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NOTICIAS BIOGRÁTICAS ACERCA DE PLATÓN.
Los documentos auténticos sobre la vida de Platón se
reducen á los cuatro siguientes: 1.° Diógenes Laercio,
libro III; 2.° Apuleyo, preámbulo del libro I. De dogmate
Platonis; 3." Olimpiodoro, en su comentario sobre el Pri'omT Alcibiades; y 4.°, un fragmento anónimo publicado
por la primera vez por Heeren, y que no difiere mucho de
la biografía de Olimpiodoro.
De estos cuatro documentos, el más antiguo, el más
atendible, el más extenso, y el que quizá ha servido de
base á todos los demás, es la biografía de Diógenes Laercio. Le seguiremos fielmente, completándolo sobre algunos puntos con las indicaciones tomadas de los otros tres
biógrafos.
Platón de Atenas, dic* Diógenes Laercio, era hijo de
Afiston; su madre, Perictiona ó Potona, descendía de
Solón, por ürópides, hermano del legislador y padre-de
Critias, ^ e tuvo por hijo á Calleschrus. De este último
nació Critias, uno de los treinta tiranos, y Glaucon; de
Glaucon,Carmides yPerictiona madre de Platón. También
era Platón descendiente en sexto grado de Solón, suponiéndose éste mismo procedente de Neleo y de Neptuno. Se
pretende igualmente, que su padre contaba entre si» antepasados á Codro, hijo de Melanto, uno de los descendientes de Neptuno, después de Trasylo. Según un rumor acreditado en Atenas, y reproducido por Spensipe
en el Banquete fúnebre, por Clearco en el elogio
b
Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 1, Madrid 1871
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de Platón, y por Anaxílides en el segundo libro de los
Filósofos, deseando Aristón consumar su unión con
Perictiona, que era muy hermosa, no pudo conseguirlo;
renunció entonces á sus tentativas, y vio al mismo Apolo
en los brazos de su mujer, lo que le obligó á no unirse á
ella hasta el fin de su%atrimonio. Platón nació según las
Crónicas de Apolodoro, en el primer año de la olimpiada 88, sétimo del Targelion, dia en que los habitantes
de Délos creen que nació Apolo. Murió en un convite de
boda, según Hermipo, el primer año de la olimpiada 108
á la edad d e ^ l años. Neante pretende, que murió de edad
de 84 años. Tenia seis años menos que Isócrates, puesto
que éste nació bajo el arcontado de Lisímaco, y Platón
bajo el de Aminias, el año mismo en que murió Feríeles. Aureliano dice en el último libro de los Tiempos,
que Platón era del barrio de Colito; pero otros sostienen
que nació en Egina, encasa de Fidiadas, hijo de Tales.
Favorino, en particular, sostiene esta opinión en sus
Historias diversas; y dice que su padre formaba parte
de la colonia enviada á esta isla, y que se trasladó á
Atenas en la época en que los eginetas, auxiliados por
los lacedemonios, arrojaron á los antiguos colonos. Atenodoro refiere en el libro octaví> de los Paseos, que Platón dio. en Atenas juegos públicos á expensas de Dion. '
tenia dos hermanos, Adimanto y Glaucon, y una hermana llamada Potona, de laque nació Spensipe. Estudió las letras con Dionisio, qi» cita en los Rivales, y la
palestra con Aristón de Argos. Alejandro dice en las
Sucesiones, que fué Aristón el que le dio el nombre de
Platón, á causa de su robusta constitución, y que antes se
llamaba Aristocles, del nombre de su abuelo. Otros pretenden que se le llamó así por la anchura de su pecho, y
Neante ve en esto una alusión alo espacioso de su frente.
Algunos autores, entre otros Dicearco en Las Vidas, han
pretendido igualmente que disputó el premio de la pales-
Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 1, Madrid 1871
tra en los juegos ístmicos (1). Se dice que cultivó la pintura y compuso obras poéticas, primero ditirambos, y
después cantos líricos y tragedias.
