución de las tácticas militares y de los
de la provincia de Córdoba. Este amplio te-
sición de intereses políticos y económicos.
medios técnicos adaptados a los conoci-
rritorio engloba zonas con una significati-
El carácter monumental de estas forta-
mientos y capacidades de sus constructores.
va diversidad geográfica determinada por
lezas, conservadas a veces en un estado
Por otra parte, además de su valor funcio-
el curso del río Guadalquivir y la extensa
ruinoso, revestido de cierto cariz románti-
nal, resulta evidente su carácter simbólico y
cordillera montañosa de Sierra Morena,
co, ha seducido a eruditos y profanos, que
propagandístico, habitualmente vinculado
que ha marcado un sutil límite físico y
han venido considerando estos castillos
al poder —estatal o señorial—, que encontró
cultural entre dos espacios claramente di-
como simples escenarios casuales en los
en este tipo de arquitectura uno de los ins-
ferenciados: serrano, minero y ganadero,
que tuvieron lugar sucesos militares rele-
trumentos más efectivos para defender e
al norte, y campiñés, feraz y agrícola al
vantes de la historia local. Sin embargo,
imponer sus intereses sobre el resto de la po-
sur. Este secular carácter privilegiado se
lejos de ser testigos mudos de aconteci-
blación.
concretó ya en época romana, cuando Cór-
mientos aislados, las fortificaciones me-
La actual provincia de Córdoba cuenta
doba asume la capitalidad de la provincia
dievales son evidencias directas y muy es-
con un rico y diversificado patrimonio cas-
Baetica y, tras la conquista islámica, al ser
clarecedoras de las circunstancias que en
tellológico, algunos de cuyos ejemplares
elegida como sede principal o hadira del
cada momento motivaron su construcción
más conocidos constituyen verdaderos refe-
Estado Omeya de al-Andalus. De esta ma-
y las sucesivas reformas. En definitiva,
rentes en el panorama español de la arqui-
nera, en torno a la capital y jalonando las
son auténticos archivos documentales,
tectura defensiva medieval. No todas estas
principales rutas de comunicación se eri-
erigidos en piedra, ladrillo o tapial, que
fortalezas presentan el mismo grado de ori-
gieron a lo largo de la Edad Media numero-
atesoran una valiosa información de pri-
ginalidad ni se encuentran en el mismo es-
sas fortificaciones que han constituido
mera mano para entender los cambios so-
tado de conservación: unas se han manteni-
elementos de referencia en el paisaje,
ciales y políticos acaecidos durante de más
do con un uso ininterrumpido como resi-
símbolos y testimonios evidentes de un
de ocho siglos de historia en las tierras
dencia privada (Montemayor o Espejo);
periodo caracterizado por el empleo de la
cordobesas.
otras han sido intensamente arrasadas, al
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Recinto amurallado y castillo de Belalcázar, conocido como Gafiq en la época musulmana.
EL ESTADO OMEYA ANDALUSÍ. Apenas
quedar abandonadas y en ruinas desde hace
La vida en la frontera
un lustro después de la penetración islámi-
formaciones es el castillo de Almodóvar del
■ Entrelos siglos XII y XIII se configuró
elegida como capital de al-Andalus. La de-
Río, cuya imagen actual, aparentemente
un paisaje jalonado de pequeñas
cisión de mantener en este enclave la sede
homogénea, es consecuencia de la intensa
fortificaciones rurales, destinadas a
del Estado omeya andalusí se tradujo en la
restauración acometida a principios del si-
proteger a la escasa población que
proliferación de construcciones auspicia-
glo XX con unos criterios historicistas muy
habitaba y explotaba las rutas de
das por los representantes del poder islámi-
alejados de los planteamientos actuales.
acceso al Valle del Guadalquivir. Un
co en la propia ciudad y su entorno inme-
buen ejemplo de la inestabilidad de la
diato. Lógicamente la mayor parte de estos
las intervenciones arquitectónicas acometi-
zona y de la vocación de yihad de sus
edificios se concentraron en la misma capi-
das sobre estos edificios. La aplicación del
habitantes es el texto, reproducido
tal, con un marcado carácter palatino, des-
PADA (Plan de Arquitectura Defensiva de
entre otros por al-Himyari, en el que
tacando el alcázar andalusí, situado en el
Andalucía) en diferentes fortalezas de la
nos describe la fortaleza de Gafiq,
ángulo suroccidental de la medina. De es-
provincia está permitiendo acometer labo-
actual Belalcázar: “Es una sólida
te impresionante recinto, en cuya cons-
res de restauración y acondicionamiento de
fortaleza. Sus habitantes son bravos y
trucción debió de ejercer un papel protago-
algunas de las más interesantes. La asun-
enérgicos. Con frecuencia, los
nista el emir Abd al-Rahman II, durante la
ción de la importante faceta histórica de es-
cristianos hacen incursiones en la
primera mitad del siglo IX, quedan aún al-
tos edificios, más allá de su valor monu-
región circundante a este castillo, pero
gunas trazas en pie, en la fachada del pala-
mental, y la incorporación de los instru-
los habitantes de Gafiq les quitan por
cio episcopal, frontero con la mezquita al-
mentos necesarios para descifrar y leer co-
la fuerza el botín que hayan recogido y
jama. Al igual que sucedió con aquélla, ca-
rrectamente la información que atesoran
los expulsan de su territorio. Los
da nuevo emir y califa acometió labores de
permitirán, en un futuro próximo, un me-
cristianos, que conocen su espíritu su
ampliación y monumentalización de la re-
jor conocimiento de estos testimonios ma-
valor, evitan encontrarse con ellos”.
sidencia del poder civil omeya, erigida ínte-
siglos (Aguilar de la Frontera, Baena, etc.).
El mejor ejemplo que sintetiza tales trans-
En los últimos años, han sido muchas
teriales del pasado medieval de Córdoba.
ca en tierras hispanas, en 716, Córdoba es
gramente en piedra extraída de las cerca-
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nas canteras situadas al
pie de la sierra, a escasa
cordobesa hasta las últi-
distancia de la ciudad.
mas construcciones bajomedievales cristianas.
En el resto de la pro-
Este proceso no per-
vincia, la presencia del
Estado Omeya sólo debió
Detalle del castillo de Belmez.
duró más allá del colapso
del califato omeya, a
de hacerse efectiva sobre
principios del siglo XI.
aquellos territorios que
presentaban alguna resistencia a la imposi-
del califato omeya en 929. A partir de este
LA ÉPOCA ALMOHADE. La conquista de
ción de un modelo político diseñado y esta-
momento, el gobierno de Córdoba manda
Toledo en 1085 por parte de Alfonso VI supu-
blecido desde Córdoba. Por tanto, durante
refortalecer algunos de los enclaves ante-
so el desplazamiento y consolidación de la
esta primera etapa de consolidación del es-
riormente rebeldes en los que se nombraron
frontera al sur del Tajo y la progresiva confi-
tado islámico la amenaza más acuciante no
gobernadores de confianza del califa. Así,
guración de un amplio espacio fronterizo al
se encontraba allende las fronteras, sino
se erigen recintos defensivos en piedra, con
norte de Sierra Morena, convertido en “tie-
que el principal conflicto provenía de los ha-
aparejos de clara adscripción omeya, en lu-
rra de nadie”, escenario de continuas razzias
bitantes del propio territorio andalusí. Al
gares estratégicos como Priego, Aguilar de
y algaradas entre cristianos y musulmanes.
norte de Sierra Morena, la presencia de una
la Frontera o Almodóvar del Río, aunque las
La propia ciudad de Córdoba es sometida
heterogénea y levantisca población llevó a la
reformas cristianas y las restauraciones
eventualmente, en 1146, bajo control del
elección de Gafiq (actual Belalcázar) como
posteriores hayan borrado prácticamente
monarca castellano Alfonso VII, y enclaves
capital de aquel territorio (cora de Fahs al-
las huellas de esta fase.
como Santa Eufemia o Pedroche son toma-
Ballut), y a la construcción a mediados del
De igual modo, al mismo tiempo que se
siglo IX de un potente recinto amurallado
erige la nueva ciudad de Madinat al-Zahra,
La unificación de los territorios andalu-
donde albergar al representante del poder
Córdoba acomete la remodelación de sus
síes bajo el potente imperio califal almoha-
cordobés. Este enclave resultaba crucial pa-
murallas para mantener la imagen de sus
de permitió frenar el avance cristiano e in-
ra mantener el control de una zona bastante
defensas digna de la antigua capital califal.
cluso, de forma temporal, hacer retroceder
inestable en la ruta hacia Mérida, con la in-
Todas estas construcciones presentan el sig-
al enemigo castellano. Para mantener a una
tención de reducir las continuas revueltas
no distintivo en sus fábricas de la utiliza-
exigua pero aguerrida población que permi-
de sus habitantes contra los enviados por el
ción de la piedra como material constructi-
tiese controlar el territorio se inició un am-
Estado Omeya.
vo, dispuesta según el aparejo canónico
bicioso programa de fortificaciones de las
Las reacciones frente a la autoridad emi-
omeya a soga y tizón, instaurando una tra-
diferentes rutas de acceso al valle del Gua-
ral en el sur de al-Andalus se aglutinaron en
dición que se mantendrá en la arquitectura
dalquivir, en el entorno de Sevilla, la nueva
dos efímeramente en 1155.
torno a la figura de Umar Ibn Hafsun y sus
capital almohade en al-Andalus. Durante
aliados, que ocuparon y fortalecieron du-
esta etapa se vio acrecentado el valor estra-
rante la fitna de finales del siglo IX varias
tégico del territorio cordobés al estar recorri-
plazas fuertes de la campiña y las sierras
meridionales de la provincia, entre las cuales destacan Aguilar (Bulay), Priego (Madinat Baguh), Cabra o Baena. El definitivo
aplastamiento de esta revuelta y el sometimiento de todo el territorio andalusí bajo la
autoridad de Abd al-Rahman III permitieron, entre otras acciones, la proclamación
AL MISMO TIEMPO QUE SE
ERIGÍA LA NUEVA CIUDAD
DE MEDINAT AL-ZAHARA,
CÓRDOBA ACOMETIÓ
LA REMODELACIÓN
DE SUS MURALLAS
do en parte por dos de estas rutas: la que
atraviesa la sierra por Despeñaperros y la
que discurría por el Valle de los Pedroches
hasta desembocar en Córdoba. A la primera
de estas rutas pertenecerían las fortalezas
de al-Qusayr, junto a El Carpio, y Kant Hisn
(en Alcolea). Jalonando la segunda, más occidental, estarían: Gafiq, El Vacar, Obejo, el
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Castillo de Névalo y, ya
das. Para ello se adoptó
en pleno Valle del Gua-
la política de cesión de
dalquivir, los recintos de
plazas y fortalezas a las
órdenes militares y a la
Hornachuelos y, sobre
todo, Palma del Río.