Timoteo de Atenas dice en Las Vidas, que tenia la
voz atiplada. Se refiere también con este motivo el hecho siguiente: Sócrates vio en sueños un cisne joven puesto
sobre sus rodillas, que soltando sus alas voló al momento
haciendo escuchar cantos armoniosos. Al dia siguiente,
Platón se presentó á él, y dijo Sócrates: hé aquí el cisne
que yo he visto.
Platón enseñó por lo pronto en la Academia, y después
en un jardín cerca de Colona, por relación de Heráclito,
citado por Alejandro en Las Sucesiones. No habia renunciado aún á la poesía, y se preparaba á disputar el
premio de la tragedia en las fiestas de Baco, cuando oyó á
Sócrates por la primera vez. Quemó en el momento sus
versos, exclamando: Vulcano, acude aquí; Platón implora tu socorro (2). A partir desde este momento intimó
con Sócrates, contando entonces 27 años. Después de la
muerte de Sócrates siguió las lecciones de Cratilo, discípulo de Heráclito, y las de Hermógenes, filósofo de la
escuela de Parménides. A la ^edad de 28 años, según
Hermodoro, se retiró á Megara cerca de Euclides, con
algunos otros discípulos de Sócrates; después fué á Cirene á oir á Teodoro el matemático, y de allí á Italia
cerca de los pitagóricos Filolao y Euritus. Pasó en seguida á Egipto para conversar con los sacerdotes. Se dice
que Eurípides le acompañó en este viaje, durante el cual
contrajo una enfermedad de la que le curaron los sacerdotes con el agua del mar. Esto le sugirió el verso siguiente:
la mar la'ca todos los males de los hombres (3).
(1) Apuleyo refiere igualmente que Platón hizo tantos progresos en los ejercicios de la lucha que disputó el premio en los juegos Pitienses y en los juegos ístmicos. (De dogmate Platón.)
(2) Imitación de un verso de la Iliada, canto 18, v. 392.
(3) IJigenia en Tauride, I, 93.
Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 1, Madrid 1871
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Y también le oUigó á decir con Homero, que todos los
egipcios eran médicos.
Platón tuvo al mismo tiempo intención de visitar á los
magos; pero la guerra que desolaba el Asia se lo impidió.
De vuelta á Atenas, Sv. puso á enseñar en la Academia;
gimnasio plantado de árboles y llamado así del nombre
del héroe Academus, como lo atestigua Eupolis en Los
soldados libertados: « ba'io los paseos sombríos del Dios
Academo.iy
Timón, á propósito de Platón, dice también: «á su cabeza marchaba el más despejado de todos ellos, agradable parlante, rival délas cigarras que hacen resonar sus
cantos armoniosos en las sombras de Academo.»
Era amigo de Isócrates. Praxifano nos ha conservado
una conversación sobre los poetas, que tuvieron los dos
en una casa de campo, en la que Platón recibió á Isócrates.
Aristoxenes dice, que tomó parte en tres expediciones : la de Tánagro, la de Corinto y la de Delis, en la
que alcanzó el premio del valor.
Algunos autores, entre otros Sátiro, pretenden que
escribió á Dion en Sicilia, para que comprara á Filolao
tres obras pitagóricas por el precio de cien minas. Entonces Platón estaba en la opulencia; porque Onetor asegura, en la obra titulada : Si el saMo puede enriquecerse , que habia recibido de Dionisio más de ochenta
talentos.