Fortaleza islámica de El Vacar.
nobleza. En Córdoba, el
protagonismo de estas
La propia capital ex-
instituciones religiosas
perimentó una significativa revitalización tras el colapso del califa-
mo bien demuestran las noticias que reco-
no fue tan decisivo como había sido en tie-
to, con un llamativo crecimiento urbano y,
gen las continuas algaradas castellanas
rras extremeñas y manchegas. La rapidez
en particular, con la erección de al menos
por tierras cordobesas; las reducidas di-
con la que se sometieron muchas plazas des-
tres nuevos recintos fortificados: el conoci-
mensiones y el carácter rural de muchas de
plazó la frontera al extremo sureste de la
do como castillo Viejo de la Judería, la forta-
ellas indica una funcionalidad como refu-
provincia, por lo que la mayor parte septen-
leza que protegía la Calahorra y cerraba el
gio temporal a la espera del paso de la ame-
trional del reino quedó en manos de la coro-
acceso al puente mayor en la orilla sur del
naza inminente.
na. No obstante, fortalezas como Cabra y,
sobre todo, Priego constituyen excepciona-
Guadalquivir y la muralla situada en la colina ocupada por el actual Parque Cruz Con-
EL AVANCE CRISTIANO. La escasa efecti-
les muestras de la labor encomendada a la
de. Buena parte del especial valor estratégi-
vidad militar del programa de fortificacio-
Orden de Calatrava. Este último castillo
co de Córdoba en esta época se sustentaba en
nes almohade quedó de manifiesto a princi-
conserva su torre del homenaje como testi-
el hecho de constituir el único enclave hasta
pios del siglo XIII, cuando a raíz de la victo-
monio directo de las obras acometidas por
la desembocadura del Guadalquivir que
ria castellana en la batalla de Las Navas de
los freires calatravos tras la conquista caste-
contó con un puente de fábrica durante toda
Tolosa, Alfonso VIII y, poco después, su nie-
llana de esta plaza a partir de 1246. Sus di-
la Edad Media, pues el mandado construir
to, Fernando III, iniciaron la definitiva polí-
mensiones y características la relacionan
en Sevilla por el califa Abu Yaqub Yusuf en
tica militar de recuperación de tierras y pla-
directamente esta construcción con la del
1169 era un puente de barcas.
zas fuertes. La conquista de Córdoba en 1236
vecino castillo calatravo de Alcaudete, en
Al sur de la provincia, en la Campiña,
abrió definitivamente el Valle del Guadal-
tierras jiennenses. Esta estrecha vincula-
además de algún que otro recinto urbano
quivir a las tropas cristianas, traduciéndose
ción espacial y tipológica constituye un caso
amurallado, se construyeron numerosas
en la firma de pactos de capitulación de mu-
excepcional en la arquitectura defensiva
torres de alquerías, prácticamente todas
chas villas de la provincia entre 1240 y 1242.
medieval y permite entender la política asu-
desaparecidas en la actualidad (a excep-
Tras la toma militar se inició el proceso
mida por la orden en primera línea defensi-
ción de la Torre de Don Lucas). En su mo-
de consolidación de las tierras conquista-
va frente al reino musulmán de Granada.
mento, definieron un tipo de poblamiento
En este sector suroriental de la provincia
propio de las comunidades desplazadas
destaca igualmente el significativo número
desde tierras manchegas como consecuen-
de torres atalayas que jalonan las estribacio-
cia de la amenaza cristiana.
La mayoría de estas fortificaciones se
caracteriza por el empleo sistemático de los
encofrados de tapial como procedimiento
constructivo habitual y su distribución en
torno a las principales rutas de penetración hacia el Valle del Guadalquivir. No se
trataba de una barrera infranqueable, co-
LA ESCASA EFECTIVIDAD
MILITAR DEL PROGRAMA DE
FORTIFICACIONES
ALMOHADE QUEDÓ DE
MANIFIESTO TRAS LA
BATALLA DE LAS NAVAS
nes de las sierras subbéticas. Estas torres
macizas de mampostería y planta cilíndrica
estaban destinadas a trasmitir mediante señales visuales cualquier posible agresión
que amenazase la franja fronteriza entre los
siglos XIII y XV, constituyendo un signo distintivo de esta comarca cordobesa a lo largo
de la etapa bajomedieval.
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El ejemplo de la Calahorra de Córdoba
■ Acaso sea la Calahorra de Córdoba uno de
amplio recinto amurallado de época
los edificios que mejor sintetice los avatares
almohade, el mismo que encontraron las
militares de la ciudad a lo largo de la Edad
tropas de Fernando III en la orilla
Media. Este castillo, situado en la cabecera
meridional del Guadalquivir a su paso por
del puente mayor, es el resultado de un
la ciudad. Su configuración como castillo
complejo proceso de transformación que
exento debió de tener lugar tras la batalla
acabó por configurar, junto con aquél, uno
del Campo de la Verdad, en 1369, en la
de los conjuntos arquitectónicos que más
guerra civil entre Pedro I el Cruel y Enrique
claramente identifica el paisaje histórico
II Trastámara. El cierre del arco islámico
de la capital cordobesa. En la fachada del
por el que se accedía al puente obligó a
edificio aún quedan huellas suficientes
construir un nuevo arco en el puente por el
para reconstruir a través de sus fábricas
que rodear la nueva fortaleza. Esta
buena parte de su evolución medieval. La
segunda línea de merlones también queda
restauración recientemente acometida ha
hoy visible en el edificio restaurado. A
permitido resaltar los detalles que ha
fines del siglo XV, el edificio adoptó su
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dejado el paso del tiempo en la fortaleza.
apariencia definitiva, con el adosamiento
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A finales del siglo X se erigió sobre la
de los cubos circulares provistos de
cabecera del puente una torre o puerta
troneras y, poco después, con el añadido
monumental en sillería cerrada por un
de la barrera artillera, ya hundida en el
arco de herradura y rematada por una
terreno para evitar el impacto de los
azotea con merlones rectangulares. Dicha
proyectiles lanzados desde cañones
puerta califal quedó integrada en un
enemigos.
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La mayor parte del territorio de la Campi-
ha sucedido con el recinto amurallado cris-
por la corona de Castilla en la segunda mi-
ña quedó durante un primer momento —en
tiano de la Axerquía, en la propia capital. El
tad del siglo XIV tuvieron como consecuen-
las décadas centrales del siglo XIII— bajo el
mantenimiento de una cuantiosa pobla-
cia inmediata el enriquecimiento de los
control directo de la Corona. Sin embargo,
ción mudéjar en tierras cordobesas permiti-
partidarios del bando victorioso. Los deno-
la necesidad de repoblar y fortalecer un te-
ría su empleo para la erección de muchas de
minados “bienes enriqueños”, las donacio-
rritorio tan vasto y en constante amenaza
estas fortalezas. Este sería el caso, por ejem-
nes territoriales otorgadas por Enrique II a
ante las incursiones nazaríes obligó a los
plo, de la torre del homenaje del castillo de
los individuos que habían prestado su apo-
monarcas castellanos a ceder tierras a los se-
El Carpio, erigida íntegramente en tapial
yo a la causa del Trastámara, dejaron consi-
ñores, muchos de ellos “hombres de fronte-
por Garci Méndez de Sotomayor. Detalles
derablemente menguadas las propiedades
ra” que habían colaborado en el avance de
como la fecha de su construcción, en 1325, y
reales a favor de una nobleza emergente.
las conquistas, iniciando de este modo un
la participación del “maestre Mahomat”
En el caso del Reino de Córdoba uno de los
lento proceso de señorialización que se verá
son conocidos gracias a la inscripción fun-
principales beneficiados por esta política re-
acelerado ya a mediados del siglo XIV. Si
dacional.
al fue Gonzalo Fernández de Córdoba, el “refundador” del linaje homónimo, quien reci-
bien es muy poco lo que se conserva de estas
primeras construcciones nobiliarias, aún
LAS FORTALEZAS SEÑORIALES. Una vez
bió las fortalezas de Aguilar de la Frontera,
quedan algunos tramos del recinto amura-
consolidado el territorio frente a la amena-
Monturque, Montilla, Puente de don Gonza-
llado de Aguilar de la Frontera, erigido por
za musulmana, fueron las luchas civiles en
lo , Cañete de las Torres y la tenencia del cas-
Gonzalo Yáñez Dovinal en torno a 1260, la
el seno de la corona castellana las que favo-
tillo de Priego de Córdoba. La toma de pose-
antigua portada de la fortaleza de Cañete de
recieron la eclosión y el enriquecimiento de
sión de las fortalezas donadas por la corona
las Torres o el castillo de Dos Hermanas, en
numerosos señoríos en el reino de Córdoba
debió conllevar la reconstrucción y acondi-
el término de Montemayor. A finales del si-
y la consiguiente construcción de castillos.
cionamiento de muchas de ellas, pero la-
glo XIII corresponde igualmente la cesión de
Los enfrentamientos protagonizados por
mentablemente se conservan pocas eviden-
los castillos de Castro el Viejo (actual yaci-
Pedro I y Enrique II durante la guerra civil
cias de dichas obras. Pese a todo, la singular
miento de Torreparedones) y Espejo a don
torre-puerta del homenaje de Cañete de las
Pay Arias de Castro.
Torres y la mayor parte del recinto que delimita el castillo de Priego debieron de ser fru-
Las técnicas y materiales empleados para
levantar estas nuevas fortificaciones y recintos amurallados mantienen la tradición
arquitectónica de la última etapa islámica,
con muros y torres levantados con encofrados de tapial sobre zócalos de piedra. Esta
circunstancia ha llevado en ocasiones a
asignar una autoría islámica para construcciones de clara datación castellana, como
EL MANTENIMIENTO DE
UNA CUANTIOSA
POBLACIÓN MUDÉJAR
PERMITIÓ SU EMPLEO
EN LA CONSTRUCCIÓN
DE FORTALEZAS
to de este impulso constructor. Las excavaciones acometidas en los castillos de Aguilar
y Montilla han permitido documentar algunas estructuras pertenecientes a este momento, aunque el arrasamiento sufrido por
ambas fortalezas ha borrado la huella de las
estructuras emergentes. En las construcciones señoriales conservadas en pie destacan
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Castillo de Almodóvar del Río, cuya imagen es el resultado de la restauración historicista de inicios del siglo XX.
las torres del homenaje como elemento de
Otras fortalezas que se mantuvieron bajo
bandos nobiliarios iniciaron un enconado
especial valor simbólico en todo el edificio,
el control concejil, pese a algunos intentos
enfrentamiento que tuvo su reflejo en la in-
pues constituyen la auténtica personifica-
infructuosos de usurpación señorial, fue-
corporación de ciertas novedades arquitec-
ción del poder señorial sobre los territorios
ron Castro del Río, Hornachuelos o Buja-
tónicas en el diseño y acondicionamiento de
controlados por el linaje.
lance, todos ellos caracterizados por la sen-
sus fortificaciones para adaptarlas al uso ge-
cillez arquitectónica y la aplicación de un
neralizado de la artillería de pólvora en las
modelo constructivo bastante regular.
nuevas tácticas militares.
gente nobleza cordobesa. Fruto de esta polí-
PÓLVORA Y LUCHAS NOBILIARIAS. Ase-
en tres escenarios principales. En la capi-
tica, el singular castillo de Luque pasó a ma-
guradas las tierras conquistadas y consoli-
tal, la Calahorra y el Alcázar Real fueron
nos de don Egas Venegas en 1374 y la fortale-
dada la repoblación, las décadas finales del
dotados de torres con troneras de cruz y or-
za de Lucena fue cedida a Fernán Alfonso de
siglo XV conocieron, no obstante, un nuevo
be. En los castillos de realengo tomados
Argote en 1371. Asimismo, el castillo de
periodo convulso de inestabilidad interna,
por alguno de los bandos, caso de Bujalan-
Montemayor, erigido en 1340 por Martín Al-
caracterizado por las luchas nobiliarias por
ce, se adaptaron algunas torres con vanos
fonso de Montemayor, sustituyó al vecino
el control político de Córdoba y su territorio.
pirobalísticos, o se construyeron barreras
enclave de Dos Hermanas. Esta tendencia se
Aprovechando el debilitamiento de la coro-
artilleras, como en Hornachuelos. Pero
mantuvo durante los tres primeros cuartos
na, los señores cordobeses agrupados en dos
donde realmente se aprecia la incorpora-
A este mismo contexto corresponden la
mayor parte de las fortificaciones erigidas o
Estos enfrentamientos se desarrollaron
reformadas por los miembros de esta emer-
del siglo XV, lo que implicó un considerable
ción de estas innovaciones es en algunos
enriquecimiento y aumento progresivo del
castillos señoriales, como Montilla, Mon-
poder nobiliario en detrimento de las propiedades de la corona.
Más información
dientes al territorio de Alfonso Fernández
de Córdoba. En su contienda con el bando
También en las tierras de realengo la corona inició la reforma de las fortalezas bajo
turque o Aguilar de la Frontera, correspon-
■ León Muñoz, Alberto
encabezado por don Diego Fernández de
su jurisdicción, administradas por el con-
Las fortalezas de Belalcázar. Análisis
Córdoba, conde de Cabra, el señor de Agui-
cejo de Córdoba. En la misma capital conta-
arqueológico de su arquitectura (s. IX-XIX).
lar dotó a las fortalezas de su señorío de to-
mos con los casos de la fortaleza de la Cala-
Córdoba, 2003.
rres, puertas y cubos artilleros, aun cuan-
horra, remodelada por Enrique II en 1369, y
■ “Las torres del homenaje como referentes del
do con mayor valor efectista que eficiencia
el alcázar real, donde Alfonso XI acometió
paisaje político bajomedieval. El Reino de
funcional. Estos dispositivos, ostentación
en 1328 el acondicionamiento militar de las
Córdoba”, III Congreso Internacional sobre
evidente de su capacidad militar, compar-
estructuras almohades previas.
fortificaciones: “Paisaje y Fortificación”.
tieron protagonismo con las últimas torres
Alcalá de Guadaíra, 2006.
del homenaje, grandes moles arquitectó-
En el resto del reino destaca el castillo
de Almodóvar del Río, cuyas estructuras de
mediados del siglo XIV se levantaron sobre
los restos de época omeya y almohade.