Hizo tres viajes á Sicilia. La primera vez no llevó
allí otro objeto que visitar la isla y los cráteres del
Etna; pero habiendo exigido Dionisio el Tirano, hijo de
Hermócfates, que fuera á conversar con él, Platón
le habló de la tiranía, y le dijo entre otras cosas, que
el mejor gobierno no era aquel que redundaba sólo
en provecho de un hombre, á menos que este hombre
estuviera dotado de cualidades superiores. Dionisio,
Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 1, Madrid 1871
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irritado, le dijo con cólera : «tus discursos se resienten de
la vejez. « — «Y los tuyos, repuso Platón, se resienten de
la tiranía.» Arrebatado Dionisio con esta respuesta, al
pronto quiso hacerle morir, pero templado con las súplicas
de Dion y de Aristodemo, se contentó con entreg'arle á
PoUis, que se encontraba entonces cerca de él en calidad
de enviado de los lacedemonios, para que le vendiese como
esclavo. PoUis le condujo á Egina, donde en efecto le vendió. Pero apenas Platón estuvo en Egina, cuando Carmandro, hijo de Carmandrides fulminó contra él una
acusación criminal, en virtud de una ley del país que
mandaba condenar á muerte al primer ateniense que abordase á la isla. Esta ley babia sido dictada á petición del
mismo Carmandro, al decir de Favorino en las Historias
diversas. *Una chistosa ocurrencia salvó á Platón, porque
habiendo dicho uno, como por irrisión, que era un filósofo
y nada más, se le declaró absuelto. Según algunos autores se le condujo á la plaza pública, fijándose en él las
miradas de todos; pero él, sin pronunciar palabra, se resolvió á sufrir cuanto pudiera sucederle. Los eginetas le
concedieron la vida y le condenaron solamente á ser vendido como cautivo. Anniceris de Cirene, que se encontraba allí por casualidad, le compró por veinte minas,
otros dicen treinta, y le envió á Atenas á sus amigos.
Como estos quisieran reintegrarle el precio de la compra,
Anniceris lo rehusó, y les respondió, que no eran, ellos
solos los dignos de interesarse |íor Platón. Otros pretenden que Dion dio á Anniceris la suma gastada, y que en
lugar de rehusarla, la consagró á comprar á Platón un
pequeño jardín cerca de la Academia. En cuanto á Pollis,
Favorino refiere en el primer libro de los Comentarios,
que fué vencido por Cabrias, que más tarde le tragaron
las olas no lejos de las riberas del Helix, víctima de la cólera de los dioses, irritados contra él por su conducta
para con el filósofo. Dionisio, inquieto por su parte, es-
Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 1, Madrid 1871
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cribió á Platón, luego que supo su libertad, suplicándole
que no le maltratara en sus discursos, á lo que Platón respondió , que no tenia tiempo para acordarse de Dionisio.
Fué por segunda vez á Sicilia, con ánimo de pedir á
Dionisio el Joven tierras y hombres para realizar el plan
de la república. Dionisio lo prometió, pero no cumplió su
palabra. Se pretende al mismo tiempo, que Platón corrió
entonces algún peligro, bajo pretexto de que excitaba á
Dion y Feotas á darla libertad á Sicilia. El peripatético
Arquitas escribió en esta ocasión á Dionisio una carta justificativa , á la que debió Platón el verse sano y salvo en
Atenas. Hé aquí la carta :
Arquitas á Dionisio, salud.
« Todos nosotros, amigos de Platón, te enviamos á La» misco y Fotidas para reclamar de tí á este filósofo, en
» conformidad á la palabra que nos has dado. Es justo que
» recuerdes el ansia que tenias por verle, cuando nos apu» rabas con insistencia para que le comprometiéramos á
1) ir cerca de tí. Entonces nos prometiste que nada le fal»taria, y que á tu lado podía contarse seguro, ya qui» siera permanecer ó ya quisiera marcharse. Acuérdate
» igualmente de la alegría que te causó su llegtida y el
» afecto que desde entonces le has manifestado. Si entre
» vosotros ha sobrevenido posteriormente algún incidente
)) desagradable, no por eso dejas de estar obligado á mos» trarte generoso, y enviárnosle sano y salvo. Obrando de
» esa manera, harás justicia y adquirirás derecho á nues)) tro reconocimiento. »
El objeto del tercer viaje de Platón era reconciliar á
Dion con Dionisio,, pero volvió á Atenas sin haberlo conseguido. Platón vivió siempre extraño á los negocios pú-
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blicos, aunque sus obras prueban una alta capacidad política. Daba por razón de su alejamiento de los negocios
la imposibilidad de reformar bases de gobierno largo
tiempo adoptadas, y que él no podia aprobar. Panfila refiere en el libro 25 de las Memorias, que los arcadienses
y los tebanos le reclamaron leyes para una gran ciudad
que babian construido, pero que Platón se excusó porque
supo que no querian establecer la igualdad. Se dice que
fué el único que tuvo valor para encargarse de la defensa
de Cabrias, acusado de un crimen capital, defensa que
ningún ateniense quiso aceptar. Cuando con él subia al
Acropolo, encontró al detractor Crobüo, quien dirigiéndose á Platón le dijo:, «vienes á defender á otro, sin considerar que la cicuta de Sócrates te espera á tu vez.» Platón le respondió: «cuando llevaba las armas ine exponía
al peligro por mi patria; abora combato en nombre del
deber, y desprecio el peligro por un amigo.»