■ Valverde Candil, M. y Toledo Ortiz, F.
Castillos de Córdoba, Córdoba. 1985.
nicas que apenas sobrevivieron unas décadas más como símbolo de unos señoríos territoriales. Eran tiempos de cambio… ■
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Desde su nacimiento en 1856, el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Huelva, que pervive hoy con el
nombre de Instituto “La Rábida”, ha venido siendo un decisivo factor de cohesión y vertebración. Como una de sus
escasas instituciones laicas con continuidad en los últimos siglos, desempeña ante nosotros el papel de testigo
imprescindible para seguir y conocer los entresijos de la historia contemporánea provincial y, como privilegiado
enclave educativo, el de un potente faro cultural.
El Instituto “La Rábida”
Un siglo y medio de educación y cultura en Huelva
JUAN CARLOS DE LARA RÓDENAS
PROFESOR DEL INSTITUTO “LA RÁBIDA”
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radicionalmente, la preparación
para acceder a los estudios superiores era llevada a cabo en el ámbito
doméstico y por instituciones privadas, en
su inmensa mayoría religiosas. En este contexto se sitúa la fundación en Huelva, en
1699, de unas cátedras de filosofía y gramática sobre una disposición testamentaria de
EL INSTITUTO OCUPÓ UNA
PARTE DEL ANTIGUO
CONVENTO DE SAN
FRANCISCO, UTILIZADO
ENTONCES COMO CASA DE
NIÑAS EXPÓSITAS Y CÁRCEL
precisamente flacas. Sin rentas propias, los
gastos se sufragan con los ingresos obtenidos por matrículas y con la cantidad consignada como déficit con la que debía contribuir la Diputación. Por debajo del clima
apacible —el de la disponibilidad de dinero— que suaviza las relaciones entre el centro educativo y la institución provincial, se
Diego de Guzmán y Quesada, para formar a
encuentran los bienes procedentes de la dis-
los jóvenes que quieran dar el salto a los es-
posición de Diego de Guzmán y Quesada.
Aunque a raíz de la desamortización se
tudios superiores.
A pesar de ello, el bajo nivel de estudios
putación no disponía de ningún local para
expropian muchos de los libros de las órde-
de estos centros motivó en 1845 el Plan Pi-
ello y el comienzo de curso estaba cercano.
nes religiosas y se forman las primeras bi-
dal, que disponía la creación de un instituto
Es esa urgencia la que consigue que, en la
bliotecas públicas, en Huelva la pobreza de
en cada capital de provincia. Cuando en no-
sesión provincial del 13 de julio de 1856, se
estas colecciones no lo hizo posible. Y si bien
viembre de 1855 la Diputación recibió una
acuerde habilitar el edificio “conocido con el
en aquellas capitales donde las bibliotecas
comunicación del Gobernador Civil pidien-
nombre de la Casa Cuna, procediéndose lue-
provinciales no se habían podido crear cum-
do celo para llevarlo a cabo, explorará algu-
go a su reparación”. Es decir, el primer local
plían sus funciones los institutos, nos en-
nos caminos, como incorporar los bienes de
que ocupó el Instituto fue una parte del an-
contramos con que las condiciones del onu-
la disposición de Diego de Guzmán. La Igle-
tiguo convento de San Francisco, utilizado
bense impiden que pueda abrirse al público
sia se resistirá y expondrá que dichos bienes
en aquellos momentos como casa de niñas
la suya, de la que se encarga Federico de Cas-
no sólo tenían un fin educativo sino que
expósitas y cárcel pública. Habilitadas las
tro. Por otra parte, tanto el gabinete de Físi-
componían, además, una capellanía. Una
dependencias asignadas con inusual rapi-
ca y Química como el de Historia Natural se
reclamación que no prosperó. La Real Orden
dez, el Instituto Provincial de Segunda En-
van a ir enriqueciendo con adquisiciones y
de 13 de junio de 1856, por la que se crea fi-
señanza de Huelva comenzó a funcionar
donaciones de materiales que son clasifica-
nalmente el Instituto de Huelva, dispone la
con normalidad en el antiguo convento el 27
dos y conservados en el seno de la extraordi-
incorporación de estos bienes, así como a
de septiembre de 1856. A su frente, como di-
naria afición por el coleccionismo caracte-
Tadeo de la Vega, que se ocupaba de la cáte-
rector interino, figuraba el presbítero Euge-
rística de aquella época.
dra de Latinidad, a su cuerpo de profesores.
nio Barrio. Sin embargo, su interinidad fue
tan fugaz que al día siguiente lo dirigirá Vi-
DE MUDANZA. Son años de bonanza. Pero
PRIMEROS AÑOS. Sin embargo, la casa de
cente Rodríguez García, catedrático de Geo-
la falta de espacio no se medirá tan sólo
las cátedras, en la calle del Puerto, se estaba
grafía e Historia.
con el escaso número de aulas, sino tam-
derrumbando. Cuando se da carta de natu-
A través de las memorias anuales com-
bién con la imposibilidad física de estable-
raleza jurídica al Instituto de Huelva, la Di-
probamos que las arcas del Instituto no eran
cer en el Instituto un colegio de internos.
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El Instituto “La Rábida”de la capital onubense, en una imagen contemporánea.
Que la Diputación no era ajena a las necesidades del Instituto Provincial lo demuestra el hecho de que en abril de 1862 aprueba
la compra del que fue convento de La Merced para establecer en él no sólo al Instituto, sino también a la Escuela Normal. El
plan parece convencer a Vicente Rodríguez
García, que opina que, “aunque su situa-
EL DE HUELVA FUE, EN 1871,
EL PRIMERO DE LOS
INSTITUTOS ESPAÑOLES EN
EL QUE CURSÓ ESTUDIOS DE
SEGUNDA ENSEÑANZA UNA
MUJER: ANTONIA ARROBAS
LA MUJER LLEGA A LAS AULAS. Aunque
la nueva normativa legal no incluía ninguna referencia a la educación de las mujeres,
la introducción del concepto de libertad de
enseñanza provoca que, en los años del Sexenio Revolucionario, comience la lenta incorporación de alumnado femenino a los
institutos. Son esas lagunas legislativas las
ción es algo escéntrica relativamente a las
que van a obligar a las primeras mujeres que
distancias de esta Capital, llena todas las
se deciden a seguir los estudios de grado medio a tener que solicitar un permiso especial
exigencias”. Las obras de reforma al nuevo
uso que se le pretende dar al antiguo con-
rá al Instituto en ese curso abandonar el
para acceder al examen de ingreso. En el
vento mercedario han de esperar, sin em-
encogimiento en el que hasta entonces se
curso 1871-1872, el de Huelva es el primero de
bargo, a que las tropas abandonen un edi-
encontraba y expandirse por algunas habi-
los institutos de toda España en el que una
ficio utilizado hasta entonces como cuartel
taciones más.
mujer, Antonia Arrobas Pérez, realiza estudios de segunda enseñanza.
y el Instituto ha de mudarse a una casa si-
El año 1870 fue decisivo. La libertad de
tuada en el número 10 de la calle del Puer-
enseñanza llega hasta el Instituto de Huel-
Cuando en 1872 se dibujen los planos del
to, inmueble que venía alquilando desde
va para instalar en él, en horario de tarde-
definitivo proyecto de reforma de La Mer-
hacía años la Diputación para que se esta-
noche —pues se destina a los trabajado-
ced, el edificio quedará dividido en tres sec-
blecieran allí la Junta Provincial de Benefi-
res—, la Escuela Libre-Profesional. La Di-
tores: a la derecha, el hospital; en el centro,
cencia y la Escuela Normal.
putación, que le da a la iniciativa una tibia
el Instituto (con la planta baja para las ofici-
No es extraño, de este modo, que a la
acogida, se limita a darle el respaldo insti-
nas, biblioteca y casa del conserje y la alta
llegada del Instituto, éste tuviese que ocu-
tucional, pero rechaza asumir los gastos,
para las aulas); a la izquierda, la sede de la
par también otra casa colindante. La tarea
algo a lo que el propio claustro habrá de ha-
Diputación. Al iniciarse el nuevo curso, el
inmediata que se impone José Rosado
cer frente dando los profesores sus clases
Instituto está ya en mitad del antiguo con-
Cambriles, que se hace con las riendas del
de manera gratuita. Son los gestos de unos
vento de La Merced. Pero el hospital no
centro en los inicios del curso 1866-1867,
profesores entregados a la enseñanza de
constituía, a todas luces, una compañía re-
fue la de ir articulando los nuevos espa-
una manera desinteresada. Instituto y Es-
comendable a la hora de compartir edificio,
cios. La supresión por parte de la Diputa-
cuela Libre-Profesional van a ser en la prác-
de ahí que aparecieran muchas voces entre
ción de Huelva, por la carga económica que
tica, desde el 1º de diciembre de ese año,
los más higienistas protestando sobre la cer-
le suponía, de la Escuela Normal, permiti-
dos establecimientos independientes.
canía entre enfermos y estudiantes.
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El prestigio social de
los catedráticos
■ “En aquellos venturosos años
escolares, cuando asistíamos al
Instituto de la calle Odiel (...), D. José
Marchena Colombo, catedrático de
Historia, era un mozo fuerte, brioso,
con ansias de lucha y ambición de
gloria; tenía en la fecha a la que me
refiero veintisiete años. Yo era uno de
los chicuelos de nueve a diez años que
esperaban la hora de clase en el portal
del edificio y, cuando lo veíamos venir,
muchas veces acompañado de D.
Manuel de Mora Romero, que daba
entonces sus primeros pasos en el
Foro, donde tantos triunfos ha ganado
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y sigue recogiendo, formábamos calle
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respeto. Quién habría de decirme que
para saludar su entrada con medroso
llegaría un día, muy lejano por cierto
de aquéllos, en que el mismo D. José
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Marchena Colombo, a quien yo
saludaba encogido y al que me
representaba siempre rodeado de una
aureola inaccesible de admiración y
respeto, vendría a pedirme un
prólogo”.
Testimonio de Tomás Domínguez
Ortiz recogido en el Prólogo a Martín
Alonso Pinzón de José Marchena
Colombo (1942).
En 1891, un jovencísismo Juan Ramón Jiménez de nueve años hizo el examen de ingreso.
El 28 de agosto de 1874 la intención del
una retirada que no será completa hasta
contexto, sin embargo, Alfonso XII visita
Gobernador Civil de disponer de la planta
unos meses más tarde. La cuestión del lo-
sus instalaciones en 1882 y, lo que es aún
baja del Instituto para albergar al batallón
cal ha supuesto un primer distanciamien-
más llamativo, se aloja en ellas.
de la reserva extraordinaria de la ciudad
to entre el Instituto y las autoridades pro-
El curso 1887-1888 contempla un doble
supone un pulso con el nuevo director, Ho-
vinciales. Y el cierre de la Escuela Libre-
cambio. El primero, su propio nombre, ya
racio Bel Román. El enfrentamiento se sal-
Profesional en ese mismo año 1874 marcó el
que pasa a denominarse Instituto General
dó con la orden tajante del gobernador de
segundo.
y Técnico. No es una decisión tomada en
entregar las llaves de la planta baja para
Al iniciarse el curso 1875-1876, ya en pose-
solitario, pues afecta a la totalidad de los
que allí se aloje, no ya el batallón, sino la
sión el Instituto de todo su edificio, la nor-
institutos españoles. El segundo es el de su
ocupada Escuela Normal. De este modo,
malidad vuelve a extenderse. Pero las ma-
sede, pues se muda al edificio para él cons-
las clases del curso 1874-1875 no pueden co-
trículas van aumentando de manera tibia, a
truido en la calle del Odiel. Las razones de
menzar hasta el día 7 de enero, momento
pesar de la inscripción de algunas niñas y,
esta nueva mudanza se encuentran en las
en el que la Escuela Normal abandona al-
sobre todo, del hecho de que, a partir de en-
exigencias infraestructurales de la sanidad
gunas dependencias como primer paso de
tonces, se suman las matrículas de los cole-
de Huelva. El nuevo edificio iba a recibir en
gios incorporados.
él no sólo al Instituto, sino a la refundada
EL MONARCA ALFONSO XII
VISITÓ LAS INSTALACIONES
DEL CENTRO EN
EL AÑO 1882 Y, LO QUE
ES AÚN MÁS LLAMATIVO,
SE ALOJÓ EN ELLAS
Los directores se suceden. Francisco Ji-
Escuela Normal. Como el inmueble en
ménez Lomas, que había sustituido a Bel
cuestión hacía esquina, en la fachada que
Román en agosto de 1876, sólo se mantiene
daba a la mencionada calle, tenía su entra-
medio año en el cargo pues, en febrero de
da el Instituto, mientras en la que miraba
1877, es relevado por Antonio Fernández
a la calle Rábida abría sus puertas la Escue-
García. Como resultado de su visita de ins-
la Normal. Fue en el edificio de la calle del
pección en estos momentos, José Amador de
Odiel donde el 25 de septiembre de 1891 un
los Ríos escribirá en su informe que el esta-
jovencísimo Juan Ramón Jiménez de nueve
blecimiento “aparece amenazado de muerte
años hizo el examen para ingresar en el
y como herido de fatal descrédito”. En este
Instituto.
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El caserón de
Méndez Núñez
■ “El ‘Instituto viejo’ nos acogió en su
caserón venerable de la calle Méndez
Núñez; primero, cancela andaluza;
después, el patinillo porticado con su
pozo de brocal de mármol. A
continuación, el segundo patio, de
rojizo ladrillo, siempre de peligroso
tránsito por caer bajo la jurisdicción
vigilante del conserje señor Vilches. Y,
por último, la gloria del gran patio
terrigen, con su árbol acogedor,
manador de sombras, y el espacio
inmenso a nuestros ojos niños
dispuesto para la práctica del fútbol
(…). La dotación de material del
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edificio corría pareja con la de una
España que desde el siglo XVIII se
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había vuelto de espaldas a los
problemas científicos y a la invención
europea. Unos animales agusanados y
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disecados en el titulado,
pomposamente, ‘Museo de Historia
Natural’. Probetas polvorientas en el
laboratorio de Física y Química…
Biblioteca o antro tenebroso donde
nuestras pupilas, pasado el primer
instante oscuro, atisbábamos (sic) a
leer los dorados lomos.”
Testimonio de Rafael Manzano
(Huelva en los labios, 1997)
Lámina didáctica de biología del siglo XIX utilizada para dar clase en este centro.
Antonio Fernández García murió el 21 de
cesión por parte de la Junta de Obras del
al claustro. Hombres decisivos en un mo-
junio de 1893. Al mes siguiente pasa a tomar
Puerto de unos terrenos para ser destinados
mento crucial, el de la Dictadura de Primo
las riendas del centro José Sánchez-Mora
a parque deportivo.
de Rivera, y trajeron consigo renovados impulsos. Una iniciativa de Félix Andolz, que
Domínguez, bajo cuyo mandato se inician
obras de mejora que no tienen como hori-
CAMBIO DE SIGLO. José Sánchez-Mora
ese mismo año se había convertido en presi-
zonte, sin embargo, la continuidad del Ins-
murió el 1 de abril de 1910. Después del paso
dente de la Diputación, se configurará co-
tituto de Huelva en ese edificio. El 2 de sep-
efímero por la dirección de Ricardo Terrades
mo el auténtico caballo de batalla: la cons-
tiembre de 1893, Jerónimo Montilla, Gober-
Pla y Enrique González-Sicilia, el 14 de fe-
trucción de un nuevo edificio para el Insti-
nador Civil, firmó el contrato de arrenda-
brero de 1911 Lorenzo Cruz de Fuentes fue
tuto. Con un catedrático de Filosofía presi-
miento de las casas de la calle Méndez Nú-
nombrado director del Instituto. Sus prime-
diendo la Diputación y una Dictadura afa-
ñez 7 y 9 con destino a Instituto y Escuela
ros años al frente del centro se van a caracte-
nada por conseguir la adhesión ciudadana,
Normal, aunque no será hasta cinco años
rizar por las mejoras materiales del estable-
la coyuntura era propicia y tanto el Ayunta-
después, en el curso 1898-1899, cuando se
cimiento, que acaban por producir un efecto
miento como la Diputación parecen adoptar
lleve a cabo el traslado.
revitalizador sobre la vida académica. En el
una posición comprometida. Pero la cons-
El nuevo local se va remozando, pero el
curso 1910-1911 se llevan a cabo las primeras
nuevo plan de enseñanza va a convertir en
excursiones estudiantiles de las que tene-
insuficientes sus instalaciones, ya que ese
mos constancia documental. Los ritmos
curso contempla la puesta en marcha de en-
constantes de crecimiento tanto de la plan-
señanzas para los obreros. Por otra parte, la
tilla de profesores como de matrículas vie-
supresión de la Escuela Normal y la incorpo-
nen a completar el dibujo de esta buena co-
ración de sus estudios y de sus profesores al
yuntura. A las casas reconvertidas en Insti-
Instituto convertirá la búsqueda de nuevos
tuto llegará, el 17 de marzo de 1917, Benito
espacios en su más urgente necesidad. Pero
Pérez Galdós.
la expansión del Instituto no se detiene y se
Félix Andolz, Amós Sabrás, José Pulido
va a catapultar más allá de su entorno con la
Rubio…, son nombres que se incorporaron
EN EL CURSO 1910-1911 SE
LLEVARON A CABO LAS
PRIMERAS EXCURSIONES
ESTUDIANTILES DE LAS
QUE EXISTEN CONSTANCIA
DOCUMENTAL
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El edificio de El Conquero, en plena construcción hacia el año 1930.
trucción de un nuevo edificio no es el único
delantera del edificio y de la totalidad de la
de Marchena Colombo, presidente de la Re-
reto que hereda Ricardo Terrades, cuando,
planta alta y del semisótano, y se proyecta-
al Sociedad Colombina Onubense (sociedad
en febrero de 1925, se hace con la dirección.
ban dos entradas independientes. Cuando
nacida en el instituto en 1880) y la pertenen-
Pulido Rubio convierte la biblioteca en un
se inicia el curso 1933-1934, la presión de los
cia al claustro de su vicepresidente, Terra-
verdadero Centro de Estudios Hispanoame-
estudiantes y la negativa del claustro a se-
des y de su secretario, Pulido Rubio, mucho
ricanos. Por otra parte, en ese mismo curso
guir en el viejo caserón de Méndez Núñez
tienen que ver en ello. En marzo de 1936 se
se establece una permanencia de estudian-
desembocan en la decisión adoptada por Te-
creará su himno (“Honor a La Rábida”), con
tes en el centro por la tarde y en ella surge El
rrades de iniciar el traslado al que ya es co-
música de Manuel Herrera y letra de Félix
Estudiante, la primera revista del Instituto.
nocido como “Instituto nuevo”. La ocupa-
Andolz.
En los últimos años de la década las apa-
ción, sin embargo, no acaba con el proble-
cibles alusiones a la terminación del nuevo
ma, pues el traslado es parcial. Nos encon-
PURGAS Y EXPEDIENTES. El 5 de septiem-
edificio se van transformando en una dura
tramos con la realidad de un Instituto divi-
bre de 1936 se celebró el primer claustro tras
protesta hacia el estado del viejo Instituto.
dido en dos: mientras las clases teóricas se
el inicio de la Guerra Civil. En sus actas se
La memoria leída en el curso 1930-1931, el
dan en el nuevo local, las prácticas en el an-
plasmó un testimonio de adhesión a los su-
primero que ve cómo una mujer, Adelaida
tiguo. Es una falla pedagógica que se com-
blevados que, desde el día 29 de julio, se ha-
Esteban Urizal, se sienta en el claustro, pro-
plica cuando, en 1935, los cuadros del Museo
bían hecho con la ciudad. Las primeras
fundiza en la expresión del malestar. Un pa-
se trasladan al Instituto.
“purgas” comienzan en el mismo verano de
norama que se complica a principios de 1933
En el curso 1934-1935, al año de instalarse
1936, y es en el otoño cuando surgen comi-
cuando parte de la techumbre de una clase
en el edificio de El Conquero, al Instituto de
siones nombradas por la Junta Técnica del
se desprende y hay alumnos heridos. Los
Huelva se le impone un nombre de clara vo-
Estado. Es, precisamente, esa Junta la que
acontecimientos se precipitan: el alumna-
cación americanista: “La Rábida”. Sobre es-
sanciona a la poetisa Ángela Figuera Ayme-
do se niega a seguir en ese local y opta por la
te bautismo nada sabemos, pero es razona-
rich, profesora de Lengua y Literatura Espa-
huelga indefinida en connivencia con el di-
ble pensar que, aunque jubilado, la cercanía
ñolas del Instituto. En el caso de Huelva, la
rector, Ricardo Terrades, y la FUE (Federa-
Comisión Depuradora Provincial del Magis-
ción Universitaria Escolar) organiza una
terio tiene su sede en el Instituto La Rábida y
manifestación que va hasta las puertas del
va a estar presidida por Ricardo Terrades. De
Gobierno Civil.
Las idas y venidas a Madrid de Amós Sabrás dan su fruto. Se adopta la decisión de
continuar las obras de modo inmediato para
instalar allí provisionalmente el Instituto y
la Escuela Normal, así como la modificación de los planos iniciales de Pérez Carasa.
Se prescindía, de momento, de la parte baja
DESPUÉS DE UN SIGLO DE
EXISTENCIA, LA RÁBIDA
SEGUÍA SIENDO EL ÚNICO
INSTITUTO DE EDUCACIÓN
SECUNDARIA DE LA
CAPITAL ONUBENSE
la labor de esta comisión se conserva cerca
de un centenar de expedientes de maestros.
La Guerra Civil supuso en cierto modo la
bisagra de un relevo entre los profesores de
más significación en el devenir del Instituto. Nombres como Emiliano Jos Pérez, Antonio Palma Chaguaceda, Diego José Figueroa Poyatos o, unos años más tarde,
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Imagen de la celebración de un acto académico presidido por el obispo Cantero Cuadrado.
Diego Díaz Hierro hicieron del Instituto
tres colegios menores, las instalaciones de
edificios que se acaban de levantar en El
“La Rábida” la referencia cultural de la
la Compañía de Jesús, el Centro de Mandos
Conquero y en la avenida Pío XII. En octu-
Huelva de los años cuarenta. Cuando Anto-
Intermedios y Maestría Industrial. En ma-
bre de 1974, ya con Manuel Sánchez Mante-
nio Palma se hizo cargo de la dirección el 1
yo de 1970, Jiménez Sarrión informa al
ro como director, el edificio central será
de octubre de 1955, el Instituto La Rábida
claustro “que para el próximo curso habrá
desalojado por completo y pasará a funcio-
seguía siendo, después de un siglo de exis-
dos institutos, uno masculino y otro feme-
nar exclusivamente en el futuro Instituto
tencia, el único de la capital. De hecho, “El
nino”. Ciento catorce años después, por
“Alto Conquero”. Habrá que esperar a la lle-
Instituto, enclave de la cultura de Huelva”
tanto, el que había nacido como Instituto
gada de Carlos López Delgado a la dirección
es uno de los títulos de la crónica con la que
de Huelva contempla el final de su existen-
del centro, en los inicios del curso 1977-
el diario Odiel reseña los diferentes actos
cia en solitario. En adelante, será el Institu-
1978, para que el tema de las obras se reto-
que el 22 de abril de 1957 sirven para conme-
to masculino y seguirá viviendo su particu-
me de modo decidido. En septiembre, el
morar el centenario del centro. Sin embar-
lar diáspora, repartido ahora entre el que va
claustro puede al fin reunirse en la sala de
go, la biblioteca del Instituto sufre en esta
a mencionarse como “edificio central” y los
profesores del edificio central. Sin embar-
época una amputación. Antonio Palma,
go, este regreso, que coincide con una reso-
que simultáneamente dirige también la
lución del Ministerio que lo transforma en
Biblioteca Pública, transfiere a ésta gran
parte de los fondos bibliográficos del Insti-
Más información
nocturnos.
Tras la jubilación de Antonio Palma el
tán aún rematadas. Para entonces —1º de
octubre de 1979— María Paz Sarasola Gutié-
tuto. Unos campos se estrechan, pero otros
se ensanchan. En 1959 nacen los estudios
mixto, se produce cuando las obras no es-
■ Lara Ródenas, Juan Carlos de
“Historia del Instituto ‘La Rábida’ de Huelva”.