Favorino dice en el libro octavo de las Historias diversas , que fué el primero que empleó el diálogo; el primero que indicó á Leodamas de Tasos el método de resolución por el análisis; el primero que se sirvió en filosofía
de las palabras antípodas, elementos, dialéctica, acto,
superficie plana, providencia divina. El primero entre los
filósofos que refutó el discurso de Lisias, hijo de Céfalo;
discurso que aparece literal en el Fedro; el primero que
ha sometido á un examen científico las teorías gramaticales; en fin, ha sido el primero que ba discutido las doctrinas de casi todos los filósofos anteriores, á excepción sin
embargo de Demócrito.
Neante de Cicico dice, que cuando Platón se presentó
en los juegos olímpicos, se atrajo las miradas de todos los
griegos, y que allí fué donde tuvo una conversación con
Diou, en el momento en que éste se preparaba para atacar
á Dionisio. Se lee también en el primer libro de los Comentarios de Favorino, que Mitrídates de Persia levantó
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una estatua á Platón en la Academia con esta inscripción:
« Mitrídates de Persia, hijo de Rodobato, ha consagrado
á las musas esta ratátua de Platón, obra de Sisanion.»
Heráclides dice que Platón era tan reservado y tan juicioso en su juventud, que jamás se le vio reir á carcajada. Sin embargo, su modestia no pudo garantirle de los
dichos punzantes de los cómicos. Teopompo le muerde
con estas palabras en el Heducaris:
iiUno no hace uno, y apenas, según Platón, dos hacen uno.»
Anaxandridas dice en el Teseo:
« Cuando devórala los olivos como Platon.y>
Timón dice, por su parte, burlándose de su nombre:
<xSemejante á Platón, que sabia forjar tan iien concepciones imaginarias .>^
Alexis, en la Meropide:
« Vioies d tiempo; porque, semejante d Platón, me
paseo d lo largo y a lo ancho, embarazado , incierto, y
710 encontrando nada btceno, no hago más que fatigar
mis piernas.»
En el Ancilion:
« A fí(€rza de hablar de cosas que no conoces, y de
correr comx) Platón, encontrarás el salitre y la cebolla (1).
Anfis en el An^crates:
nBl bien á que esperas llegar, ¡oh maestro mió! es aún
nMS problemático para mi que el bien de Platón. Escúchame, pites...>^
Y en Dexidemides:
¡Oh Platón! no más que una sola cosa; tener un humor
sombrío y arrugar tu frente sebera, como wm concha
de ostra.»
(1) Es decir, túUorarás, tú encontrarás amarguras.
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Cratino , en la Falsa suposición:
(iEvidentemente eres un hornbre y tienes un alma;
no ha sido Platón el que mehha dicho, pero ápesar
de eso lo creo.^D
Alexis, en el Olimpiodoro:
uMi cuerpo mortal ha sido anonadado, pero taparte
inmortal ha volado por hsf aires. ¿No es esto puro
platonismo? ^^
Y en el Parásito:
« O iien, como Platón, hablar solo.»
Anaxilas le critica igualmente en el Botrilion Circe y
en Las Mujeres ricas. Arístipo áice en el libro cuarto de
la Sensualidad antigua, que Platón estaba enamorado de
un joven llamado Áster, que estudiaba con él la astronomia, así como de Dion, de quien ya temos tablado.
Algunos pretenden que también amaba á Fedro. Sé cree
encontrar la prueba de esta pasión en los epigramas siguientes que pudo dirigirle:
« Cuando tú consideras los astros , yo quisiera ser el
cielo para verte con tantos ojos como hay de estrellas. ^^
V.Áster, en otro tiempo estrella de la mañana, brillabas entre los vivos; ahora, estrella de la tarde, brillas
entre los muertos.-»
A Dion:
^i.Las Parcas han tejido con lágrimas la vida de Secuta y de los antiguos troyanos; pero áii, Dion, los dioses te han concedido los más gloriosos triunfos y las
más vastas esperanzas. ídolo de una inmensa ciudad, te
ves colmado de honores por tus conciudadanos. ¡Querido
Dion, con cuánto amar abrasas mi corazón!»