En González Márquez, Juan Antonio
rrez se convierte en la primera mujer que
alcanza la dirección.
Diego Marín Rite, Carmen Ciria Santos,
Instituto entró en un periodo de inestabili-
(Ed.): El Instituto “La Rábida”. Ciento
Fernando Azcárate Prieto, Salvador Delga-
dad en sus líneas de gobierno. Francisco
cincuenta años de educación y cultura en
do Antolín, Marcelo Rodríguez Moreno,
Trujillo en julio 1962, Jacinto Hidalgo Sere-
Huelva.
Alicia Menéndez Sánchez y Antonio Pérez
no en julio de 1965, Gregorio Martínez Gar-
Diputación Provincial de Huelva,
España son los nombres de los últimos di-
cía en agosto de 1966 y José Jiménez Sarrión
Huelva, 2007.
rectores en la dilatada historia del Instituto
en julio de 1968 son los nombres y las fechas
■ Instituto de Segunda Enseñanza de la
La Rábida. Ellos, como el resto de profeso-
que se suceden en la dirección a lo largo de
Provincia de Huelva. Primeros impresos.
res y los miles de alumnos que han pasado
una década y de un local que sigue sin ha-
Servicio de Publicaciones de la
por sus aulas en estas décadas, han sido los
berse terminado.
Universidad de Huelva, Huelva, 2006.
actores y los testigos de la amplísima gama
El 28 de febrero de 1969, un terremoto
■ Instituto “La Rábida” Cuartillas del ciento
de realizaciones que, enlazando con las he-
ocasiona daños que obligan a suspender las
cincuenta aniversario (1856-2006).
redadas, han continuado haciendo del cen-
clases. Se autoriza la ocupación de la planta
Imprenta Jiménez, Huelva, 2003.
tro la encrucijada educativa y el faro cultu-
baja y los restantes cursos se trasladan a los
ral que siempre fue. ■
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Los niños y los jóvenes andaluces iniciaron el aprendizaje de las letras con una cartilla impresa que contenía un
abecedario, silabario, algunas frases sencillas, los conocimientos básicos de doctrina cristiana y la tabla pitagórica o de multiplicar. La cartilla tuvo una interesante evolución impulsada por la aparición de la imprenta, que facilitó enormemente su producción y distribución a bajo coste. Una parte importante de las cartillas utilizadas en
Andalucía procedían de imprentas vallisoletanas, aunque también se imprimieron en Sevilla y otras ciudades.
Aprender a leer
La enseñanza de las primeras letras en el mundo moderno
PEDRO RUEDA RAMÍREZ
UNIVERSIDAD DE BARCELONA
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n sus primeros pasos lectores, los
niños iniciaron su proceso de alfabetización con el reconocimiento de
las letras, leídas en voz alta y la repetición
del abecedario, de la A la Z; con el silabario,
mediante juegos de sílabas que repetían sin
cesar, y con las primeras palabras y frases.
El método resultaba un tanto singular, pues
EN EL CASO DE ANDALUCÍA,
SE CREARON ESTANCOS
PARA VENDER CARTILLAS DE
LECTURA EN LAS CIUDADES
DE SEVILLA, CÓRDOBA,
GRANADA Y JAÉN
letanos consiguieron en 1583 un privilegio
de producción y distribución de cartillas en
Castilla que se mantuvo hasta principios del
siglo XIX. Una parte importante de las cartillas utilizadas en Andalucía procedían de
imprentas vallisoletanas, aunque inicialmente se imprimieron también en Sevilla y
otras ciudades. En 1584 se acordó el primer
el estudio se desarrollaba en fases sucesivas,
arrendamiento del estanco sevillano y se es-
mediante un uso intensivo de la repetición y
tableció que se imprimirían 300.000 cartillas, aunque parece ser que tan sólo se im-
la memorización, con el objetivo de dominar la lectura, y más tarde aprender a escri-
extravagancias” como quiso presentárnoslo
primieron 95.500 cartillas en las prensas se-
bir. La escritura se iniciaba a continuación,
con un toque de crítica muy acerada Fr. José
villanas de Alonso de la Barrera. De esta ti-
tras tener un dominio del deletreo, silabeo y
Francisco de Isla. Nada más regresar asom-
rada, únicamente se ha conservado un
del arte de leer con buena capacidad de re-
bró al cura cuando le preguntaron cómo se
ejemplar. El resto de las necesarias para su
tentiva.
escribe burro, si con b pequeña o con B gran-
distribución en Andalucía llegaron desde
Acudir a una escuela suponía toda una
de, las dos que conocía por la cartilla. El mu-
Valladolid o Salamanca, donde se impri-
iniciación, y así le ocurrió al personaje ino-
chacho le replicó sin esperar respuesta que
mieron por millares.
cente de Pablos que tras decir a sus padres
“si el burro es pequeñito y anda todavía a la
Aunque nos resulte sorprendente encon-
que quería “aprender virtud” logró su con-
escuela, se escribe con b pequeña; pero si es
trar a los canónigos enfrascados en negocios
sentimiento y al “otro día ya estaba compra-
un burro grande, como el burro de mi pa-
de papeles impresos no lo es tanto si consi-
da la cartilla y hablado el maestro”. Aunque
dre, se escribe con B grande”. La burla del
deramos que las cartillas se convirtieron en
su suerte no resultó nada propicia. Al poco
autor al poner en boca del pequeño tempra-
una buena fuente de financiación para los
tiempo este muchacho anduvo en enredos
nas necedades es revelador de la dura crítica
gastos de reforma de su Catedral. En tres si-
iniciando la Historia de la vida del Buscón lla-
a un saber “extravagancias”, en vez de cono-
glos se vendieron, según Viñao, en torno a
mado don Pablos, que Francisco de Quevedo
cimientos útiles y modernos.
54.250.600 ejemplares en España, aunque
para Resines se alcanzaron hasta el final del
contó con el pícaro Pablos como narrador.
privilegio un total de 69.775.440 cartillas.
En todo caso, acudir a una escuela no
LA CARTILLA. Las cartillas tuvieron formas
era, en modo alguno, garantía de una for-
y contenidos muy diversos, y evolucionaron
Vigilar el cumplimiento del privilegio
mación sólida. Las críticas contra el método
notablemente en el siglo XVI coincidiendo
que concedió Felipe II en 1583 fue un objetivo
y los profesores arreciaron en distintos mo-
con la masiva producción impresa de textos
difícil. En 1627 el canónigo vallisoletano en-
mentos. Tras pasar el niño Gerundio un
básicos para aprender a leer y escribir. La
cargado de las cartillas envió a Cádiz a un “di-
tiempo en la escuela volvió a su pueblo de
cartilla más común fue la editada por la Ca-
ligenciero” para tantear la posibilidad de
Campazas “aprovechado en necedades y en
tedral de Valladolid. Los canónigos valliso-
abrir un estanco en Cádiz y para “buscar car-
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National Galleries of Scotland
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En el cuadro Escuela de niños y niñas (hacia 1670) de Jan Steen los adultos parecen ignorar el comportamiento rebelde de los escolares.
obras de construcción del templo. Un pro-
tillas falsas” con discreción, en una labor de-
Consumo de cartillas
en Andalucía
yecto que tenía la intención de dotar de un
ocasiones imitando la cartilla vallisoletana a
■ Un botón de muestra dará una idea
daron a medio camino y todavía hoy en día
plana y renglón, es decir, procurando que el
de la espectacular cifra de envíos de
siguen pendientes de finalización.
componedor de la imprenta siguiera letra a
cartillas remitidos a Andalucía. En los
letra la cartilla original imitando el tipo de
33 años que van de 1627 a 1660 se
de cartillas. Una parte importante de las
imprenta, el formato y la disposición del tex-
produjeron en las imprentas de
cartillas producidas cada año, entre un 20 y
to. Las ediciones contrahechas debieron cir-
Valladolid 10.334.000 cartillas. De
un 50%, se enviaban a los estancos andalu-
cular con facilidad. De hecho, allí donde no
estas, se enviaron a Andalucía en total
ces, lo cual nos lleva a preguntarnos dónde
llegaban los estanqueros de cartillas era más
3.791.500 cartillas, esto es, un 36,6%
se compraban, quién consumía y si estos fe-
fácil distribuir estos otros impresos, sobre
del total. De entre 1631 y 1635 se
nómenos estuvieron ligados a una expan-
todo teniendo en cuenta la poca densidad de
produjeron 1.514.000 cartillas en
sión de la alfabetización y a mejoras en los
la red de distribución. En Málaga, a finales
Valladolid y se remitieron a los
mecanismos de abastecimiento a través de
del siglo XVIII, se distribuyó un Silabario para
estancos andaluces para su venta
los estancos de cartillas. Algo difícil de pre-
uso de las reales escuelas que contravenía el
725.500 cartillas (un 47,92%). Entre un
cisar, ya que no conocemos suficientemente
privilegio y debieron ser muchos más los que
20 y casi el 50% de la producción anual
el mercado, aunque durante el siglo XVII,
se editaron al margen de la ley. Hoy día no
se destinó a Andalucía y América, un
sin duda, hubo altibajos, como parecen
los conocemos, pues se trataba de materiales
dato revelador del empuje y de la
apuntar algunos indicios.
efímeros con una durabilidad muy limitada
importancia del mercado andaluz para
en manos de los niños.
la venta de libros escolares.
tectivesca que no dio los frutos esperados. Al
margen del privilegio se imprimieron y distribuyeron otras cartillas fraudulentas. En
edificio de corte herreriano a la Catedral que
sustituyera a la obra gótica. Las obras que-
Andalucía consumía grandes cantidades
El estanco de Sevilla fue el más importante de Andalucía por volumen de negocio.
La apertura de un estanco proporcionaba
LA DISTRIBUCIÓN. En comparación con
cartillas a mejor precio y con más garantías,
los estancos reales de naipes o tabaco, la red
pues cada año llegaban nuevas remesas des-
establecida por los canónigos vallisoletanos
de Valladolid. El asiento firmado en 1606
dejaba mucho que desear. En el caso de Andalucía se crearon estancos de cartillas en
Sevilla, Córdoba, Granada y, más ocasionalmente, en Jaén. Las ventas en estas ciudades fueron una fuente continua de ingresos
de la denominada “obra nueva” de la Catedral de Valladolid, es decir, que el dinero cobrado por las cartillas se invertía en las
EL CANÓNIGO
VALLISOLETANO
ENCARGADO DE LAS
CARTILLAS ENVIÓ A CÁDIZ A
UN “DILIGENCIERO” PARA
BUSCAR CARTILLAS FALSAS
con el librero Antonio Almenara especificaba que debía “poner estanco de cartillas en
la dicha çiudad de Seuilla para vender en
ella y su arçobispado y en los dichos obispados de Córdoba, Badaxoz, Málaga y Cádiz”.
La apertura de otros estancos en Córdoba,
Granada, Jaén o Cádiz fragmentó las áreas
de distribución entre diversos estanqueros,
AH
ENE
2010
89
A N D A L U C Í A
E N
S U S
D O C U M E N T O S
Grabado que representa una
escuela, fechado hacia 1610 y
recogido en la obra sobre los
grabados holandeses
recopilada por Adam von
Bartsch a finales del XIX.
galidad llevaban la firma de un canónigo
vallisoletano y la del estanquero sevillano.
AH
Esto podía solucionar la carencia de textos
ENE
2010
La distribución al por menor a través de ca-
educativos en muchos pueblos andaluces.
nales muy diversificados facilitó la difusión
de cartillas legales, pero también creo una
90
red de distribución de las falsificadas. Los
buhoneros fueron una pieza clave de estas
tramas, con su cajón lleno de mercerías, estampas y libros de entretenimiento facilitaron la circulación a través de las rutas y caminos andaluces. Llegaban fácilmente a las
posadas, las romerías y las ferias con su carga de librillos, papeles impresos, estampas
y cartillas.
LEER Y FORMARSE. La apertura de estancos y la venta de cartillas en varias ciudades
andaluzas delata algunas mejoras en la red
de distribución, pero puede resultar también un indicador de la generalización del
aprendizaje de los primeros rudimentos de
la lectura. Esto resulta clave, pues el increaunque no siempre funcionaron bien y fue-
taba formada por un cuaderno con ocho ho-
mento del consumo ayudaría a entender la
ron una fuente de quebraderos de cabeza pa-
jas (16 páginas) impreso en un pliego. Estas
proliferación de estudiantes en el mundo
ra el canónigo administrador en Valladolid.
20 resmas contenían en total 10.000 carti-
moderno. El éxito de la venta de cartillas
Una de las finalidades del envío de grandes
llas, de las cuales quedaban únicamente por
ofrece pistas seguras sobre la más que pro-
cantidades de cartillas a Sevilla (y luego a
vender 3 resmas (1.500 cartillas).
bable expansión del acceso a la lectura, o al
Cádiz en el siglo XVIII) era que “uno de los di-
En muchos lugares sin estanco ni librerí-
menos, a los principios básicos de reconoci-
chos mayores consumos de las expresadas
as, las cartillas se distribuían en tiendas o a
miento gráfico de las letras en el mundo
cartillas” era el “embarque de ellas para la
través de vendedores ambulantes. En Mála-
moderno. Este fenómeno revela un mundo
América”, como comentaba el prior Simón
ga y otras ciudades sin estancos de cartillas
cultural ligado al producto impreso e impli-
Gómez Gaioso en 1780 en carta al Ministro
algunos especieros y merceros vendían car-
cado en la interpretación del mundo a través
de Indias.
tillas en sus tiendas. Para garantizar su le-
de los saberes contenidos en los libros, o
bien en los innumerables carteles, pasqui-
A otros lugares sin estanco llegaron car-
nes y relaciones de noticias.
tillas que se distribuyeron ocasionalmente.
Francisco García de Velasco, vecino de Baeza
En todo caso, el hombre tipográfico, li-
y mercader de libros, escribía desde Baeza el
gado estrechamente a la imprenta, comien-
2 de agosto de 1621 a Valladolid una carta para el canónigo Roque de Osma avisándole
del envío de “80 ducados de las veinte resmas de cartillas aunque no están todas gastadas que todavía quedan dos o tres resmas”. Una resma estaba compuesta de quinientos pliegos de papel. Y cada cartilla es-
LAS ESCENAS ESCOLARES
CONTENIDAS EN GRABADOS
MUESTRAN ESTE USO
EXTENDIDO DE CARTILLAS Y
OTROS TEXTOS “PARA
NIÑOS” EN EL APRENDIZAJE
za a perfilarse como un consumidor temprano de impresos. Las escenas escolares contenidas en grabados muestran este uso extendido de cartillas y otros textos “para niños”
en el aprendizaje.
De hecho, no había unos libros de texto
como hoy los entendemos, de tal manera
A N D A L U C Í A
E N
S U S
D O C U M E N T O S
Cuentas de 1627 de la Catedral
de Valladolid en la que se anota
el envío a Sevilla de 180 resmas
de cartillas (de un total de 590
impresas ese año), esto es, se
remitieron 90.000 ejemplares.
que algunos textos generalizados en la denominada literatura de cordel podían reci-
AH
bir la etiqueta de libros para enseñar a leer. Otros textos podían acompañar este
ENE
2010
aprendizaje inicial, como los Castigos y
ejemplos de Catón, un breve texto en verso
traducido del latín al castellano. Catón re-
91
comendaba a su hijo que leyera “muchos
libros”, entre otros muchos consejos breves a modo de recomendaciones éticas, y
sobre todo, que “lo que leyeres, haz que
bien lo entiendas”.
PLACER Y MIEDO. En algunos casos los libreros tenían en sus tiendas Libros de Carlomano para niños o el Clamades para niños.
Este último cuenta una historia caballeresca que incluye un caballo de madera volador que recuerda al Clavileño cervantino.
En todo caso, el mundo de la literatura que
podían entrever no siempre quedaba compensado.
En ocasiones, los recuerdos de algunos
alumnos muestran más bien el temor que
el placer por la lectura. Alguien tan procli-
chacho en estos libros devotos, y huygan
es sementera abundante de la santidad”.
ve a los libros como Diego Torres Villarro-
de los profanos”, ya que “lo que en la niñez
El resultado era una pedagogía ruda que re-
el, criado entre libros en la tienda de su
se lee, es caso muy llano, se suele quedar
curría al miedo al castigo físico o, en su ca-
padre, recordaba sus cinco años como el
impreso” (Tercera parte de romances espiri-
so, al miedo a las penas del infierno, ba-
momento en que los padres le pusieron “la
tuales, Cádiz, 1699). Es una constante en
sándose en el principio de que “la doctrina
cartilla en la mano y con ella me clavaron
los autores eclesiásticos insistir en este as-
en los pocos años es sello que se imprime
en el corazón el miedo al maestro”, con lo
pecto. Para el jesuita Francisco Nuñez de
en cera blanda, y se conserva impresa por
que su buena crianza a base de azotes le
Cepeda “la educación virtuosa de la niñez,
muchos siglos”.
hacía decir que “pagué con las nalgas el sa-
Los contenidos de las cartillas fueron
ber leer y con muchos sopapos y palmetas
acordes a estas ideas al incorporar textos
el saber escribir”. Lejos quedaba esa imagen idílica que Juan Interián de Ayala re-
Más información
cogía en su libro El pintor cristiano (1782) de
una “Beatísima Virgen enseñando á dele-
católicos básicos, como al Padre Nuestro,
el Ave María o la Salve, al igual que los artículos de la fe y el orden para ayudar a
■ Resines, Luis
misa. La huella del Concilio de Trento se
trear en una cartilla al Niño Jesús aun pe-
La catedral de papel: historia de las cartillas
reflejó en este texto convertido en pieza
queñito”.
de Valladolid.
clave del aprendizaje, al incluir los sabe-
Dip. Valladolid, Valladolid, 2007.
res básicos de un cristiano.
La cartilla fue propuesta como el primer paso del aprendizaje del buen cristia-
■ Infantes, Víctor; Martínez Pereira, M.
no. Este argumento se desarrollaba en los
De las primeras letras. Cartillas españolas
mer eslabón de las lecturas de muchos an-
libros devotos, contrarios a los profanos.
para enseñar a leer del siglo XVII y XVIII.
daluces durante toda la Edad Moderna,
El capuchino Fr. Feliciano de Sevilla reco-
Un. Salamanca, Salamanca, 2003.
un peldaño necesario para enriquecer los
mendaba “que se enseñe a leer todo mu-
La cartilla fue, en gran medida, el pri-
intereses lectores. ■
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O
S
Los niños, la guerra
y el exilio
de un impresionante listado de
teriales de escritura, prácticas de
apostó
instituciones llevada a cabo por
conservación, etc.
desde mucho antes de
Verónica Sierra, nos ofrece ese fi-
Palabras Huérfanas es, ade-
iniciar el andamiaje de
lón que permanecía poco explo-
más, un libro agradable a las
lo que sería su tesis doctoral por
tado como son las huellas escri-
manos. Su limpia y cuidada edi-
recuperar estas voces olvidadas,
tas de la infancia. Tras la Guerra,
ción incorpora una profusa se-
certeros representantes menores
el penoso exilio, la angustiosa
lección de imágenes a todo color
en edad, mayores en intensidad
huida y el desarraigo temporal o,
en sus páginas centrales y no se
de los llamados por Antonio Cas-
como en el caso de algunos Niños
han escatimado esfuerzos para
tillo de forma gráfica y esclarece-
de Rusia, para siempre. De aque-
acercar el contenido al lector de
dora “los de abajo”. Antes de lle-
llas circunstancias personales se
AH
gar a estas cuatrocientas cin-
derivaron numerosos testimo-
ENERO
2010
cuenta páginas de cuidada inves-
nios que, como en tantas otras
tigación y esmeradísima redac-
ocasiones en la Historia, consti-
ción, la autora ha demostrado
tuyeron los finos pero resistentes
sobradamente su madurez como
hilos que unían corazones en la
personalísima manera que es el
investigadora y reconocida ex-
distancia.
estilo de los autores ya consagra-
DIEGO NAVARRO BONILLA
V
Sierra
una forma amena, didáctica e,
Verónica Sierra Blas.
Palabras huérfanas: los niños y
la Guerra Civil.
Madrid, Taurus, 2009. 456
págs.
incluso me atrevería a decir, casi
poética. Porque, para concluir,
en toda la escritura de Verónica
Sierra subyace una singular y
perta en Historia Social de la Cul-
Este libro no olvida un aspecto
dos que además tuvieron la for-
tura Escrita en el seno del Semi-
tan apenas tratado en España
tuna de formarse entre los mejo-
nario Interdisciplinar de Estu-
desde la óptica que ocupa y preo-
res maestros. En él se conjuga el
dios sobre Cultura Escrita (Uni-
cupa a Verónica Sierra. Me refie-
rigor de la investigación con la
versidad de Alcalá de Henares).
ro a la grafopsicología infantil.
pulcritud
Sus numerosas contribuciones a
Este apartado constituye un pun-
siempre teñida de una amable
congresos internacionales y su
to de partida muy prometedor
mirada sobre el objeto de estu-
formación con los principales ex-
para determinar las característi-
dio. El cariño que siente la doc-
pertos (Chartier, Botrell, Petruc-
cas del estudio formal de escritu-
tora Sierra por todo lo que estu-
ci entre otros), consolidan su au-
ras y dibujos infantiles de otros
dia se traslada a la pluma y a la
toridad.
lugares, tiempos y contextos:
hoja, ofreciéndonos un ejercicio
Como nos dice la autora en el
sentido y uso del color, soportes
de lectura realmente placentero,
prólogo, este libro trata de niños
de escritura, tipos de tinta y ma-
en fondo y en forma.
de
la
exposición,
(unos 30.000), de la guerra, del
exilio y de cómo el paso del tiempo ha hecho posible recuperar la
memoria de aquella época gracias a los testimonios y recuerdos
de quienes vivieron en una España en guerra. Es también un estudio de tipologías documentales que podríamos enmarcar en
el conjunto de testimonios escritos de la llamada “memoria caliente”, llena de emoción y sentimiento frente a la “memoria
fría” de la burocracia administrativa o la prosa notarial. Así,
las cartas enviadas por los niños
desde el exilio a sus familias,
cartas de súplica, diarios, memorias, postales, dibujos muy
dispares, libros de escuela, etc.,
constituyen la muestra representativa.
Frente a lo efímero de los trazos infantiles, la paciente búsqueda por archivos y bibliotecas
Dibujos de los Niños de la Guerra. Biblioteca Nacional
92
erónica
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Tolerancias e intolerancias
JOSÉ LUIS BETRÁN MOYA
de finales del siglo XVII a movi-
cía Cárcel y Manuel Moreno Alonso
C
ontra el hereje, el desvia-
mientos como el de los “novatores”
analizan el exilio ilustrado y liberal
do, el sospechoso o el dife-
(José Pardo Tomás).
hispánico de los últimos años del
rente, la historia española
Con el significativo título de “El
siglo XVIII y primeros del XIX, todos
se ha caracterizado por el signo de
precio del Cielo”, la tercera parte
ellos con sus visiones múltiples de
la intolerancia, de su exclusión to-
desplaza la atención de los colecti-
la realidad española que ansiaban
tal del consorcio civil y de las leyes
vos a los individuos, enfrentados
transformar desde sus refugios
comunes.
éstos al examen de sus propias con-
franceses o ingleses.
La obra, editada por el Servicio
ciencias, a la enfermedad del es-
Por último, José Luis Casas Sán-
de Publicaciones de la Universidad
crúpulo, del pecado y que llevó a
chez estudia los sueños del republi-
de Huelva y coordinada por el pro-
numerosas órdenes religiosas, en-
fesor de la Universidad de Córdoba
tre ellas la Compañía de Jesús, a
Manuel Peña Díaz, se divide en
emprender una importante labor
cinco partes. La primera está dedi-
misional en el seno de la vieja Eu-
cada a los exilios religiosos de la
ropa (Antonio Luis Cortés Peña).
Manuel Peña Díaz (ed).
Las Españas que (no) pudieron
ser. Herejías, exilios y otras
conciencias (s. XVI-XX).