Estos versos fueron grabados, se dice , sobre la tumba
de Dion en Siracusa. Platón babia amado igualmente á
.Alexis y á Fedro, de que hablamos más arriba. Acerca de
ellos bizo los versos siguientes:
V. Ahora que Alexis no existe, pronumiad solamente
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su nombre, hablad de su belleza, y cada uno tome su
ruinio. Mas, ¿por gue, alma mia, excitar en tí vanos
pesares (1) qtie en seguida es preciso ahogar? Fedro no
éramenos bello, y le hemos perdido.^>
Se dice también que obtuvo los favores de Arqueanassa, á la que consagró estos versos :
«Z« bella Árqueanassa está conmigo. El amor abrasador reposa aún en sv^ arrufas. ¡Oh! con qué ardor
ha debido abrazaros, d vos qm habéis gmtado las primicias de su juventud.»
Se le atribuyen también los versos siguientes sobre
Ágaton:
« Cuando cubría yo á Ágaton de besos, mi alma toda
entera estaba en mis labios, dispuesta á volar.»
Otros:
« Te doy esta tnanzaim, si eres sensible á mi amor;
recíbela y dame en cambio tu, virginidad; si me la rechazas, tómala también, y comidera cuan fugaz es la
belleza.ty
Otros:
a Mírame, mira esta manzatia que te arroja un amante, cede á mis votos ¡oh Xantipa ! porque ambos á dos
nos marchitaremos igiiahnente.»
Se le atribuye también este epitafio de los Éretrienses,
sorprendidos en una emboscada:
«Somos Éretrienses, hijos de Eubea, y reposamos
cerca de Suza, Ñen lejos ¡ay de nosotros! del suelo de
la patria, ^y
Los versos siguientes son igualmente de él:
« Cypris dijo á las Musas: Jóvenes, rendid hometmje á Venus, ó envió contra vosotras el Amor con sus
dardos.—No te chancees , dijeron las Musas; este niño
no se separa de nuestro lado.y>
(1) El texto dice: porque muestras el hueso á los perros para
rechazarlos en seguida.
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Estos en fin.
« Uii hombre iba á colgarse ; encwntra un tesoro, y
deja alU la cnerda en lugar del tesoro. Mdmmo de éste,
no encontrándole, coge la cuerda y se aJiorca^t
Molón aborrecía á Platón, y dijo un dia que era menos extraño ver á Dionisio en Corinto que á Platón en Sicilia. Xenofonte abrigaba alguna prevención contra Platón. Al parecer había entre ambos alguna rivalidad por
haber tratado los mismos objetos: el Banquete, la Apología de ¡Sócrates, los Comentarios morales. Además Platón ha tratado de la República, j Xenofonte d^tX^i, Educación de Ciro. Platón en las Leyes dice , que esta ultima
obra es una pura utopia, y que Ciro no se parecía nada al
retrato que hace Xenofonte. Ambos citan frecuentemente
á Sócrates , pero jamás se citan el uno al otro; una sola
vez, sin embargo, Xenofonte nombra á Platón en el tercer
libro de las Memorias.
Cuéntase que Antistenes fué un dia á suplicar á Platón que asistiera á la lectura de una de sus obras. Platón preguntó sobre qué materia versaba.—Sobre la dificultad de comprender , respondió Antistenes.—Entonces,
replicó Platón, ¿para qué escribes sobre esta cuestión? y
le demostró que incurría en un círculo vicioso. Antistenes, herido, escribió contra Platón un diálogo titulado
Saton, y desde este momento fueron enemigos. Dicese
igualmente, que Sócrates, habiendo oído á Platón leer
el Lisis, exclamó : «| Dioses! ¡ qué de cosas me presta
este joven 1 » Y en efecto, ha puesto como de Sócrates
muchas cosas que éste jamás ha dicho.