Universidad de Huelva,
Huelva, 2009, 180 págs.
canismo español por adaptar los
métodos e ideas del liberalismo europeo de la época y Antonio Barragán Moraína hace lo propio con la
ideología nacional católica en su
primera Edad Moderna, las que
El debate encendido entre el ri-
tránsito de la Segunda República a
afectaron a judíos y protestantes
gorismo y el laxismo, este último
las primeras etapas del franquis-
(Doris Moreno Martínez) o cómo
defendido por buena parte de los te-
mo.
fueron interpretadas ya en el siglo
ólogos jesuitas a través del probabi-
XX por don Américo Castro (Juan
lismo, recorrió buena parte de las
Ignacio Pulido Serrano).
centurias modernas y se convirtió
En definitiva, Las Españas que
(no) pudieron ser. Herejías, exilios
y otras conciencias (s. XVI-XX) es
una excelente obra para estimular
la reflexión del lector sobre aspectos
claves de nuestra historia: la intolerancia como constante, la tolerancia como variante, o lo que es lo
mismo, la historia española entre
el consenso y la represión.
En la segunda, se analiza la im-
en el eje de un debate moral más
portancia que tuvo en la “altera-
profundo sobre la tolerancia y el en-
ción de la paz social” la escritura
cuentro del hombre con su libertad
panfletaria y su censura en la Espa-
(Teófanes Egido López).
ña del Siglo de Oro (Antonio Casti-
Las dos últimas partes del libro
llo Gómez) o en las disputas que
se centran en el periodo contempo-
afectaron en el mundo académico
ráneo. En la primera, Ricardo Gar-
Sevilla antes de la Guerra Civil
LEANDRO ÁLVAREZ REY
de las dos Españas. Sevilla antes de la
A
Guerra Civil.
pesar de lo mucho publi-
Un ensayo pues interesante, en
ocasiones polémico, cargado de su-
cado sobre la Sevilla ante-
Lo que nos ofrece el autor es un
gerencias y que obviamente tras-
rior a la Guerra Civil, re-
brillante ensayo acerca del papel
ciende del espacio sevillano, pues el
sulta evidente que aún quedan par-
que las distintas clases y grupos so-
esquema y el andamiaje teórico so-
celas de esa historia por rotular. Lo
ciales ejercieron en la historia de la
bre el que descansa podría ser apli-
mismo cabría decir de las interpre-
ciudad antes de 1936. Dicho de otra
cado, quizás sin demasiadas difi-
taciones acerca de las causas que es-
manera, lo que nos plantea Carlos
cultades, a ámbitos geográficos
tuvieron detrás de esa compleja si-
Arenas es una aproximación y una
tuación que se vivió en los años re-
reflexión sobre esa lucha por el po-
publicanos, los previos a aquél gol-
der entablada en el seno de la socie-
pe que desembocó en Guerra Civil.
dad sevillana en las décadas ante-
más extensos. Un libro breve —de
Carlos Arenas Posadas.
Una de las dos Españas. Sevilla
antes de la Guerra Civil.
Mergablum, Sevilla 2009,
138 págs.
138 páginas, articuladas en nueve
capítulos—, cuya densidad dificulta a veces la pretensión del autor de
ofrecernos un ensayo de ágil y fácil
Entre los historiadores que con
riores a la Guerra Civil, principal-
más rigor han abordado el estudio
mente desde una perspectiva so-
lectura. Pienso que esta obra, car-
de esa Sevilla figura, sin lugar a
cio-económica.
gada de referencias a datos, análi-
dudas, Carlos Arenas. A él se de-
Una “pre-guerra”, por denomi-
sis y perspectivas de diversas cien-
ben, entre otras aportaciones, dos
narla de algún modo, donde desde
cias sociales, requiere por parte del
trabajos fundamentales: La Sevi-
comienzos del siglo XX la balanza
lector un conocimiento previo de la
lla inerme (1992) y Sevilla y el Estado:
fue inclinándose del bando de los
historia que el autor interpreta. Y
una perspectiva local de la formación
sectores más oligárquicos, res-
exige, como todos los buenos li-
del capitalismo en España (1995).
ponsables, según el autor, del
bros, un doble ejercicio de lectura:
Ambas investigaciones, junto a la
atraso de la ciudad y del fracaso de
una de corrido, que la brevedad del
bibliografía aparecida en los últi-
unas iniciativas modernizadoras
texto permite; y otra más atenta y
mos años, constituyen la arma-
que, de prosperar, hubieran cam-
pausada, que el interés de lo que en
zón de esta nueva obra, publicada
biado la faz y el carácter de la so-
él se analiza, sin duda, demanda y
con el machadiano título de Una
ciedad local.
reclama.
AH
ENERO
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Un masón en un mundo adverso
AH
ENERO
2010
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MANUEL MORENO ALONSO
mente su instalación en Alájar, y
de su adolescencia y juventud
D
que además era ¡antepasado mío!
hasta la Guerra Civil y su poste-
e joven tuve el grandísi-
rior vida en Alájar.
mo privilegio de conocer
Mucho le oí hablar de su ads-
y tratar en su chalet de
cripción a la Masonería en la lo-
En páginas que parecen escri-
Alájar, bajo la balconada natural
gia joven de Andalucía con el
tas con el corazón, se acierta al
de la Peña de Arias Montano, a
nombre simbólico de Gambetta,
evocar el personaje año tras año,
Don Antonio Alonso Vital. Incluso
y de su admirado Martínez Ba-
desgranando casi los días, con un
me atreví años después a publicar
rrio, a quien se refería siempre
rigor y una veracidad plenamente
una semblanza suya en Tierras del
llamándole “Don Diego”. Su caso
conseguida. En un esfuerzo nota-
Sur.
fue por encima de todo el de un
ble por captar su biografía, su autora ha sabido bucear en libros y
En innumerables conversacio-
hombre bueno que sufrió en sus
nes, durante tantas tardes de ve-
carnes la barbarie de la Guerra Ci-
rano, me habló de su juventud, de
vil y de la posguerra. Por todo
sus amigos sevillanos, desde el
ello, por la reconstrucción de este
doctor Brioude hasta Mario Roso
mundo a través de un hombre au-
de Luna, pasando por el “asceta
téntico, tanto me ha gustado el
Luis” —fotografiado en el libro—,
presente libro que tan bien ha sa-
dad que, en un mundo adverso, a
a cuya sugerencia debió precisa-
bido reconstruir su biografía des-
él le trajo liberación, paz y amor.
Mª Isabel Cintas Guillén
Alájar, alhaja. Biografía de
Antonio Alonso Vital, teósofo y
masón sevillano (1891-1984)..
Sevilla, Aula para la
recuperación de la
Memoria Histórica,
Sevilla , 2009, 211 págs.
periódicos de época, en su correspondencia y en archivos de amigos para hacernos vivir a un hombre cuya preocupación fundamental fue la búsqueda de la ver-
Monopolio y rebelión en las minas del Alto Guadiato
JUAN MANUEL PÉREZ LÓPEZ
nios de toda una comarca de Córdo-
suficientemente estudiadas; y aún
D
esde su título el autor rea-
ba, el Alto Guadiato, fueron dicta-
menos la conflictividad que surgió
liza una declaración de
minados desde la Place Vendôme 12
con la implantación de métodos de
intenciones y, evocando
de París, sede social de la SMMP.
trabajo coercitivos por parte de la
las luchas que mantuvo Esteban
La historia económica de este
empresa monopolística SMMP. Por
Lantier en la huelga de mineros en
emporio empresarial había sido
ello, es muy pertinente la publica-
Francia en 1860, nos centra en la te-
profusamente tratada por muchos
ción de esta obra que ha venido a
mática del libro: la reconstrucción
historiadores, desde que en 1978
llenar este vacío historiográfico.
histórica de los conflictos sociales
abriera el camino Jordi Nadal, con
En el segundo apartado, el vo-
que se produjeron en las minas de
la publicación de su trabajo Peñarro-
lumen analiza el proceso de cons-
carbón del Alto Guadiato.
ya, una multinacional de nombre espa-
Manuel A. García Parody
El Germinal del sur. Conflictos
mineros en el Alto Guadiato
(1881-1936).
Centro de Estudios
Andaluces. Sevilla, 2009,
268 págs.
titución del sindicalismo minero,
mientras que en el tercero el au-
La obra está estructurada en tres
ñol. Sin embargo, en cuanto a los
apartados. El primero recorre el ori-
estudios de carácter social el pano-
gen y la trayectoria de la Société Mi-
rama era deficitario, ya que las rela-
nière et Métallurgique de Peñarro-
ciones sociales que emanaron entre
ya (SMMP). Y es que, desde 1881 y
la compañía y los trabajadores que
mente a través de la investigación
durante varias décadas, los desig-
llegaron en aluvión no habían sido
de fuentes hemerográficas.
tor ofrece una exhaustiva reconstrucción de las huelgas que estallaron entre 1891 y 1936, fundamental-
Un texto inédito sobre el rey Don Rodrigo
Los autores son mucho más que
licos de la obra, así como una fabu-
l amante de la Historia dis-
editores. Beben en las fuentes de la
losa guía de reflexión, más que de
tingue una pequeña joya
Crónica General, reproducida hasta
lectura, con cincuenta preguntas y
cuando cae en sus manos.
la saciedad, para ofrecer un texto
propuestas que bien pueden y de-
Así ocurre en este caso, con una obra
inédito, la traducción desde el ori-
ben hacerse alumnos adolescentes.
de vocación didáctica. Propia de Oc-
ginal portugués de la Crónica. Ésta
Este episodio, fundamental pa-
taedro, editorial especializada en
añade a la versión clásica elemen-
ra la Historia de España y de Anda-
textos educativos presentados con
tos novedosos, como la figura de
lucía, al franquear la invasión ára-
pulcritud. Este título, de su “biblio-
Costa, el carácter usurpador de Ro-
be a comienzos del siglo VIII, goza
teca básica”, aborda el tema clásico
drigo, las descripciones de la Casa
en esta edición de un vigoroso rit-
de la “pérdida de España”, en el mar-
de Hércules, diversos relatos de don
co del poder visigodo fragmentado y
Julián o el llanto de Rodrigo al mo-
el veloz avance del Islam. Aquellos
rir su sobrino.
M. L. LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ
E
acontecimientos del siglo VIII des-
Incluye un breve pero magistral
pertaron pronto el interés narrativo,
estudio introductorio sobre el fon-
cargado de providencialismo y mar-
do histórico del suceso, su conver-
cado por la subjetividad.
sión en leyenda y los valores simbó-
mo narrativo, de atractiva lectura,
José Pallarés Moreno y
Mª. Ángeles Pérez Rubio
La leyenda del rey don Rodrigo
(Crónica General de España de
1344).
Octaedro, Barcelona,
2009, 86 págs.
con una espléndida caracterización
de personajes, que no se representan como estereotipos puros del
bien y el mal, sino que muestran en
todo momento sus íntimas contradicciones.
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Historia social de la elite granadina
SANTIAGO OTERO MONDÉJAR
sante análisis social de las principa-
ta divulgación en una referencia
E
l profesor de Historia Mo-
les familias granadinas, integrán-
obligada para aquellas personas in-
derna por la Universidad de
dolas en diversas categorías, según
teresadas en las familias del reino
Córdoba Enrique Soria Me-
su origen social: judeoconversos,
de Granada de más alta cuna.
sa nos vuelve a sorprender con el
moriscos, labradores ricos, señores
Supone, además, una novedad
lanzamiento de su último libro Li-
de vasallos, élites urbanas, merca-
en el planteamiento historiográfi-
najes granadinos, tan sólo un año
deres, genoveses, etc. El libro con-
co, no sólo por el estudio de carácter
después de la publicación de su obra
tiene multitud de ejemplos detalla-
meramente genealógico, sino por
La nobleza en la España moderna:
dos y territorialmente dispersos de
su espléndido análisis social, muy
cambio y continuidad, continuando
la fundación, desarrollo y, en algu-
difícil de conjugar en ediciones de
así su labor en el estudio de la noble-
nos casos, extinción de los linajes
este tipo.
za en la Monarquía Hispánica du-
granadinos.
rante los siglos XV al XVIII.
La utilización de la genealogía
Falsificaciones genealógicas, asEnrique Soria Mesa
Linajes granadinos.
Diputación Provincial de
Granada. Granada. 2008.
124 págs.
censo social, obtención de hidalguías, venta de oficios, endogamia,
Como máximo experto en el es-
como instrumento de análisis his-
tudio de la nobleza castellana, espe-
tórico es la base sobre la que el autor
cialmente la del reino de Granada,
fundamenta toda una intrincada
Soria Mesa muestra en su nueva
historia de la élite nobiliaria grana-
descubrir el fascinante mundo de la
obra un resumido pero muy intere-
dina, convirtiendo a esta obra de al-
intrahistoria de la elite granadina.
corrupción… todos estos elementos
serán utilizados por Soria Mesa para
Las Españas de Don Antonio
de la infinita variedad de las regiones
nández, gran conocedor del XVIII es-
C
uando en 1985, en el trans-
españolas, cada una con su personali-
pañol y de la obra y figura de Domín-
curso de una entrevista, el
dad y sus características propias, pero
guez Ortiz. Sus páginas constituyen la
hispanista Peter Bakewell
sin perder nunca de vista al conjunto
mejor biografía (que yo conozca) del
preguntó a Domínguez Ortiz por el
de la nación. Unas páginas en las que,
gran historiador sevillano, y en ellas
trabajo del que se sentía más orgullo-
más allá de la estadística, se mezcla el
se analizan con rigor y amenidad su
so, don Antonio consideró su Sociedad
análisis del componente humano,
trayectoria biográfica e intelectual, su
y Estado en el siglo XVIII español (1976)
institucional e incluso paisajístico, pa-
apuesta por la historia social en el es-
como el más original entre los suyos, y
ra hacer de ellas un fresco delicioso de
tudio de los más marginados (moris-
destacó muy especialmente su apar-
las Españas del Antiguo Régimen, en
cos, judeoconversos) y también de las
tado central, que tituló Mosaico espa-
el que se perciben muchos rasgos que
ñol, páginas que gozan de autonomía
propia y que Urgoiti Editores ha publicado muy oportunamente de forma
independiente.
Se trata de un trabajo pionero de
historia regional, una visión sintética
han llegado hasta nuestros días.
colección “Historiadores” de Urgoiti,
el texto de don Antonio viene precedi-
ENERO
2010
95
JUAN LÓPEZ TABAR
Como corresponde a los libros de la
AH
élites gobernantes, y su constante deAntonio Domínguez
Ortiz
El mosaico español.
Urgoiti Editores,
Pamplona, 2009, XCIV +
194 págs.
dicación a la historia de su Andalucía
natal a través de numerosos escritos.
Una vez más, debemos felicitarnos
por este nuevo “rescate” de la editorial
do por un extenso estudio preliminar
pamplonica, que contribuye a mante-
(de 94 págs.) a cargo de Roberto Fer-
ner viva la memoria del maestro.
Qué fue de los bienes religiosos desamortizados
JAIME GARCÍA BERNAL
estudio tan fragmentario. Por eso
que intervinieron en su ejecución,
a desamortización urbana,
L
recibimos con gratitud la nueva pu-
además de un seguimiento nove-
certeramente estudiada por
blicación de Manuel Antonio Ra-
doso de las tareas de inventariado
Rueda Hernández, cambió el
mos Suárez, perito investigador del
de los fondos artísticos y bibliográ-
paisaje de la ciudad española que
patrimonio cultural andaluz que
ficos de estas instituciones que, co-
dejó de ser villa conventual para
firma aquí su obra más completa.
mo demuestra el autor, no escapa-
convertirse en esa urbe acompleja-
Detrás de la modestia del título
ron al fraude, la codicia y el lucro
da, con aspiraciones de moderni-
que, por honestidad, el autor ha
de los marchantes extranjeros. A
dad no consumadas y heridas urba-
querido ceñir a la villa señorial de
nísticas mal cosidas que heredó el
Marchena, se encierra un estudio
siglo XX. Conocemos mucho peor,
concienzudo del impacto de la le-
en cambio, los efectos de este trau-
gislación desamortizadora sobre
mático proceso sobre el patrimonio
los bienes culturales que formaban
cultural de las comunidades reli-
el rico patrimonio de las órdenes
giosas, pues si exceptuamos los tra-
religiosas, un análisis de las difi-
fue labrando la idea de un patrimo-
bajos pioneros de Gaya Nuño, pocos
cultades que tuvo su aplicación en
nio colectivo encaminado a preser-
se han internado en un campo de
la diócesis de Sevilla, de los agentes
var la memoria de la nación.
río revuelto... fueron muchos los
Manuel Antonio Ramos
Suárez.
Patrimonio cultural y
desamortización. Marchena,
1798-1901.
Diputación de Sevilla,
Sevilla, 2008. 457 págs.
particulares que obtuvieron pingües beneficios, a veces, con el
consentimiento de las autoridades. Aunque también es cierto que,
en medio de estas vicisitudes, se
Publicaciones del Centro de Estudios Andaluces
‘Andalucía en la Historia’ es una más de las publicaciones que edita el Centro de Estudios Andaluces, en su compromiso con la investigación y la divulgación de conocimientos de carácter histórico y andaluz. Por eso queremos
ofrecer a nuestros lectores en este espacio una breve muestra de nuestro catálogo, seleccionando aquellos títulos
que más puedan interesales. Para la adquisición de cualquiera de nuestras publicaciones puede ponerse en contacto con el departamento de Publicaciones, bien vía teléfono en el 955 055 210, o mediante correo electrónico a
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MANUEL Á. GARCÍA PARODY
Andalucía, la imagen
LEANDRO ÁLVAREZ REY
D. FLORIDO, J. L. GUTIÉRREZ
El Germinal del sur. Conflictos mineros
cartográfica. De la Antigüedad a
Diputados por Andalucía en la II
Y B. ROCA.
en el Alto Guadiato (1881-1936)
nuestros días
República 1931-1939. Diccionario
El pueblo en la calle.
Biográfico. Tomo I.
El Germinal del sur, título que
Catálogo de la exposición del
parafrasea la obra Germinal de Emile
mismo nombre que recoge una
Leandro Álvarez Rey aporta una
El volumen se centra en el
episodio de resistencia obrera a
Zola en la que se narraba la vida de
selección de las principales piezas
particular revisión del periodo
la reconversión naval sucedido
un líder minero que dirigió las
cartográficas sobre el territorio
histórico que ocupó la II
en el astillero de Puerto Real en
luchas de los trabajadores de este
andaluz, desde una óptica
República, entre 1931 y 1939,
1987. A través de los numerosos
sector en el país vecino, propone
cronológica. La obra ofrece una
desde la reivindicación del
documentos analizados y de las
una revisión histórica de las luchas
visión global sobre cómo ha
conocimiento de quienes
narraciones biográficas de
obreras en el sector de la minería en
evolucionado la representación
integraron la élite política que
personajes asistimos al agitado
Córdoba , durante el último tercio
cartográfica de Andalucía a lo
representó a Andalucía en las
mundo de la arena sindical de
del siglo XIX y primeras décadas del
largo de los siglos.
Cortes republicanas.
esos años.
86 págs.
Rústica con solapas
PVP: 15 euros.
655 págs.
Cartoné
PVP: 40 euros.
202 págs.
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PVP: 18 euros.
SALVADOR RODRÍGUEZ Y
ANTONIO NARBONA (COORD).
JAVIER HERNÁNDEZ
ENRIQUE OTTE SANDER
CLARA MACÍAS (COORD.)
La identidad lingüística de
RAMÍREZ
Sevilla, siglo XVI: Materiales
El fin del campesinado
Andalucía
La imagen de Andalucía
para su historia económica
XX.
268 págs.
Rústica con solapas
PVP: 18 euros.
en el turismo
La sociedad campesina se ha
El conocimiento de las hablas
transformado en el último tercio
andaluzas se ha proyectado
El estudio analiza la evolución de
Esta obra es un homenaje a
Enrique Otte, historiador
del siglo XX y, finalmente, ha
escasamente en la sociedad. Una
los discursos promocionales de
singular y alumno destacado de
desaparecido como forma de
de las consecuencias de este hecho
Andalucía como destino
Ramón Carande, que dedicó toda
cultura en el XXI. Sólo una
ha sido la propagación de una
turístico, elaborados por el sector
su labor investigadora a la Sevilla
pequeña proporción de
serie de estereotipos que han
público, desde 1928 hasta
del siglo XVI. Por ello, esta obra
ciudadanos de Occidente vive
fomentado una imagen del
nuestros días. Un discurso que
reune su última investigación,
hoy del campo. La cultura rural
andaluz alejada de la realidad.
hoy día basa su estrategia en
junto con el inventario de su
se ha modificado: los campesinos
Este libro pretende arrojar luz
crear una imagen unitaria bajo la
fondo documental, y una breve
son productores o empresarios.
sobre este controvertido tema.
marca de Andalucía.
biografía y bibliografía.
310 págs.
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385 págs.
Rústica con solapas
PVP: 18 euros.
240 págs.
Rústica con solapas
PVP: 10 euros
376 págs.
Rústica con solapas (incluye CD-ROM).
PVP: 30 euros.
A
V
A
N
C
E
Dosier: La novena provincia. Andaluces en Cataluña
La emigración andaluza hacia Cataluña ha sido uno
de los fenómenos más relevantes presentados por la
demografía española del siglo XX. Tal vez
exageradamente —pero valga la expresión como
ilustración de la importancia del hecho— alguien
acuñó el apelativo de la novena provincia andaluza
Castillos y fortalezas
para referirse a la Cataluña de los años finales del
En la singular apuesta de Andalucía
franquismo e iniciales del actual período
en la Historia por hacer un recorrido
por los castillos de origen medieval
de Andalucía, le toca el turno a las
fortificaciones de la provincia
gaditana. La profesora de la
Universidad de Cádiz Rosario
Fresnadillo es la encargada de la
séptima y penúltima entrega de
esta serie.
democrático. El dosier, coordinado por el profesor de
la Universidad Autónoma de Barcelona Martí Marín,
analiza las cifras, los lugares, las asociaciones y los
personajes de esta realidad aún viva. A caballo entre
el pasado y el presente, un nutrido grupo de
investigadores ofrece en estas páginas una
panorámica de los estudios recientes y en curso sobre
la presencia de la emigración andaluza en Cataluña.
AH
ENERO
2010
Los almacenes municipales de grano
Andalucía poseía la red más amplia de
dado que la debilidad del comercio, el escaso
graneros públicos de toda la monarquía
rendimiento de las cosechas o las
española. Este legado de época medieval se
inclemencias del tiempo provocaban
consolidó en el Antiguo Régimen por el
recurrentes crisis de subsistencia. La
carácter benéfico y por el control de las
propagación de estas instituciones fue con
oligarquías locales de esta institución. La
tanta rapidez y pujanza que, a finales del XVI,
sociedad confiaba en el trigo la supervivencia, sumaban cerca de doce mil en todo el país.
La Camacha, entre bruja y hechicera
Leonor Rodríguez, conocida como “la
hablaba de sus poderes: “si pensáis que me
Camacha”, fue procesada por la Inquisición han de llevar a la Inquisición, también me
en pleno siglo XVI. Hechicera ambiciosa
libraré de ella como libré a mi hijo de la
como ninguna, vivió en Montilla y allí
cárcel de Granada”. A pesar de lo que se
llevó a cabo sus más prodigiosos conjuros.
pueda pensar, la brujería no fue duramente
Su reconocida fama en el oficio se debió a
castigada en España, de modo que la
la soberbia que prestaba al mundo cuando
Camacha no ardió en la hoguera.
¿Qué ciudad es la verdadera cuna del liberalismo?
En el imaginario colectivo ha permanecido
Alonso, profesor de la Universidad de
la idea de que la nueva nación española
Sevilla, y Gonzalo Butrón Prida, de la
surgió en el Cádiz de las Cortes de 1812.
Universidad de Cádiz, debaten en la
Pero en realidad esto no es así de simple.
sección más polémica de AH —Viento del
Cuando se acerca la celebración del
Este y del Oeste— sobre cuál de las dos
segundo centenario de la promulgación de
ciudades debe ser considerada la verdadera
La Pepa, dos expertos, Manuel Moreno
cuna del liberalismo.
Consignas para reeducar a las mujeres
Esposa, madre y educadora de los hijos de la desempeñar esa labor. En Sevilla la Junta
Patria, esa era la razón de ser de las mujeres Provincial del Patronato definiría, a
españolas en la nueva sociedad franquista.
principio de los años 50, la situación de la
Papel que exigía una moral y una conducta
moralidad como “bastante relajada”. Los
intachables. El Patronato de Protección a la
cines y los bailes fueron señalados por este
Mujer fue una de las principales
organismo como “nocivos” para la salud
instituciones creadas por el Estado para
moral de las mujeres jóvenes.
97
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