Platón estaba indispuesto con Arístipo; y así le acusa
en el Tratado del ahna (1) de no haber asistido á la
muerte de Sócrates, aunque en aquel acto había ido á
Egina, á poca distancia de Atenas. Tampoco amaba á Es(1) Es decir, en él Fedon.
Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 1, Madrid 1871
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g-uines, porque se celaba de la estimación que le daba
Dionisio. Con este motivo se refiere, que habiéndose
visto precisado Esguines á ir á Sicilia, Platón le rehusó su
apoyo, y que fué Arístipo el que le recomendó al tirano.
Y Domeneo asegura, por su parte, que no fué Gritón,
como lo supone Platón, sino Esguines, el que propuso á
Sócrates su evasión; y Platón no pudo atribuir este ofrecimiento al primero, sino como resultado del odio que tenia al segundo. Por lo demás, no cita jamás á Esguines
en sus diálogos, excepto en el Tratado del alma y en la
Apología.
Aristóteles observa que su estilo ocupa un medio entre
la poesía y la prosa. Favorino dice en alguna parte, que
cuando Platón leyó su Tratado del alma, sólo Aristóteles
quedó escuchándole, y que todos los demás se marcharon.
Filipo de Oponte pasa por haber trascrito las Leí/es que
Platón habia dejado solamente en borrón; también se le
atribuye el Ejñnoniis. Euforion y Pareció dicen, que se
encontró un gran número de variantes para el exordio.de
la República. Aristoxene pretende, por su parte, que esta
obra se encontraba ya casi toda entera en las Contradiccioms de Protágoras. El Fedro pasa por su primera composición , y á decir verdad, este diálogo se resiente de la
mano joven que le hizo. Dicearco llega hasta el punto de
censurar todo el conjunto de esta obra, y no encuentra
en ella ni arte, ni placer.
Habiendo visto Platón á un joven jugando á los dados,
le reprendió. Por poca cosa me reprendes, dijo el joven.
—¿Crees tú. repuso Platón, que el hábito es poca cosa?
Le preguntaron si dejaría algún monumento durable,
como los filósofos que le hablan precedido : « lo primero
que hay que hacer, dijo, es crearse un nombre, y hecho
esto, lo demás ya vendrá. »
Como entrara Xenocrales en casa de Platón, le suplicó
éste que castigara en su lugar á uno de sus esclavos.
Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 1, Madrid 1871
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porque no quería baeerlo él mismo, por estar montado en
cólera. Otra vez dijo á un esclavo : «te_abofetearla, si no
estuviera irritado. » Montó un dia á caballo, y se apeó
luego, temiendo que el caballo podia comunicarle su
fiereza. Aconsejaba á los borrachos que se miraran á un
espejo, para que la vista de su degradación les preservase
para lo sucesivo. Decia que jamás era conveniente embriagarse , excepto, sin embargo, durante las fiestas del
Dios á quien se debe el vino. También llevaba á mal el
exceso del sueño, y á este propósito dice en las Leyes:
<( un hombre que se duerme no es bueno para nada. »
Pretendía que lo más agradable del mundo es oir la
verdad, ó, según otros, decirla. Hé aquí, por lo demás,
cómo habla de la verdad en las Leyes: « La verdad, querido huésped, es una cosa bella y durable, pero no es fácil convencer á los hombres.» Deseaba que su nombre se
perpetuara ó en la memoria de sus amigos ó mediante sus
obras. Se asegura igualmente que hacia frecuentes viajes.
Ya hemos dicho cómo murió. Favorino, en el tercer
libro de los Comentarios, refiere este suceso como acaecido en el tercer año del reinado de Filipo. Teopompo
habla de las reprensiones que este príncipe le dirigió. Miromano, por otra parte, refiere un proverbio citado por
Filón, del cual debia resultar, que Platón habia sucumbido á consecuencia de una enfermedad pedicular. Sus
discípulos le hicieron magníficos funerales y le enterraron
en la Academia, donde habia enseñado durante la mayor
parte de su vida, y de la que ha tomado su nombre la
escuela platoniana.
Su testamento estaba concebido en estos términos:
« Platón dispone de sus bienes de la manera siguiente:
') La tierra de Efestia que linda al Norte con el camino
« que viene del templo de Cefisias, al Mediodía con el
)> templo de Hércules situado en el territorio de Hefestia,
» al Oriente con la propiedad de Arquestrato de Prearros,
Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 1, Madrid 1871
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» y al Poniente con la de Filipo de Collis (1), no po» drá ser ni vendida ni enajenada; pertenecerá, 'si puede
)) ser (2), á mi hijo Adimanto. Le doy igualmente la
» tierra de los Eresides, que compré á Calimaco, y que
«linda al Norte con otra de Eurimedon de Mirrina, y
)) al Poniente con el Cefiso. Además le doy tres minas de
» plata, un vaso de plata de peso de ciento sesenta y
)) cinco dracmas, un anillo y un pendiente de oro, que
«juntos pesan cuatro dracmas y ocho óbolos. Euclides, el
«escultor, me debe tres minas. Declaro libre al esclavo
» Artemis; en cuanto á Ticon, Bicta, Apoloneades y Dio» nisio los dejo á mi hijo, al que lego igualmente todos
»los muebles y efectos especificados en el inventario que
» está en poder de Demetrio. No debo nada á nadie. Los
)) ejecutores testamentarios serán Sostenes , Spensipe,
«Demetrio, Hegias, Eurimedon, Calimaco, Trasipo. »
Tal es su testamento. Sobre su tumba se han grabado
muchos epitafios; el primero está concebido así:
« Aq^iii descansa el divino Aristocles, el primero de
los hombres por la justicia y la virtud. Si algxm hombre ha podido hacerse iliistre por su sabiduría, es él; ni
la envidia misma ha manchado su gloria. »
Y otro:
«•Fl cuerpo de Platón, hijo de Aristón, descansa
aqid en él seno de la tierra; pero su alma bienaventurada habita en la estancia de los inmortales. Iniciado
hoy en la vida celeste, recibe desde lejos los homenajes
de los hoinbres virtuosos.«
La que sigue es más moderna :
(t Águila, ¿por qué vuelas por cima de esta turnea?
Dime á qué punto de la estancia celeste se dirige tu mi(1) Efestia, Ceflsias, Prearros-Collis , son los distritos del
Ática.
(2) Nosotros} si Dios quiere.
Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 1, Madrid 1871
XXXI
rada.—Fo soy la sombra de Platón , cuya alma M volado al Olimpo; la Ática, su patria, conserva sus restos
mortales.»
También se le ha compuesto el epitafio siguiente:
«¿ Có)no Febo hubiera podido, si no hubiera dado un
Platón á la Grecia, regenerar por las letras las almas
de los mortales ? Esculapio, Mjo de Apolo, es el médico
de los cuerpos; Platón lo es del alma inmortal.»
Y he aquí otro sobre su muerte:
liFeio ha dado á los Tnortales Esculapio y Platón; éste
médico del alma, aquel del cuerpo. Platón asistia á una
comida nupcial cuando partid para la ciudad eterna,
que él mismo se habia construido, y á la que hábia dado
por base la estancia de Júpiter.r>
Tuvo por discípulos : Spensipe, de Atenas ; Xenocrates , de Calcedonia ; Aristóteles, de Estagira; Filipo, de
Oponte ; Hestireo, de Perinto; Dion, de Siracusa; Amiclo, de Heraclea; Erasto y Coriseo, ambos de Excepsis;
Timolao, de Cizica; Evemon, de Lampsaco; Pitón y
Heráclides, uno y otro de Enia; Hippotales y Cálipo,
de Atenas; Demetrio, de Anfípolis; Heráclides, de Ponto,
y muchos otros, entre quienes se cuentan dos mujeres:
Lastenia , de Mantinea, y Axiotea, de Plionte. Dicearco
dice que esta última vestía trage de hombre. Algunos
ponen á Teofastro en el número de sus discípulos; Chamaleon añade aún al orador Hiperide y á Licurgo ; también
Polemon cita á Demóstenes; en fin, Sabino pretende, en
el libro cuarto de las Meditaciones , qué Muesistrato de
Tasos recibió lecciones de Platón, y apoya su opinión en
pruebas bastante probables.
Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 1, Madrid 1871